PARROQUIA: IGLESIA EN EL MUNDO

 Juan Algorta

 

 

1.            EL HOMBRE SE PREGUNTA

        Todo lo que el hombre hace, dice o deja de hacer es respuesta a alguna inquietud más o menos seria, que el mismo ser humano siente. El hombre siempre trata de dar respuesta a sus preguntas, las cuales a veces se le presentan muy dolorosas. Se pregunta sobre la vida, el amor y la muerte y sus interrogantes son heridas que procura restañar.

2.            MUCHAS RESPUESTAS

        A lo largo de los siglos, en una afanosa búsqueda, ha ido proponiéndose muchas respuestas. Algunas las ha rechazado definitivamente, otras retornan repetidamente como si se resistieran a una muerte decretada. Algunas se presentan hoy en día y tienen sus adeptos, aún fanáticos.

3.            UNA SOLA RESPUESTA

        Gracias a la fe cristiana que hemos recibido, afirmamos que hay una respuesta, que es definitiva para todos los hombres y para todos los tiempos: CRISTO JESÚS, el Hijo de Dios que se hizo hombre para compartir con nosotros toda nuestra vida, nuestras alegrías y tristezas, nuestros interrogantes y nuestras inquietudes y para ofrecernos la respuesta que buscábamos, no a través de una doctrina, sino a través de su vida, muerte y resurrección.

4.            LA RESPUESTA ESTÁ EN NOSOTROS

        El núcleo fundamental de la respuesta ofrecida por Cristo está en nosotros mismos. Se trata de hacer una experiencia profunda de nosotros mismos, de lo que somos, de nuestro “ser”. Identificarnos en nuestro yo más profundo, donde en definitiva encontramos por el Espíritu a Dios Padre de nuestro Señor Jesucristo. “El Reino de Dios está dentro de nosotros mismos”.

5.            NUDO DE RELACIONES

        Esta experiencia de Dios como “la intimidad más íntima de mí mismo” (san Agustín) define nuestra vida de relaciones.

        ¿Para qué estamos en la historia?

        Para madurar siempre más, hasta la muerte, más allá de la misma muerte, como Cristo:

5.1. Una relación primordial con Dios

        El Dios de nuestro Señor Jesucristo exige esta prioridad absoluta, relativizando todo lo que se pretenda constituir como absoluto en nuestras vidas. Derriba todos los ídolos.

        Es Dios. Por eso mismo mayor. No se deja aferrar por ninguno de nuestros esquemas ni poseer por ninguna de nuestras elucubraciones.

        Es Dios-Amor a los hombres. Desde la Creación se ha dado a conocer comprometido en un proyecto suyo inspirado totalmente por su amor: la vida de los hombres.

        Su amor se vuelca a los pobres, a los necesitados, a los indigentes. Por eso, pretende realizar su proyecto con ellos, a través de s libre colaboración.

        Por eso, esta relación primordial con Dios, se traduce sin solución de continuidad en:

5.2. Una relación solidaria con los demás hombres, sus hermanos

        Todos y cada uno en Cristo participan de la misma vida de Dios. Son, por lo tanto, hijos de Dios. Son, por lo tanto, hermanos entre sí.

        Gozan de una misma dignidad. Poseen los mismos derechos. Tienen las mismas obligaciones. En Cristo, hay una igualdad radical entre todos los hombres. Todas las barreras que dividen a los hombres por sexo, raza, condición social, posibilidades reales de desarrollo, etc., son negación de esta relación definitoria del hombre.

5.3. Una relación señorial con el mundo de las cosas

        Como consecuencia de las relaciones anteriores, el hombre en Cristo es llamado a ser dueño de las riquezas todas de la tierra, a fin de que todo que se tenga y se progrese en el tener, esté totalmente en función del ser. “Más vale ser que tener”. “Todo es vuestro, vosotros sois de Cristo, y Cristo es de Dios”.

