Apocalipsis de san Juan
Biblia


Llamado también brevemente el Apocalipsis es, en las listas corrientes, el último de los libros de la Biblia y el único escrito apocalíptico del Nuevo Testamento. El escrito, compuesto por el «vidente» durante su exilio en Patmos, es decir, durante un período de persecución (muy probablemente a finales del reinado de Domiciano, muerto en el 96), menciona como autor del libro a un hombre, llamado Juan, que afirma ser profeta (1,1.4.9; 22,8s). La investigación actual, en oposición a la antigua (aunque no unánime) tradición de la Iglesia, se niega, en general, a identificar a este Juan con el apóstol -> Juan, o con el Juan autor del -> Evangelio, que probablemente es también un personaje distinto del apóstol del mismo nombre. Contraviniendo a la norma acostumbrada en el género literario -> apocalíptico de ocultar al autor bajo un seudónimo, el autor del Apocalipsis de Juan, consciente de su condición de profeta, presenta su escrito a las comunidades del Asia menor bajo su propio nombre (2,3). Con la revelación que Dios entrega a los cristianos, por medio de Cristo y del vidente, acerca de «lo que está por venir» (1,1-3), el autor del Apocalipsis quiere avisar y consolar a sus lectores. Y lo hace con un libro cuyos elementos están perfectamente meditados y ensamblados para su propósito. Después de una introducción de tipo epistolar (1,4-8), sigue una grandiosa visión de Cristo (1,9-20), que prepara el terreno para las siete cartas de amonestación (2-3) a las comunidades de Asia menor (Éfeso, Esmirna, Pérgamo, Tiatira, Sardes, Filadelfia y Laodicea), a las que se estimula con reprensiones, alabanzas, amenazas y promesas.

Tras la introducción parenética, sigue la sección apocalíptica fundamental (4,1-22,5) que describe, con una serie de visiones cuidosamente escalonadas (visión de los sellos 5,1-8,1; visión de las trompetas 8,2-11,14; visión de las copas 15,1-16,21), el juicio sobre los adversarios de Dios y los enemigos de los cristianos, celebra, a través de sus descripciones del culto a Dios en los cielos, con sus himnos, la liberación ya conseguida en el acontecimiento de Cristo y la victoria decisiva de los cristianos, y estimula finalmente la confianza cristiana, ofreciendo una visión de la soberanía plena de Dios en la Jerusalén celeste. La conclusión del libro (22,6-21) insiste en la autenticidad de las visiones, expresa una viva -> espera próxima y procura proteger al libro de falsificaciones.

La exégesis del Apocalipsis de san Juan debe partir del hecho de que su autor no quiere hacer «profecías» sobre el curso del mundo o de la historia de la Iglesia. Lo que intenta es consolar a los lectores y exhortarles a permanecer firmes en la confianza en la victoria final de Dios. Y para conseguirlo se sirve de números, imágenes y escenas simbólicas que, en su máxima parte, se encuentran ya en la tradición.