CARACTERÍSTICAS REDACCIONALES LUCANAS

 (Hay un índice al final)

Se alude en las referencias a dos series de apuntes de clase. Una de ellas es RyT (“Redacción y Tradición en Lucas”), un curso dictado en Comillas en 2004. Otra es TL (“Temas lucanos”), un curso dictado en la Formación permanente de Comillas y en otros contextos.

1) ESTUDIO LITERARIO

1-1. Estado del texto

Bastante bueno. Hay un texto egipcio (P75, Alef, B y C) del siglo II, el texto occidental (D, testimonios latinos, Siríaca de Cureton y citas Padres latinos) también del siglo II; texto bizantino o textus receptus (A). Algunos hablan de un texto palestino. Las variantes se pueden deber a distracciones del copista, al influjo de la tradición oral o de Mateo, a sensibilidades y matices teológicos. Algunas de las variantes más famosas: ¿”Venga tu Reino” o “que tu Espíritu venga sobre nosotros”? (11,2). El trabajador en sábado (6,4); ¿70 o 72 discípulos? (10,2); ¿texto largo o corto en las palabras sobre el pan? (Lc 22,19-20); el ángel consolador de Getsemaní (22.43-44); ¿el “y fue llevado al cielo” es una adición posterior? (24,51). Ver además 5,39; 9,55; 10,20. 41-42; 11,8.13.41; 12,19.21.39; 16,9; 17,36; 19,25; 20,20; 21,35; 22,62-68; 23,13.15.17.35; 24, 3.6.12.17.36.40-42.52). 

1-2. Fuentes de Lucas y la H2F

Nosotros mantenemos en principio la hipótesis de las 2 fuentes, que reconoce la prioridad marcana, y la existencia de una fuente Q para el material compartido por Lucas y Mateo que no se halla presente en Marcos (cf. RyT p. 4-9). 

1-3. Fuentes exclusivas de Lucas

Hay algunos autores que piensan que no tuvo otras fuentes sino que redacta sus episodios libremente basándose sólo en los LXX. Así por ejemplo, C. Evans (cf. Tabla XVII) y J. Drury, Tradition and Design in the Third Gospel, p.46-65. Muestra allí Drury cómo Lucas ha podido escribir su evangelio de la infancia como un midrash a partir de textos de los LXX, sin tener necesidad de recurrir a ninguna otra fuente escrita. Igualmente muestra cómo Lucas ha podido componer el relato de Zaqueo sólo utilizando datos de los LXX y repitiendo algunos otros textos de su evangelio Algunos pasajes que tienen como trasfondo historias del AT están sobre todo relacionados con los profetas Elías y Eliseo (cf. T.L. Brodie, T.L., Luke the Litterary Interpreter; Luke-Acts as a Systematic Rewriting and Updating of the Elijah-Elisha Narrative, Roma 1987 y “Greco-Roman Imitation of Texts as a Partial Guide to Like’s use of sources”, en C.H. Talbert (ed.), Luke-Acts. New Perspectives from the society of Biblical Literature, New York 1984, 17-46).

La acusación y lapidación de Esteban (Hch 6,9-14; 7,58a) seguiría el modelo de la de Nabot (1 R 21,8-13); la historia de viuda de Naím (Lc 7,11,17) estaría inspirada en la de Elías y la viuda de Sarepta o Eliseo y la Sunamita (2 R 4,1-37; y 1 R 17,17-24; cf. RyT p. 26-27); o el bautismo del eunuco etíope (Hch 8,9-40) y la historia de Naamán el leproso (2 R 5); el comienzo del viaje a Jerusalén imitaría la partida de Elías hacia el Jordán (2 R 1,1-2.6). La aparición del ángel durante la agonía (22,43.45) estaría relacionada con la aparición del ángel a Elías, cuando le dio fuerzas para seguir adelante en su camino (1 Re 19,7-8). La entrada a Jerusalén tiene ecos de la entronización de Salomón, el hijo de David (1 Re 33,38.40). 

1-4. Uso de las fuentes

Normalmente Lucas no altera el orden de sus fuentes ni las amalgama, sino que más bien va alternando bloques enteros sacados de una fuente con los de otra. Así por ejemplo en la sección de 3,1 a 9,50 podemos ver cuatro bloques. En el primero sigue a Q (3,1-4,30); en el segundo a Marcos (4,31-6,20a); en el tercero a Q (6,20b a 7,50), y en el último a Marcos (8,1-9,50). De este modo recoge casi todo el material de Marcos 1-9, excepto el bloque de Marcos 6,45-8,26, la gran omisión lucana, que debería ocupar el lugar entre 9,17 y 9,18. Las omisiones, desplazamientos y cambios se explican por una preocupación literaria y teológica. Ver Tabla IX. 

1-5. El griego de Lucas

Es un griego elegante pero con tendencias semíticas y un sabor a los LXX. Sobre todo este sabor puede detectarse en los primeros dos capítulos. Abundantes alusiones y colorido bíblico. Tiene once optativos, mientras que en Marcos sólo había uno, y ninguno en Juan y Mateo. Usa con mucha más frecuencia la partícula dev. Tiene construcciones con atracción de relativo, y recursos tales como la prolepsis o la hendíadis. Mientras que Marcos hilaba sus verbos con la conjunción kaiv, Lucas utiliza más conjunciones, y compone párrafos cambiando algunos verbos personales en participios. Frente a los 151 presentes históricos de Marcos, equivalentes al participio arameo, Lucas sólo tiene 4. Frente al uso semítico de dos verbos finitos unidos por kai, Lucas prefiere la construcción de un participio con verbo finito. En ocasiones Lucas, lo mismo que Mateo, tienden a explicitar el sujeto del verbo en lugares donde Marcos lo dejaba implícito, de modo que tuviese que deducirse del contexto.

