A todo pulmón

Cuentos de Ecología para niños y niñas

Clara Azcué

CVX México

clarazc@avantel.net

 

 

CUENTOS PARA CONTARSE JUNTOS

Estos cuentos fueron hechos para narrarse junto con los niños y niñas, actuando con ellos, realizando sonidos, inventando pedazos durante la narración. (Marcado entre paréntesis anotamos algunas intervenciones que los niños pueden hacer durante la narración del cuento, como ejemplos para que a lo largo del cuento el o la narradora invente nuevas pautas de participación).

 

 

 

La creación de los primeros hombres y mujeres

(Tomado del Popol Vuh)

"Al principio no había nada, todo estaba obscuro y liso (cerrar los ojos) pero los dioses se aburrían muchísimo (pedir a los niños que hagan cara de aburridos) hasta que se les ocurrió hacer el Sol, y amasaron entre todos unas bolitas de fuego (amasar imaginariamente bolitas) luego las juntaron y formaron entre todos una bolota para alumbrarse (juntar imaginariamente las bolitas).

Después se les ocurrió a los dioses hacer plantas, y también hicieron... (dejar a los niños que sugieran qué más hicieron los dioses dejando la creación de las personas para el final).

Al mero final, los dioses decidieron hacer a los niños y a las niñas. Primero tomaron unos palos y los martillaron para hacer sus cuerpos pero esos niños de palo no les gustaron a los dioses por tiesos, y mejor los aventaron a quemarse al Sol.

Después hicieron unos niños de barro pero empezó a llover y todos los niños de barro se desbarataron con la lluvia.

Se hizo de noche y todos se fueron a dormir y en la madrugada, al dios mayor (maestro(a) de grupo) se le ocurrió una idea: formar niños y niñas de maíz. Tomó un poco de masa de maíz azul del de las tortillas y comenzó a formar niños y niñas, luego tomó maíz rojo, y formo niñas y niños, y luego tomó maíz amarillo, y formó otros niños y niñas distintos (el maestro debe hacer la mímica de formar niños pero sobre la carita de sus alumnos, por ejemplo: "le puso una nariz y dos ojos que le quedaron preciosos"... La idea es que vaya resaltando cualidades específicas de cada uno de sus alumnos, diferentes unas de otras, pero todas valiosas)

Cuando el dios mayor terminó de formar a todos, sopló sobre ellos la vida. Todos despertaron, bostezaron y probaron su cuerpo: sus pies, sus manos, su cabeza…

Esos niños y niñas de maíz sí les gustaron a los dioses, porque sabían reírse y llorar. Saludar, aplaudir y quererse. Desde aquel día aparecieron los niños y las niñas de la Tierra, todos diferentes, pero todos importantes. Los dioses los cuidaron mucho, hasta que crecieron y se volvieron grandes, y ya de grandes, ellos tuvieron hijos a los que les pusieron nombres diferentes…

Así formaron los pueblos y las ciudades que ahora conocemos en todo el mundo.

Los platicones

Una vez nacieron unos platicones (mostrar el títere). Como estaban chiquitos, sólo sabían llorar (llorar con los títeres). Sus mamás los arrullaban y los dormían (arrullar). Cuando ellos tenían hambre, volvían a llorar (llorar con los títeres) les daban de comer y se callaban (dar de comer y callarse).

Con el tiempo, los platicones aprendieron a hablar y les encantaba platicar y opinar sobre la ropa que querían usar, a dónde querían ir a pasear y lo que querían jugar.

Todo iba muy bien, hasta que entraron a la escuela. Cuando tocó el timbre para salir a recreo, se toparon con el Callón, que era un niño de cuarto año, muy grande, muy fuerte y muy grosero que había decidido que desde ese momento él mandaba en el recreo, porque él y sus amigos querían jugar y platicar solos en el patio. Los platicones reclamaron, pero él los amenazó y les tapó a todos la bocas con una cinta mágica invisible para que no pudieran hablar.

Un día, los platicones decidieron decirle a la maestra lo que sucedía. Como no podían hablar, se pusieron a bailar frente a ella para explicarle, pero ella no les entendió.

Se fueron tristes, pero no se dieron por vencidos y pensaron en otra manera de explicar lo que sucedía. ¿Cómo creen que podrían decirle si no pueden hablar?…

La maestra por fin entendió. Como era maga, les quitó la cinta mágica de la boca, pero ellos todavía tenían miedo, porque el Callón seguramente los estaría esperando fuera del salón, con más cinta mágica en las manos, así que la maestra tomó su lápiz de goma azul, que en realidad era su varita mágica, y sin decir nada salió del salón. Regresó muy pronto y sonó la campana para recreo.

Salieron temerosos, hablando bajito, pero cuanto la maestra estuvo lejos, el Callón se acercó furioso hasta ellos. Todos se abrazaron temblando, pero cuando el Callón dijo las primeras groserías…comenzaron a salirle sapos, caracoles y cucarachas de la boca. El Callón se enojó aún más, intentó de nuevo insultar a los platicones, y se escurrieron de su lengua dos caracoles babosos. Todos los platicones lo miraban asombrados. El Callón dijo – ¿Qué me pasa? ¡Ayúdenme! – Al decir éstas palabras, ni un sólo caracol se asomó por su boca. Los platicones comprendieron que la maestra había hecho que le salieran alimañas sólo cuando decía groserías o insultos a los demás y se lo explicaron. El Callón, ya sin groserías, contó a los platicones que él quería platicar con alguien, pero no tenía amigos. Todos estuvieron de acuerdo en invitarlo a platicar y desde aquel día aprendió a decir lo que pensaba sin insultar a los demás y a escuchar lo que otros tienen que decir.

La magia de la maestra sólo duraba un ratito, pero de todos modos el Callón se cuidó por siempre de hablar a todos de buena manera, y los platicones aprendieron de él.

 

 

 

CAZADORES PERROS

(adaptación de un cuento maya)

Cuentan los abuelos que hace ya muchas lunas, en el principio del mundo, cuatro cazadores mayas salieron al monte. Como los montes se hallaban poblados de plantas, animales y espíritus, pidieron los cazadores a un Chilam que les acompañara. El Chilam conocía de los sueños y los deseos de los dioses y espíritus, sabía el Chilam de hacer cosas que a los ojos de otros aparecían como magia, y era un Chilam poderoso el que les acompañó.

Partieron antes que saliera el sol y luego de mucho caminar, llegaron a un llano rodeado de platanares, zapotes y papayos, bañados de luz de día. Los cazadores pidieron al Chilam que les hiciera un animal que les ayudara a mirar las presas de la caza.

El Chilam sabía de la preocupación de los espíritus que cuidan la vida, del Yuntzil guardián de los bosques, el Yuntzil espíritu del monte, y por eso tomó sólo un poco de barro del suelo e hizo con él un perrito pequeño que avisara de la presa de caza con sus ladridos.

Los cazadores se internaron en la selva con su perrito, y ya muy entrada la tarde regresaron con un conejo para cada uno.

Cuando llegaron al llano, dijeron al Chilam:

- Señor Chilam, este perrito que nos hiciste, se asusta hasta con los conejos y las iguanas. Queremos que nos hagas un perro de mayor tamaño, un perro que nos avise de presas grandes, no de iguanas y conejos. Ten Señor Chilam, éste te lo regresamos.

El Chilam recibió al perrito y se quedó pensando, porque sabía de la preocupación del Yuntzil, el Yuntzil guardián de los bosques, el Yuntzil espíritu del monte, pero tomó barro del suelo y fabricó un perro mediano.

A la mañana siguiente los cazadores salieron con su perro mediano, dejando al Chilam y al perrito en el llano.

A medio día, volvieron los cazadores con dos hermosas presas de venado, suficientes para alimentarlos a todos y para llevar carne a sus familias. Pero los cazadores querían más, así es que después de comer y salar la carne de los venados, pidieron al Chilam:

- Señor Chilam, queremos otro perro un poco más grande, uno que nos aligere la tarea para cazar más rápido.

El Chilam dudó, porque sabía de la preocupación del Yuntzil, el Yuntzil guardián de los bosques, el Yuntzil espíritu del monte, pero tomó barro del suelo y fabricó un perro grande.

A la mañana siguiente, los cazadores salieron con el perro mediano y el perro grande. Al medio día regresaron con tantas presas de venado que apenas y podían cargarlas. Estaban contentos, porque la caza había sido abundante. Salaron la carne y uno de los cazadores dijo al Chilam:

- Señor Chilam, la caza ha sido buena y la carne abundante, pero queremos terminar hoy mismo para regresar al pueblo con nuestras Señoras. Haz para nosotros otro perro más, el último, el que nos haga volver pronto con todas las presas antes de que caiga el sol.

El Chilam lo pensó largo tiempo, porque sabía de la preocupación del Yuntzil, el Yuntzil guardián de los bosques, el Yuntzil espíritu del monte; pero los cazadores le ofrecieron al Chilam, la carne de dos venados, que era mucha carne. Entonces el Chilam tomó una gran bola de barro y fabricó un perro muy grade.

Los cazadores, salieron de nuevo ese mismo día, en compañía de su perro mediano, su perro grande y su perro muy grande, y dejaron al Chilam con su perrito en el llano.

Al cabo de un rato los cazadores regresaron con tantos venados y tan grandes, que tuvieron que dar varias vueltas selva adentro, para acarrear a todas las presas al campamento. Celebraron la caza comiendo y tomando mucho vino.

El vino les dio sueño, y planearon regresar hasta el día siguiente, con ayuda de un carretón para transportalo todo. Entonces se fueron a dormir.

A pesar de los huesos que los cazadores habían aventado a los perros durante la cena, los perros seguían con hambre, porque eran muchos y muy grandes, y eran tragones. Así es que en silencio se comieron de uno por uno a los venados que habían cazado los cazadores. Aún así, seguían con hambre y descubrieron a los cuatro cazadores y al Chilam, durmiendo, y se dejaron ir a toda carrera sobre sus presas. Justo cuando estaban apunto de clavar sus afilados dientes en los cuellos dormidos de los cazadores, el perrito del Chilam avisó del peligro.

Todos corrieron a tiempo, corrieron durante muchos cerros, hasta casi llegar al pueblo. Habían quedado medio desnudos, despeinados, sin huaraches y sin carne de venados. Temblaban de miedo a la mitad de la noche, y se decían entre sí:

- Son buenos cazadores esos perros, vendrán por nuestros huesos, y devorarán a nuestras señoras y a nuestros niños en el pueblo.- Señor Chilam, ¡Deshaz los perros!- Pero el Chilam contestó:- Deshacer los perros no puedo. Es la ley del Yuntzil que el que abusa del espíritu del monte, en presa se convierte… Mi consejo es regresar al llano

Mucho discutieron los cazadores con el Chilam, porque sabían que en el llano estaban los perros, y que estaban ferosísimos, pero al final decidieron regresar sin pasar por el pueblo para proteger a sus niños y a sus señoras.

El perrito condujo a su amo y a los cuatro cazadores, selva adentro, en donde encontraron un bebé venado temblando de miedo, sólo entre los matorrales, porque su mamá venada había sido muerta esa misma tarde.

Uno a uno, por todo el monte encontraron pequeños venados asustados y sólos, y el Chilam dijo:

- Para curar la herida que nos hicimos, habrá que cuidar a todos estos venaditos, hasta que se crezcan y puedan correr y jugar selva adentro.

Como no tenían leche de venada, los cazadores hicieron pozol de maíz con miel, para alimentar a los recién nacidos y para beberlo ellos mismos. Cuidaban el llano de día y de noche, porque los perros andaban cerca, hasta que llegó el día en que los cazadores vieron a los venados pastando, ya crecidos, y el Chilam mandó volver al pueblo, dejando a los venados libres en el monte. Pero los cazadores replicaron:

- Señor Chilam, los perros siguen sueltos y ya quieres que caminemos de regreso. Antes deberíamos acabar con ellos – pero El Chilam contestó:

- Trabajamos con nuestras fuerzas lo más, para curar la herida que nos hicimos. No entendimos a tiempo que nosotros somos él, y el Yuntzil es nosotros. Si lo dañamos, nos dañamos y si tenemos que pagar más, pagaremos. Sólo queda caminar.

Los cazadores obedecieron al Chilám y caminaron temerosos de regreso al pueblo, porque escuchaban el jadeo cercano de los perros.

Como los enormes perros eran veloces, pronto los atacaron y de un sólo golpe derribaron a los hombres, acercando rabiosos sus enormes colmillos, pero en ese momento el Yuntzil mandó la lluvia y los perros de barro se fueron desbaratando poco a poco, hasta quedar convertidos en lodo y charcos. Todos menos el perrito pequeño, que acompañó desde entonces al Chilam, y fue el padre de todos los perros que ahora conocemos.

 

 

 

Cenicienta, la nueva.

Hace poco tiempo nació una pequeña niña. Sus papás le pusieron por nombre Cenicienta, como la Cenicienta de los cuentos; sólo que esta Cenicienta no era princesa, ni tenía una madrastra mala y fea. Nuestra Cenicienta vivía con su papá y su mamá, que la querían mucho, y tenía dos hermanos que también la querían: Rodrigo y Nicolás.

Conforme Cenicienta iba creciendo, su mamá la enseñó a lavar y a cocinar, mientras Rodrigo y a Nicolás jugaban en el patio con su papá.

Un día, la mamá tuvo que irse a un viaje muy largo. Cenicienta se quedó a cargo de la casa. Tempranito hacía el desayuno y se iba a la escuela. Al regresar… la esperaba en la cocina un cerro de platos para lavar. Cocinaba, barría, sacudía y hacía todo lo demás. Cuando le quedaba un ratito estaba la tarea de la escuela, y en cuanto terminaba salía corriendo para irse a jugar, pero en ese momento sus hermanos llegaban del futbol, y ya querían cenar.

Rodrigo se sentaba frente a la tele y gritaba -¡Cenicienta… haznos de cenar!- Mientras, Nicolás se quitaba los zapatos y aventaba los calcetines, uno por acá y otro por allá, y gritaba: - ¡Cenicienta, tráeme un jabón que me voy a bañar!- Rodrigo llamaba - ¡Cenicienta, pásame la sal! – y decía Nicolás - ¡Cenicienta, pásame una toalla!- ¡Cenicienta, me pica la salsa! - ¡Cenicienta, no está mi pijama! - ¡Cenicienta, mi leche está fría! - ¡Cenicienta…! - ¡Cenicienta…!- ¡Cenicienta…!.

