| Obispo y escritor francés, de gran influencia en la Iglesia contemporánea 
      de su país.
 
 N. el 3 en. 1802 en San Félix (Saboya) en el seno de una familia muy 
      humilde. Trasladado a París, cursó la carrera eclesiástica destacando por 
      su vehemente fe y sus dotes para el estudio. Ordenado sacerdote (18 dic. 
      1825) ocupó la vicaría de la iglesia parisiense de la Magdalena, en la que 
      los medios aplicados en la catequesis le valieron gran fama, en particular 
      en las esferas dirigentes y nobiliarias. Hombre de confianza del arzobispo 
      de París, Quélen, tuvo en los últimos años de la Restauración un 
      sobresaliente papel en las directrices de la política eclesiástica 
      desplegada por la monarquía borbónica. Esta relación con la corte culminó 
      con el encargo de la educación religiosa del príncipe heredero y de otros 
      jóvenes miembros de la familia real. Su fama de sacerdote celoso y 
      excelente educador se vio aumentada durante la «Monarquía de julio» al 
      encomendarle Mons. Quélen (septiembre 1837) el rectorado del Seminario de 
      S. Nicolás, donde puso a prueba sus cualidades de organizador y hombre de 
      acción, ejerciendo un gran influjo sobre la mayoría de su alumnado, entre 
      el que se encontraba E. Renan (v.).
 
 La experiencia de las realidades políticas de los últimos años del 
      reinado de Luis Felipe (v.) le llevó a cambiar un tanto las posiciones en 
      las que hasta entonces había estado situado, mostrando en adelante cierta 
      simpatía, más táctica e intelectual que afectiva e íntima, hacia las 
      corrientes del llamado catolicismo liberal (v.).
 
 Nombrado obispo de Orleáns (13 abr. 1849) en los comienzos del 
      sistema bonapartista, trabajó en pro de la libertad de enseñanza: la 
      famosa ley Falloux (v. NAPOLEÓN III) fue casi por completo obra suya. El 
      influjo que ya ejercía en los ambientes rectores de la sociedad francesa, 
      se incrementó aún más durante el segundo Imperio, época en la que llegaría 
      a alcanzar una popularidad internacional, puesta de relieve, entre otras 
      grandes ocasiones, en el célebre Congreso de Malinas de 1864 y en las 
      grandes asambleas episcopales que, con motivo de diversas canonizaciones y 
      otras conmemoraciones, tuvieron lugar en Roma en 1862 y 1867. Incluso el 
      propio Papa le expresó varias veces su reconocimiento y felicitación. Todo 
      ello, sin embargo, no privaría a su figura de numerosas críticas desde 
      diversos sectores, especialmente por parte del célebre periodista L. 
      Veuflot (v.), su gran antagonista.
 
 Estaba persuadido de la inconveniencia de declarar la infalibilidad 
      (v.) papal, que acarrearía, en su opinión, funestas y perdurables 
      consecuencias para el porvenir de la Iglesia, especialmente en sus 
      relaciones con los poderes públicos. Defendió esta opinión durante la 
      celebración del Conc. Vaticano I y se ausentó de Roma horas antes de su 
      terminación para no manifestar su desaprobación a lo acordado con 
      abrumadora mayoría, por los restantes PP. conciliares, al tiempo que 
      evitaba el eventual disgusto del Papa. Pero se adhirió a la definición 
      apenas promulgada.
 
 Durante los últimos años de su existencia, su incansable y 
      sorprendente ritmo de trabajo no conoció tregua. Pese a su temperamento 
      nervioso e inquieto, una férrea disciplina de trabajo le permitió 
      simúltanear una intensa cura de almas con una vastísima labor publicística, 
      extendida a todos los terrenos de la problemática religiosa y temporal de 
      su época. Un puesto de honor en las páginas salidas de su pluma lo ocupa 
      la obra De l´éducation cuyos seis volúmenes aparecieron entre 1850 y 1866.
 
 Después de haber rechazado su preconización para la sede primada de 
      Lyon, fue muy extendido el rumor, pocos días antes de su muerte, de su 
      designación como cardenal por el nuevo Pontífice León XIII, gran admirador 
      de su figura y obra. M. el 11 oct. 1878 en su Saboya natal.
 
 
 BIBL.: R. AUBERT, Dupanloup, 
      Félix-Antoine, en DHGE 14, 1070-1122; É. FAGUET, Mgr. Dupanloup: un grand 
      évéque, París 1914; 1. M. PETERS, Die Stekkungñahme Felix Dupanloups zu 
      den Fragen der Mddchenerziehung, Friburgo Br. 1929.    M. CUENCA TORIBIO. Cortesía de Editorial Rialp. Gran Enciclopedia Rialp, 
      1991 |