Pero por otra parte Lucas no es consecuente en su aticismo. En ocasiones parece imitar deliberadamente el estilo semitizante. Ver RyT p. 21-22 y Tabla XIII. (Sobre su vocabulario y lenguaje cf. fotocopias sobre Turner y Segalla).

1-6. Las omisiones de Lucas

(Respecto a las omisiones lucanas y a sus posibles explicaciones se puede consultar RyT p. 18-19 y la Tabla VIII, en las que aparece una relación bastante completa).

Lucas omite algunos de los pasajes de Marcos. Se reconocen ante todo dos omisiones importantes: la gran omisión (Mc 6,45-8,26, entre Lc 9,17 y 9,18) y la pequeña omisión (Mc 9,41-10,12, entre Lc 9,50 y 9,51). Aparte de estos dos bloques, hay otras omisiones de perícopas sueltas, tales como la de la semilla que crece sola, el joven de la sábana, la muerte del Bautista, el intento de hacerse con Jesús porque estaba loco, la reprensión a Pedro, la disputa sobre la vuelta de Elías, la petición de los hijos de Zebedeo, la maldición de la higuera, la unción en Betania, el juicio nocturno de Jesús, la coronación de espinas…

Además Lucas omite numerosos versos sueltos que contienen logia de Jesús, o detalles de viveza narrativa típicamente marcanos. A este respecto es interesante comparar en la sinopsis los relatos marcano y lucano de la secuencia de episodios que de Lc 8,22-56 (= Mc 4,35-5,43) y que incluye los episodios de la tempestad calmada, el endemoniado de Gerasa, la hemorroisa y la hija de Jairo. Puede apreciarse claramente el modo como Lucas ha eliminado muchos detalles descriptivos de la narración de Marcos. 

1-7. Omisiones en función del plan global

Diríamos en primer lugar que Lucas omite deliberadamente de sus fuente todo material que no contribuye a su plan literario global. Jerusalén como ciudad de destino (Gran omisión). La cita en Galilea... (Mc 16,7; 14,28); dado que no tiene intención de hablar de las apariciones en Galilea modifica Mc 16,7 como ya había omitido 14,28. Una vez que llega a Jerusalén, omite todas las indicaciones de Marcos en las que Jesús sale de la ciudad para ir a Betania o a otras partes; sólo puede ir a dormir por las noches al monte de los Olivos (21,37; 22,39) que Lucas considera parte de la ciudad (Hch 1,12); el sermón escatológico tiene lugar en el templo, y no frente a la ciudad (21,5 ¹  Mc 13,1; Mt 24,1). Este puede ser uno de los motivos para la omisión de la unción en Betania (cf. TL p. 19-20). 

1-8. Omisión de palabras arameas

Lucas evita citar palabras en arameo (salvo el caso de “mammona” (16,9.11) y gehenna (12,5) que aparece sólo una vez contra las 7 de Mateo y las 3 de Marcos. Estas palabras no tenían interés para sus lectores griegos. Así omite la palabra “Abba" (Mc 14,36), y el nombre de ”Getsemaní” (Mc 14,32), “Talita qumi” (Mc 5,41), “Eli, Eli lamma sabkhtani” (Mc 15,34; Mt 27,46), “Gólgota” (Mc 15,22; Mt 27,33; Jn 19,17), “Éffeta” (Mc 7,34), “Rabbí” (Mc 9,5; 14,45), “Rabbuni” (Mc 10,51), “Hosanna” (Mc 11,9.10); Boanerges (Mc 3,17), Bar Timeo (10,46). Omite el nombre de los hijos de Simón el Cirineo (Mc 15,21), que no interesaban a los lectores lucanos. 

1-9. Omisión de alusiones a costumbres judías

Muchas otras omisiones pueden explicarse teniendo en cuenta que los lectores de Lucas no eran mayoritariamente judíos, y no conocían aspectos técnicos de costumbres y tradiciones judías. Así por ejemplo en su forma más breve del sermón del monte de Mateo elimina palabras y temas tales como Sanedrín, Racca, Gehenna, juramentos, los fariseos tocando la trompeta …). Las recriminaciones contra los fariseos, que introducen muchos aspectos folklóricos, han sido también muy abreviadas con relación a Q: 36 versículos en Mateo, y sólo 11 en Lucas).

Omite la explicación de Marcos sobre los ritos purificatorios judíos (Mc 7,1-23), la pregunta sobre la venida de Elías (Mc 9,10-13), la cuestión de Moisés y el divorcio (Mc 10,2-12), la muerte del Bautista (Mc 6,18-19), la mención de la “abominación de la desolación” (Mc 13,14), los detalles del texto sobre la levadura de los fariseos (Mc 8,16-21).

Los que piensan que la comunidad de Lucas tenía muchos judíos helenistas y muchos antiguos temerosos de Dios, explican estas omisiones alegando que Lucas ha tratado de evitar aquellas cuestiones técnicas sobre la Ley que podían ser conflictivas y problemáticas para su comunidad, ya que Lucas evita presentar a Jesús en conflicto abierto con la Ley. 

1-10. Omisión de alusiones a un ministerio de Jesús entre gentiles

Dada la neta distribución geográfica e histórica entre el ministerio de Jesús a los judíos y el de la Iglesia a los gentiles, Lucas elimina en su gran omisión (Marcos 6,45-8,26) la actividad de Jesús en los territorios paganos de Betsaida (6,45), Tiro y Sidón (7,24-31) y la Decápolis (7,31). Omite la referencia a Cesarea de Filipo (9,18) y su regreso a Galilea después del incidente. Incluso cuando Jesús se aventura a la región de los Gerasenos, Lucas la identifica como la región opuesta a Galilea (9,26). Eliminando así el encuentro con varias personas paganas, Lucas deja para el libro de los Hechos la llegada del evangelio a los paganos (cf. TL p. 18). 

