La vida es una lucha contra el mal
P. Angel Peña O.A.R.
Indice:
Introducción
1.- Dios Creador. Un duro combate
2.- Los demonios. Influencia maléfica
3.- Búsqueda de poderes superiores (Nueva Era,
masonería)
4.- Adivinación. Espiritismo
5.- Supersticiones. Maleficios
6.- Casos extraordinarios. La música rock.
7.- La posesión diabólica
8.- Los santos y el demonio. El cielo y el infierno
9.- Vivir para la eternidad. La vida futura.
10.- Armas contra Satanás
11.- Devoción a María, humildad, obediencia, objetos benditos.
12.- Llamados a la santidad. Almas heróicas.
13.- Mensajes de Nuestra Madre
14.- Epílogo
Este Libro del R.P. Angel Peña, O.A.R, titulado “La vida es una lucha”
tiene, entre otros muchos aciertos, la virtud de ser de plena actualidad. Su
título, a mi entender, se podría completar diciendo que “ es una lucha
contra Satanás”. La idea es bíblica, ya que se halla en el Antiguo y Nuevo
Testamento. Recordemos el dicho de Job: “La vida del hombre sobre la tierra
es una milicia” (Job 7, l); y el de San Pedro: “Vuestro adversario el
diablo, como león rugiente, ronda buscando a quien devorar” (1 Pe 5,8).
Para algunos, quizás, pueda parecer que el tema del “diablo” es trasnochado:
nada más ajeno a la realidad. Los que tenemos que tratar en plan espiritual
con personas creyentes, nos damos cuenta que Satanás sigue actuando en medio
de nuestra sociedad, igual y aún más que en las épocas del oscurantismo
religioso. Y es que a medida que la sociedad se aleja de Dios se va quedando
a merced del “Maligno” y de sus ministros. Desde las tentaciones más
vulgares hasta los acontecimientos más espantosos, pueden estar provocados
por el influjo maléfico del demonio; y esto sin menoscabo de la Providencia
divina, que misteriosamente lo permite
El autor de este libro se remite con frecuencia al Catecismo de la Iglesia
Católica, cuando trata de explicar estos hechos que van contra la religión
verdadera, tales como “la adivinación”, “los horóscopos”, “la cartomancia”,
“el espiritismo”, “los maleficios” y otros. Esto confirma lo dicho de que el
Magisterio actual de la Iglesia considera que se pueden dar y efectivamente
se dan hoy día en nuestra sociedad.
De igual manera, cuando se trata de los remedios más recomendados para
vencer a nuestro enemigo del alma, como son: la oración, la ascesis, los
sacramentos y los sacramentales. Es un acierto el recurrir a los ejemplos de
las vidas de los santos, que son testigos fidedignos de la presencia del
demonio, que quiere a toda costa apartarnos del cumplimiento de la voluntad
de Dios.
En fin, la lectura del libro es siempre fácil y agradable, debido al estilo
propio del Padre Peña, que escribe con claridad, sencillez, viveza y
convencimiento. Como digo, confirma sus enseñanzas con buenos ejemplos. Por
citar uno, cuenta de santa Teresa de Jesús, quien en cierta ocasión se
sentía muy molestada del diablo, Y dijo a sus monjas: “Si no se riesen, les
pediría agua bendita. Me la trajeron -dice- y me la echaron a mí, y no me
aprovechaba; la eché hacia donde él (el diablo) estaba, y al punto se fue, y
se me quitó el mal”
Termino esta presentación haciendo votos para que este libro sea leído por
muchos, y a todos aproveche para superar y vencer las muchas dificultades y
tentaciones que, sin duda, van a encontrar a lo largo de su vida.
Introducción
Vivimos unos tiempos en que el materialismo y el racionalismo dominan por
doquier. Para muchos de nuestros contemporáneos sólo existe lo que se puede
ver, tocar o medir. Son materialistas a ultranza, no aceptan las realidades
espirituales. Quizás, como mucho, puedan aceptar la existencia de un Dios
Creador y poco más, pero un Dios lejano y distante de la vida de los
hombres. Para ellos, hablar de ángeles o demonios es algo irreal. Todo lo
que sucede se debe a causas meramente naturales y no debemos pensar en
causas sobrenaturales o influencias del “más allá”. Hay que ser “razonables”
y buscar la razón y el porqué de todas las cosas, buscando solamente en
médicos y científicos la solución a los problemas.
Para estos “inteligentes”, las imágenes religiosas, las bendiciones u
oraciones son inútiles y el diablo simplemente no existe. Sin embargo, todos
los santos, que han sido profundamente espirituales y han experimentado el
poder del maligno, nos hablan de él, de su influencia nefasta a todo nivel y
de cómo defendernos. Seamos cuerdos y no neguemos fácilmente algo que no
hemos podido constatar personalmente. La Biblia nos habla del maligno y lo
mismo la Iglesia con su autoridad y experiencia de siglos. Además, hay
muchos que lo siguen como a un dios y lo adoran, cayendo en la aberración
más grande de un ser humano, creado para amar, pero decidido a odiar por
propia voluntad hasta en el infierno por toda la eternidad.
Por eso, porque existe el diablo y quiere nuestra ruina temporal y eterna,
nuestra vida es una lucha constante contra él. Nadie está exento de esta
lucha difícil, pero la victoria está asegurada, si acudimos sin cesar a la
ayuda de Dios. “Si Dios está con nosotros, ¿quién contra nosotros?” (Rom
8,31).
Capítulo 1: Dios Creador. Un duro combate
DIOS CREADOR
En el silencio de la eternidad, antes que el mundo existiese, cuando no
existía el tiempo... Antes del primer día en los millones de años de edad
del Universo, el amor de Dios llenaba los "espacios infinitos"... Y decidió
compartir su amor y crear a los ángeles. Los creó espíritus puros, de una
naturaleza superior a la humana, con una inteligencia sublime, llenos de
amor... Y los hizo libres. Pero muchos de ellos se rebelaron contra el Dios
Amor y no quisieron obedecer sus designios. Algunos dicen que quisieron ser
como dioses, otros dicen que no quisieron aceptar el designio divino de que
una mujer, una simple criatura humana, fuera superior a ellos en amor y
santidad. No la aceptaron como su Reina... y ellos mismos se alejaron del
Amor y rechazaron a Dios. Y su "corazón", en vez de amor, quedó lleno de
rencor, de odio, de violencia y desesperación. Y así ellos mismos se
"fabricaron" su propio infierno y se convirtieron en demonios.
En el Apocalipsis se nos presenta el pecado de los ángeles como una derrota
entre los ángeles buenos, capitaneados por San Miguel, y los malos dirigidos
por Lucifer. "El dragón y sus ángeles no pudieron triunfar ni fue hallado
su lugar en el cielo. Fue arrojado el dragón grande, la serpiente antigua,
llamada Diablo y Satanás, que extravía a toda la redondez de la tierra"
(Ap. 12,8-9).
Después Dios creó a los hombres para ser sus hijos y llenarlos de felicidad
con dones maravillosos como la impasibilidad, inmortalidad, integridad,
ciencia infusa... y también los hizo libres. Pero nuestros primeros padres,
instigados por los ángeles caídos, también desobedecieron gravemente a Dios.
No importa saber ahora cuál fue en concreto aquel primer pecado por el cual
perdieron para ellos y sus descendientes los dones preternaturales, que Dios
les había concedido. Lo que sí debemos pensar es que, a pesar de todo, Dios
no nos abandonó a nuestra suerte, sino que nos dio una nueva oportunidad. El
Padre envió a su Hijo para que fuera nuestro Redentor y nos demostrara su
amor. Jesús aceptó sufrir como nosotros y vivir como nosotros, como un
amigo, como un amigo cercano, quedándose después para siempre con nosotros
en la Eucaristía.
Lo cierto es que, con ese primer pecado, comienza el drama del dolor y
sufrimientos de la humanidad. Un solo pecado fue el origen de todos los
sufrimientos de todos los hombres de todos los tiempos. Y la lucha contra el
mal continúa y continuará hasta el fin de los siglos.
¿Estás preparado para la lucha?