En la noche Cenicienta apoyaba exhausta la cabeza sobre la almohada, pero en vez de soñar con príncipes, …¿Qué creen? … seguía escuchando: ¡Cenicienta!

En la escuela se sentía tan cansada que la explicación de las multiplicaciones la oía muy lejos y ¡claro!, en los ejercicios y en los exámenes, siempre reprobaba.

Una vez que Cenicienta estaba en la oficina esperando al director después de su tercer reprobada, ¡Se le apareció un hada madrina!. Rápidamente Cenicienta le pidió un vestido y zapatillas de cristal, porque quería irse con un príncipe, a un palacio sin matemáticas, ni montañas de platos que lavar.

El hada madrina quiso explicarle algo, pero el director ya regresaba, así es que sólo le entregó un sobre y desapareció sin decir más. Tras la regañiza del director, Cenicienta leyó en el sobre: Polvos mágicos. Mezclar con la sopa.

Dudó por unos momentos pero finalmente un sábado a la hora de la comida, Cenicienta mezcló los polvos con la sopa. Todos comieron pero… no pasó nada… no hubo sapos, ni ratones, príncipes ni calabazas. Cenicienta se sintió muy triste. Recogió la mesa desilusionada y le dio muchísimo sueño, así es que se quedó dormida, descansó y soñó con todo lo que no había podido jugar, pero su cansancio era tanto que tardó mucho en despertar, y sucedió que Rodrigo, Nicolás y el Papá ya querían cenar pero no podían despertar a Cenicienta.

Tras varios intentos decidieron prepararse ellos mismos la cena, pero como nunca lo habían hecho, les salió una cosa horrible, pastosa y chorreante que nadie pudo probar. Para que Cenicienta no descubriera su torpeza, quisieron limpiarlo todo, pero mientras más limpiaban, la cocina se veía más mal. Se fueron a la cama sin cenar, y al día siguiente tenían más hambre, pero Cenicienta seguía dormida. Entonces volvieron a probar, pero sucedió lo mismo. Desesperados, batidos y muertos de hambre se miraron en el espejo y se sintieron muy inútiles. En ese preciso momento, Cenicienta despertó. Ellos, en vez de ponerla a cocinar, le pidieron que los enseñara, y así fue como poco a poco aprendieron de todo: a cocinar, a recoger, a planchar, a limpiar, a cocer y a lavar.

Desde entonces el trabajo de la casa se reparte. Todos recogen y limpian y a Cenicienta y a su mamá también les alcanza el tiempo para jugar y descansar.

Ahora Cenicienta ya no quiere un palacio. Platicó con el Hada Madrina y se enteró de que la Cenicienta original barre y trapea a diario el doble, porque su palacio es grandísimo, y los príncipes no saben ni quieren aprender nada sobre la casa. Por eso el Hada Madrina hizo un nuevo experimento, con los Polvos para Sopa en este cuento.

 

 

 

DISECEA

MÚSICA: Este cuento entra en frío, sin rúbrica al inicio, aunque si necesita una música en medio, que comience rítmica, como golpeando unas piedras, va enriqueciéndose el ritmo y finalmente llega a ser música. Debe dar la sensación de gozo y descubrimiento de la música, se usaría en una parte indicada con amarillo en el guión, y puede ser también la rúbrica de salida.

NARRADOR.- Disecea nació sorda.

FX.- Bebé que nace llorando, pero todo se calla, ruido sordo.

NARRADOR.- Cuando creció, aprendió a hablar poniendo su mano sobre la boca de su mamá, y descubrió que, para entender lo que dicen otros, hay que fijarse en los movimientos de sus labios.

Un día, Dicesea salió a pasear al campo y encontró a un viejito junto al río. Era un hombre encorvado que permanecía sentado de cara a una gran cascada. Disecea pensó

DICESEA.- (Con reber de eco )El viejito está ahí quietesito porque se entretiene mirando la caída del agua, la espuma y los pecesitos nadando…

NARRADOR.- Pero cuando Disecea se acercó a ver los peces… se dio cuenta de que el hombre era ciego. Se sorprendió muchísimo, tanto, que no aguantó las ganas de preguntarle:

DISECEA.- Señor llevas mucho tiempo sentado aquí sin moverte, no juegas a nada ni puedes ver los peces y la espuma ¿no te aburres?

NARRADOR.- El viejo sonrío y le dijo:

VIEJO.- No son los peces lo que me tiene aquí sentado, sino el canto de las aves y el arrullo de las aguas

NARRADOR.- Disecea nunca había pensado que el agua pudiera sonar, o que las palabras de los pájaros fueran bonitas. A lo mejor las piedras y el aire también sabían cantar... Sintió un deseo inmenso de escuchar, y el viejito que era un mago, volteó hacia ella y le dijo:

VIEJO.- Sé que tus oídos están dormidos, igual que lo están mis ojos… Si tú quieres, yo puedo ayudarte a despertarlos, pero yo no estoy seguro de que eso sea lo mejor, porque escucharás las cosas lindas que yo oigo, pero también las cosas horribles que no quiero oír, y los oídos no se pueden cerrar como los ojos, porque el sonido no se puede tapar, como los colores. ¿Aún así, quieres oír?

NARRADOR.- Disecea quería más que nada en el mundo escuchar el sonido del agua, así es que el viejo sacó de su morral una pomada olorosa que untó a la niña en las orejas, la acostó sobre una piedra, colocó sus manos como dos conchitas sobre los oídos de Disecea y… Sucedió entonces que sus oídos empezaron a ponerse muy calientes y algo extrañísimo comenzó a ocurrirle…

FX.- (comienza a escuchar sonido tapados de cascada y pájaros)

DISECEA.- ¿Qué me pasa, siento algo raro?

VIEJO.- Oyes

DISECEA.- ¿Tú boca suena?

VIEJO.- También la tuya

FX.- (se destapan sonidos de cascada)

DISECEA.- ¿Esos son… los pájaros?

VIEJO.- No, esa es el agua

DISECEA.- ¡Es fuerte!

FX.- (sonidos de perro ladrando)

DISECEA.- ¿Y eso… son los pájaros?

VIEJO.- No, eso es un perro

DISECEA.- ¿Los perros hablan? ¡Qué lindos!

FX.- (sonidos de rana)

DISECEA.- ¿Esos sí … son los pájaros?

VIEJO.- No, eso es una rana

DISECEA.- ¡Ah!

FX.- (sonidos de pájaros)

DISECEA.- ¿Eso qué es?

VIEJO.- Esos sí son los pájaros

NARRADOR.- Disecea se sentía feliz al descubrir tantos sonidos. Todos los días paseaba con el viejito para aprender sonidos nuevos:

FX.- sonidos de cochinos, sonidos de aire, sonidos de risa de bebé, sonidos de pedo

DISECEA.- ¡Puaj!

FX.- (sonidos de campanas)

DISESEA.- ¿y eso?

VIEJO.- Son campanas

DISECEA.- ¿Las cosas también hablan?

VIEJO.- No hablan, hacen ruido cuando se golpean, mira

FX.- Dos piedras golpeando una contra otra que se convierten en ritmo, el ritmo se enriquece con palmas y se mantiene de fondo

NARRADOR.- Fue así como Disecea descubrió el sonido de la música, y experimentó con todos los instrumentos…

FX.- Se mantiene el ritmo y se incorporan a él diferentes instrumentos, se vuelve música

DISECEA.- (Se ríe) Esto me gusta

NARRADOR.- … y eran tantas sus ganas de escuchar todos los sonidos que un día hizo un experimento…

FX.- .- música horrible con ruidos de todos los instrumentos, animales y demás. Luego se calla

NARRADOR.- … y le salió una horrible maraña de ruidos.

DISECEA.- ¡Esto es espantoso, no me gusta! se oye todo y no se oye nada.

NARRADOR.- La niña y el viejo se habían tomado cariño. Disecea lo nombró su abuelo y un día fueron juntos a visitar la ciudad.

FX.- Sonidos de ciudad, tren, taladro neumático, varias músicas a la vez, claxones, sirenas (baja de volumen, pero se mantiene)

DISECEA.- (Gritando) Abuelo, esto tampoco me gusta, se parece a mi maraña de ruidos.¡Cállalos!

NARRADOR.- Pero el viejo no podía callar tanto ruido, y por más que Dicesea se tapaba las orejas, el ruido seguía y seguía, taladrando sus oídos.

VIEJO.- Esta es la ciudad Disecea, así suena.

NARRADOR.- Disecea regresó atarantada a su casa, le dolía la cabeza y sentía un nudo en la panza. El ruido de la ciudad no le había gustado nada. Lo que más le sorprendía es que hubiera gente que viviera dentro de las ciudades, soportando semejante escándalo.

Durante dos semanas suspendió sus paseos con el abuelito so pretexto de preparar un arma secreta. Nadie sabía de qué se trataba. Se encerraba horas enteras en el taller de su papá, y construía y construía...

FX.- Construcción (baja para el siguiente párrafo y vuelve a subir)

NARRADOR.- … Por fin, un día salió vistiendo un antifaz rojo y cargando una mochila llena de tiliches, de la que asomaban como antenas dos largos tubos, y colgaba una manguera gruesa…

FX.- Pasos decididos con fierritos cargando que tintinean.

NARRADOR.- La mochila no permitía ver muy bien de qué se trataba. Ella se despidió de su mamá y del abuelo y se dirigió a la ciudad. En cuanto vio pasar a un ruidoso …

FX.- Sonido de ciudad (se mantiene todo el tiempo), coche carcachón con mófle descompuesto

NARRADOR.- … coche, sacó su arma secreta y…

FX-.- Proyectil que dispara y tuc, tapa mofle del coche. Disecea suspira de alivio.

NARRADOR.- … disparó un tapón de papel de baño justo en el escape del coche. Ciertamente el coche dejó de hacer ruido, pero sus tripulantes se bajaron tosiendo de la cabina que se había llenado de humo. Después de eso, el coche no quiso arrancar más.

DISESEA.- ¡Sopas! Creo que tengo que mejorar mi método.

NARRADOR.- Así continuó Disecea de un lado a otro de la ciudad, callando los ruidos, pasó por ejemplo por…

FX.- Músicas disco de varios tipos y al mismo tiempo

NARRADOR.- … la calle de las discotecas. El escándalo era tan fuerte que no lo pensó dos veces, sacó su arma y…

FX.- muss que se rocía, bocina que se tapa y músicas suena más quedito.

DISESEA.- ¡Bien! Un poco de merengue era todo lo que necesitaban esos aparatos. El problema no es la música, sino el volumen y la mezcolanza…

NARRADOR.- Por último Disecea se dirigió a la constructora en donde…

FX.- Taladro neumático (sigue ruido de la ciudad atrás)

NARRADOR.- A entender de Disecea, un pobre hombre tenía que soportar el espantoso ruido de un…

FX.- Taladro neumático (sigue ruido de la ciudad atrás)

… taladro para hacer hoyos en el pavimento. Era tan fuerte el ruido que la niña corrió a la calle y se tendió sobre ella con toda su largura para que no pudieran seguir taladrando…

FX.- Taladro se detiene (sigue ruido de ciudad)

ALBAÑIL.- Niñita quítate, sé que suena feo, pero tengo que acabar mi trabajo…

FX.- Sirena de policía (sigue ruido de ciudad)

NARRADOR.- En ese momento la policía rodeó el lugar,

EMPRESARIO.- Allá oficial, esa es la niña que anda descomponiendo todo…

NARRADOR.- Algunos ciudadanos se habían quejado con la policía porque Disecea había estropeado sus máquinas. Los más enojados eran los dueños de las ruidosas fábricas y de las discotecas, que no tenían ningún interés en que alguien viniera a quejarse del ruidero, y habían convencido a toda la gente de que esa niña estaba loca.

FX.- Varias voces que la culpan: sí, es ella, yo la vi, taponeó mi coche, amarró las máquinas de mi fábrica, y le puso merengue a las bocinas de la discoteca, y una zanahoria a la campana de la iglesia (baja en fade out)…

NARRADOR.- Todos los ciudadanos fueron convocados para juzgar a Disecea, y se reunieron en la plaza.

FX.- Poco a poco desaparece el sonido de ciudad, pero no se nota, porque hay mucho ruido: gran algarabía (baja un poco en el siguiente párrafo y vuelve a subir luego)

NARRADOR.- Los jueces declararon a Disecea culpable de ruidicidio

FX.- Sube algarabía: Sí, niña loca, qué se ha creído… Martilleo de juez

JUEZ: Silencio, silencio… veamos que tiene que decir ella en su defensa…

FX.- Murmullos, todo se calla y al fondo se escuchan los pájaros, el aire y el agua… la gente se asombra… (bajan, pero continúan los pajaritos atrás)

NARRADOR.- Sucedió entonces que a Disecea no se le ocurrió nada que decir en su defensa, pero la gente estaba esperando, y lo que oyeron fue…

FX.- sube volumen pájaros, aire y agua… (vuelve a bajar)

NARRADOR.- Algo que ya se habían olvidado de escuchar con tanto ruido de ciudad. Todos estaban igual que Disecea la primera vez que oyó el agua, maravillados de escuchar al viento, a las hojas de los árboles y al arrollo. Desde aquel día decidieron poner reglas y límites al ruido, así como dedicar una hora del día para escuchar los sonidos de la naturaleza. Disecea recibió por sus contribución, el premio de "La Oreja de Oro", que se instituyo por primera vez y para siempre desde aquel día

FX.- Rúbrica de salida.

 

 

 

 

EL LOBO MALIGNO

Adaptación de un cuento de Lief Fearn

Narradora.- Hace algunos días fui al zoológico, vi muchos animales, pero el que más me llamó la atención fue el lobo feroz, porque cuando llegué hasta su jaula lloraba inconsolablemente.

FX: Lobo llorando

Narradora.- ¿Qué tienes? le pregunté

Lobo (entre sollozos): ¿cómo me preguntas que tengo? tengo que... tengo que estoy encerrado aquí por una gran injusticia

Narradora.- ¿Por qué, qué hiciste para que te encerraran?

Lobo: Yo, yo… soy el lobo de Caperucita Roja

Narradora.- ¡¿El lobo feroz de Caperucita?!, después de haberte comido a una niña dices que estas encerrado injustamente, qué descaro.

Lobo (llorando otra vez): Ya ves, te lo dije, ¡tu también crees esas patrañas!

