IV. LA EDAD DE ORO DE LA PATRÍSTICA ENTRE LOS CONCILIOS DE NICEA (A. 325) Y
CALCEDONIA (A. 451)
TEMA 15: CARACTERÍSTICAS GENERALES DE ESTE PERÍODO
(AÑOS 325-451)
a) El contexto histórico después de la paz de Constantino
Para comprender mejor la literatura cristiana del siglo IV y primera mitad del V, es necesario que revisemos la historia de esta época desde tres puntos de vista:
política estatal;
sucesos eclesiales y de la política eclesiástica;
cuestiones teológicas
La suma de estos tres enfoques debe arrojar al final una imagen lo más próxima posible a la realidad.
La idea del Imperio romano, desde Constantino a Teodosio el Grande, era una idea de unidad: un imperio, un emperador, un Dios. En la persona del emperador se encuentra la idea sacro-dinámica del imperio. Él era no sólo soberano supremo, guardián de la unidad y propulsor del bienestar del imperio, sino también sumo sacerdote, incluso dios, en el que se encarnan los dioses del imperio que garantizan la unidad y el bienestar del Estado.
Constantino se sentía episkopos de Dios y pontifex maximus. Sentía la responsabilidad del bienestar del pueblo tanto en el plano político como en el religioso.
Por eso los emperadores cristianos actuaron como dirigentes de la iglesia, convocaban concilios, promovían, confirmaban y rechazaban sus conclusiones, aprobaban elecciones de obispos o deponían obispos; incluso fijaban la fe recta y obligatoria tras el asesoramiento de sínodos o de teólogos; hasta que Teodosio, en el 381, elevó esa fe a la categoría de ley.
Se podían tolerar simultáneamente otras religiones y confesiones en la medida en que ellas no pusieran en peligro el bien del Estado.
Esta idea del imperio podía adoptar diversas formas, pasando del cristianismo al paganismo (cfr. Juliano "el Apóstata"), o haciendo del arrianismo la religión del Estado. La oportunidad política servía de medida, no tanto las creencias personales del soberano. Los emperadores no tenían reparo alguno de servirse de la Iglesia y de la fe como un instrumento de la lucha por el poder, porque el éxito político documentaba el favor de los dioses.
Esta época es la edad de oro de los Padres de la Iglesia (s. IV y V):
Todos los cristianos dan gracias por la paz y la expansión cristiana (Nicetas de Remesiana —Dacia, +414— canta en el Te Deum el "te per orbem terrarrum confitetur Ecclesia").
Los emperadores se alíaan con la Iglesia, pero, a veces, tratan de dominarla (cesaropapismo).
En Oriente se suscitan grandes controversias dogmáticas y surgen las herejías condenadas por los grandes Concilios.
Comienza el fenómeno del monaquismo, primero en oriente y después en occidente. Los pueblos germánicos entran en la historia. Hay grandes papas. Aparece el Islam.
Es falsa la idea de la "era constantiniana" —que aún duraría— como una era de compromiso temporal de la Iglesia con el Estado, clericalismo, opresión de las conciencias. Son, por tanto, falsas también las esperanzas de una era "post-constantiniana", en la que la Iglesia recuperaría su perspectiva exclusivamente espiritual. Para la Iglesia no hay eras, pues ha sido siempre la misma a través del tiempo.
En 324 Constantino derrota a Licinio y queda como único emperador. Protege a los cristianos. Construye las Basílicas de S. Pedro y S. Pablo, S, Juan de Letrán en Roma y la del Santo Sepulcro en Jerusalén. En el 330 funda Constantinopla. En Roma la aristocracia seguía siendo pagana. También tuvo errores: ajustició a Fausta (su esposa) y a Crispo (su hijo) por sedición. Se hace arriano y ataca a Atanasio. Muere cristiano en Pentecostes de 337, haciéndose bautizar por un obispo arriano (Eusebio).
Los emperadores de esta época eran cristianos (excepto Juliano). Limitan las religiones paganas, aunque nunca las persiguen:
Constancio (337-361)
Juliano (361-363): concede derechos y protección oficial a las religiones paganas; quita a la Iglesia lo que tenía; no pone cristianos en cargos públicos; favoreció el cisma y el arrianismo; favorece un templo en Jerusalem...
Graciano (375-383): renuncia al Pontifex Maximus, cierra el altar de la victoria en Roma; desoye a Símaco, senator et vir eloquens, por consejo de S. Ambrosio.
Teodosio el Grande (379-395): impulsa el Credo de Nicea; hace al catolicismo la religión del Estado.
—Bibliografía: Drobner, 211-214.
b) Nuevas oportunidades y nuevos problemas para la Iglesia
Con la Paz de Constantino en 313 la Iglesia pudo desarrollar su misión abiertamente. Creció el número de conversiones. El catecumenado se adaptó a las nuevas circunstancias. Pronto, en amplias zonas del imperio la mayoría de sus habitantes eran cristianos, sobre todo en las ciudades. Más tarde, también comenzarían a convertirse las gentes de los "pagus", es decir, del ambiente rural. De ahí la denominación de "paganos".
Por otra parte, las invasiones barbáricas, a partir del siglo IV, dan ocasión para que los misioneros cristianos comenzaran a predicar la fe a otros pueblos. Ya se había desarrollado la fe en pueblos poco romanizados como Britania, pero pronto el Evangelio llegaría a Irlanda, y comenzaría a penetrar entre las tribus germánicas asentadas en los limes del impero (los godos, por ejemplo).
La jerarquía eclesiástica se establece sólidamente, sobre todo en las ciudades, pero también pronto se crean parroquias en los pueblos.
Se multiplican los sínodos y concilios en todo el imperio. Aparece también en el siglo IV, más sólidamente establecido el monacato, tanto en Oriente como en Occidente.
A partir del siglo IV el Primado romano tiene más efectividad. Por otra parte, los Concilios Ecuménicos, a los que acudían padres de todo el imperio, fortalecen la unidad en la fe.
En esta época aparecen los grandes Padres de la Iglesia:
—En Oriente:
Atanasio: Tres Discursos contra los arrianos, Vida de San Antonio.
Los grandes "Capadocios": Basilio (legislador monástico, obispo de Cesarea, doctrina sobre la Trinidad), Gregorio de Nisa (gran teólogo), Gregorio de Nacianzo (obispo de Constantinopla).
Juan Crisostomo: vida, escritos sobre el sacerdocio.
Cirilo de Alejandría: (disputas cristológicas y mariológicas del siglo V).
—En Occidente:
Ambrosio de Milán: relaciones con Graciano, Valentiniano II, Teodosio.
Jerónimo: traductor de la Sagrada Escritura; "Vulgata".
Agustín: las Confesiones, la Ciudad de Dios, De Trinitate, etc.
León Magno: Primado romano, Epístola a Flaviano.
Gregorio Magno: Moralia, renovación litúrgica.
También en este período de la historia comienzan a crecer las grandes herejías trinitarias y cristológicas.
—Bibliografía: Drobner, 211-214.
c) Visión de conjunto y valoración general de esta época
Las herejías en este periodo son más importantes y más amplias que antes. Afectan principalmente a la Iglesia oriental. Interviene el poder estatal, que convoca los Concilios.
Es el periodo aureo de la patrística.
Las herejías principales son:
herejías trinitarias (arrianismo y macedonianismo),
herejías cristológicas (arrianismo y apolinarismo, nestorianismo, monofisismo, monotelismo),
controversias antropológicas (pelagianismo en Occidente)
disputas menores: donatistas y la cuestión de los Tres Capítulos.
—Bibliografía: Drobner, 211-214.
TEMA 16: EL ARRIANISMO
a) Arrio y el arrianismo
Las herejías en los siglos IV y V son más importantes y más amplias que antes. Afectan principalmente a la Iglesia oriental. Interviene el poder estatal, que convoca los Concilios. Es el periodo áureo de la patrística.
Las herejías principales son:
herejías trinitarias (arrianismo y macedonianismo),
herejías cristológicas (arrianismo, apolinarismo, nestorianismo, monofisismo),
controversias antropológicas (pelagianismo en Occidente)
disputas menores: donatistas.
—La cuestión arriana
Hasta Nicea, no había sido definida la relación del Padre con el Hijo. Algunos tendían al subordinacionismo (p. ej., en Antioquía, Luciano de Samosata).
Arrio —que nace en Libia, en la antigua provincia de la Cirenaica, hacia el año 256— defendió abiertamente el subordinacionismo (el Verbo no es eterno, sino creado —Filón decía que Dios no se puede poner en contacto con la materia— y creador de lo demás). Sólo sería "Dios" en un sentido moral. En 315 escribe "el banquete" y propaga su doctrina.
Arrio era un sacerdote cristiano que regía una de las más importantes iglesias de Alejandría. En 318 comienza a difundir sus ideas sobre la Trinidad. Fue condenado por un sínodo en Alejandría, absuelto por un Concilio en Nicomedia, en donde su obispo —Eusebio— lo tenía refugiado, y condenado y enviado al exilio por el Concilio de Nicea (325) convocado por el papa Silvestre y con la asistencia de 318 obispos. Constantino lo mandó llamar a Constantinopla y, durante una marcha triunfal, murió en 336.
En el Sínodo de Alejandría (318), se habían reunido cien obispos egipcios con Alejandro, sucesor de Pedro el mártir, y excomulgan a Arrio y a sus secuaces. Lo comunican al Papa S. Silvestre. Arrio abandona Alejandría. Los melecianos le siguen. Se refugia con Eusebio de Nicomedia. Se divide el pueblo de Oriente. Constantino envía a Osio a Alejandría como mediador. No lo consigue.
El Sínodo de Antioquía, presidido por Osio, condena a Arrio y a tres obispos (entre ellos a Eusebio de Cesarea).
b) Visión de conjunto y breve historia de la crisis arriana del siglo IV
Esta herejía ha perdurado hasta el presente, por intentar explicar de una manera fácil el misterio de la Santísima Trinidad.
Arrio no acepta la conciliación entre la unidad de naturaleza y la trinidad de Personas en Dios, ni entre lo finito y lo infinito. La Iglesia había condenado a Sabelio por no aceptar la distinción de personas. Arrio acepta la distinción, pero niega la unidad de naturaleza entre el Padre y el Hijo. El Hijo es una creatura finita para él.