UN DURO COMBATE
A partir del pecado de nuestros primeros padres "el diablo adquirió un
cierto dominio sobre el hombre, aunque éste permanezca libre" (Cat 407). Por
eso, toda la vida humana es un combate contra el mal. "A través de toda la
historia humana se extiende una dura batalla contra los poderes de las
tinieblas que, iniciada ya desde el origen del mundo, durará hasta el último
día, según dice el Señor" (Cat 409). "El hombre, tentado por el diablo, dejó
morir en su corazón la confianza hacia su creador y, abusando de su
libertad, desobedeció al mandamiento de Dios" (Cat 397). De ahí que "el
hombre esté dividido en su interior y toda la vida humana, singular y
colectiva, aparece como una lucha, ciertamente dramática, entre el bien y el
mal, entre la luz y las tinieblas" (Cat 1707). Por eso, no es de extrañar
que el mismo San Pablo nos hable de que "no hago el bien que quiero, sino el
mal que no quiero" (Rom 7,19). Y "para que no me engría (de mis
revelaciones) me fue dado un aguijón en mi carne, un ángel de Satanás, que
me abofetea para que no me engría" (2 Co 12,7). "Nuestra lucha no es contra
la sangre y la carne, sino contra los principados, contra las potestades,
contra los dominadores de este mundo tenebroso, contra los malos espíritus"
(Ef 6,12). El mismo Jesús "permaneció en el desierto cuarenta días, siendo
tentado por el diablo", que es "mentiroso y padre de la mentira" (Jn 8,44).
Por eso, uno de sus mayores triunfos en la actualidad, es hacer creer que él
no existe y que todos los males que existen se deben simplemente a la
debilidad humana.
Como decía un escritor alemán: “Nada alegra tanto al diablo como leer el
anuncio de su muerte en los periódicos”. Es curioso que, mientras los
grandes de este mundo están ávidos de publicidad y de que todo el mundo
hable de ellos, Satanás, por el contrario, procura desaparecer y pasar
inadvertido para así poder trabajar mejor en la sombra sin atacantes
directos. Lamentablemente, no sólo los ateos sino también muchos católicos
niegan la existencia del diablo. En una parroquia, el sacerdote les dijo a
sus catequistas: “No hablen del diablo a los niños. Esto por dos motivos.
Primero, porque hay que evitar traumatizarlos, y segundo, porque no existe”.
Un catequista le respondió: “El diablo existe, porque el santo cura de Ars
lo veía y se enfrentaba con él”. Y el sacerdote le contestó: “Si el cura de
Ars hubiera comido menos patatas, no habría visto al diablo”.
En una conferencia sobre el diablo, el charlista, al ver que no todos
estaban de acuerdo sobre su existencia, les propuso una votación. Ganaron
por mayoría absoluta los que negaban su existencia y así el charlista pudo
decir, convencido: “El diablo no existe por decisión popular y así lo dicen
las encuestas a nivel nacional. El diablo es una fabricación de la mente
humana”. Y se quedó tan tranquilo, como si las grandes verdades pudieran
definirse por mayoría de votos. Sin embargo, el Papa Juan Pablo II el
31-3-85 en su mensaje a los jóvenes del mundo entero les decía: “No hay
que tener miedo de llamar por su nombre al primer artífice del mal: el
maligno”. Sin embargo, para algunos teólogos modernistas, el diablo es
la personificación del mal, algo abstracto y sin existencia personal. Por
eso, el Papa Pablo VI escribía: "El mal es un ser vivo, espiritual,
pervertido y pervertidor. Terrible realidad, misteriosa y temible. Por eso,
se aparta de la enseñanza bíblica y eclesiástica quien rehúsa reconocer su
existencia o quien hace de él un principio autónomo sin tener su origen en
Dios como toda criatura; o lo explica como una seudorealidad, una
personificación conceptual y fantástica de las causas desconocidas de
nuestros males... El capítulo sobre el demonio y sobre la influencia que él
puede ejercer sobre cada una de las personas como sobre las comunidades,
sobre toda la sociedad y sobre los acontecimientos, es un capítulo muy
importante de la doctrina católica, que debería estudiarse más, pero que hoy
poco se hace" (15-11-1972).
Juan Pablo II decía que "el diablo vive en una radical e irreversible
negación de Dios y trata de imponer a la creación y, sobre todo, a los
hombres, su trágica mentira sobre el bien, que es Dios... En esta condición
de mentira existencial, Satanás se convierte también en homicida, es decir,
destructor de la vida sobrenatural que Dios había colocado en él desde el
principio y en las criaturas hechas a imagen de Dios" (20-8-1986). "Él es el
insidiador del equilibrio moral del hombre" (8-3-1987).
Él, "como león rugiente, anda buscando a quien devorar" (1 Pe 5,8). Pero no
tengamos miedo. "El diablo puede ladrar, pero nunca morder, sino sólo al que
quiere dejarse morder" (San Agustín). La victoria está en nuestras manos.
Todo depende de nuestra decisión. De ahí que Dios mismo nos dice: "Mira, hoy
pongo ante ti la vida con el bien, la muerte con el mal... Os he propuesto
la vida y la muerte, la bendición y la maldición. Escoge la vida para que
vivas tú y tu descendencia" (Det 30,15-19).
¿Qué vas a escoger? ¿Cuál es tu decisión?
"Resistid al diablo y huirá de vosotros" (Sant 4,7).
"Resistidle firmes en la fe" (1 Pe 5,9)
Capítulo 2: Los demonios. Influencia
maléfica.
LOS DEMONIOS
"El diablo y los otros demonios fueron creados por Dios con una naturaleza
buena, pero ellos se hicieron a sí mismos malos" (Cat 391). Su pecado
consistió "en que rechazaron radical e irrevocablemente a Dios y su Reino" (Cat
392). Precisamente, "el carácter irrevocable de su elección y no un defecto
de la infinita misericordia divina es lo que hace que el pecado de los
ángeles no pueda ser perdonado" (Cat 393). Es decir, Dios no los puede
perdonar, porque ellos no quieren ser perdonados, prefieren vivir así con
odio a Dios y a los hombres eternamente. Satanás es el jefe o príncipe de
los demonios. Era la criatura más bella creada por Dios y quedó transformado
en el monstruo más horrible.
Satanás es el mal en continuo movimiento, es la mentira y la oscuridad
personificadas, es lo opuesto al amor de Dios, es el odio y la violencia en
persona... y quiere dominar sobre toda la humanidad y construirse su propio
reino de tinieblas y oscuridad, imitando en todo lo que puede a Dios. Por
eso, se le llama con frecuencia "el mono de Dios".
"Es el príncipe de este mundo" (Jn 12,31). San Pablo dirá que es "el dios de
este mundo" (2 Co 4,4) y San Juan que "peca desde el principio" (1 Jn 3,8).
Él es la serpiente antigua, que tentó a nuestros primeros padres, y Dios la
maldijo: "Maldita serás... pongo enemistad entre ti y la mujer, entre tu
linaje y el suyo. Ella te aplastará la cabeza" (Gén 3,14-15).
Satanás tiene mucho poder debido a su naturaleza angélica. Él es el jefe de
millones y millones de demonios entre los que hay una jerarquía o sumisión
de esclavitud y no de amor. Ellos están llenos de odio contra Dios y los
hombres.
Pueden manifestarse de diferentes formas a los ojos humanos, pues son
espíritus y, por tanto, sus apariencias visibles dependerán de lo que
quieren causarnos. Si quieren causarnos agrado y atractivo, pueden
presentarse como ángeles de luz, "galanes", incluso pueden tomar la
apariencia de Jesús o de caballeros o damas bellas y simpáticas... o de
niños inocentes, que nos invitan a desobedecer. También pueden presentarse
bajo las formas más horripilantes que podamos imaginar, cuando quieren
inculcarnos miedo y temor. A veces, a los santos se les presentan como
gigantes con cuernos o sin cuernos, con alas negras o sin ellas, con olores
agradables o desagradables.
