MISAL ROMANO

TIEMPO DE PASCUA


 

DOMINGO DE PASCUA DE LA RESURRECCIÓN DEL SEÑOR

Vigilia pascual

En la noche santa

1. Según antiquísima tradición, ésta es una noche de vela en honor del Señor (Ex 12,42). Los fieles, tal como lo recomienda el Evangelio (Lc. 12,35ss.), deben asemejarse a los criados que, con las lámparas encendidas en sus manos, esperan el retorno de su señor, para que cuando llegue les encuentre en vela y los invite a sentarse a su mesa.

2. La celebración de esta Vigilia se desarrolla de la siguiente manera: después de un breve lucernario o Liturgia de la luz (primera parte de la Vigilia), la santa Iglesia, confiando en las palabras del Señor, medita y contempla las maravillas que Dios, desde siempre, realizó por su pueblo (segunda parte de la Vigilia o Liturgia de la Palabra) hasta que, al acercarse el día de la resurrección y acompañada ya de sus nuevos hijos renacidos en el bautismo (tercera parte de la Vigilia o Liturgia bautismal), es invitada a la mesa que el Señor, por medio de su muerte y resurrección, ha preparado para su pueblo (cuarta parte de la Vigilia o Liturgia eucarística).

3. Toda la celebración de la Vigilia pascual debe hacerse durante la noche de manera que no ha de empezar antes que sea de noche, y debe concluir antes del amanecer del día domingo. Esta indicación debe entenderse rigurosamente.

4. La misa de la Vigilia pascual, aunque se celebre antes de la medianoche, es ya la misa de Pascua del Domingo de Resurrección. Los fieles que participan en esta misa de la Vigilia pueden comulgar nuevamente en otra misa del día de Pascua.

5. El que celebra o concelebra la misa de la noche pascual puede celebrar o concelebrar de nuevo en el día de Pascua.

6. El sacerdote y el diácono se revisten desde el principio con ornamentos blancos como para la misa.

Deben prepararse velas suficientes para todos los que participen en la Vigilia.

Solemne comienzo de la Vigilia llamado Lucernario

Bendición del fuego y preparación del Cirio

7. Se apagan todas las luces del templo.

En un lugar adecuado, fuera de la iglesia, se enciende una fogata. Una vez que allí se ha congregado el pueblo, se acerca el sacerdote con los ministros, uno de los cuales lleva el cirio pascual. El turiferario lleva el turíbulo sin carbones. Si por dificultades diversas no puede hacerse una fogata, el pueblo se congrega dentro del templo, y el sacerdote con los ministros se dirige a la puerta de la iglesia; en este caso el pueblo, en la medida de lo posible, se vuelve hacia el sacerdote.

8. El sacerdote saluda al pueblo del modo acostumbrado:

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.

R. Amén.

Queridos hermanos, que la alegría de Cristo resucitado

nos acompañe en esta celebración y esté con todos ustedes.

R. Y con tu espíritu

El mismo sacerdote recuerda brevemente el sentido de la vigilia nocturna, con las palabras siguientes u otras semejantes:

Queridos hermanos.

En esta noche santa en la que nuestro Señor Jesucristo pasó de la muerte a la Vida,

la Iglesia invita a sus hijos diseminados por todo el mundo

a que se reúnan y permanezcan en vela para orar.

Si hacemos presente así la Pascua del Señor,

escuchando su Palabra y celebrando sus misterios,

podemos tener la esperanza de compartir su triunfo sobre la muerte

y de vivir siempre con él en Dios.

9. A continuación bendice el fuego con las manos extendidas.

Oremos.

Dios nuestro, que por medio de tu Hijo

comunicas el fuego de tu luz a los que creen en ti,

santifica ? este fuego nuevo,

y concédenos que, gracias a estas fiestas pascuales,

seamos de tal manera inflamados en deseos celestiales,

que podamos llegar con un corazón puro

a las fiestas de la luz eterna.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

R. Amén.

Si se omitirán los ritos señalados en los nn.10 y 11, en este momento se enciende el cirio pascual con la llama del fuego nuevo, mientras se dicen las palabras indicadas en el n.12, p.

10. Si parece oportuno, pueden resaltarse la significación del cirio pascual de la siguiente manera:

Concluida la bendición del fuego nuevo, un ministro acerca el cirio pascual ante el sacerdote que, con un estilete, marca una cruz sobre el mismo. En el extremo superior de la cruz marca la letra griega alfa, y en el inferior, la letra omega; en los ángulos que forman los brazos de la cruz los números del año en curso. Mientras tanto se dice:

Cristo ayer y hoy,

(Marca la línea vertical de la cruz)

principio y fin,

(Marca la línea horizontal de la cruz)

alfa

(Marca la letra alfa en la parte superior de la cruz)

y omega.

(Marca la letra omega en la parte inferior de la cruz)

A él pertenecen el tiempo

(Marca en el ángulo superior izquierdo la primera cifra del año actual)

y la eternidad.

(Marca en el ángulo superior derecho la segunda cifra del año actual)

A él la gloria y el poder,

(Marca en el ángulo inferior izquierdo la tercera cifra)

por los siglos de los siglos. Amén.

(Marca en el ángulo inferior derecho la última cifra del año actual)

 

11. Acabada la inscripción de la cruz y de los otros signos, el sacerdote puede fijar en el cirio cinco granos de incienso, en forma de cruz, mientras dice:

1. Por sus llagas El orden es:

2. santas y gloriosas 1

3. nos proteja 4 2 5

4. y nos conserve 3

5. Cristo el Señor. Amén.

Los ritos que preceden (nn.10-11) pueden ser usados íntegra o parcialmente se acuerdo con las características de cada lugar. Las Conferencias episcopales pueden establecer otras formas que se acomoden mejor a la índole del pueblo.

12. El sacerdote enciende el cirio pascual con la llama del fuego nuevo mientras dice:

Que la luz de Cristo

gloriosamente resucitado

disipe las tinieblas

de la inteligencia y del corazón.

13. El turiferario toma carbones encendidos del fuego nuevo y los coloca en el incensario. El sacerdote impone incienso.

Procesión

14. A continuación se arma una procesión de ingreso en el templo. Si se utiliza el incienso, precede el turiferario con el turíbulo humeante. Sigue el diácono, o en su defecto el mismo sacerdote, con el cirio pascual; detrás los demás ministros. Ya armada la procesión, quien lleva el cirio, antes de caminar, lo mantiene elevado y canta él solo:

V. La luz de Cristo.

R. Demos gracias a Dios

15. Luego, en la puerta de la iglesia si es que se viene del exterior, o bien en el medio del templo si es que la procesión se inició en la entrada, el diácono se detiene y, elevando nuevamente el cirio canta por segunda vez:

V. La luz de Cristo.

R. Demos gracias a Dios.

Inmediatamente todos encienden sus cirios con la llama que se transmite desde el cirio pascual; mientras tanto la procesión avanza hacia el presbiterio.

16. Cuando llega al altar, el diácono se detiene y mirando hacia el pueblo, eleva el cirio y canta por tercera vez:

V. La luz de Cristo.

R. Demos gracias a Dios.

Y se encienden algunas luces del templo.

El diácono coloca el cirio pascual en el candelabro situado en medio del presbiterio o junto al ambón; el sacerdote va a la sede y los ministros a sus lugares.

Anuncio pascual

17. Si se emplea, el sacerdote impone incienso como para la proclamación del Evangelio en la misa y el diácono pide y recibe la bendición del sacerdote que dice en voz baja:

El Señor esté en tu corazón y en tus labios,

para que anuncies dignamente su Anuncio pascual.

En el nombre del Padre, y del Hijo ? y del Espíritu Santo.

R. Amén.

Esta bendición se omite, si el anuncio pascual es proclamado por alguien que no es diácono.

El diácono, o en su defecto, el mismo sacerdote, inciensa, si se usa, el libro y el cirio, y proclama el Anuncio pascual en el ambón. mientras todos permanecen de pie y con los cirios encendidos en sus manos. En caso de necesidad el Anuncio pascual puede ser hecho por un cantor que no sea diácono; en ese caso se omiten las palabras: "Por eso, queridos hermanos..." hasta el final de la invitación, como así también el saludo "El Señor esté con ustedes".

El Anuncio pascual puede ser cantado también en su forma más breve. Las Conferencias episcopales pueden adaptar su texto e introducir en el mismo algunas aclamaciones del pueblo.

18. FORMA LARGA DEL ANUNCIO PASCUAL

1. Alégrese en el cielo el coro de los ángeles.

Alégrense los ministros de Dios,

y por la victoria de un Rey tan grande,

resuene la trompeta de la salvación.

2. Alégrese también la tierra inundada de tanta luz,

y brillando con el resplandor del Rey eterno,

se vea libre de las tinieblas

que cubrían al mundo entero.

3. Alégrese también nuestra madre la Iglesia,

adornada con los fulgores de una luz tan brillante,

y resuene este templo

con las aclamaciones del pueblo.

 

(Posible aclamación de la asamblea)

4. [Por eso, queridos hermanos, al invocar

la admirable claridad de esta luz santa,

invoquemos la misericordia de Dios omnipotente,

y ya que sin mérito mío se dignó agregarme

al número de sus servidores,

me infunda la claridad de su luz,

para que sea plena y perfecta

la alabanza a este cirio.]

5.

[V. El Señor esté con ustedes.

R. Y con tu espíritu.]

V. Levantemos el corazón.

R. Lo tenemos levantado hacia el Señor.

V. Demos gracias al Señor, nuestro Dios.

R. Es justo y necesario.

6. Realmente es justo y necesario

aclamar con nuestras voces

y con todo el afecto de la mente y del corazón

al Dios invisible, Padre todopoderoso,

y a su único Hijo, nuestro Señor Jesucristo.

7. Él pagó por nosotros al eterno Padre

la deuda de Adán, y borró con su sangre

la sentencia del primer pecado.

8. Estas son las fiestas pascuales,

en las que se inmola el verdadero Cordero,

cuya sangre consagra las puertas de los fieles.

9. Esta es la noche en que sacaste de Egipto

a nuestros padres, los hijos de Israel,

y los hiciste pasar a pie por el mar Rojo.

10. Esta es la noche que disipó las tinieblas

de los pecados con el resplandor

de una columna de fuego.

11. Esta es la noche en que por toda la tierra,

los que confiesan su fe en Cristo,

arrancados de los vicios del mundo

y de la oscuridad del pecado,

son restituidos a la gracia

y agregados a los santos.

12. Esta es la noche en la que Cristo

rompió las ataduras de la muerte

y surgió victorioso de los abismos.

(Posible aclamación de la asamblea)

13. ¡De nada nos valdría haber nacido

si no hubiéramos sido redimidos!

14. ¡Qué admirable es tu bondad con nosotros!

¡Qué inestimable la predilección de tu amor:

para rescatar al esclavo, entregaste a tu propio Hijo!

15. ¡Pecado de Adán ciertamente necesario,

que fue borrado con la sangre de Cristo!

¡Oh feliz culpa que nos mereció tan noble y tan grande Redentor!

16. ¡Noche verdaderamente feliz!

Ella sola mereció saber el tiempo y la hora

en que Cristo resucitó del abismo de la muerte.

17. Esta es la noche de la que estaba escrito:

"La noche será clara como el día,

la noche ilumina mi alegría."

18. Por eso, la santidad de esta noche

aleja toda maldad, lava las culpas,

devuelve la inocencia a los pecadores

y la alegría a los afligidos;

expulsa el odio, trae la concordia

y doblega a los poderosos.

(Posible aclamación de la asamblea)

19. En esta noche de gracia, recibe, Padre santo,

el sacrificio vespertino de alabanza que la santa Iglesia

te presenta por medio de sus ministros,

en la solemne ofrenda de este cirio,

hecho con cera de abejas.

20. Ya sabemos lo que anuncia esta columna de fuego

que encendió la llama viva para gloria de Dios.

Y aunque distribuye su luz

no disminuye su claridad al repartirla,

porque se alimenta de la cera

que elaboraron las abejas

para hacer esta lámpara preciosa.

21. ¡Noche verdaderamente dichosa

en la que el cielo se une con la tierra

y lo divino con lo humano!

22. Por eso, te rogamos, Señor,

que este cirio consagrado en honor de tu Nombre,

continúe ardiendo para disipar la oscuridad de esta noche,

y que aceptado por ti como perfume agradable,

se asocie a los astros del cielo.

Que lo encuentre encendido el lucero de la mañana,

aquel lucero que no tiene ocaso:

Jesucristo, tu Hijo, que resucitado de entre los muertos

brilla sereno para el género humano,

y vive y reina por los siglos de los siglos.

R. Amén.

 

19. FORMA BREVE DEL ANUNCIO PASCUAL

1. Alégrese en el cielo el coro de los ángeles.

Alégrense los ministros de Dios,

y por la victoria de un Rey tan grande,

resuene la trompeta de la salvación.

2. Alégrese también la tierra inundada de tanta luz,

y brillando con el resplandor del Rey eterno,

se vea libre de las tinieblas

que cubrían al mundo entero.

3. Alégrese también nuestra madre la Iglesia,

adornada con los fulgores de una luz tan brillante,

y resuene este templo

con las aclamaciones del pueblo.

(Posible aclamación de la asamblea)

 

4.

[V. El Señor esté con ustedes.

R. Y con tu espíritu.]

V. Levantemos el corazón.

R. Lo tenemos levantado hacia el Señor.

V. Demos gracias al Señor, nuestro Dios.

R. Es justo y necesario.

5. Realmente es justo y necesario

aclamar con nuestras voces

y con todo el afecto de la mente y del corazón

al Dios invisible, Padre todopoderoso,

y a su único Hijo, nuestro Señor Jesucristo.

6. Él pagó por nosotros al eterno Padre

la deuda de Adán, y borró con su sangre

la sentencia del primer pecado.

 

7. Estas son las fiestas pascuales,

en las que se inmola el verdadero Cordero,

cuya sangre consagra las puertas de los fieles.

8. Esta es la noche en que sacaste de Egipto

a nuestros padres, los hijos de Israel,

y los hiciste pasar a pie por el mar Rojo.

9. Esta es la noche que disipó las tinieblas

de los pecados con el resplandor

de una columna de fuego.

10. Esta es la noche en que por toda la tierra,

los que confiesan su fe en Cristo,

arrancados de los vicios del mundo

y de la oscuridad del pecado,

son restituidos a la gracia

y agregados a los santos.

11. Esta es la noche en la que Cristo

rompió las ataduras de la muerte

y surgió victorioso de los abismos.

(Posible aclamación de la asamblea)

12. ¡Qué admirable es tu bondad con nosotros!

¡Qué inestimable la predilección de tu amor:

para rescatar al esclavo, entregaste a tu propio Hijo!

13. ¡Pecado de Adán ciertamente necesario,

que fue borrado con la sangre de Cristo!

¡Oh feliz culpa que nos mereció tan noble y tan grande Redentor!

14. Por eso, la santidad de esta noche

aleja toda maldad, lava las culpas,

devuelve la inocencia a los pecadores

y la alegría a los afligidos;

(Posible aclamación de la asamblea)

15. ¡Noche verdaderamente dichosa

en la que el cielo se une con la tierra

y lo divino con lo humano!

16. En esta noche de gracia, recibe, Padre santo,

el sacrificio vespertino de alabanza que la santa Iglesia

te presenta por medio de sus ministros,

en la solemne ofrenda de este cirio,

hecho con cera de abejas.

17. Por eso, te rogamos, Señor,

que este cirio consagrado en honor de tu Nombre,

continúe ardiendo para disipar la oscuridad de esta noche,

y que aceptado por ti como perfume agradable,

se asocie a los astros del cielo.

Que lo encuentre encendido el lucero de la mañana,

aquel lucero que no tiene ocaso:

Jesucristo, tu Hijo, que resucitado de entre los muertos

brilla sereno para el género humano,

y vive y reina por los siglos de los siglos.

R. Amén.

 

Liturgia de la Palabra

20. En esta Vigilia, "Madre de todas las vigilias", se proponen nueve lecturas: siete del Antiguo Testamento y dos del Nuevo Testamento (epístola y evangelio).

21. Si las circunstancias pastorales lo exigen, puede reducirse el número de lecturas el Antiguo Testamento; con todo téngase siempre presente que la lectura de la Palabra de Dios es una parte fundamental de esta Vigilia pascual. Por eso, deben leerse por lo menos, tres lecturas del Antiguo Testamento, que en un caso muy urgente puede reducirse a dos. Nunca debe omitirse la lectura tomada del capítulo 14 del Éxodo.

22. Apagados los cirios, todos se sientan. Antes de comenzar las lecturas, el sacerdote se dirige al pueblo con estas palabras u otras semejantes:

Hermanos.

Después de haber iniciado solemnemente esta Vigilia,

alabando a Cristo en la luz de su victoria pascual,

escuchemos con atención la Palabra de Dios.

Ella nos relata cómo el Señor salvó a su pueblo a lo largo de la historia

y finalmente envió a su Hijo para redimirnos.

Oremos para que Dios lleve a su plenitud la redención obrada por el misterio pascual.

23. Luego siguen las lecturas. Un lector se dirige al ambón y proclama la primera lectura. Después el salmista o un cantor dice o canta el salmo y el pueblo responde la antífona correspondiente. Todos se ponen de pie y el sacerdote dice: "Oremos" y, después que todos han orado en silencio por unos instantes, dice la oración colecta. Así se hace con cada lectura del Antiguo Testamento.

ORACIONES PARA DESPUÉS DE CADA LECTURA

24. Después de la primera lectura (La creación: Gen. 1,1-2,2 ó 1,26-31a)

Oremos.

Dios todopoderoso y eterno,

tú eres admirable en todo lo que existe;

te pedimos que quienes hemos sido redimidos por ti

comprendamos que la creación del mundo

en el comienzo de los siglos

no es obra de mayor grandeza

que el sacrificio pascual de Cristo

realizado en la plenitud de los tiempos.

Por el mismo Jesucristo, nuestro Señor.

R. Amén.

O bien (La creación del hombre):

Oremos.

Señor y Dios nuestro,

tú creaste al hombre de manera admirable

y más admirablemente aún lo redimiste;

concédenos que podamos resistir a los atractivos del pecado

con sabiduría de espíritu,

para que podamos merecer los gozos eternos.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

R. Amén.

 

25. Después de la segunda lectura (El sacrificio de Abrahán. Gen 22, 1-18 ó 22, 1-2.9a.10-13.15-18)

Oremos.

Dios y Padre de los creyentes,

que multiplicas a los hijos de tu promesa,

derramando la alegría de la adopción filial

y por el misterio pascual,

cumples la promesa hecha a Abrahán

de hacerlo padre de todas las naciones;

concede a todos los hombres

responder dignamente a la gracia de tu llamado.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

R. Amén.

26. Después de la tercera lectura (Paso del mar Rojo. Ex 14,15-15,1)

Oremos.

Señor y Dios nuestro,

cuyas maravillas vemos brillar también nuestros días

porque lo que hiciste en favor de tu pueblo elegido

librándolo de la persecución del Faraón,

lo realizas por medio del agua del bautismo

para salvar a todas las naciones;

te pedimos que todos los hombres del mundo

se conviertan en verdaderos hijos de Abrahán

y se muestren dignos de la herencia de Israel.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

R. Amén.

O bien:

Dios nuestro, que con la luz del Nuevo Testamento

iluminaste los antiguos prodigios

de modo que también el Mar Rojo

fuera imagen de la fuente bautismal

y el pueblo liberado de la esclavitud

prefigurara al pueblo cristiano;

haz que todos los hombres, por el don de la fe,

participen del privilegio del pueblo elegido

y así renazcan a la acción de tu Espíritu.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

R. Amén.

 

27. Después de la cuarta lectura (La nueva Jerusalén. Is. 54, 5-14)

Oremos.