6.            POR LA MUERTE Y RESURRECCIÓN

        Cristo vino al mundo de los hombres para realizar en Él y por él, en nosotros el PROYECTO-HOMBRE que Dios Padre en su amor había elaborado. Al encontrar que la humanidad había procurado realizarse por caminos propios, Cristo lo tuvo que realizar enfrentándose a esas fuerzas negativas del pecado y de la desobediencia.

        Y por eso lo mataron. Pero Dios lo resucitó constituyéndolo en ese momento, HOMBRE NUEVO, pleno de “ser”, totalmente realizado en su relación filial con Dios, su relación solidaria con los hombres y su relación señorial con el mundo. Desde la plenitud del “ser”, Cristo envía el Espíritu Santo para que nos infunda, a todos y a cada uno de nosotros, su vida, su luz, su fuerza, su “ser”.

7.            EL PROYECTO DE DIOS

        Cristo anunció el proyecto de amor hablando del Reinado de Dios. “El Reino de Dios está cerca...”.

        El Reinado de Dios se realiza cundo un hombre reconoce a Dios como Padre que lo llama a ir construyendo en sí mismo y en el mundo de los hombres el proyecto paterno. Y por lo tanto, siempre que un hombre, sintiéndose llamado por Dios, libremente se decide a ser libre y a contribuir a hacer en el mundo la libertad de los hijos de Dios.

        Esto se concreta, cuando el hombre se decide a entrar en un triple proceso:

7.1. Proceso de personalización

        El hombre está llamado a hacerse más persona, más dueño y responsable de sí mismo y de sus actos, más libre.

7.2. Proceso de socialización

        El hombre está llamado a ir relacionándose solidariamente con los demás. Necesita comunicarse con los otros, ser escuchado, escuchar, sentirse participando en la vida de un grupo (en primer lugar, la familia) que lo apoye, lo anime y lo personalice.

7.3. Proceso de politización

        No sólo; el hombre está llamado a ir creando estructuras que permitan una convivencia digna entre los grupos que conforman una sociedad. Todos, y cada uno de los hombres, integrados a sus grupos, tienen el derecho a una vida digna y decorosa y la sociedad tiene el deber de favorecer la realización de este derecho.

        Está claro que la realización de este triple proceso se da en una íntima interrelación. De modo que quien en un momento determinado se personaliza, aunque sea indirectamente se socializa y se politiza. Quien se socializa, también se personaliza y se politiza. Quien se preocupa por construir la ciudad de los hombres de alguna manera se personaliza y se socializa. En determinados momentos (según las edades y la condición de vida) puede haber acentuaciones de uno de los procesos mencionados, pero nunca puede excluirse explícitamente uno de ellos.

        En la aceptación y puesta en práctica de este proyecto la fe juega un papel englobante y de profundidad. El Espíritu de Cristo que habita en nosotros como energía vital nos da la posibilidad de colaborar libremente en la realización de este Reinado de amor en el mundo.

8.            EL PECADO

        El pecado es la negación de todo esto.

ÞEs no querer enfrentarse a las preguntas que nos inquietan.

ÞEs no aceptar esa vida en profundidad que madura en el silencio y en la oración

ÞEs romper esa trama de relaciones descriptas más arriba, en cualquiera de sus dimensiones.

ÞEs no aceptar el proyecto de Dios, pretendiendo detener o atropellar cualquiera de los tres procesos señalados.

        Esta negativa hace que el hombre sienta sus preguntas como heridas, sus relaciones como rupturas, sus proceso como frenos a apresuramientos, provocando en el mundo dolor, sufrimiento y muerte.

9.            LA IGLESIA

        La Iglesia se presenta en el mundo como la comunidad formada por el mismo Jesús entre aquellos que aceptan la respuesta que Él ofrece y se dispone a ponerla en práctica.

        Su misión no es otra que la de Jesús: anunciar al mundo y demostrarlo con la vida que en el Reinado de Dios está la respuesta a los interrogantes del hombre.

10.    TODOS SOMOS RESPONSABLES

        En la comunidad Iglesia todos somos responsables. Todos tenemos la misma responsabilidad en el cumplimiento de la única misión propia de la Iglesia. Cada uno según las tareas que le competen según su vocación específica.