La imaginación se queda corta ante la gran variedad de figuras bajo las
cuales se pueden presentar, generalmente, para asustar. Y esto, no solamente
en apariencias visibles, también lo hacen a través de pensamientos,
fantasías e imaginaciones de las más variadas e inculcando sentimientos de
suicidio, tristeza, temor a condenarse, miedo, desesperación, etc. Su
presencia, aunque invisible, siempre causa inquietud y desasosiego; mientras
que Dios y sus ángeles siempre nos dejan alegría y paz. Algunos santos,
sabiendo que pueden presentarse bajo la apariencia de Jesús, de María o de
santos y ángeles, para no engañarse, les echaban agua bendita o les hacían
repetir: ¡Viva Jesús! ¡Viva María!
De todos modos, el poder de Satán no es infinito. No es más que una
criatura, poderosa por ser espíritu puro, pero siempre criatura. Es un gran
misterio el que Dios permita la actividad diabólica, pero nosotros sabemos
que en todas las cosas interviene Dios para el bien de los que le aman (Rom
8,28).
¿Has pensado que el demonio quiere destruirte?
¿Qué haces para defenderte de él y alejarte del mal?
INFLUENCIA MALÉFICA
La influencia del maligno sobre las almas puede ser a través de tentaciones,
con las cuales las induce al pecado. También puede ser con obsesiones, que
son impulsos casi irresistibles o inclinaciones impulsivas, por ejemplo al
suicidio, al sexo, a blasfemar, a la ira, a la desesperación... La obsesión
es como una tentación muy fuerte, pero no pasajera, sino permanente. En
cambio, la opresión diabólica es la acción de Satanás sobre los cuerpos o
las cosas. Por ejemplo, en el caso de ciertas enfermedades raras que no
tienen ninguna explicación médica o ciertas cosas producidas por los malos
espíritus como voces, luces que se apagan, ruidos extraños, etc. También en
algunos casos, poco frecuentes, se puede dar la posesión diabólica.
Muchas veces, el diablo ejerce su influencia a través de aquellos que lo
siguen de cerca, especialmente de quienes lo adoran como a un dios. Su poder
se manifiesta, a veces, por medio de brujos o hechiceros, que se han
entregado a él en cuerpo y alma, e incluso han hecho un pacto diabólico con
él firmado con su propia sangre.
Recuerdo lo que nos contaba el Padre Carlos Alonso. Un día, en sus correrías
misionales, llegó a unas cuevas de la Provincia de Chota (Perú) y encontró
en el suelo un papel escrito con sangre, que era precisamente un pacto con
el demonio. ¿Quién lo había escrito? ¿Qué pediría a cambio? Estos pobres
hombres le entregan su alma para siempre a cambio de algunos favores durante
los años de su vida. ¿Valdrá la pena?
Los consagrados al diablo son como sus soldados, así como los confirmados
son soldados de Cristo. Muchos trabajan en grupos organizados, en sectas
satánicas, que se reúnen los fines de semana para adorar a Satanás. Con
frecuencia, le piden al diablo que haga daño a tales o cuales personas o
hacen maleficios con el poder demoníaco. Algunos de estos seguidores del
maligno le ofrecen sus propios hijos, que desde su más tierna infancia,
quedan bajo su influencia maléfica. Sin embargo, no hay que olvidar que
Satán es una criatura de Dios y que su poder es limitado, solamente obra
hasta donde Dios se lo permite; de otro modo, mataría a todos los buenos del
mundo. Nosotros tenemos medios suficientes para defendernos de Él y vivir
tranquilos y en paz. Sin embargo, debemos reconocer que todos los males y
sufrimientos de la humanidad tienen, de alguna manera, su origen en el poder
del maligno, desde nuestros primeros padres hasta las guerras y conflictos
familiares o personales.
Hace pocos años, 7 delincuentes bien armados, asaltaron nuestra Casa
Noviciado de Pachacámac y ataron a los siete novicios, a los dos sacerdotes
y al cocinero durante varias horas. El jefe de ellos, cuando entró en la
capilla y vio el gran crucifijo que la preside, le dijo en alta voz: "Tú
eres bueno, pero yo soy malo". Podemos preguntarnos: ¿Por qué no quería ser
bueno? ¿Por qué continuaba en su mal camino? ¿Por qué seguía las
instigaciones del maligno? ¡Misterio de la libertad humana!
De hecho, la influencia real y oculta se da a todo nivel: en las naciones,
instituciones, familias... a nivel nacional e internacional. En política
vemos cuánta mentira y sed de poder, que no son precisamente de Dios. En el
arte, vemos también su influencia en los desnudos frecuentes,
manifestaciones inmorales y pornográficas en revistas, videos, televisión,
cine... y no hablemos de ciertas músicas rock o bailes indecentes, lo mismo
que en las modas. ¡Cuánta indecencia en el vestir! ¡Cuánta mentira y
violencia e inmoralidad en la sociedad! Los medios de comunicación, muchas
veces, fomentan actitudes anticristianas como la homosexualidad, el
adulterio o las relaciones prematrimoniales como si fueran aceptables y
normales, etc.
Por otra parte, estamos rodeados de infinidad de sectas que, por doquier,
van confundiendo el bien con el mal, la verdad con el error. Y muchos
incautos caen fácilmente en sus redes. Y no digamos con qué facilidad se
cree en los horóscopos, en la adivinación, en el espiritismo o en las
famosas profecías de Nostradamus o de San Malaquías, como si fueran Palabra
de Dios. De hecho, todos los pecados personales son, de algún modo, una
puerta de entrada al poder del diablo en nuestra vida. Pero hay algunos
pecados como el odio, la soberbia, la desesperación... que nos lanzan a los
brazos de Satanás.
Ha habido hombres que han sido especialmente influenciados por él. Por
ejemplo, Stalin, del que decía su hija Svetlana: "Mi padre estaba poseído
por un terrible demonio. Él consideraba la bondad y la misericordia peores
que un gran delito". Hitler, decía el general Jodl en el proceso de
Nuremberg: "Era un gran hombre, pero un gran hombre infernal".
Las purgas de Stalin, el holocausto de seis millones de judíos organizado
por Hitler y sus seguidores, el holocausto de 60 millones de abortos
anuales, los asesinatos de Polpot, Mao Tse Tung o Lenin... las limpiezas
étnicas, los narcotraficantes o los terroristas que matan sin piedad... son
claros ejemplos de la influencia del maligno en el mundo.
¿Luchas tú contra el poder del mal en el mundo?
¿Trabajas por un mundo mejor?
Capítulo 3: Búsqueda de poderes superiores
(Nueva Era, masonería)
BÚSQUEDA DE PODERES SUPERIORES
El poder y la influencia del maligno se manifiesta, de modo especial, en los
grupos ocultistas, que buscan poderes superiores por medio de seres
superiores. Y caen muy fácilmente en la magia, hechicería, espiritismo,
adivinación, etc. Son grupos que tratan de llenar el vacío de Dios en tantos
contemporáneos nuestros, que ya no quieren creer en la religión tradicional
y buscan nuevas experiencias o revelaciones. Buscan gurús extraños y
profetas en cualquier sitio y van de secta en secta, buscando la verdad y la
felicidad. Muchos son sinceros, pero caen en las redes del error sin
discernir la verdad de la mentira. Cuando se dan cuenta, quizás sea ya
demasiado tarde y habrán podido caer en graves problemas de salud, sobre
todo, mental.
Muchas de estas sectas tienen una influencia nefasta sobre el adepto: lo
separan de la familia, le exigen dinero, y viven en comunidades, donde el
jefe tiene control absoluto de sus personas y de sus actos, pues deben
obedecer sin condiciones.
Ahora bien, no todos los grupos, que buscan la superación personal, son
igualmente nefastos. Esto no se puede decir, en principio, del yoga o del
zen ni de la radiestesia ni del magnetismo que pueden tener ciertas personas
para transmitir energía y curar; o la capacidad natural de telepatía o de
otros dones extraordinarios, que poseen ciertas personas o los curanderos
estrictamente naturistas, que curan por medio de la medicina natural. Sin
embargo, el yoga, el zen y otras meditaciones orientales nos pueden llevar a
creer en la reencarnación y otras ideas anticristianas. Nos pueden encerrar
en nosotros mismos, buscando a Dios y la paz interior por nosotros mismos,
cuando sabemos que la verdadera paz es un don de Dios y nos abre a los
demás.