Dios todopoderoso y eterno,

te pedimos que, fiel a tu palabra,

multipliques la descendencia que prometiste a nuestros padres en la fe,

y aumentes el número de tus hijos adoptivos

para que tu Iglesia reconozca, desde ahora,

el cumplimiento de cuanto

los patriarcas creyeron y esperaron.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

R. Amén.

O bien, otra de las oraciones asignadas a las lecturas siguientes que serán omitidas.

28. Después de la quinta lectura (La salvación gratuitamente ofrecida a todos. Is. 55, 1-11)

Oremos.

Dios todopoderoso y eterno,

única esperanza del mundo,

que por la voz de tus profetas

anunciaste los misterios de los tiempos presentes;

alienta los deseos de tu pueblo,

porque ninguno de tus fieles puede progresar en la virtud

sin la inspiración de tu gracia.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

R. Amén.

 

29. Después de la sexta lectura (La fuente de la sabiduría. Bar. 3, 9-15.31-4,4)

Oremos.

Señor Dios, Padre fecundo,

que llamando a todos los hombres

haces crecer sin cesar a tu Iglesia;

defiende con tu constante protección

a cuantos purificas en el agua del bautismo.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

R. Amén.

 

30. Después de la séptima lectura (Corazón nuevo y espíritu nuevo. Ez. 36, 16-28)

Oremos.

Dios de poder inmutable, cuyo resplandor no conoce el ocaso;

mira con bondad a tu Iglesia, el signo de tu presencia entre nosotros,

y según tu proyecto eterno,

prosigue serenamente la obra de la salvación humana;

haz que todo el mundo contemple y experimente

que lo abatido por el pecado se restablece,

lo viejo se renueva

y se restaura plenamente por Cristo,

origen de todo lo creado.

Que vive y reina por los siglos de los siglos.

R. Amén.

O bien:

Señor y Dios nuestro,

que para celebrar el misterio pascual

nos instruyes con las enseñanzas del Antiguo y el Nuevo Testamento;

concédenos comprender tu misericordia,

para que al recibir estos dones presentes,

se afirme nuestra esperanza en los dones futuros.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

R. Amén.

31. Después de la última lectura del Antiguo Testamento con su salmo responsorial y la correspondiente

oración, estando todos de pie, se encienden los cirios del altar y se ilumina de manera completa el templo, mientras el sacerdote entona el Gloria, que todos prosiguen; mientras tanto, de acuerdo con las costumbres del lugar, se tocan las campanas.

32. Después del Gloria, el sacerdote dice la oración colecta, del modo acostumbrado.

Oremos.

(Breve silencio)

Señor y Dios nuestro, luz sobre toda luz,

que iluminas esta santísima noche

con la gloria de la resurrección del Señor;

acrecienta en tu Iglesia el espíritu de adopción,

para que renovados en el cuerpo y en el alma

te sirvamos con plena fidelidad.

Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo

que vive y reina contigo

en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios

por los siglos de los siglos.

33. Luego, todos se sientan y un lector proclama la lectura del apóstol san Pablo.

34. Acabada la epístola, si se cree conveniente y según las costumbres del lugar, el diácono o un cantor, se acerca a quien preside la celebración y le dice: «Padre, te anuncio un gran gozo: el Aleluya». Todos se levantan y el sacerdote, o si fuera necesario, un cantor, entona solemnemente el Aleluia, que repiten todos. Después el salmista o cantor, proclama el salmo, y el pueblo intercala el Aleluia en cada una de sus estrofas.

35. Para proclamar el Evangelio no se llevan cirios, sino sólo el incienso, si es que se usa.

36. Después del Evangelio tiene lugar la homilía. Luego comienza la liturgia bautismal.

 

Liturgia bautismal

SI HAY BAUTIZANDOS

( Si no hay bautizandos, el rito sigue en p. )

37. El sacerdote con los ministros se dirige a la fuente bautismal, si es que ésta se encuentra a la vista del pueblo. De lo contrario se pone un recipiente con agua en el presbiterio. Se llama a los catecúmenos los que son presentados por sus padrinos. Si los catecúmenos son niños, éstos son llevados por los padres y los padrinos ante la comunidad reunida.

El diácono o el sacerdote dice:

Acérquense los que van a ser bautizados.

Los cateúmenos acompañados por sus padrinos dicen su nombre ante toda la asamblea (o lo dicen sus padrinos); si son niños, los propios padres dicen el nombre que han elegido para sus hijos.

38. Entonces el sacerdote dice la siguiente la monición:

Queridos hermanos: Con nuestra oración unánime

sostengamos la feliz esperanza de estos hermanos nuestros

que se encaminan a la fuente bautismal donde renacerán a la Vida nueva,

para que Dios, Padre todopoderoso,

los acompañe siempre con su ayuda misericordiosa.

Letanías

39. Dos cantores entonan las letanías a las que todos responden permaneciendo de pie (por razón del tiempo pascual).

Si hubiera que hacer una procesión prolongada hasta el bautisterio, las letanías se cantan durante la procesión; en este caso se llama a los bautizandos antes de comenzar la procesión, la que se realiza de esta manera: precede el cirio pascual al que siguen los catecúmenos con los padrinos, y finalmente el sacerdote con los ministros.

Los que van a ser bautizados se acercan a la fuente bautismal y se colocan alrededor de ella, juntamente con los padrinos y madrinas, de tal manera que no impidan la vista de los fieles.

En las letanías se pueden agregar nombres de otros santos, especialmente del titular de la iglesia, de los patronos del lugar y de los que van a ser bautizados.

Señor, ten piedad. Señor, ten piedad.

Cristo, ten piedad. Cristo, ten piedad.

Señor, ten piedad Señor, ten piedad.

Santa María, Madre de Dios Ruega por nosotros.

San Miguel Ruega por nosotros.

Santos ángeles de Dios Rueguen por nosotros.

San Juan Bautista Ruega por nosotros.

San José Ruega por nosotros.

Santos Pedro y Pablo Rueguen por nosotros.

San Andrés Ruega por nosotros.

San Juan Ruega por nosotros.

Santa María Magdalena Ruega por nosotros.

San Esteban Ruega por nosotros.

San Ignacio de Antioquía Ruega por nosotros.

San Lorenzo Ruega por nosotros.

Santas Perpetua y Felicidad Rueguen por nosotros.

Santa Inés Ruega por nosotros.

San Gregorio Magno Ruega por nosotros.

San Agustín Ruega por nosotros.

San Atanasio Ruega por nosotros.

San Basilio Ruega por nosotros.

San Martín de Tours Ruega por nosotros.

San Benito Ruega por nosotros.

Santos Francisco y Domingo Rueguen por nosotros.

San Francisco Javier Ruega por nosotros.

San Juan María Vianney Ruega por nosotros.

Santa Catalina de Siena Ruega por nosotros.

Santa Teresa de Jesús Ruega por nosotros.

Todos los santos y santas de Dios Rueguen por nosotros.

Por tu bondad Líbranos, Señor.

De todo mal Líbranos, Señor.

De todo pecado Líbranos, Señor.

De la muerte eterna Líbranos, Señor.

Por el misterio de tu encarnación Líbranos, Señor.

Por tu muerte y resurrección Líbranos, Señor.

Por el envío del Espíritu Santo Líbranos, Señor.

Nosotros que somos pecadores, te pedimos Escúchanos, Señor.

Para que por la gracia del bautismo

hagas renacer a estos elegidos tuyos. Escúchanos, Señor.

Jesús, Hijo del Dios vivo. Escúchanos, Señor.

Cristo, óyenos. Cristo, óyenos.

Cristo, escúchanos. Cristo, escúchanos.

40. El sacerdote dice la siguiente oración, con las manos juntas:

Dios todopoderoso y eterno,

acompaña con tu eficacia los sacramentos de tu inmenso amor

y para recrear nuevos pueblos haciéndolos nacer para ti en la fuente bautismal,

envíanos tu Espíritu de adopción

a fin de que tu poder realice la obra confiada a nuestro humilde ministerio.

Por Jesucristo nuestro Señor.

R. Amén.

Bendición del agua bautismal

41. El sacerdote bendice el agua bautismal, diciendo la siguiente oración con las manos juntas:

Señor, que por medio de los signos sacramentales

realizas obras admirables con tu poder invisible,

y de diversas maneras has preparado el agua

para que significara la gracia del bautismo:

En los orígenes del mundo

tu Espíritu aleteaba sobre las aguas

para que ya desde entonces

concibieran el poder de santificar;

incluso en las aguas torrenciales del diluvio

prefiguraste el nuevo nacimiento de los hombres,

para que el misterio de un mismo elemento

pusiera fin al pecado y diera origen a la virtud;

tú hiciste pasar por el mar Rojo

a los descendientes de Abrahán,

para que el pueblo liberado de la esclavitud del Faraón

fuera imagen del pueblo de los bautizados.

Tu Hijo, Dios nuestro, al ser bautizado en las aguas del Jordán

fue ungido por el Espíritu Santo;

al estar suspendido en la cruz

hizo brotar sangre y agua,

y después de su resurrección

mandó a sus discípulos que

"fueran e instruyesen a todas las naciones

bautizándolas en el nombre del Padre

y del Hijo y del Espíritu Santo".

Por todo esto te pedimos, Padre,

que mires a tu Iglesia y le abras en esta noche santa

la fuente del bautismo.

Que esta agua reciba por el Espíritu Santo

la gracia de tu Hijo único,

para que el hombre, creado a tu imagen,

por medio del sacramento del bautismo

sea purificado de todos sus pecados

y renazca a la Vida nueva de hijos de Dios

por el agua y el Espíritu Santo.

Y sumergiendo, según las circunstancias, el cirio pascual en el agua una o tres veces, prosigue:

Señor, te pedimos que por la gracia de tu Hijo,

descienda sobre el agua de esta fuente

el poder del Espíritu Santo,

para que por el bautismo, sepultados con Cristo en su muerte,

resucitemos con él a la Vida.

Por Jesucristo nuestro Señor.

R. Amén.

Saca el cirio del agua y el pueblo aclama:

Fuentes, bendigan al Señor.

Alábenlo y glorifíquenlo eternamente.

U otra aclamación adecuada.

Puede también usarse una de las fórmulas siguientes.

FÓRMULA B.

Sacerdote:

Bendito seas Dios, Padre todopoderoso,

que hiciste el agua para purificarnos y darnos la vida.

Todos:

Bendito seas, Señor (u otra aclamación adecuada).

Sacerdote:

Bendito seas Dios, Hijo único, Jesucristo,

que hiciste brotar de tu costado sangre y agua,

para que por tu Muerte y Resurrección naciera la Iglesia.

Todos:

Bendito seas, Señor.

Sacerdote:

Bendito seas Dios, Espíritu Santo, que ungiste a Cristo

al ser bautizado en las aguas del Jordán,

para que todos fuéramos bautizados en ti.

Todos:

Bendito seas, Señor.

Sacerdote:

Señor, escúchanos

y santifica esta agua creada por ti,

para que los bautizados con ella sean purificados del pecado

y renazcan a la Vida de hijos adoptivos de Dios.

 

Todos:

Escúchanos, Señor (u otra aclamación adecuada).

Sacerdote:

Santifica esta agua creada por ti,

para que los bautizados con ella

en la Muerte y Resurrección de Cristo,

sean una fiel imagen de tu Hijo.

Todos:

Escúchanos, Señor.

El sacerdote toca el agua con la mano derecha y prosigue:

Santifica esta agua creada por ti,

para que los que tú has elegido

renazcan por medio del Espíritu Santo

y se incorporen a tu pueblo santo.

Todos:

Escúchanos, Señor.

FÓRMULA C.

Sacerdote:

Padre misericordioso,

que derramaste sobre nosotros la Vida nueva de hijos tuyos

que brota de la fuente bautismal.

Todos:

Bendito seas, Señor (u otra aclamación adecuada).

Sacerdote:

Padre misericordioso,

que por medio del agua y del Espíritu Santo,

congregas en un solo pueblo

a todos los bautizados en tu Hijo Jesucristo.

Todos:

Bendito seas, Señor.

Sacerdote:

Padre misericordioso,

que por tu Espíritu de amor derramado en nuestros corazones,

nos liberas para que gocemos de tu paz.

Todos:

Bendito seas, Señor.

Sacerdote:

Padre misericordioso,

que eliges a los bautizados para que anuncien alegremente

el Evangelio de Cristo a todos los pueblos.

Todos:

Bendito seas, Señor.

Sacerdote:

Bendice ? esta agua

con la que van a ser bautizados

estos servidores tuyos (N. y N.),

llamados al Bautismo,

a fin de que alcancen la Vida eterna.

Por Jesucristo nuestro Señor.

Todos:

Amén.

 

Renuncia

42. A continuación el sacerdote pregunta a los elegidos para hacer la renuncia. Puede elegirse una de las tres fórmulas siguientes para interrogar a los electos. Esta interrogación puede hacerse, según las circunstancias, individual o colectivamente; en el primer caso el padrino o la madrina pueden decir el nombre del ahijado al sacerdote antes de que éste pregunte a cada uno. Si los bautizandos son niños las preguntas se dirigen a sus padres y padrinos en forma colectiva.

Si fuera el caso, estas tres fórmulas pueden acomodarse más a las circunstancias, especialmente donde sea necesario que los electos renuncien a las supersticiones, adivinaciones o artes mágicas.

FÓRMULA A

Sacerdote:

¿Renuncian al Demonio?

Electos:

Sí, renunciamos.

Sacerdote:

¿Renuncian a todas sus obras?

Electos:

Sí, renunciamos.

Sacerdote:

¿Renuncian a todos sus engaños?

Electos:

Sí, renunciamos.

 

O bien:

FÓRMULA B

Sacerdote:

¿Renuncian al pecado

para vivir en la libertad de los hijos de Dios?

Electos:

Sí, renunciamos.

Sacerdote:

¿Renuncian a los engaños del mal

para no ser esclavos del pecado?

Electos:

Sí, renunciamos.

Sacerdote:

¿Renuncian al Demonio, que es el autor del pecado?

Electos:

Sí, renunciamos.

O bien:

FÓRMULA C

Sacerdote:

¿Renuncian a Satanás y

-al pecado, como negación de Dios;

-al mal, como signo del pecado en el mundo;

-al error, como negación de la verdad;

-a la violencia, como contraria a la caridad;

-al egoísmo, como falta de testimonio de amor?

Electos:

Sí, renunciamos.

 

Sacerdote:

¿Renuncian a las obras opuestas al Evangelio de Jesús, que son

-la envidia y el odio;

-la pereza y la indiferencia;

-la cobardía y los acomplejamientos;

-el materialismo y la sensualidad;

-la injusticia y el favoritismo;

-el negociado y el soborno?

Electos:

Sí, renunciamos.

Sacerdote:

¿Renuncian a los criterios y comportamientos que llevan a:

-creerse los mejores;

-verse siempre superiores;

-creerse ya convertidos del todo;

-buscar el dinero como el máximo valor;

-buscar el placer como única ilusión;

-buscar el propio interés por encima del bien común?

Electos:

Sí, renunciamos.

 

Unción con el óleo de los catecúmenos

43. Inmediatamente se realiza la unción con el óleo de los catecúmenos, a no ser que, en el caso de los adultos, ya se haya realizado en la celebración prevista por el ritual de iniciación de adultos sobre los ritos preparatorios.

El sacerdote dice:

Que el poder de Cristo Salvador los fortalezca:

en señal de ello los ungimos con el óleo de la salvación,

por el mismo Jesucristo nuestro Señor,

que vive y reina por los siglos de los siglos.

Electos:

Amén.

Cada bautizando es ungido con el óleo de los catecúmenos en el pecho o en ambas manos, o también en otras partes del cuerpo si pareciera conveniente. Si los candidatos son numerosos pueden intervenir otros presbíteros que concelebren o diáconos que asistan.

 

Profesión de fe

44. A continuación el padrino o la madrina dice nuevamente el nombre de su ahijado al sacerdote quien lo interroga para que profese la fe. Si los bautizandos son muchos, la profesión de fe pueden hacerla todos simultáneamente. Si los bautizandos son niños, el sacerdote pregunta a todos los padres y padrinos de los niños al mismo tiempo. Si se bautizan adultos y niños puede pedir la profesión de fe primero a los adultos y luego a los padres y padrinos de los niños.

Sacerdote:

N. ¿crees (creen) en Dios Padre todopoderoso,

creador del cielo y de la tierra?

Electo/s, o bien padres y padrinos si los bautizandos son niños:

Sí, creo.

Sacerdote:

¿Crees (creen) en Jesucristo,

su único Hijo, nuestro Señor,

que nació de la Virgen María,

padeció y fue sepultado,

resucitó de entre los muertos

y está sentado a la derecha del Padre?

Responden:

Sí, creo.

Sacerdote:

¿Crees (creen) en el Espíritu Santo,

la santa Iglesia católica,

la comunión de los santos,

el perdón de los pecados,

la resurrección de la carne

y la Vida eterna?

Responden:

Sí, creo.

Rito del bautismo

45. Inmediatamente después de la profesión de fe, cada uno de los electos es bautizado.

Si el Bautismo se hace por inmersión, ya sea de todo el cuerpo, ya sea de la cabeza solamente, se tendrán en cuenta las exigencias del pudor y del recato. El padrino o la madrina, o ambos, tocan al ahijado.

Si el electo es adulto, el sacerdote, tocándolo, lo sumerge totalmente o sólo la cabeza, por tres veces, invocando una sola vez a la Santísima Trinidad, o bien derrama tres veces agua de la fuente bautismal sobre la cabeza del electo que estará inclinado. Si el bautizando es un niño, el sacerdote derrama agua sobre la cabeza o lo sumerge tres veces:

N., YO TE BAUTIZO EN EL NOMBRE DEL PADRE,

primera inmersión o primer derrame de agua sobre la cabeza

Y DEL HIJO,

segunda inmersión o segundo derrame

Y DEL ESPÍRITU SANTO.

tercera inmersión o tercer derrame de agua.

 

Unción posbautismal

46. A continuación se realiza la unción posbautismal con el Santo Crisma, a no ser que luego se confiera a los neófitos el sacramento de la Confirmación (cfr. Ritual romano de iniciación de adultos n.223). Si se realiza la unción con el Santo Crisma, el sacerdote dice una sola vez sobre todos los bautizados:

Dios todopoderoso,

Padre de nuestro señor Jesucristo,

que los ha hecho renacer por medio del agua y del Espíritu Santo,

y les ha concedido el perdón de todos los pecados,

los unge ahora con el crisma de la salvación,

para que incorporados a su pueblo

y permaneciendo unidos a Cristo,

sacerdote, profeta y rey, vivan eternamente.

Bautizados:

Amén.

A continuación, en silencio, el sacerdote unge con el santo crisma la cabeza de cada bautizado. Si los bautizados son numerosos y hay varios presbíteros o diáconos, cada uno de éstos puede ungir con el crisma a algunos bautizados.

 

Imposición de la vestidura blanca

47. Luego, si los neófitos son adultos, el sacerdote dice:

N. y N., son ya hombres nuevos

y han sido revestidos de Cristo.

Reciban esta vestidura blanca

y preséntenla sin mancha

ante el tribunal de nuestro Señor Jesucristo,

para que alcancen la Vida eterna.

