HOMILIA DEL XXXIII DOMINGO ORDINARIO CICLO C

LA VENIDA DE CRISTO EN GLORIA AL FINAL DE LOS TIEMPOS

I.- INTRODUCCIÓN

Todos los años en este último domingo del año litúrgico la Iglesia nos pone un evangelio que hace referencia a la venida de Cristo en Gloria, llamada la Parusía final, para enseñarnos que todo el año litúrgico que hoy termina, está orientado hacia esa venida de Cristo.

Los apóstoles y los primeros cristianos durante bastante tiempo estuvieron esperando la Parusía como ya próxima porque creyeron que la destrucción de Jerusalén y la Resurrección de Cristo eran signos de que habían llegado los últimos tiempos.

Pero Cristo no esperó un fin del mundo cercano

Las frases del evangelio que parecen decir esto, son una mala traducción del arameo (lengua que habló Jesús) al griego:

Cristo habló claramente de la intervención escatológica definitiva de Dios como presente ya en su ministerio terreno, como su comienzo y prometió que vendría en plenitud en su muerte glorificadora o misterio pascual (Muerte y Resurrección) y en su efusión del Espíritu Santo el día de Pentecostés, sobre su Iglesia en cuanto tal, día del nacimiento de la Iglesia constituyéndola en su cuerpo místico por la efusión del Espíritu sobre todos los allí presentes, como una comunión en el Espíritu.

II.- POR SU MUERTE GLORIFICADORA (MISTERIO PASCUAL)

1º) Cristo fue resucitado por la plena efusión del Espíritu corporalmente y constituido en Espíritu vivificante.

2º) Cristo es nuestra salvación, pues solo la podemos obtener uniéndonos a su acto de entrega total al Padre. Estamos llamados a la comunión con el Hijo en su acto redentor.

III.- EL MISTERIO PASCUAL

1.- Es Eterno

Pues el acto de su muerte culmen de toda su vida entregada por amor fue eternizado en su gloria.

2.- Es Escatológico

Porque es plenitud suprema y por tanto última y definitiva, a la cual nada se puede añadir. Desde la cual Dios ha creado todo y por tanto es el origen y la meta de todo.

3.- Es Parusíaco

Esto es, presencia y venida

III.1 Cristo está presente en el mundo

Por ser el origen, la meta y el centro de todo y por su presencia en la Iglesia.

III.2 Cristo viene

Atrayéndonos hacia su amor y nos atrae revelándose, en el hecho mismo de revelarse con su llamada creadora hacia sí por su Espíritu de amor.

Viene también realizando la Redención de los hombres por la fe y el sacramento de la fe (el Bautismo) y su plenitud la Eucaristía.

 

 

 

 

 

IV.- LA EUCARISTÍA ES EL SACRAMENTO POR EXCELENCIA DE LA PARUSÍA

En ella proclamamos la muerte del señor hasta que vuelva.

En su realización velada y anticipada, muestra que la Parusía no constituye más que un solo misterio con la Pascua de Cristo, porque la Eucaristía es a la vez sacramento de la muerte y Resurrección y de la presencia del que viene.

La gracia recibida a través de la Eucaristía se va realizando en una unión cada vez más intensa y más íntima con Dios, en Cristo y en Cristo a los demás, pero ésta no puede llegar a su perfección total en esta vida.

Por eso es necesaria la última acción de Dios por Cristo con su venida en poder y gloria que lleve a su consumación el misterio de su obra redentora y salvadora y de la redención de nuestro cuerpo por nuestra Resurrección.

 

V.- 1 VENDRA EN TODA SU GLORIA

¿Cómo se hará la revelación de su gloria?

Jesús "se hará ver resucitado" en toda su gloria y hermosura no con los ojos de la carne sino desde lo más profundo del ser del hombre.

El se hará ver por nosotros como lo vieron los apóstoles en la Transfiguración y después de su Resurrección, esto presupone que la humanidad entera ha de experimentar una transformación que la pondrá en condiciones de percibir a Cristo glorificado.

V.- 2 VENDRÁ CON GRAN PODER

No con demostraciones exteriores de poder:

A los que esperaban en el cielo signos anunciadores del reino de Dios, Jesús replicó "El reino de Dios no vendrá de una manera espectacular". Entonces os dirán: "Míralo aquí o está allí; no les hagáis caso porque el Reino de Dios está entre vosotros" (Luc 17, 30).