1-11 Omisión de cosas chocantes

Omite cosas que podían chocar a sus lectores, por su carácter un poco estrambótico: Jesús en peligro de ser aplastado por la multitud (Mc 3,9), los parientes quieren prender a Jesús porque ha perdido el juicio (Mc 3,20-21), Jesús compara a los gentiles con los perros en la historia de la cananea (Mc 7,24-30); Jesús llama a Pedro “Satanás” (Mc 8,32-33); la exageración demasiado oriental sobre cortarse uno el ojo, la mano o el pie (Mc 9,43-49); la maldición de la higuera (Mc 11, 11b-14.20-24); ni siquiera el hijo sabe el día ni la hora (Mc 13,32), el joven desnudo que huye dejando la sábana (Mc 14,51-52). 

1-12. Omisión de duplicados

Lucas evita los duplicados, según un principio de economía. Sólo una multiplicación de los panes (9,10-17 ¹ MM), sólo un juicio ante el sumo sacerdote (22,66-71, s¹ MM). Sólo se le ofrece a Jesús en la cruz una bebida (Lc 23,36 ¹  Mc 15,23.36). Donde Marcos mencionaba dos veces las burlas de los soldados al pie de la cruz, Lucas sólo las menciona una vez (Lc 23.36 ¹  Mc 15,32b.36)  Sólo un grito de Jesús en la cruz (Lc 23,46 ¹   Mc 15,34.37). Quizás por esto omite la parábola de la semilla que crece sola de Mc 4,26-29 (ya narró la parábola del sembrador), o el debate sobre el divorcio (Mc 10,1-12.- Lc 16,18), la cuestión sobre le mandamiento mayor (Mc 12,28-34.- Lc 10,25-28), supuesto que contó la historia del escriba al narrar la parábola del buen samaritano; la unción de Betania (Mc 14,3-9.- Lc 7,36-50) supuesto que ya contó la unción de la pecadora; la curación del ciego de Betsaida (Mc 8,22-26; Lc tiene ya una curación de ciego en 18,35-43), y el sordomudo (Mc 7,32-37; Lucas tiene ya una en 11,14). El dicho “los últimos serán los primeros” lo trae Mateo 2 veces (una procedente de Marcos y otra de Q: Mt 19,30; 20,16) y Lucas sólo una vez (13,30). Lucas ha guardado sólo una de las tres oraciones que hace Jesús en el huerto según MM (Mc 14,55-61 ≠ Lc 22,41-46). Lucas sólo tiene una escena de ultrajes en el palacio del sacerdote y ha omitido los ultrajes en el palacio de Pilato.

Pero en un sentido contrario Lucas ha duplicado el sermón de la única misión de Marcos, al narrar dos envíos, uno el de los 12 y otro el de los 70; el primero está inspirado básicamente en el de Marcos, y el segundo en el de Q, aunque hay ciertas contaminaciones. Mateo en cambio fundió los discursos de Marcos y de Q en su única misión de los Doce. 

1-13. Otras omisiones

En muchos casos las omisiones de material marcano revelan la sensibilidad de Lucas o su teología, las estudiaremos en lugares diferentes. Ver por ejemplo su omisión de elementos marcanos que suponen un desprestigio de los discípulos (ficha 5-5), o todo lo que suena a violencia o crueldad (ficha 16-1), o las alusiones a las emociones de Jesús (ficha  4-4). 

1-14. Trasposiciones

Aunque Lucas es bastante fiel al orden de Marcos, en ocasiones introduce determinados cambios de orden por motivos redaccionales (cf. RyT p.19-20 y Tabla IX). Así por ejemplo traslada al principio del evangelio la visita de Jesús a Nazaret, para hacer de su predicación en la sinagoga un hecho programático. Su rechazo viene acompañado de la referencia a los extranjeros, a Naamán el sirio y a la viuda de Sarepta. De hecho los discípulos en los Hechos seguirán esta dinámica de predicar siempre primero en la sinagoga y sólo luego después de haber sido rechazados en la sinagoga, se dirigen a los gentiles. Es un ejemplo más de las muchas oportunidades en que Lucas presenta paralelismos entre el ministerio de los discípulos y el de Jesús (cf. Tabla XVIII y ficha 5-10). 

1-15. Crescendo

Lucas utiliza el crescendo en un orden lógico o psicológico. Si comparamos Lc 11,29-32 con Mt 12,39-42, encontramos una secuencia diferente de ejemplos.

Mt: Jonás, Ninivitas, Reina del sur / Lc: Jonás, reina del sur, Ninivitas.

Dejando a los ninivitas para el final (aunque espontáneamente los hubiéramos colocado junto a Jonás), se da un clímax en todo un pueblo arrepentido en contraposición con el arrepentimiento de individuos.

Otros cambios de orden: Mc: “con todo tu corazón, alma, espíritu, fuerza / Lc: con todo tu corazón, alma, fuerza, espíritu. Mt: pan/piedra, pez/serpiente; Lc: pan/piedra, pez/serpiente, huevo/ escorpión.  

1-16. Imágenes

Lucas utiliza imágenes a lo largo de su obra en un sentido claramente metafórico: Satanás caía como un rayo (10,18), los fariseos son como tumbas ocultas (11,44), de los ojos de Pablo cayeron como escamas (Hch 9,18), Pedro vio en su sueño como una gran sábana (Hch 10,11), El Espíritu descendió sobre Jesús como una paloma (3,22), el Espíritu vino a los apóstoles como un viento tempestuoso (Hch 2,2), y vieron como lenguas de fuego (Hch 2,3). Hay que tener en cuenta esto a la hora de interpretar el significado del sudor como sangre de la escena de Getsemaní (22,44). 

