Precedentes. Desde los comienzos de su utilización, el término estructura
(v.) ha venido designando, como señala L. Bernot: a) un conjunto, b) las
partes de ese conjunto, c) las relaciones de las partes entre sí. Aunque
en Economía la palabra estructura no empieza a ser utilizada de forma
sistemática hasta la tercera década del presente siglo, sin embargo, su
concepto y contenido, como destaca A. Marchal, ha estado implícitamente
«en la base de la oposición que a lo largo de toda la historia del
pensamiento económico se ha puesto de manifiesto entre los espíritus
concretos, empíricos, inductivos y los espíritus abstractos, lógicos,
deductivos» (o. c. en bibl.).
Entre los precedentes del análisis estructural y del concepto
moderno de estructura económica cabe destacar, así, las aportaciones de la
aritmética política y de la fisiocracia. El autor más importante de los
aritméticos políticos fue Willian Petty, considerado por Marx como el
verdadero padre de la economía por su análisis macroeconómico, y que en su
obra The Political Anatomy of Ireland (1672), basándose en el «número,
peso y medida», es decir, en lo económico y en lo estadístico, trataba de
conocer la anatomía de la realidad económica. Las aportaciones
estructurales de los fisiócratas, particularmente de Quesnay, han tenido
indudable influencia y hoy se recogen sus frutos en el modelo de W.
Leontief, instrumento de trascendencia en la Economía. Quesnay, con su
Tableau Economique (1758) (v. FISIOCRACIA), constituyó uno de los primeros
intentos más importantes para explicar el circuito de formación y
distribución de la riqueza (v.), pues con el mismo se trató, como señala
su autor, de «elaborar un cuadro fundamental de la ordenación económica
para representar en él la distribución y la producción de una forma
fácilmente comprensible, mediante el cual sea posible juzgar con claridad
los órdenes y desórdenes que pueden provocar el gobierno».
El enfoque de los economistas clásicos y neoclásicos a lo largo del
s. xix y primeras décadas del xx marginaron los estudios interdepend¡entes
y macroeconómicos de la realidad, sin que la idea del Tableau de Quesnay
tuviera continuación, a pesar de que Mirabeau la había considerado el gran
descubrimiento del s. XVIII. Ahora bien, a la dirección dada a la Economía
(v.) por los clásicos se opusieron los autores de la escuela histórica
alemana y, posteriormente, los institucionalistas americanos, en especial
Veblen (v.) en su Teoría de la clase ociosa (1899), así como, en ciertos
aspectos, los economistas de la escuela matemática.
El autor que más conceptos elaboró sobre la estructura económica fue
Marx (v.), con una gran influencia en las ciencias sociales y en el
análisis económico; fue el primero en utilizar ampliamente los términos
infraestructura y superestructura, señalando que «en la producción social
de su vida, los hombres contraen relaciones determinadas, necesarias,
independientes de su voluntad, relaciones de producción que corresponden a
una determinada fase de desarrollo de sus fuerzas productivas materiales.
El conjunto de estas relaciones de producción constituye la estructura
económica de la sociedad, la base sobre la que se levanta una
superestructura jurídica y política y a la que corresponden determinadas
formas de conciencia social» (Contribución a la crítica de la economía
política, 1859). La estructura constituye un concepto clave en el
pensamiento marxista, en particular por ser el factor que explica el resto
de los aspectos de la realidad, pero de modo interdependiente, con lo que
la concepción del materialismo dialéctico (v.) es netamente estructural.
Concepto moderno. Hasta hace unos 40. años no comienza a extenderse
y a utilizarse la palabra estructura por economistas no marxistas, hasta
convertirse en uno de los términos más utilizados en la literatura
económica, con interpretaciones diversas y hasta contrarias. La estructura
se convirtió, en una primera etapa, en una palabra que servía para
expresar fenómenos distintos a la coyuntura (v.); es decir, frente a las
variaciones a corto plazo y que no influyen en lo sustancial; lo
estructural se refiere a aquellos aspectos de la realidad más profundos y
más permanentes. En las aportaciones de los principales estructuralistas,
prácticamente todos admiten este contenido, pero por resúltar muy general,
y por la diversificación de la Economía en varias ramas, el concepto
original fue matizado en acepciones diversas, como resultado de los
principios y enfoques de que parte cada autor.
