BORGIA, FAMILIA


Procedía de Játiva (Valencia) y comenzó a alcanzar relieve histórico en el s. XV. Todos los pertenecientes a ella fueron inteligentes, audaces, autoritarios y, en general, no dotados de grandes escrúpulos, lo que nada tiene de particular, dada la época en que les tocó vivir. En poco más de un siglo, dio la estirpe dos Papas, cardenales, obispos, príncipes, duques y un santo.
      Calixto III (1378-1458), de nombre Alfonso. Estudió Derecho en la Univ. de Lérida; hízose sacerdote, y en esta coyuntura le vaticinó S. Vicente Ferrer que, merced a su celo por defender la fe católica, llegaría a ser príncipe de la Iglesia. Emparentado con el rey Alfonso de Aragón y de Sicilia, y nombrado su secretario, partió para Italia donde sucesivamente fue obispo, cardenal y Sumo Pontífice tras el Cónclave celebrado en 1455. Uno de sus primeros actos consistió en la canonización de S. Vicente Ferrer. Organizó una cruzada que, a pesar de las escasísimas colaboraciones que recibió, consiguió detener durante 70 años los avances turcos. Y como tuvo que defenderse contra los poderosos Colonnas y Orsinis, enemigos de los catalani, hubo de rodearse de parientes y amigos llegados de España, entre los cuales repartió prebendas y dignidades, por lo que fue acusado de nepotismo.
      Rodrigo. Futuro Alejandro VI.
      Pedro Luis (1463-88).I duque de Gandía, hijo de Rodrigo Borja y Vanozza Catanei. En España ingresó en el ejército de Fernando el Católico, quien le concedió el título de duque de Gandía y prometió darle por esposa a su sobrina María Enríquez. Se distinguió en la batalla de Ronda, contra los árabes, lo que le valió el sobrenombre de egregius y m. en Civitavecchia, dejando heredero universal a su hermano Juan.
      Juan (1474-97), II duque de Gandía, hijo de Rodrigo y Vanozza, se casó con María Enríquez, que había sido prometida a su hermano mayor. Consagrado gonfaloniero y capitán general de las Armas pontificias, tomó parte en las batallas de Bracciano y Soriano, contra los Orsini. Vencido en esta última y herido en el rostro, no volvió a tomar parte en empresas bélicas. En 1497, después de una cena en casa de su madre, y siendo también comensales su hermano César y otros caballeros romanos, fue asesinado en una plaza de Roma y arrojado su cadáver al Tíber.
      César (1475-1507), hijo de Rodrigo y Vanozza. Dedicado a la carrera eclesiástica, fue nombrado obispo de Pamplona, arzobispo de Valencia y cardenal del Sacro Colegio; pero todas estas dignidades hubieron de quedar sin efecto a petición propia con aprobación del Consistorio cardenalicio. Entonces pasó a ceñir las armas con los mismos títulos que su difunto hermano, el duque de Gandía. Al frente de tropas bien armadas y adiestradas mandadas en su mayoría por capitanes españoles, tales como Diego García de Paredes, Hugo de Moncada, Ramiro de Lorca, etc., en tres años se hizo dueño de toda la Romaña. Aliado más tarde del rey de Francia Luis XII, que le nombró duque de Valentinois, fue a su corte de Chinon, llevando dos bulas del Sumo Pontífice, en una de las cuales se anulaba el matrimonio del rey con doña Juana de Valois, incapaz de dar descendencia a la corona y en la otra se autorizaba el matrimonio del mismo con Ana de Bretaña, tendente a la unidad de Francia. En este mismo viaje se casó César con Carlota de Albret, pariente del rey y hermana del de Navarra. Vuelto a Roma, el mismo día en que moría su padre Alejandro VI, era César dueño de Imola, Faenza, Forlí, Forlimpopoli, Pesaro, Camerino, Urbino, Rímini, Sinigaglia, etc. Simultánea a la muerte del Papa fue la grave enfermedad que contrajo y que le obligó a refugiarse en el castillo de Sant' Angelo, sin poder impedir que los antiguos señores de aquellas plazas volvieran a recuperarlas. Requerido por Fernando el Católico, que le inculpaba de haber asesinado a su hermano Juan, el Gran Capitán Gonzalo Fernández de Córdoba la envió a España donde, apresado, fue llevado primero al castillo de Chinchilla y después al de la Mota, en Medina del Campo. A los tres años de cautiverio pudo huir de él con la ayuda de algunos caballeros castellanos. Llegó hasta Navarra, luchó contra los enemigos de su cuñado y murió peleando en una emboscada que cerca de Viana le tendieron los partidarios del conde de Lerín. Sus restos descansan en la terraza del templo de Nuestra Señora, de dicha ciudad navarra.
      Lucrecia (1480-1519), hija de Rodrigo y Vanozza. Aún impúber, fue prometida sucesivamente a don Querubín de Centellas, señor del valle de Ayora, y a don Gaspar d'Aversa, conde de Prócida, de noble familia siciliana, radicada posteriormente en el reino de Valencia. Su primer esposo no fue ninguno de aquellos pretendientes, sino Juan Sforza, de los Sforza de Milán, señor de Pesaro, del que no hubo sucesión, por lo que fue anulado dicho matrimonio. Más tarde se casó con Alfonso de Aragón, hijo natural de Alfonso II, rey de Nápoles, a quien se le dio el título de duque de Bisceglia. De éste tuvo un hijo, que recibió el nombre de Rodrigo. Un día del año 1500 fue apuñalado Alfonso en la plaza de S. Pedro. Conducido a una de las estancias vaticanas, fue degollado algunos días después sin que se sepa por quién, aunque algunos embajadores recogiesen el rumor de que la orden había sido dada por su cuñado César. La tercera boda de Lucrecia tuvo lugar con Alfonso de Este, futuro duque de Ferrara. La ceremonia se celebró en Roma, y el novio estuvo representado por uno de sus hermanos. Ya duquesa de Ferrara, Lucrecia se rodeó de una corte de poetas: Bembo, Ariosto, Strozzi, Caviceo, Luca Valenciano, etcétera, que cantaban su hermosura y daban honor y resplandor a la casa de los Este. Fue feliz, tuvo varios hijos y murió plácidamente sin haber cumplido los 40 años.
      Jofré (1482-1522).Último hijo de Rodrigo y Vanozza. Su vida no tuvo relieve. Lo casaron con Sancha de Aragón, hermana del asesinado duque de Bisceglia, y no dejó sucesión.
      Francisco (1510-72).Nieto de Juan y de María Enriquez. Se casó con una nieta de Fernando el Católico. Titulado marqués de Lombay, sirvió bajo las armas del emperador Carlos V, del cual fue amigo. Cuando murió la reina Isabel de Portugal, estando su marido Carlos ausente, fue encargado Francisco de acompañar hasta Granada el cadáver de la difunta. Abierto el féretro en Granada para su identificación, se había convertido en un montón de carroña agusanada. A partir de entonces, hizo cesión de sus bienes, se despidió de los suyos e ingresó en la Compañía de Jesús. Clemente XI lo llevó al catálogo de los Santos.
     

BIBL.: O. FERRARA, El papa Borgia, Madrid 1943; GUSTAVO SACERDOTE, Cesare Borgia, Milán 1950; A. J. ONIEVA, Lucrecia Borgia, Barcelona 1957; E. OLMOS, Reivindicación de Aleiandro VI, Valencia 1952.

 

 

ANTONIO J. ONIEVA.

Cortesía de Editorial Rialp. Gran Enciclopedia Rialp, 1991