HOMILIA DEL V DOMINGO DE PASCUA. CICLO B

LA VID Y LOS SARMIENTOS (Jn 15, 1-8)

 

I.- INTRODUCCIÓN

La vid (la cepa) tiene la savia que es la vida de los sarmientos.

Jesús tiene la vida divina, que es la vida trinitaria, en plenitud corporalmente por el misterio pascual (muerte y resurrección).

En el misterio pascual Cristo fue constituido (Hijo de Dios en plenitud en el poder del Espíritu Santo) y Espíritu vivificante.

En él se nos revela la gracia increada que no es sino el amor con que Dios Padre nos da a su Hijo, se nos da en Cristo (Rom 8, 32; Ef1, 6;  Jn 3,16) y por Cristo glorioso nos envía su Espíritu (Rom. 8,9).

Esta vida trinitaria se nos transmite por la participación de ese misterio pascual en su muerte y Resurrección, esto se realiza por la fe y el bautismo de la fe y en su plenitud que es la Eucaristía en la que se actualiza el mencionado misterio pascual (se realiza la nueva Alianza de la unión de los hombres a Dios en Cristo y de los hombres entre sí)

La Eucaristía es el centro, no solo del culto cristiano sino también de la vida cristiana, vida en Cristo por su Espíritu de amor.

 

II.- EL SARMIENTO NO PUEDE DAR FRUTO POR SÍ

El sarmiento no puede dar fruto por sí, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros podéis dar fruto (de vida eterna) “SI NO PERMANECEIS EN MÍ”, Quién me come permanece en mí y yo en él.

 

III.-  Y EL QUE PERMANECE EN MÍ Y YO EN ÉL (DEL MODO DICHO) ESE DA MUCHO FRUTO,

¿Qué fruto es éste?:

Según el Concilio Tridentino comprende lo siguiente:

     III.1 La  Renovación Interior

     III.2 La santificación por el  crecimiento en el amor

     III.3 Las Obras del más perfecto amor

 

     III.-I LA RENOVACIÓN INTERIOR

    Consiste en:

1)      la llamada de Dios Padres por su Espíritu.

2)     La respuesta del hombre

III.1.1  LA LLAMADA INTERIOR DEL ESPÍRITU

a)     Tiene lugar en el corazón del hombre , es decir, en la profundidad espiritual de la persona humana, en el centro del origen de su pensar y decidir. (Jerem 24,7;Eze 36,26; 2Cor 4,6).

     b)   Por la revelación del misterio pascual el Padre por su Espíritu ilumina el corazón del hombre y lo llama atrayéndolo hacia una adhesión amoroso a Cristo.

 

       III. 1.2  LA RESPUESTA A LA LLAMADA DEL ESPÍRITU

                Esta una adhesión amorosa a Cristo, que incluye:

a)     La fe en Cristo.

b)     La esperanza en Cristo.

c)      La caridad que es la entrega de amor a Cristo, hecha efectiva en el amor al prójimo.

 

      LA FE, LA ESPERANZA Y LA CARIDAD

     

       1º) Son actitudes fundamentales de la existencia cristiana

             El calificativofundamentales” significa que ellas y solamente ellas constituyen el auténtico “ser cristiano”.  La vida cristiana es vida de fe, esperanza y caridad, mientras que todas las virtudes de la ética cristiana no son sino concreciones particulares derivadas de la fe, esperanza y caridad.

       2º) Estas tres actitudes fundamentales son una adhesión de las dimensiones fundamentales de la persona humana que son el creer, esperar y amar.

             Son una asunción del dinamismo humano en el dinamismo divino

       3º)  Las tres son dimensiones totalizantes de la existencia cristiana

             Cada una de ellas, implica las otras dos y por lo tanto se implican  mutuamente. Pero la caridad confiere al cree y al esperar la verdadera plenitud.

       4º) Las tres nos unen directamente a Dios. (Por eso se llaman teologales)

             EL ESPÍRITU SANTO, AL SER ESPÍRITU DE CRISTO

      Por la fe introduce al hombre en el conocimiento que Cristo tiene de Dios como   Padre. Nos hace participar de la filialidad de Cristo y nos hace exclamar ¡PADRE! COMO HIJOS VERDADEROS DE DIOS.

Por la caridad también introduce al hombre en el mismo amor con que se aman el Padre y el Hijo. El creyente mora en el Padre, Hijo y Espíritu en vida de amor.

           

III.2.- LA SANTIFICACIÓN POR EL CRECIMIENTO EN EL AMOR

 

Porque el Padre poda y unifica LA PURIFICACIÓN, San Juan de la Cruz lo explica del modo siguiente:

A medida que va aumentando en el alma el amor de Dios, hecho efectivo en los hermanos, el alma se va vaciando del “apego” de los apetitos; se va  haciendo más capaz, más dispuesta, más receptiva y acogedora del amor de Dios y por tanto más digna de más amor, pues cuanto mayor sea la liberación de los apegos egoístas, con un amor sacrificado y desinteresado más puede ser “llenado” el hombre del amor de Dios en todo su ser.