El Padre concibió la creación, pero como lo infinito no puede ponerse en contacto con lo finito, se la encargó al Hijo como Arquitecto del mundo (ideas de Filón). El Hijo no es eterno, fue creado de la nada por el Padre, que no fue Padre siempre; el Hijo no es inmutable, no es infinito.
El Hijo padeció bajo el aspecto de Jesucristo y el Padre lo elevó a la categoría de Dio nominal. Cristo es un hombre en el cual el alma humana ha sido remplazada por el Hijo de Dios.
Tampoco el Espíritu Santo tiene unidad de naturaleza con el Padre, ni con el Hijo.
Esta doctrina se apoya en algunas citas de la Escritura: Prov 8,22: "Yavé me dió el ser en el principio de sus caminos", Col 1,30: "Es el Primogénito de toda creatura", Phil 2, 8-11: ""Por lo cual Dios lo exaltó y le otorgo el nombre que está sobre todo nombre", Mt 28,18: "se me ha dado todo poder"... Arrio era un buen dialéctico.
Como no atacó las instituciones (sacramentos, jerarquía), sus discípulos se mezclaban con los fieles ortodoxos. Gozaba de una gran popularidad.
Discípulos de Arrio:
acacianos,
eudoxianos,
eusebianos,
aerianos,
eunomianos,
ursacianos,
semiarrianos: "homoiousios" = "de la misma naturaleza".
El Credo de Nicea utilizó la palabra "homoousios" = "que no tiene más que una misma sustancia con".
Los emperadores Constantino y Valente defendieron a los arrianos. Los grandes santos (San Atanasio, San Antonio, los Capadocios) combatieron a los arrianos. Los nuevos emperadores Valentiniano, Graciano y Teodosió lograron extirpar el arrianismo del imperio. Los arrianos se refugiaron entre los bárbaros que abrazaron la fe cristiana según esta herejía (borgoñones, visigodos, ostrogodos, vándalos). El Concilio I de Constantinopla (381) se pronuncia definitivamente por la exclusión de los arrianos de la Iglesia.
El arrianismo se extingue como secta el siglo VII. Resurge en el siglo XVI, en las ideas de Miguel Servet (+1553) en Ginebra, Okin y Bucero (+1551) en Inglaterra. El socinismo (Fausto y Bartolomé Socino) es la versión moderna del arrianismo.
—Bibliografía: Masson, 50-55.
c) El Concilio de Nicea
Constantino convoca el Concilio de Nicea, al que asisten 300 obispos (siete de occidente, y los presbíteros Víctor y Vicente, en representación del papa). Preside Osio de Córdoba. Ahí estaban: S. Atanasio (diácono y secretario de Alejandro), Eustasio de Antioquía, Marcelo de Ancira y Arrio en persona.
Eusebio de Nicomedia hace una propuesta arriana que es rechazada. Eusebio de Cesarea una intermedia que también es rechazada. La teología occidental es aprobada. Se redacta el Símbolo el 19 de junio del año 325: el Hijo es consustancial ("homoousios") al Padre, Deum de Deo, Lumen de Lumine, genitum non factum...Se condena explicitamente el arrianismo. Sólo dos obispos de Libia y Arrio no aceptaron el Símbolo, y son excomulgados y desterrados por Constantino. Son exilados también Eusebio de Nicomedia y Teógnide de Nicea que no quisieron romper lanzas con los arrianos. Se quemaron libros. Otros temas que trató el Concilio fueron: la fecha de la Pascua, la elección de obispos, el celibato, la constitución de patriarcados.
d) Las varias posiciones entre los partidarios y adversarios de Nicea: anhomeos, homeos, homeousianos, homousianos
Para la controversia arriana hay que distinguir básicamente cuatro corrientes doctrinales: los anomeos, los homousianos, los homoiusianos y los homoianos, nombrados siguiendo la secuencia cronológica de su entrada en escena. Después del año 360 se suman los apolinaristas y los neumatómacos.
—Los anomeos (arrianos, neoarrianos, eunomianos)
Los anomeos afirmaban que el Hijo de Dios difiere por completo del Padre (anomoioV ). Según San Atanasio, Arrio afirmaba que el Hijo es "ajeno y distinto en todo a la esencia a la peculiaridad del Padre". Los defensores de esta doctrina son los arrianos en sentido original.
Después de Nicea, hacia 355, Aecio (diácono antioquieno) y Eunomio (su secretarioi) volvieron al arrianismo original, anomeo. Un sínodo de Constantinopla del año 360 condenó a Aecio al mismo tiempo que consagró obispo a Eunomio. A esta doctrina se la denominó neoarrianismo. Añadía al arrianismo original dos puntos: sostenía que la esencia divina se puede alcanzar por el conocimiento humano y afirmaba el solapamiento entre el concepto y la realidad, de modo que cosas designadas con términos diferentes (Padre, Hijo) son también diversas en cuanto a su naturaleza.
La política de Teodosio acabó con esta herejía.
—Los homoousianos (nicenos)
Son los que se atenían, sin fisuras, al Símbolo niceno. Entre ellos destacaron Atanasio, Osio de Córdoba, Marcelo de Anciera, Lucífero de Cágliari, Eusebio de Vercelli, los tres grandes capadocios, Fotino de Sirmio y Apolinar de Laodicea.
El término omoousioV había sido condenado en el Antioquía por Pablo de Samosata (268), porque se decía que olía a sabelianismo. Esto no lo conocían los padres del Concilio de Nicea. En 358 Basilio de Ancira hizo público este hecho y puso en aprieto a los nicenos.
Hasta el sínodo de Alejandría (362) y luego con los padres capadocios, no se había delimitado bien los conceptos de ousia como "esencia" y upostasiV como "substancia". Antes, estos dos términos se usaban indistintamente para señalar la misma realidad, con demasiada frecuencia. Por eso fueron condenados Marcelo de Ancira y Fotino de Sirmo por "sabelianos".
—Los homoiusianos (eusebianos, semiarrianos)
Se agrupa bajo este epígrafe a todos aquellos que desde los tres Eusebios (de Cesarea, de Emesa y de Nicomedia, de ahí que se les llamara también "eusebianos") buscaban una vía media entre el arrianismo y el nicenismo, también sin conocer o utilizar ya el término omoiousioV . Este término aparece por primera ves en la segunda fórmula de Sirmio (357) donde se prohibe su uso y el de omoousioV . Fue Basilio de Ancira el que impuso, en el sínodo de Ancira (258), la fórmula omoioV kat ousian. Él entendía por ousia una sustancia individual, de modo que él afirmaba en la divinidad tres upostaseiV y tres ousiai.
La ousia del Hijo es semejante a la del Padre, en cuanto que también ella es divina. Esta fórmula tuvo días de esplendor en Oriente, pero escasos porque el emperador se decantó por los homoianos a partir del año 359. La doctrina homoiousiana adquirió más importancia al unirse con la homoousiana. Hilario de Poitiers la llevó consigo a Occidente al volver del destierro e interpretó en homoousios en este sentido. En Oriente, por mediació9n de Basilio el Grande y Melecio de Antioquía, una parte del partido semiarriano se pasó a la ortodoxia.
—Los partidarios del "homoios katà pánta"
El término "homoiano" es de origen moderno y se ha formado teniendo en cuenta la fórmula dogmática sostenida por ellos y según la cual el Hijo es homoios kata taV grafaV al Padre. El autor de la fórmula fue Acacio de Cesarea, sucesor de Eusebio y promotor de Melecio de Antioquía. Propuso esta fórmula como la fórmula de unidad más amplia y menos vinculante. Constancio la aceptó e hizo que se decretara en Nike presionando sobre el doble sínodo de Rímini y Seleucia, y se las arregló para que la confirmara un sínodo de Constantinopla (360).
Se abandonó pocos años después, pues se trataba de una fórmula impuesta por la fuerza con medios puramente políticos y no ofrecía una solución teológica satisfactoria.
A partir de los años 360/362 comenzó una nueva fase de las controversias y de evoluciones teológicas que se dirimieron también en la literatura cristiana: el neoarrianismo en torno a Eunomio, el apolinarismo y la lucha contra ellos encabezada sobre todo por Basilio el Grande de Cesarea, Gregorio de Nacianzo y Gregorio de Nisa.
—Bibliografía: Drobner, 242-248.
e) Las diferentes fases de la lucha contra el arrianismo
Desde el Concilio de Nicea (325) hasta el Concilio de Constantinopla I (381) la Iglesia se vio dividida en dos bandos principales: los obispos nicenos y los arrianos. El primer concilio contrapuso a Arrio el "homoousios" y solventó así la lucha de más de medio siglo sobre la recepción de ese término. El segundo fijó de modo definitivo, bajo la dirección del emperador Teodosio, la obligatoriedad universal del Símbolo Niceno.
Este período se suele dividir en dos fases:
—La primera fase abarca desde el Concilio de Nicea (a. 325) hasta el Sínodo de Alejandría (a. 362). Entre los años 325 y 381 hubo algunos sínodos que tomaron decisiones importantes: Antioquía (341), Sárdica (343), Sirmio (351 y 357), Ancira (358), Rímini/Seleucia (359) y Alejandría (362).
—La segunda fase abarca desde el Sínodo de Alejandría (a. 362) hasta el Concilio de Constantinopla I (a. 381). La muerte del emperador Constancio (361) y la indiferencia radical del nuevo emperador Juliano el "Apóstata", respecto de los asuntos intereclesiales hicieron posible el Concilio de Alejandría (362), el último en la disputa arriana antes del Concilio de Constantinopla (381) y pionero para el futuro. Con su Tomus ad Antiochenos este sínodo abrió por primera vez la vía de mediación teológica que San Basilio y sus partidarios siguieron desarrollando hasta el Concilio de Constantinopla para la solución ortodoxa.
—Bibliografía: Drobner, 234-240.
TEMA 17: LA PRIMERA FASE DE LA CRISIS ARRIANA (AÑOS 325 A 362)
a) Entre el Concilio de Nicea (a. 325) y el Sínodo de Alejandría (a. 362)
A pesar de Nicea, el arrianismo se extendió con un auge inusitado. Se decía que el "homoousius" era una concesión al sabelianismo (resaltar demasiado la unidad de Dios, confundiendo las Personas). Los arrianos deponen a Eustasio de Antioquía, Marcelo de Ancira y Atanasio de Alejandría (obispo desde 328). Constancio apoya la herejía. Se introducen formulas nuevas rechazando la nicena: cuatro antioquenas, cuatro en el Sínodo de Sirmio (351-359).