1-17. Técnica de finalización

Frecuentemente Lucas termina de tratar un asunto antes de comenzar otro, aunque haya un cierto solapo entre ambos episodios. Es claro en casos como el de María e Isabel. Termina el relato de María, antes de pasar al nacimiento del Bautista, pero es obvio que María sólo se fue después (1,64.67); termina el ministerio del Bautista con su encarcelamiento antes de empezar a contar el de Jesús, aunque es obvio que tuvo que haber bautizado a Jesús antes de ser arrestado (3,19-20); en el episodio de los gerasenos, Jesús se aleja de los habitantes montando en la barca, y sólo después se nos cuenta el diálogo con el hombre curado que quería acompañarlo (8,37-38); Hechos 11,19-21 ocurre lógicamente como consecuencia del martirio de Esteban, y es anterior al episodio de Cornelio de Hch 10,1-11,18. 

1-18. Técnica de estribillos

A Lucas le gustan los estribillos; por ejemplo el del crecimiento del niño (1,66, 2,40.52), o el aumento numérico de la Iglesia (Hch 2,41+; 6,7+; 4,14); el recuerdo contemplativo de María (2,19.52); la fama de Jesús se extendía (4,37; 5,15; 7,17; Hch 2,41+, 6,7); las personas curadas alababan y glorificaban a Dios; el paralítico (5,25), la mujer encorvada (13,13), el leproso samaritano (17,15.16), el ciego de Jericó (18,43), el leproso samaritano (17,15), el paralítico de la puerta Hermosa (Hch 3, 8). Otro estribillo típico es el de las alabanzas del pueblo subrayando cada uno de los milagros de Jesús o de los apóstoles (5,26; 7,16; 18,43; 23,47). 

1-19. Técnica de introducciones

Tiende a crear redaccionalmente introducciones que prestan a los dichos de Jesús un marco de referencia. 4,14-15 predicación en Nazaret; 11,37 comida en casa del fariseo; 14,1 otra comida; 14,25 las muchedumbres acosan a Jesús. 

1-20. Mejor concatenación

La hora que da Marcos para la crucifixión es demasiado temprana, y entra en conflicto con el juicio matutino de Lucas, y la visita a Herodes. 

1-21. Técnica de ligado

Para crear una sensación de unidad literaria liga los diversos episodios de su obra unos con otros, aun en posiciones distantes. Por ejemplo la partida de Satanás hasta otro momento oportuno (4,13) y su regreso en 22,3, o la mención de que Herodes quería ver a Jesús (9,9) y se alegró cuando se lo llevaron (23,8). Otros casos en 1,5 y 3,2; 6,11 y 11,53-54; 20,20 y 23,2; 9,1 y 10,1; 9,51 y 13,22; 17,10 y 19,28; 9,45 y 18,34; 24,6-7 y 24,48.

Lo mismo ocurre entre el evangelio y los Hechos. La referencia en Hch 1,2 a la elección de los apóstoles de 6,12-16; la mención en Hch (4,27) de cómo se juntaron Herodes y Pilato para matar a Jesús (Lc 23,6-7). Otros casos en Lc 24,47-48 y Hch 1,8; Lc 24,49 y Hch 2,4; Lc 24,51 y Hch 1,2; Lc 24,53 y Hch 3,1. 

1-22. Técnica de paralelismos

A Lucas le gustan las narraciones paralelas, como por ejemplo la infancia del Bautista y la infancia de Jesús, o los contrastes entre diversos personajes: María y Marta, el rico y Lázaro, el fariseo y el publicano, los dos hijos, los dos ladrones. En la ficha 5-10 y en la Tabla XVIII estudiaremos los paralelismos entre Jesús y los apóstoles. 

1-23. Citas bíblicas

En Lucas las referencias a la Escritura están normalmente en boca de Jesús, y no del narrador (excepción 3,4-6 donde el narrador usa una fórmula de cumplimiento antes de citar la Escritura; en 4,17-19 el narrador nos cuenta cómo Jesús encuentra el texto de Isaías, pero las palabras de cumplimiento están en boca de Jesús mismo. En el resto de los textos el cumplimiento viene anunciado por Jesús mismo (18,31; 22,37.44...) o de personajes angélicos.

Ver en un cuadro aparte 76 referencias explícitas e implícitas a la Escritura, según Segalla. Lucas usa los LXX, aunque los cita con cierta libertad. Las citas son más frecuentes en los cuatro primeros capítulos del evangelio y de los Hechos, en los inicios de Jesús y de la Iglesia, como cumplimiento de las profecías. De las 36 citas de los Hechos, 19 tienen lugar en el discurso de Esteban. Lucas cita sobre todo Isaías, los Doce Profetas y los Salmos. En su mayor parte tienen una finalidad cristológica. Aparte de estas citas explícitas o implícitas, Lucas se inspira en los LXX para componer algunos de sus relatos.  

1-24. Largas citas de la Escritura

Las citas extensas de la Escritura de dos o más versículos no son normales en Lucas. Solamente aparecen para subrayar el nuevo comienzo de algo importante, o un nuevo estadio en el desarrollo del evangelio. Así por ejemplo la cita de Isaías que abre la predicación del Bautista (3,4-6), la larga cita programática de Isaías 61 en la sinagoga de Nazaret (4,18-19), la larga cita de Joel en Pentecostés (Hch 2,17-21), la larga cita de Amós en el concilio de Jerusalén (Hch 15,16-17) y por último la larga cita de Isaías al final de los Hechos (Hch 28,26-27). Ver también la ficha 1-23 sobre las citas de la Escritura en Lucas. 