Así aumenta su grado de amor y de entrega a Cristo y por Cristo a los demás.

Algunos intentan entender esta alternativa diciendo que optar por Jesús equivaldría sólo a la acogida de los más pequeños y necesitados.

Y se basan en San mateo 25 en donde Cristo dice lo que hagáis a uno de estos más pequeños a mí me lo hacéis.

En el texto de la 1ª Carta de San Juan que dice:

Hemos pasado de la muerte a la vida porque amamos a los hermanos. (1Jn 3, 14)

Pero esta interpretación no corresponde al contenido de este pasaje (Jn 3,15).

El mensaje del evangelista me vincula a Jesús en persona; cuando Cristo dice yo soy la vid y vosotros los sarmientos y mi Padre es el labrador lo que quiere decir es que Él, el Padre y los discípulos estaban en la misma relación como la vid, el labrador y las ramas.

 

III.3.- LAS OBRAS DE MAS PERFECTO AMOR

 LA UNIÓN MAYOR CON DIOS, EN CRISTO POR SU ESPÍRITU CONDUCE A OBRAS DE MAS PERFECTO AMOR

Jesús en la entrevista con Nicodemo, rechazó su presupuesto que era, que el hombre puede llegar a obtener la vida eterna por la mera observancia externa de la Ley, y le enseñó una nueva doctrina: la vida eterna se obtiene amando auténticamente de manera sacrificada y desinteresada.

Esta capacidad viene del Espíritu, toda obra, también la ayuda al prójimo debe ser expresión de amor a Cristo y así Dios acrecentará su amor para con nosotros.

LA CONTEMPLACIÓN DE AMOR ES TAMBIÉN OBRA DEL ESPÍRITU

 

IV.- Si permanecéis en mí pedid lo que quisiereis y se os dará. Les da la solución para la unión, el recurso a la oración.

Dice que todo lo que pidamos en su nombre, se nos concederá

Esto hay que interpretarlo conforme lo que dice el mismo San Juan (Jn 5,14): En la hipótesis de  que se lo pidamos conforme a su voluntad.

Aquí se suprime esta frase porque es oración que se hace permaneciendo unidos a Cristo y fructificando en buenas obras y movidos por su savia, y en este caso nada se pedirá que no sea conforme a la voluntad del Padre.

 Además este versículo hay que considerarlo como paralelo a otro versículo (Jn 14,13) en que se refiere sólo a lo que se pide para la obra de apostolado y más adelante habla de la elección que hizo de ellos para el apostolado, añadiéndoles en esa perspectiva apostólica, que el Padre les dará cuanto pidan.

 

V.- POR LO DICHO HAY QUE TENER UN NUEVO CONCEPTO DE MÉRITO Y DE RECOMPENSA

El mérito no hay que entenderlo según lo hacían los fariseos, como una adquisición de derechos a que Dios de un premio, sino una consecución de mayor receptividad y un hacerse más apto, más capaz de recibir mayor amor de Dios de la manera anteriormente explicada. Dada la transcendencia infinita divina el hombre, por sí solo, no puede adquirir un derecho en sentido estricto al amor de Dios; esto es un don gratuito de él.

No es pues el hombre quién hace méritos, es Dios quién con su gracia y dones hace al hombre obrar meritoriamente.

Los méritos son dones de Dios y Dios hace que lo que son dones suyos, sean méritos nuestros.

 

VI.- LA RECOMPENSA NO HAY QUE CONCEBIRLA COMO UNA RETIBUCIÓN EXTERNA

Hay que evitar la falsa concepción del sentido del premio como si se tratase de coleccionar méritos, como si fuesen objetos que presentaremos a Dios al final para cambiarlos por algo mejor que Dios nos debe dar como pago de ellos.

La gracia no es un simple medio para alcanzar el fin, ella ya es el fin incoado, “es incoación de la gloria”, es virtualmente igual a la gloria; es ya la vida eterna en nosotros si bien, bajo el velo del espacio tiempo, pendiente de la postrera consumación.

La gloria es la culminación de la vida de la gracia,

Hay una única vida sobrenatural trascendente, inmortal que se vive de dos modos distintos; uno en el tiempo por la gracia y otro en el cielo por la gloria.

 

VII.- TERMINAREMOS CON UNA ORACIÓN QUE RECOGE TODOS LOS PRINCIPALES SENTIMIENTOS QUE DEBE SUSCITAR ESTA MEDITACIÓN

 

1.- Señor mío no permitas que me separe de ti la vid verdadera de la que recibo la sabia de la vida divina.

2.- Aumenta mi fe, esperanza y caridad para que se intensifique mi unión contigo con un mayor amor.

3.- Y así de fruto abundante de buenas obras de amor.

4.- Purifícame, límpiame más y más de todo apego egoísta para que llegando al vacío total de total apego pueda inundar tu amor todo mi ser, y así pueda amarte sobre todas las cosas y con todo mi ser.