Pero hay sectas que, de entrada, prometen a los alumnos estados superiores
de conciencia y poderes excepcionales de visión a distancia, viajes
astrales, etc. Es preocupante a este respecto la Meditación transcendental,
que parece en principio una técnica de relajación, pero que propone, como
reclamo, la adquisición de poderes de invisibilidad y levitación entre
otros. También se prometen poderes en los cursos de los rosacruces AMORC y
en otros grupos de desarrollo potencial humano. Muchos de estos grupos, por
supuesto, creen también en la reencarnación.
Nombraremos algunos grupos anticristianos que nos alejan de Dios:
Cienciología, Sofrología, Escuela Arica, Bioenergía, grupo del Biofeedback,
de Dinámica mental, de Actualismo, Instituto de expansión psicofísica de
Janov, Meditación transcendental, Rosacruces, Nueva Acrópolis, Ananda Marga,
Teosofía, Nueva Era...
a) Nueva Era
Un grupo especialmente malo es el grupo de la Nueva Era (New Age). Es una
corriente cultural de corte esotérico, ocultista y satánico. No es
propiamente una religión. No tiene fundador reconocido ni libro sagrado ni
estructura jerárquica ni dogmas. Hablan de los ángeles caídos, demonios,
como si fueran buenos. Quieren llegar a la plenitud y ser superhombres sin
Dios. Para ellos, Dios no es una persona, sino una energía cósmica. Quieren
desarrollar todas las potencialidades del ser humano, pero para ello se
sirven de cosas como la reencarnación, viajes astrales, alquimia,
chamanismo, hipnosis, ovnis, astrología, numerología, cartomancia, uso de
cristales y pirámides, etc. Según ellos, Jesucristo es simplemente un
maestro, al igual que Buda o Mahoma, que tuvo su influencia en la Era de
Piscis, pero que no la tendrá en la NUEVA ERA, la Era de Acuario.
Muchos católicos se han alejado de Dios y de su fe por haber aceptado esta
filosofía anticristiana. Según Kathleen Howley en su libro “The long
journey out of Witchcraft”, en los últimos años los magos de Nueva York
han subido de 2,500 a 10,000, la mayor parte por haberse iniciado en la
Nueva Era (New Age).
Buscan alcanzar estados de conciencia superiores, que consideran como
estados de unión con Dios, pero son inducidos por autogestión e, incluso, a
veces, con el uso de drogas. Quieren una “espiritualidad” sin normas morales
ni verdades definidas. Para ellos, la Moral es relativa. Es bueno lo que nos
hace sentir bien. Si uno escoge ser homosexual o la promiscuidad sexual o el
uso de drogas... será bueno para él, si lo hace por amor y sin hacer daño a
nadie. También hablan de extraterrestres, que vendrán a salvar a los
elegidos de la tierra.
Como vemos, es un grupo totalmente anticristiano, que hay que rechazar sin
paliativos ni concesiones. También tiene mucho en común con la masonería y
buscan, como ella, tener una creencia mundial y un gobierno mundial en la
Nueva Era de Acuario, sin aceptar ninguna Revelación o ayuda divina, sino
con las solas fuerzas humanas.
b) La Masonería
La masonería es una sociedad secreta que parte del principio de la soberanía
absoluta de la razón, de modo que sólo podemos creer lo que conocemos por la
razón. Se niegan, por tanto, las verdades reveladas y se fomenta así el
indiferentismo religioso; pues, para ellos, todas las religiones son iguales
y debería suprimirse toda religión organizada, bastando solamente la
creencia en un Dios, gran arquitecto del Universo, abstracto y poco
personal.
Ellos hablan mucho del naturalismo, vivir conforme a la naturaleza, esto
significa seguir los instintos naturales. Se debe suprimir toda enseñanza
religiosa y los colegios particulares... El matrimonio, según ellos, es solo
un contrato jurídico y no un sacramento... La moral no está relacionada con
ninguna religión, sino en el seguimiento de las leyes naturales. Fomentan el
divorcio, el aborto, la libertad total de conciencia para obrar. Y, por otra
parte, buscan el conocimiento de la verdad para ser superiores; sin embargo,
a los cojos o minusválidos no los aceptan ni tampoco a las mujeres, como si
no tuvieran derecho a realizarse como seres superiores.
Algunos católicos no ven contradicción entre su fe y su pertenencia a la
masonería. Esto se debe, en parte, a que no conocen todo lo que esta
organización va descubriendo a sus adeptos sólo poco a poco y también a que
no están adecuadamente formados en la doctrina cristiana. Apoyar consignas,
que emanan de centros escondidos y anónimos y cuyos alcances y propósitos
últimos no pueden calibrar, los expone a encontrarse, sin saberlo,
combatiendo y obstaculizando la tarea salvadora de la Iglesia. Para llegar a
la plenitud personal, no sólo basta la buena voluntad ni las verdades
conocidas por la sola razón, Dios nos ha hablado y debemos aceptar las
verdades que nos ha enseñado y que nos transmite la Iglesia.
Por eso, desde el siglo pasado, en que tanto atacaron a la Iglesia, los
Papas levantaron la voz de alerta contra esta sociedad secreta, donde el
secreto masónico es uno de sus principios fundamentales. Ha sido condenada
en las encíclicas de León XIII "Humanum genus" y "Praeclara gratulationis".
Y los últimos Papas han recordado a los católicos que ser católico y masón
es irreconciliable. Por eso, "los fieles que pertenezcan a asociaciones
masónicas se hallan en estado de pecado grave y no pueden acercarse a la
santa comunión" (Congregación para la Doctrina de la fe, 4-12-1983).
¿Conoces algún masón entre tus amigos y
familiares?
¿Por qué no les avisas de que no pueden comulgar y que están en pecado
grave?
Capítulo 4: Adivinación. Espiritismo
LA ADIVINACIÓN
Es otro de los medios a través de los cuales el diablo puede entrar en
nuestra vida, mediante el deseo de conocer el futuro y llevarnos así a
consultar a tantos "profetas" y "visionarios", que existen en todos los
países, incluso los llamados "civilizados". Las técnicas adivinatorias son
muchas. La cartomancia, por medio de cartas; la oniromancia, a través de los
sueños; la quiromancia, por las líneas de la mano; a través de los posos del
café, de manchas de tinta, del fuego, de las brasas, de la bola de cristal
y, por supuesto, la astrología, la numerología, la grafología, etc.
La astrología trata de interpretar las influencias astrales sobre las
personas y cosas, como si el futuro estuviera escrito de antemano en la
mecánica astral. Muchos ignorantes actuales creen en los horóscopos como si
fueran Palabra de Dios. No se dan cuenta de que los que escriben los
horóscopos lo hacen para todos y no sólo para él y que, por el hecho de que
dos personas sean del mismo signo, no necesariamente deben tener los mismos
problemas y las mismas soluciones. Con frecuencia, hay quienes escriben a
los redactores de los horóscopos para pedirles consejo sobre su futuro:
elección de pareja, negocios, hijos, etc., olvidándose de confiar en Dios y
en su Providencia. Al hacer caso a lo que ese redactor les diga, pueden
estar condicionando su futuro negativamente, porque si les dice que se van a
casar con un millonario, despreciarán a quienes con buenas intenciones se
acerquen a ellos, porque no son los que el "destino" les depara, rechazando
el plan de Dios y quizás esperando indefinidamente al ideal de sus sueños,
en el que un adivino les hizo soñar.
Hay quienes planifican la concepción de sus hijos para hacerlos nacer bajo
el signo de Piscis o Acuario, para que tenga tales o cuales cualidades y un
destino mejor, como si nuestro destino estuviera escrito en las estrellas.
En este caso, cuando uno llega a creer que su destino está escrito en alguna
parte, parece que se siente dispensado de preocuparse de su existencia y de
buscar, muchas veces, con trabajo, su camino, porque ya todo está hecho y
predestinado. Lo cual va en contra de la fe en Dios y en la responsabilidad
y libertad personal que Dios nos da para forjar nuestro destino.
