Limina apostolorum
DPE
 

Cada cinco años, los obispos católicos de todo el mundo están llamados a visitar la tumba del apóstol Pablo (limina apostolorum) como gesto de comunión y servicio a la unidad en la verdad. Además de rezar y renovar el credo de la fe, comparten con el Papa y la Curia romana sus desvelos, se intercambian mutuamente preocupaciones y reciben respaldo a su ministerio. Normalmente esta "visita ad limina" no la hace cada obispo en solitario, sino en conjunto con los obispos que componen la provincia eclesiástica.

Raúl Berzosa Martínez