Se intenta restablecer la unidad en los Sínodos de Sárdica (343) y Rimini-Seleucia (359-360), sin lograrlo. En 361 Valente se convierte en un emperador arriano fanático.
El arrianismo sucumbe en la Iglesia oriental, en la segunda mitad del s. IV por las divisiones internas entre los arrianos, por la teología altísima de los capadocios, por la intervención de Teodosio el Grande (379-395). El Concilio I de Constantinopla (381) confirma la victoria de la ortodoxia.
Después de Nicea, Constantino defendió el homoousios, hasta que, al final de su vida, Eusebio de Nicomedia es nombrado patriarca de Constantinopla y lo convence, bautizándolo antes de morir en el arrianismo (337). Un poco antes habían sido depuestos Eustasio de Antioquía y Atanasio de Alejandría (y exilado a Treveris), por defender la fe nicena. Constancio, hijo de Constantino (337-361) tenía convicciones arrianas y trata de imponerlas a la Iglesia. Muchos obispos y sacerdotes se pliegan a su voluntad, aunque en el fondo no estaban del todo convencidos. El pueblo sigue creyendo en la divinidad de Jesús, a pesar de todo ("los oídos de los fieles son más santos que los corazones de los sacerdotes").
Sin embargo, unos pocos obispos católicos, a pesar de la persecución, defienden la fe Nicena (S. Hilario de Poitiers, S. Eusebio de Vercelli, S. Atanasio). Constante gobernaba el occidente. En 350 muere y Constancio persigue a los cristianos nicenos también en occidente. Los que todavía permanecen en la Iglesia (llamados semiarrianos) decían que el homoousios tenía sabor sabelianos, y proponían diversas fórmulas (homoiois = semejante al Padre), sin acabar de reconocer la plena igualdad de naturaleza del Hijo con el Padre. Los obispos nicenos (que vuelven a sus sedes en 361, con Juliano; a partir de entonces en occidente hay paz) consiguen cuidar que no se introduzcan fórmulas ambiguas en la liturgia (p. ej., la antigua doxología "Gloria Patri, per Filium in Spiritu Sancto" es cambiada por la actual, con el "et"). A Juliano le sucede Valente, arriano fanático (+375). Graciano (375-383) nombra coregente a Teodosio (379-395), que estaba completamente a favor de la fe nicena.
b) La respuesta de los Padres: San Atanasio de Alejandría, en Oriente; San Hilario de Poitiers, en Occidente
SAN ATANASIO DE ALEJANDRÍA
—Vida
Es el obispo más importante de Alejandría, gran defensor de la fe de Nicea, "columna de la Iglesia" (S. Gegorio Nacianceno), "Padre de la Ortodoxia. Es el gran enemigo del arrianismo.
De carácter firme para defender la verdad, pero tolerante y dulce, sufrió 5 veces la deposición de su sede episcopal y 17 años de destierro.
Fuentes de su vida: sus mismas obras, la "Historia acephala" (Historia Athanasii, en latín, está mutilada), la introducción siriaca a las Cartas festales, el Discurso 21 de San Gregorio Nacianceno, etc.
295: Nace en Alejandría, de padres cristianos; contacto con San Antonio y los monjes de la Tebaida. Formación clásica y cristiana.
306: En un Sínodo de Alejandría, Melecio de Licópolis (Egipto) es depuesto por haber sacrificado a los ídolos en la persecución de Diocleciano.
319: Atanasio es ordenado diácono y nombrado secretario del obispo Alejandro.
325: Acompaña a Alejandro (sucesor de Pedro el Mártir), su obispo, al Concilio de Nicea; en un Sínodo de Alejandría Melecio vuelve a la comunión eclesiástica.
328: Obispo de Alejandría (lo será por 45 años), al morir Alejandro; vuelven a sus sedes, llamados por Constantino -que buscaba la paz-, los jefes del arrianismo: Eusebio de Nicomedia y Teognide de Nicea, que tachan de sabelianismo (que resalta demasiado la unidad de Dios) a los autores de Nicea; San Eustacio de Antioquía se queja de las maniobras de los semiarrianos.
330: Un Sínodo de Antioquía depone a Eustacio y Constantino lo destierra a la Tracia, donde murió poco después; en esa época son depuestos varios obispos más, como Marcelo de Ancira.
332: Los melecianos (que se habían pasado al bando arriano) originan disturbios en Alejandría; Atanasio tiene que justificarse ante Constantino.
333: Instrucciones muy severas de Constantino contra los arrianos.
334: Los melecianos vuelven a calumniar, pero son descubiertos y humillados.
335: El Sínodo de Tiro es convocado por Constantino a petición de Arrio, que le había visitado en Nicomedia; los obispos participantes eran partidarios de Eusebio de Nicomedia: a Atanasio se le acusó de destrozar el caliz de Isquira y por interferir en el transporte de trigo de Alejandría a Constantinopla; fué depuesto por Constantino y desterrado a Tréveris (1ª deposición), a pesar de los ruegos de San Antonio, pueblo, clero y vírgenes de Alejandría; Arrio fue absuelto, durante el Concilio de Jerusalen (335) pero murió en Constantinopla al poco tiempo, la vispera del día que estaba previsto ser admitido a la comunión (336).
337: Muerte de Constantino el 22 de mayo pocos días después de haber recibido el bautismo de Eusebio de Nicomedia; Atanasio vuelve a Alejandría el 23 de noviembre por orden de Constantino II (Bretaña, Galia, Hispania); Constancio se quedó con Asia Menor, Egipto y Siria, y Constante con Italia, Africa y el Iliricum.
338: Los eusebianos apelaron al papa Julio (primer reconocimiento suyo al primado romano) contra Atanasio, pero los católicos se reunieron en un Concilio de Egipto apoyando a Atanasio, e informaron al papa y a los tres emperadores.
339: Los eusebianos consagran ilegítimamente a Gregorio de Capadocio, en el Sínodo de Antioquía, para sustituir a Atanasio que, después de protestar contra la injusticia y exhortar a los fieles, se aleja de Alejandría "pro bono pacis" (2ª deposición); Atanasio se refugia en Roma invitado por el papa que intenta conciliar; los orientales amenazan romper la unión con el papa si este se declara a favor de Atanasio,
340: Se reunen 50 obispos en el Sínodo romano; los padres, entre los cuales estaban Vicente y Vito, delegados del papa en Nicea, exhoneran a Marcelo de Ancira acusado de sabelianismo y le piden que suscriba una profesión de fe; los orientales se niegan a reintegrarlo en su diócesis; también el papa Julio exhonera a Atanasio después de un estudio cuidadoso de todo su caso; el papa escribe una maravillosa carta a los orientales para comunicar la decisión romana, haciendo valer la autoridad del primado: "¿ignoráis que es costumbre escribirnos primero a nos y así se hace justicia desde aquí?"; en ese año disputan Constantino II y Constante; muere el primero y queda como dueño de todo occidente el segundo,
341: Un centenar de obispos asisten, con motivo de la dedicación de la "iglesia aurea" a un Sínodo en Antioquía (Sínodo de la "Dedicación"); se redactan dos símbolos; el segundo afirma claramente la divinidad del Hijo, pero no menciona claramente su "consubstancialidad" con el Padre; se condena a Marcelo de Ancira (parecía negar la preexistencia eterna de Cristo), Sabelio y Pablo de Samosata (que negaba la eterna divinidad de Cristo).
342: Varios obispos orientales (Mari de Calcedonia, Narciso de Neroniade, Teodoro de Heraclea...) visitan en Treveris a Constante, llevando un símbolo llamado la cuarta fórmula de Antioquía, pues el emperador quería conocer el estado de la iglesia oriental; el papa Julio pide a Constante que aproveche este acercamiento para convocar un concilio en el que se llegue a la paz religiosa; se decide tener el concilio en Sárdica, última ciudad tracia del imperio occidental, presididos por el viejo obispos español, Osio.
343: Sínodo de Sárdica: en resúmen, se puede decir que fue un fracaso; los orientales (unos 80) rehusaron participar y lo abandonaron antes incluso de encontrarse con los occidentales (unos 90); hubo excomuniones lanzadas por una y otra parte; el proyecto de símbolo fue rechazado; los canones se revelaron inaplicables; se provocó el cisma que desde hacía algunos años latía entre las dos mitades del mundo cristiano.
344: Constancio desata una persecución contra los obispos clérigos partidarios de los occidentales; dos obispos occidentales (de Capua y Colonia) lo visitan en Antioquía para pedir paz y que Atanasio pueda regresar a Alejandría; consiguen sólo lo primero; al llegar fueron maltratados por Esteban de Antioquía, pero este obispo es destituido y remplazado por Leoncio que era más conciliador. A su vez, cuatro obispos orientales van a ver a Constante en Milán; ahí, en un primer concilio, se condena a Fotino de Sirmio, discípulo de Marcelo de Ancira; a cambio se pidió a los cuatro obispos que firmaran una condena a Arrio; ellos se negaron y se fueron.
345: Muere Gregorio de Capadocia en Alejandría.
346: Atanasio vuelve a Alejandría a petición de Constancio, Constante y el papa Julio; la mayoría de los obispos orientales no lo reconocen,
347: Se reúne un segundo concilio en Milán para condenar a Fotino de Sirmio; los obipos Valente y Ursacio (antes arrianos) se retractan de sus errores y el papa los restituye en sus obispados; se reunen los orientales en un Concilio en Sirmio para condenar a Fotino y advertir que sus doctrinas proceden de Marcelo de Ancira.
350: Muere Constante a causa de una rebelión y queda el conde Magnencio como jefe de occidente durante tres años hasta que Constancio lo derrote en 353 y se restablezca la unidad del imperio.
353: Se calumnia a Atanasio de haber excomulgado al emperador y Constancio, de acuerdo con el papa Liberio (352-60), convoca un Concilio en Arlés. Se corre la voz de que el papa Liberio se ha vuelto arriano bajo la presión de los agentes imperiales.
355: Más tarde convoca otro Concilio en Milán; en ambos Concilios se obliga a los obispos a condenar a Atanasio o ir al destierro; sólo unos pocos se resisten.
