Vida. Jesuita, teólogo y cardenal de la Iglesia católica, máximo
representante de la «Escuela romana» del XIX, n. en Altino (Sudtirol) el
15 abr. 1816, y m. en Roma, 11 dic. 1886. A los 18 años de edad ingresa en
la Compañía de Jesús. En 1845 le encontramos en Roma siguiendo los cursos
de Pasaglia y Perrone (v.). A causa de la revolución antijesuita del 48
marcha a Inglaterra y poco después a Lovaina donde termina los estudios.
Durante el curso 1849 enseña S. E. en el escolasticado de Vals (Francia)
marchando al año siguiente a Roma en calidad de ayudante de Perrone y de
profesor de lenguas orientales en el Colegio Romano (=Gregoriana). Del
1853 al 57 regenta el cargo de prefecto de estudios y confesor del Colegio
Germánico. En 1857 sucede en la cátedra de dogmática a Pasaglia, puesto
que conserva hasta 1876. Sus lecciones y erudición le convirtieron en el
más célebre teólogo romano de la época. Consultor de varios Dicasterios
(Propaganda, Concilio, Asuntos extraordinarios, etc.), trabajó como
teólogo papal en la composición de las constituciones del Conc. Vaticano I
(v.). El 3 abr. 1876 fue nombrado cardenal por Pío IX.
Franzelin pertenece con Pasaglia y Perrone al grupo de profesores
que restauran los estudios teológicos en Roma a mediados del s. XIX.
Poseía notable erudición y envidiables conocimientos lingüísticos. De ello
da testimonio la abundancia de material empleado en los manuales. Su
teología, eminentemente conservadora y tradicional, concede amplio espacio
a los Padres de la Iglesia, recordando a veces la orientación metodológica
de Móhler (v.), si bien carece de la sensibilidad para la dimensión vital
e histórico-evolutiva de las doctrinas, que caracteriza al romántico de
Tubinga. Más que proponer nuevas ideas, se mantiene en la línea de la gran
tradición escolástica revalorizando el pensamiento de los maestros
medievales y postridentinos.
El método científico de Franzelin puede ser calificado de
positivo-escolástico, orientado a profundizar la fe (v.) más con ayuda de
la Tradición (v.) que a través de la metafísica (v.). No falta en sus
manuales, sin embargo, una buena dosis de reflexión teológica inspirada en
la mejor escolástica. Una intachable ortodoxia alienta por sus tesis y a
cada paso se advierte el alto valor que el docto jesuita concedía al
Magisterio eclesiástico (v.) precisamente en una época en que el
liberalismo había puesto por doquier en crisis a la autoridad. Una grave
deficiencia pedagógica ensombrecía, no obstante, sus lecciones y escritos:
la carencia de claridad y la exposición difusa de los temas. A ello habría
que añadir una cierta estrechez de miras para comprender los valores
positivos de los movimientos espirituales de allende los Alpes, a los que,
a pesar de todo, seguía con interés.
Obras. Fruto de sus lecciones son los tratados teológicos comenzados
a publicar a partir de 1868: De SS. Eucharistia sacramento et sacrificio,
Roma 1868; De sacramentis in genere, ib. 1868; De Deo trino sec. personas,
ib. 1869; De Deo uno sec. naturam, ib. 1870; De divina traditione el
scriptura, ib. 1870; De Verbo incarnato, ib. 1870; Theses de Ecclesia
Christi, ib. 1887.
V. t.: NEOESCOLÁSTICOS.
BIBL.: H. HURTER, Nomenclator
literarius theologiae catholicae, Innsbruck 1903-13, V,2,1507-1508; C.
SOMMERVOGEL, Bibliothéque de la Compagnie de Jesús, Bruselas-París
1890-1932, III, 950 ss.; P. BERNARD, Franzelin, en DTC 6,765-767; C.
BONAVENIA, Raccolta di memorie intorno alla vita dell'Emmo. Card. G. B.
Franzelin S. J., Roma 1887; J. BERSELLI, Commentarius de vita auctoris,
introducción a las Theses de Ecclesia de Franzelin; C. ARENHOLD, Die
Vorzüge der dogmatischen Traktate Franzelins dargelegt und begründet,
Fulda 1873; HUBERT, Kard. Franzelin, «Der Katholik» 67 (1887) 1,225-252;
J. M. G. GóMEZHERAS, La constitución «Dei Filius» y la teología del Card.
J. B. Franzelin, «Revista española de Teología» 23 (1963) 137-190;
451-487, 25 (1965) 79-114; 27 (1967) 375-397.
J. M. G. GÓMEZ-HERAS.
Cortesía de Editorial Rialp. Gran Enciclopedia Rialp,
1991
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