Narradora.- Yo no entendía lo que pasaba. Todos conocemos el cuento de Caperucita Roja y un lobo que come niñas no debe andar por ahí suelto, pero el lobo dijo ese cuento eran mentiras, que así no sucedieron las cosas. Me contó que un domingo por la tarde...

FX: cortinilla ruido de arpa para cambio de escena

Narradora.- estaba él recogiendo la basura en el bosque, porque ese era su trabajo

FX: Ruido de hojas y cosas que el lobo recoge

Narradora.- muchos visitantes habían ido ese domingo de día de campo y como era su costumbre, habían dejado el bosque lleno de basura... botes de refresco, bolsas de papas, servilletas... huuug... pañales desechables... latas, plásticos... en eso se acercó una niña muy rara

Lobo: Sí que era una niña extraña, venía disfrazada con una capucha roja que le cubría la cara y cantaba una canción

Narradora.- ¡Ah sí! yo conozco a esa niña - le dije al lobo -, era Caperucita Roja, cortaba flores para su abuelita mientras cantaba una canción que era más o menos así :

FX: Música cursi Caperucita: Soy Caperucita roja, una niña muy feliz, llevo pan y miel y un rico pastel para mi abuelita sí.

Lobo: ¡No! ya te dije que así no era la canción.

Narradora.- Sí, sí, ya se; según el lobo la canción que cantaba Caperucita era más bien así:

FX: Música rap Caperucita: Soy Caperucita roja, una niña muy feliz, uso pantalones, medias y calzones y una vasinica para hacer pipí, pipí, pi, pííí.

Narradora.- Pero esa canción está muy fea para una niña como Caperucita, además ya era tarde y estaba por anochecer. El lobo se preocupó mucho por la niña y decidió ir a hablar con la abuelita. Corrió rápidamente por un atajo para llegar antes y tocó suavemente la puerta.

La abuelita de Caperucita era muy amiga del lobo desde hace tiempo, vivía sola en una pequeña casa en el bosque y él la visitaba de vez en vez para que le contara cuentos. El lobo sabía que la abuelita estaba medio sorda, así es que no esperó a que le abriera la puerta y entró a la casa.

FX. Rechinido de puerta

Abuelita.- Hola lobito, pero qué gusto, ¿qué te trae por aquí?

Narradora.- exclamó la abuelita al verlo. El lobo contestó que estaba muy preocupado por su nieta Caperucita, pues ya era tarde y esa niña andaba por ahí sóla en el bosque disfrazada de no se qué, cantando una canción muy fea. Además, se quejó de que mientras cantaba golpeaba con un palo todas las flores del bosque, dejándolas pelonas, pero lo peor que durante la noche, que ya estaba próxima, el bosque era un lugar peligroso para las niñas.

La abuelita contestó afligida:

Abuelita.- ¡Ay que niña! Tienes razón lobo, tienes razón. He tratado de decírselo ya muchas veces, pero tengo corazón de pollo. Cada vez que la voy a regañar me mira con sus ojos grandes y me da tanta ternura que no puedo reprenderla.

Lobo.- No abuela, eso está muy mal, sí que tienes corazón de pollo.- dijo el lobo- Esa niña necesita una buena lección. Se me ocurre algo: qué tal que yo la regaño, a mi no me dan ternura las niñas, ni las de ojos grandes ni las de ojos chicos

Narradora.- A la abuelita le pareció una buena idea. Así acordaron cambiar de ropas pero como a la abuelita le daba mucho trabajo caminar en cuatro patas, como el lobo, decidió mejor esconderse en el ropero. El lobo se puso el camisón y el gorrito de pijama de la abuelita y se metió a la cama.

Caperucita mientras tanto seguía cantando su rap por el camino hasta que llegó a casa de su abuelita. Como la puerta estaba abierta entró, pero cuando la vio en la cama dijo:

Caperuza.- ¡Abuela... si que estás enferma!...

Lobo: Si... digo... (fingiendo la voz de abuelita) Si mijita, ando muy malita.

Caperuza.- Pero que ojos tan grandes tienes abuelita...

Lobo (fingiendo la voz de abuelita).- Son para verte mejor hijita, pero dime ¿qué haces tan tarde en el bosque?..

Caperuza.- Ay abuela, pero qué orejas tan grandes tienes

Lobo (fingiendo la voz de abuelita): mmjjj.. son para oírte mejor... y quiero que me contestes, qué haces tan tarde en el bosque niñita...

Caperuza: Ay abuelita, pero que nariz tan fea se te puso

Narradora.- El lobo ya empezaba a impacientarse, porque eso de que le criticaran su cara no le gustaba nada, pero tenía que regañar a la niña, así es que trató de armarse de paciencia.

Caperucita volvió a insistir.

Caperuza: De verdad que está fea tu nariz abuelita

Lobo (fingiendo la voz de abuelita respira profundo): Es para olerte mmejjorrr hijita... y dime... ¿que no ves que ya es muy tarde nietecita? pronto va a obscurecer

Narradora.- Caperucita seguía insistiendo

Caperuza: Pero qué manos tan horribles abuelita

Lobo (fingiendo la voz de abuelita, con los dientes cerrados): mmjjj...son para acariciarte mejor niñita

Narradora: Lo último que dijo Caperucita es lo que más hizo enfurecer al Lobo, porque desde muy chico le habían hecho burla sus amigos por bocón, y a la hora que Caperucita dijo:

Caperuza: Pero qué boca tan grandota y apestosa tienes abuelita

Narradora.- El lobo no pudo más y saltó de la cama gritando

Lobo.- Es para comerte mejor, niña grosera

Narradora.- En ese momento Caperucita se dio cuenta de que ese no era su abuelita y empezó a dar vueltas por toda la casa gritando

Caperuza.- Auxilio, auxilio, el lobo, el lobo

Narradora.- El lobo se percató de su error y preocupado intentó calmarla, pero mientras más se le acercaba para calmarla, la niña más gritaba. Trató de pedir ayuda a la abuela para que explicara todo a su nieta, pero la abuelita se había quedado dormida en el ropero y Caperucita seguía gritando como loca

Caperuza: Ayúdenme, ayúdenme, el lobo, el lobo

Narradora.- Un cazador a lo lejos alcanzó a escuchar los gritos de la niña y se dirigió rápidamente a la casa de la abuela. Cuando llegó y abrió la puerta alcanzó a ver que el lobo daba vueltas alrededor de la mesa tratando de alcanzar a Caperucita y a la niña gritabo despavorida.

Rápidamente cargó su escopeta y empezó a disparar. El lobo apenas pudo salir por la ventana para huir al bosque, aunque más tarde lo atraparon, lo metieron en una jaula y lo trajeron a este zoológico.

La abuela nunca contó la verdadera historia porque le daba pena haberse quedado dormida dentro del ropero y la niña cada vez inventaba más y más historias que hacían parecer al lobo como muy malo.

Desde aquel día los niños de todo el mundo le temen al lobo maligno.

Yo traté de consolar a mi amigo, pedí permiso en el zoológico para llevármelo a mi casa, pero me dijeron que era un lobo muy malo y feroz y no lo dejaron salir. Lo más que puedo hacer por él ahora es contarles su historia, para que ustedes decidan cuál es la verdad.

 

 

 

RADIO NATURALEZA, EN CADENA

FX.- Rúbrica de entrada (tipo programa de Discovery o de noticiero. Además se necesitará una variante de esta misma que sirva como cortinilla musical a mitad del programa, como para indicar que los locutores se trasladan de lugar o cambian de noticia)

LOCUTOR.- Señores y señoras, niños y niñas, perros y perras, gato…

LOCUTORA.- (da un codazo).-¡Ya, empieza órale!

LOCUTOR.- ¡Auch!… Señoras y Señores, niños y niñas. Estamos aquí desde el lugar mismísimo de la noticia, en plena selva Lampilona, para llevarles en directo un nuevo hecho de la vida salvaje.

LOCUTORA.- Así es, estimados radioescuchas (bajando la voz) en este momento nos acercamos a una de nuestras protagonistas…

LOCUTOR.- Estamos ya muy cerca. Es una enorme serpiente cobra que repta silenciosamente. Se dirige hacia un nido de ratoncitos…

LOCUTORA.- Ay sí miiiira los ratoncitos, qué bonitos, aún no abren sus ojos, son cinco hermanitos y están recién nacidos…

FX.- Ratoncitos

LOCUTOR.- Sí ahí va la feroz serpiente…¡ Parece que se los va a comer la malvada!

LOCUTORA.- ¡Ay!

FX.- Ruido de serpiente rápido, chillidito de ratones, ruido de alguien que traga. Segundos de silencio.

LOCUTOR.- se los comió.

LOCUTORA.- Se comió a los ratoncitos, qué malvada, de un bocado…snif.

¿Qué hacemos?

LOCUTOR.- No sé ¿qué podemos hacer?… Ya se… vamos a entrevistarla.

FX.- Maleza que se mueve, serpiente que se desliza

LOCUTORA.- Señora cobra, no se vaya, venimos de Radio Naturaleza, ¿Nos concede una entrevista?

COBRA.- (habla con la boca llena) Si no me quitan mucho tiempo… traigo prisa.

LOCUTORA.- (Con una entonación de odio, como si Pedro Ferriz entrevistara a Samuél Ruiz) ¿Nos puede contar, para nuestro radio auditorio, como le hace usted para tener la sangre fría, y matar tan sencillamente a esos simpáticos ratoncitos?

COBRA.- Déjeme me saco este bocado de la boca (ptfr). Mire: en primer lugar debe saber que todos los reptiles tenemos la sangre fría desde que nacemos. Pero independientemente de eso, yo tengo ahora que ir a mi nidito, porque estoy apunto de ser madre …

LOCUTOR.- ¡Ah! Cómo, va a ser mamá…

COBRA.- Sí, ya muy pronto, y si viera de qué preciosuras. Nunca ha visto usted a las cobritas, así chiquitas y doradas. ¡Ojalá pudiera conocerlas! Llevaba ya muchos días sin comer por andar cuidándo los huevecitos de mis bebés. Hoy me tuve que arriesgar y …

LOCUTORA.- Y tuvo que venir aquí por unos ratonci… por su alimento, pues…

LOCUTOR.- y.. si, como quien va al mercado…

COBRA.- Pues sí, y si me permiten, no puedo dejara mucho tiempo solas a mis hijitas (se vuele a oír con la boca llena) ya han de estar naciendo (alejándose).

LOCUTOR.- Y nosotros que pensamos tan mal de ella… es una madre sacrificándose por sus hijitas…

LOCUTORA.- De verdad que mal la juzgamos

LOCUTOR.- (bajando la voz) Vamos a seguirla, ven

FX. Cortinilla musical.

LOCUTORA.- Estimados radioescuchas. Sus reporteros estrellas de la selva, otra vez en el lugar de los hechos.

LOCUTOR.- Así es amigos. Vamos a presenciar una tierna imagen. El momento en que nuestra amiga cobra ve nacer a sus hijitas. Míralas qué lindas, ya nacieron, parecen lombricitas,

LOCUTORA.- pero con ojitos.

LOCUTOR.- … y mira sus lenguitas

LOCUTORA.- Aunque algo pasa.. mira allá..

LOCUTOR.- ¡Oh oh!. Eso parece una Mangosta.

LOCUTORA.- …y no se le ven buenas intenciones, más bien se ve muy agresiva…

LOCUTOR.- Para los que no nos están viendo por televisión, les diré que esta mangosta es parda, digamos como una nutria de tierra, yo digo que es fea

LOCUTORA.- Fea y feroz.

LOCUTOR.- Si feroz. Con orejas redondas y colmillos.

LOCUTORA.- ¡Mira! Se ha enredado en una lucha a muerte con la pobrecita cobra

FX. Ruido de pelea en el campo, hojas. Después breve silencio.

LOCUTOR.- Que feo trabajo, yo no quería ver esto.

LOCUTORA.- En esta lucha parece que la mangosta será la vencedora, reacciona con velicidad impresionante. Oh, no, se va a comer a nuestra amiga cobra…acerta un golpe final y…

FX.- Mordida fatal de mangosta

LOCUTORA.- La mató. Señores y señoras, la malvada mangosta acaba de asesinar a nuestra amiga cobra, a la madre de seis hermosas cobritas… ¿y ahora qué?

LOCUTOR.- Ni modo. Somos periodistas. Vamos a entrevistarla.

LOCUTORA.- ¡Yo no!

LOCUTOR.- Yo sí. Y me va a oír. Cómo puede ser que esa mangosta desalmada ha dejado huérfanas a las seis cobritas (voz como que se alejó y habla para otro lado ) Señora Mangosta, vengo de Radio Naturaleza ¿Nos concede una entrevista?

MANGOSTA.- ¿Ahora? Solo que no se tarde mucho…

LOCUTOR.- Rapidísimo: contésteme sólo una pregunta: (igual que antes pregunta con coraje) ¿Cómo le hace usted para matar a una pobre cobra que iba a darle de comer a sus cobritas? ¿No le remuerde la conciencia? ¿No tiene usted co..

MANGOSTA.- No sabía que era madre… pero debe usted saber señor reportero que yo también soy madre..

LOCUTORA.- ¡Ah sí!

MANGOSTA.- Sí. Y si vieran que bonitos mis hijitos. Son los más bonitos de la selva. Su pelito es pardito, como el mío, aunque unos salieron también a su papá. Tengo cinco cachorritos.

LOCUTOR.- ¡Cinco! Y han de comer mucho…

MANGOSTA.- Mucho. Y están creciendo. Esta serpiente no les va durar mucho. Llevan días sin comer…

LOCUTORA.- Estarán preciosos, me imagino. Mueven igual que usted su naricita.

MANGOSTA.- Sí, ya ve cómo son los cachorros, todo lo imitan. Pero si me permiten (alejándose). No sabía que era su amiga, pero tenía tiempo sin cazar. Ustedes disculpen.

LOCUTOR.- Nunca había visto una Mangosta de tan cerca. De verdad que son bonitas..

LOCUTORA.- Y tan tierna que se verá con sus hijitos. Que linda.

LOCUTOR.- ¡Vamos a conocer a sus hijitos!

FX. Cortinilla musical.

LOCUTORA.- ¡Señores y señoras, sus reporteros de la selva los llevarán a conocer a las mangostitas!