356: Mediante actos violentos el arriano Jorge usurpa la sede alejandrina; Atanasio se ve obligado a huir al desierto egipcio durante 6 años (3ª deposición); ahí escribe: Apología a Constancio, Apología por su fuga, Carta a los monjes, Historia de los arrianos.
361: Muerte de Constancio; es asesinado Jorge, el usurpador,
362: Juliano el Apóstata (361-63) llama a los obispos exilados y hace volver a Atanasio a Alejandría; Sínodo en Alejandría convocado por Atanasio: como consecuencia es desterrado (4ª deposición) por Juliano.
363: Muerte de Juliano; vuelve Atanasio a su sede episcopal.
364: Valente (364-78) comienza a reinar en la parte oriental del Imperio. En la parte occidental se suceden Valentiniano I (364-75), Graciano (375-83) y Valentiniano II (383-92).
365: Valente, furibundo perseguidor de católicos y semiarrianos, destierra a Atanasio (5ª deposición): vive durante cuatro meses en una casa de campo fuera de la ciudad. Algunos afirman que vive escondido en la tumba de su padre.
366: Rehabilitado en su oficio por Valente. En Roma el papa es Dámaso (366-84).
373: Muere el 2 de mayo en Alejandría.
—Escritos
Escribe motivado por las circunstancias de su lucha contra los arrianos. Estilo libre, sencillo, un tanto prolijo y con repeticiones, pero serio y profundo, con argumentos eficaces.
—Escritos apologéticos y dogmáticos
Adversum gentes duo libri (probablemente escritos hacia 318)
Oratio contra gentes: contra las mitologías, la idolatría, el paganismo, el panteísmo filosófico (el culto a la naturaleza).
Oratio de incarnatione Verbi (318): expone la doctrina clásica de la Redención (réplica patristica del "Cur Deus homo?" de S. Anselmo). Manifiesta su profundo amor a Jesucristo: "¿Quieres comprender a Cristo? Haz pura tu alma e imita las virtudes de Cristo, porque sólo así puedes comprender algo del Verbo de Dios" (De incarnatione Verbi, 57).
Orationes contra arrianos (compuestos hacia el 358). Es la obra dogmática más importante. En la primera oratio: expone la doctrina de Arrio y de Nicea; en las otras dos expone los textos de la SE que tratan de la generación del Hijo, relaciónes del Hijo con el Padre y de la Encarnación.
De incarnatione et contra arrianos. Prueba la divinidad de Cristo y del Espíritu Santo con argumentos de la SE. Habla de tres "hypostasis" con el sentido de "personas" (ya lo había hecho en el Sínodo de Alejandría del 362), auque habitualmente dé a este término el sentido de "esencia".
—Escritos dogmáticos espurios:
De incarnatione contra Apolinarem;
Sermo maior de fide;
Expositio fidei;
Interpretatio in symbolum;
Dialogi de sancta Trinitate quinque; Dialogi contra Macedonianos duo;
Symbolum Athanasianum;
Pseudo-Athanasii De Trinitate libri XII.
—Escritos histórico-polémicos
Apologia contra arrianos (357)
Apologia ad Constantium imperatorem (357)
Apologia pro fuga sua (357)
Historia arrianorum (358)
—Escritos exegéticos
Epistula ad Marcellinum de interpretatione Psalmorum
Expositiones Psalmorum
—Escritos ascéticos
Vita S. Antonii (escrita en 357, poco después de la muerte del santo, en 356). Tuvo gran influencia
De virginitate
Sermones
—Cartas
Cartas festales o pascuales (hay una con el elenco de libros canónicos),
Cartas sinodales,
Cartas encíclicas,
Cartas dogmático-polémicas (la cuarta a Serapión la escribió en 359-360 y trata sobre la divinidad del ES,
Cartas ascéticas
La Carta a Adelfio (370-71).
—La teología de San Atanasio
San Atanasio, discípulo de Orígenes, no es propiamente un teólogo especulativo o teorizante. Hombre de tradición, busca sus argumentos en las Sagradas Escrituras y en los Padres y, menos, en la filosofía. Sin embargo, su pensamiento influye decisivamente en la historia del dogma del siglo IV. Sólo pretende enseñar la doctrina ortodoxa que predicaron los Apóstoles y conservaron los Padres. Defiende la Tradición y previene contra el peligro del racionalismo helenizante. La defensa de la fe será su único objetivo.
Su pensamiento es más preciso que extenso. Sabe separar la doctrina de la fe de las explicaciones de la filosofía. Pone las bases para la doctrina sobre la Trinidad y la Cristología posteriores. Explica mejor que ninguno de sus predecesores la naturaleza y origen del Logos.
—Trinidad
Defiende la unidad y la distinción de Personas en la Trinidad. Dios creo todo: El Padre crea por el Hijo en el Espíritu Santo.
Contra los arrianos y Orígenes dice que el Padre engendra al Hijo en una misma naturaleza o esencia, no lo crea. No es indigno del Padre crear todas las cosas. No necesita de un intermediario. El Padre, que es Dios se ocupa hasta de los cabellos de nuestras cabezas, de los pajarillos y de las hierbas del campo.
El Logos es Dios, no es creatura. El Logos es de la misma esencia que el Padre, consustancial (homoousios) al Padre, no sólo semejante (homoiousios) al Padre. No cabe el subordinacionismo del Logos.
—Redención y Logos
San Atanasio repite con frecuencia que Dios se hizo hombre para que el hombre se hiciese Dios. El Verbo se revistió de una naturaleza mortal para ofrecer una víctima por el pecado y salvarnos de la muerte. Además, se reviste de la incorrupción, por la resurreción, y nos comunica la incorrupción a todos. El hijo de Dios se encarna porque, al ser imagen del padre, puede restaurar la imagen de Diosen el hombre y, muriendo, comunicarles su inmortalidad e incorrupción.
Para demostrar la divinidad del Hijo usa un triple principio:
a) la Sagrada Escritura y la Tradición afirman que el Hijo procede del Padre por generación (no por voluntad sino por naturaleza),
b) el Verbo no puede ser creado porque por Él han sido hechas todas las cosas,
c) el Verbo es Dios pues, sólo así, puede hacernos partícipes de la naturaleza divina al redimirnos.
—Cristología
Siempre afirma claramente la separación de las dos naturalezas en Cristo: Cristo es perfecto Dios y perfecto hombre. Y también sostiene su unidad personal.
Sin embargo, tiene de común con Arrio y Apolinar la adopción de la cristología del Logos-Sarx de los primitivos escritores cristianos. Es decir, la idea de que el Verbo está unido a la Carne sin alma humana. Hay que señalar que San Atanasio no menciona expresamente que Cristo no tenga alma. Simplemente se limita a admitir implícitamente esa teoría que los teólogos seguían en esa época (Orígenes, sin embargo, ya había admitido un alma humana en Cristo).
—Espíritu Santo
"Si El diviniza, no cabe duda de que su naturaleza es divina", dice en sus cartas a Serapión. Por lo tanto no es criatura, sino Dios.
Como es uno, es consustancial al Hijo igual que el Hijo lo es al Padre.
El Espíritu Santo "procede del Padre porque brilla y es enviado y es dado por el Verbo, quien a su vez es del Padre".
—Bautismo
Considera inválido el bautismo conferido por los arrianos. La razón es por la fe defectuosa con que se confiere. Así también lo declaró el Concilio de Nicea.
—Eucaristía
Afirma expresamente la conversión del pan y del vino en el Cuerpo y la Sangre de Cristo por las invocaciones y oraciones sobre ellos. Refuta la falsa interpretación de los habitantes de Cafarnaúm que entendieron que recibirían el Cuerpo de Cristo en forma material. San Atanasio dice que se recibe en forma espiritual. Algunos, erroneamente, han querido utilizar esto para avalar la interpretación simbólica que hace Zwinglio.
—Bibliografia: Quasten II, 22-83; Fliché III-5; GER III, 286-289; Apuntes; Silvano Cola, Perfiles de los Padres, ed. Ciudad Nueva, Madrid 1991, p. 47-52.
SAN HILARIO DE POITIERS
—Vida
"El Atanasio de Occidente" nace el año 315 en Poitiers, de familia pagana. Por el estudio de la filosofía y de la Sagrada Escritura se convierte. En 350 es designado obispo de Poitiers.
Constancio convoca dos sínodos pro arrianos: Sínodo de Arles (353) y Sínodo de Milán (356) que determinan la deposición de Atanasio.
Participó en el Sínodo de Beziers (356) defendiendo la fe nicena y fue desterrado a Frigia. Durante su exilio (356-359) estudia teología griega. En 360 vuelve a las Galias. Muere en 376.
—Obras y pensamiento
Obras exegéticas: sigue a Orígenes; supo refrenar los excesos de alegorismo: Comentarios a San Mateo (356); Tratado sobre los misterios.
Obras dogmático polémicas: De Trinitate (en el exilio) en contra de los arrianos (exégesis y especulación); Sobre los sínodos.
Obras histórico polémicas: A Constancio Augusto (359); Contra Constancio Emperador; Contra los arrianos.
—Bibliografía: Apuntes.
TEMA 18: LA SEGUNDA FASE DE LA CRISIS ARRIANA (AÑOS 362 A 381)
a) Entre el Sínodo de Alejandría (a. 362) y el Concilio de Constantinopla (a. 381)
Después del Sínodo de Alejandría del año 262, no se celebraron más sínodos importantes en la evolución de la controversia arriana, porque el emperador Valente (364-368) siguió por completo la línea de la homoiana fórmula de unidad de Rímini y Seleucia, y trató de imponerla con medidas puramente políticas tanto contra los nicenos como contra los homoiusianos.
El emperador Teodosio puso fin, a partir de 379, a la dimensión política de la controversia. Los anomeos o "neoarrianos", dirigidos por Eunomio de Cícico, jugaron un gran papel en la conforntación teológica con los nicenos, principalmente con Basilio el Grande y con Gregorio de Nisa, pero en el plano de la pol´{itica eclesial no pasaron de ser una secta.
