ÁNGELUS Meditación mariana del Santo Padre al final de la misa en el jubileo de las familias, domingo 15 de octubre

Encuentro mundial de las familias

Su Santidad anunció que el próximo Encuentro mundial se celebrará el año 2003 en Manila

Del 11 al 15 de octubre se celebró en Roma el III Encuentro mundial del Papa con las familias y su jubileo. Comenzó con un congreso teológico-pastoral internacional durante los días 11, 12 y 13, sobre el tema: "Los hijos, primavera de la familia y de la sociedad". Luego, los días 14 y 15 tuvo lugar el jubileo propiamente dicho, con celebraciones en diferentes iglesias de Roma, un encuentro con el Papa y una misa presidida por Su Santidad en la plaza de San Pedro. En las páginas 5-7 ofrecemos la crónica del jubileo de las familias, así como el discurso y la homilía de Su Santidad. Al final de la misa, Juan Pablo II dirigió la siguiente meditación mariana: 


Antes de concluir la celebración, nos dirigimos en oración a María santísima, que asiste a las familias con su solicitud materna. Como signo de devoción y gratitud, el próximo 9 de diciembre, en nombre de todas las familias, una delegación encabezada por el cardenal López Trujillo llevará como don a la Virgen de Loreto una rosa de oro bendecida por mí.

Me alegra anunciar, además, que el próximo Encuentro mundial de las familias tendrá lugar en el año 2003, en Manila. A la amada Iglesia que está en Filipinas le expreso desde ahora mi gratitud más cordial por su disponibilidad.

Saludo cordialmente a todas las familias de lengua francesa que han venido para celebrar su jubileo y a las que están en conexión con nosotros a través de la radio y la televisión. Acoged a Cristo en vuestro hogar. Queridos padres, él os ayudará a cumplir vuestra misión con respecto a vuestros hijos. Queridos jóvenes, la Iglesia os ama y confía en vosotros, para que aprovechéis vuestros talentos y los pongáis al servicio de vuestros hermanos. Con mi afectuosa bendición apostólica.

Saludo a los peregrinos de lengua inglesa presentes para el jubileo de las familias. Todos podéis defender y promover el papel esencial de la familia en la sociedad como la cuna natural de la nueva vida, la primera escuela de desarrollo humano y de fe. Dios os bendiga con armonía y paz.

Me dirijo a las familias procedentes de los países de lengua alemana. Os saludo a vosotros, cónyuges, que compartís vuestra vida en fidelidad. Doy mi bienvenida a los niños que junto a sus padres pueden frecuentar la primera escuela de la vida y de la fe. Finalmente, dirijo mi pensamiento  a todos los esposos que viven solos y no tienen familia. Dios, que nos acompaña en nuestro camino, bendiga a todos.

Saludo con afecto a las familias de lengua española, y también a aquellos que, precisamente por deberes familiares, no han podido estar hoy aquí. Abrid las puertas de vuestros hogares a Cristo, para que él sea vuestra fuerza y vuestro gozo, el que os ayude a vivir unidos y a proclamar al mundo la fuerza invencible del verdadero amor.

Con gran afecto saludo a las familias de lengua portuguesa procedentes de Brasil, de Portugal y de otros países del mundo. Que el Espíritu Santo Consolador ilumine vuestros hogares, para que seáis  sembradores  de paz y alegría, confiando siempre en  el amor misericordioso de Cristo, nuestro Salvador.

Saludo cordialmente a todas las familias polacas, tanto a las que han venido a Roma como a las que viven el jubileo en sus casas. Doy gracias a Dios por la alegría y la paz de las familias felices. Le pido fervientemente que su gracia y bendición sean un apoyo eficaz para las familias que atraviesan diversas dificultades. Oro para que las familias polacas gocen de la fuerza de Dios. Abrazo a todos de corazón y los encomiendo a la protección de la Sagrada Familia de Nazaret. Saludo en particular a los agentes de la pastoral familiar  que  han  venido  de toda Polonia. Que Dios os recompense por vuestro esfuerzo y vuestros sacrificios. Saludo a los oyentes de Radio María de toda Polonia. Saludo  a  los  juristas, al semanario "Przewodnik Katolicki" de Poznan y a los numerosos grupos parroquiales.

A María, Reina de la familia, le encomendamos todas las familias del mundo. Una vez más, antes de concluir, deseo daros las gracias por vuestra perseverancia y vuestra entereza frente a la lluvia. Una bendición para todas las familias del mundo y especialmente para los recién casados.