HOMILIA DEL XXI DOMINGO ORDINARIO.- CICLO C

¿SON MUCHOS LOS QUE SE SALVAN?

En este Evangelio uno le preguntó a Jesús ¿son muchos los que se salvan?

Por supuesto aquí San Lucas se refiere a:

  1. Si son muchos los judíos que se salvan.

  2. Pues a los gentiles les excluían de la salvación

Generalmente se creía que todos los judíos se salvaban por el mero hecho de ser tales (según el Rabinismo) por ser hijos de Abraham.

A veces se excluían a los que cometían ciertos pecados desorbitados, pero aún en este caso algunas escuelas, buscaban medios para salvar esta situación.

En cambio en el apócrifo libro de IV de Esdras se dicen que son muchos más los que perecen que los que salvan (4Esd 9,15; Cf 8,1).

Jesús va a contestar a las dos cuestiones:

1ª) Si son pocos los que se salvan del pueblo de Israel

En esta primera cuestión Jesús no contestó directamente, porque esto hubiera sido contraproducente:

1a) Si hubiera dicho que eran muchos los que se salvan por su infinita misericordia, hubiera fomentado la presunción y la indolencia humana.

2a) Si hubiera contestado son pocos, provocaría con ello, la desesperación.

Para Cristo saber el número de los que se salvan no interesa.

Jesús traslada el centro de atención del cuantos se salvan, al como se salvan

Lo que les dice es que para salvarse, para entrar en el Reino, han de esforzarse, han de luchar, pues han de entrar por una puerta estrecha

(Mat 7,13)

Este pasaje de Lucas se refiere al tiempo de la predicación de Jesús en el que a los judíos les costaba aceptar a Jesús como la puerta.

Hay que ver aquí principalmente la pintura del fariseísmo, mejor que suponer una aplicación moral original de mayor extensión, como hace San Mateo.

Les dirá que (no les conoce-en el sentido enfático de amor-) (Mat.7,23)

No bastaba ser descendientes de Abraham para salvarse (Luc 3,8), ni haber comido o bebido con él en banquetes a que le invitaron para espiarle o haberle oído predicar en sus plazas y obrar según su mensaje.

Hay que escuchar al que Yahvé ha enviado y cumplir su palabra.

A los que no se porten así les dirá:

"APARTAOS DE MI LOS QUE PRACTICAIS LA INJUSTICIA"

2ª) A la opinión errónea de que todos los gentiles se condenaban

En esta segunda cuestión Jesús les dijo:

"Vendrán de Oriente y del Poniente, del Septentrión y del Mediodía y serán admitidos en el Reino de Dios"

La cita de los cuatro puntos cardinales de la tierra (Mat 8,11) hace ver la universalidad de los gentiles, reunidos con los grandes padres y profetas de Israel y sentados a la mesa en el Reino de Dios. Así recalca Jesús la universalidad del Reino.

San Mateo amplía esta doctrina diciendo:

"Entrad por la puerta estrecha porque ancha es la entrada y espacioso el camino que lleva a la perdición, y son muchos los que entran por ella".

"Más ¡qué estrecha es la entrada y que angosto es el camino que lleva a la Vida! Y pocos son los que lo encuentran" (Mat 7, 13-14)

Podemos comprender el significado de este pasaje con una imagen:

La vida es como un camino que nosotros peregrinos en este mundo recorremos, de pequeños somos guiados por los padres, al llegar a a la adolescencia se presentan dos caminos: uno el del vicio y otro el de la virtud.

También en la edad madura y en la tercera edad se presenta la cuestión seguir una vida alejada de Dios o volver a la casa del Padre misericordioso.

En la juventud, el camino del vicio tiene una entrada ancha y a continuación un camino espacioso pero si se ha perdido todo control poco a poco se va estrechando cada vez más y volviéndose más oscuro y girando hacia abajo y cerrándose por completo va a dar a un abismo del que no hay fácil salida. Símbolo de que "el camino del impío acaba mal" dice la Escritura y termina en la perdición eterna, si uno sigue totalmente apartado de Dios, pero Dios no abandona al joven pecador, le sigue llamando.

El camino de la virtud tiene una entrada muy estrecha y a continuación un camino angosto pero muy pronto se va a haciendo cada vez más espaciosos y continuando hacia lo alto cada momento más lleno de luz y alegría hasta llegar al Reino de la Luz y de la felicidad eterna. "La Vida Eterna".

El texto de San Mateo dice que son pocos los que encuentran la vía que conduce a la Vida. Pero él no habla aquí de cuantos se salvan sino de los que entran en el camino que conduce a la salvación de modo ordinario.

Dios tiene modos extraordinarios de salvar que nosotros no conocemos. Ya cada uno de una manera distinta y sobre todo en la hora de la muerte.

Si en tiempo del Jansemismo que enseñaba que eran pocos los que salvaban, la Iglesia sintió la necesidad de tranquilizar a cerca de de propia salvación poniendo la confianza en la misericordia de Dios.

Hoy en cambio, está la gente tan despreocupada de ella y e un peligro tan grande por la perversa revolución actual que es necesario quitar esa falsa tranquilidad y poner un poco de inquietud en la gente predicando como San Agustín "que quién te hizo a ti, sin ti, no te salvará sin ti" y diciendo con palabras de San Pablo:

"Trabajad con temor y temblor por vuestra salvación" (Filip 2, 12) Hoy hay que aprender que no se trata solo de llegar al cielo sino de llegar al grado de gloria, y sobre todo, tener la alegría de amar a Dios sobre todas las cosas y por ello gozar de su amistad y de su amor.

Nuestro grado de gloria depende de nuestro grado de amor.

ORACIÓN FINAL

Señor aumenta nuestra fe para que comprendamos que un grado de amor vale más que el mundo entero porque un grado más de amor es un grado más de gloria.

Así antes de que se cierre la puerta y recordando la frase de San Agustín:

"Que tarde te amé Hermosura Soberana", nos lanzaremos a la recuperación del tiempo perdido acrecentando nuestro amor.