Otros buscan ovnis y extraterrestres para que vengan a salvarlos de los
problemas de la tierra y convertirse en seres superiores. De esta manera, su
deseo de Dios y su anhelo de seguridad lo proyectan en otros que,
precisamente, los alejan de Él. Pero ¿qué dice Dios sobre todo esto?
"Que se presenten y te salven los que describen los cielos, los que observan
las estrellas y hacen saber en cada mes lo que te sucederá" (Is 47,13). "No
ha de haber en ti nadie que practique la adivinación, hechicerías o magia;
ningún encantador ni consultor de espectros ni adivino ni evocador de
muertos. Es abominación para Dios todo esto" (Dt 18,10-11). El nuevo
Catecismo de la Iglesia dice: "Todas las formas de adivinación deben
rechazarse: el recurso a Satán o a los demonios, la evocación de los muertos
y otras prácticas que, equivocadamente, se supone "desvelan" el porvenir. La
consulta de horóscopos, la astrología, la quiromancia, la interpretación de
presagios y de suertes, los fenómenos de visión, el recurso a "mediums"...
están en contradicción con el honor y respeto mezclados de temor amoroso,
que debemos solamente a Dios" (Cat 2116). Además, con relación a la
astrología, debemos anotar que se basa en la creencia errónea de que la
Tierra es el centro del Universo y está rodeada de 12 constelaciones, que
dan origen a los signos del Zodiaco. Pero la ciencia de la astronomía
moderna ha descubierto que no son doce las constelaciones, sino catorce, lo
que hace que todos los cálculos de los signos zodiacales estén equivocados.
¿Alguna vez has acudido a los que leen las
cartas?
¿Has creído en los horóscopos? ¿Por qué no confías un poco más en Dios, que
es tu Padre del cielo?
EL ESPIRITISMO
Es otra forma de adivinación. Es la comunicación con los espíritus de los
difuntos para conocer cosas secretas. Es el deseo de saber cosas del más
allá o de acontecimientos futuros a través de los difuntos, que pueden ser
familiares fallecidos hace poco. Se llama también evocación de muertos o
nigromancia (conocimiento por medio de los muertos) y es tan antigua como el
mundo. Algunos se comunican por medio de la "copa" o del "vaso parlante" (ouija)
o a través de mediums o por mesas giratorias o de la escritura automática.
El espiritismo es anticristiano, porque trata de conocer secretos o el
futuro por medio de los difuntos, al margen de Dios. Otra cosa muy distinta
es pedir por los difuntos para que sean purificados. "Ya que es cosa santa y
piadosa orar por los difuntos para que sean liberados del pecado" (2 Mac
12,46).
Algo especialmente grave es el espiritismo a través de mediums. El diablo
puede manifestarse a través del medium y engañar, porque es el "padre de la
mentira". Además, los médicos hace mucho tiempo que han dado la voz de
alarma sobre los problemas de salud mental ocasionados a todos los que lo
practican. Los mediums, al echarse pasivamente a un lado ante la
personalidad del hipnotizador, debilitan sus defensas y su voluntad.
A este respecto, la experiencia es madre de la ciencia. En tiempos del
fervor espiritista, en 1855, la cuarta parte de los cientos de dementes del
hospital de Zurich (Suiza) eran espiritistas y las dos quintas partes del
asilo de Gand. Incluso, los espectadores no están protegidos contra el
contagio, sobre todo, cuando tienen problemas personales. Especialmente
grave es el vudú, de origen africano, más común en Brasil, conocido como
Umbanda o Macumba, que se hace por medio de danzas hasta llegar al trance.
Allan Kardec, fundador del moderno espiritismo, en su escrito "Libro de los
espíritus", lo presenta como si fuera una especie de revelación, que le dan
los espíritus, y en sus 1,019 preguntas y respuestas, desarrolla una especie
de religión. Para él la reencarnación es un elemento esencial, niega la
divinidad de Jesucristo y puntos esenciales de nuestra fe católica.
Por esto, la Iglesia lo ha prohibido. La Congregación para la doctrina de la
fe determinó claramente que "no está permitido participar con medium o sin
él, empleando hipnotismo o no, en reuniones o manifestaciones espiritistas,
aun cuando presenten una apariencia honesta y piadosa, lo mismo si se
interroga a las almas o espíritus que si se escuchan las respuestas dadas,
lo mismo que se conforme con observar como que se proteste tácita o
expresamente que no se quiere tener relación alguna con los espíritus"
(1-6-1917). "El espiritismo implica con frecuencia prácticas adivinatorias o
mágicas. Por eso, la Iglesia advierte a los fieles que se guarden de él" (Cat
2117).
Además, el espiritismo está fuertemente reprobado en la Biblia: "No acudáis
a los que evocan a los muertos ni a los adivinos ni los consultéis para no
mancharos con su trato... ni practicaréis la adivinación ni la magia" (Lev
19,26.31). "Si alguno acude a los que evocan a los muertos y a los que
adivinan, yo me volveré contra ellos y los exterminaré de en medio del
pueblo" (Lev 20,6). "Todo hombre o mujer, que evoque a los muertos y se dé a
la adivinación, será muerto, lapidado" (Lev 20,26).
Con relación a la ouija, que muchos jovencitos practican como un pasatiempo
o un juego inocente, diremos que la ouija no es juego inocente, sino muy
peligroso y no se puede jugar con el diablo, aunque uno crea que lo hace con
espíritus buenos de familiares difuntos. Dice Christopher Neil en su libro
"Los exorcistas": "Conozco el caso de un joven cuya vida quedó destrozada
después de haber jugado a la ouija... Conozco el caso de una colegiala que
jugaba con sus compañeras de colegio. El espíritu de un profesor, fallecido
recientemente, le habló y le dijo que moriría en un accidente de aviación.
Lo trágico fue que tenía que tomar un avión para ir a visitar a sus padres.
Como es natural, estaba aterrorizada, pero después de haber orado por ella,
perdió el miedo y tomó el avión sin que ocurriese percance alguno. Otro caso
es el de una chica, de origen judío, que había participado en una sesión a
la edad de doce años. Ello le afectó profundamente a través de pesadillas
sobre espíritus de difuntos durante más de dos años hasta que la oración la
curó".
¿Has practicado tú alguna vez la ouija? ¿Has acudido a espíritus o espiritistas para pedir curación o información? ¿Por qué no acudes a Dios y haces más oración?
Capítulo 5: Supersticiones. Maleficios
SUPERSTICIONES
"La superstición es la desviación del sentimiento religioso y de las
prácticas que impone. Puede afectar también al culto que damos al verdadero
Dios, por ejemplo, cuando se atribuye una importancia, de algún modo mágica,
a ciertas prácticas por otra parte legítimas o necesarias. Atribuir su
eficacia a la sola materialidad de las oraciones o de los signos
sacramentales, prescindiendo de las disposiciones interiores que exigen, es
caer en la superstición"(Cat 2111).
Por ejemplo, las llamadas cadenas de oración a San Judas Tadeo o a otros
santos. Se deben escribir 81 copias y dejar nueve copias en nueve iglesias.
Se pide una gracia y a los nueve días, dicen, será concedida. Como si Dios
actuara como un robot automático, sólo por haber escrito 81 cartas de
oración. Dice más o menos así: "El Sr. X hizo las copias y las envió. A los
nueve días ganaba la lotería. La Sra. H la rompió y murió al mes siguiente.
La Srta. Z la dejó de lado y perdió su empleo. Pero después la envió y fue
nombrada jefa de sección. No detenga la cadena, pues le acarraría algún mal.
Ruegue a San Judas Tadeo o a San Antonio... Rece diez Avemarías y recibirá
la gracia a los nueve días". Esto es terrorismo espiritual.
No hay que actuar por miedo, sino por amor. Otras supersticiones se refieren
a buscar la buena suerte y obtener beneficios o evitar problemas,
prescindiendo de Dios. Hay quienes colocan un zapato en sus coches o llevan
una uña de león, un diente de zorra, una moneda, un colmillo de elefante en
miniatura... Hay cantantes que para salir a cantar deben ir con calcetines
de distinto color. Hay quienes tienen miedo al número 13, al domingo siete,
al martes 13, a pasar debajo de una escalera o a romper un espejo, porque
les traerá mala suerte. En cambio, si el día de Año Nuevo salen a dar una
vuelta con una maleta, van a poder viajar ese año; si llevan prendas
interiores amarillas ese día o colocan una herradura en sus casas, van a
tener suerte y van a estar protegidos. Y Dios, nuestro Padre ¿dónde queda?