—Bibliografía: Drobner, 240-241.
b) La última fase del arrianismo y el problema pneumatológico
Macedonio, en un principio de la facción arriana, fue consagrado obispo de Alejandría en 342, con el apoyo del emperador Constancio. En 359 le retira su favor y lo depone. Macedonio se vuelve contra católicos y arrianos. Defiende el dogma de la divinidad de Crsito pero enseña que el Espíritu Santo no es una Persona divina. El Espíritu Santo de los macedonianos se confunde así con el Hijo de los arrianos.
Su principal discípulo es Maratonio (maratonianos). Se extendieron por Tracia, Bitinia y el Helesponto. Vivían austeramente. Tuvieron influjo en los monasterios. Fueron perseguidos por Constancio, recuperaron la libertad bajo Juliano (361-63), perseguidos nuevamente por Joviano, Valente y Teodosio. Condenados los pneumatómacos (los que, en general, negaban la divinidad del Espíritu Santo) por el Concilio de Constantinopla en 381 (al que enviaron 36 obispos), desaparecieron al poco tiempo de la escena histórica.
—Bibliografía: Masson, 212-213.
c) Apolinar, el apolinarismo y el comienzo de las cuestiones cristológicas
Apolinar fue obispo de Laodicea y muy respetado por todos. Defendió la fe nicena y como reacción contra el arrianismo aseguró que Cristo es Dios pero no hombre perfecto porque tiene un cuerpo (soma) humano (algunos decían que este cuerpo no era humano, sino increado, al basarse en el texto "El primer hombre salido de la tierra es terreno; el Segundo hombre viene del cielo", de 1 Cor 15,147) y un alma sensible (psijé) —que había sufrido en la Pasión—, pero no un alma pensante (nous) humana -pues en Cristo no hay pecado y el pecado está en la voluntad libre-, pues esta es sustituida por el Verbo.
Los apolinaristas también fueron llamados "diméritos" o "separadores".
Fueron refutados por Atanasio, Teodoreto, Basilio, y denunciados por los Concilios de Alejandría (360), Antioquía (379), Constantinopla (381) y Roma (374).
Apolinar muere en 382 y la secta desaparece en 430.
—Bibliografía: Masson, 41-42.
d) La respuesta de los Padres
En el Sínodo de Alejandría (362) Basilio el Grande y sus partidarios nicenos acentuaban la divinidad del Espíritu Santo y así se permitía por primera vez —junto con la aseveración de una hipóstasis en Dios— la formulación de tres hipóstasis. Con ello, se fundamentaba por primera vez una concepción diferenciada de upostasiV como persona, no exclusivamente como sustancia.
—Bibliografía: Drobner, 241.
e) Los Padres Capadocios: San Basilio de Cesarea, San Gregorio de Nacianzo y San Gregorio de Nisa
SAN BASILIO DE CESAREA
—Vida
330: Nace en Cesarea de Capadocia de una familia rica y ya cristiana. Su padre, célebre retórico en Neocesarea, era hijo de Santa Macrina la Mayor. Su madre, Emelia, hija de mártir, tiene diez hijos, de los cuales cuatro se veneran como santos: tres obispos (Basilio, Pedro de Sebaste y Gregorio de Nisa) y Santa Macrina la Menor. Era delgado, tímido y de salud precaria, pero con una autoridad extraordinaria que se desprendía de toda su persona desde su juventud. Estudia en Constantinopla y Atenas (compañero de Gregorio Nacianceno), y ejerce la carrera retórica.
355: Una crisis moral le decide a renunciar a la carrera de retórico (era profesor) y se resuelve a hacerse monje, siguiendo el ejemplo de su hermana.
356: Después de realizar un viaje largo por Egipto, Palestina, Siria y Mesopotamia, para visitar a los ascetas de aquellos lugares, se bautiza, se retira al Ponto (propiedad familiar), junto al río Iris. Más adelante fundará una ciudad monástica (Basiliade), junto a Cesaréa, con orfanatorios, leprosarios, escuelas de artes y oficios, etc.: toda una gran obra social.
358: Con Gregorio Nacianceno compone la Philocalia, antología de las obras de Orígenes, y dos Reglas monásticas.
360: Funda un monasterio en Neocesarea del Ponto.
364: Es ordenado presbítero, por Eusebio, en Cesarea. Trabaja junto a Eusebio, obispo de Cesarea, al que sucede en el año 370. Es además exarca de la diócesis civil del Ponto. Es sobre todo hombre de acción.
367: Durante la carestía que desvastó Capadocia, Basilio se encargó del abastecimiento, organizó la ayuda a los necesitados. Tenía una gran sensibilidad para solucionar las penas de los más pobres: fundó hospicios y leprosarios.
370: Publica sus dos Reglas monásticas. La obediencia se convierte para los monjes en la virtud primordial, que aseguraba las otras. Junto con la pobreza y la castidad constituía las bases de la vida monástica. Junto con la plegaria, se prescribía también el trabajo como indispensable para el equilibrio moral.
371: Al dividir Valente, en 371, la diócesis del Ponto, Basilio nombra varios obispos en la parte que le había quedado, entre ellos a los dos Gregorios.
378: Muere Valente y le sucede Teodosio el Grande.
379: Muere en 379 después de haber deseado ardientemente la unión de los arrianos. Es un hombre universal. Busca la unión de oriente y occidente. Escribe a San Dámaso, obispo de Roma, para pedirle que visite su diócesis.
—Obras
Es claro y ordenado al escribir.
Tratados:
Contra Eunomio (arriano): rebate su Apología (363-364);
Sobre el Espíritu Santo (Gloria al Padre, con el Hijo y con el Espíritu Santo);
Exhortación a los jóvenes: consejos prácticos a sus sobrenos sobre los clásicos paganos.
Escritos ascéticos (13):
Moralia (escritos en el Ponto);
Reglas detalladas y reglas breves: vida ascética en común y obras asistenciales.
Homilías y Discursos (homilías catequéticas del NT):
9 homilías sobre el Génesis (exégesis literal);
Cartas (más de 300): reflejan su carácter sensible y generoso.
—Doctrina pneumatológica en el "De Spiritu Sancto"
Basilio tiene dos tratados dogmáticos: "Contra Eunomio" y "De Spiritu Sancto".
En su obra "Contra Eunomio" refuta la doctrina de este nuevo jefe arriano, que era el cabecilla de los anoetas. Defiende la consustancialidad del Hijo con el Padre y la divinidad del Espíritu Santo.
En 375 escribe "De Spiritu Sancto", a propósito del modo de dirigirse en la oración a la Santísima Trinidad. Comienza a usar una manera nueva de expresar la doxología menor: Gloria al Padre, con el Hijo, junto con el Espíritu Santo (en lugar de la que se utilizaba más: Gloria al Padre, por el Hijo, en el Espíritu Santo).
En esta obra resalta la divinidad del Espíritu Santo, sin afirmar expresamente su consustancialidad con el Padre. Su hermano Gregorio explica que, aunque creyera en ella, no escribió sobre ella porque antes había que insistir sobre la consustancialidad del Hijo con el Padre.
Además, se expresa con prudencia (va paulatinamente afirmando la plena igualdad en dignidad del Espíritu Santo al Padre y al Hijo, como lo hará claramente Constantinopla en el 381) para ir convenciendo a los macedonianos por pasos.
En su doctrina sobre el Espíritu Santo sigue a Atanasio y a Dídimo. Es especialmente influido por el contenido de una carta de Atanasio a Serapión. A su vez él influye en la obra del mismo nombre de San Ambrosio.
Fija la terminología y los conceptos de "naturaleza" y "persona". Mientras que Atanasio sigue utilizando en 362 indistintamente los términos "ousia" e "hypostasis", Basilio utiliza "hypostasis" en su acepción jurídica occidental, distinta de "ousia", y habla de tres "hypostasis" y una "ousia", con ocasión del cisma meleciano de Egipto.
Explica las "características personales": la paternidad, del Padre, la filiación del Hijo y la santificación del Espíritu Santo. Enseña, como Dídimo, que el Espíritu Santo procede del Padre por el Hijo.
En teología, logra una síntesis entre la doctrina de Nicea (que era más pro egipcia y pro occidental porque subrayaba la unidad y por eso decían los orientales que tenía sabor sabeliano), y la doctrina de los orientales (Antioquía) que insistía en las tres hipóstasis. Los capadocios, exteriormente, insisten más en la distinción de personas que en la unidad de sustancia (por eso Harnak les llama, erróneamente, "neonicenos", por expresar la doctrina semiarriana en términos nicenos), pero, en el fondo, establecen la doctrina ortodoxa dando a cada término el sentido definitivo en teología.
—Bibliografía: Moliné II, 51-77; Apuntes, Silvano Cola, Perfiles de los Padres, ed. Ciudad Nueva, Madrid 1991, p. 55-60.
SAN GREGORIO NACIANCENO
—Vida
Nació en Arianzo, junto a Nacianzo, en el año 330, de madre cristiana fervorosa (Norma), que convirtió a su marido, que llegó a ser obispo de Nacianzo.
Estudió en Cesarea de Capadocia. Viaja a Cesarea de Palestina, Alejandría y Atenas.
En el año 357 se bautiza y decide llevar vida solitaria. Va al Ponto con San Basilio, junto al Iris.
A instancias de su padre, que pide su colaboración, se ordena presbítero en Nacianzo el año de 362. Disgustado por la presión de su padre, regresa al Ponto pero, arrepentido, vuelve y escribe el "Apologeticus de fuga". Es buen colaborador en la diócesis.
En 371 Basilio lo consagra obispo de una sede conflictiva: Sásima. No toma posesión. Va a Nacianzo y en 374, al morir su padre, es elegido obispo de esa diócesis. En 375 se retira, buscando nuevamente la soledad que tanto deseaba, en el monasterio de Santa Tecla, en Seleucia.
Por su elocuencia, al morir Valente, en 378, es elegido obispo de Constantinopla, en donde pronuncia cinco famosos sermones sobre la Trinidad, en ua iglesia improvisada que tituló la Anástasis (Resurrección). Preside en 380 el Concilio I de Constantinopla, pero, en pleno concilio, se dirige a Nacianzo para ejercer ahí el episcopado durante unos años, hasta que en 384 se retira a Arianzo para dedicarse a la literatura y a la ascesis hasta que muere en 390.
—Obras
Los temas son los asuntos cristianos tratados en forma clásica; insiste especialmente en la divinidad del Espíritu Santo, y en la excelencia de la virginidad.