1-25. Preocupación apologética

Lucas escribe para fundar la fe de su iglesia sobre una base sólida (asfaleia). En su evangelio da respuesta a algunas de las dificultades que podían surgir en los miembros de su comunidad, tales como el retraso de la parusía, el rechazo de Israel y el hecho de que Jesús hubiese sido un condenado por Roma. Según algunos, cuando Lucas insiste en que el Cristianismo está enraizado en el Judaísmo, lo que está buscando en el fondo es que el Cristianismo sea aceptado en Roma como religio licita, como un vástago del Judaísmo. Los Hechos llaman al Cristianismo secta, hairesis, una más entre las sectas que existían en el Judaísmo. Al ser una rama del Judaísmo el Cristianismo puede detentar el status de religio licita, y ser aceptado en el Imperio romano.

No es tan claro que existiese el concepto de “religio licita”, además no olvidemos que la obra de Lucas no está pensada para ser leída por un administrador romano. Como dice C. K. Barrett, “Ningún funcionario romano habría filtrado tanto de lo que a sus ojos tenía que parecer basura teológica y eclesiástica, para obtener un pequeño grano sustancioso de apología”. Lo que sí parece evidente es que Lucas trata de subrayar en su evangelio la triple declaración de inocencia de Jesús por parte de Pilato (23,4. 14.22). Esta declaración de inocencia del gobernador romano tiene su paralelo en las múltiples declaraciones de inocencia de Pablo en labios de administrativos romanos y judíos (Hch 23,29; 25,25; 26,30-32; 28,21). Lucas quiere atenuar la odiosidad de que el fundador de su Iglesia hubiese sido condenado como un rebelde contra Roma (Sobre este tema cf. R. Maddox, The Purpose of Luke-Acts, Edingurgh 1982, p. 91-97).

  

2) COMIDAS

2-1. Importancia del banquete

En el tercer evangelio las comidas tienen una gran importancia como sucesos inclusivos> en ellas comparten la mesa pecadores, gentiles, impuros. Lucas ha dado un especial relieve a la última cena, en comparación con los otros dos sinópticos. Comienza con los preparativos, y luego expresa el gran deseo que Jesús tenía de comer esa Pascua (22,15-18); la mano del traidor está presente sobre la mesa (21), el liderazgo se describe en términos de diakonia, servicio a la mesa (26-27). La recompensa prometida consiste en sentarse a la mesa en mi reino (30). La mesa inclusiva de Jesús refleja el carácter inclusivo de su comunidad: gentiles, prostitutas, publicanos, pecadores, tullidos y minusválidos. Los valores preciados en la mesa son la hospitalidad, el servicio, la caridad con los pobres. Todos estos aspectos aparecen en la última Cena.

En el evangelio de Lucas hay 19 menciones a comidas, 13 de las cuales provienen de las fuentes lucanas o proceden de la actividad redaccional del evangelista. Comidas sinópticas: (Mc 7,2 - Lc 11,37: Marcos alude a que los fariseos veían comer a los discípulos con manos impuras, como contexto para la discusión sobre lo puro y lo impuro. Lucas ha creado redaccionalmente todo un banquete en el que el fariseo invita a Jesús a comer).

a) comer: Lc 4,2; 5,30-33; 6,1-5; 7,33-34.36; 8,55; 9,13; 10,7-8; 12,19-22.29.45; 13,26;

       14,1.15; 15,16.23; 17,8.27-28; 22,8.11.15-16.30; 24,43; Hch 9,9; 10,13-14; 11,7; 12,21

b) banquetes; Lc 14,12.16-17.24; 22,14-38; 24,28-34; Hch 1,4; 10,41

c) comensalidad: Lc 4,25; 7,36-50; 9,11-17; 15,1-2.25-32; 19,5-7; Hch 10,28; 11,1-10

d) partir el pan: Lc 22,19; 24,35; Hch 2,42.46; 20,7.11; 27,35

e) alimentos: Lc 10,7-8; 12,23.42; Hch 10,9-16; 11,6-10; 15,20.29; 21,25

f) protocolo de la mesa: Lc 14,7-11,12.14; 22,27

g) hospitalidad: Lc 4,39; 5,29; 10,38; Hch 16,14-15.34; 18,7; 28,7.14

Sobre este tema cf. J.Neyrey, The Passion according to Luke; a Redaction Study of Luke’s Soteriology,  N.York 1985. Del mismo autor ”Ceremonies in Luke-Acts: The Case of Meals and Table-Fellowship”, en J. Neyrey (ed.), The Social World of Luke-ActsK, Peabody MA 1991, p. 361-387). 

2-2. Beber

Un pequeño toque redaccional de Lucas es su insistencia en la bebida de Jesús. En general Lucas utiliza la pareja de verbos comer y beber para indicar la comida humana, y en algunos casos es claro que el beber indica beber vino. Lucas se hace eco de la acusación contra Jesús de ser un comedor u “bebedor” (Lc 7,34 = Mt 11,19). Con la triple tradición Lucas recoge la acusación de que los discípulos de Jesús no ayunaban como los discípulos de Juan y los fariseos. Mientras que Marcos y Mateo dicen: “tus discípulos no ayunan” (Mc 2,18; Mt 9,14), en Lucas la acusación se formula así: “Tus discípulos comen y beben” (Lc 5,33). Otra protesta contra los discípulos se recoge poco antes; pertenece también a la triple tradición. En Marcos y Mateo la acusación se formula: “¿Por qué come vuestro maestro con los publicanos y pecadores?” (Mc 2,16; Mt 9,11). Lucas la formula: “¿Por coméis y bebéis con los pecadores?” (Lc 5,30). En el discurso de la misión Lucas incluye una recomendación que no aparece ni en Mateo ni en Lucas: “Permaneced en aquella casa y comed y bebed lo que os pongan” (Lc 10,8). Finalmente la promesa de Jesús para los que han permanecido fieles es que “comeréis y beberéis en mi mesa en el Reino” (Lc 22,30). En Los Hechos los discípulos se describen como aquellos “que comimos y bebimos con él” (Hch 10,41).