11.    PARROQUIA: COMUNIÓN DE COMUNIDADES

        La Diócesis es una porción de la Iglesia universal presidida por el Obispo, en comunión con el Papa. La Diócesis está dividida en parroquias y en cada parroquia, sacerdotes y laicos, tratan de cumplir su misión evangelizadora en comunión con las otras parroquias y con la Diócesis en la Iglesia Universal. La Parroquia se organiza en pequeñas comunidades, interrelacionadas entre sí, haciendo así de la Parroquia una comunión de comunidades.

12.    LAS PEQUEÑAS COMUNIDADES

        Son grupos de cristianos que se forman por la misma fue y por distintas afinidades de edad, intereses, vivienda, profesión, testimonio. Son grupos de matrimonios que se deciden a compartir la fe y las responsabilidades que le son comunes. Pequeños en cuanto al número para permitir relaciones fraternas que posibiliten en chico la experiencia de Iglesia descripta arriba (Iglesia chica). Se reúnen periódicamente (semanal o quincenalmente) y se relacionan con las demás comunidades de la Parroquia a través de la coordinadora, las visitas, las convivencias, los servicios comunes y, sobre todo, a través de la Eucaristía dominical.

        ¿Qué hacen estas comunidades cuando se reúnen?

12.1.Se comunican

        Es un encuentro fraterno. Es importante crear un ambiente donde todos se sientan bien. Cada uno merece una atención especial. Nos interesamos por todos y por cada uno. Si falta alguien, notamos su ausencia.

        En el encuentro es importante crear un área de libertad. Que todos podamos decir nuestra palabra, manifestar nuestras inquietudes, aportar nuestras opiniones.

        Siendo un encuentro fraterno debe reinar la alegría. En este ámbito de comunicación surgirán las novedades, los aportes que cada uno trae al grupo, las noticias de la comunidad y del mundo, los documentos que se considera importante analizar, los hechos de vida que nos han cuestionado y queremos que sean revisados en comunidad.

12.2.Oran

        No debe faltar en ninguna reunión un momento de oración explícita. Esta oración en realidad puede asumir formas muy distintas.

        Puede ser la lectura comentada del Evangelio, el rezo de un salmo, la oración-eco, una oración espontánea, el rezo de un Padrenuestro. Puede ser un rato de silencio.

        Hay muchos modos de orar, después de experimentarlos pueden ser evaluados por el mismo grupo.

        A veces, se puede celebrar la Eucaristía.

12.3.Sirven

        Las comunidades se proponen cumplir su misión evangelizadora, poniéndose en concretas actitudes de servicio.

        A partir de la vida compartida y de la oración en común se descubrirá muy sencillamente qué es lo que hay que hacer o si lo que se está haciendo es un verdadero servicio transformador evangélico.

        Sin dejarse absorber por el compromiso intra parroquial, cada uno, en su comunidad, decidirá qué puede aportar a la vida de la comunidad. Por lo general, cada persona no tomará más de un servicio intraparroquial.

        Pero, sobre todo, la comunidad de vida cristiana discernirá cuál es el compromiso transformador en el mundo que, como comunidad o en sus miembros, emprenderá. De acuerdo a las posibilidades y al grado de conciencia alcanzado este compromiso será asistencial, promocional o estructural.

        En las reuniones se darán estos tres momentos o uno de ellos será particularmente acentuado de acuerdo a las necesidades concretas del grupo. En general, no deben faltar ninguno de los tres momentos.

13.    LOS ANIMADORES

        Uno de los miembros del grupo cumplirá el servicio de animador dentro del mismo grupo. El animador se preocupará de manera especial por la marcha del grupo, coordinará las reuniones, distribuirá las tareas, estará particularmente atento al proceso grupal. El animador participará en la coordinadora de grupos aportando lo vivido y lo propuesto por el grupo, recibiendo los aportes de los otros grupos y coordinando entre todos la vida de los grupos.

        Cada grupo podrá designar un animador de acuerdo a las características del grupo. Lo importante es que tenga un animador.