Bautizados:

Amén.

 

Si los neófitos son niños:

N.y N. son ya hombres nuevos

y han sido revestidos de Cristo.

Que esta vestidura blanca sea el signo de su dignidad,

y con la ayuda de la palabra y el ejemplo de sus familiares

logren mantenerla inmaculada hasta la Vida eterna.

Todos:

Amén.

Mientras el sacerdote pronuncia la oración precedente, los padres de los niños o bien los padrinos de los adultos bautizados imponen a los neófitos la vestidura blanca.

 

Entrega del cirio encendido

48. Luego el sacerdote toma o toca el Cirio pascual mientras dice:

Acérquense padrinos y madrinas, para que entreguen la luz a los recién bautizados.

Los padrinos y las madrinas se acercan y encienden un cirio en el Cirio pascual, y lo entregan a su ahijado. En el bautismo de los niños la entrega del cirio se omite.

El sacerdote les dice:

Ya son luz en Cristo.

Vivan siempre como hijos de la luz,

para que, perseverando en la fe,

puedan salir al encuentro del Señor

con todos los santos, cuando él vuelva.

Todos:

Amén.

Terminado el rito bautismal se regresa al presbiterio en procesión como antes, a no ser que todo se hubiera desarrollado en el altar; los neófitos llevan el cirio encendido que les fue entregado. Durante la procesión se entona un cántico bautismal. Si la Liturgia bautismal fue en el mismo presbiterio puede entonarse un canto apropiado.

 

Celebración de la Confirmación

49. A continuación, se celebra el sacramento de la Confirmación. La acción litúrgica se desarrolla en el presbiterio.

En ausencia del Obispo, puede administrar la Confirmación el mismo presbítero que bautizó; cuando los confirmandos son numerosos, pueden ayudar al ministro de la Confirmación otros presbíteros designados para este ministerio.

El sacerdote se dirige brevemente a los recién bautizados con éstas u otras palabras semejantes:

Queridos hijos,

renacidos en Cristo han sido hechos miembros suyos

y de su pueblo sacerdotal:

van ahora a recibir el Espíritu Santo derramado sobre nosotros.

El Señor lo envió a los Apóstoles el día de Pentecostés,

y por ellos y sus sucesores fue dado a los bautizados.

Del mismo modo,

ustedes recibirán la prometida fuerza del Espíritu Santo,

con la cual, asemejándose más perfectamente a Cristo,

darán testimonio de la pasión y resurrección del Señor

y se harán miembros activos de la Iglesia,

para la edificación del Cuerpo de Cristo

en la fe y en la caridad.

Luego el sacerdote (teniendo a su lado a los presbíteros que lo ayudan) de pie, con las manos juntas mirando hacia el pueblo dice:

Oremos, hermanos amadísimos,

a Dios Padre todopoderoso,

pidiéndole que derrame con bondad el Espíritu Santo sobre estos nuevos hijos;

que los fortalezca con la abundancia de sus dones

y con su unción los haga más semejantes a Cristo, Hijo de Dios.

Y todos oran en silencio por unos instantes.

El sacerdote (y los presbíteros si le ayudan) impone las manos sobre todos los confirmandos. Sólo quien preside la celebración dice:

Dios todopoderoso,

Padre de nuestro Señor Jesucristo,

que hiciste renacer a estos servidores tuyos

por medio del agua y del Espíritu Santo,

librándolos del pecado:

envía sobre ellos el Espíritu Santo Paráclito;

concédeles el espíritu de sabiduría y de entendimiento,

el espíritu de consejo y de fortaleza,

el espíritu de ciencia y de piedad;

y cólmalos con el espíritu de tu santo temor.

Por Jesucristo nuestro Señor.

Todos:

Amén.

Un ministro presenta al sacerdote que preside el santo crisma. Los presbíteros que ayudan en la administración del sacramento reciben de él el crisma. Cada uno de los confirmandos se acerca al sacerdote o, según las circunstancias, el sacerdote se acerca a ellos. El padrino o la madrina coloca la mano derecha sobre el hombro del confirmando y dice el nombre al sacerdote o lo dice el mismo confirmando. El sacerdote moja el dedo pulgar derecho en el Crisma y hace la señal de la cruz en la frente del confirmando mientras dice:

N. RECIBE POR ESTA SEÑAL

EL DON DEL ESPÍRITU SANTO.

Confirmado:

Amén.

El sacerdote saluda al confirmado:

La paz esté contigo.

Confirmado:

Y con tu espíritu.

Durante la unción se puede entonar un canto adecuado.

 

Renuncia y profesión de fe de toda la asamblea

50. Concluido el rito del Bautismo (y de la Confirmación), todos renuevan las promesas bautismales permaneciendo de pie y habiendo encendido nuevamente los cirios con la luz del Cirio pascual. El sacerdote dice la monición que sigue a continuación y luego pregunta las renuncias y pide la profesión de fe. Conviene usar un formulario de renuncias y de profesión de fe diverso a los que se usaron ya en el rito del bautismo.

El sacerdote se dirige a los fieles con estas palabras u otras semejantes:

Queridísimos hermanos: por el Misterio Pascual,

en el bautismo fuimos sepultados con Cristo

para que también nosotros llevemos con él una vida nueva.

Por eso, ya acabado nuestro camino cuaresmal,

renovemos las promesas del santo bautismo,

por las que un día renunciamos al demonio y a sus obras

y prometimos servir al Señor en la santa Iglesia Católica.

Por tanto:

Sacerdote:

¿Renuncian al Demonio?

Todos:

Sí, renunciamos.

 

Sacerdote:

¿Renuncian a todas sus obras?

Todos:

Sí, renunciamos.

Sacerdote:

¿Renuncian a todos sus engaños?

Todos:

Sí, renunciamos.

O bien:

FÓRMULA B

Sacerdote:

¿Renuncian al pecado

para vivir en la libertad de los hijos de Dios?

Todos: Sí, renunciamos.

Sacerdote:

¿Renuncian a los engaños del mal

para no ser esclavos del pecado?

Todos: Sí, renunciamos.

Sacerdote:

¿Renuncian al Demonio, que es el autor del pecado?

Todos: Sí, renunciamos.

O bien:

FÓRMULA C

Sacerdote:

¿Renuncian a Satanás y

-al pecado, como negación de Dios;

-al mal, como signo del pecado en el mundo;

-al error, como negación de la verdad;

-a la violencia, como contraria a la caridad;

-al egoísmo, como falta de testimonio de amor?

Todos: Sí renunciamos.

Sacerdote:

¿Renuncian a las obras opuestas al Evangelio de Jesús, que son

-la envidia y el odio;

-la pereza y la indiferencia;

-la cobardía y los acomplejamientos;

-el materialismo y la sensualidad;

-la injusticia y el favoritismo;

-el negociado y el soborno?

Todos: Sí, renunciamos.

Sacerdote:

¿Renuncian a los criterios y comportamientos que llevan a:

-creerse los mejores;

-verse siempre superiores;

-creerse ya convertidos del todo;

-buscar el dinero como el máximo valor;

-buscar el placer como única ilusión;

-buscar el propio interés por encima del bien común?

Todos: Sí, renunciamos.

 

Profesión de fe

Sacerdote:

¿Creen en Dios Padre todopoderoso,

creador del cielo y de la tierra?

Todos responden:

Sí, creo.

Sacerdote:

¿Creen en Jesucristo,

su único Hijo, nuestro Señor,

que nació de la Virgen María,

padeció y fue sepultado,

resucitó de entre los muertos

y está sentado a la derecha del Padre?

Todos responden:

Sí, creo.

Sacerdote:

¿Creen en el Espíritu Santo,

la santa Iglesia católica,

la comunión de los santos,

el perdón de los pecados,

la resurrección de la carne

y la Vida eterna?

Todos responden:

Sí, creo.

Y el sacerdote concluye:

Y Dios todopoderoso, Padre de nuestro Señor Jesucristo,

que nos ha hecho renacer por el agua y el Espíritu Santo,

y nos ha perdonado los pecados,

nos conserve con su gracia en Jesucristo nuestro Señor,

para la Vida eterna.

Todos:

Amén.

 

Aspersión con el agua bendita

51. El sacerdote rocía al pueblo con el agua bendita mientras todos cantan:

ANTÍFONA

He visto el agua que brotaba del lado derecho del templo, Aleluia.

Y todos aquellos a quienes alcanzó esta agua han sido salvados y dicen: Aleluia, aleluia.

U otro cántico de índole bautismal.

Mientras tanto, los neófitos son conducidos a su lugar entre los fieles. Si la bendición del agua y el bautismo no se han realizado en el mismo bautisterio, los ministros llevan solemnemente el recipiente con el agua hasta la fuente bautismal.

Después de la aspersión, el sacerdote regresa a la sede y, omitiendo el Credo, comienza la oración universal en la que participan los neófitos por primera vez

El rito continúa en p.

 

 

SI NO HAY BAUTIZANDOS

52. El sacerdote con los ministros se dirige a la fuente bautismal, si es que ésta se encuentra a la vista del pueblo. De lo contrario se pone un recipiente con agua en el presbiterio.

Si no se bendice la fuente, por no existir, se omite esta primera parte y se procede directamente a la bendición del agua común (n.56).

El sacerdote se dirige a los presentes con estas u otras palabras semejantes:

Queridos hermanos: Invoquemos la gracia de Dios Padre todopoderoso sobre esta fuente bautismal, de manera que cuantos renazcan en ella sean incorporados a los hijos adoptivos en Cristo.

Letanía de los santos

53. Dos cantores entonan las letanías, a las que todos responden, permaneciendo de pie (por razón del tiempo pascual). Si hubiera que hacer una procesión prolongada hasta el bautisterio, las letanías se cantan durante la procesión. En las letanías se pueden agregar nombres de otros santos, especialmente del titular de la iglesia y de los patronos del lugar.

Señor, ten piedad. Señor, ten piedad.

Cristo, ten piedad. Cristo, ten piedad.

Señor, ten piedad Señor, ten piedad.

Santa María, Madre de Dios Ruega por nosotros.

San Miguel Ruega por nosotros.

Santos ángeles de Dios Rueguen por nosotros.

San Juan Bautista Ruega por nosotros.

San José Ruega por nosotros.

Santos Pedro y Pablo Rueguen por nosotros.

San Andrés Ruega por nosotros.

San Juan Ruega por nosotros.

Santa María Magdalena Ruega por nosotros.

San Esteban Ruega por nosotros.

San Ignacio de Antioquía Ruega por nosotros.

San Lorenzo Ruega por nosotros.

Santas Perpetua y Felicidad Rueguen por nosotros.

Santa Inés Ruega por nosotros.

San Gregorio Magno Ruega por nosotros.

San Agustín Ruega por nosotros.

San Atanasio Ruega por nosotros.

San Basilio Ruega por nosotros.

San Martín de Tours Ruega por nosotros.

San Benito Ruega por nosotros.

Santos Francisco y Domingo Rueguen por nosotros.

San Francisco Javier Ruega por nosotros.

San Juan María Vianney Ruega por nosotros.

Santa Catalina de Siena Ruega por nosotros.

Santa Teresa de Jesús Ruega por nosotros.

Todos los santos y santas de Dios Rueguen por nosotros.

Por tu bondad Líbranos, Señor.

De todo mal Líbranos, Señor.

De todo pecado Líbranos, Señor.

De la muerte eterna Líbranos, Señor.

Por el misterio de tu encarnación Líbranos, Señor.

Por tu muerte y resurrección Líbranos, Señor.

Por el envío del Espíritu Santo Líbranos, Señor.

Nosotros que somos pecadores, te pedimos Escúchanos, Señor.

Para que con tu gracia santifiques esta fuente

en la que han de renacer tus hijos. Escúchanos, Señor.

Jesús, Hijo del Dios vivo. Escúchanos, Señor.

Cristo, óyenos. Cristo, óyenos.

Cristo, escúchanos. Cristo, escúchanos.

54. El sacerdote dice la siguiente oración, con las manos juntas:

Dios todopoderoso y eterno,

acompaña con tu eficacia los sacramentos de tu inmenso amor

y para recrear nuevos pueblos

haciéndolos nacer para ti en la fuente bautismal,

envíanos tu Espíritu de adopción

a fin de que tu poder realice la obra

confiada a nuestro humilde ministerio.

Por Jesucristo nuestro Señor.

R. Amén.

 

Bendición del agua bautismal

55. El sacerdote bendice el agua bautismal, diciendo la siguiente oración con las manos extendidas:

Señor, que por medio de los signos sacramentales

realizas obras admirables con tu poder invisible,

y de diversas maneras has preparado el agua

para que significara la gracia del bautismo:

En los orígenes del mundo

tu Espíritu aleteaba sobre las aguas

para que ya desde entonces

concibieran el poder de santificar;

incluso en las aguas torrenciales del diluvio

prefiguraste el nuevo nacimiento de los hombres,

para que el misterio de un mismo elemento

pusiera fin al pecado y diera origen a la virtud;

tú hiciste pasar por el mar Rojo

a los descendientes de Abrahán,

para que el pueblo liberado

de la esclavitud del Faraón

fuera imagen del pueblo de los bautizados.

Tu Hijo, Dios nuestro, al ser bautizado en las aguas del Jordán

fue ungido por el Espíritu Santo;

al estar suspendido en la cruz

hizo brotar sangre y agua,

y después de su resurrección

mandó a sus discípulos que

"fueran e instruyesen a todas las naciones

bautizándolas en el nombre del Padre

y del Hijo y del Espíritu Santo".

Por todo esto te pedimos, Padre,

que mires a tu Iglesia y le abras en esta noche santa la fuente del bautismo.

Que esta agua reciba por el Espíritu Santo

la gracia de tu Hijo único,

para que el hombre, creado a tu imagen,

por medio del sacramento del bautismo

sea purificado de todos sus pecados

y renazca a la Vida nueva de hijos de Dios

por el agua y el Espíritu Santo.

Y sumergiendo, según las circunstancias, el cirio pascual en el agua una o tres veces, prosigue:

Señor, te pedimos que por la gracia de tu Hijo,

descienda sobre el agua de esta fuente

el poder del Espíritu Santo,

para que por el bautismo, sepultados con Cristo en su muerte,

resucitemos con él a la Vida.

Por Jesucristo nuestro Señor.

R. Amén.

Saca el cirio del agua y el pueblo aclama:

Fuentes, bendigan al Señor.

Alábenlo y glorifíquenlo eternamente.

U otra aclamación adecuada.

Puede también usarse una de las dos fórmulas siguientes.

FÓRMULA B.

Sacerdote:

Bendito seas Dios, Padre todopoderoso,

que hiciste el agua para purificarnos y darnos la vida.

Todos:

Bendito seas, Señor (u otra aclamación adecuada).

Sacerdote:

Bendito seas Dios, Hijo único, Jesucristo,

que hiciste brotar de tu costado sangre y agua,

para que por tu Muerte y Resurrección naciera la Iglesia.

Todos:

Bendito seas, Señor.

Sacerdote:

Bendito seas Dios, Espíritu Santo, que ungiste a Cristo

al ser bautizado en las aguas del Jordán,

para que todos fuéramos bautizados en ti.

Todos:

Bendito seas, Señor.

Sacerdote:

Señor, escúchanos

y santifica esta agua creada por ti,

para que los bautizados con ella

sean purificados del pecado

y renazcan a la Vida de hijos adoptivos de Dios.

Todos:

Escúchanos, Señor (u otra aclamación adecuada).

 

Sacerdote:

Santifica esta agua creada por ti,

para que los bautizados con ella

en la Muerte y Resurrección de Cristo,

sean una fiel imagen de tu Hijo.

Todos:

Escúchanos, Señor.

El sacerdote toca el agua con la mano derecha y prosigue:

Santifica esta agua creada por ti,

para que los que tú has elegido

renazcan por medio del Espíritu Santo

y se incorporen a tu pueblo santo.

Todos:

Escúchanos, Señor.

O bien:

 

FÓRMULA C.

Sacerdote:

Padre misericordioso,

que derramaste sobre nosotros

la Vida nueva de hijos tuyos

que brota de la fuente bautismal.

Todos:

Bendito seas, Señor (u otra aclamación adecuada).

Sacerdote:

Padre misericordioso,

que por medio del agua y del Espíritu Santo,

congregas en un solo pueblo

a todos los bautizados en tu Hijo Jesucristo.

Todos:

Bendito seas, Señor.

Sacerdote:

Padre misericordioso,

que por tu Espíritu de amor derramado en nuestros corazones,

nos liberas para que gocemos de tu paz.

Todos:

Bendito seas, Señor.

Sacerdote:

Padre misericordioso,

que eliges a los bautizados para que anuncien alegremente

el Evangelio de Cristo a todos los pueblos.

Todos:

Bendito seas, Señor.

Sacerdote:

Bendice ? esta agua

con la que van a ser bautizados

quienes son llamados por ti

a participar de tu misma Vida.

Por Jesucristo nuestro Señor.

Todos:

Amén.

 

 

56. Si no hay bautizandos, ni se ha de bendecir el agua bautismal, el sacerdote bendice agua común con la siguiente oración:

Queridos hermanos:

Invoquemos con humildad a nuestro Dios y Señor

para que bendiga esta agua con la cual seremos rociados

en recuerdo de nuestro bautismo.

Que él nos renueve a fin de permanecer fieles al Espíritu Santo que hemos recibido.

Y después de una breve pausa de oración en silencio, con las manos extendidas, prosigue:

Señor y Dios nuestro,

acompaña con tu bondad a tu pueblo

que en esta santísima noche permanece en vela;

al rememorar la obra admirable de la creación

y el acontecimiento aún más admirable de la redención,

te pedimos que bendigas esta agua.

Ella fue creada por ti

para dar fecundidad a la tierra

y restaurar nuestros cuerpos

con su frescura y limpieza.

La hiciste también instrumento de tu misericordia:

por ella libraste a tu pueblo de la esclavitud

y apagaste su sed en el desierto:

por ella, los profetas anunciaron la Nueva Alianza

que habrías de pactar con los hombres.

Finalmente, al ser consagrada por Cristo en el río Jordán,

por ella renovaste nuestra naturaleza pecadora

con el baño de renacimiento espiritual.

Que ella nos recuerde ahora nuestro bautismo,

y concédenos participar de la alegría de nuestros hermanos

que son bautizados en esta Pascua.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

 

 

Renuncia y profesión de fe de toda la asamblea

57. Concluida la bendición del agua, todos permaneciendo de pie y con los cirios encendidos en sus manos, renuevan las promesas bautismales.

El sacerdote se dirige a los fieles con estas palabras u otras semejantes:

Queridísimos hermanos:

por el Misterio Pascual, en el bautismo fuimos sepultados con Cristo

para que también nosotros llevemos con él una vida nueva.

Por eso, ya acabado nuestro camino cuaresmal,

renovemos las promesas del santo bautismo,

por las que un día renunciamos al demonio y a sus obras

y prometimos servir al Señor en la santa Iglesia Católica.

Por tanto:

Sacerdote:

¿Renuncian al Demonio?

Todos:

Sí, renunciamos.

Sacerdote:

¿Renuncian a todas sus obras?

Todos:

Sí, renunciamos.

Sacerdote:

¿Renuncian a todos sus engaños?

Todos:

Sí, renunciamos.

O bien:

FÓRMULA B

Sacerdote:

¿Renuncian al pecado

para vivir en la libertad de los hijos de Dios?

Todos: Sí, renunciamos.

Sacerdote:

¿Renuncian a los engaños del mal

para no ser esclavos del pecado?