Además de estos casos en que podemos ver una intencionalidad en la redacción lucana, hay otros muchos en que “comer y beber” se ha convertido ya en una fórmula estereotipada: (Lc 12,19.29.45; 13,26; 17,8.27.28; Hch 9,9; 23,12.21). 

2-3. Etiqueta

Las buenas maneras en la mesa. Lo importante es la diakonia, el servicio. En lugar de la obsesión por la pureza en la comida, Lucas se preocupa más por la diakonía (Lc 11,38). Se alaba a las mujeres que servían a Jesús (4,39; 8,3; 10,40). Los dirigentes de la comunidad lucana deben servir a la mesa (Hch 6,1-6). La primera cualificación de un dirigente es servir a la mesa (22,26-27).

Se dan instrucciones sobre dónde sentarse (14,7-11) a quién invitar (14,12-14). El fariseo que invitó a Jesús recibe una reprensión por su falta de modales (7,44). Cf. J.Neyrey, The Passion according to Luke; a Redaction Study of Luke’s Soteriology,  N.York 1985. 

2-4. Bendiciones escatológicas

     Los siervos diligentes comen en la mesa de sus señores (12,35-37).

     Los que se salven se sentarán a la mesa del reino (13,29).

    La pertenencia al reino se compara con la invitación a un banquete (14,15-24); El reino se compara repetidamente con un banquete.  “Dichosos los que coman pan en  el reino de Dios” (Lc 14,15). Un banquete al que tienen acceso los pecadores (Lc 15,2).  El banquete que celebra el retorno del hijo pródigo (Lc 15,23).

Jesús comerá en este banquete cuando todo esté cumplido en el reino de Dios (Lc 22,16.18) A los discípulos se les promete que comerán y beberán con Jesús en el Reino (Lc 22,29-30), que es lo que hicieron de hecho después de la resurrección del Señor (Lc 24,30.41-42), y lo que continuaron haciendo cuando rompían el pan en las casas (Hch 2,46). 

2-5. Sermón de la cena

El discurso de Cristo en la cena juega un papel mucho más importante. La Eucaristía vincula la comida y la enseñanza. El poder y la autoridad se manifiestan en el poder de controlar los alimentos. Alimentar es bendecir. Aceptar o rechazar la autoridad divina se expresa sacramentalmente en la aceptación o rechazo del alimento. El alimento de Dios es su palabra. La comida une a la gente con el Señor o la separa de él. (Cf. estudio de G. Feely Harnik sobre el AT). Lucas 22 tiene a la vez una comida y una enseñanza, como la última Cena juánica.  

3) COMPASIÓN Y MISERICORDIA

 3-1. Los pecadores

Pedro se confiesa pecador (aJmartolov") en el relato de la pesca milagrosa (5,8) y es el único que recibe el encargo de ser pescador de hombres. “Pecador”, “aJmartolov"” es una palabra típica de Lucas. (18 veces comparada con las 6 de Marcos, las 5 de Mateo, las 4 de Juan y 1 de Pablo.). De estas 18 menciones, 2 son comunes con Marcos (5,30.37), 1 con Q (7,34). 3 veces aparece la palabra en textos Q en los que Mateo no la ha utilizado (6,32.33.34), 12 veces en pasajes lucanos: 5,8; 7,37.39; 13,2; 15,1.2.7.10; 18,13; 19,7; 24,7. 

3-2. Llamada a la conversión

La palabra -metanoei'n-, convertirse, es frecuente en Lucas, junto con otro vocabulario asociado La palabra “pecador” es también típica del vocabulario lucano. El verbo “metanoei'n” no es frecuente en Pablo, y está totalmente ausente en Juan. En Marcos aparece dos veces, y 5 en Mateo. En Lucas aparece 10 veces + 5 en Hechos. Y siempre en la sección del viaje, en textos lucanos (13,3.5; 15,7.10; 16,30) o en textos Q en los cuales Mateo no usa la palabra (11,32; 17,3.4). El nombre metanoiva aparece 1 en Mc, 2 en Mt, 5 en Lc + 6 in Hechos.

Abundan los textos explícitos de Lucas sobre la conversión. Entre los textos más importantes sobre la conversión recordemos el pasaje de la mujer pecadora y Simón el fariseo, el pecador Zaqueo, las tres parábolas del acto penitencial, la falta de conversión de los hermanos del rico Epulón. Algunos logia sobre la conversión aparecen sólo en Lucas, como el de la higuera (13,6-7), los Galileos asesinados por Pilato (13,1), las obras de penitencia citadas en el discurso del Bautista (3,10-14), el sermón penitencial de Pedro el día de Pentecostés y la pregunta de la gente: “¿Qué tenemos que hacer?” (Hch 2,37-38). El arrepentimiento de Pedro tras su negación es predicho por Jesús en términos de conversión (22,32 ejpistrevfein), y prueba de este arrepentimiento son sus lágrimas cuando Jesús le mira (22,61-62). Uno de los significados más importantes de las lágrimas en Lucas es precisamente el del arrepentimiento (cf. ficha 3-3)

 La conversión del buen ladrón y la conversión de la multitud son escenas exclusivamente lucanas (23,48). Nunca es demasiado tarde para el arrepentimiento, parece decir Lucas a su Iglesia. La conversión de los discípulos de Emaús le permite a Lucas escenificar la parábola del buen pastor que sale en busca de la oveja perdida. El anuncio de la conversión y el perdón de los pecados forman parte del último mensaje de Jesús resucitado antes de partir (24;47).

