a Obra de la Infancia Misionera fue fundada en 1843 por un Obispo francés, monseñor Carlos Augusto de Forbin-Janson, motivado por las cartas y noticias de misioneros que le escribían, sobre todo desde China, contándole la difícil situación de las niñas de ese país.

    Comenzó a solicitar ayuda y de acuerdo con Paulina Jaricot, que en 1822 había fundado la Obra de la Propagación de la Fe, pensó en otra obra en la que los niños cristianos ayudarían a los niños de los países de misión, con sus oraciones y algo de dinero al mes.
     Desde un principio, la Obra tuvo el apoyo y la aprobación del Papa. En 1922 Pío XI la elevó a la categoría de Pontificia y en 1950 Pío XII instituyó el Domingo Mundial de la Infancia Misionera. En España se celebra el cuarto domingo del mes de enero.
     Actualmente la Infancia Misionera, la Obra creada por monseñor Forbin-Janson, está establecida en más de 120 países de todo el mundo.
      La Obra Misional Pontifica de la Santa Infancia, hoy Infancia Misionera, es un servicio de las Iglesias particulares a los padres y educadores para que se despierte y desarrolle   y madure progresivamente en los niños la dimensión misionera de su fe y vida cristiana. Y a la vez hacerles sensibles para que compartan la fe y los medios materiales con los niños de las regiones y de las Iglesias más desprovistas a este respecto.
     Las cuotas y las ofrendas de los niños de todos los países contribuyen a formar un fondo de solidaridad que tiene por fin ayudar a las obras y a las instituciones de los niños más pobres.
     La Obra tiene una función profundamente educadora y se inserta en el fenómeno de iniciación cristiana de niños, adolescentes y jóvenes que se lleva a cabo en cada Iglesia particular. En el interior de este proceso de formación se intenta desarrollar esta dimensión misionera en armonía con el resto de las tareas de educación de la fe.

La Obra de la Infancia Misionera en España

     El 1 de enero de 1853, poco antes de cumplirse los diez años de su fundación en París,  la Obra de la Santa Infancia llega a España bajo el patrocinio de la Reina Isabel II. Ella quiso que su hija primogénita, la Princesa de Asturias, ostentase los títulos de "primera asociada, fundadora y protectora de la Obra".
    Por aquellos años se publicaba los "Anales de la Santa Infancia", boletín-revista que con el paso de los años se convirtió en la actual revista Gesto.