DISCURSO A UN GRUPO DE MUCHACHOS DE LA ACCION CATOLICA ITALIANA, 21 DE DICIEMBRE

Abrir nuestro corazón a los necesitados

Un grupo de muchachos y muchachas de la Acción católica italiana, acompañados de sus educadores, acudieron al Vaticano, como cada año, para felicitar la Navidad al Santo Padre. Guiaban el grupo el cardenal Camillo Ruini, vicario general del Papa para la diócesis de Roma y presidente de la Conferencia episcopal italiana; el asistente eclesiástico general, mons. Agostino Superbo, obispo emérito de Altamara-Gravina-Acquaviva delle Fonti; la presidenta nacional, profesora Paola Bignardi; y el asistente nacional de la Acción católica de muchachos, don Giuseppe Gialiano. Juan Pablo II los recibió en audiencia la mañana del martes 21 de diciembre, en la sala del Consistorio, y les dirigió en italiano el discurso que ofrecemos a continuación, traducido al español.

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Amadísimos muchachos y muchachas de la Acción católica italiana:

Me alegra acogeros hoy, como cada año, en este encuentro que nos brinda la ocasión de intercambiarnos las felicitaciones por la santa Navidad y el Año nuevo. Os saludo con gran afecto a cada uno de vosotros, así como al presidente nacional de la Acción católica y al asistente general. A todos y a cada uno os abrazo con gran cordialidad. Os agradezco las palabras que me habéis dirigido y los sentimientos que habéis querido manifestarme. Los aprecio de modo particular, porque van acompañados por vuestro recuerdo en la oración. Gracias, queridos muchachos, por todo esto.

Ya casi hemos llegado a la santa Navidad, fiesta muy entrañable para las familias cristianas. Mi pensamiento va naturalmente a vuestras familias y a todas las familias del mundo. Al volver a vuestra casa, llevad a vuestros seres queridos el saludo del Papa y sus mejores deseos de serenidad y de paz. Pensad, al mismo tiempo, en cuantos no podrán vivir con serena alegría estos días de fiesta.

La Navidad es un día singular que nos invita a la solidaridad y al amor, nos invita a abrir nuestro corazón a los hermanos, especialmente a los necesitados. El Niño Jesús, al nacer en Belén trajo al mundo el don valioso del amor para que, como luz resplandeciente, ahuyente del corazón del hombre las tinieblas del egoísmo y de la tristeza y colme su corazón de auténtica alegría. A cada uno de vosotros y a los diversos grupos de la Acción católica que representáis os deseo que redescubráis el amor divino, que envuelve y da sentido pleno a la existencia humana. La Virgen, que en Belén dio al mundo a nuestro Redentor, os ayude a acogerlo en vuestro corazón.

Queridos muchachos y muchachas, a la alegría de la Navidad de este año se une también la del Año jubilar, que comenzará precisamente en Nochebuena, con la solemne apertura de la Puerta santa en la basílica vaticana. Preparaos para vivir intensamente este extraordinario tiempo de gracia; sed apóstoles de vuestros coetáneos, ayudándoles a captar el auténtico espíritu del Año santo y a vivirlo a fondo.

Os agradezco una vez más esta grata visita y os bendigo de corazón a vosotros, a vuestros amigos, a vuestras familias y a cuantos os acompañan en vuestro camino de crecimiento humano y espiritual. ¡Feliz Navidad!