¿Acaso no creemos en Él o nos olvidamos de que todo está en sus manos
divinas y amorosas?
La superstición se basa en el miedo. Algunos se creen rodeados de fuerzas
enemigas y quieren controlarlas, amansarlas o, al menos, no irritarlas. Por
eso, procuran evitar sentarse trece a la mesa o "tocan madera" para que no
les suceda algo malo. Pero no somos juguetes de un destino anónimo, ciego o
caprichoso, Dios nos ama y como dice Jesús: "No tengas miedo, solamente
confía en Mí" (Mc 5,36). "Buscad primero el reino de Dios y su justicia y
todo lo demás se os dará por añadidura" (Lc 12,29-31). "Hasta los pelos de
la cabeza los tiene contados. No tengáis miedo" (Lc 12,7).
¿Tienes miedo a las fuerzas desconocidas del
Cosmos?
¿No sabes que Dios es el Creador de todo el Universo y todo está bajo su
control?
MALEFICIOS
Los maleficios son daños provocados con la intervención del demonio. Hay
quienes pueden hacer daño a otros con su poder mental o hipnotizándolos;
pero, si no lo hacen por medio de Satanás, no es maleficio, aunque puedan
influenciar negativamente en los otros. Para hacer maleficios, los brujos
suelen valerse de objetos con los cuales expresan su voluntad de hacer daño,
invocando a Satanás, para que les imprima su fuerza diabólica. Es lo
contrario de una bendición, a través de la cual imprime Dios en las cosas
benditas una virtud de bien, que ayuda a ser buenos y a protegernos del mal
y del maligno, pues irradian luz, amor, bondad...
Muchas veces, los maleficios no consiguen su efecto, porque Dios no lo
permite o porque la persona afectada está bien protegida con una vida de
unión con Dios. Pero, ciertamente, en ocasiones producen su efecto negativo
y alteran la paz de las personas, de las familias y de comunidades enteras.
Por otra parte, hay personas que dicen que les han hecho "daño" o maleficio,
porque simplemente no se explican el porqué les suceden ciertas cosas
desagradables, que pueden deberse a su propia irresponsabilidad para asumir
sus obligaciones o por simples causas naturales. Otras veces, son personas
sicológicamente enfermas y creen que los han embrujado, pero la raíz de todo
está en su propia sicología débil y enferma y necesitan tratamiento
sicológico y psiquiátrico.
Hay gente que habla de "mal de ojo" y sólo quieren decir que su hijo está
mal y no saben cómo curarlo y creen que lo han "ojeado", es decir, que una
persona les ha hecho daño al mirarlos con mala voluntad; pero, aun cuando
esto fuera posible, lo que no es seguro, no es maleficio, si no se ha hecho
invocación de Satanás para hacer daño con la mirada. Conocí en mi parroquia
a un anciano sacristán a quienes todas las mujeres del pueblo le llevaban
sus hijos, cuando estaban enfermos por causas desconocidas y ellas decían
que estaban "ojeados". Él solamente rezaba un Credo y un Padrenuestro y
decían que se curaban casi todos. Evidentemente, no eran verdaderos
maleficios, eran, más bien, problemas simples de salud o sencillamente el
nerviosismo de la madre y, al tranquilizarse ella con la oración del
"especialista", se curaba el niño del contagio nervioso transmitido por la
mamá, que le quitaba el apetito y le hacía llorar inconsolablemente.
Con relación a las maldiciones, si se hacen con verdadera perfidia y se
invoca el poder diabólico (no basta con decir palabras de maldición, que se
las lleva el viento), sobre todo, cuando hay vínculos estrechos de sangre
entre el que la dice y el afectado, puede tener efectos negativos. Se han
dado casos de padres o abuelos, que maldijeron a sus hijos o nietos, y éstos
se vieron realmente afectados, especialmente, cuando su unión con Dios es
muy débil, ya que están desprotegidos contra el poder del maligno. En estos
casos, es buena la oración de liberación para que Dios desate cualquier
vinculación maléfica o diabólica que exista con los antepasados, que hayan
estado metidos en brujerías o hechicerías.
Lo que nunca hay que hacer es acudir a brujos o curanderos para liberarse de
cualquier influencia maléfica, pues sería como aumentar más el problema. Hoy
día abundan los curanderos, que solucionan cualquier clase de problemas.
Pero, aunque tengan la habitación llena de santos e imágenes religiosas y
aun en el caso de que no trabajen con el diablo, son personas negativas que
buscan ganar dinero, engañando a los incautos, a quienes procurarán hacerlos
clientes fijos para los diferentes problemas que les harán creer que tienen
y que ellos solos pueden curar. En el mejor de los casos, les harán ciertos
ritos o llevar ciertos talismanes o "portafortunas" u otros objetos
supersticiosos, como "pelos de tejón" o "dientes de lobo" o pequeños cuernos
al lado de un crucifijo, ligándolos así al pecado de la superstición.
El Padre Gabriel Amorth, en su libro "Narraciones de un exorcista", dice:
"Han venido a verme madres que habían llevado a sus hijos a curanderos y les
habían hecho llevar al cuello cosas, que para los inexpertos pueden parecer
fruslerías (cosas sin importancia); pero que, por sus consecuencias
negativas, habían resultado ser verdaderos maleficios... Nunca se sabe. Más
vale prevenir que curar".
Sigamos en todo las normas de la Iglesia que, con su experiencia de dos mil
años, nos enseña cómo hacer el bien y evitar el mal. Dice el Catecismo:
"Todas las prácticas de magia o hechicería mediante las que se pretende
domesticar potencias ocultas para ponerlas a su servicio y obtener un poder
sobrenatural sobre el prójimo, aunque sea para procurar la salud, son
gravemente contrarias a la virtud de la religión. Estas prácticas son más
condenables aún, cuando van acompañadas de una intención de dañar a otro,
recurran o no a la intervención de los demonios. Llevar amuletos es también
reprensible" (Cat 2117).
a) Maleficio directo
El maleficio directo se da, cuando se hace comer o beber cosas a las cuales
se ha mezclado aquello con lo cual se intenta hacer el maleficio. Los
ingredientes suelen ser: polvo de huesos de muertos, sangre, porquerías,
partes de algún animal, etc. Pero la eficacia no depende tanto del material
usado, sino de la voluntad de hacer daño con el poder demoníaco, que se
imprime en ellos y que se manifiesta en los ritos y fórmulas usadas. Con
frecuencia, en el momento de la liberación, la persona arroja cosas que ha
comido o arroja hilos de algodón, cintas, clavos, etc., de una manera
incomprensible. El Padre Gabriel dice en su libro: "A veces, se expulsa una
saliva densa y espumosa o una especie de papilla blanca y granulosa. Otras
veces, se trata de objetos más variados: clavos, pedazos de vidrio, pequeñas
muñecas de madera, hilos de cuerda anudados, grumos de sangre... A veces,
estas cosas son expulsadas por las vías naturales o vomitando. Nótese que
nunca el organismo sufre daño al expulsarlos (en cambio, obtiene alivio),
aunque se trate de vidrios cortantes. Otras veces, la persona siente un
dolor en el estómago como si tuviera un clavo y después encuentra un clavo
en tierra junto a sí y desaparece el dolor".
Hay casos en que se encuentran estos extraños objetos, enterrados cerca de
la casa. En todos estos casos, hay que quemar estos objetos y echar las
cenizas en agua que corre, al río o al mar, pero hay que rezar mientras se
sacan y se queman y después lavarse las manos que los han tocado con agua
bendita. Es bueno que las personas, que han tomado algo maleficiado, beban
agua bendita.
