BRUNO EL GRANDE, SAN


N. en la primavera del 925; hijo del rey alemán Enrique I y de S. Matilde. Recibió una formación básica clásica, patrística y filosófica, en casa del obispo Balderich de Utrecht. En el a. 939 fue llamado a la corte por su hermano el rey Otón I que le introdujo, en grado cada vez mayor, en los asuntos de gobierno. Desde el a. 939 B. era canciller y después de haber sido ordenado sacerdote en 950, al año siguiente fue nombrado archicanciller del Imperio, estando encargado de la redacción de todos los documentos de importancia. En latín tenía un buen estilo y hablaba el griego con soltura, poseyendo una especial predilección por la Filosofía; se preocupó por los estudios del clero y la formación de los eclesiásticos de la Corte. En el a. 935 fue nombrado arzobispo de Colonia, recibiendo de Otón I el ducado de la Lorena, convirtiéndose en el defensor de la unidad imperial frente a los poderes particularistas de los duques. Se encarnó así en B. la nueva evolución político-eclesiástica del episcopado respecto al estamento de los príncipes del Imperio, que dominó todo el medievo alemán. El a. 954 aparece en el país vecino, Francia, como pacificador entre su sobrino, el rey carolingio Lotardo, y su suegro, Hugo Capeto. Durante el segundo viaje a Italia del rey Otón en el a. 961 para su coronación como Emperador, B. fue Vicarius Imperii. Nuevamente llamado a Francia, después del regreso del Emperador para eliminar la disputa por el trono, m. en la ciudad de Reims, el 11 oct. 965, cuando sólo contaba 40 años.
      A pesar de sus importantes tareas políticas, el arzobispo B. vivía en la corte de su hermano como un «santo asceta». Al mismo tiempo que importante estadista y buen administrador, fue un celoso pastor de su obispado y abad de diversos monasterios (Lorsch junto a Worms, Corvey/Weser). Predicaba a menudo a las gentes. Combatió los primeros brotes de decadencia en los monasterios ya existentes con nuevas fundaciones (S. Pantaleón en Colonia, la primera abadía benedictina de Renania, donde fue enterrado) e introduciendo las reformas monásticas surgidas en Gorze, junto a Metz. En apoyo del clero secular favoreció la constitución de capítulos colegiados en las grandes parroquias (p. ej., en Soest, en Colonia en las iglesias de S. Andrés y Gran S. Martín), que se regían por la regla del obispo Chrodegand de Metz, reformada en el conc. de Aquisgrán del a. 816. Al mismo tiempo, B. fomentó y reguló la expansión de las órdenes de clausura que correspondían a las necesidades religiosas de su época.
      Desde la fecha de su muerte B. fue venerado como Santo por el pueblo, siendo visitada su tumba como lugar de peregrinación. Sin embargo, hasta 1870 la Iglesia no reconoció su culto para la diócesis de Colonia, siendo creado en 1914 un oficio propio para él. Su festividad se celebra el 11 de octubre.
     

BIBL. : La fuente principal para la vida de B. es la Vita Brunonis, fidedigna e importante, literariamente hablando, del monje sajón Routger que vivió con B., escrita poco después de la muerte del arzobispo, publicada en Acta Sanct. 11 de octubre y MGH, Scriptores; IV, 272-275. De la bibliografía alemana sobre B. se puede citar especialmente: H. SCHRORS, Erzbischof Brun van Koln, eine geschichtliche Charakteristik, "Annalen des Histor. Vereins für den Niederrhein" 100 (1917) 1-42; ID, Ruotgers Lebensgeschichte des Erzbischofs Brun van Koln, trad. y comentado en "Annalen des Histor. Vereins für den Niederrhein" 88 (1910) 1-95; A. HAUCK, Kirchengeschichte Deutschlands, 111, Leipzig 1906, passim; N. DEL RE, Bruno il Grande, en Bibl. Sanct. 3, 581-583.

 

ANNELIESE TRILLER.

Cortesía de Editorial Rialp. Gran Enciclopedia Rialp, 1991