14.    LA EUCARISTÍA DOMINICAL

        Es importante asignarle un puesto fundamental a la Eucaristía dominical como el lugar de encuentro y de celebración de todas las comunidades de la Parroquia, unidas en la misma fe y en el mismo núcleo de la fe: el misterio pascual. Debe ser una celebración festiva, participada, en las que las comunidades traen lo que han vivido y llevan lo que celebran.

        Complementando a la Eucaristía dominical se ubican:

ÞLa celebración de los demás Sacramentos;

ÞLas celebraciones de la Palabra: una vez a la semana los que desean se reúnen para escuchar la Palabra de Dios y compartir lo que ella les dice;

ÞLos retiros mensuales, u otras iniciativas del género.

15.    EN LAS CAPILLAS Y EN LOS PUEBLOS

        Todo esto se debe ir dando progresivamente en las capillas y en los pueblos, apoyados por la sede parroquial, pero creando armónicamente una vida autónoma y profunda en todas las dimensiones.

16.    LOS SERVICIOS QUE PRESTA LA PARROQUIA

        La Iglesia se realiza en las distintas comunidades según lo hemos descripto más arriba. La Parroquia se preocupará por organizar todos aquellos servicios que crea oportunos para la vida de los grupos. Los dividiremos fundamentalmente en cuatro sectores:

16.1.Parroquia : comunidad organizada

        La Parroquia se debe constituir en un instrumento de convocación, iniciación, coordinación y animación de las distintas comunidades. Lo hará a través de dos instrumentos que, poco a poco, irán asumiendo forma adecuada:

ÞEl Consejo Pastoral Parroquial: procurará la animación y coordinación general de la vida parroquial: la sede parroquial y las comunidades barriales y las de los pueblos; la Parroquia y los Institutos Educativos; los distintos servicios que se prestan en la Parroquia.

ÞLa coordinadora de grupos: los animadores de las distintas comunidades de reúnen periódicamente para los siguientes fines:

a) coordinar la vida de las distintas comunidades (circulación de ideas, valores  e iniciativas...);

b) instrumentar iniciativas de convocatoria e iniciación a nuevos miembros de la Iglesia (las 8 catequesis).

La convocatoria a nuevos miembros debe ser permanente y coordinada. La iniciación a la vida comunitaria se hará a través de las 8 catequesis en permanente elaboración.

ÞEl equipo de prensa y propaganda

ÞEl equipo económico

16.2.Parroquia: comunidad evangelizadora

        Es actividad prioritatia de la Parroquia, puesto que a través de la Evangelización y la Catequesis se forma sólidamente a los miembros de la Iglesia. Se trata de una catequesis permanente que quiere abarcar todos los niveles de la existencia humana y todas las situaciones humanas que se vayan dando. Por lo tanto, será sistemática u ocasional.

        La catequesis sistemática abarcará los siguientes niveles:

16.2.1.Iniciación

Catequesis de primera comunión: tres años de preparación.

En el marco de la Catequesis de iniciación queremos cubrir dos niveles: evangelizar a los niños de la calle y a los débiles mentales.

16.2.2.Perseverancia

Después de hecha la Primera Comunión, es importante continuar la experiencia grupal y de catequesis favoreciendo así la perseverancia de los niños.

16.2.3.Adolescentes

Movimiento integrado a la Pastoral Diocesana de Adolescentes y al M.A.S. (Movimiento de Adolescentes Salesianos). Intenta cubrir los años liceales.

16.2.4.Catequesis de Confirmación

Un proceso particular lo constituye la preparación al Sacramento de la Confirmación, para la que se exigen quince años cumplidos y un año de preparación.

16.2.5.Catequesis de jóvenes y adultos

Sin confundirla con la pastoral en general y la pastoral juvenil en particular, la Parroquia ofrece a todos los jóvenes y adultos la oportunidad de prepararse a los Sacramentos a través de catequesis apropiadas.