LOCUTOR.- Pero córrele que se nos va…

FX.- Ruido de pasos apresurados. A lo lejos rugidos

LOCUTORA.- Jadeante.- ¡Y como no va a correr si la viene persiguiendo esa pantera, mírala, allá

LOCUTOR.- ¡Córrele que la alcanza!

FX. Rugidos

LOCUTORA.- Ay, no, la alcanzó. ¡Mira qué feroz se defiende!

LOCUTOR.- Pero la pantera no parece muy dulce, mira qué garras, y qué colmillos (triste)

FX. Silencio

LOCUTORA.- Pantera asesina. Nunca me gustaron las panteras.

LOCUTOR.- ¿La entrevistamos?

LOCUTORA.- ¿Es nuestro deber?

LOCUTOR.- Creo..

LOCUTORA.- Mira, junto al río, sus cachorritos, van a tomar agua

LOCUTOR.- ¿De donde han salido?

LOCUTORA.- ¡que bonitos son!

LOCUTOR.- Cómo retozan

LOCUTORA.- Siempre me han gustado las panteritas

LOCUTOR.- No deberían jugar tan cerca de los cocodrilos…

FX. Ruido de mandíbulas que se cierran y agua. chillido de panterita. Silencio.

LOCUTORA.- ¡No! el cocodrilo se comió a un bebé pantera…

LOCUTOR.- (con voz cansada) ¿lo entrevistas?

LOCUTORA.- Yo ya me cansé

LOCUTOR.- Yo voy, pues.

FX. Pasos en tierra que se convierten en pasos en el agua.

LOCUTOR.- Señor cocodrilo, reportero de Radio Naturaleza… no se acerque mucho por favor.. je.

COCODRILO.- No tenga miedo, acabo de comer. No como por gula y usted además se ve, ¿cómo le diré? Poco natural… muy flaco y con mucho plástico…

LOCUTOR.- Ejem… Sé que si le pregunto que por qué se comió a ese bebé de pantera.. usted me va a hablar seguro de sus hijitos, que tenían hambre y eso, ¿no es verdad?.

COCODRILO.- No… Me la comí porque yo tenía hambre.

LOCUTOR. ¿Y ya?

Cocodrilo.- Y ya. Bueno y estaba cerca

LOCUTOR.- ¿Y no le da remordimiento? era un bebé

COCODRILO.- Mire, señor locutor. Si yo no comiera de vez en cuando panteritas, a la mejor las panteras serían tantas que acabarían con todas las mangostas de la selva.

LOCUTOR.- Bueno, en eso tiene razón… ¿Y si no hubiera mangostas en la selva?

COCODRILO.- Pues piense usted…Habría demasiadas serpientes.

LOCUTOR.- Bueno, las serpientes me cayeron bien, ¿Qué pasaría si hubiera muchas serpientes?

COCODRILO.- (armándose de paciencia) A ver, dígame usted qué pasaría si hubiera muchas serpientes…

LOCUTOR.- Hem… ¿se acabarían los ratones?

COCODRILO.- Pues claro.

LOCUTOR.- Ay, no… y si fuera al revés, ¿si ya no hubiera serpientes?

COCODRILO.- (Ya impaciente)… pues, nos llenaríamos de ratones.

Mire usted: Si todos comemos sólo lo que necesitamos mantenemos un equilibrio natural.

LOCUTOR. Ah. No lo había pensado así

FX. Silencio, solo se oye agüita..

LOCUTORA.- Señor cocodrilo, le agradecemos la entrevista, cuídese y gracias. Señores y señoras, así termina un repor…

FX. Disparo de rifle.

LOCUTORA.- ¡Ah!. ¿Y eso qué fue? cúbrete

LOCUTOR.- Mataron al cocodrilo.

LOCUTORA.- ¿Dónde, dónde?

LOCUTOR.- ¡Allá, ese cazador, alcánzalo!

FX.- Carrera

LOCUTORA.- Oiga, Oiga, somos reporteros y quisiéramos saber ¿Porqué lo hizo? ¿Se lo va a comer? ¿a sus hijitos les encanta la carne de cocodrilo? ¿O qué?

CAZADOR.- ¿Comer? ¿Está loca? No, los cocodrilos no se comen. Nada más me estoy divirtiendo con unos amigos. Ja, ja, ja

FX.- Se oyen risas de otros atrás, ruidos de pasos que se alejan, poco a poco.

LOCUTORA.- Pero… cómo… no…

CAZADOR.- No señorita, sólo diversión… se verá precioso en mi sala.

VOZ NARRADOR.- Ese fue el año en que los cazadores vinieron a la selva y llenaron sus paredes con trofeos de cocodrilos, panteras, mangostas y serpientes.

FX.- Escopetazos matando animales, pájaros que vuelan, animales que caen.

VOZ NARRADOR.- En ese mismo año sucedió que los ratones invadieron las ciudades.

FX.- Rúbrica de salida

 

 

 

EL ESPEJO

FX.- Música lúgubre (debe dar la idea de un mundo destruido y muy feo, apestoso. Asusta un poco).

NARRADOR.- Esa mañana cuando despertaron, no podían creer lo que veían sus ojos. Apenas ayer habían paseado por los campos verdes salpicados de flores, y hoy …

FX.- Música lúgubre, viento, toses, ruidos mecánicos y de aires fétidos (baja y luego vuelve a subir)…

NARRADOR.- … los valles de los alrededores estaban desiertos y cubiertos de basura. En el lugar del árbol de moras se alzaba una torre de fierros oxidados y viejos… La Tierra, en vez de rebozar de vida como el día anterior, reboza de soledad.

FX.- auditorio…

NARRADOR.- Los adultos se reunieron urgentemente en las salas de juntas para tratar de entender qué estaba sucediendo. Mientras, los niños y niñas se quedaron solos.

Como se aburrieron, poco a poco fueron saliendo a reconocer los campos.

FX.- Sube música lúgubre, viento, toses, ruidos mecánicos y aires fétidos, baja en fade out y desaparece…

NARRADOR.- Dos niñas se asomaron al corral de los borregos y descubrieron que en vez de borregos …

FX.- Cacaraqueo

NARRADOR.- …¡ Había… miles de peces! peces idénticos… con patas y alas, cantando como gallinas.

La mayoría de los campos ahora se veían desiertos, como si nadie los hubiera cultivado en años. Por el camino, en un sembradío lejano de plantas sorprendentemente idénticas, se acercaban otros niños que traían noticias desde el lago. Hablaban de unas palmeras con su tronco cubierto de lana, a las que en el lugar de cocos…

FX.- Sonido de chisguete de leche en un balde, mugido de vaca

NARRADOR.- …les colgaban como racimos…

FX.- Sonido de chisguete de leche en un balde, mugido de vaca

NARRADOR.- …tres ubres de vaca con leche.

Todos contaron cosas horribles y disparatadas, de jitomates del tamaño de sandías, de vacas locas y carnívoras, de fresas que parecían melones .

NIÑA.- ¡Mmmm, fresas, Qué rico, yo quiero!

NARRADOR.- Como tenían hambre, decidieron ir a hacerse un plato de fresas gigantes para desayunar cuando…

FX.- Ruido de plantas, música emocionante.

NIÑO.- ¡¿Qué es eso?!

FX.- Gritos… corran, corran, basura que rueda (baja en fade out)

NARRADOR.- Detrás de algunos arbustos aparecieron dos… dos…

NIÑA.- (jadeante) Dos monstruos mutantes

NARRADOR.- … exactamente, dos monstruos mutantes.

Eran verdaderamente feos. Su piel pálida como la leche segregaba una mucosa brillante, y de sus descomunales cabezas colgaban dos orejas deformes. Sus ojos azules penetraban en la obscuridad, y sus largas y filosas manos podían trepar por los escombros gracias a las ventosas de las yemas de sus dedos.

FX.- Gritos de los mutantes, gritos de ¡corran! carreras, basura que rueda

NARRADOR.- Los niños se escondieron en unos tubos de drenaje abandonados…

FX.- Pasos que se alejan

NIÑO.- (en voz baja) ¡Son los marcianos!

NIÑA.- (en voz baja)¡Cállate que nos van a oír!

NIÑA PEQUEÑA.- ¿Y qué quieren hacernos?

NIÑO.- Shampu para pelo grasoso

NIÑA.- No seas bobo Emiliano, eso sólo es de la tele

NIÑO.- ¿Entonces?

FX.- Pasos

NIÑA.- (En voz baja) Shh, ahí vienen

FX.- Llanto asustado de niño chico. (En voz baja) Shhh ya no llores

FX.- Pasos más cerca (silencio)

MUTANTE ILIA.- Aquí están Galia, los encontré

FX.- Gritos de niños, ruido de que tratan de correr

NARRADOR.- Los monstruos mutantes asomaron sus ojos azul brillante en el interior del escondite y alargaron sus enormes brazos viscosos levantando por los pies a todos los niños.

FX.- Gritos de niños

NIÑA PEQUEÑA.- ¡No, no nos coman, por favor!

MUTANTE GALIA.- ¿Comérnoslos? ¡Puagg! Nosotros no comemos niños

NIÑA PEQUEÑA -.- (Sollosante) ¿Entonces, nos van a hacer champú?

MUTANTE 2.- ¡No!… Queremos hablarles.

NARRADOR.- Los monstruos bajaron a los niños y se presentaron como Ilia y Galia, dos personas que a decir de ellos mismos, venían de la Tierra. Eran tan raros, que los niños tardaron un buen rato en convencerse, primero dibujaron planetas y sistemas solares en el suelo, señalaron las estrellas pero al fin llegaron a la conclusión de que Ilia y Galia eran terrícolas, pero como ellos lo explicaron, venían del futuro.

MUTANTE ILIA.- Lo que ven ahora en el campo, es la imagen de un espejo, que desde el futuro se regresa…

NIÑO.- ¿Cómo?

MUTANTE GALIA.- Con la máquina de espejos nosotros en el futuro vemos los campos y las cosas de su tiempo, y ustedes ven las cosas y los campos de nuestro tiempo, el espejo les enseña cómo será todo después.

NIÑO.- Pues ¡Qué feo futuro vamos a hacer en el futuro!

NIÑA.- O más bien, qué feo futuro estamos haciendo ahorita. Miren…

NARRADOR.- Una de las niñas estaba comiendo la mandarina de su refrigerio de la escuela, y escupió las semillas en el suelo…

FX.- Escupida de semillas de mandarina. Sonido de Crecimiento de árbol instantáneo. Asombro de niños

NARRADOR.- … como el tiempo no existía con la máquina de espejos, en ese mismo instante un enorme árbol de mandarinas creció en el lugar en donde había caído la semilla.

Los niños aún no salían de su asombro, cuando otro de ellos dejó caer el papel de su chicle al piso y…

FX.- Sonido de crecimiento de basurero apestoso al instante

NARRADOR.- …un enorme basurero apestoso se formó a su alrededor en ese mismo momento.

MUTANTE ILIA.- A cada cosa que hagan ahorita, sucede una reacción gigantesca en el futuro, sólo que normalmente no la ven.

NIÑA.- ¿Pero y qué es lo que pasó para que todo se volviera así?

GALIA.- Una vez los científicos comenzaron a modificar las semillas para que las plantas nacieran todas iguales, más grandes, resistentes, fáciles de cultivar y cosechar.

NIÑO.- Como el sembradío de plantas idénticas que vimos

ILIA.- Exacto. Descubrieron cómo mezclar información genética de animales con semillas de plantas, para hacerlas resistentes al frío o a las sequías

NIÑA PEQUEÑA.- Como las palmeras lanudas con ubres de vaca

NIÑA.- Y los jitomatotes y fresotas

GALIA.- Ajá. Al principio todos estaban entusiasmados con el invento de los Transgénicos, como les decían a esas semillas, porque según ellos, los cultivos tan grandes y resistentes acabarían con el hambre en el mundo.

NIÑA PEQUEÑA.- ¡Ah, pues sí! con esas fresotas ya les alcanza a todos para comer fresa ¿No?.

ILIA.- No, al revés. Comida suficiente sí había desde antes de los trasgénicos, el problema es que siempre ha estado en manos de unos pocos que no la comparten.

GALIA.- Sí, y las semillas trasgénicas empeoraron mucho más las cosas.

NIÑA PEQUEÑA.- ¿Por qué?

ILIA.- Porque hubo compañías muy sinvergüenzas a las que sólo les interesaba ganar dinero, que produjeron y difundieron las semillas trasgénicas con trampa.

NIÑO.- ¿Cómo?

GALIA.- … Las semillas trasgénicas hacen crecer plantas, pero los frutos de esas plantas tiene semillas que ya no dan más hijos, por eso los maíces tasgénicos sólo sirven para comer, no para sembrar, y hay que comprar semillas caras de nuevo a las compañías.

NIÑO.- …Ah… entonces en el futuro más bien la gente se quedó sin plantas de semillas normales, y sin dinero para comprar trasgénicas. Por eso está todo medio desierto.

GALIA.- Exacto.

NIÑA PEQUEÑA.- ¿Y a ustedes también los hicieron trasgénicos, o qué?

ILIA.- Bueno, hubo compañías que por negocio, también arreglaban los genes de los niños y animales. Nuestros papás querían unos güeritos inteligentes, ágiles y de ojos azules.

NIÑA.- ¿Por eso salieron paliduchos, cabezones y ojones?

GALIA.- Las cosas no siempre salen bien cuando se ponen a modificar los genes…

NIÑO.- ¡ Pero… El futuro es horrible ¿No podemos hacer nada?!

NIÑA PEQUEÑA- (baja en fade out) ¡Sí!… Ya sé, se me ocurre que… podríamos ir a casa de Don Lupe y traer un poco de semillas de las que tiene guardadas…

NARRADOR.- Todos los niños dieron ideas y se repartieron trabajo.

Unos fueron a casa de Don Lupe y sacaron dos grandes bolsas de maíz, de las semillas que guardaba diciendo que eran la riqueza más grande de la familia…

VOZ DE VIEJO (DON LUPE).- seleccionadas de las mejores plantas de las cosechas de los abuelos y los abuelos de mis abuelos.

NARRADOR.- Los niños regaron las semillas de Don Lupe en todos los terrenos vacíos que encontraron, para que los habitantes del futuro pudieran sacar más semillas que sí dieran hijos.

