Dramaturgo contemporáneo en lengua francesa, de origen irlandés. Cuando el
5 en. 1953 se estrenó en el teatro Babylone de París la obra En attendant
Godot (Esperando a Godot), la figura de S. B. saltó al primer plano de la
actualidad y pasó a ocupar un puesto destacado entre los modernos
dramaturgos de vanguardia. Hasta entonces muy poco se sabía de este
silencioso irlandés afincado en Francia, que sin embargo tenía ya un
brillante pasado literario solamente conocido y apreciado por una minoría.
N. en Dublín el 13 abr. 1906 y tras brillantes estudios en el Trinity
College había desempeñado el cargo de lector en la Escuela Normal Superior
de París. Allí se hizo íntimo amigo y colaborador de James Joyce y a
partir de este momento alternó su dedicación literaria - poemas, un ensayo
sobre Proust y su novela Murphy (todo ello escrito en inglés)- con la
enseñanza en el mismo Trinity College y con los viajes. Desde 1938 se
establece en Francia, participa activamente en la Resistencia y a partir
de 1945 comienza a escribir la mayoría de sus obras directamente en
francés, al mismo tiempo que realiza o supervisa la traducción a esta
lengua de las obras que anteriormente había escrito en inglés. En 1969 se
le concede el Premio Nobel de Literatura.
El carácter insólito y antiteatral de Esperando a Godot no impidió
que fuese saludada como una de las obras dramáticas más importantes de la
posguerra. En efecto, B., como la mayoría de los autores del teatro de
vanguardia, destruye totalmente los soportes tradicionales de la
psicología, acción y ritmo escénicos para sustituirlos por una incoherente
deformación de la realidad. Los personajes, Vladimir y Estragón, no son
más que fanfoches desencarnados que repiten una y otra vez el mismo
inacabable diálogo mientras «no pasa nada, nadie viene, nadie se va, es
terrible». Con ello pretende dar una imagen lo más provocadora posible del
tema, tan repetido en la literatura contemporánea, del enfrentamiento de
un hombre absurdo con un mundo carente de sentido. La obra, cargada de un
simbolismo plurivalente - aunque el autor se ha puesto en guardia contra
posibles excesos interpretativos- comunica una física y desasósegadora
impresión de realidad. Por caminos de oposición y ruptura - antiteatro,
antidiálogo, antipersonajes- el autor nos hace sentirnos conmovidos mucho
más intensamente que si emplease los medios tradicionales.
A Esperando a Godot han seguido en una línea de rigor y de
austeridad expresiva otras obras: Fin de partie (Fin de partida), 1957, La
derniere bande (La última cinta), 1960, Happy days (Días felices), 1963, y
Comedia (1964). De una a otra B. hace retroceder los límites de su
nihilismo y de su desintegradora técnica teatral hasta extremos
insospechados. Todo sigue girando en torno a la misma desarticulada y
monótona salmodia a dos voces, pero ya en Días felices el protagonista
masculino Willie se convierte, a medida que avanza la obra, en una
invisible presencia cada vez más muda. Al mismo tiempo el árbol solitario
de Esperando a Godot nos aparece como un exuberante paisaje visto desde
las obras posteriores, donde toda referencia al mundo exterior desaparece
en la misma anónima soledad (si exceptuamos los triviales objetos que
Winnie saca de su bolso). Los personajes a su vez siguen un acelerado
proceso de fusión larvaria con la tierra. Sin movimiento, sin entonación
vocal ni referencia visual alguna, Comedia (tres personajes Hombre, Mujer
1, Mujer 2 encerrados en tres enormes tinajas) es el punto final que
termina esta rigurosa trayectoria. En 1970 ha estrenado Breath (Hálito).
El éxito de B. como dramaturgo - éxito parisino con algunas secuelas
de papanatismo- ha hecho olvidar su actividad paralela de novelista que en
muchos casos anticipa y depura los temas de su teatro. Sus novelas Murphy
(publicada en inglés en 1938, traducida al francés en 1947), Molloy
(1951), Malone meurt (Malone muere), 1951, L'Innommable (El Innombrable),
1953, Comment c'est (Como es)," 1961, son una personalísitria empresa al
margen del noveau roman, y que lleva mucho más lejos sus últimas
consecuencias. Consideradas cíclica y sucesivamente son el reportaje de la
descomposición progresiva del hombre, del mundo y del lenguaje. Novelas
donde no pasa nada, donde no se dice nada, donde los contornos reales de
los personajes y su expresión oral se degradan hasta llegar a una criatura
fósil que únicamente emite ininteligibles y entrecortados sonidos
guturales. Difícilmente se podrá llegar más lejos que B. en esta
exploración deshumanizada, en esta mise en question del lenguaje como
instrumento de comunicación. Su obra es una experiencia límite de las que
se obligan y obligan a la literatura a volver sobre sus propios pasos.
BIBL. : S. BECKETT, Thédtre
(Edición trilingüe en francés, inglés y alemán), 2 vol., Francfort
1963-64; ÍD, Final de partida y Acto sin palabras, Buenos Aires 1964; ÍD,
La última cinta y Acto sin palabras, Barcelona 1965; M. ESSLIN, Teatro del
absurdo, Barcelona 1965; G. L. WELLWARTH, Teatro de protesta y paradoja,
Barcelona 1966; G. SERREAU, Historia del nuevo teatro, México 1967; M.
CORVIN, Le Thédtre nouveau en France, París 1966; A. MARISSEL, Beckett,
París 1963; P. MELESSE, Beckett, París 1966.
F. J. HERNÁNDEZ RODRÍGUEZ.
Cortesía de Editorial Rialp. Gran Enciclopedia Rialp,
1991
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