HOMILIA DEL II DOMINGO DE ADVIENTO.- CICLO B

 

LA PREDICACIÓN DE SAN JUAN BAUTISTA

 

Lo primero que hemos de considerar es:

 

I.- LA PERSONALIDAD DE SAN JUAN BAUTISTA

    Esta es impresionante, espectacular e importante

    Concedió Dios a sus padres tener este hijo en edad muy avanzada,  (su madre era estéril), con la promesa comunicada por el Arcángel Gabriel a su padre Zacarías, sacerdote del Altísimo, de que “será grande a los ojos del Señor, estará lleno del Espíritu Santo en el vientre de su madre, y convertirá a muchos hijos de Israel al Señor su Dios” y será el precursor del Mesías.

    El niño iba creciendo y fortaleciéndose en el Espíritu, su personalidad se afianzaba. “Todos los que le oían se quedaban pensando ¿Qué será de este niño, porque la mano de Dios estaba con él”?.

  

    Impulsado por el Espíritu, decidió retirarse a la soledad del desierto, como lo hicieron los grandes profetas, para prepararse a su misión. (Luc 1,80)

   

    Por lo cual si se quisiera entender el carácter de esa vida habrá que leer los libros de Samuel y de los Reyes, para familiarizarse con la vida de los antiguos profetas como Samuel, Elías o Eliseo, que cautivados por el Espíritu llevaron una vida sobrehumana en el desierto.

     Juan estuvo en la soledad del desierto y no vivió en algunas de las comunidades que allí por entonces proliferaban.

   

II.- LA SITUACIÓN DEL MUNDO CUANDO COMENZÓ EL MINISTERIO DE JUAN.

     

      Está descrita admirablemente por San Lucas: “En el año quince del imperio de Tiberio      César siendo Poncio Pilato gobernador de Judea, y Herodes virrey de Galilea, y su hermano Felipe virrey de Iturea y Traconítide y Lisanias de Abiline, bajo el sumo sacerdocio de Anás y Caifás. “Vino la palabra de Dios sobre Juan en el desierto”.

      Lucas pone tantos datos porque quiere presentar las condiciones políticas y religiosas      así como el ambiente espiritual en que se cumplen las promesas divinas.

      Todo el conjunto era nefasto, catastrófico.. Durante el reinado de Augusto se efectuó la primera crisis de Occidente

    II.1  Palestina se encuentra bajo el dominio de reyes extranjeros y procuradores venales, crueles y hedonistas.

           En el aspecto religioso, el carácter de los sumos sacerdotes (Anás y Caifás) durante todo este periodo es descrito por el Talmud con palabras terribles.

    II.2  En cuanto a la situación del Imperio Romano, el reinado de Augusto marca no solo su cumbre sino la crisis de la Historia de Roma:

          Las  cosas empeoraban cuando Tiberio le sucedió y empezó la persecución de los judíos en Roma y Palestina sufrió hasta el límite de su resistencia.

 

           Los espíritus más nobles de aquel tiempo pensaban que las cosas ya no tenían remedio. El hombre por sí solo no podía liberarse, necesitaba un libertador.

 

III.-    En ese momento histórico Vino la palabra de Dios sobre Juan, el hijo de Zacarías, en el desierto” (Luc 3,2). Esto quiere decir que Dios, le reveló la venida del Mesías, y le llamó para ser su precursor, le capacitó para cumplir su misión de PREPARAR el camino al Mesías Salvador y dar testimonio de él.

        Juan tenía 30 años, edad en que los sacerdotes, los doctores y profetas comenzaban a actuar en público. (Según el libro de los Paralipomenos 23,3)

        Hacía 500 años que no habían surgido profetas en Israel.

        Por eso al oír que había aparecido un verdadero profeta el pueblo acudió en masa a escucharlo, acudieron de todo el país de Judea y de Jerusalén, a donde el predicaba.