FX.- crujido de mordida de fruta, escupida de semilla de mandarina, crecida de árbol (se repite varias veces, cada vez más rápido)

NARRADOR.- Los más chicos se pusieron a comer mandarinas, uvas, ciruelas, chicozapotes y todas las frutas que tuvieran en las casas y mochilas, sembrando los huesitos por donde pasaban. Así crecieron de inmediato huertos enteros de árboles no transgénicos, y todo iba muy bien, pero…

FX.- Gente que sale de sala de juntas

NARRADOR.- … los adultos salieron de sus juntas y vieron a Ilia y a Galia.

ADULTO.- ¡Miren allá, los marcianos, ellos son los culpables, mátenlos!

FX.- Multitud enardecida, niños que intentan detenerlos, golpes, balazos (baja un poco, pero sigue)…

NIÑOS.- ¡No, no son marcianos, no!…

FX.- Sonido máquina de espejo

NARRADOR.- … En ese instante … tal como vino, desapareció la imagen del espejo junto con Ilia y con Galia.

Los adultos siempre creyeron que todo había sido obra de los extraterrestres, y no entendían que ellos tuvieran nada que ver en el asunto, pero los niños sí que lo supieron bien. Por eso, desde ese momento y hasta que fueron abuelos, se aseguraron de que todo lo que hicieran, se reflejara en el espejo del futuro como campos floridos y limpios, árboles distintos de moras, mandarinas y fresnos.

FX.- Pajaritos, viento, Rúbrica de salida

 

 

 

Gimotea

Hace mucho tiempo, en un país muy lejano vivía una niña llamada Gimotea. De pequeña Gimotea era una niña como cualquiera. Salía a jugar con su amigos a la trais, construía casitas para sus muñecas, le gustaba dibujar, coleccionar piedritas brillantes y platicar.

Cada vez que Gimotea iba por las tortillas tardaba mucho tiempo, porque los grandes se la saltaban, y a ella la atendían siempre hasta el final. Eso no le gustaba, pero no decía nada, todo se lo callaba. Cuando regresaba con las tortillas, tenía que servirle de comer a su hermano y luego lavar los platos mientras él salía a jugar. Eso tampoco le gustaba, pero ella seguía sin decir nada.

Mientras más crecía, más cosas se callaba, y se fue volviendo una niña silenciosa. Poco a poco dejó de salir a jugar, dejó de hablar con los otros y hasta dejó de dibujar. Siempre estaba triste o enojada, mirando la tele, sin hablar.

Su mamá muy preocupada, regaló la tele para que Gimotea saliera a jugar, pero ella se encerró en un cuarto y se puso a llorar. Su papá intentó consolarla con todo lo que pudo, la llevó a pasear, le compró un gorrito nuevo y la subió en un caballo de verdad; pero Gimotea seguía llorando. Su mamá le hizo una muñeca de trapo, la abrazó y le preparó la comida que más le gustaba, pero Gimotea no dejaba de llorar.

Muy preocupados los dos papás, llevaron a Gimotea al doctor. El doctor le hizo abrir grande la boca, le revisó los oídos y los ojos, la midió, la pesó, le puso el termómetro, le tocó la frente, le oyó el corazón y dijo: - Señores papás, no sé lo que tiene su niña Gimotea, no encuentro ninguna enfermedad.

Todos regresaron a su casa, pero Gimotea seguía sin hablar.

Un día Gimotea encontró un anuncio que decía:

"Se trasnforman cosas.

Venga y cambie lo que no le guste.

Siga las flechas"

Gimotea se puso un suéter y sin que nadie la viera, salió detrás de las flechas. Se internó en el bosque hasta que la última flecha del camino señalaba una casa desvalijada de madera y teja. Tocó a la puerta y la puerta se abrió. En el interior de la casa había una señora encorvada, recitando en voz baja un montón de palabras, al tiempo que mezclaba con la cuchara muchos manojos de hierbas raras. Parecía una verdadera bruja.

Gimotea se asustó y ya se iba, pero la anciana le pidió que le explicara qué era lo que quería cambiar. Gimotea dijo que ella se sentía triste porque quería ser diferente, quería ser grande para que no la saltaran en la fila - Muy bien - dijo la bruja, puedo arreglarlo, pero tendrás que pagar algo a cambio – No tengo dinero- dijo Gimotea – No necesitas dinero, lo que te van a pedir sí lo tienes. Gimotea aceptó y la bruja llamó a un oso grande y fuerte que vivía en el bosque. Le habló en secreto y tras ponerse de acuerdo con él, dijo a Gimotea – El oso está de acuerdo en darte su tamaño y su fuerza, pero a cambio quiere que le des la luz de tus ojos. Eso significa que ya no podrás descubrir cosas bonitas, no juntarás más piedritas brillantes ni… – No importa - dijo Gimotea apresurada – no hay cosas bonitas por donde yo vivo, y las piedras ya no me interesan. – La bruja tomó la pata del oso con una mano y la mano de la niña con la otra, metió sus manos en el caldero humeante y en ese momento el oso se transformó en un osesno pequeño, chaparrito y juguetón, que salió de la casa tras una mariposa. Gimotea por su parte se miró en el espejo y descubrió una niña muy grande y fuerte, nadie se atrevería a saltarla en la fila de las tortillas. Se sintió muy contenta, pero luego se le ocurrió que no quería volver a lavar platos nunca más, quería ser hombre. Entonces la bruja llamó a un lobo que vivía en el bosque, y tras haberse puesto de acuerdo con él, dijo a Gimotea – El lobo quiere que a cambio tu le des el calor de tus manos, eso significa que no podrás construir ya más cosas, ni casitas, ni coches, ni muñecas – no importa - dijo Gimotea - ¡Hace tanto tiempo que no juego a la casita! – Entonces la bruja tomó al lobo con una mano y a la niña con la otra, y metió sus manos en el caldero humeante. Poco después el lobo, que ya era loba, tomó con sus dos garras un palo y una piedra, construlló una filosa lanza para cazar y salió feliz al bosque. Gimotea se vio en el espejo, era grande, fuerte y era hombre. Ya se iba cuando pensó que necesitaba cambiar algo más. Cambió a un topo la dirección de una mina llena de oro, por el último de sus sueños, aunque la bruja le dijo que con eso sería rica, pero sin sueños ya nunca más podría imaginar ni inventar nada nuevo. De todas maneras Gimotea quería dinero para comprar una tele nueva y no quería trabajar de grande.

Otra vez ya se iba, pero se le ocurrió que nunca le había gustado tener el pelo lacio, así es que la bruja llamó a un borrego que dio a Gimotea un pelo chino, a cambio del calor de su frente, a pesar de que la bruja le dijo:- Sin eso ya no podrás dibujar, ni entender nunca las letras o los números – pero Gimotea pensó - …de todos modos hace mucho que no leo ni dibujo nada - Y aceptó la oferta. El borrego se alejó feliz leyendo un cuento, arrastrando su largo pelo lacio por el suelo, mientras Gimotea pensaba en más cosas para cambiar. Así fue cambiandolo todo: a un puma le cambió su agilidad por un pedazo de su corazón, aunque la bruja le dijo que sin él ya no volvería a querer ni a tener amigos jamás, y a una ardilla le cambió su habilidad para saltar por dos lágrimas, aunque la bruja le dijo que sin ellas ya no podría distinguir entre el bien y el mal.

A punto estaba Gimotea de cambiar lo último que le quedaba, cuando llegaron sus papás y vieron dentro de la casa de la bruja, a un monstruo enorme y fuerte. Era un monstruo de pelo chino, con potentes garras de puma, delgado y saltarín como una ardilla, pero feroz como un lobo y rodeado de bolsas de oro.

- ¡Mi Gimotea! – dijo la mamá - ¡Se la ha comido ese monstruo! – No – le dijo a la mamá la bruja- no se la comió el monstruo, diles Gimotea – pero Gimotea ya no podía sentir tristeza ni cariño.

El papá descubrió entre el pelo chino del monstruo, el suéter de su Gimotea y comprendió lo que había sucedido, entonces le rogó a la bruja que por favor dejara que su Gimotea volviera a ser como antes, una niñita, porque ellos la querían mucho así, cariñosa y juguetona, gorda o flaca, no importaba, fuerte o débil, no importaba, china o lacia, chaparrita, güera o morena, no importaba, lo que querían más era lo que estaba dentro de su Gimotea. La bruja se enfadó - ¡Siempre sucede lo mismo! – dijo, pero como tenía buen corazón, hizo venir a los animales de uno en uno y regresó a Gimotea todos los dones que la hacían ser lo que era, una niña. Cuando Gimotea se vio en el espejo, le pareció que el brillo de sus ojos negros era el más lindo que nunca había visto, lo mismo que el calor de su frente morena rodeada de pelo lacio. Se dio cuenta de que lo que tenía que cambiar no era su tamaño, ni su fuerza o su pelo. Así tal cual como era, tenía todo lo más importante que le hacía ser una persona, y todos debían darse cuenta de eso, los de la fila de las tortillas, sus papás, su hermano, sus amigos, todos; sólo tenía que decírselos. Sus papás prometieron ya no volver a hacer diferencias entre los niños y las niñas y desde entonces ella y su hermano se turnaron para la bar los platos. En la fila de las tortillas Gimotea reclamó cuando se la saltaron, y así defendió su turno y el de los otros chicos. La tortillera se enojó, pero nunca más se la volvió a saltar, y cada vez que los otros se quejaban y los lacios querían ser chinos, los morenos querían ser blancos, los chaparros querían ser altos, Gimotea les explicaba el secreto que había descubierto en la casa de la bruja.

 

 

 

HISTORIA DE LOS IMITUNES

FX.- Rúbrica de entrada (La idea es que sea una música autóctona, quizá tipo huapango, o puede ser totalmente al contrario, una música totalmente gringa. Debe ser rapida, porque los imitunes hablan como ardillas. Los Carabíes hablan como Gringos, y algo tribal el asunto)

NARRADOR.- Los Carabíes y los Imitunes eran dos pueblos que compartían un mismo planeta, en un mismo tiempo en la historia.

Cuando apenas poblaron el planeta, los Carabíes hicieron casas de madera, cortando muchos árboles de todas partes.

FX.- Serrucho, grito de leñador Carabí: ¡fuera abajo!, cae. martilleo de casas en construcción.

NARRADOR.- Los Imitunes vieron las bonitas casas de madera de los Carabíes, y pensaron que era una buena idea, así es que compraron casas a los Carabíes, y mandaron a sus imitunsitos para que aprendieran a construir las casas. Pero cuando los Imitunes comenzaron a construir sus propias casas con madera…

FX.- Serrucho, grito de leñador Imitún: ¡fuera abajo!, cae. martilleo de casas en construcción.

NARRADOR.- los Carabíes dijeron a los Imitunes:

CARABÍES.- No, ya no hagan casas de madera, que se acaban los árboles. Miren como andan dejando todo pelón.

NARRADOR.- …y los Imitunes tuvieron que refugiarse en cuevas para no dormir bajo la lluvia.

Poco después los Carabíes construyeron albercas para nadar en sus casas, y era divertido

FX.- Chapuzón de Carabí en alberca: niños jugando y nadando

NARRADOR.- entonces algunos Imitunes compraron albercas a los Carabíes, y mandaron a sus imitunsitos para que aprendieran a construir albercas, pero cuando empezaron a hacerlo…

FX.- Chapuzón de Imitún en alberca: niños jugando y nadando

NARRADOR.- los Carabíes dijeron:

CARABÍES.- No, ya no hagan albercas, se están acabando el agua.

NARRADOR.- Y los Imitunes se quedaron sin aprender a nadar.

Los Carabíes pensaron en hacer coches para ir muy lejos, fabricaron coches grandes y lujosos.

FX.- Sonido de coches

NARRADOR.- A los Imitunes les pareció buena idea y compraron coches viejos que ya no querían los Carabíes

FX.- Sonido de coches carcachones

NARRADOR.- pero entonces, ya que los Imitunes habían pagado los coches viejos, los Carabíes dijeron:

CARABÍES.- Ya no usen coches viejos, que echan mucho humo y ensucian el cielo.

NARRADOR.- Poco después los Carabíes descubrieron una substancia para hacer platos y vasos tan baratos, que se podían tirar a la basura sin tener que lavarlos.

FX.- Sonido de plato de plástico y papeles a la basura

NARRADOR.- Los Imitunes pensaron que era buena idea, porque a ellos tampoco les gustaba lavar platos, y compraron platos y vasos a los Carabíes.

FX.- Imitún comiendo, echa su plato de plástico y papeles a la basura

CARABÍES.- Pero después de un tiempo los Carabíes dijeron:

CARABÍES.- No, ustedes no tiren platos y vasos, que ya hay mucha basura. ¿Qué no ven?

NARRADOR.- Ese día se reunieron todos los Imitunes, muy enojados. Alegaban que los Carabíes cambiaban las reglas a su conveniencia

IMITÚN GUERRILLERO.- Esto no puede seguir así compañeros, los Carabíes hacen y deshacen a su antojo, y luego dicen que nosotros somos los que acabamos con todo.

MULTITUD DE IMITUNES.- Aplausos, grito de consignas…Sí, ya basta. No más cambio de reglas

IMITUN ORADOR.- ¡Si los Carabíes construyeron sus casas con árboles, nosotros tenemos derecho de hacer lo mismo. Si los Carabíes tienen coche, nosotros también!

MULTITUD DE IMITUNES.- Aplausos, grito de consignas…Bocho para todos…

IMITÚN ECOLOGISTA.- Pero imitunes, miren por sus ventanas, ya son muy pocos los árboles ¿de todos modos debemos construir nuestras casitas de madera?

MULTITUD DE IMITUNES.- Sí, sí, nos los echamos, todo es culpa de los Carabíes, sí, vamos a cortar todos los ár… (Multitud se da cuenta de la estupidez que está gritando)…

IMITUN.- ¡Oig, no!…¡ Qué tontos!… ¿pero y entonces qué hacemos?

MULTITUD DE IMITUNES.- Murmullos de multitud ¿sí, qué hacemos?… no hay remedio… para los Carabies fue fácil, ¿pero ahora nosotros qué hacemos?…

IMITUN ORADOR.- A ver Imitunes ¡Silencio! que la abuelita Imitún quiere hablarnos

IMITÚN VIEJITA.- Imitunsitos, hijitos, yo se que el imitún que se come la última papa de la bolsa, no es el que se acabó las papitas de todos, sólo ayudó a que se acabaran, pero la pregunta que yo me hago es ¿por qué nos empeñamos en comer papitas, cuando los Imitunes sabemos preparar tantas cosas mucho más ricas?

