Juan Pablo II es proclamado «Hombre del año 1999» en Rumania por los oyentes de Radio Bucarest

Juan Pablo II ha sido proclamado «Hombre del año 1999» en Rumania por su contribución a la causa de la paz y por su inolvidable visita apostólica realizada del 7 al 9 de mayo, la primera a un país de mayoría ortodoxa. El premio lo ha asignado la Radio Bucarest, emisora radiofónica nacional rumana, que lo ha entregado al nuncio apostólico en Rumania, el arzobispo Jean-Claude Périsset.

Es significativo que hayan sido los oyentes de Radio Bucarest quienes han proclamado al Santo Padre «Hombre del año». El premio consiste en una medalla de plata dorada con la efigie del Papa por un lado y la imagen del edificio de la Radiodifusión rumana por el otro.

La traducción de la motivación de la concesión del premio, escrita en latín, es la siguiente: «La Sociedad rumana de radiodifusión asigna al Sumo Pontífice Juan Pablo II la medalla "Hombre del año 1919" por su incansable actividad al servicio de la democracia y del respeto de los derechos humanos, en favor de la paz y de la comprensión entre los pueblos del mundo; y de modo especial por su iniciativa de realizar una visita a Rumania, país de mayoría ortodoxa, y por sus continuos esfuerzos en el campo del ecumenismo».

El presidente de la Sociedad rumana de radiodifusión, Andrei Dimitriu, ha manifestado ante todo su gratitud a Juan Pablo II con las siguientes palabras: «Todos estamos agradecidos al Papa por su empeño determinante en el proceso de apertura a la democracia y a los valores cristianos en el ámbito de los pueblos de Europa central y oriental. La medalla pretende ser un homenaje al interés y al compromiso del Papa al servicio de la unidad cristiana. Insisto en el valor de este reconocimiento que viene de un país de mayoría ortodoxa».

La visita del Santo Padre a Rumania ha quedado impresa en la conciencia del pueblo rumano. Se habla «normalmente» de un milagro: el pueblo rumano, marcado por discordias y contrastes, herencia del totalitarismo comunista, vivió como una verdadera gran familia aquellos tres inolvidables días de la visita apostólica.

«Sin duda -afirmó Dimitriu- la presencia del Santo Padre en Bucarest no sólo fue un acontecimiento ecuménico totalmente excepcional, sino también un momento histórico de referencia que marcará fuertemente al mundo ortodoxo. El mensaje apostólico de amor, paz, fraternidad y tolerancia que el Santo Padre trajo a Rumania lo captó perfectamente el pueblo rumano, que lo esperaba con confianza y amor y lo acogió con entusiasmo. Ciertamente la medalla es un galardón que reconoce un hecho: la presencia del Santo Padre al lado de Su Beatitud Teoctist, patriarca de la Iglesia ortodoxa rumana, nos impresionó a todos».

«En los programas de esta emisora pública -añadió- se presta especial atención a la actividad de las diversas confesiones legales que existen en el país. Después de 50 años de ateísmo institucionalizado resulta urgente la necesidad de redescubrir, ante todo, los valores cristianos. Existe en la radio un grupo de redacción llamado "la vida espiritual", que se interesa por este tipo de programas, ilustrando la actualidad religiosa, las celebraciones en el ámbito de las diversas confesiones cristianas. Se transmiten en directo las ceremonias más importantes».

Y concluyó diciendo: «Deseo mencionar la buena cooperación que tenemos con Radio Vaticano y es nuestra intención acrecentarla. La Radio pública rumana prestará gran atención a las noticias de la Santa Sede, respondiendo de este modo al interés de los oyentes. Es una realidad que ilustra también los resultados de la visita del Santo Padre a Rumania».