         San Mateo (3.1) dice: Por aquellos días Juan el bautista se presentaba predicando en el desierto de Judea (era en el entorno del Jordán que se consideraba prolongación del desierto y decía:

         “Convertíos porque está cerca el Reino de los Cielos

        Y Mateo (3,3) añade:

         Este es el que anunció el profeta Isaías (40,3) diciendo:

                 UNA VOZ GRITA EN EL DESIERTO

                 PREPARAD EL CAMINO DEL SEÑOR

                 ALLANAD SUS SENDEROS

     

        En este texto Isaías anuncia la liberación de la cautividad de Babilonia.

         Este texto de Isaías ya era considerado como mesiánico antes de los Evangelios.

         San Mateo sitúa en este contexto a San Juan como el heraldo regio en la antigüedad.

         Esto lo había cantado su padre Zacarías el día de la circuncisión, en el BENEDICTUS y a tí niño te llamarán profeta del Altísimo

                   Porque irás delante del Señor

                   A preparar sus caminos  (Luc 1, 76) 

        Juan escogió como sitio para su aparición pública según consta por la arqueología, el lugar frente a Jericó en el que en otro tiempo Josué había conducido al pueblo de Israel al país sagrado a través del Jordán (Josué 4, 13-19), esto simbolizaba que aún podía haber una posibilidad de salvación para Israel.

         Es una especie de acción profético simbólica Juan ponía al pueblo de Israel ante el paso al tiempo de la salvación.

        

        Juan tenía su vestido de pelos de camello y un ceñidor de piel, alrededor de la cintura, su alimento era langostas y miel silvestre. Su vestido, era como el de Elías (2 Rey 1,8) cuya misión venía ahora a cumplir. Juan se presentó con la virtud y el poder de Elías.

        Esto quedaba demostrado:

1)     Por lo que predicaba: el Reino de Dios.

2)     Por el nuevo rito simbólico (El bautismo)

1º) En primer lugar. El Reino de Dios en Cristo

 

                       Decía: “Convertíos pues está cerca el Reino de Dios”. Lo esencial era este Reino.  El dirigía a todos hacia  a Aquel que venía, (Cristo) en quién este Reino pasaría a ser individualizado.

                        Todo lo demás en la predicación de Juan era subsidiario.

 

                  2º) EL BAUTISMO ERA EXPRESIÓN DE LA SALVACIÓN POR EL MESÍAS

 

                  1) Juan predicaba un Bautismo para todo el pueblo por una sola vez, con la inmersión en el río Jordán por el mismo Juan.

3)     Con la confesión pública de los pecados de modo general como expresión de la conversión para el perdón de los pecados (Luc 3,53; Marcos 1,4) en el juicio inminente.

4)     Como signo de pertenencia a la nueva comunidad escatológica.

5)     El bautismo de Juan no perdonaba los pecados pero garantizaba con firme promesa la purificación del  pecado que, por medio del MESIAS, el Espíritu Santo, espíritu purificador y vivificante, llevaría a cabo el último día cuando fuese derramado sobre el pecador arrepentido.

           Pero en unión de todo el pueblo fiel de Israel  sobre el  que Dios derramaría su     Espíritu purificador y vivificante POR MEDIO DEL mESÍAS.

           El perdón de los pecados no puede ser reducido a la simple confesión de los    pecados en el bautismo ni por tanto al acto subjetivo de la renovación interior.    

           El perdón viene de Dios por su Espíritu por medio del Mesías.

 

IV.- ¿QUÉ SIGNIFICA LA CONVERSIÓN?

 

      La conversión aquí significa dos cosas:

          

a)          Cambio de actitud dentro de sí mismo.

b)          Cambio de conducta respecto a los demás.

          

             El cambio de conducta se explicará el próximo domingo.

 

V.- EL CAMBIO DENTRO DE SI MISMO

 

San Juan lo expresa en las siguientes frases metafóricas que explicaré una por una para que las apliquen a su vida

  

                 a.1 PREPARAD EL CAMINO AL SEÑOR

                       Debemos quitar los obstáculos que impidan que el Señor venga.