Todos: Sí, renunciamos.

Sacerdote:

¿Renuncian al Demonio, que es el autor del pecado?

Todos: Sí, renunciamos.

O bien:

FÓRMULA C

Sacerdote:

¿Renuncian a Satanás y

-al pecado, como negación de Dios;

-al mal, como signo del pecado en el mundo;

-al error, como negación de la verdad;

-a la violencia, como contraria a la caridad;

-al egoísmo, como falta de testimonio de amor?

Todos: Sí , renunciamos.

Sacerdote:

¿Renuncian a las obras opuestas al Evangelio de Jesús, que son

-la envidia y el odio;

-la pereza y la indiferencia;

-la cobardía y los acomplejamientos;

-el materialismo y la sensualidad;

-la injusticia y el favoritismo;

-el negociado y el soborno?

Todos: Sí, renunciamos.

Sacerdote:

¿Renuncian a los criterios y comportamientos que llevan a:

-creerse los mejores;

-verse siempre superiores;

-creerse ya convertidos del todo;

-buscar el dinero como el máximo valor;

-buscar el placer como única ilusión;

-buscar el propio interés por encima del bien común?

Todos: Sí, renunciamos.

 

Profesión de fe

Sacerdote:

¿Creen en Dios Padre todopoderoso,

creador del cielo y de la tierra?

Todos responden:

Sí, creo.

Sacerdote:

¿Creen en Jesucristo,

su único Hijo, nuestro Señor,

que nació de la Virgen María,

padeció y fue sepultado,

resucitó de entre los muertos

y está sentado a la derecha del Padre?

Todos responden:

Sí, creo.

Sacerdote:

¿Creen en el Espíritu Santo,

la santa Iglesia católica,

la comunión de los santos,

el perdón de los pecados,

la resurrección de la carne

y la Vida eterna?

Todos responden:

Sí, creo.

Y el sacerdote concluye:

Y Dios todopoderoso, Padre de nuestro Señor Jesucristo,

que nos ha hecho renacer por el agua y el Espíritu Santo,

y nos ha perdonado los pecados,

nos conserve con su gracia en Jesucristo nuestro Señor,

para la Vida eterna.

Todos:

Amén.

 

Aspersión con el agua bendita

58. El sacerdote rocía al pueblo con el agua bendita mientras todos cantan:

ANTÍFONA

He visto el agua que brotaba del lado derecho del templo, Aleluia.

Y todos aquellos a quienes alcanzó esta agua han sido salvados y dicen:

Aleluia, aleluia.

U otro cántico de índole bautismal.

Si la bendición del agua bautismal no se ha realizado en el mismo bautisterio, los ministros, solemnemente, llevan el recipiente con el agua hasta la fuente bautismal.

Si no se bendijo agua bautismal, se coloca el agua bendita en un lugar adecuado.

Después de la aspersión, el sacerdote regresa a la sede, y omitiendo el Credo, comienza la oración universal.

Liturgia de la Eucaristía

59. El sacerdote se acerca al altar y comienza la liturgia eucarística de la manera acostumbrada. Es conveniente que el pan y el vino sean llevados al altar por los neófitos.

60. Oración sobre las ofrendas

Señor nuestro, fuente de la Vida,

recibe las oraciones y ofrendas de tu pueblo,

para que la vida que nace de estos sacramentos pascuales

sea, por tu gracia, remedio para la eternidad.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

Prefacio pascual I

V. El Señor esté con ustedes

R. Y con tu espíritu.

V. Levantemos el corazón.

R. Lo tenemos levantado hacia el Señor.

V. Demos gracias al Señor, nuestro Dios.

R. Es justo y necesario.

En verdad es justo y necesario,

es nuestro deber y salvación

glorificarte siempre, Señor;

pero más que nunca en esta noche

en que Cristo, nuestra Pascua, ha sido inmolado.

Porque él es el verdadero Cordero

que quitó el pecado del mundo;

muriendo destruyó nuestra muerte

y resucitando restauró la vida.

Por eso, con esta efusión del gozo pascual,

el mundo entero se desborda de alegría,

y también los coros celestiales

cantan un himno a tu gloria

diciendo sin cesar:

Santo, Santo, Santo...

En las Plegarias eucarísticas se dicen las partes propias para esta misa.

61. ANTÍFONA DE COMUNIÓN

CRISTO, NUESTRA VÍCTIMA PASCUAL, HA SIDO INMOLADO. CELEBREMOS, ENTONCES, ESTA FIESTA

CON LOS PANES SIN LEVADURA DE LA PUREZA Y LA VERDAD. ALELUIA. (1 COR. 5,7-8)

62. Oración después de la comunión

Señor y Padre de la vida,

tú nos has alimentado con los sacramentos pascuales;

derrama sobre nosotros tu Espíritu de caridad

para que tengamos un solo corazón en tu amor.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

 

63. Si se cree oportuno, antes de la despedida, puede hacerse el solemne saludo a Nuestra Señora, de la siguiente manera:

Solemne saludo a nuestra señora

El sacerdote se dirige brevemente a los fieles con estas palabras u otras semejantes:

Queridísimos hermanos.

En esta noche, la más santa de todas,

en la que permaneciendo en vela hemos celebrado la Pascua del Señor,

es justo alegrarse con la Madre de Jesús por la Resurrección de su Hijo.

Este fue el acontecimiento que realizó plenamente su esperanza

y dio a todos los hombres la salvación.

Así como nosotros, pecadores, la hemos contemplado unidos en el dolor,

así -como redimidos- la honramos unidos en el gozo pascual.

Después de la introducción, si la imagen de la Virgen está en el altar donde se celebra, el sacerdote puede incensarla, mientras los instrumentos musicales suenan festivamente. Se entona la antífona "Regina coeli", y luego se canta el versículo "Gaude et laetare Virgo Maria...", y el sacerdote dice:

Oremos.

Señor, que has alegrado al mundo

por la Resurrección de tu Hijo, nuestro Señor Jesucristo,

concédenos que por la intercesión de su Madre, la Virgen María,

alcancemos los gozos de la Vida eterna.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

R. Amén.

 

64. Conviene usar la bendición solemne para la Vigilia pascual, p.

65. En la despedida, el diácono o el mismo sacerdote dice:

V. Pueden ir en paz, aleluia, aleluia.

R. Demos gracias a Dios, aleluia, aleluia.

 

DOMINGO DE PASCUA DE LA RESURRECCIÓN DEL SEÑOR

Misa del día

ANTÍFONA DE ENTRADA

HE RESUCITADO, Y ESTOY DE NUEVO CONTIGO. PUSISTE TU MANO SOBRE MÍ; ¡QUÉ ADMIRABLE ES TU SABIDURÍA!

ALELUIA. (CFR. SAL. 138,18.5-6)

O bien:

EN VERDAD RESUCITÓ EL SEÑOR. ALELUIA. ¡A ÉL SEA LA GLORIA Y EL PODER POR LOS SIGLOS DE LOS SIGLOS!

(CFR. LC. 24,34; APOC. 1,6)

Se canta el Gloria

Oración colecta

Señor Dios, por la victoria de tu Hijo sobre la muerte,

nos abriste en este día las puertas de la vida eterna;

te pedimos que quienes celebramos

la solemnidad de la Resurrección del Señor

podamos resucitar a la luz de la vida

gracias a la acción santificadora de tu Espíritu.

Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo,

que vive y reina contigo

en la unidad del Espíritu Santo y es Dios

por los siglos de los siglos.

Antes del Evangelio, se canta la Secuencia pascual.

Se dice Credo.

Oración sobre las ofrendas

Señor Dios, llenos del gozo pascual

te ofrecemos este sacrificio

por el que tu Iglesia renace admirablemente a la Vida

y recibe su alimento.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

Prefacio pascual I (en este día), p.

En las Plegarias eucarísticas se utilizan los elementos propios.

ANTÍFONA DE COMUNIÓN

CRISTO, NUESTRA VÍCTIMA PASCUAL, HA SIDO INMOLADO; CELEBREMOS, ENTONCES, ESTA FIESTA CON LOS PANES SIN LEVADURA DE LA PUREZA Y LA VERDAD. ALELUIA.

Oración después de la comunión

Señor Dios, protege a tu Iglesia

con tu amor incansable y paternal,

para que, renovada por los misterios pascuales,

llegue a la gloria de la resurrección.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

Para despedir al pueblo, durante toda la octava, hasta el II Domingo de Pascua, se dice:

Pueden ir en paz, aleluia, aleluia.

R. Demos gracias a Dios, aleluia, aleluia.

 

LUNES DE LA OCTAVA DE PASCUA

ANTÍFONA DE ENTRADA

EL SEÑOR HIZO ENTRAR A SU PUEBLO EN EL PAÍS DONDE ABUNDA LA LECHE Y LA MIEL; QUE LA LEY DEL SEÑOR ESTÉ SIEMPRE EN TUS LABIOS. ALELUIA. (EX. 13,5.9)

O bien:

EL SEÑOR RESUCITÓ DE ENTRE LOS MUERTOS, SEGÚN LO HABÍA DICHO; ALEGRÉMONOS Y REGOCIJÉMONOS TODOS, PORQUE ÉL REINA PARA SIEMPRE. ALELUIA.

Se canta el Gloria.

Oración colecta

Dios y Señor nuestro,

que siempre haces crecer a tu Iglesia dándole nuevos hijos:

concédenos la gracia de vivir de acuerdo con la fe

que recibimos en el bautismo.

Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo,

que vive y reina contigo

en la unidad del Espíritu Santo y es Dios

por los siglos de los siglos.

Antes del Evangelio, puede cantarse la Secuencia pascual.

No se dice Credo.

Oración sobre las ofrendas

Tú, Señor, nos has renovado por la fe y el bautismo;

Recibe con bondad la ofrenda de tu pueblo

y haz que obtenga la felicidad eterna.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

Prefacio pascual I (en este día), p.

En las Plegarias eucarísticas se utilizan los elementos propios.

ANTÍFONA DE COMUNIÓN

CRISTO, DESPUÉS DE RESUCITAR, NO MUERE MÁS, PORQUE LA MUERTE YA NO TIENE PODER SOBRE ÉL. ALELUIA. (ROM. 6,9)

Oración después de la comunión

Te pedimos, Padre, que la gracia,

recibida con abundancia en estos sacramentos pascuales

crezca en nuestros corazones,

y mientras nos conduces por el camino de la salvación eterna,

haznos dignos de tus dones.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

MARTES DE LA OCTAVA DE PASCUA

ANTÍFONA DE ENTRADA

EL SEÑOR DIO DE BEBER A SU PUEBLO EL AGUA DE LA SABIDURÍA; ÉL ES EL APOYO DE SUS HIJOS Y NO DESFALLECERÁN, ÉL LOS EXALTARÁ PARA SIEMPRE. ALELUIA. (CFR. ECLO. 15,3-4)

Se canta el Gloria.

Oración colecta

Dios y Padre nuestro,

por estos sacramentos pascuales llegas a nuestras vidas

con el poder salvífico de tu amor;

continúa favoreciendo a tu pueblo

para que alcance la perfecta libertad de los hijos de Dios

y pueda gozar de la alegría del cielo que ya ha empezado a gustar en la tierra.

Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo,

que vive y reina contigo

en la unidad del Espíritu Santo y es Dios

por los siglos de los siglos.

Antes del Evangelio, puede cantarse la Secuencia pascual.

No se dice Credo.

Oración sobre las ofrendas

Padre de bondad, acepta las ofrendas de tu familia,

para que, protegida por ti,

no pierda los dones recibidos

y alcance la felicidad eterna que prometiste.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

Prefacio pascual I (en este día), p.

En las Plegarias eucarísticas se utilizan los elementos propios.

ANTÍFONA DE COMUNIÓN

YA QUE USTEDES HAN RESUCITADO CON CRISTO, BUSQUEN LOS BIENES DEL CIELO DONDE CRISTO ESTÁ SENTADO A LA DERECHA DE DIOS. TENGAN EL PENSAMIENTO PUESTO EN LAS COSAS CELESTIALES. ALELUIA. (COL. 3,1-2)

Oración después de la comunión

Escúchanos, Dios todopoderoso,

y después de haber concedido a tus hijos

la gracia del bautismo y el don del Pan de vida,

prepara nuestros corazones para alcanzar la felicidad eterna.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

MIÉRCOLES DE LA OCTAVA DE PASCUA

ANTÍFONA DE ENTRADA

VENGAN, BENDITOS DE MI PADRE, Y RECIBAN EN HERENCIA EL REINO QUE LES FUE PREPARADO DESDE EL

COMIENZO DEL MUNDO. ALELUIA. (MT. 25,34)

Se canta el Gloria.

Oración colecta

Dios y Señor de la Vida,

que en la liturgia pascual

nos concedes cada año la alegría de revivir

la resurrección de tu Hijo,

haz que el júbilo de estos días

alcance su plenitud en la Pascua del cielo.

Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo,

que vive y reina contigo

en la unidad del Espíritu Santo y es Dios

por los siglos de los siglos.

Antes del Evangelio, puede cantarse la Secuencia pascual.

No se dice Credo.

Oración sobre las ofrendas

Acepta con bondad, Padre,

el sacrificio de nuestra redención

y cumple en nosotros la salvación del alma y del cuerpo.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

Prefacio pascual I (en este día), p.

En las Plegarias eucarísticas se utilizan los elementos propios.

ANTÍFONA DE COMUNIÓN

LOS DISCÍPULOS RECONOCIERON AL SEÑOR AL PARTIR EL PAN. ALELUIA. (LC. 24,35)

Oración después de la comunión

Te pedimos, Señor,

que la participación en los sacramentos de tu Hijo,

nos libre de los pecados del hombre viejo

y nos transformemos en nuevas creaturas.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

 

JUEVES DE LA OCTAVA DE PASCUA

ANTÍFONA DE ENTRADA

SEÑOR, TODOS CELEBRARON TU MANO PROTECTORA; PORQUE TU SABIDURÍA ABRIÓ LA BOCA DE LOS MUDOS Y SOLTÓ LA LENGUA DE LOS MÁS PEQUEÑOS. ALELUIA. (SAB. 10,20-21)

Se canta el Gloria.

Oración colecta

Señor Dios, Padre y Pastor,

que has congregado pueblos diversos

para profesar tu santo nombre;

ayúdanos a quienes hemos renacido en las aguas bautismales

a estar unidos en la fe y en la santidad de vida.

Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo,

que vive y reina contigo

en la unidad del Espíritu Santo y es Dios

por los siglos de los siglos.

Antes del Evangelio, puede cantarse la Secuencia pascual.

No se dice Credo.

Oración sobre las ofrendas

Recibe, Padre, con bondad

este sacrificio que te ofrecemos

para darte gracias por los nuevos bautizados

e implorar tu protección sobre ellos.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

Prefacio pascual I (en este día), p.

En las Plegarias eucarísticas se utilizan los elementos propios.

ANTÍFONA DE COMUNIÓN

USTEDES SON UN PUEBLO ADQUIRIDO PARA ANUNCIAR LAS MARAVILLAS DE AQUEL QUE LOS LLAMÓ DE LAS TINIEBLAS A SU ADMIRABLE LUZ. ALELUIA. (1 PED. 2,9)

Oración después de la comunión

Escucha nuestras oraciones, Señor y Padre nuestro,

para que la participación en los sacramentos por los que fuimos redimidos,

nos mantenga fieles en la vida presente

y así, nos otorgues la felicidad eterna.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

VIERNES DE LA OCTAVA DE PASCUA

ANTÍFONA DE ENTRADA

EL SEÑOR HIZO SALIR DE EGIPTO A SU PUEBLO Y LO LLEVÓ POR UN CAMINO SEGURO; EL MAR SEPULTÓ A SUS ENEMIGOS. ALELUIA. (CFR. SAL. 77,53)

Se canta el Gloria.

Oración colecta

Dios todopoderoso y eterno,

que estableciste el misterio pascual

como alianza de la humana reconciliación,

concédenos manifestar en nuestras obras

lo que celebramos en la fe.

Te lo pedimos por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo,

que vive y reina contigo

en la unidad del Espíritu Santo y es Dios

por los siglos de los siglos.

Antes del Evangelio, puede cantarse la Secuencia pascual.

No se dice Credo.

Oración sobre las ofrendas

Por tu bondad, Dios nuestro,

realiza en nosotros lo que significan estas ofrendas pascuales,

para que desde las alegrías y fatigas de la tierra,

nos elevemos al deseo de los bienes del cielo.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

Prefacio pascual I (en este día), p.

En las Plegarias eucarísticas se utilizan los elementos propios.

ANTÍFONA DE COMUNIÓN

JESÚS DIJO A SUS DISCÍPULOS: VENGAN A COMER, Y TOMÓ EL PAN Y SE LO DIO. ALELUIA. (CFR. JN. 21,12-13)

Oración después de la comunión

Protege, Señor, con amor de Padre

al pueblo que has salvado por el sacrificio de la cruz

y alimentado con el pan eucarístico;

hazlo partícipe de la gloria de Cristo resucitado.

Te lo pedimos, por el mismo Jesucristo, nuestro Señor.

 

SÁBADO DE LA OCTAVA DE PASCUA

ANTÍFONA DE ENTRADA

EL SEÑOR HIZO SALIR A SU PUEBLO CON ALEGRÍA Y A SUS ELEGIDOS ENTRE CANTOS DE TRIUNFO. ALELUIA. (SAL. 104,43)

Se canta el Gloria.

Oración colecta

Dios de amor,

con la abundancia de tu gracia

haces crecer el número de quienes creen en ti;

mira con bondad a tus elegidos

y reviste de feliz inmortalidad

a los que hemos renacido por el bautismo.

Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo,

que vive y reina contigo

en la unidad del Espíritu Santo y es Dios

por los siglos de los siglos.

Antes del Evangelio, puede cantarse la Secuencia pascual.

No se dice Credo.

Oración sobre las ofrendas

Señor y Dios nuestro,

concédenos alegrarnos siempre por estos misterios pascuales

para que la constante celebración de nuestra redención,

sea para nosotros fuente de inagotable alegría.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

Prefacio pascual I (en este día), p.

En las Plegarias eucarísticas se utilizan los elementos propios.

ANTÍFONA DE COMUNIÓN

TODOS LOS QUE FUERON BAUTIZADOS EN CRISTO, HAN SIDO REVESTIDOS DE CRISTO. ALELUIA. (GAL. 3,27)

Oración después de la comunión

Padre providente,

mira con bondad a tu pueblo,

y ya que nos has renovado con los sacramentos de la vida eterna,

concédenos alcanzar la gloria de la resurrección.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

 

II DOMINGO DE PASCUA

ANTÍFONA DE ENTRADA

COMO NIÑOS RECIÉN NACIDOS, DESEEN LA LECHE PURA DE LA PALABRA, QUE LOS HARÁ CRECER PARA

LA SALVACIÓN. ALELUIA. (1 PED. 2,2)

O bien:

CELEBREN CON ALEGRÍA SU VICTORIA DANDO GRACIAS A DIOS QUE LOS LLAMÓ A SU REINO CELESTIAL. ALELUIA. (4 ESD. 2, 36-37)

Se canta el Gloria.

Oración colecta

Dios de la eterna misericordia,

cuando celebramos cada año la fiesta de la Pascua

tú reavivas la fe del Pueblo santo;

haz crecer en nosotros los dones de tu gracia,

para que comprendamos mejor

la grandeza inestimable

del bautismo que nos purificó,

del Espíritu que nos regeneró

y de la sangre que nos redimió.