Los pecadores a quienes Lucas se dirige en su evangelio están dentro de la Iglesia. La Iglesia se descubre pecadora. Pero Lucas no se escandaliza de ello. Conoce la fragilidad de la naturaleza humana, y las dificultades que se presentan en el camino cristiano. El evangelista no es un censor severo. Su denuncia es clara y sincera pero no crea traumas ni culpabilidades morbosas. Sus textos sobre los pecadores se cuentan entre los más bellos de su evangelio. Jesús ama a los pecadores, pero es importante que ellos se reconozcan como tales y confiesen su pecado, como el publicano en Templo, la pecadora en casa de Simón o el buen ladrón en la cruz (Cf. TL p. 9-10. 

3-3. Lágrimas

Un signo de conversión importante son las lágrimas. Uno de los significados del llanto es el arrepentimiento. Este es el caso de la mujer pecadora (7,38.44), que bañaba con sus lágrimas los pies de Jesús., o las de Pedro cuando “saliendo fuera lloró amargamente” (22,62). Distintas son las lágrimas de compasión antes los males del prójimo, como las de la gente en la casa de Jairo (8,53) que lloraban y se lamentaban por la niña), las de las viudas amigas de Tabita (9,39), las de los amigos de Pablo cuando oyeron la profecía de Ágabo (Hch 21,13), y sobre todo las lágrimas de Jesús por Jerusalén (Lc 19,41).

Podríamos también distinguir las lágrimas que surgen de la persecución, de los males que vienen como consecuencia de opciones por el Reino y la experiencia de debilidad, de “humildad”. Tales son las lágrimas a las que se refería Pablo en su discurso a los presbíteros de Éfeso: “Sirviendo al Señor con toda humildad y lágrimas y con las pruebas que me vinieron por las asechanzas de los judíos” (Hch 20,19.31). Este es el llanto de las bienaventuranzas, el que brota de la persecución (Lc 6,21b), y se contrapone a la risa de los vencedores, de los que tienen la sartén por el mango, que son los que llorarán después, en una típica inversión lucana. “Reirá mejor el que ría el último; y llorará más amargamente el que llore el último (6,25b).

Estas son las últimas lágrimas que queremos reseñar, las de desesperación y frustración, las de los cuatro ayes lucanos, la de la expresión favorita de Mateo que puede encontrarse también una vez en Lucas, “el llanto y el crujir de dientes” (Lc 13,28), o las que Jesús anuncia a las mujeres de Jerusalén.  

3-4. Misericordia

Lc 1,77-78 habla de la “entrañable misericordia de nuestro Dios” que va a mostrar Jesús llamando a los pecadores a la conversión (5,32 ¹    Mc), y exhortándonos a ser compasivos como el Padre es compasivo (6,36 ¹  Mt). Esta compasión se deja ver en la actitud de Jesús hacia la pecadora (7,36-50), la mujer encorvada (13,17), sus parábolas de misericordia (15,1-32), la parábola del fariseo y el publicano (18,9-14), Zaqueo (19,1-10). 

3-5. Sanación

Lucas subraya la actividad curativa de Jesús. El verbo activo ija'sqai aparece 11 veces en Lc + 4 in Hch. Siempre se refiere a la salud física excepto en Hch 28,27. Sólo aparece una vez en Juan y una vez en Mateo. El nombre i[asi" aparece sólo una vez en Lucas y dos veces en Hechos. El verbo qerapeuevin es usado a menudo por todos los evangelistas (14 veces en Lc + 5 en Hechos). 

3-6. Manifestaciones de temor religioso awe

Las acciones misericordiosas de Jesús suscitan temor en la gente. Pero esta palabra de temor no tiene nada que ver con nuestra palabra miedo. Sólo el episodio de Ananías pudo haber producido algo parecido a nuestro miedo, pero en los otros casos el “temor” es una respuesta a sucesos maravillosos y positivos. Más que de temor habría que hablar de estremecimiento, ese sentimiento en que se erizan los cabellos ante algo que nos sobrepasa.

Veamos una larga lista de las manifestaciones de temor: Zacarías ejtaravcqh (1,12); María diejtaravcqh(1,29); en la región de Judea hubo fovbo" (1,65); los pastores evfobhvqhsan (2,9-10); tras la curación del endemoniado de la sinagoga vino sobre ellos qavmbo" (4,36); lo mismo que sobre Pedro tras la pesca milagrosa (5,9); después de la curación del paralítico la multitud quedó presa de e[kstasi" y fovbo" (5,26;) después de la resurrección del joven de Naím, fovbo"(7,16); después de la tormenta fobeqevnte" ejqauvmasan (8,25); después del episodio del endemoniado de Gerasa, evfobhvqhsan (8,35); tras la resurrección de la hija de Jairo exevsthsan (8,56); en la transfiguración evfobhvqhsan(9,34); después de la curación del epiléptico ejxeplhsvsonto (9,43); durante la aparición en el cenáculo estaban e[mfoboi (24,37); el sentimiento de la primera comunidad era fovbo" Hch (2,43); tras el paralítico de la puerta hermosa, qavmbo", e[kstasi" (3,10); tras el suceso de Ananías, fovbo" (5,5.11); Cornelio ante el ángel, e[mfobo" 10,4;los habitantes de Éfeso, qumov" 19,27. Taravssein: 2+0=2; fovbo": 7+4=11, qavmbo": 2+1 = 3; qaumavzein: 1+0 = 1, e[kstasi" 2+1 = 3; ejxeplhsvsonto 1+0=1.  15 + 6 = 21. 

