HOMILIA DEL XIX DOMINGO ORDINARIO.- CICLO C – 2.010

ESTAD PREPARADOS

Este Evangelio consta de dos partes:

La primera parte es la conclusión del tema de la riqueza, del que se trató el domingo pasado, en el que se explicó que es ser rico para sí mismo y que es ser rico para Dios, aquel que está abierto a la confianza en Dios y comparte sus bienes con los otros.

En esta conclusión Jesús sintetiza y da fuerza a lo dicho anteriormente con dos máximas:

"No temas pequeñito rebaño porque ha sido del agrado de vuestro Padre daros el Reino", esta es una de las revelaciones fundamentales del Evangelio.

    1. Cada una de estas palabras tiene especial sentido y dulzura.

Dice: Agrado, con lo cual se muestra la particular benevolencia y liberalidad de Dios para con ellos.

Dice: De vuestro Padre, llamando a Dios Padre de ellos que como tal no puede olvidarse de sus hijos. (Is 49,15)

Dice: Daros a vosotros como hijos y herederos suyos el Reino

O sea el Reino celestial y eterno, que está ya dentro de ellos.

No se trata de darlo más tarde, al fin del mundo sino que ya aquí el reino es el tesoro que funda y enriquece su existencia.

b) Y les dice que no han de temer que les falte lo necesario si comparten sus bienes, porque si Dios ha determinado darles su reino que es lo más que se puede desear, ¿cómo va a permitir que les falte de nada de lo que es necesario para vivir?. No han de temer porque tienen como amo y Pastor al Padre celestial que cuida de todos.

Y si vuestro Padre celestial alimenta a todos los hombres no permitirá que falte lo necesario a los primeros que él ha escogido para darles el Reino.

Por lo cual deben confiar siempre en la Providencia del Padre, y ante cualquier dificultad pensarán y dirán:"Dios Proveerá" como dijo Abraham, tengamos nosotros siempre presente esta frase y repitámosla en todos los momentos en que nos encontremos en algún apuro.

2ª "Vended lo que poseéis y dadlo en limosna"

Esta frase que solo transmite San Lucas, (tomada del documento que recoge la tradición más antigua) indica no un principio general sino una aplicación al periodo particular al que se refería este discurso escatológico referente al fin de Jerusalén.

En ese momento del fin, Jesús exige a todos los creyentes en él, la venta de todo lo que posean y darlo en limosna.

También lo había exigido jesús a todos los apóstoles y a los que quisieran acompañarle como discípulos.

Pero no lo exigía todos los creyentes en él.

Después de la resurrección al principio, dado que los discípulos interpretaron la destrucción de Jerusalén como preludio del fin del mundo, durante el tiempo que perduró la esperanza de la Parusía ya próxima, los cristianos vendían sus bienes y los ponían a los pies de los apóstoles.

Cuando se dieron cuenta del retardo de la Parusía volvieron al principio general que era:

"EL cristiano no debe poseer solamente para si mismo sino también para las necesidades de los pobres" (1ª Cor 7, 30-31)

Haceos bolsas que no se deterioran, tesoros que no se agoten en el cielo, porque donde está tu tesoro allí estará tu corazón.

"El hombre tiene el corazón puesto en aquello por lo que ha aventurado mucho. El que ha vivido con la mirada puesta en Dios, tiene el corazón puesto en Dios"

"El que tiene su riqueza y su tesoro en el cielo, está en el cielo con su corazón y sus anhelos"

Para quién con sus limosnas se procura un tesoro en el cielo, el Reino de Dios representa el centro de su vida.

La segunda parte aborda un nuevo tema:

  1. La exhortación a estar preparados.

  2. Haciendo fructificar el tesoro recibido.

    1. Debemos estar siempre preparados porque en la hora que menos pensemos nos llamará el señor para la otra vida.

      La preparación debe ser total, no hay que dejar nada que nos haga decir al Señor, espera que me falta una cosa. Y explica esto con el ejemplo de los buenos criados que esperan a su amo cuando vuelva de una boda:

      Tendrán las lámparas encendidas y ceñidos los lomos esto es, puesta la túnica con el ceñidor a la cintura para que cuando llegue el amo y llame, al instante le abran.

      A propósito de esto cada uno debe pensar, ¿hay algo en mí que me remuerde la conciencia y voy dejando su confesión par más tarde?

      El Señor te dice ahora mismo, no hagas eso debes estar totalmente preparado ¿Le harás caso? Lo que has de hacer hazlo pronto.

    2. La preparación consiste en hacer fructificar el tesoro recibido; como administradores fieles y prudentes.

Después de la exhortación a estar siempre preparados Pedro dijo a Jesús ¿Dices esto para nosotros o para todos?

Jesús contestó con la parábola del administrador fiel y prudente que se puede aplicar a todo creyente que ha recibido el tesoro de la fe y como fiel administrador lo debe hacer fructificar.

Los apóstoles que como administradores puestos por él para distribuir el Pan de la Palabra que les dio a conocer las voluntad del Señor, que es hacer llegar a todos el reinado del amor de Dios por la fe y el bautismo de la fe, la eucaristía y demás sacramentos.

2º Esta parábola la podemos aplicar (no solo a los apóstoles) también para cada uno de los que hemos recibido la palabra a través de los apóstoles, la preparación consistirá en hacer fructificar como administradores fieles el tesoro recibido que es el reinado del amor de Dios en nosotros en Cristo por su Espíritu.

 

 

 

 

 

Esto se realizará:

x) Negándose a sí mismo, dejando de ser uno el centro de todo y poniendo a Cristo como el centro de nuestra vida entregándose a Cristo extendiendo su Reinado de amor.

y) Renunciando al apego de los bienes, ayudando con ellos al necesitado en la medida de lo posible.

Así es como uno se une a Dios y se enriquece en Dios, teniendo en cuenta:

    1. Que tanto en el orden material como el espiritual, "a quién se le dio mucho, se le reclamará mucho, y a quién se le confió mucho se le pedirá más" (Luc 12, 48).

    2. Que Cristo Dijo: "El que enseñare estas cosas a los hombres será grande en el reino de los Cielos"

Daniel dijo: "Los que enseñaren a muchos la justicia brillarán como las estrellas a perpetua eternidad" (1Cor 15, 41-42)

Se trata de ponerse en guardia frente a los falsos valores de este mundo:

Apuntando hacia el ser y no hacia el tener, apuntando hacia el amor y no hacia solamente la posesión, hacia el compartir y no hacia el acumular para si mismo; para garantizarse un tesoro en el cielo.

Dice este evangelio: "Dichosos los criados a quienes el Señor, al llegar los encuentra en vela" (preparados totalmente); os aseguro que se pondrá la túnica y se la ceñirá, los hará sentar a la mesa y los irá sirviendo.

Es esta una frase muy extraña porque ningún señor hace cosa semejante.

Cristo la puso para significar que Cristo en nuestra muerte vendrá para llevarnos al banquete de la mesa celestial; quiere decir que Cristo viene a asociarnos a su vida eterna en el seno del Padre de un modo definitivo y eterno.

La muerte es el momento del tránsito de un modo de vida terreno-temporal a un modo de vida eterna en Cristo.