Promover la paz y la convivencia entre todos los peruanos

Reflexiones del consejo permanente de la Conferencia episcopal peruana ante la crisis política del país

Los obispos del consejo permanente de la Conferencia episcopal peruana, ante la grave crisis política que vive actualmente nuestro país, solidarios con nuestro pueblo, nos sentimos en el deber de dirigirnos a la opinión pública para ofrecer algunas reflexiones, con la única finalidad de contribuir, en la medida que nos es propia, a superar cuanto antes esta crisis.

Es preocupante y lamentable el clima de tensión y polarización que se ha generado en nuestra patria, principalmente a raíz del reciente proceso electoral, cuestionado por una parte importante de la población, motivado en parte por las irregularidades, ya reconocidas, con que se desarrolló.

Es evidente que en esto tienen responsabilidad quienes, de uno y otro lado, pudiendo evitar tales irregularidades, no hicieron cuanto estaba en sus manos para lograr la plena transparencia y la total normalidad del proceso. La paz ha sido alterada; está en riesgo la convivencia pacífica entre peruanos y nos preocupa el futuro próximo del país.

Creemos que es necesario y urgente que el Perú salga cuanto antes de esta situación radicalizada, que lleva en sí misma el germen de enfrentamientos entre peruanos y cuyas consecuencias, de prolongarse, son imprevisibles.

Con el respeto que nos merecen las diversas tendencias políticas, nos parece urgente una reflexión seria y ponderada por parte de todos, a fin de tomar ¡as medidas necesarias para buscar juntos el bien común. Esto exige la colaboración de todas las fuerzas políticas implicadas en el proceso, desarrollo y desenlace de esta situación, dejando de lado actitudes de intransigencia y con la firme resolución de resolver las diferencias por las vías del diálogo responsable, que respete siempre la verdad y la justicia.

Debe tenerse en cuenta que el bien común afecta a la vida de todos los ciudadanos sin distinción y exige determinación y prudencia por parte de todos, particularmente de los responsables políticos. El bien común comporta tres elementos esenciales, que no pueden ignorarse:

- el respeto a la persona, a sus derechos fundamentales inalienables, como meta de toda acción política y orden social;

- el bienestar social, que exige procurar a cada persona lo que necesita para una vida verdaderamente humana;

- la paz, que es un derecho de todas las personas y de todos los pueblos y que comporta la estabilidad y la seguridad de un orden justo.

No merece nuestro pueblo vivir en una situación de zozobra e incertidumbre. La política tiene el fin de servir a la persona humana y al bien común. Se deben hacer los esfuerzos necesarios para que se recobre en todos los ámbitos de nuestra sociedad la normalidad, la convivencia pacífica entre peruanos, aportando todos lo mejor que somos y tenemos. Con el mayor respeto a las personas y sus ideas, busquemos con ilusión y esperanza el bienestar y el desarrollo que anhela y merece nuestro pueblo.

Con libertad e independencia y con el profundo amor que sentimos por nuestro país, hacemos una vez más un llamado a todos sin distinción: autoridades políticas, civiles, militares, policiales, judiciales, grupos políticos, instituciones públicas y privadas, medios de comunicación, jóvenes y pueblo en general, para demostrar nuestro amor al Perú, buscando los caminos que lo lleven a salir de esta crisis y a vivir reconciliados, en paz, en justicia y en verdad.

Que el Señor de los Milagros, signo de unidad en la fe, y su santísima Madre nos den a todos la fortaleza que necesitamos para lograr el bien común, aun a costa de nuestro sacrificio.

Lima, 8 de junio de 2000

Consejo permanente
de la Conferencia
episcopal del Perú