Ecclesiam suam
DPE


Con este nombre nos referimos a la primera gran encíclica, se puede decir programática, del Papa Pablo VI, dada a conocer el 6 de agosto de 1964.

Este documento, que tuvo una amplia resonancia por estar escrito mientras se celebraba el Concilio Vaticano II, se divide en tres grandes capítulos.

En el primero, titulado "La conciencia", se hace una llamada de atención a cada bautizado para que viva con responsabilidad su compromiso de bautizado en el seno de la Iglesia, porque sólo unido a la vid da fruto el sarmiento.

En el segundo capítulo, titulado "la renovación" se pide que cada cristiano, y la Iglesia en conjunto, se pongan al día (aggiornamento), se renueven, pero desde unas claves de autenticidad, como son la obediencia a Dios, la pobreza, el amor, el sacrificio y el amor a María.

Finalmente, en una tercera parte, titulada "El diálogo", se habla de la postura y misión de la Iglesia en el mundo y cultura de hoy: vive en el mundo pero sin ser del mundo; y debe dialogar con el mundo con unas actitudes de claridad, mansedumbre, confianza, prudencia.

El diálogo de la Iglesia ofrece dos dimensiones: hacia el exterior y hacia el Interior. Hacia el exterior debe buscarse, sobre todo, la paz. Y hacia el interior, el amor y la obediencia al Señor.

BIBL. — PABLO VI, Encíclicas, Edibesa, Madrid 1998.

Raúl Berzosa Martínez