En algunos casos, los brujos preparan filtros o mixturas que provocan
sugestión y vejación diabólica en aquellos que beben estos brebajes. Son
conocidos los llamados "filtros del amor", que pueden imponer un horrible
vínculo (llamado ligadura) en virtud de poderes satánicos, para atar a una
persona al amor de otra. Cuánta gente incauta, quizás buscando la salud, se
pone en las manos de brujos y curanderos que los "ligan" al diablo y, aunque
los curen de su problema, les producen otros que no les dejarán tranquilos,
porque el diablo siempre se toma su comisión. En el Perú, en algunos
lugares, van a las "huaringas", lagunas de las alturas de los cerros, para
meterse en el agua helada a las doce de la noche, mientras el brujo invoca
al diablo. Otras veces, los brujos dan brebajes a base de licor para que se
duerman y no se acuerden lo que han hecho con ellos, con fórmulas mágicas,
que en el mejor de los casos serían supersticiosas; pero que, en muchos
casos, son verdaderas fórmulas mágicas de invocación del poder del espíritu
del mal. Por eso, un católico no puede ir a esos lugares ni a esos brujos o
hechiceros que trabajan con fuerzas negativas y que alejan el espíritu de
Dios. Dice Dios: "Maldito el hombre que pone en el hombre su confianza y
aleja su corazón de Dios" (Jer 17,5).
¿Has ido tú alguna vez a curarte a esos brujos o curanderos? Renueva tus promesas bautismales.
b) Maleficio indirecto
El maleficio indirecto se da, cuando se hacen invocaciones maléficas sobre
objetos que representan al que se quiere hacer daño: un muñeco, una foto, un
sapo, vestidos... Unas veces, se clavan alfileres, puntas, cuchillos, etc.,
en el muñeco o en la foto para que el interesado sufra en carne propia lo
que están haciendo. A veces, se deja podrir carne fresca, maleficiada y
enterrada, para que la persona se vaya pudriendo de enfermedad. En
ocasiones, se mete un sapo maleficiado en una caja para que se muera poco a
poco de hambre tal como se desea que le ocurra al interesado. Otras veces,
se quema el objeto de transferencia personal para que la víctima se consuma
también.
Hay casos en que se liga el material maleficiado como cabellos, cintas,
tiras de paño, etc., que representan el impedimento que se quiere causar a
la víctima. En estos casos, de ligadura o anudamiento, hay cosas
misteriosas, pues los más extraños objetos se encuentran en las almohadas o
colchones de la víctima: por ejemplo, lana anudada o plumas anudadas en
formas sorprendentes. Sea cual sea el caso de que se trate, no nos
asustemos. Nuestros enemigos pueden echarnos porquerías en nuestra casa o
enterrar cosas "raras" o hacernos comer cosas maleficiadas... Para estos y
todos los casos de influencia maléfica, es bueno usar agua bendita, que se
puede beber, o echar sal bendita en los rincones de la casa, el uso de
imágenes sagradas bendecidas, rosarios, crucifijos y hacer frecuentemente la
señal de la cruz sobre uno mismo. También es bueno recitar frecuentemente la
oración a San Miguel Arcángel. Pero, sobre todo, es muy importante la
confesión frecuente (es mejor que cualquier exorcismo, según el Padre
Gabriel Amorth).
Mientras la persona no se arrepienta de sus pecados y no deje el mal camino
que llevaba, perdone a quienes le han ofendido y no renuncie a todo
ocultismo, magia, hechicería, etc., desprendiéndose de todos los objetos que
usaba (sean amuletos, talismanes) no se podrá curar ni tener paz.
En verdad, la oración y el ayuno no sólo personal, sino también de la
familia y de otras personas nos liberará, con seguridad, hasta de los
demonios más difíciles. Pero no nos dejemos llevar del miedo o del pánico
con autogestiones negativas. Dios es más fuerte que el diablo y Él nos da
poder contra él. "El que cree en mí expulsará demonios" (Mc 16,17).
¿Alguna vez has hecho o mandado hacer hechizos o maleficios contra otros? ¿Has maldecido? ¿Has usado talismanes o amuletos para la buena suerte?
Capítulo 6: Casos extraordinarios. La música
rock.
CASOS EXTRAORDINARIOS
Respecto a casas encantadas o "endemoniadas", la mayor parte se deben a
sugestión o ruidos naturales; pero, ciertamente, en algunos pocos casos se
dan ruidos extraños y presencias extrañas, que las sienten hasta los
animales. Es conocido el caso de ciertos jóvenes que, quizás sin darse
cuenta, hacen que ocurran movimientos de objetos y cosas raras... debido a
su "espíritu" o energía interior especialmente sensible. Es un fenómeno que
se estudia en parapsicología y es natural. Cuando estos jóvenes no están en
la casa, cesan las cosas extrañas.
Un caso especial es el de los lugares en que se ha practicado la magia
negra, adorando a Satanás. En estos lugares, la presencia maléfica es muy
fuerte, y es preferible cambiar de casa. Pero, en la mayoría de los casos,
basta la bendición de la casa e, incluso, celebrar una misa, si es posible.
Con relación a los fantasmas, dice Christopher Neil: "Se me pidió que
acudiese a una casa en Kensington (Londres), donde tres personas habían
visto un fantasma y habían presentado declaración escrita del hecho por
separado. Sentí su presencia en una de las habitaciones, que era en la que
el dueño había fallecido, y lo conjuré a descansar en paz... y desapareció".
El Padre Gabriel dice: "Una familia estaba perturbada por inexplicables
ruidos nocturnos. Hizo celebrar diez misas y, al final, de las cuales, los
ruidos se debilitaron. Hicieron celebrar otras diez misas y todo
desapareció. Quizás eran almas del purgatorio que, por permisión divina, se
hacían sentir para pedir sufragios".
Se pueden mandar celebrar algunas misas, por si acaso los ruidos se deben a
alguna persona que murió en ese lugar y pide sufragios. En los casos más
graves, se recomienda bendecir agua, sal y aceite y, mezclados, poner una
cucharadita todos los días en las ventanas y puertas rezando cada vez un
Padrenuestro. Según el Padre Gabriel este remedio resultó decisivo en una
casa. Pero, cuando dejaron esta práctica, volvieron a comenzar los problemas
y, apenas se comenzó con el remedio, todo pasó. Es muy importante tener en
la casa agua, sal y aceite bendito, para echar en los rincones y,
eventualmente, tomar, si se cree necesario. Pero no estemos obsesionados por
el diablo, viéndolo en todas partes, porque no puede hacer nada sin permiso
de Dios. Lo importante es no abrirle la puerta del corazón por el pecado.
En este momento, ¿estás en gracia de Dios o en pecado grave? ¿Estás con Dios o con el diablo?
LA MÚSICA ROCK
Muchos jóvenes han caído en las redes de Satanás a través de cierta música
rock. Hay cantantes de rock, que propagan la adoración a Satanás. Sobre
esto, el Padre Jean Paul Regimbal, especialista en satanismo, ha escrito un
libro "Rock and rock: la violación de la conciencia por medio de mensajes
subliminales". En él demuestra que el rock duro (heavy metal) fue inventado
para difundir la cultura satánica de masas. Estos mensajes satánicos se
pueden apreciar mejor, si se pone el disco o cassette al revés. Entre estos
discos, uno de los más conocidos es "Revolution number 9" de los Beatles.
Además, en este rock se promueve todo lo malo como relaciones sexuales
libres, homosexualismo, violencia... Alice Cooper dice en su biografía que
él ofreció su vida a Satanás a cambio de éxito en la música. El grupo KISS (Knights
in the service of Satán: caballeros al servicio de Satanás), los Rolling
Stones, Black Sabbath y otros han promocionado el culto a Satanás. Por esto,
podemos decir, que el rock pesado, no es un pasatiempo inofensivo, sino una
droga más mortal que la heroína, que envenena el alma y la vida de la
juventud.
El 20 de abril de 1999, en una escuela de Denver (USA), dos jóvenes de 17 y
18 años mataron a 13 de sus compañeros y, después, se suicidaron. Ellos eran
aficionados a esta música satánica y eran racistas, pertenecientes a un
grupo llamado "gabardinas negras", admiradores de Hitler.
¿Alguna vez has oído con gusto esta música violenta? ¿Crees que te da paz o te aleja de Dios?