Discuros: nos han llegado 45;
Poemas: se conservan 400 de tipo teológico e histórico; por ejemplo uno se titula "Sobre mi vida":
Cartas: se consevan 250; la Epístola 101 es contra el apolinarismo.
—Bibliografía: Apuntes; Silvano Cola, Perfiles de los Padres, ed. Ciudad Nueva, Madrid 1991, p. 71-76.
SAN GREGORIO DE NISA
—Vida
Es el mejor teólogo del siglo IV. Se le considera fundador de la teología mística. Hermano menor de San Basilio.
335: Nace en Cesarea de Capadocia. Es lector desde muy jóven. Estudia retórica. Se casó, de lo cual se arrepintió toda su vida. Habla como ningún otro de las excelencias de la virginidad.
360: Se retira al monasterio fundado por Basilio en el Ponto.
371: Basilio lo hace consagrar obispo de Nisa, un poco a la fuerza. No tenía cualidades para gobernar una diócesis
376: Es depuesto por los arrianos en el Sínodo de Nisa.
378: Al morir Valente, Teodosio lo hace restablecer en su sede de Nisa.
379: Participa en el Sínodo de Antioquía con una brillante intervención.
380: Es enviado a visitar la diócesis del Ponto y es elegido arzobispo de Sebaste, muy a su pesar, pues tenía vocación de contemplativo.
381: Asiste al Concilio I de Constantinopla. Ahí fue llamado "columna de la ortodoxia". Luego recibe encargos oficiales de responsabilidad (por ejemplo, hacer cumplir los decretos del emperador en el Ponto, pronunciar los discursos fúnebres a la muerte de la esposa y la hija de Teodosio, etc.).
394: Muere.
—Obras
Es un escritor especulativo, con gran rigor, maneja la retórica y trata temas clásicos.
Tratados dogmáticos:
Contra Eunomio, en donde rebate su segunda Apología;
Contra los apolinaristas;
Contra Apolinar;
Discurso sobre el Espíritu Santo;
Que no hay Tres dioses;
Diálogo sobre el alma y la resurrección;
Gran discurso catequético (385): es una obra sistemática (es la segunda escrita, pues la primera es el "de principiis" de Orígenes) según el Credo; utiliza la filosofía neoplatónica.
Tratados exegéticos (Utiliza el sentido alegórico espiritual y también el literal, como Basilio)
Sobre la formación del hombre;
Apología para Hexamerón;
Vida de Moisés;
15 homilías sobre el Cantar de los Cantares;
Sobre el Padre Nuestro.
Obras ascéticas:
Sobre la virginidad;
Institución cristiana;
Vida de Macrina;
Sobre la perfección;
Sobre la profesión del cristiano.
Discursos y cartas:
En el nacimiento de Cristo;
Contra los que difieren el Bautismo;
Sobre los cuarenta mártires de Sebaste;
24 cartas.
—Bibliografía: Apuntes. Silvano Cola, Perfiles de los Padres, ed. Ciudad Nueva, Madrid 1991, p. 63-68.
DOCTRINA TEOLÓGICA DE LOS PADRES CAPADOCIOS
Son continuadores de la obra de Atanasio en la controversia arriana; llevan a la cumbre la doctrina trinitaria; consiguen el triunfo de la ortodoxia (381); fomentan las relaciones entre el helenismo y el cristianismo; con su labor pastoral consiguen la paz entre los cristianos; difunden el monaquismo.
Basilio es hombre de acción y Pastor.
Gregorio Nacianceno, maestro de oratoria y poeta.
Gregorio de Nisa, pensador y místico.
—Teología trinitaria
Pertenecen a la Escuela de Alejandría en lo especulativo.
La fórmula teológica fijada por Basilio es que en la Trinidad hay una ousia (esencia) y tres hipóstasis (Personas). Las tres hipóstasis son "homoousioi" (consustanciales).
Determinaron las propiedades personales:
Del Padre: la paternidad, el ser ingénito;
Del Hijo: la filiación;
Del Espíritu Santo: el proceder sin generación (S. Gregorio Nacianceno).
Nacianceno y Niseno formularon la doctrina sobre las relaciones de origen.
El Niseno propuso la existencia de acciones ad extra y procesiones ad intra. También formulo la doctrina que afirma que las relaciones opuestas constituyen las Personas. El Niseno propuso la procesión "per Filium": el Espíritu Santo es Espíritu del Padre y Espíritu del Hijo. También afirmo que Dios es uno y singular.
El Nacianceno defendió la divinidad del Espíritu Santo.
—Cristología
El Nacianceno afirmó que la humanidad de Cristo es completa, y estudió la unión entre las dos Naturalezas sin encontrar la fórmula para expresarla.
El Niseno afirmó que la unión se hace en la única Persona y formuló la doctrina de la "communicatio idiomatum". Además habló de María Madre de Dios, de su virginidad en el parto y de los privilegios marianos.
—Filosofía y Teología en el Niseno
Utliza mucho la filosofía y consoloda el uso de la "ratio theologica". Usa el neoplatonismo de filiación plotiniana. También acude a Platón y a los estoicos.
—Misticismo del Niseno
Sigue la tradición de Orígenes:
el hombre es imagen de la divinidad;
es la práctica de la virtud lo que diviniza al hombre, en un proceso de divinización hasta la muerte.
—Bibliografía: Apuntes.
TEMA 19: LA PRIMERA LITERATURA MONÁSTICA
a) El comienzo del monaquismo
La espiritualidad del monaquismo está basada en el contemptus saeculi. Las primeras noticias que tenemos de esta forma de vida nos las proporcionan San Atanasio y San Jerónimo en sus escritos sobre los monjes de los desiertos de Egipto. El monacato cristiano nació en la segunda mitad del siglo III en Egipto como anacoretismo (anacwrein = subir: del poblado valle del Nilo al desierto). Llevadas por el deseo de observar de modo radical el evangelio, algunas personas se desprendían de todos sus bienes e incluso abandonaban la comunidad social a fin de vivir en adelante sólo para Cristo (monacoV = el que vive solo [para Cristo]).
En la primera mitad del siglo IV aparece San Antonio Abad (251-356), en los desiertos de Nitria y Scete (Bajo Egipto). Lleva una vida anacorética de soledad y silencio. En el Alto Egipto vivía San Pablo de Tebas por aquella misma época.
Después de veinte años de soledad, San Antonio reúne a sus discípulos y se forma la primera comunidad de anacoretas sin regla. Así aparece la primera forma de vida común.
En el Alto Egipto (Tebaida), San Pacomio (286-346) inaugura la vida cenobítica que es también una forma de vida común, pero con obediencia a un superior religioso mediante una "Regla". Los monjes viven en un claustro (casa con celdas para muchos monjes rodeada de un muro). Al frente del monasterio o cenobio está un abad. A la muerte de San Pacomio había ya nueve cenobios en la Tebaida con millares de monjes. Había también dos cenobios de mujeres. La abadesa era María, una hermana de San Pacomio.
Además de este ejemplo de monacato femenino, tenemos en el siglo IV el suceso de las damas romanas que, dirigidas por San Jerónimo, se trasladaron a Belén y fundaron un cenobio para mujeres.
Otras formas primitivas de monacato son las de:
San Sabás: vida anacorética y eremítica en los desiertos de Judea y Siria; aparecen las lauras en Jerusalén, que son una fusión de la vida eremítica y cenobítica;
San Efrén: en la segunda mitad del siglo IV, vida anacorética y eremítica en Edesa (Siria nororiental); ahí estuvieron San Juan Crisóstomo y San Jerónimo;
En Asia Menor Eustacio, obispo de Sebaste (380) promueve la vida cenobítica. San Basilio fue discípulos suyo y propiamente se le considera el fundador del monaquismo en Oriente. En los monasterios fundados por él se vivía en común, se practicaba el amor al prójimo y se cultivaba una forma de cultura elevada. San Basilio escribió reglas monásticas.
Más tarde aparecen otros tipos de vida monacal:
los sarabaitas: vivían dos o tres en la misma celda;
los giróvagos: iban vagando de una comunidad a otra;
los reclusos: se hacían emparedar vivos en celdas muy estrechas, de por vida;
los estilitas: como San Simón, que vivió treinta años, cerca de Antioquía, en una columna.
Entre los siglo IV y VIII se desarrolla el monaquismo urbano. Por ejemplo, en Constantinopla había ochenta monasterios en tiempo de Justiniano (siglo VI) que escribió sobre los monjes y a quienes dedicó las "novelas" 5 y 139.
Son dignos de mención, dentro del monacato urbano, los acemetas ("akoimetoi"): los insomnes. Su fundador fue San Alejandro. Se dedicaban a la "oración perpetua". El monasterio de Studion fue un monasterio de acemetas muy famoso en la antigüedad, fundado por el consul Studios. Los monjes "estuditas" fueron firmes defensores del Primado romano contra los monofisitas, en el siglo VI).
Los monjes solían ser laicos (legos). Vestían hábito (túnica negra, cinturón de cuero, piel de cordero o cabra, capuchón), ejercían un trabajo manual y hacían oración. Había algunos pocos sacerdotes entre ellos.
Entre los monjes orientales no parece haber habido dependencias con esenios, neoplatónicos, pitagóricos, budistas, etc.
—Bibliografía: Historia Universal, EUNSA, Pamplona, II, 327 y ss.
b) Importancia e influjo
San Atanasio de Alejandría dio a conocer estas formas de vida en Treveris (Alemania), durante uno de sus exilios. Escribió una biografía sobre San Antonio.
Los primeros monjes de Occidente aparecen bajo la forma de vida cenobítica en las islas del mediterráneo (la isla de Lerins, frente a Marsella). Practican el monaquismo San Ambrosio, San Agustín y San Paulino de Nola.
El monacato se extendió por el África latina. San Agustín fundó un monasterio en su casa de Hipona. Se vivía "vida apostólica" que consistía en que el clero vivía en la casa del obispo. Es el antecedente de los "Canónigos regulares" de la Edad media. Escribió una regla para varones y mujeres. Durante la reconquista bizantina del África del Norte (siglo VI) seguían muchos monasterios organizados según esta regla de San Agustón.
En el centro de las Galias también se extiende el monaquismo a través de San Martin de Tours que funda el monasterio de Ligugé (Poitiers) y el de Marmoutier (Tours, año 370).