MULTITUD DE IMITUNES.- Murmullos, en voz baja: No entiendo, ¿qué quiso decir? Sí, la abuelita tiene razón… ¿Qué tienen que ver las papitas en esto?… Cómo no lo vimos antes… se trata de no hacer papitas ¡claro!… ¿Qué?

NARRADOR.- Después de mucho pensar y hablar, los Imitunes llegaron a un acuerdo. No les gustaba lo que estaba sucediendo con los árboles, la basura y el cielo, así es que decidieron, no comprar más cosas a los Carabíes, ni volver a imitarlos nunca ja

más. Mejor pensarían entre todos, cosas nuevas sin acabar con los árboles, el agua, el cielo y la tierra.

Sacaron los libros de sus abuelos y volvieron a aprovechar sus ideas para construir casas nuevas con tierra, piedras y flores, como las de antes

FX.- Construcción de casas con adobe y flores

NARRADOR.- Entre todos los niños, inventaron unas paredes para detener el agua de la lluvia que se perdía en las barrancas cuando corría cerro abajo…

FX.- Barrancada que se detiene y estanca en una laguna

NARRADOR.- …y así hicieron una laguna a la que llamaron la Laguna Imituna que usaron para tener agua y como alberca para todos

FX.- Niños echando relajo juntos en el agua

NARRADOR.- Las mamás Imitún inventaron las tortillas, así los imitunsitos podían servirse y comerse todo, hasta el plato, sin tenerlo que lavar. Así fueron inventando muchas otras cosas, como las bicis para viajar, pero a los Carabíes eso ya no les gustó, porque si los Imitunes ya no compraban sus cosas, ellos se quedaban sin dinero, y ya no podían seguir haciendo más máquinas, así es que con todos sus coches y las máquinas que habían inventado antes, hicieron un robot gigante para amenazar a los Imitunes y que así les volvieran a comprar.

FX.- Robot gigante que avanza dando pasotes.(baja un poco el volumen)

NARRADOR.- Era un robot horrible, gigantesco, con ojos rojos brillantes, que destruía todo lo que pisaba.

Los Imitunes corrieron a esconderse en sus casitas, se abrazaban unos a otros esperando lo peor…

FX.- Imitunes asustados, sube volumen de pasotes de robot

NARRADOR.- … Justo al cruzar la frontera del país de los Imitunes…

FX.- Robot se le acaba la gasolina y se descompone

NARRADOR.- …el robot no pudo caminar más, era tan grande que se le acabó la energía… Después de un rato los imitunsitos, que eran muy curiosos, fueron a verlo de cerca, y se les ocurrió que podían utilizarlo como rampa para sus bicis…

FX.- Niños echándose en bici por la rampa.

NARRADOR.- Los niños Carabíes los miraban desde el otro lado de la frontera

FX.- Suspiro de niños viendo jugar

NARRADOR.- …y los Imituncitos los invitaron a jugar y les prestaron sus bicis. Fue así como los Carabíes, conocieron las casas de los abuelos, los lagos, las playas y las bicicletas, aprendieron a comer tacos y estaban tan divertidos jugando, que decidieron juntarse para inventar cosas nuevas, que no acabaran con la verdadera riqueza que ya tenían.

FX.- Rúbrica de salida.

 

 

 

LOS INCONFORMES DEL NACIMIENTO

PASTORELA

PERSONAJES:

San José:

Virgen María:

Rey Mago o reyes magos:

Pastora:

Estrella:

Andrea:

Lula (puede ser niña o niño):

Diablo Jefe:

Diablo Rogelio:

Entra música de suspenso. Sale el diablo muy enojado

Luz roja

Baja la música

DIABLO JEFE: (se pasea en el escenario, luego llama) ¡Diablejo Rogelio! sal de la maleza.

DIABLO ROGELIO: ¿Llamó su bajeza?

DIABLO JEFE: Sí mequetrefe

DIABLO ROGELIO: ¿Qué se le ofrece?

DIABLO JEFE: He estado mirando a aquellos mocosos, están muy gozosos en su saloncito y están muy contentos por la Navidad

DIABLO ROGELIO: ¡Hay mire qué lindos!, qué gusto me da

DIABLO JEFE: ¡ No zope ! ¿no ves?

DIABLO ROGELIO: ¡Sope no! me gustan las enchiladas

DIABLO JEFE: ¡Zope por zopenco! ¿Cuáles enchiladas?. ¿Ya se te olvidó? somos los malvados, debemos bajar y decirles algo. Queremos ponerlos a todos enojados.

DIABLO ROGELIO: ¿Les quitamos sus helados?

DIABLO JEFE: ¿Y cuáles helados? si ni helados traen. Vamos a hablarles de puras envidias

DIABLO ROGELIO: Pero eso no rima

DIABLO JEFE: No importa, zope

DIABLO ROGELIO: ¡Sope no, enchiladas!

DIABLO JEFE: ¡Al diablo contigo!, digo ¡a Dios contigo!

DIABLO ROGELIO: ¿Qué ya se va jefe?

DIABLO JEFE: ¡Qué diablo tan zope!

Reflector que alumbra a Andrea. Poco a poco se quita la luz roja y se convierte en blanca

(sale Andrea por un lado del escenario. Al fondo y en silencio se iluminan apenas inmóviles José, la virgen y el niño en un rinconcito entre paja)

DIABLO ROGELIO: Mire Jefaso, ahí esta una niña solita, solitita. Mire qué bonita ¿Vamos?

DIABLO JEFE: Déjamela a mi, ... ¿Qué te trae aquí? ¿estas muy contenta?

ANDREA: Yo sí, porque me tocó ser la virgen María en la pastorela, además estamos preparando una fogata.

DIABLO JEFE: ¿ Y por qué tan contenta? ¿No te has dado cuenta? debías estar triste. Hace veinte siglos que nació Jesús y tú no viniste

DIABLO ROGELIO: Que gacho ¿verdad jefaso?. La pastorela que van a hacer es de a mentiras, y a ella ni la invitaron a la de a verdad. ¡ Que gacho !

La luz se baja un poco

Mientras Andrea se va a sentar

ANDREA: Si, que gacho. ¿Por qué no nací yo en el tiempo en que nació Jesús?

DIABLO JEFE: ¿Cómo te quedó el ojo? ¿cuadrado no? ya dio resultado

(se van los diablos con mucho gusto porque sí dio resultado)

LULA: Hola Andrea, ¿qué te pasa? ¿por qué tan triste?

ANDREA: Es que me gustaría haber visto de verdad al niño Jesús de cerquita, haberlo cargado, y conocer a la Virgen y a San José. Jesús nació hace dos mil años, eso fue hace mucho y tu y yo no estuvimos invitadas ¿Te das cuenta?

LULA: De veras ¿verdad?, hubiera sido bonito ver la estrella brillante de Belén. A mi me hubiera gustado ser una pastora de aquel tiempo.

Música bajita de estrella

Reflector alumbra a la estrella de Belen subida en una silla

ESTRELLA MARISOL: Pobres niñas, están tristes porque no vieron la estrella de Belén. Voy a bajar para alegrarlas un poco.

Sube la luz

DIABLO JEFE: No tan rápido estrellita. ¿A dónde vas tan brillantita? ¿De qué las vas a alegrar si a tí tampoco te tocó ver al niño de cerquita?.

DIABLO ROGELIO: ¡Uy no!, ¿Qué no te acuerdas? tenías que estar alto, bien alto en el cielo. Toditos lo vimos, todos menos tú... Qué gacho ¿no jefaso?

Baja un poco de nuevo la luz

ESTRELLA MARISOL: Hay, de verdad qué gacho... mientras otros iban a la fiesta, a visitar al niño, yo alumbraba alta, clavada en el cielo sin poder ver nada.

LULA: Mira Andrea, una estrella.

ANDREA: Pero qué fea y apagada se ve. Sus rayos están todos agachados

LULA: Ha de ser porque está triste. Así son las estrellas, mientras más tristes, más apagadas se vuelven.

ANDREA: ¿Oye Estrella, qué te pasa? ¿Tu también estás triste?

ESTRELLA MARISOL: Pues si, un poco. Me acabo de dar cuenta de que me hubiera gustado ser mejor un una pastora. No una estrella de Belén

Sube la luz

(se pone un rebozo, agarra una canasta y se dirige al pesebre donde están la virgen, José y el niño)

ESTRELLA MARISOL: Así podría haber visto al niño de cerquita, le hubiera podido hacer hasta un cariño, no que allá en el cielo...

VIRGEN MARÍA: ¡Gracias Pastora Estrella!

MÚSICA DE PASTORA TRISTE DE FONDO

LULA: Miren, ahí viene una pastora, parece que también está triste. ¿Qué le pasará?

ANDREA: Pues vamos a preguntarle.

LULA: Hola Pastora ¿qué tienes? ¿Estas triste?

PASTORA KATIA: Sí, un poquito sí

ESTRELLA: Pero ¿por qué, si a ti si te tocó ver al niño de bien cerquita?

PASTORA KATIA: Pues eso sí, pero me encontré ahoritita a unos amigos rojos y tienen razón

LULA: ¿Pues qué te dijeron?

PASTORA KATIA: Dijeron "¿No te da vergüenza?, el niño tenía frío y tu, la muy mensa, llevas requesón, tortillas y vino"... él tiene razón

ANDREA: ¿Y entonces tú qué hubieras querido llevar? El requesón es sabroso

PASTORA KATIA: Pues sí pero yo hubiera querido ser un Rey Mago bien ricote, que le llevara una cobija grande para que estuviera calientito.

LULA: ¿Un Rey Mago con cara de pastora?

(se pone una corona )

PASTORA KATIA: No, cómo crees, con cara de Reina Maga.

(agarra muchos regalos y se dirige al pesebre)

PASTORA KATIA: Además le hubiera llevado unos regalotes. Una pelota muy grande, unos patines y un Hornito Mágico

VIRGEN MARÍA: ¡Gracias Reina Maga!

LULA: ¿Y cómo ibas a cargar tanto?

PASTORA KATIA: Hay ¡de veras verdad!

Música alegre sólo un momento

(aparece uno o varios Reyes Magos muy contentos, bailando y chiflando)

DIABLO JEFE: ¿Y a dónde vas tan contento, soplando con tanto aspaviento?

DIABLO ROGELIO: Déjelo jefaso, es que no se ha dado cuenta que debería darle pena, venga acá y no le haga caso

REY MAGO ANDRÉS: ¿Pena por qué? ¿Qué les pasa?

DIABLO JEFE: Pues cómo que por qué, llegaste a la fiesta del nacimiento con dos años de retraso

DIABLO ROGELIO: Seguro tu reloj trae un atraso, ¿no te fijaste en el nuevo horario?

DIABLO JEFE: No se fijó en el calendario

DIABLO ROGELIO: ¡Eso si estuvo gacho!

Luz se baja

PASTORA KATIA: ¡Miren, el Rey Mago!

(los diablitos se esconden)

ANDREA: ¿Y a ti qué te pasa Rey Mago?

REY MAGO: Es que los rojos tienen razón, yo tan feliz y campante y nunca me di cuenta de que llegué a ver al niño y él ya tenía dos años. ¿Dé qué le sirvieron los regalos si antes pasó frío y hambre, y hasta le dio tos.

LULA: ¿Pero desde cuando hubieras querido estar ahí?

REY MAGO: Pues desde antes de que naciera

ANDREA: Pero nadie estuvo con José y con María antes de que naciera el niño

REY MAGO: El burro sí.... Yo hubiera querido ser burro

(los diablos se ríen)

DIABLO ROGELIO: ¿Oíste jefaso? ese quería ser el burro

DIABLO JEFE: Pues si él quiere, cómo no, a sus servicio estamos, y como burro lo cargamos.

Reflector alumbra a la virgen sólo mientras dice:

VIRGEN MARÍA: Niñas, niñas, ¿qué no han visto? Por ahí andan los diablitos

DIABLO JEFE: ¿Qué pasó mi Virgencita? desde cuando usted ha visto, que en una pastorela decente, la Virgen meta cuchara

DIABLO ROGELIO: Eso digo yo jefaso, si ella siempre está callada y sin hacernos ni caso

ANDREA: ¿Oyeron eso?

Sube la luz

LULA: ¡Pero miren quien anda ahí!. Con que sí diablillos estos, se me hace que ustedes fueron los que hicieron este enredo.

DIABLO JEFE: Nosotros qué, si nada más nos paseábamos

DIABLO ROGELIO: Sí, por tomar el ponche estábamos

ANDREA: Por su culpa diablos tramposos, todos estabamos tristes

LULA: Sí. Estrella si tu hubieras sido una Pastora todo se vería así de obscuro...

Se apaga la luz un momentito y se vuelve a prender

LULA:.. no habría luz en el cielo y nadie hubiera llegado a Belén.

ESTRELLA MARISOL: Tienes razón, sin luz ni yo hubiera visto al niño

(se va a alumbrar al niño en el pesebre)

ANDREA: Pastora, si tu hubieras sido un Rey mago el niño tendría una cobijota y muchos juguetes pero no un borreguito ni canciones

PASTORA: De nada le servirían los juguetes sin amigos para jugar.

(se va junto a María y juega con el niño)

LULA: Y tú Rey Mago, si hubieras sido el burro de nada hubiera servido

REY MAGO: Tienen razón, y ahorita estaría yo aquí quejándote de ser tan burro y tan cabezón y de tener hueco el cerebro

(se inca junto al pesebre)

DIABLO JEFE: Muy bien niñas aplicadas, ya todo lo resolvieron con los que vieron al niño, pero ustedes no pudieron pues no fueron invitadas

DIABLO ROGELIO: Si qué gacho ¿verdad jefe?, porque a la fiesta no fueron

ANDREA: Pues a esa fiesta no fuimos, pero seguimos teniendo mucho para celebrar, si entre todos vivimos el mensaje de Jesús.

Entra la música de villancico alegre pero muy quedito

LULA: Esa es una buena idea, papás y mamás, hermanos, amigos, la fiesta la hacemos juntos, vamos a traer al niño, a José y a la Virgen

PASTORA: ¿Y con los diablitos qué hacemos?

ANDREA: Pues también los invitamos

DIABLO JEFE: ¡Hay no, qué horror!, ya nos vamos

DIABLO ROGELIO: Nomás una piñatita y un ponche y nos esfumamos

DIABLO JEFE: ¡Qué no! qué diablo tan zope

Sube la música de volumen. Todos bailan y salen contentos junto con José y María

 

 

 

El TERRIDULCE.

