Tema 0.4

“UN PAN PARTIDO EN CUATRO”
Proyecto de EVANGELIZACIÓN
Desde la EUCARISTÍA

CELEBRAR ES VER LA VIDA
“COLOR ESPERANZA”
I N T R O D U C C I Ó N

La Eucaristía tiene un doble movimiento: ascendente - DIOS - Y descendente - NOSOTROS -

Tenemos el peligro  - de potenciar nuestra dirección ascendente,
- de destemporizar las dos direcciones (el HOY y el AQUÍ),
- de quedarnos tranquilos siendo fieles a las rúbricas.

¿Dónde está el dinamismo de la Eucaristía?
La realidad del “memorial” nos ayudará a descubrirlo.

Objetivo: A partir de la comprensión del “memorial” descubrir el dinamismo de
                Esperanza y compromiso que tiene la Eucaristía.

Al final de la Consagración el sacerdote dice: “Haced esto en conmemoración mía”. Y, después de la Consagración reza: “... al celebrar ahora el memorial de la muerte y resurrección de tu Hijo...”

I N F O R M A C I Ó N

En la salida de Egipto se produce para el pueblo de Israel una novedad histórica: que no es consecuencia de las circunstancias, cuanto de una intervención libre de Dios. Y esto es sentido así por el pueblo. En esta experiencia liberadora, Israel percibe el poder trascendente de Yahvé; un poder que cambia la historia y que en el cambio histórico muestra tanto la contingencia humana como la esperanza humana.

El “memorial” podríamos definirlo como una celebración ritual conmemorativa de un acontecimiento salvífico del pasado, que se perpetúa en la celebración, y en el cual toma parte la comunidad que celebra el rito.

El “memorial” implica la reactualización del acontecimiento histórico que se celebra, la inserción de aquellos que hacen memoria en el acontecimiento recordado: de este modo, el pasado, raíz del presente, es ofrecido como génesis anticipada de una plenitud por venir.

El culto no es el que da significado a la liberación de Egipto, sino que es ésta la que da su significado al culto, el cual celebra y saca las consecuencias explícitas de la experiencia histórica tenida.

En esta línea, y desde un punto de vista cristiano, Jesús es la razón y el sentido de nuestro culto. Pero todo El: el vivo, muerto y resucitado.

La “memoria” de Dios no es un simple acordarse, sino más bien un comportamiento de Dios que conduce a Dios mismo a intervenir de nuevo en la realidad presente y, que por tanto, pasa a la acción. En su acordarse, Dios concede salvación y gracia.

Para el hombre, el “memorial” no es un simple acordarse. Es sacar unas consecuencias del recuerdo, sea por lo que se refiere al cumplimiento de promesas hechas, sea por lo que se refiere a la conversión y al retorno de Dios.

La celebración memorial implica un diálogo entre Dios y el hombre por el que Dios dispone sus actuaciones salvíficas como expresión de su amor y su alianza para con el hombre (en la historia humana concreta), pero a la vez reclamando del hombre el recuerdo (agradecido y coherente) de esas proezas.

E J E R C I C I O  P R A C T I C O

• Se lee el evangelio del día. (si se ve que no es muy apropiado para lo que queremos, se cambia).

• Después de un momento de silencio, cada uno va diciendo la frase que ás le ha llamado la atención, le ha impactado, etc...

• Según este texto: cuáles son las preferencias de Dios, cuál su mentalidad, sus deseos, etc... (el grupo va respondiendo, y se va apuntando en el encerado).

• ¿A qué aspectos, situaciones de nuestra vida de hoy pueden hacer referencia?

• Según la visión de Dios, ¿cuál ha de ser nuestro compromiso?

(Se trata de experimentar lo que lleva consigo el celebrar la Eucaristía como “memorial” de la muerte y resurrección de Cristo).

O R A C I Ó N  F I N A L

Te damos gracias, Dios nuestro
y Padre todopoderoso,
por medio de Jesucristo, nuestro Señor,
y te alabamos por la obra admirable de la redención.

Pues, en una humanidad dividida
por las enemistades y las discordias,
tú diriges las voluntades
para que se dispongan a la reconciliación.

Tu Espíritu mueve los corazones
para que los enemigos vuelvan a la amistad,
los adversarios se den la mano
y los pueblos busquen la unión.

Con tu acción eficaz consigues
que las luchas se apacigüen
y crezca el deseo de la paz;
que el perdón venza al odio
y la indulgencia a la venganza.

Por eso,
debemos darte gracias continuamente
y alabarte con los coros celestiales,
que te aclaman sin cesar:

Santo, Santo, Santo es el Señor...

por José Cruz Igartua sss
Fuente: Religiosos Sacramentinos