ACADEMIAS PONTIFICIAS.
En los s. XVII y
XVIII la difusión de las a. era muy grande y la actividad de
algunas pobre y carente de importancia; por estas causas, León XII
instituyó en 1824 la Congregazione degli Studi, bajo cuya
aprobación quedaba supeditada la creación de nuevas a. y la
supervivencia de las ya existentes. Los Papas concedieron a
ciertas a. el título de pontificias, interviniendo no sólo en la
regulación de su vida, sino en la fundación de otras nuevas. En la
actualidad continúan vigentes las siguientes a. p.:
Insigne Academia Pontificia de los Virtuosos del Pan. teón.
La fundó el monje cisterciense Desiderio de Adiutorio, en 1542, y
su primer estatuto se aprobó en 1546; en la actualidad se rige por
el aprobado en 1947, que establece como finalidad de la A.
favorecer el estudio, el ejercicio y el perfeccionamiento de las
bellas artes, principalmente las artes sacras. Los académicos se
dividen en virtuosos de mérito y virtuosos de honor; los de mérito
pueden ser residentes y corresponsales. Todos ellos son
arquitectos, pintores, escultores, músicos, arqueólogos, etcétera;
también pueden formar parte de la A. las mujeres. En la actualidad
tiene su sede principal en el Panteón y una sede subsidiaria en el
Palacio de la Cancillería Apostólica.
Academia Pontificia de la Ciencia. Tiene su origen en la A.
de los Linceos, fundada el 17 ag. 1603 y que tuvo el honor de
acoger como socio a Galileo en 1610. El papa Gregorio XVI la
declaró pontificia en 1838, siendo posteriormente restaurada por
Pío IX con el nombre de A. P. de los Nuevos Linceos. El Estado
italiano la retuvo como propia en 1870 dándole el nombre de A.
Nacional de los Linceos, mientras que la Pontificia continuaba su
actividad de una manera muy reducida. Pío XI la restauró en 1936
con el nombre de A. P. de la Ciencia y le dio nuevos estatutos. Su
finalidad es favorecer el estudio y propagación de la Ciencia
física, matemática y de la Naturaleza. La componen 70 académicos,
sin discriminación de nacionalidad ni religión; es la única, en su
género, con carácter internacional. Pío XII, en 1940, concedió a
los académicos pontificios el título de Excelencia. Desde 1922
tiene su sede en la Casina de Pío IV en los Jardines del Vaticano.
Academia Pontificia Teológica Romana. Fundada por el abate
Guirolami en 1695, fue aprobada por Clemente XI en 1718. Para
ingresar en ella era indispensable haber cursado, por lo menos,
cuatro años de estudios teológicos. Los actos que se celebraban
consistían en dos reuniones semanales en las que se trataba de
teología y de historia eclesiástica. Benedicto XIII la protegió,
fundando 20 becas a favor de sacerdotes pobres.
Academia Pontificia Eclesiástica. La fundó Clemente XI en
1701; en tiempos de Pío VI fue facultad de Teología, Derecho e
Historia. León XIII reorganizó sus estudios dándole el carácter
diplomático que tiene en la actualidad y convirtiéndola en un
instituto de estudios superiores, en el que se prepara a los
eclesiásticos para el servicio diplomático de la Santa Sede. Los
alumnos, después de doctorados en Derecho canónico, siguen en esta
a. un curso bienal al final del cual obtienen un diploma que les
permite trabajár como agregados de la Secretaría de Estado.
Numerosas personalidades célebres estudiaron en ella, tales como
los card. Rampolla, Merry del Val y los papas Clemente XIII, León
XII, León XIII y Benedicto XV; Pío XII enseñó en ella Diplomacia y
fue cardenal protector de la misma.