16.2.6.Catecumenado de novios

De manera particular ofrecemos a los jóvenes novios la oportunidad de prepararse con tiempo a su Matrimonio a través de un catecumenado: un proceso grupal de profundización en la fe, especialmente elaborado para que las parejas se preparen al Matrimonio cristiano.

16.2.7.Preparación a los Sacramentos

De acuerdo a las normas diocesanas se exige un mínimo de reuniones a los padres que quieren bautizar a sus hijos y a los novios que no han hecho el Catecumenado de Novios.

Las catequesis ocasionales se ofrecerán a través de la presentación y el estudio de documentos eclesiales, charlas, conferencias, mesas redondas.

Todos estos niveles se llevarán a cabo en la medida en que haya un grupo o una comunidad que los asuma, los programe y los evalúe.

16.3.Parroquia: comunidad educativa

        La Parroquia asumirá también en forma subsidiaria, pero como parte integrante de su tarea evangelizadora la promoción de la cultura, provocando pedagógicamente una relación más madura y profunda del hombre con el mundo, con los demás hombres y con Dios.

        Esta tarea educativa cultural la proyecta a tres niveles:

Asistencial: procurando socorrer las necesidades más elementales de los más necesitados.

Promocional: procurando que ellos mismos y la gente de los medios populares vayan logrando sus progresos paulatina pero firmemente, a través de acción pequeñas, solidarias, programadas y evaluadas. La obra de los vicentinos, el banco de medicamentos...

        A este nivel podemos anotar también las diversas y posibles tareas pedagógicas que se realizan: costureros, cursos de educación sexual, de técnicas de estudio, servicio de librería, de biblioteca, charlas culturales...

Estructural: procurando a través de charlas, cursillos, seminarios y otras iniciativas la formación de una conciencia crítica y liberadora que capacite a participar en la transformación estructural de la sociedad en la línea del proyecto de Dios. Se inscriben en este campo todas las iniciativas de formación en el campo social, económico y político.

        Este servicio supone un equipo interdisciplinar de acción social. A este equipo podrán ofrecer sus servicios solidarios distintos profesionales de la comunidad.

        La formación en el campo descripto y el testimonio cristiano se conjugan en la inserción de los cristianos en los distintos campos de organización de la sociedad: sindicatos, cooperativas, partidos políticos...

16.4.Parroquia: promotora de vocaciones

        Una comunidad cristiana que se precie de tal, verifica su autenticidad en la fecundidad vocacional. Suscita vocaciones de cristianos comprometidos en el mundo con la maravillosa riqueza de las vocaciones específicas: vocaciones matrimoniales y vocaciones consagradas en el celibato; vocaciones laicales u vocaciones sacerdotales. Todas son vocaciones cristianas válidas y complementarias, fruto de una comunidad cristiana viva.

        La Parroquia organiza ADMA (Asociación Devotos de María Auxiliadora), movimiento que a través del testimonio de vida y la oración promueve vocaciones en su medio.

17.    UNA PARROQUIA SALESIANA

        Lo dejamos para el final porque consideramos que da la tónica a toda la Parroquia. Nuestra Parroquia es salesiana. Ello implica muchas de las acentuaciones hechas arriba. Pero sobre todo señala dos características que ahora, por fin, queremos subrayar:

Una parroquia popular: del pueblo y para el pueblo. Parroquia de puertas abiertas para todos los que están en búsqueda y quieren compartir nuestra experiencia. Parroquia que asume toda la cultura del pueblo a que pertenece para transformarla evangélicamente. Parroquia que presta una atención especial a la gente sencilla, a la gente pobre, a la gente necesitada de amor y de alegría, y por eso, necesitada de Dios.

Una parroquia popular que da prioridad absoluta a la pastoral juvenil. Como para Don Bosco, los adolescentes y los jóvenes son los privilegiados de la vida de la Parroquia. Son los protagonistas: se los escucha, participan a todos los niveles: los adultos miran con agrado su presencia inquieta en la comunidad. La Parroquia adquiere por eso mismo rasgos juveniles inconfundibles: dinamismo, alegría, inconformismo, entusiasmo...

La primera redacción se publicó en Paysandú, el 5 de julio de 1984.