 

                 a.2 HACED RECTAS SUS SENDAS

                       Esto es tener rectitud de corazón.

 

a.3 TODO BARRANCO SERÁ RELLENADO

       Las depresiones de abatimiento y desconfianza han de superarse con un sano optimismo y, sobre todo, con la confianza en Dios, con el santo abandono en manos de la Providencia, pero cooperando como si todo dependiera de nosotros.

 

a.4 TODO MONTE Y COLINA SERÁN REBAJADOS

       Las altiveces es menester abatirlas con la humildad.

 

a.5 LOS CAMINOS ESCABROSOS SERÁN ALLANADOS

      Las asperezas han de hacerse desaparecer con bondad, mansedumbre, suavidad y dulzura en el trato y entre los esposos con afabilidad, amabilidad y ternura.

 

a.6 LOS CAMINOS TORTUOSOS SE HARÁN RECTOS

      No hay que andar con rodeos, sino como decía Santa Teresa:

      “Hay que tomar una determinación muy determinada” sobre la meta a que Dios nos ha destinado y después tener siempre fijos los ojos en ella para que el camino sea recto como hace el labrador cuando oran.

       No debemos estar “echando la vista atrás” porque dijo Cristo:

   “EL QUE PONE LA MANO EN EL ARADO Y ECHA LA VISTA ATRÁS      NO ES DIGNO DE SER DISCÍPULO MÍO”.

           

VI.- APLICACIÓN A NUESTRA VIDA

 

Lamentablemente a todos los cristianos nos acecha siempre el peligro de la excusa farisaica, creer que no necesitamos convertirnos, que nos basta ser hijos de Dios por el Bautismo y cumplir con los preceptos “exteriores” del cristianismo.

También a nosotros nos dice hoy San Juan:Haced el fruto que pide la conversión”. (Mat 3,8)

 

      VII.1 LA VERDADERA CONVERSIÓN EN NUESTRA VIDA

        Tiene tres puntos:

    VII.1.1  Incluye la salida de todo pecado

                El pecado anida en nosotros en múltiples manifestaciones.

    VII.1.2  Implica la conversión continua

       Que consiste en el crecimiento en el amor porque el amor no tiene fin de        etapa. Por eso dice la Escritura:

      “EL QUE SEA JUSTO QUE SE JUSTIFIQUE MÁS, EL QUE SEA SANTO    QUE SE SANTIFIQUE MÁS”.

    VII.1.3  Nos pide también el sentido comunitario de la conversión colaborando  en la  medida de nuestras fuerzas en el advenimiento de una sociedad más justa según las orientaciones actuales de la Iglesia, y entre tanto paliar con nuestra caridad los efectos de la injusticia social reinante.

 

      VII.2  EL BAUTISTA NO ES SOLO EL PRECURSOR DE LA VENIDA DE CRISTO,       Sino también de todas las continuas venidas del Señor a cada uno de nosotros.

             Hemos de escogerle en este día como el santo que ha de preparar nuestra continua  conversión para que se realice la nueva venida de Cristo a nosotros, el día de Navidad.

 

VII.-  TERMINEMOS CON UNA ORACIÓN

 

          Señor concédenos:

a)     Que nuestra alma se inunde de inmensa alegría al considerar la buena noticia de nuestra salvación en Cristo.

b)     Por intercesión de San Juan Bautista; precursor de tu venida.

c)      Concédenos que preparemos con una continua conversión tus venidas a nuestra alma de una manera cada vez más íntima y más profunda, quitando los obstáculos de todo pecado, evitando todo mal y disponiendo nuestro corazón con el aumento de las virtudes teologales, con más fe, con más esperanza y con más amor.

d)     Pasando la vida haciendo el bien construyendo así una sociedad más justa, más fraterna, es decir, la CIVILIZACIÓN DEL AMOR