Capítulo 7: La posesión diabólica
LA POSESIÓN DIABÓLICA
La posesión se puede dar, sobre todo, entre los que adoran al diablo como a
un dios; a veces, bajo la forma de un chivo con cuernos. Estas personas han
hecho pacto con el diablo y celebran misas negras, especialmente, los fines
de semana, donde celebran orgías y toda clase de excesos e inmoralidades,
incluso con imágenes sagradas. En algunas circunstancias, hasta llegan a
matar a un niño; en otros casos, consiguen hostias consagradas de las
Iglesias y las profanan y hacen otras cosas que la pluma se resiste a
escribir.
Ahora bien, no todos los que dicen que están endemoniados lo están. Hay
muchos enfermos mentales que tratan de hacerlo creer y ellos necesitan de un
psiquiatra más que de un exorcista. Estos pacientes tratan de llamar la
atención de esta manera y hacen cosas raras para que los crean. En cambio,
cuando hay verdadera posesión, el demonio trata de ocultarlo a toda costa.
De todos modos, hay enfermos mentales, que pueden tener cierta influencia
demoníaca, que los ha llevado a ese estado. A este respecto, diremos que el
Beato Francisco Palau, carmelita español del siglo diecinueve, tenía un
hospicio en donde recogía a los afectados de enfermedades mentales. Los
exorcizaba a todos y los que estaban afectados por el diablo se curaban,
mientras que los otros se quedaban como estaban. Pero es preferible
distinguir bien primero, de acuerdo a ciertas señales, para que no se hagan
exorcismos indebidos.
Sin embargo, hay que aclarar que se dan casos de posesión diabólica, incluso
en niños, ofrecidos por sus padres al diablo. También en algunos santos,
quienes, por un cierto tiempo, pueden estar poseídos con el permiso de Dios,
que lo permite para afianzarlos en la fe, ya que el diablo puede tener poder
sobre su cuerpo, pero nunca lo tendrá sobre su alma. Hay casos de santos,
que, en esos momentos, blasfeman, escupen a las imágenes o hacen cosas
raras, aunque interiormente las rechazan y, por eso, no ofenden a Dios.
Para los casos de obsesión u opresión, basta con la oración de liberación;
pero, para los casos de posesión, hay que hacer verdaderos exorcismos,
conminando con fuerza al diablo en el Nombre de Jesús. Para hacer exorcismos
en público solamente están autorizados los sacerdotes con permiso del
obispo. Para ello usan el rito de los exorcismos. El nuevo rito de los
exorcismos fue publicado el 26 de enero de 1999. En el Catecismo leemos:
"Cuando la Iglesia pide públicamente y con autoridad en Nombre de Jesucristo
que una persona o un objeto sea protegido contra las asechanzas del maligno
y sustraída a su dominio, se habla de exorcismo. El exorcismo solemne sólo
puede ser practicado por un sacerdote con el permiso del obispo. En estos
casos, es preciso proceder con prudencia, observando estrictamente las
reglas establecidas por la Iglesia" (Cat 1673). En privado, se pueden hacer
con la debida discreción y nunca solos, sino acompañados de alguna otra
persona y pidiendo previamente la protección en virtud de la sangre de
Cristo para todos los presentes. No es conveniente que haya incrédulos o
personas curiosas, ya que todos deben orar por la liberación. Si se trata de
una mujer, es conveniente que haya también alguna mujer presente.
Las señales para distinguir la verdadera posesión son, por ejemplo, fuerza
sobrehumana, hablar lenguas desconocidas, conocer cosas ocultas y tener
terror a las cosas e imágenes benditas. El Padre Gabriel Amorth dice: "He
visto jovencitas débiles romper con sus blancas manos bancas de nogal de la
Iglesia sin ningún esfuerzo aparente. Una vez, una mujer se levantó y dio un
salto hacia atrás de unos 10 metros, cayendo de cabeza, yo pensé que se
había matado, pero se levantó tranquila. He visto campesinos analfabetos,
que hablaban en latín, griego y arameo. A veces, me decían cosas privadas de
mi propia vida". Los casos de posesión son relativamente pocos, pero quizás
sean más de lo que nos imaginamos. Hoy están creciendo los grupos satánicos
sin control. Hay iglesias satánicas en USA que hacen propaganda en los
medios de comunicación social.
Miguel Warnke cuenta su propia historia en su libro "El vendedor de Satanás"
y cómo fue cayendo, poco a poco, en una secta satánica de la que llegó a ser
Sumo sacerdote, dirigiendo un grupo de 1,500 personas en el Sur de
California (USA). Pero, cuando se hizo incapaz de dirigir el grupo, porque
se había hecho drogadicto, lo abandonaron una noche fría en una carretera.
Él cuenta cómo hizo su pacto con el diablo, firmado con su sangre, y lo que
hacían en las misas negras... Y cómo, al fin, se convirtió con la ayuda de
otros cristianos, que lo ayudaron a liberarse. Pero ¡cuántos habrá que, una
vez llevados por este mal camino, no pueden o no tienen fuerza para
abandonarlo! Para muchos será un camino sin retorno.
Y, sin embargo, hay muchos inconscientes, que se meten en sectas satánicas
por curiosidad o buscando novedades y placeres nuevos. No se dan cuenta de
que se están metiendo en la boca del lobo y quizás para siempre. Y no faltan
quienes disfrutan al ver películas sobre el diablo, donde aparece con un
poder absoluto, que pude matar exorcistas y hacer lo que quiera, como si
Dios no existiera y él fuera el dueño del mundo. Películas negativas, que lo
único que producen en la gente es un gran miedo al diablo y verlo por todas
partes, llenando su vida de temores y angustias. Y, si esto no se contrapone
con fe y oración, puede producir muchas enfermedades y sufrimientos. Gracias
a Dios, mientras hay vida hay esperanza.
El Evangelio nos habla de varios casos, como el endemoniado de Gerasa, que
vivía en los sepulcros, y que rompía hasta las cadenas con que alguna vez lo
habían atado. Dice el Evangelio que no era uno solo, sino muchos, y Jesús
los expulsó y los mandó a los cerdos, que se precipitaron al lago y se
ahogaron (Mc 5). Pues bien, Jesús sigue vivo entre nosotros y puede hacer
los mismos milagros de hace dos mil años.
Recuerdo una ocasión en que vino a visitarme una joven, que adoraba al
diablo en reuniones satánicas. Cuando comencé a orar por ella, la joven se
desencajó y empezó a decir NO, NO, NO. No quería que orase y quería
marcharse... Con ayuda de su padre y de otro hermano de la parroquia
estuvimos dos horas orando hasta que el diablo salió en forma de espuma
blanca. Recuerdo que dijo: "Nunca he sentido tanta paz".
Después de la liberación, tuvimos que recomendarle encarecidamente que
llevara una vida cristiana de oración, de amor a María, de confesión y
comunión frecuente; porque, de otro modo, podía recaer en lo mismo, como
ocurre varias veces. Y así nos lo avisa Jesús: "Cuando el espíritu inmundo
sale del hombre, anda vagando por lugares áridos en busca de reposo y, al no
encontrarlo, dice: me volveré a mi casa, de donde salí. Y al llegar, la
encuentra barrida y en orden. Entonces, va y toma otros siete espíritus
peores que él, entran y se instalan allí y el final de aquel hombre viene a
ser peor que el principio" (Lc 11,24-26).
Por eso, es imprescindible la perseverancia en el bien, acudir a algún
grupo, donde puede ser sostenido en su fe, y, por supuesto, saber perdonar
las ofensas, pues si guarda rencor, nunca se podrá liberar. Aquel día
aprendí que el diablo es poderoso, pero no todopoderoso. Me di cuenta de la
importancia de las imágenes benditas; pues, cuando le poníamos delante el
crucifijo, no podía mirarlo de frente y se escondía en un rincón. También
pude aprender el poder de intercesión de María, ya que la invocábamos con
fervor, y la importancia del agua bendita; al echársela, se apartaba como si
le quemara. Antes de comenzar, oramos para protegernos, pidiendo la
protección de la sangre de Cristo y haciendo tres veces la señal de la cruz.
¿Alguna vez has sentido la presencia del diablo en tu vida, en tu mente o en
tu corazón? ¿Lo has invocado? ¿Qué has hecho para liberarte o liberar a
otros?
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