En el sureste de las Galias (Provenza) aparecen formas de vida monacal en Marsella y Lerins. Juan Casiano funda en Marsella la Abadía de San Víctor. Honorato funda en Lerins "lauras" como las de Palestina (vida cenobítica y eremítica combinadas). Otros promotores insignes del monaquismo occidental fueron Salviano de Marsella y San Vicente de Lerins. De esos monasterios salieron obispos famosos como Hilario y Cesareo de Arles, Máximo y Fausto de Riez, y Euquerio de Lyon.
Un siglo más tarde San Benito (480-547), patriarca del cenobismo occidental, propaga la vida monacal. San Benito nació en Nursia (Sabina del norte) y muere en Montecasino en plena guerra gótica. Estudia en Roma, va a Subiaco (Sublacum, en los montes sabinos: lago artificial construido por el emperador Claudio junto a las ruinas de un palacio campestre de Nerón). Ahí funda una comunidad según el modelo de los monasterios de San Pacomino.
La segunda fundación es Montecasino (529), en Campania, entre Roma y Nápoles. Ahí se instaura la vida cenobítica completa con el "ora et labora" (oración litúrgica, lectio divina y trabajo).
San Benito escribe su "regla" el año 540. San Gregorio Magno, que fue monje benedictino, dice que se trata de un "código notable por su discreción y claro en su lenguaje". Está inspirada en la "Regula Magistri" del siglo VI también.
La Orden benedictina fue la única que, hasta el siglo XII, rigió el monaquismo occidental. Uno de los benedictinos ilustres fue Casiodoro, hombre público que bajo el dominio de los ostrogodos (540) funda "Vivarium" un monasterio en Calabria, donde se copiaban manuscritos antiguos. Este saber pasaría a los anglosajones y luego los monjes ingleses lo llevaría a toda Europa.
La hermana de San Benito, Santa Escolástica (+547) funda un monasterio para mujeres.
—Bibliografía: Historia Universal, EUNSA, Pamplona, III, 222 y ss.
c) Breves noticias sobre los primeros representantes de la literatura monástica
La literatura hagiográfica que nace en el siglo IV está estrechamente relacionada con el monaquismo. Hasta entonces en la Iglesia se había venerado sólo como santos a los mártires, y se habían transmitido sus testimonios en panegíricos, vidas y actas de mártires. Con los monjes apareció en escena un segundo grupo de cristianos ejemplares a los que se peregrinaba como a "santos vivientes", al tiempo que se acudía también a los santos lugares de la vida de Cristo en Palestina y a las tumbas de los santos (principalmente de los apóstoles y mártires en Roma). Y se escribían y divulgaban sus vidas.
Entre la literatura monástica están las siguientes obras:
la Regla de San Pacomio, que fue escrita ya en vida de él (*9 de mayo de 347). Se ha conservado íntegra sólo en la traducción latina de San Jerónimo. Se divide en cuatro partes con un total de 193 instrucciones breves. El original fue escrito en copto. La base espiritual de la regla de San Pacomio y la medida para todo es la Sagrada Escritura. Sus dos características supremas son la funcionalidad de todas sus instrucciones para promover la vida cenobítica y la moderación que ella mantiene en todo. La virtud fundamental es la obediencia como función creadora y conservadora de la comunidad.
las Reglas de San Basilio el Grande. San Basilio conoció los centros monásticos de Siria, Mesopotamia, Palestina y Egipto. Para sus reglas también se inspira en la Regla de San Pacomio, pero sus reglas son totalmente nuevas, de acuerdo con el tiempo que se vivía. San Basilio moderó el afán de ascetismo que había en su época en su Corpus asceticum. Las Reglas de San Basilio representan una colección de normas concretas nacidas de la experiencia y que obedecen a unos principios básicos comunes. El primer principios es el de San Pacomio: la Sagrada Escritura. El segundo es el integrar el monacato en la Iglesia total. Basilio fundamenta sus Reglas en el mandamiento del amor recíproco.
los escritos monásticos de San Agustín: tiene reglas masculinas y femeninas, y su De opere monachorum,.
el opus de Evagrio Póntico (nacido en 345 en Ibora, en el Ponto) consta fundamentalmente de dos géneros: comentarios bíblicos (según el método exegético alegórico origenista) y escritos ascéticos y monásticos (que se cimientan en la mística origenista pero sin limitarse a repetirla).
los escritos de Simeón de Mesopotamia (Macario), de la misma época de Evagrio. Se atribuyeron a San Macario, uno de los padres del monacato egipcio. Fue un griego culto que vivió con su comunidad monástica en la parte superior del Éufrates. Escribió cartas, homilías y logia (dichos).
los escritos de Juan Casiano, que es el tercer gran escritor del siglo IV. Nació hacia el año 360 y murió después del 432.. Entre otros escritos suyos están las Institutiones y las Collationes.
las vidas e historias de santos: Vita Antonii de Atanasio, Vita Macrinae y la Vita Gregorii Thaumaturgi de Gregorio de Nisa, la Vita Ambrosii de Paulino de Nola y la Via Augustinii de Posidio.
los itinerarios, como el Itinerarium Egeriae.
—Bibliografía: Drobner, 383-416.
TEMA 20: ESCRITORES ORIENTALES (SIGLO IV Y COMIENZOS DEL V)
a) Los escritores de procedencia palestina: Eusebio de Cesarea y el comienzo de la historiografía cristiana; San Cirilo de Jerusalén; San Epifanio de Salamina
EUSEBIO DE CESAREA
—Vida y obras
265: Nace en Cesarea de Palestina. Es discípulo de Pánfilo (origenista).
303: Escribe la "Crónica" que consiste en una historia de algunos pueblos (caldeos, asirios...) y unas tablas cronológicas.
310: Durante la persecución de Diocleciano huye; sin embargo, es encarcelado y confiesa la fe. Es elegido obispo de Cesarea. En las cuestiones arrianas tiene una postura intermedia: afirma la divinidad del Hijo pero rechaza la fórmula "homoousios" diciéndo que era sabeliana.
Influye en Constantino, por ejemplo aconsejándole el destierro de San Atanasio.
324: Termina de escribir la "Historia eclesiástica (que va desde el año cero al 324) en diez libros. Es una colección muy rica de hechos. Otras de sus obras son: -los mártires de Palestina; -la vida de Constantino; -alabanza de Constantino.
337: Pronuncia la oración fúnebre y los discursos en el 2º y 3º aniversarios de la muerte de Constantino.
—Bibliografía: Apuntes.
SAN CIRILO DE JERUSALEN
—Vida
315: Nace en Jerusalén o en Cesarea entre el 313 y el 315. Durante su juventud es atraído por la vida eremítica que practica como monje y asceta.
335: Es ordenado diácono por Macario de Jerusalén.
343: Es ordenado presbítero entre el 343 y el 345 por Máximo de Jerusalén (+349)
348: Es elegido obispo de Jerusalén. Acacio de Cesarea era el metropolitano, y era arriano.
357: San Basilio Magno visita una próspera Iglesia de Jerusalén.
358: Es depuesto por Acacio. Huye a Antioquía y a Tarso.
359: Participa en el Sínodo de Seleucia y se integra en el partido homeusiano, muy próximo a la fe nicena (afirmaban la "semejanza de naturaleza" entre el Padre y el Hijo: "homoiousios") y representado por Basilio de Ancira, Jorge de Laodicea y Eustacio de Sebaste.
360: Aunque había sido rehabilitado, no pudo regresar a Jerusalén porque Acacio lo depone de nuevo en el Sínodo de Constantinopla.
362: A la muerte de Constancio (337-361), siendo emperador Juliano (361-363), vuelve a Jerusalén.
367: Es expulsado por tercera vez de Jerusalén, bajo el emperador Valente.
379: Vuelve a Jerusalén.
381: Participa en el Concilio de Constantinopla.
387: Muere. Le sucede como obispo de Jerusalén Juan II (387-417) a quien algunos atribuyen las Cinco Catequesis mistagógicas.
—Obras
Las Catequesis (todas predicadas al principio de su ministerio pastoral, hacia el año 348):
Procatequesis: predicada en el "Martyrium" (Gólgota) para los catecúmenos;
18 Catequesis ad illuminandos: también predicada en el "Martyrium" para los catecúmenos;
5 Catequesis mistagógicas: pronunciadas en la Anastasis (Santo Sepulcro) para los neófitos.
Homilía sobre la curación del paralítico (hacia el 345);
Carta al Emperador Constancio (hacia el 351) en la que se menciona el hallazgo de la Cruz de Cristo.
—Doctrina
Espíritu práctico, prescinde tecnicismos filosóficos y teológicos.
Insiste sobre la divinidad del Espíritu Santo.
Hace una exposición completa e interesante de los sacramentos. Afirma la presencia real de la Eucaristía y su carácter sacrificial.
—Bibliografía: Biblioteca de Patrística n. 11 (BP-11), pp. 7-15; Apuntes.
b) Escritores antioquenos: San Juan Crisóstomo
—Vida
348: Nace en Antioquía. Su padre, oficial estatal, muere en la juventud de Juan. Aprende filosofía y retórica con el pagano Libanio (o Liborio).
365: Se rebela contra los profesores paganos y se enamora de la doctrina sagrada que estudia con el obispo Melecio y Diodoro de Tarso.
368: Fue bautizado y admitido en el ministerio de "lector".
375: Se retira al desierto: 4 años haciendo vida en común con los monjes y dos años como solitario en una cueva.
381: Vuelve a Antioquía, a causa de una parálisis en las piernas, que le lleva a convencerse que es mejor ser menos virtuoso pero convertir a los demás. Melecio le ordena de diácono.
386: Flaviano lo ordena sacerdote. Comienza a predicar en la principal iglesia de Antioquía. Es la época más feliz de su vida.
397: Al morir Nectario es elegido como obispo de Conastantinopla, por sugerencia de Eutropio, y llevado a la fuerza por orden de Arcadio.
398: Teófilo de Alejandría lo consagra obispo. De grandes cualidades oratorias (boca de oro), enérgico, de gustos sencillos y austeros; su afán era el de conseguir la santidad del pueblo; con gran celo pastoral es una gran director de almas; carácter sincero y lineal, opuesto a las intrigas cortesanas.
401: En un sínodo en Efeso manda deponer a seis obispos simoniacos. Eliminó el lujo en el clero y algunos privilegios abusivos; introduce rigor en los monasterios y se preocupa de la cristianización del campo; funda hospitales. Todo esto le va creando enemistades.