Te lo pedimos por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo,

que vive y reina contigo

en la unidad del Espíritu Santo y es Dios

por los siglos de los siglos.

Antes del Evangelio, puede cantarse la Secuencia pascual.

Se dice Credo.

Oración sobre las ofrendas

Recibe, Padre, las ofrendas

que (junto con los recién bautizados) te presentamos,

y haz que, renovados por la fe (y el bautismo),

consigamos la eterna bienaventuranza.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

Prefacio pascual I (en este día), p.

En las Plegarias eucarísticas se utilizan los elementos propios.

ANTÍFONA DE COMUNIÓN

ACERCA TU MANO Y RECONOCE EL LUGAR DE LOS CLAVOS; EN ADELANTE NO SEAS INCRÉDULO, SINO HOMBRE DE FE. ALELUIA. (CFR. JN. 20,27)

Oración después de la comunión

Dios y Padre todopoderoso,

concédenos que la fuerza del sacramento pascual

que hemos recibido,

permanezca siempre en nuestros corazones.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

Para despedir al pueblo, el diácono o el mismo sacerdote canta o dice:

Pueden ir en paz, aleluia, aleluia.

R. Demos gracias a Dios, aleluia, aleluia.

LUNES DE LA II SEMANA DE PASCUA

ANTÍFONA DE ENTRADA

CRISTO, DESPUÉS DE RESUCITAR, NO MUERE MÁS, PORQUE LA MUERTE YA NO TIENE PODER SOBRE ÉL. ALELUIA. (ROM. 6,9)

Oración colecta

Dios todopoderoso y eterno,

a quien nos atrevemos a llamar Padre,

confirma en nosotros

el espíritu de hijos adoptivos

para que merezcamos alcanzar la herencia prometida.

Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo,

que vive y reina contigo

en la unidad del Espíritu Santo y es Dios

por los siglos de los siglos.

Oración sobre las ofrendas

Recibe, Padre, las ofrendas de tu Iglesia desbordante de alegría,

y después de habernos concedido el motivo de un gozo tan grande,

permítenos alcanzar su plenitud en la felicidad eterna.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

Si se utilizan las Plegarias eucarísticas I, II o III, se dice un Prefacio pascual, p.

ANTÍFONA DE COMUNIÓN

JESÚS, PONIÉNDOSE EN MEDIO DE SUS DISCÍPULOS LES DIJO: LA PAZ ESTÉ CON USTEDES. ALELUIA. (JN. 20,19)

Oración después de la comunión

Mira, Padre, con bondad a tu pueblo

y ya que has querido renovarlo

con los sacramentos de la vida eterna,

concédenos alcanzar la gloria de la resurrección.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

MARTES DE LA II SEMANA DE PASCUA

ANTÍFONA DE ENTRADA

ALEGRÉMONOS, REGOCIJÉMONOS Y DEMOS GLORIA A DIOS, PORQUE EL SEÑOR, NUESTRO DIOS,

EL TODOPODEROSO, HA ESTABLECIDO SU REINO. ALELUIA. (APOC. 19,7.6)

Oración colecta

Dios todopoderoso,

haznos capaces de proclamar la victoria de Cristo resucitado,

de modo que quienes hemos recibido el anticipo de los bienes futuros,

lleguemos a compartirlos un día en plenitud.

Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo,

que vive y reina contigo

en la unidad del Espíritu Santo y es Dios

por los siglos de los siglos.

Oración sobre las ofrendas

Señor y Dios nuestro,

concédenos alegrarnos siempre por estos misterios pascuales

para que la constante celebración de nuestra redención,

sea para nosotros fuente de inagotable alegría.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

Si se utilizan las Plegarias eucarísticas I, II o III, se dice un Prefacio pascual, p.

ANTÍFONA DE COMUNIÓN

EL MESÍAS DEBÍA SUFRIR Y RESUCITAR PARA ENTRAR EN SU GLORIA. ALELUIA. (CFR. LC. 24,46.26)

Oración después de la comunión

Escucha nuestras oraciones, Señor y Padre nuestro,

para que la participación en los sacramentos por los que fuimos redimidos,

nos mantenga fieles en la vida presente

y así nos otorgues la felicidad eterna.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

MIÉRCOLES DE LA II SEMANA DE PASCUA

Antífona de entrada

TE ALABARÉ ENTRE LAS NACIONES, SEÑOR, Y ANUNCIARÉ TU NOMBRE A MIS HERMANOS. ALELUIA.

(SAL. 17,50; 21,23)

Oración colecta

Al revivir nuevamente este año el misterio pascual,

en el que la humanidad recobra la dignidad perdida

y adquiere la esperanza de la resurrección futura,

te pedimos, Dios de clemencia,

que el misterio celebrado en la fe

se actualice siempre en el amor.

Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo,

que vive y reina contigo

en la unidad del Espíritu Santo y es Dios

por los siglos de los siglos.

 

Oración sobre las ofrendas

Padre bondadoso, por el intercambio sagrado de este sacrificio,

nos haces participar de tu vida divina;

concédenos que así como conocemos tu verdad,

vivamos de acuerdo con ella.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

Si se utilizan las Plegarias eucarísticas I, II o III, se dice un Prefacio pascual, p.

ANTÍFONA DE COMUNIÓN

DICE EL SEÑOR: YO LOS ELEGÍ DEL MUNDO Y LOS DESTINÉ PARA QUE VAYAN Y DEN FRUTO, Y ESE FRUTO SEA DURADERO. ALELUIA. (CFR. JN. 15,16.19)

Oración después de la comunión

Señor Dios de bondad, ven en ayuda de tu pueblo

y ya que nos has iniciado en los misterios celestiales,

concédenos pasar de la esclavitud del pecado

a la novedad de una vida santa.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

JUEVES DE LA II SEMANA DE PASCUA

ANTÍFONA DE ENTRADA

SEÑOR, CUANDO SALISTE AL FRENTE DE TU PUEBLO, ABRIÉNDOLE CAMINO Y CONVIVIENDO CON ÉL,

TEMBLÓ LA TIERRA Y EL CIELO DEJÓ CAER SU LLUVIA. ALELUIA. (CFR. SAL. 67,8-9.20)

Oración colecta

Señor, Dios de misericordia,

te pedimos que podamos experimentar en todo tiempo

los frutos pascuales que hoy celebramos.

Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo,

que vive y reina contigo

en la unidad del Espíritu Santo y es Dios

por los siglos de los siglos.

Oración sobre las ofrendas

Lleguen a ti, Padre, nuestras oraciones

junto con estas ofrendas,

y haz que, purificados por tu misericordia,

podamos recibir el sacramento de tu inmensa bondad.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

Si se utilizan las Plegarias eucarísticas I, II o III, se dice un Prefacio pascual, pp.

ANTÍFONA DE COMUNIÓN

YO ESTARÉ SIEMPRE CON USTEDES HASTA EL FIN DEL MUNDO. ALELUIA. (MT. 28,20)

Oración después de la comunión

Dios todopoderoso y eterno,

que en la resurrección de Jesucristo

nos has hecho renacer a la vida eterna,

haz que los sacramentos pascuales

den en nosotros fruto abundante,

y que el alimento de salvación que acabamos de recibir

fortalezca nuestras vidas.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

VIERNES DE LA II SEMANA DE PASCUA

ANTÍFONA DE ENTRADA

NOS HAS REDIMIDO, SEÑOR, POR MEDIO DE TU SANGRE, DE TODAS LAS FAMILIAS, LENGUAS, PUEBLOS

Y NACIONES, Y HAS HECHO DE NOSOTROS UN REINO SACERDOTAL PARA NUESTRO DIOS. ALELUIA. (APOC. 5,9-10)

Oración colecta

Ya que quisiste, Señor, que tu Hijo sufriera por nosotros

el suplicio de la cruz para librarnos del poder del enemigo,

concédenos la gracia de la victoria pascual.

Por el mismo Jesucristo, tu Hijo y nuestro Señor,

que vive y reina contigo

en la unidad del Espíritu Santo y es Dios

por los siglos de los siglos.

Oración sobre las ofrendas

Padre de bondad,

acepta las ofrendas de tu familia,

para que, protegida por ti,

no pierda los dones recibidos

y alcance la felicidad eterna que prometiste.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

Si se utilizan las Plegarias eucarísticas I, II o III, se dice un Prefacio pascual, pp.

ANTÍFONA DE COMUNIÓN

EL SEÑOR JESÚS FUE ENTREGADO POR NUESTROS PECADOS Y RESUCITADO PARA NUESTRA JUSTIFICACIÓN. ALELUIA. (ROM. 4,25)

Oración después de la comunión

Protege, Señor, con amor de Padre

al pueblo que has salvado por el sacrificio de la cruz

y alimentado con el pan eucarístico;

hazlo partícipe de la gloria de Cristo resucitado.

Te lo pedimos por el mismo Jesucristo, nuestro Señor.

SÁBADO DE LA II SEMANA DE PASCUA

ANTÍFONA DE ENTRADA

USTEDES SON UN PUEBLO ADQUIRIDO PARA ANUNCIAR LA GRANDEZA DE AQUEL QUE LOS LLAMÓ

DE LAS TINIEBLAS A SU ADMIRABLE LUZ. ALELUIA. (1 PED. 2,9)

Oración colecta

Señor Dios, que te has dignado redimirnos

y has querido hacernos hijos tuyos

míranos siempre con amor de padre

y haz que cuantos creemos en Cristo, tu Hijo,

alcancemos la libertad verdadera y la herencia eterna.

Te lo pedimos por el mismo Jesucristo, nuestro Señor,

que vive y reina contigo

en la unidad del Espíritu Santo y es Dios

por los siglos de los siglos.

Oración sobre las ofrendas

Dios de bondad, santifica estos dones que te presentamos

y al aceptar la oblación de este sacrificio espiritual,

conviértenos en ofrenda eterna.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

Si se utilizan las Plegarias eucarísticas I, II o III, se dice un Prefacio pascual, pp.

ANTÍFONA DE COMUNIÓN

PADRE, QUIERO QUE LOS QUE TÚ ME DISTE ESTÉN CONMIGO DONDE YO ESTÉ,

PARA QUE CONTEMPLEN LA GLORIA QUE ME HAS DADO. ALELUIA. (JN. 17,24)

Oración después de la comunión

Después de recibir los sagrados misterios,

humildemente te pedimos, Señor,

que esta eucaristía,

celebrada como memorial de tu Hijo,

nos haga progresar en el amor.

Por el mismo Jesucristo, nuestro Señor.

 

III DOMINGO DE PASCUA

ANTÍFONA DE ENTRADA

¡ACLAME AL SEÑOR TODA LA TIERRA! ¡CANTEN LA GLORIA DE SU NOMBRE! ALELUIA. (SAL. 65,1-2)

Se canta el Gloria

Oración colecta

Señor y Padre nuestro,

tu pueblo ha sido rejuvenecido por la gracia

y vive la alegría de tus dones;

concédenos ahora regocijarnos por haber recobrado nuestra condición de hijos

y haz que aguardemos con firme esperanza el día de la resurrección.

Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo,

que vive y reina contigo

en la unidad del Espíritu Santo y es Dios

por los siglos de los siglos.

Se dice Credo.

Oración sobre las ofrendas

Recibe, Padre, las ofrendas de tu Iglesia desbordante de alegría,

y después de habernos concedido el motivo de un gozo tan grande,

permítenos alcanzar su plenitud en la felicidad eterna.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

Prefacio pascual, pp.

ANTÍFONA DE COMUNIÓN

Año A:

LOS DISCÍPULOS RECONOCIERON AL SEÑOR JESÚS AL PARTIR EL PAN. ALELUIA. (LC. 24,35)

Año B:

EL MESÍAS DEBÍA SUFRIR Y RESUCITAR DE ENTRE LOS MUERTOS AL TERCER DÍA, Y EN SU NOMBRE DEBÍA PREDICARSE A TODAS LAS NACIONES LA CONVERSIÓN PARA EL PERDÓN DE LOS PECADOS. ALELUIA.

(LC. 24,46-47)

Año C:

JESÚS DIJO A SUS DISCÍPULOS: VENGAN A COMER, Y TOMÓ EL PAN Y SE LO DIO. ALELUIA. (CFR. JN. 21,12-13)

Oración después de la comunión

Padre providente,

mira con bondad a tu pueblo,

y ya que nos has renovado con los sacramentos de la vida eterna,

concédenos alcanzar la gloria de la resurrección.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

LUNES DE LA III SEMANA DE PASCUA

ANTÍFONA DE ENTRADA

RESUCITÓ EL BUEN PASTOR, QUE DIO LA VIDA POR SUS OVEJAS Y SE ENTREGÓ A LA MUERTE POR SU REBAÑO. ALELUIA.

Oración colecta

Señor Dios, tú muestras la luz de tu verdad

a los que viven en tinieblas y en sombras de muerte,

para que puedan volver al camino de la justicia.

Danos a cuantos hacemos profesión de cristianos,

la gracia de rechazar

todo lo que se opone a este nombre

y de comprometernos con sus exigencias.

Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo,

que vive y reina contigo

en la unidad del Espíritu Santo y es Dios

por los siglos de los siglos.

Oración sobre las ofrendas

Lleguen hasta ti, Padre, nuestras oraciones

junto con estas ofrendas,

y haz que, purificados por tu misericordia,

podamos recibir el sacramento de tu inmensa bondad.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

Si se utilizan las Plegarias eucarísticas I, II o III, se dice un Prefacio pascual, pp.

ANTÍFONA DE COMUNIÓN

DICE EL SEÑOR: LES DEJO LA PAZ, LES DOY MI PAZ, PERO NO COMO LA DA EL MUNDO. ALELUIA. (JN. 14,27)

Oración después de la comunión

Dios todopoderoso y eterno,

que en la resurrección de Jesucristo

nos has hecho renacer a la vida eterna,

haz que los sacramentos pascuales

den en nosotros fruto abundante,

y que el alimento de salvación que acabamos de recibir

fortalezca nuestras vidas.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

 

MARTES DE LA III SEMANA DE PASCUA

ANTÍFONA DE ENTRADA

ALABEN A NUESTRO DIOS, TODOS LOS QUE LO TEMEN, PEQUEÑOS Y GRANDES;

PORQUE LLEGÓ LA SALVACIÓN, EL PODER Y EL REINO. ALELUIA. (AP. 19,5; 12,10)

Oración colecta

Señor, Dios de misericordia,

tú abres las puertas del Reino de los cielos

a los renacidos por el agua y el Espíritu.

Aumenta en tus hijos la gracia que nos diste,

para que purificados de todos nuestros pecados,

podamos gozar de los bienes

que en tu bondad nos has prometido.

Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo,

que vive y reina contigo

en la unidad del Espíritu Santo y es Dios

por los siglos de los siglos.

Oración sobre las ofrendas

Recibe, Padre, las ofrendas de tu Iglesia desbordante de alegría,

y después de habernos concedido el motivo de un gozo tan grande,

permítenos alcanzar su plenitud en la felicidad eterna.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

Si se utilizan las Plegarias eucarísticas I, II o III, se dice un Prefacio pascual, pp.

ANTÍFONA DE COMUNIÓN

SI HEMOS MUERTO CON CRISTO, CREEMOS QUE TAMBIÉN VIVIREMOS CON ÉL. ALELUIA. (ROM. 6,8)

Oración después de la comunión

Padre providente,

mira con bondad a tu pueblo,

y ya que nos has renovado con los sacramentos de la vida eterna,

concédenos alcanzar la gloria de la resurrección.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

MIÉRCOLES DE LA III SEMANA DE PASCUA

ANTÍFONA DE ENTRADA

MI BOCA, SEÑOR, PROCLAMA TU ALABANZA. MIS LABIOS TE CANTARÁN JUBILOSOS. ALELUIA. (SAL. 70,8.23)

Oración colecta

Escucha a tu familia, Dios Padre providente,

y a quienes regalaste el don de la fe,

concédeles compartir eternamente

el premio de la resurrección de tu Hijo.

Él que vive y reina contigo

en la unidad del Espíritu Santo y es Dios

por los siglos de los siglos.

Oración sobre las ofrendas

Señor y Dios nuestro,

concédenos alegrarnos siempre por estos misterios pascuales

para que la constante celebración de nuestra redención,

sea para nosotros fuente de inagotable alegría.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

Si se utilizan las Plegarias eucarísticas I, II o III, se dice un Prefacio pascual, pp.

ANTÍFONA DE COMUNIÓN

CRISTO HA RESUCITADO. ÉL HA HECHO BRILLAR SOBRE NOSOTROS SU LUZ, DESPUÉS DE HABERNOS RESCATADO CON SU SANGRE.

Oración después de la comunión

Escucha nuestras oraciones, Señor y Padre nuestro,

para que la participación en los sacramentos por los que fuimos redimidos,

nos mantenga fieles en la vida presente

y así nos otorgues la felicidad eterna.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

JUEVES DE LA III SEMANA DE PASCUA

ANTÍFONA DE ENTRADA

CANTARÉ AL SEÑOR QUE SE HA CUBIERTO DE GLORIA. EL SEÑOR ES MI FUERZA Y MI PROTECCIÓN, ÉL ME SALVÓ. ALELUIA. (EX. 15,1-2)

Oración colecta

Dios todopoderoso y eterno, en este tiempo pascual

nos has revelado con mayor claridad tu amor

y nos has permitido conocerlo más profundamente;

concedenos experimentarlo con abundancia

para que, liberados de las tinieblas del error,

podamos adherirnos con firmeza a tu verdad.

Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo,

que vive y reina contigo

en la unidad del Espíritu Santo y es Dios

por los siglos de los siglos.

 

Oración sobre las ofrendas

Padre bondadoso, por el intercambio sagrado de este sacrificio,

nos haces participar de tu vida divina;

concédenos que así como conocemos tu verdad,

vivamos de acuerdo con ella.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

Si se utilizan las Plegarias eucarísticas I, II o III, se dice un Prefacio pascual, pp.

ANTÍFONA DE COMUNIÓN

CRISTO MURIÓ POR TODOS, A FIN DE QUE LOS QUE VIVEN NO VIVAN MÁS PARA SÍ MISMOS,

SINO PARA AQUEL QUE MURIÓ Y RESUCITÓ POR ELLOS. ALELUIA. (2 COR. 5,15)

Oración después de la comunión

Señor Dios de bondad, ven en ayuda de tu pueblo

y ya que nos has iniciado en los misterios celestiales,

concédenos pasar de la esclavitud del pecado

a la novedad de una vida santa.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

VIERNES DE LA III SEMANA DE PASCUA

ANTÍFONA DE ENTRADA

EL CORDERO QUE HA SIDO INMOLADO ES DIGNO DE RECIBIR EL PODER Y LA RIQUEZA, LA SABIDURÍA, LA FUERZA Y EL HONOR, LA GLORIA Y LA ALABANZA. ALELUIA. (APOC. 5,12)

Oración colecta

Te pedimos, Padre omnipotente,

que quienes hemos conocido

la gracia de la resurrección del Señor,

podamos resurgir a una vida nueva

por la acción de tu Espíritu.

Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo,

que contigo vive y reina

en la unidad del Espíritu Santo y es Dios

por los siglos de los siglos.

Oración sobre las ofrendas

Dios de bondad, santifica estos dones que te presentamos

y al aceptar la oblación de este sacrificio espiritual,

conviértenos en ofrenda eterna.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

Si se utilizan las Plegarias eucarísticas I, II o III, se dice un Prefacio pascual, pp.

ANTÍFONA DE COMUNIÓN

EL CRUCIFICADO RESUCITÓ DE ENTRE LOS MUERTOS, Y NOS REDIMIÓ. ALELUIA.