Fiel reflejo de esta diversidad se aprecia en los principales
especialistas de las ciencias sociales con un enfoque estructural en su
interpretación de la realidad, que ha dado lugar a diversas modalidades
metodológicas dentro del e. y entre los que se pueden citar el formal o
antropológico de Lévi-Strauss, el positivista de Foucault, el empírico de
Radcliffe-Brown y el dialéctico de Althusser, Godelier y Sebag (v. i).
Dentro de la Economía cabe señalar, además del marxismo, las aportaciones
de los econometristas, del sociologismo francés, de Akerman, del
estructuralismo latinoamericano y de J. L. Sampedro, fundador de la
escuela estructuralista española.
Los econometristas enfocan la noción de estructura con un carácter
formalista íntimamente vinculado a la teoría de los modelos. Tinbergen
considera que por estructura económica debe entenderse «el mínimo de
información sobre las constantes que es necesario conocer para resolver
cierta clase de problemas económicos que se plantean en una economía
determinada» (Des quelques problemas posés par le concept de estructure
économique, «Rev. d'Économie Politique», vol. 62, 1952), aunque
posteriormente amplía esta definición, de forma más correcta, al afirmar
que «una estructura es un conjunto de características de cierta realidad
-unas expresadas matemáticamente y otras no, generalmente de carácter
institucional o psicológica estas últimas-, dotadas de cierta permanencia
en el tiempo y que reflejan los datos contenidos en esa realidad y las
relaciones que las ligan». Leontief, que ha modernizado y hecho posible la
aplicación de las ideas del Tableau Économique de Quesnay y del modelo
matemático del equilibrio general de Walras, considera que la estructura
económica aparece formalmente reflejada en una tabla input-output, a
través de los coeficientes técnicos de producción de los distintos
sectores en que divide la realidad estudiada, respondiendo el título de su
principal obra, La estructura de la economía americana, a este concepto.
Así como la mayoría de los autores anglosajones no han dedicado
especial consideración al concepto de estructura económica, los
economistas franceses, por el contrario, le han prestado una especial
atención, con una fuerte influencia en numerosos especialistas, pero con
un enfoque no muy adecuado, pues han complicado el análisis conceptual con
una terminología rebuscada que más que aclarar las nociones las hace más
confusas. El conjunto de las distintas definiciones de los autores del
sociologismo francés pueden agruparse en las que tienen una concepción
estática y las dinámicas. Entre las primeras, la más conocida es la de F.
Perroux, para quien la estructura económica es la ciencia que estudia «las
proposiciones y relaciones que caracterizan un conjunto económico
localizado en el tiempo y en el espacio» (Pour un approfondissement de la
notion de structure, 1939; y, entre las dinámicas, una de las más
importantes es la de A. Marchal, quien considera a la estructura económica
como «los elementos de un conjunto económico que en un periodo determinado
aparecen como relativamente estables en relación con otros elementos» (Méthode
Scientifique et Science Économique, 1954). Marchal se plantea la cuestión
de cómo se puede delimitar el periodo a que se refiere su concepto, y
considera que es la «toma de conciencia» la que establece los límites
estructurales, criterio que él mismo reconoce es totalmente subjetivo y
trata de complementarlo con otro criterio objetivo en base a la
consideración del periodo y a la forma de las relaciones que le lleva a lo
que denomina adaptación estructural.
J. Akerman enfoca la estructura desde un punto de vista dinámico,
definiéndola como «la contextura que a corto plazo aparece como
invariable» (o. c. en bibl.), si bien, por la poca concreción de esta
definición, considera preciso «establecer su significado y, especialmente,
su relación con otros conceptos, tales como el de ciclos, fuerzas
impulsoras micro y macroeconómicas». De esta manera llega a proponer
cuatro conceptos de estructura -histórico, puramente económico,
estadístico y macrodinámicopara analizar seguidamente el concepto
estructural de su análisis causal, aspecto central de su teoría.
Hay que señalar como pragmáticas las ideas de los estructuralistas
iberoamericanos, que, frente a la postura de los monetaristas, consideran
que, sólo con una reforma profunda de las estructuras de los países
iberoamericanos, éstos pueden eliminar el subdesarrollo de sus economías.
Su concepto de estructura responde, así, más que a una preocupación
epistemológica, a un sentido operativo, considerando O. Sunkel, que es «un
conjunto de elementos u objetos relacionados entre sí por ciertas leyes
(p. ej., la estructura económica será el resultado de la forma en que se
articulan los recursos naturales, el capital, la mano de obra, la
tecnología, los mecanismos de financiación, etc.)» (o. c. en bibl.).