402: Suceso de los cuatro hermano origenistas y los monjes de Nitria. Intervenciones de Eudoxia. Al caer Eutropio (favorito imperial que lo había apoyado) Juan queda sólo. Teófilo llega a Constantinopla para responder a unos cargos hechos por los monjes de Nitria. Aprovecha la confusión e intrioga contra Juan.
403: En agosto es depuesto por el sínodo "de la Encina" (suburbio de Calcedonia), convocado por Teófilo de Alejandría. Arcadio le destierra a Bitinia. Vuelve al día siguiente a causa de la rebelión popular a su favor y de la actitud supersticiosa de Eudoxia.
404: En la Pascua, a petición de Eudoxia -resentida porque el Crisóstomo había hablado en contra de la vanidad que suponía hacerse estatuas tan ricas-, Arcadio vuelve a desterrarlo, el 9 de junio, esta vez a Cúcuso, en Armenia, en la extremidad del Mar Negro. Crisóstomo había apelado al papa Inocencio I que rompe relaciones con Constantinopla mientras no se volviera a poner el nombre de San Juan en los dípticos, lo que sucedió varios años más tarde, bajo el obispo Atico.
407: Muere el 14 de septiembre cuando sus guardianes pretendían llevarlo a un lugar más apartado, cerca de Comana. Viajando a pie, cayó muerto a los cinco kilómetros, sin llegar a su destino, a causa de su salud quebrantada.
438: El 27 de enero Teodosio II (hijo de Eudoxia) lleva solemnemente sus restos a Constantinopla que son enterrados en la Iglesia de los Apóstoles.
451: Es proclamado Doctor de la Iglesia en el Concilio de Calcedonia.
—Obras y doctrina
Su obra se ha conservado íntegramente por el valor de su contenido.
Tratados (Son anteriores a su ordenación sacerdotal):
Sobre el sacerdocio (373): es la obra más leida y tradiucida (es una obra práctica).
Exhortación a Teodoro lapso;
Contra los enemigos de la vida monástica;
Sobre la virginidad;
Sobre la compunción;
Sobre la vanagloria y la educación de los hijos.
Homilías (Es considerado el mejor orador cristiano. Duraban un par de horas. La gente tomaba nota de ellas; él las preparaba mucho; había muchos aplausos...):
Homilías exegéticas (exégesis literal de carácter moral; son varios centenares)
Antiguo Testamento: dos serie sobre el Génesis (son 9 y 67); 60 sobre los Salmos;
Nuevo Testamento: 90 sobre San Mateo; 88 sobre San Juan (390-91); sobre los Hechos; 250 sobre las Epístolas de San Pablo.
Homilías dogmáticas
12 contra Eunomio sobre la naturaleza incomprensible de Dios;
Homilías bautismales.
Homilías morales
contra los juegos circenses;
sobre la limosna.
Homilías de circunstancias
a propósito de las fiestas;
21 homilías por las estatuas, motivadas por un motín del pueblo de Antioquía contra el Emperador.
Cartas: Escribió 236 cartas con celo apostólico, en las que se reflejan su gran humanidad y santidad de vida, entereza y ánimo frente a lo adverso. Dos de esas cartas están dirigidas al Papa Inocencio y son una buena fuente para defender el Primado romano.
—Doctrina sobre la dignidad del sacerdocio
Escribió seis libros sobre el sacerdocio. Este tratado "sobre el sacerdocio" siempre se ha considerdado como un clásico del sacerdocio y uno de los mejores tesoros de la literatura patrística.
Parece ser que lo compuso cuando era aún diácono, entre el 381 y el 386, desde luego antes del 392 en que lo lee San Jerónimo.
La gran obra puede dividirse en dos partes: la primera se ocupa de la dignidad sacerdotal y la segunda del ministerio sacerdotal. San Gregorio Nacianceno escribe su Oratio, que influye decisivamente en el escrito del Crisóstomo.
La dignidad del sacerdote se mide por el amor hacia Cristo, del cual es signo, por las dificultades del ministerio sacerdotal, por el deber confiado al sacerdote de ofrecer el sacrificio eucarístico, de perdonar los pecados, de regenerar las almas en Cristo.
El sacerdocio requiere muchas virtudes: la sabiduría, la ejemplaridad de vida, la prudencia.
Libro primero: Es un diálogo entre Crisóstomo y su amigo Basilio. En el año 373 los presbíteros de Antioquía habían decidido que ambos amigos recibiesen la dignidad episcopal. Crisóstomo renunció a ella sin comunicarlo a su amigo, que sí la aceptó.
Libro segundo: En el diálogo entre los dos compañeros, Crisóstomo se justifica de su forma de proceder haciendole ver a su amigo la gran dignidad del sacerdocio y su falta de preparación para asumir esa responsabilidad, ya que estaba profundamente convencide de su fragilidad.
Libro tercero: en este libro Crisóstomo refuta a quienes le acusan de haber actuado por vanidad, y exalta la pureza del sacerdocio: "el sacerdocio pertenece al orden de las instituciones celestes (...), el sacerdote ha de ser tan puro como si se hallara en los cielos (...). Los sacerdotes debieran merecernos más reverencia que los magistrados y reyes (...). Lo que los sacerdotes hacen aquí abajo, Dios lo ratifica allá arriba".
Libro cuarto: trata de la suerte terrible que espera a quienes entran en el estado clerical conscientes de su indignidad. Toca el tema de la predicación del sacerdote.
Libro quinto: es una especie de "manual de predicadores", en el que el Crisóstomo resalta especialmente la necesidad de la humildad.
Libro sexto: contrapone la vida activa a la contemplativa, exaltando la vida de los monjes en el desierto, y afirmando que la santidad del sacerdote ha de ser mayor aún que la de los mismos monjes.
El tratado termina con dos grandes alegorías: la de la esposa mística y la del rapazuelo conductor de un gran ejército, con las que muestra la dignidad y responsqabilidad del sacerdote.
—Bibliografía: Apuntes.
c) Breves noticias sobre otros autores griegos de esta época, y sobre las escuelas y literatura siríacas de este período
DIODORO DE TARSO
—Vida
320: Nace en Antioquía de ilustre familia cristiana. En Atenas hace estudios clásicos.
345: Se incorpora a la escuela antioquena; tuvo como condiscípulos a Teodoro de Mopsuestia y a San Juan Crisósotomo.
361: Se opone a Juliano el apóstata defendiendo la fe nicena.
363: Es desterrado por Valente.
378: El elegido obispo de Tarso de Cilicia.
381: Participa en el Concilio de Constantinopla y es calificado de "columna de la ortodoxia".
394: Muere.
—Doctrina
Luchó contra el arrianismo y el apolinarismo.
Algunas de sus expresiones, un siglo más tarde, se entendieron en sentido nestoriano; llama a Cristo, por ejemplo, Hijo de Dios e Hijo de David.
Su doctrina cristológica contiene errores. Hay que tener en cuenta que fe no estaba todavía definida. A fines del siglo V es condenado.
De sus 60 o 70 tratados sólo quedan fragmentos. Fue un verdadero naufragio de su producción literaria.
Bibliografía: Apuntes.
TEODORO DE MOPSUESTIA
—Vida
350: Nace en Antioquía de buena familia. Ingresa en un monasterio que poco después abandona para casarse. Unas cartas de San Juan Crisóstomo le hacen rectificar. Se dedicó al estudio de la Sagrada Escritura.
383: Es ordenado presbítero. Refuta las herejías
392: Es elegido obispo de Mopsuestia. Se dedicó a convertir paganos y a escribir obras exegéticas. Defendió a San Juan Crisóstomo.
428: Muere.
553: Es condenado por el II Concilio de Constantinopla.
—Obras y doctrina
Muchas de sus obras se perdieron. Conservamos actualmente algunos fragmentos y un escrito completo (una homilía catequética).
En sus obras exegéticas utiliza el sentido literal, acude a la crítica literaria (modos de decir, matices de estilo, etc.). Hizo un "Comentario a los Salmos" y un "Comentario a los profetas menores".
Es sus "Homilías catequéticas" comenta el Credo y el Pater Noster.
Es especialmente profundo y con doctrina ortodoxa al tratar de la Eucaristía. Es citado por Pablo VI en la "Mysterium fidei".
—Bibliografía: Apuntes.
ESCUELAS Y LITERATURA SIRIACAS
El primero de los Padres de la Iglesia siriaca es Afrates, de sobrenombre "el Sabio persa". Vivió en el siglo IV y formaba parte de una asociación de ascetas "los hijos del pacto", que vivían el celibato, pero permanecían en el mundo. Entre sus escritos se conservan 23 homilías o Demostraciones, compuestas entre 337 y 345. El autor se profesa discípulo únicamente de la Sagrada Escritura. Se nota una actitud de antijudaísmo. Ignora las categorías fundamentales de la cristología nicena. Su teología es de tipo narrativo más que especulativo. Su ética es muy exigente.
El segundo de los Padres de la escuela siriaca es San Efrén. Nace en Nísibe de Mesopotamia hacia el año 306. Su madre era cristiana y el padre un sacerdote pagano que expulsó a su hijo cuando este se hizo cristiano. Recibió educación e instrucción bajo el obispo de Nísibe, Jacobo. La mayor parte de su vida la pasó en Nísibe donde ejerció el ministerio de diácono. Al parecer, estuvo con su obispo presente en el Concilio de Nicea. En 363, cuando Nísibe cae bajo el dominio persa, se traslada a vivir a Edesa donde dirige la escuela catequética y sigue un estilo de vida monástico. Sus principales obras son Comentarios escriturísticos (en prosa); en poesía: Carmina nisibena, Hymni contra Iulianum, Hymni contra haereses, Hymni de Nativitate, De Cruxifixione, De Resurrectione, De Paradiso, De Nativitate, De Ecclesia. Efrén es el máximo poeta de la era patrística y el más importante de los Padres siriacos. Sin embargo es un pensador aislado, ajeno a las grandes controversias cristológicas de su época. Es exponente de un cristianismo que resulta notablemente arcaico en comparación con las otras áreas del Oriente cristiano. En mariología San Efrén es un decidido defensor de la virginidad de María.
—Bibliografía: Mondin I, 329 y ss.