FX.- Música como de bichitos, medio selvática. Se mezclará con fondo de naturaleza, selva. Sonidos de grillos, quizás un búho. Acompañan al narrador ruidos de hojas, cuando camina.

NARRADOR.- (como quien habla en voz baja) Acérquense un poquito, por aquí. Este es un nido de Tardilones. Así nacen chiquiiitos, chiquiitos. Son unos bichitos que crecen muuuy despacio, por eso les llaman Tardilones.

Fx.- Ruiditos guturales, de cachorritos recién nacidos (baja y vuelve a subir más adelante).

NARRADOR.- Y nacen ciegos… por eso desde que nacen empieza el relajo. Como son ciegos pero muy curiosos, caminan para todos lados sin ton ni son, y son tantos, que la mamá Tardilona no puede cuidarlos a todos.

Fx.- Ruiditos guturales, de cachorritos recién nacidos.

NARRADOR.- Los Tardilones para vivir requieren muy poco. Sólo necesitan agua limpia aire limpio, tierra limpia y plantitas…

Fx.- Cachorritos comiendo.

NARRADOR.- Si tienen esto los Tardilones se alimentan solitos, aunque estén ciegos.

Fx.- Ruiditos guturales, de cachorritos recién nacidos.

Y ¿Saben lo que hace famosísismos a los Tardilones? pues que desde recién nacidos saben hacer con sus seis manos un dulce delicioso que amasan tomando una sustancia de la tierra, que sólo ellos saben obtener.

Fx.- Manos chapoteando en el lodo, con fondo de ruiditos guturales

NARRADOR.- El dulce se llama Terridulce y es tan sabroso, que los Abusafos, otros bichos que son vecinos de los Tardilones, se vuelven locos por él.

ABUSAFO.- ÑAM, ÑAM saboreándose el dulce como loco

NARRADOR.- La gente dice que los Tardilones son muy apreciados por los Abusafos, pero a decir verdad, los Abusafos aprecian el Dulce Terridulce, más que a los Tardilones.

FX.- m,m,m,m Abusafo comiendo dulce

NARRADOR.- Resulta que hace muchos años, los Abusafos se fueron a parar despistadamente…

FX.- Chiflidos de disimulo

NARRADOR.- …cerca de los nidos de los Tardilones. Esperaron y esperaron hasta que los Tardiloncitos nacieron.

Fx.- Ruiditos guturales, de cachorritos recién nacidos.

NARRADOR.- Como de costumbre, fueron muchos Tardiloncitos, todos ciegos y muy curiosos. Empezaron a moverse y a caminaban por todas partes, y disimuladamente los Abusafos …

FX.- Quejido de Tardilón que es levantado y metido en una bolsa

NARRADOR.- Fueron atrapando y metiendo tardiloncitos en una bolsa, mientras otros Abusafos distraían a la mamá y al papá Tardilones.

Cuando los Abusafos llegaron a su casa con los Tardiloncitos, les inventaron que eran su tía Eustolia presidenta, y que sus padres Tardilones habían muerto de peste bubónica.

ABUSAFO 1.- (con voz de tía) Les hablaban así: Ciudadanos Tardiloncitos, nunca nuestro gobierno se ha preocupado tanto y ha mostrado tanto amor por los desprotegidos, no hay preocupación mayor para nosotros, que velar por su bienestar

ABUSAFO 2.- … sí, sí, los cuidaremos con mucho amor

ABUSAFO 1.- Nunca les faltará, agua, aire y tierra limpios

ABUSAFO 2.- Sí, sí, muy limpios

ABUSAFO 1.- A cambio claro, de una insignificante dotación de Terridulce

ABUSAFO 2.- Sí, sí, mucho dulce

NARRADOR.- Los Abusafos dominaron así a los Tardiloncitos, que producían Terridulce a cambio de que les mantuvieran limpia el agua, la tierra y las plantitas.

Pero a los Abusafos eso en realidad no les preocupaba mucho, lo único que querían era el dulce, y cuando los Tardiloncitos todavía ciegos les preguntaban:

TARDILONCITOS.- Tías Eustolia ¿Está limpia el agua?

ABUSAFO 1 .- (Fingiendo voz de tía) como lo prometimos desde que tomamos la tarea de velar por estos chiquillos, el agua está limpia , ¿pero, dónde está nuestro dulce?

TARDILONCITOS.- Aquí, tengan, pero Tías Eustolia ¿Está limpia la tierra?

ABUSAFO 1.- Ciudadanos, ya han sido informados de que sus tías cumplen siempre lo que ofrecen, ahora es tiempo de que nos dejen saborear nuestro rico Terridulce

FX.- m,m,m,m Abusafo comiendo dulce

NARRADOR.- Todos los días los Abusafos les mentían a los Tardiloncitos y ellos se enfermaban del estómago.

TARDILONCITO.- Me duele la paza, auch

NARRADOR.- Pero un día un Tardiloncito empezó a ver y se dio cuenta de que los Abusafos mentían.

TARDILÓN.- Oye Tía Eustolia, tu dices que el agua está limpia, pero yo la veo bien puerca

ABUSAFO 1.- (risa nerviosa de tía) ¿Cómo…, qué, ya ves? Ejem… no, esas son ideas que grupos extranjeros les meten en la cabeza. Personalmente he girado órdenes precisas al Señor secretario de aguas, para que las mantenga limpias. Estás viendo visiones

ABUSAFO 2.- Sí, sí, ¿Cómo que ya puedes ver?

TARDILONCITOS.- (Varios preguntando)¿Qué dice mi hermanito Tía Eustolia?… ¿Que no está limpia el agua?…

ABUSAFO 2.- Sí, sí, Que está sucia el agua, creo dijo

FX.- Golpe. Auch de Abusafo

ABUSAFO 1.- (risa nerviosa de tía) no, no ciudadanos. Este hermano nuestro se encuentra confundido. Le daremos la oportunidad de volver al buen camino… ejem… permiso… (se pone nerviosa)… (Cambiando la voz y en secreto) Abusafo a este enciérrenlo para que no ande hablando.

TARDILONCITO.- (la voz se va alejando) Pero Tía Eustolia, la tierra está llena de basura

FX.- Golpe.

TARDILONCITO.- ¡Auch!

ABUSAFO 2.- Ya cállate

NARRADOR.- Fue así como los Abusafos encerraron en la cárcel al primer Tardilon que pudo ver, para que los demás Tardiloncitos no se dieran cuenta de que todo era un engaño.

Pero sucedió que un segundo Tardilón abrió los ojos y pudo ver…

TARDILÓN 2.- Tía Eustolia, las plantas que nos dan de comer están pod… (le tapan la boca)

ABUSAFO 1.- (Fingiendo voz de tía) …y… ciudadanos y ciudadanas, esta es una nueva receta, ha llegado el tiempo del cambio. Con ustedes, podemos lograrlo (Cambiando de voz)… a este también llévenlo al bote, y asegúrense de que no hable…

ABUSAFO 2.- Sí, sí, a la cárcel, camina

NARRADOR.- Los dos Tardilones encerrados en la cárcel por el delito de ver, habían descubierto la causa de los dolores de panza de sus hermanos y querían decírselo a todos los demás. Varias veces intentaron escaparse…

FX.- Gemido de Tardilón que atrapan de un garraso

ABUSAFO 1.- ¿A dónde creen que van?

ABUSAFO 2.- Sí, sí, ¿A dónde crren que van?

ABUSAFO 1.- Dales un escarmiento para que aprendan quién manda

ABUSAFO 1.- Sí, sí, unas nalgadas

FX.- Golpes, Tardilones quejándose

NARRADOR.- Pero los escapes habían fracasado, así es que decidieron gritar a todo pulmón a sus hermanos desde atrás de las rejas…

TARDILONES.- ¿Tardiloncitos del mundo, escúchenos, todo es un ega… (les tapan la boca)

ABUSAFO 1.- ¿Otra vez dando problemas? Dales otro escarmiento

ABUSAFO 1.- Sí, sí, otras nalgadas

FX.- Golpes, Tardilones quejándose

NARRADOR.- Los gritos tampoco funcionaron. Se sentían muy muy tristes, pero sucedió que poco a poco, otros Tardiloncitos fueron abriendo los ojos, y llegó el momento en que ya eran tantos los que podían ver, tan grande su enojo por el engaño de los Abusafos, que juntos se pararon frente al guardia de la cárcel …

FX.- Marcha de multitud que paran firmes.

NARRADOR.- Hicieron las caras más furiosa que se sabían…

FX.- Tardilones gruñendo furiosos. Guardia se espanta y corre

NARRADOR.- …y el guardia Abusafo salió corriendo. Así liberaron a sus hermanos Tardilónes, y juntos corrieron a los sátrapas, mentirosos de los Abusafos.

De ahí en adelante aprendieron a cuidarse muy bien de cualquiera que quiera engañarlos y viven libres en un lugar limpio que ellos mismos cuidan. Ya nadie puede ser enviado a la cárcel por el delito de ver, y se mantienen alejados de los Abusafos, aunque de vez en cuando les convidan un poco de Terridulce.

FX.- Rúbrica de salida

 

 

 

LA CASA DEL TOPO PO

FX.- Rúbrica de entrada. (El carácter de esta no se me ocurre. Quizá pudiera ser algo como hecho a base de rasquidos y percuciones, algo rústico)

NARRADOR.- El Topo Po era un topo común. Cada verano se mojaba con las lluvias y pasaba un frío espantoso, lo mismo que en el invierno.

FX.- Lluvia, brrr de frío y estornudo de topo

NARRADOR.- Un día, tratando de protegerse de una llovizna, descubrió que sus afiladas uñas...

FX.- Uñas escarvando

NARRADOR.- … podían excavar con cierta facilidad en la tierra. Fue así como logró hacer la primera cuevita en el suelo, que lo protegió del agua y le permitió dormir toda la noche sin frío.

TOPO.- Bostezos de topo. Y Ahhh (de placer de que durmió rico)

NARRADOR.- A su cuevita le dio el nombre de madriguera.

El Topo Po se sentía muy orgulloso de su invento, hasta que calló una lluvia feroz…

FX.- aguacero

NARRADOR.- El agua corría en grandes cascadas de lodo y una de esas cascadas, tuvo el mal tino de ir a parar directo a la entrada de la madriguera Po…

FX.- Agua que entra.

NARRADOR.- …Que la inundó hasta el copete. El Topo Po apenas y pudo nadar y tras tragar varios buches agua…

FX.- Sonido de Topo que medio se ahoga y sale tosijoso

NARRADOR.- …salió con el pelo chorreando y la pijama empapada.

Cuando paró la lluvia, los demás topos se tendieron al sol en el pastito para a secarse, pero el Topo Po no quiso recostarse, se sacudió, se quitó la pijama…

FX.- Sacudida, Pijama que se exprime y se tiende

NARRADOR.- …la exprimió y la tendió en las ramas de los árboles. Sin perder más tiempo se puso a trabajar para construir una nueva madriguera pero ésta, provista de un cuarto especial que evitara inundaciones.

Durante el siguiente aguacero…

FX.- Lluvia durísima, ríos de agua

NARRADOR.- El Topo Po estaba…

FX.- Topo Po cantando feliz dentro de su madriguera

NARRADOR.- Feliz de la vida, cocinando un pastel de manzana. Su casita era tan segura, que ni se acordó de la lluvia.

Cuando terminó de llover, Po salió a dar la vuelta…

TOPO PO.- Chiflando.

OTROS TOPOS.- Ohhh (de sorpresa). ¿seco? ¡seco! Ohh

NARRADOR.- … todos los demás topos se sorprendieron de verlo tan sequesito y limpio.

El Topo Po tenía buen corazón, y enseñó a los demás Topitos a hacer madrigueras como la suya, para que no se mojaran. Así se construyó Villa Topo, y cuando…

FX.- Trueno, lluvia

NARRADOR.- Comenzó a llover, los Topitos se refugiaron en sus madrigueras.

FX.- Lluvia, para de llover

NARRADOR.- Al terminar la lluvia, todos los topos salieron tan sequesitos y contentos como el Topo Po.

Pasaron los días, y los Topitos vivían muy agusto con sus casitas, pero el Topo Po no estaba conforme, y decidió hacer de su madriguera, lo que él llamaba una verdadera casa…

FX.- Topo escarbando

NARRADOR.- … Le construyó una cocina con cuatro alacenas, cinco chimeneas y un salón de descanso, por si se cansaba de estar cocinando.

FX.- Topo escarbando

NARRADOR.- … Luego construyó una sala. En realidad el Topo Po rara vez tenía algún invitado que sentar en la sala, porque los topos ni toman café, ni se aguantan sentados, pero según él no estaba demás. Ahora sí su madriguera era una verdadera casa, y sin embargo, más tarde…

FX.- Topo escarbando

NARRADOR.- … construyó otro cuarto, por si alguna vez un primo quería venir a verlo desde Alemania y debía quedarse a dormir en su casa. La verdad todos los primos del Topo Po, vivían por ahí muy cerca, eran sus vecinos. Pero la casa del Topo Po cada vez se veía más elegante y el se sentía gente importante. Eso ya no era una casa, según el Topo Po, se había convertido en toda una mansión

TOPO.- Mj (expresión de desprecio de otros y elegancia)

NARRADOR.- … Así el Topo Po construyó dos cuartos de juegos, ocho recibidores, un patio techado, tres salas de estar y dos para no estar, cinco vestidores, ocho pasillos, dos salones de baile, ocho despachos y otras cosas que ya se me olvidan...

Pero tanto cuarto pelón se veía muy solo, de modo que el Topo Po …

FX.- Martillo, serrucho,madera

NARRADOR.- … hizo muebles con la madera de un árbol vecino.

Los demás topitos admiraban la mansión Po, y soñaban con tener una igual algún día.

FX.- Ohhh, (suspros)

NARRADOR.- …

Así pasó el tiempo

NARRADOR.- y una primavera las hojas del árbol vecino ya no regresaron más, porque el Topo Po había cortado tanta madera al árbol, que se murió. Po no le dio mucha importancia. Tenía muchas más cámaras nuevas que construir para su mansión.

FX.- Topo escarbando

NARRADOR.- Llegó de nuevo el verano y con él las lluvias.