Oración después de la comunión

Después de recibir los sagrados misterios,

humildemente te pedimos, Señor,

que esta eucaristía,

celebrada como memorial de tu Hijo,

nos haga progresar en el amor.

Por el mismo Jesucristo, nuestro Señor.

SÁBADO DE LA III SEMANA DE PASCUA

ANTÍFONA DE ENTRADA

CON CRISTO FUERON SEPULTADOS EN EL BAUTISMO, Y CON ÉL RESUCITARON, POR LA FE EN EL PODER DE DIOS QUE LO RESUCITÓ DE ENTRE LOS MUERTOS. ALELUIA. (COL. 2,12)

Oración colecta

En las aguas bautismales

renuevas, Señor, a cuantos creen en ti;

por eso te pedimos que protejas a quienes hemos renacido en Cristo

para que, liberados del error,

conservemos con fidelidad la gracia de tu bendición.

Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo,

que vive y reina contigo

en la unidad del Espíritu Santo y es Dios

por los siglos de los siglos.

Oración sobre las ofrendas

Padre de bondad,

acepta las ofrendas de tu familia,

para que, protegida por ti,

no pierda los dones recibidos

y alcance la felicidad eterna que prometiste.

Si se utilizan las Plegarias eucarísticas I, II o III, se dice un Prefacio pascual, pp.

ANTÍFONA DE COMUNIÓN

DICE EL SEÑOR: PADRE, RUEGO POR ELLOS, PARA QUE SEAN UNO;

PARA QUE EL MUNDO CREA QUE TÚ ME ENVIASTE. ALELUIA. (CFR. JN. 17,20-21)

Oración después de la comunión

Protege, Señor, con amor de Padre

al pueblo que has salvado por el sacrificio de la cruz

y alimentado con el pan eucarístico;

hazlo partícipe de la gloria de Cristo resucitado.

Te lo pedimos por el mismo Jesucristo, nuestro Señor.

 

IV DOMINGO DE PASCUA

ANTÍFONA DE ENTRADA

TODA LA TIERRA ESTÁ LLENA DEL AMOR DEL SEÑOR, Y SU PALABRA HIZO EL CIELO. ALELUIA. (SAL. 32,5-6)

Se canta el Gloria.

Oración colecta

Dios todopoderoso y eterno,

que has dado a tu Iglesia

el gozo inmenso de la resurrección de Jesucristo,

concédenos a nosotros,

que somos el débil rebaño de tu Hijo

tener parte en la admirable victoria del Buen Pastor,

que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo

y es Dios, por los siglos de los siglos.

Se dice Credo.

Oración sobre las ofrendas

Señor y Dios nuestro,

concédenos alegrarnos siempre por estos misterios pascuales

para que la constante celebración de nuestra redención,

sea para nosotros fuente de inagotable alegría.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

Prefacio pascual, pp.

ANTÍFONA DE COMUNIÓN

RESUCITÓ EL BUEN PASTOR, QUE DIO LA VIDA POR SUS OVEJAS Y SE ENTREGÓ A LA MUERTE POR SU REBAÑO. ALELUIA.

Oración después de la comunión

Te pedimos, Pastor bueno, que cuides con solicitud a tu rebaño,

y que conduzcas a las praderas eternas

a las ovejas que redimiste con la preciosa sangre de tu Hijo.

Por el mismo Jesucristo, nuestro Señor.

LUNES DE LA IV SEMANA DE PASCUA

ANTÍFONA DE ENTRADA

CRISTO, DESPUÉS DE RESUCITAR, NO MUERE MÁS, PORQUE LA MUERTE YA NO TIENE PODER SOBRE ÉL. ALELUIA. (ROM. 6,9)

 

Oración colecta

Padre misericordioso,

por medio de la humillación de tu Hijo

levantaste a la humanidad caída;

concede a tus fieles una santa alegría,

para que quienes hemos sido liberados del pecado,

alcancemos la felicidad eterna.

Te lo pedimos por Jesucristo, tu Hijo y nuestro Señor,

que contigo vive y reina

en la unidad del Espíritu Santo y es Dios,

por los siglos de los siglos.

Oración sobre las ofrendas

Recibe, Padre, las ofrendas de tu Iglesia desbordante de alegría,

y después de habernos concedido el motivo de un gozo tan grande,

permítenos alcanzar su plenitud en la felicidad eterna.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

Si se utilizan las Plegarias eucarísticas I, II o III, se dice un Prefacio pascual, pp.

ANTÍFONA DE COMUNIÓN

JESÚS, PONIÉNDOSE EN MEDIO DE SUS DISCÍPULOS LES DIJO: LA PAZ ESTÉ CON USTEDES. ALELUIA. (JN. 20,19)

Oración después de la comunión

Mira, Padre, con bondad a tu pueblo

y ya que has querido renovarlo

con los sacramentos de la vida eterna,

concédenos alcanzar la gloria de la resurrección.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

MARTES DE LA IV SEMANA DE PASCUA

ANTÍFONA DE ENTRADA

ALEGRÉMONOS, REGOCIJÉMONOS Y DEMOS GLORIA A DIOS, PORQUE EL SEÑOR, NUESTRO DIOS,

EL TODOPODEROSO, HA ESTABLECIDO SU REINO. ALELUIA. (APOC. 19,7.6)

Oración colecta

Te pedimos, Dios todopoderoso,

que la celebración de las fiestas de Cristo resucitado

aumente en nosotros la alegría de sabernos salvados.

Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo,

que vive y reina contigo

en la unidad del Espíritu Santo y es Dios

por los siglos de los siglos.

Oración sobre las ofrendas

Señor y Dios nuestro,

concédenos alegrarnos siempre por estos misterios pascuales

para que la constante celebración de nuestra redención,

sea para nosotros fuente de inagotable alegría.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

Si se utilizan las Plegarias eucarísticas I, II o III, se dice un Prefacio pascual, pp.

ANTÍFONA DE COMUNIÓN

EL MESÍAS DEBÍA SUFRIR Y RESUCITAR PARA ENTRAR EN SU GLORIA. ALELUIA. (CFR. LC. 24,46.26)

Oración después de la comunión

Escucha nuestras oraciones, Señor y Padre nuestro,

para que la participación en los sacramentos

por los que fuimos redimidos,

nos mantenga fieles en la vida presente

y así nos otorgues la felicidad eterna.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

MIÉRCOLES DE LA IV SEMANA DE PASCUA

ANTÍFONA DE ENTRADA

TE ALABARÉ ENTRE LAS NACIONES, SEÑOR, Y ANUNCIARÉ TU NOMBRE A MIS HERMANOS. ALELUIA.

(SAL. 17,50; 21,23)

Oración colecta

Señor Dios, tú eres la vida de los fieles,

la gloria de los humildes

y la felicidad de los santos.

Escucha con bondad nuestras súplicas

y sacia siempre con tu abundancia

a quienes tienen sed de los dones que prometiste.

Te lo pedimos por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo,

que vive y reina contigo

en la unidad del Espíritu Santo y es Dios

por los siglos de los siglos.

Oración sobre las ofrendas

Padre bondadoso, por el intercambio sagrado de este sacrificio,

nos haces participar de tu vida divina;

concédenos que así como conocemos tu verdad,

vivamos de acuerdo con ella.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

Si se utilizan las Plegarias eucarísticas I, II o III, se dice un Prefacio pascual, pp.

ANTÍFONA DE COMUNIÓN

DICE EL SEÑOR: YO LOS ELEGÍ DEL MUNDO Y LOS DESTINÉ PARA QUE VAYAN Y DEN FRUTO,

Y ESE FRUTO SEA DURADERO. ALELUIA. (CFR. JN. 15,16.19)

Oración después de la comunión

Señor Dios de bondad, ven en ayuda de tu pueblo

y ya que nos has iniciado en los misterios celestiales,

concédenos pasar de la esclavitud del pecado

a la novedad de una vida santa.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

JUEVES DE LA IV SEMANA DE PASCUA

ANTÍFONA DE ENTRADA

SEÑOR, CUANDO SALISTE AL FRENTE DE TU PUEBLO, ABRIÉNDOLE CAMINO Y CONVIVIENDO CON ÉL,

TEMBLÓ LA TIERRA Y EL CIELO DEJÓ CAER SU LLUVIA. ALELUIA. (CFR. SAL. 67,8-9.20)

Oración colecta

Señor y Dios nuestro,

que restauras la dignidad del hombre

elevándolo por encima de su condición original:

no olvides tu inefable proyecto de amor

y bendice con tus dones a quienes redimiste

por medio del bautismo.

Te lo pedimos por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo,

que vive y reina contigo

en la unidad del Espíritu Santo y es Dios

por los siglos de los siglos.

Oración sobre las ofrendas

Lleguen a ti, Padre, nuestras oraciones

junto con estas ofrendas,

y haz que, purificados por tu misericordia,

podamos recibir el sacramento de tu inmensa bondad.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

Si se utilizan las Plegarias eucarísticas I, II o III, se dice un Prefacio pascual, pp.

ANTÍFONA DE COMUNIÓN

YO ESTARÉ SIEMPRE CON USTEDES HASTA EL FIN DEL MUNDO. ALELUIA. (MT. 28,20)

Oración después de la comunión

Dios todopoderoso y eterno,

que en la resurrección de Jesucristo

nos has hecho renacer a la vida eterna,

haz que los sacramentos pascuales

den en nosotros fruto abundante,

y que el alimento de salvación que acabamos de recibir

fortalezca nuestras vidas.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

VIERNES DE LA IV SEMANA DE PASCUA

ANTÍFONA DE ENTRADA

NOS HAS REDIMIDO, SEÑOR, POR MEDIO DE TU SANGRE, DE TODAS LAS FAMILIAS, LENGUAS, PUEBLOS

Y NACIONES, Y HAS HECHO DE NOSOTROS UN REINO SACERDOTAL PARA NUESTRO DIOS. ALELUIA. (APOC. 5,9-10)

Oración colecta

Tú eres, Padre, el autor de nuestra libertad y de nuestra salvación;

escucha nuestra oración y concédenos

a quienes redimiste con la sangre de tu Hijo

la gracia de vivir para ti y encontrar en ti la felicidad eterna.

Por el mismo Jesucristo, tu Hijo y nuestro Señor,

que vive y reina contigo

en la unidad del Espíritu Santo y es Dios

por los siglos de los siglos.

Oración sobre las ofrendas

Padre de bondad,

acepta las ofrendas de tu familia,

para que, protegida por ti,

no pierda los dones recibidos

y alcance la felicidad eterna que prometiste.

Si se utilizan las Plegarias eucarísticas I, II o III, se dice un Prefacio pascual, pp.

ANTÍFONA DE COMUNIÓN

EL SEÑOR JESÚS FUE ENTREGADO POR NUESTROS PECADOS Y RESUCITADO PARA NUESTRA JUSTIFICACIÓN. ALELUIA. (ROM. 4,25)

Oración después de la comunión

Protege, Señor, con amor de Padre

al pueblo que has salvado por el sacrificio de la cruz

y alimentado con el pan eucarístico;

hazlo partícipe de la gloria de Cristo resucitado.

Te lo pedimos por el mismo Jesucristo, nuestro Señor.

SÁBADO DE LA IV SEMANA DE PASCUA

ANTÍFONA DE ENTRADA

USTEDES SON UN PUEBLO ADQUIRIDO PARA ANUNCIAR LA GRANDEZA DE AQUEL QUE LOS LLAMÓ

DE LAS TINIEBLAS A SU ADMIRABLE LUZ. ALELUIA. (1 PED. 2,9)

Oración colecta

Dios todopoderoso y eterno,

afianza en nosotros la eficacia del sacramento pascual;

concede a quienes hemos recibido la dignidad del bautismo

dar fruto abundante y alcanzar, finalmente, la alegría eterna.

Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo,

que vive y reina contigo

en la unidad del Espíritu Santo y es Dios

por los siglos de los siglos.

Oración sobre las ofrendas

Dios de bondad, santifica estos dones que te presentamos

y al aceptar la oblación de este sacrificio espiritual,

conviértenos en ofrenda eterna.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

Si se utilizan las Plegarias eucarísticas I, II o III, se dice un Prefacio pascual, pp.

ANTÍFONA DE COMUNIÓN

PADRE, QUIERO QUE LOS QUE TÚ ME DISTE ESTÉN CONMIGO DONDE YO ESTÉ, PARA QUE CONTEMPLEN LA GLORIA QUE ME HAS DADO. ALELUIA. (JN. 17,24)

Oración después de la comunión

Después de recibir los sagrados misterios,

humildemente te pedimos, Señor,

que esta eucaristía,

celebrada como memorial de tu Hijo,

nos haga progresar en el amor.

Por el mismo Jesucristo, nuestro Señor.

 

V DOMINGO DE PASCUA

ANTÍFONA DE ENTRADA

CANTEN AL SEÑOR UN CANTO NUEVO, PORQUE ÉL HIZO MARAVILLAS; REVELÓ SU VICTORIA A LOS OJOS

DE LAS NACIONES. ALELUIA. (SAL. 97,1-2)

Se canta el Gloria.

Oración colecta

Señor Dios, que te has dignado redimirnos

y has querido hacernos hijos tuyos

míranos siempre con amor de Padre

y haz que cuantos creemos en Cristo, tu Hijo,

alcancemos la libertad verdadera y la herencia eterna.

Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo,

que vive y reina contigo

en la unidad del Espíritu Santo y es Dios

por los siglos de los siglos.

Se dice Credo.

Oración sobre las ofrendas

Padre bondadoso, por el intercambio sagrado de este sacrificio,

nos haces participar de tu vida divina;

concédenos que así como conocemos tu verdad,

vivamos de acuerdo con ella.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

Prefacio pascual, pp.

ANTÍFONA DE COMUNIÓN

DICE EL SEÑOR: YO SOY LA VERDADERA VID, USTEDES LOS SARMIENTOS.

EL QUE PERMANECE EN MÍ Y YO EN ÉL, DA MUCHO FRUTO. ALELUIA. (JN. 15,1.5)

Oración después de la comunión

Señor Dios de bondad, ven en ayuda de tu pueblo

y ya que nos has iniciado en los misterios celestiales,

concédenos pasar de la esclavitud del pecado

a la novedad de una vida santa.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

LUNES DE LA V SEMANA DE PASCUA

ANTÍFONA DE ENTRADA

RESUCITÓ EL BUEN PASTOR, QUE DIO LA VIDA POR SUS OVEJAS Y SE ENTREGÓ A LA MUERTE POR SU REBAÑO. ALELUIA.

Oración colecta

Señor Dios,

que unes a tus fieles en una sola voluntad;

concédenos amar lo que nos mandas

y esperar lo que nos prometes,

para que en medio de la inestabilidad de este mundo,

esté firme nuestro corazón

donde se encuentra la verdadera alegría.

Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo,

que vive y reina contigo

en la unidad del Espíritu Santo y es Dios

por los siglos de los siglos.

Oración sobre las ofrendas

Lleguen hasta ti, Padre, nuestras oraciones

junto con estas ofrendas,

y haz que, purificados por tu misericordia,

podamos recibir el sacramento de tu inmensa bondad.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

Si se utilizan las Plegarias eucarísticas I, II o III, se dice un Prefacio pascual, pp.

ANTÍFONA DE COMUNIÓN

DICE EL SEÑOR: LES DEJO LA PAZ, LES DOY MI PAZ, PERO NO COMO LA DA EL MUNDO. ALELUIA. (JN. 14,27)

Oración después de la comunión

Dios todopoderoso y eterno,

que en la resurrección de Jesucristo

nos has hecho renacer a la vida eterna,

haz que los sacramentos pascuales

den en nosotros fruto abundante,

y que el alimento de salvación que acabamos de recibir

fortalezca nuestras vidas.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

MARTES DE LA V SEMANA DE PASCUA

ANTÍFONA DE ENTRADA

ALABEN A NUESTRO DIOS, TODOS LOS QUE LO TEMEN, PEQUEÑOS Y GRANDES;

PORQUE LLEGÓ LA SALVACIÓN , EL PODER Y EL REINO. ALELUIA. (AP. 19,5; 12,10)

Oración colecta

Señor Dios, que en la Resurrección de Cristo

nos renuevas para la vida eterna,

concede a tu pueblo perseverar en la fe y en la esperanza,

para que nunca dudemos del cumplimiento de tus promesas.

Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo,

que vive y reina contigo

en la unidad del Espíritu Santo y es Dios

por los siglos de los siglos.

Oración sobre las ofrendas

Recibe, Padre, las ofrendas de tu Iglesia desbordante de alegría,

y después de habernos concedido el motivo de un gozo tan grande,

permítenos alcanzar su plenitud en la felicidad eterna.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

Si se utilizan las Plegarias eucarísticas I, II o III, se dice un Prefacio pascual, pp.

ANTÍFONA DE COMUNIÓN

SI HEMOS MUERTO CON CRISTO, CREEMOS QUE TAMBIÉN VIVIREMOS CON ÉL. ALELUIA. (ROM. 6,8)

Oración después de la comunión

Padre providente,

mira con bondad a tu pueblo,

y ya que nos has renovado con los sacramentos de la vida eterna,

concédenos alcanzar la gloria de la resurrección.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

MIÉRCOLES DE LA V SEMANA DE PASCUA

ANTÍFONA DE ENTRADA

MI BOCA, SEÑOR, PROCLAMA TU ALABANZA. MIS LABIOS TE CANTARÁN JUBILOSOS. ALELUIA. (SAL. 70,8.23)

Oración colecta

Dios misericordioso, que amas la inocencia

y la devuelves a quienes la han perdido;

dirige hacia ti nuestros corazones,

para que liberados de las tinieblas de la incredulidad,

nunca nos apartemos de la luz de tu verdad.

Te lo pedimos por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo,

que vive y reina contigo

en la unidad del Espíritu Santo y es Dios

por los siglos de los siglos.

Oración sobre las ofrendas

Señor y Dios nuestro,

concédenos alegrarnos siempre por estos misterios pascuales

para que la constante celebración de nuestra redención,

sea para nosotros fuente de inagotable alegría.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

Si se utilizan las Plegarias eucarísticas I, II o III, se dice un Prefacio pascual, pp.

ANTÍFONA DE COMUNIÓN

CRISTO HA RESUCITADO. ÉL HA HECHO BRILLAR SOBRE NOSOTROS SU LUZ,

DESPUÉS DE HABERNOS RESCATADO CON SU SANGRE.

Oración después de la comunión

Escucha nuestras oraciones, Señor y Padre nuestro,

para que la participación en los sacramentos por los que fuimos redimidos,

nos mantenga fieles en la vida presente

y así nos otorgues la felicidad eterna.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

JUEVES DE LA V SEMANA DE PASCUA

ANTÍFONA DE ENTRADA

CANTARÉ AL SEÑOR QUE SE HA CUBIERTO DE GLORIA. EL SEÑOR ES MI FUERZA Y MI PROTECCIÓN, ÉL ME SALVÓ. ALELUIA. (EX. 15,1-2)

Oración colecta

Dios, Padre del perdón,

por tu gracia conviertes en justos a los pecadores

y das la felicidad a los afligidos;

ayúdanos con tu poder y con tus dones,

para perseverar con fortaleza

en la fe que nos ha justificado.

Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo,

que vive y reina contigo

en la unidad del Espíritu Santo y es Dios

por los siglos de los siglos.

