Dentro de la Historia de la Filosofía, se entiende por e., de una manera
muy general, todo aquel pensamiento que subraya la preeminencia de lo
espiritual sobre lo material. Ahora bien, el término e., así considerado,
encierra una gran ambigüedad por los siguientes factores: 1) las
concepciones en torno a la noción de «espíritu» (v.), son sumamente
variadas, 2) la preeminencia del espíritu puede entenderse bien en el
orden psicológico, bien en el metafísico, aunque muchas veces ambas
vertientes coincidan en la realidad, 3) la palabra e. reviste un carácter
polémico a través de la Historia, ya que muchas veces se ha calificado con
este nombre a toda teoría que o bien simplemente admite el espíritu o bien
se ha creído que no subraya lo suficiente el valor de la materia (v.). Por
todo ello, a esta acepción general y vulgar de e. hay que añadir otra más
precisa: e. es toda aquella corriente del pensamiento que mantiene ser el
espíritu la explicación fundamental y radical de toda realidad.
Entendido de esta manera, deben aún hacerse las siguientes
distinciones: la ya indicada de e. psicológico y metafísico: el primero es
aquel que para explicar el comportamiento humano hace intervenir, como
primer principio, al espíritu; el segundo, el e. metafísico es el que pone
a la raíz de toda realidad al espíritu. Una nueva distinción, dentro del
e. metafísico, es la de e. monista y dualista (v. MONISMO; DUALISMO). El
e. monista concibe toda la realidad como constituida de espíritu: lo
material no es más que manifestación, apariencia o negación del espíritu
único; este monismo aboca naturalmente al panteísmo (v.), puesto que ese
espíritu constitutivo de todo lo real, no es sino Dios mismo. El e.
dualista reconoce dos sustancias espirituales como única realidad: la
creada y la increada, trascendente, Dios; reconociendo a la vez que hay
muchas sustancias espirituales creadas frente a la creadora divina. El e.
dualista podría llamarse «teísta» en contraposición al «panteísta» del
monismo (v. TEÍSMO).
Por último, una nueva distinción dentro del e. es la que concierne
al nivel de la conciencia de esa sustancia espiritual. Para unos, el
espíritu constitutivo de toda realidad es un espíritu consciente que
gracias a un replegamiento sobre sí llega a su plena realización, a la
total identidad consigo mismo. Para otros, ese espíritu es radicalmente
una inconsciencia que mueve ciegamente todos los mecanismos observados de
la realidad o, también, que se va esclareciendo a sí mismo
progresivamente.
Suele asignarse como origen más inmediato de todo tipo de e. a S.
Agustín (v.), el cual, uniendo las concepciones platónicas y neoplatónicas
sobre el alma (v.) y el espíritu (v.) al cristianismo (v.), hace partir su
pensamiento de la consideración del alma y de Dios-espíritu, insistiendo
en la autoconciencia y en el conocimiento del alma a sí misma. Esta
temática fue tomada por Descartes (v.), quien, enfrentando radicalmente lo
espiritual a lo material, permitió que el pensamiento posterior se
inclinase por uno de los dos extremos dando lugar tanto a todo tipo de
materialismos (v.) y positivismos (v.) como de espiritualismos, entre los
cuales, y dentro del contexto de lo aquí expuesto, pueden recordarse los
de Leibniz (v.), Berkeley (v.), los elementos de e. del idealismo alemán
(v.), el e. del s. xix (v. II), hasta los e. del s. xx de L. Lavelle (v.),
R. Le Senne (v.) y el «e. cristiano» de M. F. Sciacca (v.), A. Guzzo, L.
Pareyson, A. Carlini, etcétera.
V. t.: ONTOLOGISMO, 1 y 2; PSICOLOGISMO; PANSIQUISMO; ECLECTICISMO;
ESPIRITUALIDAD.
BIBL.: S. ALBERGI I, Metafísica e
spiritualisti italiani contemporanei, Milán 1960; F. P. ALESSIO, Studi sul
neospiritualismo, Milán 1953; M. T. ANTONELLI, V. MATHIEU, V. SAINATI, 11
neospirituaiismo italiano: Carlini, Guzzo, Sciacca, «Giornale di
Metafisiea», Turín (1955), 192-282; C. DOLLO, Momenti e problemi dello
spiritualismo, Padua 1967; P. FRUTIGER, Volonté et conscience: Essai de
dualisme spiritualiste, París 1920; G. GALLI, Linee fondamentali d'una
filosofía dello spirito, Turín 1962; N. INCARDONA, Problematica interna
dello spiritualismo cristiano, Milán 1952; N. LICCIARDELLO, Teoria dello
spiritualismo íntegrale, Padua 1955; G. ROGGERONE, Lo spiritualismo, en
Studio e insegnamento della filosofía, II, Roma 1966; M. F. SCIACCA, Dall'
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J. LOMBA FUENTES.
Cortesía de Editorial Rialp. Gran Enciclopedia Rialp,
1991
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