La Parusía pertenece a la majestad divina, es misteriosa, transciende las representaciones humanas, está actuando ya desde ahora pero en profundidad vendrá con poder para realizar los misterios de su venida en gloria y así finaliza la historia.

VI.- LA PARUSÍA FINALIZA LA HISTORIA

Para que la Historia y la entera realidad cobre significado como un todo es preciso que todo llegue a su fin.

No es un eventual fin del mundo, por envejecimiento, consunción o catástrofe lo que precipita la Parusía; es la Parusía lo que finaliza al mundo no destruyéndolo, sino consumándolo. No es el fin del mundo sino el final de los tiempos.

 

VII.- CRISTO VENDRÁ PARA JUZGAR A VIVOS Y MUERTOS

Pero no será un juicio semejante a los nuestros, ni siquiera será un examen ético de conciencia por lo cual tengamos que mirarlo con pavor y temblor.

En la Parusía se dará la plena revelación de la realización del misterio pascual

en la vida de cada hombre.

En la Parusía el Padre revelará al Salvador (Efe 3,16) y desvelará:

VII.1 Que Cristo está presente en el mundo como Señor, y que viene ahora a juzgar.

VII.2 El juicio final consistirá:

    1. En la manifestación de los caminos ocultos de Dios.

    2. En la revelación de lo que nosotros somos en el Cuerpo de Cristo, de la influencia que nuestra vida ha tenido en la Historia de la Salvación, incluida la de nuestra oración por los que hemos escandalizado y las gracias que han obtenido por ella.

    3. Y con ello la ubicación de todo individuo en el organismo definitivo del Reino de Dios consumado (Kasper) que será la definición perfecta de nuestro ser porque nuestras acciones dejan huellas que se prolongan hasta el final de la Historia y en este final toda persona quedará definida eternamente por su responsabilidad ante los demás y ante la historia.

Será una revelación de la bondad sobreabundante de Dios y por tanto de felicidad desbordante, transcendente humanamente inmerecida.

VIII.- VENDRÁ PARA RESUCITAR A VIVOS Y MUERTOS

Al hacerse consciente el hombre por la revelación del juicio de su ubicación en el organismo del cuerpo místico consumado "Dios (por la fuerza del Espíritu) le otorga al alma el poder configurar el cuerpo, la posibilidad de construirse su cuerpo definitivo tal como tiene que ser de acuerdo con su verdad definitiva que solo se puede dar al final de la Historia" (Guardini, El tránsito), verdad que ya llevó gravada en parte el alma.

 

IX.- VENDRÁ PARA LLEVARNOS A TODOS A UNA DICHA COMUNITARIA

  1. Dios ha querido salvar a los hombres no aisladamente sino comunitariamente (CVII).

  2. Cuando llegue el final de los tiempos

    Cristo como cabeza de la Iglesia que tenía, juntará en ella todos los justos de todos los tiempos formando la Iglesia Universal por una nueva donación de amor que allí Cristo les dará.

  3. Así juntos en uno por su Espíritu los llevará al Padre que en unión con el Padre por el Hijo en el Espíritu Santo, que es su Gloria, gozarán de la misma dicha que Dios tiene.

  4. Más aún ésta dicha será comunitaria

    Porque así como el Padre y el Hijo y el Espíritu Santo el uno viene del otro, así también todos los justos vivirán unos de otros esn Cristo por su Espíritu, se regocijarán en común y obtendrán su gozo de la misma comunidad cada uno de los otros.

  5. El Espíritu es el vínculo que les une

1.- Une a los santos entre sí en la unidad del Padre y del Hijo.

2.- Les dota de la capacidad de donación total de sí y de acogida mutua.

3.- Hace de cada uno la riqueza de los demás, según su grado de transformación en el Espíritu Santo.

Cuanto más grande es la gloria de un santo, tanto más les pertenece a los que está unido por esa misma gloria, su riqueza es el Espíritu Santo y su riqueza es ser comunión.

El más pequeño es grande por el amor que los grandes le tienen y porque le pertenecen en el amor.

El Espíritu Santo no es solo vínculo que une, sino que es el seno divino en que se nace a la vida espiritual y en el que se vive en ella.

El Padre nos engendra con Cristo como hijos en su Hijo por el Espíritu Santo de filiación que nos hace exclamar ¡PADRE!.