Academia Pontificia Romana de Arqueología. La fundó
Benedicto XIV en 1740 con el nombre de Accademia delle Romane
Antichitá. En el discurso inaugural, que tuvo lugar en 1741, se la
consideró como una restauración de la fundada en 1460 por Pomponio
Leto, astrólogo que junto con un grupo de amigos se dedicaban
principalmente al estudio de las antigüedades clásicas italianas,
llegando a entablar relaciones con otros países; perseguidos
algunos de sus socios, acabó por convertirse en una sociedad
secreta, dejando de existir en 1550. La A. fundada por Benedicto
XIV tuvo su primera sede en Campidoglio y después en el Quirinál,
asistiendo frecuentemente a sus reuniones el Santo Padre; con su
muerte, cesó la actividad de la A., resurgiendo en 1810 bajo la
dominación napoleónica gracias al político y filósofo barón de
Gerando. La A. pasó de nuevo a la Iglesia cuando Pío VII regresó a
Roma; Pío VIII le concedió el título de pontificia en 1829. Los
académicos se dividen en: honorarios, efectivos (de cualquier
nacionalidad, pero residentes en Roma) y corresponsales. Su
finalidad es el estudio de la Antigüedad clásica, pero en realidad
sus investigaciones se extienden desde la Prehistoria hasta el
.fin del Renacimiento. Desde 1829 publica boletines y anales de
gran interés para los estudios de la Antigüedad. Actualmente tiene
su sede en el Palacio de la Cancillería Apostólica. .
Academia Pontificia Litúrgica. Fundada por Benedicto XIV en
1740, decreció notablemente en importancia y actividad a la muerte
de su fundador; resurgió en 1840 debido a la protección de
Gregorio XVI, que le concedió una asignación anual. Su finalidad
es el estudio de cuestiones litúrgicas prácticas; los asuntos a
discutir se publican al comienzo del año y las soluciones aparecen
en la revista «Ephemerides Liturgicae». El presidente de la A. es
el cardenal vicario pro tempore. Los académicos son sacerdotes
regulares y seculares en número indeterminado; además, hay 40
censores como máximo, encargados de dar su juicio y dictamen sobre
las soluciones propuestas por los primeros.
Academia Pontificia de la Inmaculada. Hombres cultivadores
de las ciencias, letras y artes fundaron en 1835 esta A. en honor
de la Virgen ofreciéndole el homenaje de su saber. Pío IX le
concedió el título de pontificia en 1865, formó parte de ella y
presenció las solemnes reuniones anuales; Benedicto XV la
reorganizó en 1921 dándole nuevo impulso. Los estudios marianos
son la principal actividad de la A., que, desde 1943, celebra
cursos anuales de conferencias.
Academia Pontificia Romana de S. Tomás de Aquino y de la
Religión Católica. El papa León XIII fundó en 1879 la A. Romana de
S. Tomás con la finalidad de promover el estudio de la filosofía
tomista, siendo ampliada por Benedicto XV en 1914. La importancia
de esta A. fue notable, pues hubo un tiempo en que se le permitió
establecer cátedras de filosofía tomista en varias universidades y
colegios de Roma. La A. de la Religión Católica se fundó en 1801 y
fue reconocida como pontificia por Pío VII; su finalidad
consistía, principalmente, en defender la Religión contra los
errores de la Revolución francesa. Pío XI unió ambas a. en 1934,
llevando desde entonces una actividad común que se especializó en
1945 en tres secciones: teológica, filosófica y jurídicoeconómica.
Entre sus actividades podemos citar: el I y III Congreso Tomista
Int. (15 a 20 abr. 1925; 23 a 27 nov. 1936, respectivamente); y la
Semana de estudios sobre existencialismo (8 a 13 abr. 1947). En
1948 comenzó a publicarse una revista cuatrimestral con el título:
«Doctor Communis, Acta et Commentationes». Desde 1942 tiene su
sede en el Palacio de la Cancillería Apostólica.
Academia Pontificia Mariana Internacional. Se fundó en 1946
y se la declaró pontificia en 1959. Tiene como finalidad promover
los estudios científicos, especulativos e históricocríticos sobre
la Virgen María. Entre las actividades que lleva a cabo destaca la
publicación de varias colecciones de obras marianas: «Bibl. de la
Inmaculada
Concepción de la B. V. María»; «Bibl. de la Asunción de la
B. V. María»; «Estudios Marianos»; «Actas de los Congresos
Mariológicos Int.», etc.
Collegium Cultorum Martirum. Se fundó en 1879 y ticne su
sede en el Palacio del Inst. Pontificio de Arqueología Cristiana.
Su finalidad es promover el culto de los santos mártires y
despertar el interés y amor hacia las catacumbas y los monumentos
sagrados antiguos. Para ello celebra cada año varias fiestas y
conmemoraciones con funciones religiosas y conferencias.
BIBL.: Enciclopedia Católica, I, Ciudad del Vaticano 1948, 163176; Annuario Pontificio, Ciudad del Vaticano 1968, 11171125.
J. CARDONA PLA.
Cortesía de Editorial Rialp. Gran Enciclopedia Rialp, 1991