San Ildefonso y la Virgen María

 

San Ildefonso fue un obispo y escritor del siglo VII, que vivió en la ciudad de Toledo. Aquí escribió su famoso libro De la perpetua Virginidad de santa María, recordando que la Virgen María fue siempre Virgen. Y lo prueba con varios pasajes de la Biblia.

            El nombre de Ildefonso significa “feliz y dichoso”. Precisamente, se destacó por hacer felices a cuantos le rodeaban. Este santo obispo toledano era “siempre complaciente con los demás, menos en el pecado. Se ganó la simpatía y el querer de todos”, como comenta López Melús al narrar su vida.

            En su libro sobre la virginidad de María se fija también en la alegría de nuestra Señora, basándose en los evangelios (“feliz tú que has creído”[1]), y en el Magníficat (“se alegra mi espíritu en Dios, mi Salvador”[2]). Y por eso, la invoca así: “Feliz Tú para mi fe, feliz Tú para mi alma, feliz Tú para mi amor, feliz en mi alabanza y predicación. Que yo te predique cuanto mereces ser predicada, que yo te ame cuanto mereces ser amada”[3].

            Demuestra que Dios todopoderoso tuvo poder para realizar el gran milagro de hacer a María Virgen y Madre a la vez, “porque para Dios nada hay imposible”[4]. Y así, reconoce San Ildefonso la verdad de la Madre de Dios: “María es Virgen antes de la venida del Hijo, Virgen después de engendrar al Hijo, Virgen en el nacimiento del Hijo y Virgen después de nacer el Hijo”[5].

            San Ildefonso explica muy bien la razón del amor a la Virgen, como camino para ir a Cristo. A Jesús se llega más fácilmente por María. “Así, el honor que demos a María redunda en honor a Cristo”. Y pone muy sabiamente estos ejemplos tan claros:

“Pues así se refiere al Señor lo que sirve a la esclava;
así redunda al Hijo lo que se entrega a la Madre;
y así pasa al Rey el honor que se rinda a la Reina”[6].

Porque un buen hijo siempre ama a su madre, yendo a Jesús por María.

Gustavo Johansson
sacerdote diocesano
Director espiritual de Mercabá

________

[1] cf. Lucas 1, 45.

[2] cf. Lucas 1, 47.

[3] cf. San Ildefonso, De la Perpetua Virginidad de la Santa María, I, 1.

[4] cf. Lucas 1, 37.

[5] cf. San Ildefonso, op.cit, I, 2.

[6] cf. Ibid, 12, 3.