El primer autor español que se ha ocupado de la noción de estructura
económica ha sido R. Perpiñá Grau, quien la define como «una resultante de
los factores naturales y de la política económica interiores, así como de
las influencias del exterior producidas por ambos factores» (o. c. en bibl.).
J. L. Sampedro en su Realidad económica y análisis estructural (1959) es
el autor español que más ha estudiado la configuración del concepto de
estructura económica, así como los aspectos teóricos del análisis
estructural, que fundamenta en cuatro etapas: la delimitación de la
realidad, inventario de los elementos o componentes, estudios de las
relaciones cuantitativas y cualitativas entre los elementos y, por último,
construcción tipológica. Define la estructura económica, ciencia que tiene
por objeto el conocimiento de la realidad económica interpretada
estructuralmente, como el estudio de las relaciones de interdependencia
que están dotadas de una cierta permanencia y que enlazan los principales
componentes de la realidad económica, caracterizándola por ser
descriptiva, pero de manera sistemática, macroeconómica y actual. Al
plantearse la dirección de esta disciplina, Sampedro destaca que «el
futuro del enfoque estructural en el campo de las ciencias sociales se
encuentra en la simbiosis del enfoque dialéctico con las aportaciones del
estudio de los sistemas que, además, facilitarán la aplicación de la
cibernética a las disciplinas sociológicas, acelerando una evolución
científica que para nosotros no tiene duda alguna» (o. c. en bibl.),
planteando implícitamente la sustitución del concepto de estructura por el
de sistema como «conjunto organizado o complejo formado por una
combinación de elementos tangibles o formales», es decir, ampliando el
campo y contenido con una visión muy moderna.
Características fundamentales. Se aprecia, pues, la diversidad de
conceptos de la estructura económica, si bien los principales
estructuraljstas coinciden en algunas de sus notas básicas. Se puede
considerar que la Estructura económica, como ciencia que tiene por objeto
la descripción y clasificación de la realidad económica del presente,
estudia las relaciones de interdependencia cuantificables y no
cuantificables, permanentes y subyacentes entre los elementos
macroeconómicos de la realidad, con el fin de actuar sobre ésta. Resulta
así que las características fundamentales son: 1) Es una ciencia actual,
sin que ello signifique que no haya de contemplar la evolución de los
fenómenos para conocer la realidad presente, así como las tensiones
actuales que permiten percibir hacia dónde va la realidad económica, es
decir, la estructura de los procesos; 2) es macroeconómica, contemplando
el objeto de estudio en su totalidad; 3) tiene por objeto la descripción y
clasificación de la realidad económica; 4) efectúa una síntesis de los
aspectos más importantes de las relaciones; 5) de éstas le preocupa las
más permanentes o las que varían más lentamente; 6) el análisis de las
relaciones, así como la construcción tipológica, tiene un carácter formal,
interesándose por lo subyacente y no por lo que se puede observar en la
superficie de las cosas y 7) el conocimiento estructural de la realidad es
una etapa necesaria para actuar sobre la misma.
BIBL.: 1. AKERMAN, Teoría del
industrialismo económico, Madrid 1968; R. BASTIDE, C. LÉVI-STRAUSS,
Sentidos y usos del término estructura en las ciencias del hombre, Buenos
Aires 1968; O. LANGE, Introducción a la economía cibernética, México 1970;
H. MALAVÉ MATA, Aproximación a los conceptos de estructura,
superestructura y sistema, «El trimestre Económico» XXXVII (2) 146, México
abril-junio 1970; A. MARCHAL, Estructuras y sistemas económicos,
Barcelona; R. PERPIÑÁ, De Estructura Económica y Economía Hispana, Madrid
1952; 1. PIAGET, El estructuralismo, Buenos Aires 1968; 1. POUILLON y
OTROS, Problemas del estructuralismo, México 1966; J. L. SAMPEDRO y R.
MARTÍNEZ CORTIÑA, Estructura Económica. Teoría Básica y Estructura
Mundial, 2 ed. Barcelona 1970; O. SUNKEL y P. PAZ, El subdesarrollo
latinoamericano y la teoría del desarrollo, México 1970.
R. MARTÍNEZ CORTIÑA.
Cortesía de Editorial Rialp. Gran Enciclopedia Rialp,
1991
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