ALBANIA (Shgiperia)
IGLESIA ORIENTAL.
Es una de las 14
Iglesias orientales autocéfalas, a la que pertenece aprox. el 17%
de la población albanesa (v. I) cifra que tiende a disminuir,
localizada en el sector meridional del país. Representa, pues, la
mayoría cristiana superando a los católicos, situados
preferentemente en el norte de A.dentro de un predominio musulmán.
Esta Iglesia dependió directamente del patriarcado de
Constantinopla (v. CONSTANTINOPLA III) hasta que, a raíz de la
independencia nacional (1912), tendencias religiosas ligadas a las
políticas, y dirigidas por Fan Noli (sacerdote; primer ministro
albanés en 1924), propugnaron una independencia para la población
ortodoxa, fraguándose una organización autónoma en 1922;
excomulgada en un principio por el Patriarca ecuménico, fue!
ratificada finalmente el 12 abr. 1937. Participa del contenido
doctrinal común a las Iglesias ortodoxas (v.), reconociendo
asimismo como cabeza honorífica, como primus inter pares, al
Patriarca de Constantinopla. La lengua litúrgica es la albanesa
(v. VI), empleada ya por los miembros de Rumania y América, pero
no extendida y adoptada definitivamente hasta la instauración de
la autocefalia; la utilización anterior del griego determina que
su rito sea denominado griegoalbanés. Cuenta con la metrópoli de
DurazzoTirana y los obispados de Berat, Corcia y Argirocastro,
cuyas máximas jerarquías integran el Sínodo Albanés. La formación
del alto clero generalmente es de raíz griega, si bien en la
actualidad los teólogos se forman en las escuelas de Rumania; hay
un seminario para la instrucción de los párrocos.
La población de A. había sido evangelizada desde los
primeros tiempos, pero, como consecuencia de la decisión de León
el Isáurico (v. ISÁURICA, DINASTÍA) de incluir estos territorios,
en el 731, bajo el patriarcado de Constantinopla, incurrió con
éste en el cisma ortodoxo (v. CISMA II). Posteriormente,
contribuyeron a la propagación del cisma la influencia búlgara
oriental y la septentrional del reino de Servia, ambas de rito
bizantino. Sin embargo, el norte del país se mantuvo fiel a Roma,
en parte gracias a la influencia de las instituciones de la
Iglesia católica allí arraigadas, y después también por la
protección veneciana y austriaca (v. IV). A partir del s. XV, a
raíz de la conquista turca, se inició la persecución de los
cristianos, y en el s. XVII éstos eran ya una minoría ante el auge
creciente del islamismo. La resistencia antiturca se extendió al
plano religioso, capitaneada por Scanderberg (v. IV). La
emigración de gran parte del clero y de la población, que provocó
en las provincias del norte el aislamiento respecto a Roma, en las
meridionales acarreó una mayor apertura a las relaciones con el
patriarcado de Constantinopla, el cual, como órgano reconocido de
la comunidad civil cristiana del imperio turco, representaba un
símbolo contra la dominación. A la opresión secular ejercida por
los musulmanes en el aspecto religioso, hay que añadir la sufrida
bajo el dominio italiano en la II Guerra mundial, y en la
actualidad, las derivadas de la situación revolucionaria e
ideología atea, aun a pesar de la teórica libertad religiosa de su
Constitución. La Iglesia ortodoxa de A. se comunica casi
exclusivamente con las Iglesias ortodoxas de los restantes países
socialistas. En 1951 fueron depuestos sus cuatro obispos, y
quienes los sustituyen en la actualidad, más adeptos al sistema
político imperante en el país (v. II), han sometido prácticamente
la Iglesia al Patriarca de Moscú.
Los emigrados a EE. UU., principalmente por motivos
políticos, han establecido una diócesis albanesa que consta del
arzobispado de Boston y 14 párrocos; aunque está unida a las
restantes Iglesias ortodoxas americanas por la doctrina, liturgia
y leyes canónicas, mantiene su independencia jurisdiccional. Fue
fundada por Fan Noli, quien fue su arzobispo de 1930 a 1965. La
relación entre los prelados ortodoxos y el Papado, a lo largo de
la historia, ha sido de acercamiento, por haber coincidido ambos
en el interés de una mayor independencia y por la protección
política que para los ortodoxos podía suponer Roma.
BIBL.: T. WARE, The Orthodox Church, Baltimore 1963; D. ATTWATER, The Christian Churches of the East, II, M¡lwaukee 1962; J. MEYENDORFF, L'Église Orthodoxe hier et aujourd'hui, París 1960; H. LECLERQ, I1lyricum, en DACL, VII, 89180.
J. BUTIÑÁ JIMÉNEZ.
Cortesía de Editorial Rialp. Gran Enciclopedia Rialp, 1991