Lo mismo que el Padre y el Hijo son ricos el uno por el otro, cada justo salvado es rico de la personalidad del otro, por su mutua pertenencia.

Dos seres que se aman viven no sólo el uno para el otro sino el uno por el otro.

X.- HABRÁ UNA TRANSFORMACIÓN DEL MUNDO

En la Parusía se dará una transformación del mundo pero "no sabemos en que consiste esta transformación" (CVII).

Ciertamente no consistirá en la modificación de la estructura física del Universo.

Las imágenes catastróficas que emplea San Marcos, propias del género apocalíptico son imágenes metafóricas con las que los profetas pretendían describir la grandeza y transcendencia de las intervenciones divinas, no hay que entenderlas al pie de la letra.

Hay que rechazar la imagen según la cual, se producirá un cese del proceso temporal, lineal y terreno del mundo y por tanto habrá un espectáculo de su desaparición.

NO SERÁ ASÍ, lo que sabemos sobre esto es que:

Según San Mateo (19,28) Cristo habló del "tiempo de la regeneración" esto es, de la renovación de todas las cosas; según dice San Juan.

He aquí que hago nuevas todas las cosas (Apoc 21,5); ví un cielo nuevo y una tierra nueva (Apoc 21, 1), y San Pedro dice: "Esperamos un cielo nuevo y una tierra nueva". También San Pedro llama a esta transformación, "Restauración de todas las cosas en Cristo" (Act 3, 21).

Que significan estas palabras: Regeneración y Restauración de todas las cosas.

San Pablo lo explica diciendo:

Las mismas criaturas se verán libres de la servidumbre del pecado en la libertad de los hijos de Dios. (Rom 8,21)

Por eso la Parusía se puede llamar" la Pascua de la Creación", es decir, el paso o la ida del mundo y de los hombres a la forma de existencia de Cristo venido en Gloria.

 

XI.- APLICACIÓN DE ESTE EVANGELIO A NUESTRA VIDA

A) Los Consejos que Cristo nos da son:

A.1.- Estad atentos a los signos de los tiempos. Vs.5, 9, 23, 33

A.2.- No os angustiéis de antemano. Vs 11.

A.3.- Manteneos firmes Vs 13.

A.4.- No confiéis en falsos profetas que engañan y confunden.

A.5.- Velad para estar siempre bien dispuestos. Vs 33, 35, 37

De la necesidad de vigilar y orar para que su venida no nos sorprenda, S.Pablo deduce una serie de virtudes fundamentales propias de la luz (y el abandono de las obras de las tinieblas):

La sobriedad, la templanza, el ejercicio de la fe, el amor y la esperanza, etc.

B) Los Motivos consolatorios que nos ofrece:

B.1.- El Espíritu Santo es vuestra fortaleza Vs 11

B.2.- Al final está la salvación. El viene para salvarnos Vs 13

B.3.- Los elegidos serán congregados en el cuerpo místico de Cristo para una dicha comunitaria.

B.4.- La Parusía no es el momento de un castigo que hay que temer, sino de un cumplimiento que hay que anhelar.

B.5.- El consuelo que implica la esperanza del triunfo definitivo de la vida y del amor sobre los poderes de la muerte y la violencia, y el triunfo de la verdad y la justicia sobre la mentira y la injusticia.

B.6.- El consuelo de que al ser el amor de Dios por Jesucristo en el Espíritu Santo la realidad escatológica, todo lo que se haga por amor (tendrá también consistencia), será realidad permanente para siempre.

 

 

C) Las Exigencias que esta esperanza implica:

Esperar firmemente la victoria definitiva sobre el mal, la injusticia, la muerte y el pecado exige:

C.1.- Trabajar para que triunfe el bien, la justicia y la vida, y el amor en una civilización del amor.

C.2.- Dar testimonio, estando siempre alegres en el Señor (Fp 4, 4) de la alegría que produce la verdad de Cristo nuestra esperanza, en contraste con la melancolía pagana de los que viven sin esperanza.

C.3.- Dar razón de nuestra esperanza.

Terminemos con esta Oración:

Señor concédeme la gracia de cumplir las exigencias de la Parusía para así gozar más intensamente de tu amor en Cristo y hacer partícipes a los demás de este amor y de mi alegría y felicidad en Ti