Oración sobre las ofrendas

Padre bondadoso, por el intercambio sagrado de este sacrificio,

nos haces participar de tu vida divina;

concédenos que así como conocemos tu verdad,

vivamos de acuerdo con ella.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

Si se utilizan las Plegarias eucarísticas I, II o III, se dice un Prefacio pascual, pp.

ANTÍFONA DE COMUNIÓN

CRISTO MURIÓ POR TODOS, A FIN DE QUE LOS QUE VIVEN NO VIVAN MÁS PARA SÍ MISMOS,

SINO PARA AQUEL QUE MURIÓ Y RESUCITÓ POR ELLOS. ALELUIA. (2 COR. 5,15)

Oración después de la comunión

Señor Dios de bondad, ven en ayuda de tu pueblo

y ya que nos has iniciado en los misterios celestiales,

concédenos pasar de la esclavitud del pecado

a la novedad de una vida santa.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

VIERNES DE LA V SEMANA DE PASCUA

ANTÍFONA DE ENTRADA

EL CORDERO QUE HA SIDO INMOLADO ES DIGNO DE RECIBIR EL PODER Y LA RIQUEZA, LA SABIDURÍA, LA FUERZA Y EL HONOR, LA GLORIA Y LA ALABANZA. ALELUIA. (APOC. 5,12)

Oración colecta

Dios de amor y paz,

concédenos la gracia de encaminar nuestra vida

según la exigencia de los misterios pascuales,

para que al celebrarlos con alegría,

nos proteja y nos salve su continua eficacia.

Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo,

que vive y reina contigo

en la unidad del Espíritu Santo y es Dios

por los siglos de los siglos.

Oración sobre las ofrendas

Dios de bondad, santifica estos dones que te presentamos

y al aceptar la oblación de este sacrificio espiritual,

conviértenos en ofrenda eterna.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

Si se utilizan las Plegarias eucarísticas I, II o III, se dice un Prefacio pascual, pp.

ANTÍFONA DE COMUNIÓN

EL CRUCIFICADO RESUCITÓ DE ENTRE LOS MUERTOS, Y NOS REDIMIÓ. ALELUIA.

Oración después de la comunión

Después de recibir los sagrados misterios,

humildemente te pedimos, Señor,

que esta eucaristía,

celebrada como memorial de tu Hijo,

nos haga progresar en el amor.

Por el mismo Jesucristo, nuestro Señor.

SÁBADO DE LA V SEMANA DE PASCUA

ANTÍFONA DE ENTRADA

CON CRISTO FUERON SEPULTADOS EN EL BAUTISMO, Y CON ÉL RESUCITARON,

POR LA FE EN EL PODER DE DIOS QUE LO RESUCITÓ DE ENTRE LOS MUERTOS. ALELUIA. (COL. 2,12)

Oración colecta

Dios todopoderoso,

tú das la vida eterna a los hombres

haciéndolos renacer por el bautismo;

te pedimos que después de habernos justificado,

haciéndonos capaces de tu inmortalidad,

nos conduzcas a la plenitud de tu gloria.

Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo,

que vive y reina contigo

en la unidad del Espíritu Santo y es Dios

por los siglos de los siglos.

Oración sobre las ofrendas

Padre de bondad,

acepta las ofrendas de tu familia,

para que, protegida por ti,

no pierda los dones recibidos

y alcance la felicidad eterna que prometiste.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

Si se utilizan las Plegarias eucarísticas I, II o III, se dice un Prefacio pascual, pp.

ANTÍFONA DE COMUNIÓN

DICE EL SEÑOR: PADRE, RUEGO POR ELLOS, PARA QUE SEAN UNO;

PARA QUE EL MUNDO CREA QUE TÚ ME ENVIASTE. ALELUIA. (CFR. JN. 17,20-21)

Oración después de la comunión

Protege, Señor, con amor de padre

al pueblo que has salvado por el sacrificio de la cruz

y alimentado con el pan eucarístico;

hazlo partícipe de la gloria de Cristo resucitado.

Te lo pedimos por el mismo Jesucristo, nuestro Señor.

 

VI DOMINGO DE PASCUA

ANTÍFONA DE ENTRADA

CON GRITOS DE ALEGRÍA ANUNCIEN Y PROCLÁMENLO HASTA LOS CONFINES DE LA TIERRA:

EL SEÑOR HA LIBERADO A SU PUEBLO. ALELUIA. (CFR. IS. 48,20)

Se canta el Gloria

Oración colecta

Concédenos, Dios todopoderoso,

continuar celebrando con fervor estos días de alegría

en honor de Cristo resucitado,

de manera que prolonguemos en nuestra vida

el misterio que hoy recordamos.

Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo,

que es Dios, y que contigo y el Espíritu Santo

vive y reina en unidad, por los siglos de los siglos.

Se dice Credo.

Oración sobre las ofrendas

Lleguen hasta ti, Padre, nuestras oraciones

junto con estas ofrendas,

y haz que, purificados por tu misericordia,

podamos recibir el sacramento de tu inmensa bondad.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

Prefacio pascual, pp.

ANTÍFONA DE COMUNIÓN

DICE EL SEÑOR: SI ME AMAN, CUMPLIRÁN MIS MANDAMIENTOS. Y YO ROGARÉ AL PADRE Y ÉL LES DARÁ OTRO PARÁCLITO PARA QUE ESTÉ SIEMPRE CON USTEDES. ALELUIA. (JN.14,15-16)

Oración después de la comunión

Dios todopoderoso y eterno,

que en la resurrección de Jesucristo

nos has hecho renacer a la vida eterna,

haz que los sacramentos pascuales

den en nosotros fruto abundante,

y que el alimento de salvación que acabamos de recibir

fortalezca nuestras vidas.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

LUNES DE LA VI SEMANA DE PASCUA

ANTÍFONA DE ENTRADA

CRISTO, DESPUÉS DE RESUCITAR, NO MUERE MÁS, PORQUE LA MUERTE YA NO TIENE PODER SOBRE ÉL. ALELUIA. (ROM. 6,9)

Oración colecta

Dios misericordioso y providente;

te pedimos experimentar en todo tiempo

los frutos del misterio pascual que hoy celebramos.

Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo,

que vive y reina contigo

en la unidad del Espíritu Santo y es Dios

por los siglos de los siglos.

Oración sobre las ofrendas

Recibe, Padre, las ofrendas de tu Iglesia desbordante de alegría,

y después de habernos concedido el motivo de un gozo tan grande,

permítenos alcanzar su plenitud en la felicidad eterna.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

Si se utilizan las Plegarias eucarísticas I, II o III, se dice un Prefacio pascual, pp.

ANTÍFONA DE COMUNIÓN

JESÚS, PONIÉNDOSE EN MEDIO DE SUS DISCÍPULOS LES DIJO: LA PAZ ESTÉ CON USTEDES. ALELUIA. (JN. 20,19)

Oración después de la comunión

Mira, Padre, con bondad a tu pueblo

y ya que has querido renovarlo

con los sacramentos de la vida eterna,

concédenos alcanzar la gloria de la resurrección.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

MARTES DE LA VI SEMANA DE PASCUA

ANTÍFONA DE ENTRADA

ALEGRÉMONOS, REGOCIJÉMONOS Y DEMOS GLORIA A DIOS, PORQUE EL SEÑOR, NUESTRO DIOS,

EL TODOPODEROSO, HA ESTABLECIDO SU REINO. ALELUIA. (APOC. 19,7.6)

Oración colecta

Que tu pueblo, Padre, rejuvenecido por la vida nueva,

tenga una permanente alegría

y ya que recobramos la gloria de la adopción filial,

que sepamos aguardar con alegría y esperanza

el día de la resurrección.

Te lo pedimos por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo,

que vive y reina contigo

en la unidad del Espíritu Santo y es Dios

por los siglos de los siglos.

Oración sobre las ofrendas

Señor y Dios nuestro,

concédenos alegrarnos siempre por estos misterios pascuales

para que la constante celebración de nuestra redención,

sea para nosotros fuente de inagotable alegría.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

Si se utilizan las Plegarias eucarísticas I, II o III, se dice un Prefacio pascual, pp.

ANTÍFONA DE COMUNIÓN

EL MESÍAS DEBÍA SUFRIR Y RESUCITAR PARA ENTRAR EN SU GLORIA. ALELUIA. (CFR. LC. 24,46.26)

Oración después de la comunión

Escucha nuestras oraciones, Señor y Padre nuestro,

para que la participación en los sacramentos por los que fuimos redimidos,

nos mantenga fieles en la vida presente

y así nos otorgues la felicidad eterna.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

MIÉRCOLES DE LA VI SEMANA DE PASCUA

ANTÍFONA DE ENTRADA

TE ALABARÉ ENTRE LAS NACIONES, SEÑOR, Y ANUNCIARÉ TU NOMBRE A MIS HERMANOS. ALELUIA.

(SAL. 17,50; 21,23)

Oración colecta

Te pedimos, Dios todopoderoso,

que así como celebramos el misterio de la resurrección de tu Hijo,

podamos también alegrarnos con todos los santos

cuando Él vuelva para la pascua definitiva.

Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo,

que vive y reina contigo

en la unidad del Espíritu Santo y es Dios

por los siglos de los siglos.

Oración sobre las ofrendas

Padre bondadoso, por el intercambio sagrado de este sacrificio,

nos haces participar de tu vida divina;

concédenos que así como conocemos tu verdad,

vivamos de acuerdo con ella.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

Si se utilizan las Plegarias eucarísticas I, II o III, se dice un Prefacio pascual, pp.

ANTÍFONA DE COMUNIÓN

DICE EL SEÑOR: YO LOS ELEGÍ DEL MUNDO Y LOS DESTINÉ PARA QUE VAYAN Y DEN FRUTO,

Y ESE FRUTO SEA DURADERO. ALELUIA. (CFR. JN. 15,16.19)

Oración después de la comunión

Señor Dios de bondad, ven en ayuda de tu pueblo

y ya que nos has iniciado en los misterios celestiales,

concédenos pasar de la esclavitud del pecado

a la novedad de una vida santa.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

JUEVES DE LA VI SEMANA DE PASCUA

ANTÍFONA DE ENTRADA

SEÑOR, CUANDO SALISTE AL FRENTE DE TU PUEBLO, ABRIÉNDOLE CAMINO Y CONVIVIENDO CON ÉL, TEMBLÓ LA TIERRA Y EL CIELO DEJÓ CAER SU LLUVIA. ALELUIA. (CFR. SAL. 67,8-9.20)

Oración colecta

Dios nuestro,

que hiciste a tu pueblo partícipe de tu redención;

concédenos la gracia de alegrarnos siempre

por la resurrección de tu Hijo, Jesucristo, que es Dios

y vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo

por los siglos de los siglos.

Oración sobre las ofrendas

Lleguen a ti, Padre, nuestras oraciones

junto con estas ofrendas,

y haz que, purificados por tu misericordia,

podamos recibir el sacramento de tu inmensa bondad.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

Si se utilizan las Plegarias eucarísticas I, II o III, se dice un Prefacio pascual, pp.

ANTÍFONA DE COMUNIÓN

YO ESTARÉ SIEMPRE CON USTEDES HASTA EL FIN DEL MUNDO. ALELUIA. (MT. 28,20)

Oración después de la comunión

Dios todopoderoso y eterno,

que en la resurrección de Jesucristo

nos has hecho renacer a la vida eterna,

haz que los sacramentos pascuales

den en nosotros fruto abundante,

y que el alimento de salvación que acabamos de recibir

fortalezca nuestras vidas.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

VIERNES DE LA VI SEMANA DE PASCUA

ANTÍFONA DE ENTRADA

NOS HAS REDIMIDO, SEÑOR, POR MEDIO DE TU SANGRE, DE TODAS LAS FAMILIAS, LENGUAS, PUEBLOS

Y NACIONES, Y HAS HECHO DE NOSOTROS UN REINO SACERDOTAL PARA NUESTRO DIOS. ALELUIA. (APOC. 5,9-10)

Oración colecta

Escucha, Padre, nuestras súplicas

para que la predicación del Evangelio extienda por todo el mundo

la prometida salvación de tu Hijo,

y todos los hombres alcancen la plenitud de la adopción filial

que él anunció dando testimonio de la verdad.

Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo,

que vive y reina contigo

en la unidad del Espíritu Santo y es Dios

por los siglos de los siglos.

Oración colecta (Si la Ascensión se celebró el Jueves de la VI semana)

Señor y Dios de todos los vivientes

que por la resurrección de Jesús nos renuevas para la vida eterna;

levanta nuestros corazones hacia el Salvador, que está sentado a tu derecha,

para que el día de su gloriosa venida

revistas de inmortalidad a tus hijos renacidos por el bautismo.

Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo

en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.

Oración sobre las ofrendas

Padre de bondad,

acepta las ofrendas de tu familia,

para que, protegida por ti,

no pierda los dones recibidos

y alcance la felicidad eterna que prometiste.

Si se utilizan las Plegarias eucarísticas I, II o III, se dice un Prefacio pascual, pp.

ANTÍFONA DE COMUNIÓN

EL SEÑOR JESÚS FUE ENTREGADO POR NUESTROS PECADOS Y RESUCITADO PARA NUESTRA JUSTIFICACIÓN. ALELUIA. (ROM. 4,25)

Oración después de la comunión

Protege, Señor, con amor de Padre

al pueblo que has salvado por el sacrificio de la cruz

y alimentado con el pan eucarístico;

hazlo partícipe de la gloria de Cristo resucitado.

Te lo pedimos por el mismo Jesucristo, nuestro Señor.

SÁBADO DE LA VI SEMANA DE PASCUA

ANTÍFONA DE ENTRADA

USTEDES SON UN PUEBLO ADQUIRIDO PARA ANUNCIAR LA GRANDEZA DE AQUEL QUE LOS LLAMÓ

DE LAS TINIEBLAS A SU ADMIRABLE LUZ. ALELUIA. (1 PED. 2,9)

Oración colecta

Mueve, Padre, nuestros corazones

para que fructifiquemos en buenas obras

y al tender siempre hacia lo más perfecto,

procuremos vivir plenamente el misterio pascual.

Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo,

que vive y reina contigo

en la unidad del Espíritu Santo y es Dios

por los siglos de los siglos.

Oración colecta (Si la Ascensión se celebró el Jueves de la VI semana)

Al subir al cielo, Padre Dios,

tu Hijo prometió a los apóstoles el Espíritu Santo para que les recordara tu Palabra

y los llevara al conocimiento de toda verdad;

concédenos poder recibir también nosotros

los dones de este mismo Espíritu.

Te lo pedimos por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo,

que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios

por los siglos de los siglos.

Oración sobre las ofrendas

Dios de bondad, santifica estos dones que te presentamos

y al aceptar la oblación de este sacrificio espiritual,

conviértenos en ofrenda eterna.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

Si se utilizan las Plegarias eucarísticas I, II o III, se dice un Prefacio pascual, pp.

ANTÍFONA DE COMUNIÓN

PADRE, QUIERO QUE LOS QUE TÚ ME DISTE ESTÉN CONMIGO DONDE YO ESTÉ, PARA QUE CONTEMPLEN LA GLORIA QUE ME HAS DADO. ALELUIA. (JN. 17,24)

Oración después de la comunión

Después de recibir los sagrados misterios,

humildemente te pedimos, Señor,

que esta eucaristía,

celebrada como memorial de tu Hijo,

nos haga progresar en el amor.

Por el mismo Jesucristo, nuestro Señor.

 

LA ASCENSIÓN DEL SEÑOR

(VII DOMINGO DE PASCUA)

Solemnidad

ANTÍFONA DE ENTRADA

HOMBRES DE GALILEA, ¿POR QUÉ SIGUEN MIRANDO AL CIELO? ESTE JESÚS QUE LES HA SIDO QUITADO

Y FUE ELEVADO AL CIELO, VENDRÁ DE LA MISMA MANERA QUE LO HAN VISTO PARTIR. ALELUIA. (HECH. 1,11)

Se canta el Gloria.

Oración colecta

Concédenos, Dios todopoderoso,

darte gracias con una santa alegría,

porque en tu Hijo ascendido al cielo,

nuestra humanidad es elevada junto a ti,

ya que como Cabeza de la Iglesia

Él nos ha precedido en la gloria que esperamos alcanzar.

Te lo pedimos por el mismo Jesucristo, nuestro Señor que es Dios,

y vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo

por los siglos de los siglos.

Se dice Credo.

Oración sobre las ofrendas

Padre del cielo,

te ofrecemos humildemente este sacrificio

por la admirable Ascensión de tu Hijo;

concédenos por este sagrado intercambio

elevarnos hacia los bienes celestiales.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

Prefacio de la Ascensión I ó II, pp.

En las Plegarias eucarísticas se utilizan los elementos propios.

ANTÍFONA DE COMUNIÓN

YO ESTARÉ SIEMPRE CON USTEDES HASTA EL FIN DEL MUNDO. ALELUIA. (MT. 28,20)

Oración después de la comunión

Dios todopoderoso y eterno,

que nos permites aquí en la tierra participar de los bienes del cielo;

concédenos tender con fervor cristiano hacia el Reino de lo alto,

donde ya nuestra naturaleza humana está contigo.

Te lo pedimos por Jesucristo, nuestro Señor.

 

VII DOMINGO DE PASCUA

El siguiente formulario se utiliza donde la solemnidad de la Ascensión del Señor se celebra el jueves de la VI Semana del tiempo pascual.

ANTÍFONA DE ENTRADA

ESCUCHA, SEÑOR, LA VOZ DE MI CLAMOR. SEÑOR, MI CORAZÓN TE HABLA, MIS OJOS TE BUSCAN.

YO BUSCO TU ROSTRO, SEÑOR, NO TE OCULTES DE MÍ. ALELUIA. (CFR. SAL. 26,7-9)

Oración colecta

Escucha, Señor Dios, nuestro ruego;

para que así como creemos que el Salvador

de todos los hombres ya goza contigo de tu misma gloria,

también experimentemos su presencia entre nosotros

hasta el fin de los tiempos,

tal como él mismo lo prometió.

Él que es Dios, y vive y reina contigo

en la unidad del Espíritu Santo

por los siglos de los siglos.

Se canta el Gloria.

Oración sobre las ofrendas

Recibe, Padre nuestro,

las oraciones de tus fieles,

junto con la oblación de estas ofrendas,

para que este culto de nuestra entrega

nos introduzca en la gloria celestial.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

Se dice Credo.

Prefacio de la Ascensión I ó II, pp.

ANTÍFONA DE COMUNIÓN

TE RUEGO, PADRE, QUE SEAN UNO, COMO NOSOTROS SOMOS UNO. ALELUIA. (JN. 17,22)

Oración después de la comunión

Escúchanos, Dios y Salvador nuestro,

y por estos sagrados misterios,

concédenos la gracia de confiar

que la Iglesia llegará un día,

allí donde le ha precedido su Cabeza, Cristo Jesús.

Él que vive y reina por los siglos de los siglos.

LUNES DE LA VII SEMANA DE PASCUA

ANTÍFONA DE ENTRADA

RECIBIRÁN LA FUERZA DEL ESPÍRITU SANTO QUE DESCENDERÁ SOBRE USTEDES,

Y SERÁN MIS TESTIGOS HASTA LOS CONFINES DE LA TIERRA. ALELUIA. (HECH. 1,8)

Oración colecta

Derrama sobre nosotros, Señor,

la fuerza del Espíritu Santo,

para que podamos cumplir fielmente tu voluntad

y demos testimonio de ti con nuestras obras.

Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo,

que vive y reina contigo

en la unidad del Espíritu Santo y es Dios

por los siglos de los siglos.