FX.- Trueno, lluvia

NARRADOR.- Las raíces muertas del árbol junto a la mansión Po, ya no retenían la tierra. El agua de lluvia reblandeció el suelo y eran tantos los cuartos que había excavado el Topo Po, que con las primeras gotas…

FX.- Derrumbe de tierra, charco, árbol

NARRADOR.- … todo se vino abajo. El gran árbol muerto cayó junto con los techos y habitaciones de la mansión Po, dejando en su lugar, un enorme hoyo lleno de lluvia

FX.- Río que corre, Topo que pide auxilio haciendo gárgaras

NARRADOR.- Al Topo Po nunca se le volvió a ver. Unos dicen que fue arrastrado río abajo, y que ahí enseñó a otros topos a hacer madrigueras muy modestas y seguras. Algunos le atribuyen la célebre frase de "El abuso perjudica la salud", otros dicen que estaba tan loquito que prefirió quedarse enterrado en el lodo, abrazado a los muebles de su sala y otros piensan que su desaparición… sigue siendo un misterio.

De cualquier modo, los topos de Villa Topo ya no volvieron a desear nunca más una casa como la del Topo Po. Al contrario, en su memoria, aprovecharon el gran agujero que dejara la lluvia en la antigua mansión Po, para plantar un nuevo árbol, que cuidaron desde entonces con esmero.

FX.- Comienza rúbrica de salida

NARRADOR.- …Hasta ahora el árbol Po se puede visitar en Villa Topo, todito cubierto de años, regalando su sombra para el viajero cansado.

FX.- Sube rúbrica de salida

 

 

 

EL VIRHUMANO

FX.- Rúbrica de entrada (Es una música espacial, medio mística, flotante y alegre)

NARRADOR (voz de niño pequeño).- Hola, soy Briker.

Mi papá y yo nos dedicamos al pastoreo de planetas… bueno, más mi papá que yo. Yo sólo aveces lo acompaño, pero él, cuida todos los días su rebaño de planetas, lunas y satélites mientras flotan por el Universo.

FX.- planetas flotando por el universo

NARRADOR .- Quiero contarles algo que nos sucedió hace poco. Tiene que ver con Don Crestino, un señor que nació hace muchos años en uno de los planetas del rebaño de mi papá.

FX.- Termina sonido de universo. Entra sonido de planeta tierra (ciudad)

NARRADOR.- Don Crestino vivía en un lugar lleno de casas, coches, calles y algunos jardines. Desde que yo me acuerdo, sus vecinos más bien no lo querían. Todos decían que era un señor comodino, flojo y cochino, aunque… él no entendía bien por qué.

DON CRESTINO.- Pues claro que no, yo barría y trapeaba mi casa todos los días, lavaba mi ropa y mi coche sin descanso, y me pasaba las horas en el baño, arreglándome. Siempre andaba bien perfumado, peinado y con los dientes impecablemente blancos. Además sacaba mi basura a diario y la ponía lejos, donde no me molestara …

NARRADOR.- … Sí, pero la tirabas en la casa del vecino. Además no has contado cómo dejabas correr un río apestoso de agua del caño, que salía desde tu cocina y escurría asquerosamente cuadra abajo.

DON CRESTINO.- Shhh, eso no…

NARRADOR.- Ahora te da vergüenza, pero entonces… acuérdate como hacías del baño así nomás, por donde te agarraran las ganas detrás de cualquier arbolito.

DON CRESTINO.- (carraspeo de garganta, de vergüenza)

NARRADOR.- Eso sí, te limpiabas muy bien con papel de baño que dejaaabas volar al aire como papalote con manchitas.

FX.- Ruido de aire que vuela papel

NARRADOR.- Desde chico Don Crestino siempre pensó que era muy importante la buena presentación.

DON CRESTINO.- ¡Claro, lo feo había que alejarlo de nuestra vista!

NARRADOR.-… sí, por eso lanzaba sobre la barda de la escuela la servilleta de su torta, y escupía …

FX.- Gargajo

NARRADOR.-… puagh…siempre a un lado, nunca frente a sí mismo.

Mi papá cuenta que conoció a Don Crestino, ya de grande, cuando trabajaba en algo que tenía que ver con naves espaciales.

FX.- Sonido de universo (se mantiene de fondo hasta nueva indicación)

NARRADOR.- Esa vez, mi papá notó algo raro en el tercer planeta del Sol. El planeta se había estado portando muy extraño, andaba triste y de ser un planeta juguetón, luminoso y azul, se veía gris y tosijoso.

FX.- Planeta tosijoso, enfermo y tristón

NARRADOR.- Mi papá llamó al doctor de planetas, quien dijo que el tercer planeta del Sol tenía calentura, y sí, estaba muy caliente, se le caía el pelo de árboles y su cara tenía un color neblumo muy feo. Cada vez se ponía peor porque a decir del doctor, había contraído una enfermedad causada por un virus. El doctor puso su ecoscoscopio en el tercer planeta y mi papá vio por vez primera al virhumano Don Crestino. Estaba en su trabajo, planeando un despegue de varias naves espaciales que enviarían pañales desechables usados al espacio, para que no le estorbaran más.

DOCTOR DE PLANETAS.- Esto es peor de lo que creí Señor Pastor, el planeta está infestado de virhumanos, mírelos usted… si no le damos medicina pronto a éste planeta azul, se contagiarán todos los demás planetas del rebaño, y luego los rebaño de galaxias. (empieza a bajar en fade out) Mire, esta medicina es de una sola toma, hay que espolvorearla cuando la luz le de más directamente…

FX.- Termina sonido universo, empieza sonido ciudad Tierra

NARRADOR.- Dentro del tercer planeta, el proyecto de las naves espaciales de Don Crestino para hacer desaparecer a los pañales sucios era muy popular entre los demás virhumanos…

FX.- construcción de naves

NARRADOR.- pero Don Crestino, que era el jefe del proyecto, enfermó de gravedad, dejando todo a la mitad

FX.- puerta de coche y ambulancia que se aleja, sonido de cardiógrafo Ambiente de hospital.

DOCTOR DE HUMANOS.- Señorita, envíe el expediente a la Doctora López

DOCTORA LÓPEZ.- Sí Doctor, ¿Pero qué es lo que tiene este pobre hombre? Nunca había visto a ningún paciente con la cara gris

DOCTOR DE HUMANOS.- Yo tampoco, mire usted sus ojos, están llenos de espuma y aceite, y sus pulmones… parece como si algún… virus, estuviera cortando sus bronquiolos, ¿los ve? estos como arbolitos que están dentro de los pulmones. (baja en fade out) Necesitaremos platicarlo en un foro de especialistas. Señorita, llame a la Doctora Verdoskova en Rusia y al doctor Abud en Arabia…

NARRADOR.- La salud de Don Crestino era cada vez peor, el hospital estaba lleno de especialistas de todo el mundo que buscaban la cura urgentemente.

FX.- Ambiente de junta en una sala muy grande

DOCTOR CUBANO.- Estimado colegas, estamos seguros de que el mal de Don Crestino se trata de un virus…

DOCTORA FRANCESA.- Hemos descubierto que el virus genera una gran cantidad de substancias venenosas, que lanza hacia otras partes del cuerpo aún no habitadas…

DOCTOR ALEMÁN.- El virus no tardará en expulsar su veneno al exterior, en pequeñas cápsulas de babas. Entonces nos contagiaremos todos…

DOCTORA JAPONESA.- El virus resiste los más poderosos antibióticos, las radiaciones, la acupuntura, los chochos y tés. Nada funciona, es un virus mutante y escurridizo, hasta parece inteligente.

DISCUSIÓN DE DOCTORES.- (Rumores contrariados y preocupados que baja en fade out) ¡Oh, no! ¿Qué vamos a hacer? Esto es terrible, una epidemia.

DOCTORA MEXICANA.- Estimados colegas, me parece que lo mejor que podemos hacer es aislar al paciente y observar la evolución del virus.

DISCUSIÓN DE DOCTORES.- .- (Rumores contrariados que bajan en fade out) - No, eso empeoraría las cosas,

- El virus podría acabar con la humanidad en un santiamén.

- Deberíamos sacrificar a este enfermo.

- No, eso seria inhumano…

DOCTORA MEXICANA.- Pero queridos colegas, mi equipo y yo logramos captar una micrograbación del diálogo de los virus al interior de Don Crestino, y esto fue lo que escuchamos:

FX.- Sonido de botón de grabadora y ceniza de cinta que empieza, sonido de cuerpo humano en su interior (permanece de fondo hasta que apagan grabadora) bichitos que comen y talan…

VIRUS VIEJITO.- Todo estamos haciéndolo mal, ¿Qué no se han dado cuenta?

VIRUS 1.- Chom, chom, m,m,m,… no, ¿De qué?

VIRUS VIEJITO.- Nos estamos comiendo y envenenando el lugar donde vivimos, y los doctores ya lo ven muy grave, cada vez está más gris y feo. Si se muere Don Crestino, nos morimos todos.

VIRUS 1.- ¡Qué sea menos, viejo!, antes que se nos muera éste, podríamos ir en cápsulas de babas a buscar otro.

VIRUS VIEJO.- Sí, algunos sobrevivirían, pero no tu tía Lucrecia, ni el primo Benito, la mayoría moriríamos.

VIRUS 2.- Podríamos lanzar las substancias venenosas al exterior, para que no nos estorben aquí dentro.

VIRUS VIEJITO.- ¿Y de dónde crees tú que respira y come este Don Crestino en que vivimos? ¡Pues del exterior!. Al final terminaría muriéndose igual

VIRUS 1.- El viejo tiene razón, tenemos que participar todos, desde los hijitos virus hasta los abuelos…

FX.- Sonido de que se apaga la grabadora

NARRADOR.- La discusión de los doctores fue larga, pero al fin decidieron dar 12 horas a la Doctora López para la observación del paciente.

A la mañana siguiente Don Crestino abrió los ojos, el color de su piel había empezado a mejorar, y para sorpresa de los médicos, los virus no había abandonado el cuerpo de Don Crestino, seguían ahí ¡Vivos!

FX.- Sonido de respiración profunda y suspiro de alivio. Inicia sonido de universo

NARRADOR.- A mi Papá le sucedió más o menos lo mismo con el tercer planeta del Sol. Comenzó a mejorarse de pronto. Le volvió el color azul a sus mejillas, y empezó a crecerle el pelo de árboles. Al principio pensaron que la medicina del Doctor de planetas había acabado con los virhumanos, pero más bien la medicina no funcionó como el Doctor de planetas esperaba. Yo me acerqué a jugar con el planeta azul un día…

FX.- Para sonido de universo, empieza sonido de ciudad Tierra

NARRADOR.- …y cuando me asomé, me di cuenta de que los virhumanos seguían vivos, aunque esforzándose por sembrar plantas en las montañas, en los camellones y en sus casas.

FX.- Sonido de pajaritos, arbolitos que crecen, aire y agua limpia

NARRADOR.- Los virhumanos dejaron de echar su basura al mar, al vecino… o a los lugares que llamaban Rellenos Sanitarios, que usaban para alejarla de su vista, (riéndose) como si dejándola de ver desapareciera… ¿qué tontos, no?. En vez de eso, fueron listos, usaron los frascos y botes una y otra vez, compraron todo en canastas y no en bolsas de plástico, enterraron los restos de plantas y comida para hacer más tierrita, lavaron los pañales de sus bebés en vez de tirarlos y no hicieron más basura.

Como ya no había qué lanzar al espacio, Don Crestino convenció a los constructores de las naves, que mejor fabricaran máquinas que no hicieran humo, aunque no llegaran a Marte, y así lo hicieron…

FX.- Inicia sonido de universo, rúbrica de salida que aumenta al final

NARRADOR.- Desde entonces, mi papá y yo pastoreamos por el Universo a los planetas, y el tercer planeta del Sol carga con sus virhumanos, pero ya no le molestan, al revés, se le ve contento.

 

 

 

 

 

Cuento para no tan niños

EL RETERTOR

Hoy el día viste de luto y cubre de gris las montañas. Llora el cielo desde la madrugada, pero la raza humana acostumbrada a los pronósticos, ha terminado por creer que al final, no pasa nada; aunque el murmullo lejano del Retertor se acerca

ya viene

se despereza.

Lo vi una vez en un sueño. Fue sueño, por eso es que no me morí y ahora lo cuento: Era la playa de un río rosado que empapaba sus linderos con el mismo tono rosa homogéneo. Rosadas las hojas de los arbustos, las espinas, la arena, el cielo. Rosas los gusanos y culebras, cubierto todo de fango … rosa. Quise juntar caracoles con Francisco, mientras terminábamos de estar en el sueño, pero no había. Tampoco conchitas.

Púas como erizos en los zarzales, desparramaban su filo yerto. Entre ellas enredadas, clavadas muertas, descubrimos miles de serpientes secas.

Un niño enlodado de rosa con pocos años encima se nos acerca – …es por el Retertor – dice viendo las culebras – nomás de oírlo se suicidan… vienen aquí y se clavan.

Levanto los ojos . En el espinal hay también conejos, gusanos y mariposas.

El oleaje del río aumenta y un murmullo ronco y sibilante nos rodea.

- Algo se ahoga – pienso. Nuestro amigo huye, pero avisa que no miremos.

El agua ya moja mis pies. Hay gritos por todas partes, la gente corre y se esconde. Jalo de la mano a Francisco, temerosa de que el Retertor lo muerda, pero él permanece firme, clavado al suelo de cara al río.

Un reptil descomunal asoma dos de sus garras negras. Su piel resquebrajada de tierra seca se desliza lento. Emerge parte de su cola y dorso, y sangra. - Es así como se tiñe de rosa el agua- pienso.

Su ahoguido aumenta. Asoma por fin la cara. De nuevo apuro a Francisco para que no lo vea, pero es tarde, y llora, aunque no de miedo sino de pena.

La bestia arrastra su miseria, jadeante nos mira con ojos profundos y negros, nos interpela.

Salimos del sueño.

Francisco ya no se acuerda, pero hoy que el cielo enloqueció de estaciones y la lluvia ácida nos gotea, hoy que juntos comimos sobre uniceles y tiramos y tomamos sin pedir, lo supe. Más temprano que tarde volveremos a escuchar, y ya no en sueños, al Estertor de la Tierra.

Entonces se decidirá y nos mostrará su lomo, y correremos al espinal para clavarnos en él de vergüenza.

Clara

Marzo 2 del 2001