Antropomorfismo
Biblia


Descripción de Dios bajo la forma (gr. morphe) de hombre (gr. anthropos). Así, la Biblia presenta a Dios con características corpóreas y sensibles humanas: siente y actúa como un hombre. Tiene rostro (Is 58,8), boca y voz (Dt 4,36), brazos y manos (Dt 7,19). Al igual que el hombre, sien-te alegría, cólera y arrepentimiento (p. ej., Gén 6,6s). El amor de Dios, por el contrario, no puede ser considerado como una descripción antropomórfica, ya que el amor es algo que pertenece a la esencia divina.

De la actividad de Dios habla también la Biblia en forma antropomórfica: forma al hombre del barro, inspira su aliento en su nariz, le viste. Planta un jardín, por el que pasea al aura de la tarde y habla con el hombre (Gén 1-3); escribe (Éx 24,12), etc. Esta forma de hablar se encuentra sobre todo en los libros más antiguos de la Biblia, mientras que los LXX se esfuerzan por evitar este lenguaje. Sin embargo, los antropomorfismos no desaparecen nunca del todo, ni siquiera en el Nuevo Testamento. Semejante modo de hablar pudiera parecer algo ingenuo, pero no supone ningún desdoro para la dignidad divina, sino que más bien forma parte de nuestro lenguaje sobre Dios, si es que queremos entendernos. Y está justificado, en definitiva, por el hecho de que Dios se hizo hombre. -> Analogía, -> Rostro de Dios, -> Lenguaje en imágenes.