Oración sobre las ofrendas

Te pedimos, Señor Dios,

que este santo sacrificio nos purifique

e infunda en nosotros la fuerza de tu gracia.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

Prefacio pascual, pp. o de la Ascensión, pp.

ANTÍFONA DE COMUNIÓN

DICE EL SEÑOR: NO LOS DEJARÉ HUÉRFANOS, VOLVERÉ A USTEDES, Y SE ALEGRARÁ SU CORAZÓN. ALELUIA.

(CFR. JN. 14,18; 16,22)

Oración después de la comunión

Señor Dios de bondad, ven en ayuda de tu pueblo

y ya que nos has iniciado en los misterios celestiales,

concédenos pasar de la esclavitud del pecado

a la novedad de una vida santa.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

MARTES DE LA VII SEMANA DE PASCUA

ANTÍFONA DE ENTRADA

YO SOY EL PRIMERO Y EL ÚLTIMO, EL VIVIENTE. ESTUVE MUERTO PERO AHORA VIVO PARA SIEMPRE. ALELUIA. (APOC. 1,17-18)

Oración colecta

Padre rico en misericordia,

envía tu Espíritu para que habite en nosotros

y nos convierta en templos de tu gloria.

Te lo pedimos por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo,

que vive y reina contigo

en la unidad del Espíritu Santo y es Dios

por los siglos de los siglos.

Oración sobre las ofrendas

Recibe, Padre nuestro,

las oraciones de tus fieles,

junto con la oblación de estas ofrendas,

para que este culto de nuestra entrega

nos introduzca en la gloria celestial.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

Prefacio pascual, pp. o de la Ascensión, pp.

ANTÍFONA DE COMUNIÓN

DICE EL SEÑOR: EL ESPÍRITU SANTO, QUE EL PADRE ENVIARÁ EN MI NOMBRE,

LES ENSEÑARÁ TODO Y LES RECORDARÁ LO QUE LES HE DICHO. ALELUIA. (JN. 14,26)

Oración después de la comunión

Después de recibir los sagrados misterios,

humildemente te pedimos, Señor,

que esta eucaristía,

celebrada como memorial de tu Hijo,

nos haga progresar en el amor.

Por el mismo Jesucristo, nuestro Señor.

MIÉRCOLES DE LA VII SEMANA DE PASCUA

ANTÍFONA DE ENTRADA

APLAUDAN, TODOS LOS PUEBLOS, ACLAMEN AL SEÑOR CON GRITOS DE ALEGRÍA. ALELUIA. (SAL. 46,2)

Oración colecta

Padre, fuente y autor de toda santidad;

te pedimos que tu Iglesia,

congregada por el Espíritu Santo,

te sirva siempre de todo corazón

y permanezca unida en un mismo amor.

Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo,

que vive y reina contigo

en la unidad del Espíritu Santo y es Dios

por los siglos de los siglos.

Oración sobre las ofrendas

Recibe, Padre lleno de amor,

este sacrificio instituido por ti,

y gracias a estos sagrados misterios

que celebramos como deber de nuestro servicio,

santifícanos y danos tu salvación.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

Prefacio pascual, pp. o de la Ascensión, pp.

ANTÍFONA DE COMUNIÓN

DICE EL SEÑOR: CUANDO VENGA EL PARÁCLITO QUE YO LES ENVIARÉ DESDE EL PADRE,

EL ESPÍRITU DE LA VERDAD QUE PROVIENE DEL PADRE, ÉL DARÁ TESTIMONIO DE MÍ.

Y USTEDES TAMBIÉN DARÁN TESTIMONIO DE MÍ. ALELUIA. (JN. 15,26-27)

Oración después de la comunión

Te pedimos, Dios santo,

que este sacramento celestial

aumente tu gracia en nosotros

y nos purifique con su eficacia,

para que podamos recibir constantemente

un don tan admirable.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

JUEVES DE LA VII SEMANA DE PASCUA

ANTÍFONA DE ENTRADA

VAYAMOS CONFIADAMENTE AL TRONO DE LA GRACIA, A FIN DE OBTENER MISERICORDIA

Y ALCANZAR LA GRACIA DE UN AUXILIO OPORTUNO. ALELUIA. (HEB. 4,16)

Oración colecta

Señor Dios, que tu Espíritu

derrame sobre nosotros la fuerza de sus dones,

y nos dé un corazón que sea de tu agrado,

siempre dispuesto a cumplir tu voluntad.

Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo,

que vive y reina contigo

en la unidad del Espíritu Santo y es Dios

por los siglos de los siglos.

Oración sobre las ofrendas

Dios de bondad, santifica estos dones que te presentamos

y al aceptar la oblación de este sacrificio espiritual,

conviértenos en ofrenda eterna.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

Prefacio pascual, pp. o de la Ascensión, pp.

ANTÍFONA DE COMUNIÓN

DICE EL SEÑOR: LES DIGO LA VERDAD, LES CONVIENE QUE YO ME VAYA,

PORQUE SI NO ME VOY, EL PARÁCLITO NO VENDRÁ A USTEDES. ALELUIA. (JN. 16,7)

Oración después de la comunión

Dios de amor,

te suplicamos que los misterios recibidos,

nos instruyan con sus enseñanzas,

y nos renueven con su participación,

para que merezcamos poseer los dones del Espíritu Santo.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

VIERNES DE LA VII SEMANA DE PASCUA

ANTÍFONA DE ENTRADA

CRISTO NOS AMÓ Y NOS PURIFICÓ DE NUESTROS PECADOS, POR MEDIO DE SU SANGRE E HIZO DE NOSOTROS

UN REINO SACERDOTAL PARA DIOS, SU PADRE. ALELUIA. (APOC. 1,5-6)

Oración colecta

Dios y Señor nuestro,

por la glorificación de tu Hijo

y con la luz del Espíritu Santo,

nos abriste las puertas de la eternidad.

Te pedimos que, al participar de un don tan grande,

se acreciente nuestra entrega a tu servicio

y progresemos en la fe.

Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo,

que vive y reina contigo

en la unidad del Espíritu Santo y es Dios

por los siglos de los siglos.

Oración sobre las ofrendas

Padre de todos los hombres,

mira con bondad las ofrendas de tu pueblo,

y para que podamos presentarte un sacrificio agradable,

haz que la venida del Espíritu Santo

nos limpie de todo pecado.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

Prefacio pascual, pp. o de la Ascensión, pp.

ANTÍFONA DE COMUNIÓN

DICE EL SEÑOR: CUANDO VENGA EL ESPÍRITU DE LA VERDAD, ÉL LOS INTRODUCIRÁ EN TODA LA VERDAD. ALELUIA. (JN. 16,13)

Oración después de la comunión

Padre providente,

que nos purificas y nos alimentas con esta Eucaristía,

concédenos que, por su eficacia, alcancemos la vida eterna.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

SÁBADO DE LA VII SEMANA DE PASCUA

ANTÍFONA DE ENTRADA

LOS DISCÍPULOS, ÍNTIMAMENTE UNIDOS, SE DEDICABAN A LA ORACIÓN, EN COMPAÑÍA DE ALGUNAS MUJERES,

DE MARÍA, LA MADRE DE JESÚS Y DE SUS HERMANOS. ALELUIA. (HECH. 1,14)

Oración colecta

Dios todopoderoso,

concédenos con tu gracia

conservar en nuestra vida y en nuestras costumbres

el espíritu y la alegría

de estas fiestas pascuales que hemos celebrado.

Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo,

que vive y reina contigo

en la unidad del Espíritu Santo y es Dios

por los siglos de los siglos.

Oración sobre las ofrendas

Te pedimos, Señor,

que la venida del Espíritu Santo,

prepare nuestros corazones

para celebrar los divinos misterios.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

Prefacio pascual, pp. o de la Ascensión, pp.

ANTÍFONA DE COMUNIÓN

DICE EL SEÑOR: EL ESPÍRITU SANTO ME GLORIFICARÁ, PORQUE RECIBIRÁ DE LO MÍO

Y SE LO ANUNCIARÁ A USTEDES. ALELUIA. (JN. 16,14)

Oración después de la comunión

Dios misericordioso,

tú has hecho pasar a tu pueblo

de la antigua a la nueva alianza;

ayúdanos a pasar de la antigua vida de pecado

a la nueva vida de tu Espíritu.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

 

DOMINGO DE PENTECOSTÉS

Misa vespertina de la vigilia

Esta misa se utiliza en la tarde del sábado, antes o después de las primeras Vísperas del domingo de Pentecostés.

ANTÍFONA DE ENTRADA

EL AMOR DE DIOS HA SIDO DERRAMADO EN NUESTROS CORAZONES

POR EL ESPÍRITU SANTO QUE NOS HA SIDO DADO. ALELUIA. (ROM. 5,5)

Se canta el Gloria.

Oración colecta

Padre de todos los hombres,

tú has querido que celebráramos el misterio pascual de tu Hijo

durante cincuenta días de gozo;

renueva hoy en nosotros el prodigio de Pentecostés,

para que los pueblos dispersos se congreguen

por medio de tu Espíritu,

y las diversas lenguas se unan

en la proclamación de la gloria de tu nombre.

Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo,

que vive y reina contigo

en la unidad del Espíritu Santo y es Dios

por los siglos de los siglos.

O bien:

Te pedimos, Dios todopoderoso,

que hagas brillar sobre nosotros

el resplandor de tu gloria,

y confirma con la luz de tu Espíritu

a quienes hemos renacido por tu gracia.

Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo,

que vive y reina contigo

en la unidad del Espíritu Santo y es Dios

por los siglos de los siglos.

Se dice Credo.

Oración sobre las ofrendas

Padre santificador de todas las cosas,

derrama la bendición de tu santo Espíritu sobre estas ofrendas,

y por ellas concede a tu Iglesia

un amor que manifieste a todo el mundo

la realidad de la salvación.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

Prefacio de Pentecostés, como en la misa del día.

En las Plegarias eucarísticas se utilizan los elementos propios.

ANTÍFONA DE COMUNIÓN

EL ÚLTIMO DÍA DE LA FIESTA, JESÚS, PONIÉNDOSE DE PIE, EXCLAMÓ: EL QUE TENGA SED

QUE VENGA A MÍ Y BEBA. ALELUIA. (JN. 7,37)

Oración después de la comunión

Al recibir estos sagrados dones,

te pedimos, Señor, que, por la acción de tu Espíritu,

enciendas en nosotros el mismo amor

que derramaste admirablemente sobre tus apóstoles.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

 

Modo más extenso de celebración

En las iglesias donde se celebra la vigilia de forma más extensa, esta misa se puede celebrar del modo siguiente:

a) Si las I Vísperas, celebradas en el coro o en comunidad, preceden inmediatamente a la misa, la celebración puede comenzar con el versículo introductorio y el himno «Ven, Espíritu divino», o bien por otro canto de entrada con la procesión del sacerdote, omitiendo en uno y otro caso el rito penitencial (cfr. Ordenación general de la Liturgia de las Horas, nn. 94 y 96). Luego sigue la salmodia de Vísperas hasta la lectura breve exclusive. Después de la salmodia, omitido el acto penitencial el sacerdote dice la oración: «Dios todopoderoso...» (segunda oración colecta de la Misa de la Vigilia).

b) Si la misa empieza del modo acostumbrado, los ritos iniciales son como de costumbre hasta el rito penitencial inclusive. Luego del «Señor ten piedad» (si corresponde) el sacerdote dice la segunda oración colecta de la Misa de la Vigilia:

Te pedimos, Dios todopoderoso,

que hagas brillar sobre nosotros el resplandor de tu gloria,

y confirma con la luz de tu Espíritu

a quienes hemos renacido por tu gracia.

Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo,

que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios

por los siglos de los siglos.

A continuación el sacerdote introduce a la liturgia de la Palabra, exhortando con estas palabras u otras semejantes:

Queridos hermanos.

En esta vigilia de Pentecostés queremos seguir el ejemplo

de los apóstoles y los discípulos.

Ellos, junto con María, la madre de Jesús,

perseveraron en la oración esperando el Espíritu prometido por el Señor.

Escuchemos ahora, en silencio meditativo, la Palabra de Dios

y recordemos las maravillas que Él ha realizado en favor de su pueblo.

Permanezcamos unidos en oración

para que el Espíritu Santo que el Padre envió perfeccione la obra del mundo.

Luego sigue la proclamación de todas las lecturas propuestas por el Leccionario como optativas, de la manera siguiente:

Después de la primera lectura (Gn. 11,1-9) y el canto de su salmo correspondiente (Sal. 32, 10-11. 12-13. 14-15 R.: 12b), el sacerdote de pie y con las manos extendidas dice:

Oremos.

Te pedimos, Dios todopoderoso,

que tu Iglesia sea siempre

un pueblo reunido por la unidad del Padre,

y del Hijo y del Espíritu Santo,

se manifieste ante el mundo como sacramento de santidad y unidad,

y lo lleve a la plenitud de la caridad.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

Después de la segunda lectura (Ex. 19,3-8a.16-20b) y su salmo correspondiente (Dan. 3,52.53.54.55.56 R.: 52b o bien Sal. 18,8.9.10.11 R.: Jn. 6,68c) el sacerdote de pie y con las manos extendidas dice:

Oremos.

Dios todopoderoso,

en el monte Sinaí, diste a Moisés la Ley

en medio del resplandor del fuego,

y hoy manifiestas la nueva Alianza

en el fuego del Espíritu Santo.

Concede que nuestros corazones ardan en aquel mismo Espíritu

que derramaste de modo admirable sobre tus apóstoles,

y haz que la Iglesia, congregada de entre todos los pueblos,

reciba con alegría el mandamiento de tu amor.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

Sigue la tercera lectura (Ez. 37,1-14) y su salmo correspondiente (Sal. 106,2-3.4-5.6-7.8-9 R.:1) el sacerdote de pie y con las manos extendidas dice:

Oremos.

Señor Dios, lleno de poder,

que levantas al hombre caído y, una vez restaurado,

lo conservas en tu fidelidad;

aumenta el número de los que serán renovados por tu gracia santificante

y haz que tu Espíritu conduzca siempre

a todos los bautizados.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

O bien:

Señor y Dios nuestro,

que nos has regenerado por tu palabra de vida:

derrama sobre nosotros tu Espíritu Santo,

para que viviendo en la unidad de la fe,

merezcamos resucitar para la gloria.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

O bien:

Dios y Padre nuestro, que tu pueblo,

renovado y rejuvenecido en su corazón

por la acción del Espíritu Santo,

se alegre hoy por haber recuperado la adopción filial,

y aguarde con firme esperanza

el día de la gloriosa resurrección.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

 

Sigue la cuarta lectura (Joel 3,1-5) y su salmo correspondiente (Sal. 103,1-2a.24 y 35c.27-28.29bc-30 R.: 30 ) el sacerdote de pie y con las manos extendidas dice:

Oremos.

Cumple, Señor, tu promesa en nosotros,

y derrama tu Espíritu Santo

para que nos haga ante el mundo

testigos valientes del Evangelio de Jesucristo,

que vive y reina por los siglos de los siglos.

Luego el sacerdote entona el himno Gloria a Dios en el cielo.

Terminado el himno, el sacerdote dice la oración colecta (primera de la Vigilia):

Oremos.

(hace un breve silencio)

Padre de todos los hombres,

tú has querido que celebráramos el misterio pascual de tu Hijo

durante cincuenta días de gozo;

renueva hoy en nosotros el prodigio de Pentecostés,

para que los pueblos dispersos se congreguen

por medio de tu Espíritu,

y las diversas lenguas se unan

en la proclamación de la gloria de tu nombre.

Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo,

que vive y reina contigo

en la unidad del Espíritu Santo y es Dios

por los siglos de los siglos.

A continuación, el lector proclama la lectura del Apóstol (Rom. 8,22-27) y la misa continúa del modo acostumbrado.

Si se celebran las Vísperas y la misa, después de la comunión con la antífona El último día de la fiesta... se canta el Magnificat con su antífona de las Vísperas «Ven, Espíritu Santo...»; luego se dice la oración después de la comunión y lo demás, de modo acostumbrado.

Si se juzga oportuno, puede darse la bendición solemne.

Para despedir al pueblo, el diácono, o el mismo sacerdote, dice:

Pueden ir en paz, aleluia, aleluia.

R. Demos gracias a Dios, aleluia, aleluia.

 

Misa del día

ANTÍFONA DE ENTRADA

EL ESPÍRITU DEL SEÑOR LLENA LA TIERRA, Y ÉL, QUE MANTIENE UNIDAS TODAS LAS COSAS,

SABE TODO LO QUE SE DICE. ALELUIA. (SAB. 1,7)

O bien:

EL AMOR DE DIOS HA SIDO DERRAMADO EN NUESTROS CORAZONES

POR EL ESPÍRITU SANTO QUE NOS HA SIDO DADO. ALELUIA. (ROM. 5,5)

Se canta el Gloria.

Oración colecta

Por el misterio de Pentecostés

santificas, Padre santo, a tu Iglesia extendida por las naciones;

derrama sobre toda la tierra los dones del Espíritu Santo,

e infunde hoy en el corazón de tus fieles

aquellas maravillas que hiciste en los comienzos de la predicación evangélica.

Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo,

que vive y reina contigo

en la unidad del Espíritu Santo y es Dios

por los siglos de los siglos.

Antes del Evangelio se canta la secuencia de Pentecostés.

Se dice Credo.

Oración sobre las ofrendas

Señor y Dios nuestro,

según la promesa de tu Hijo,

concédenos que el Espíritu Santo

nos revele plenamente el misterio de este sacrificio

y nos lleve al conocimiento de toda verdad.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

Prefacio

EL MISTERIO DE PENTECOSTÉS

V. El Señor esté con ustedes

R. Y con tu espíritu.

V. Levantemos el corazón.

R. Lo tenemos levantado hacia el Señor.

V. Demos gracias al Señor, nuestro Dios.

R. Es justo y necesario.

Realmente es justo y necesario,

es nuestro deber y salvación

glorificarte siempre, Señor, Padre santo,

Dios todopoderoso y eterno.

Para llevar a su plenitud el misterio pascual,

enviaste hoy el Espíritu Santo

sobre los que hiciste tus hijos adoptivos

haciéndolos partícipes de la Vida de tu Hijo único.

Es el mismo Espíritu que,

en el momento de nacer la Iglesia,

dio a todos los pueblos el conocimiento del Dios verdadero,

y unió a las diversas lenguas

en la confesión de una sola fe.

Por eso, con esta efusión del gozo pascual

el mundo entero desborda de alegría

y también los coros celestiales

cantan un himno a tu gloria,

diciendo sin cesar:

Santo, Santo, Santo...

En las Plegarias eucarísticas se utilizan los elementos propios.

ANTÍFONA DE COMUNIÓN

TODOS QUEDARON LLENOS DEL ESPÍRITU SANTO, Y PROCLAMABAN LAS MARAVILLAS DE DIOS. ALELUIA.

(HECH. 2,4.11)

Oración después de la comunión

Señor, tú comunicas a la Iglesia los bienes del cielo;

conserva en ella tus dones de Padre

y haz que este alimento espiritual que nos nutre para la vida eterna,

obre en nosotros la fuerza de tu Espíritu.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

Para despedir al pueblo, el diácono o el mismo sacerdote, dice:

Pueden ir en paz, aleluia, aleluia.

R. Demos gracias a Dios, aleluia, aleluia.

Acabado el tiempo de Pascua, se apaga el cirio pascual, que es conveniente colocar en un lugar digno del bautisterio, para que en la celebración del bautismo, se enciendan en su llama los cirios de los bautizados.