4) CRISTOLOGÍA

 4-1. Hijo de Dios

Un título cristológico muy importante para Lucas es el título de hijo de Dios, que Lucas aplica a Adán (3,38) y a Jesús. Adán no vivió conforme a su condición de hijo, porque fue desobediente. Jesús va a vivir auténticamente su condición de hijo en cuanto que es justo e inocente. No es frecuente este título para Adán en las Escrituras. Filón dice que “Adán fue juzgado digno de recibir su alma no de otro ser creado, sino a través del aliento divino” (Virt. 203). “Su Padre no fue mortal, sino Dios eterno... (Virt. 204).

No sólo Adán. Hay muchos textos en la literatura intertestamentaria que nos hablan del justo como hijo de Dios. Para Filón también los hombres pueden ser hijos de Dios, aquello que son hombres “buenos y excelentes” (Q Gen I,92). Ben Sira establece también una relación entre las buenas obras y la condición de hijo de Dios (Si 4,10). La Sabiduría dice que si “el Justo es hijo de Dios, Dios lo librará” (Sb 2,18; 5,5) Hay otro texto de los salmos de Salomón 17,28-30, donde igualmente se dice que el futuro Hijo de David, reunirá un pueblo santo y justo, que ya no habrá más injusticia en medio del pueblo, y él sabrá que son hijos de Dios” (cf. TL p. 26-29).

Pero Jesús va a ser hijo de Dios de un modo singular, porque es “santo” de un modo singular, con una santidad radical. Filón decía que el padre de Adán no fue un mortal, sino Dios eterno. Por ello la concepción virginal en Lucas es tan importante, porque muestra que Jesús, como A­dán, tampoco fue hijo de un padre mortal, y así puede ser cabeza de una nueva humanidad. “La virtud del Altísimo te cubrirá con su sombra, por eso el que ha de nacer de ti será santo e hijo de Dios” (1,35). Vemos una vez más la equivalencia de los conceptos de “santo” y “justo” con el de “hijo de Dios”. Jesús es “el santo de Dios” (4,34). 

4-2. Mártir

Jesús es presentado como mártir. El tono general de Lucas es más parenético, en cuanto que presenta a Jesús como un modelo a imitar por el cristiano, y no insiste tanto en la singularidad de lo ocurrido en Jesús de una vez para siempre. Cf. C. H. Talbert, “Martyrdom in Luke-Acts and the Lucan Social Ethics”, en Political Issues in Luke-Acts, ed. R.J. Cassidy y P.J. Scharper, N. York 1983, R.J. Karris, en cambio, niega que el título de mártir tenga significación ninguna en la teología de Lucas, “Luke 23:47 and the Lucan View of Jesus’ Death”, JBL 105 (1986).

La omisión más significativa es la de la tristeza de Jesús (Mc 14,34). Lucas ha transferido la tristeza a los discípulos. Son ellos los que estaban tristes. En M/M no estaban vigilantes. Para Lucas eso quiere decir que no estaban orando. Las adiciones más importantes de Lucas son las del sudor como sangre, la agonía y el ángel. Pensamos que todas ellas son redaccionales de Lucas y no resultado de informaciones contenidas en otras fuentes.

Discutamos el trasfondo de la tristeza. El salmo 41,6.12 habla de estar excesivamente triste.  Según la filosofía estoica de la tristeza la percepción de un mal presente produce en la persona un encogimiento que le aplasta y le lleva al abatimiento, la depresión y la derrota. El Los círculos helenísticos asocian la tristeza con el castigo del pecado. (Filón, los LXX, I Mc, Sirácida).  En la filosofía griega la tristeza es una emoción infame y una indicación de culpabilidad.

Consciente Lucas de las connotaciones negativas de la palabra tristeza, evita mencionarla al referirse a Jesús. La tristeza encoge y contrae y le hace a Jesús caer por tierra en el relato de Marcos (Mc 14,35). En cambio Lucas describe a Jesús de rodillas (22,41), no postrado. No acude tres veces a los discípulos pidiendo apoyo. La triple oración ha sido condensada en una sola, repitiendo dos veces la referencia a la voluntad del Padre. Así Jesús ejemplifica la virtud de la andreia, valor varonil.

La palabra “agonía” puede ser interpretada como miedo debilitante o como combate victorioso. Filón la comprendía como un combate librado por la mente racional contra la tristeza. Es el combate de un atleta. La lucha contra Satanás es “peirasmov"”, prueba. Ante todo se nos instruye a orar para no caer en la tentación.   

4-3. Varón

Lucas insiste en la “virilidad” de Jesús. Es el único evangelista que se refiere a Jesús como “ajnhvr” (Lc 29,19, Hch 2,22), como héroe masculino. Con esta palabra también Lucas subraya el carácter heroico de Esteban y Pablo, como mártires (Hch 6,5; 21,11; 22,3; 23,27; 25,1.17). No se excluye que las mujeres puedan tener este carácter, aunque no hay mode­los de este tipo de fortaleza en Lucas Hechos. 

4-4. Emociones de Jesús

Todas las emociones de Jesús que aparecen con intensidad en Marcos han sido eliminadas por Lucas, incluidas las emociones positivas de cariño o de compasión. Lucas se atiene a un ideal más helenístico, estoico, en el que el hombre modelo está por encima de sus sentimientos y los controla hasta el punto de hacerlos desaparecer. Incluso para Lucas desdice de Jesús el tener que acudir a los discípulos en Getsemaní en demanda de solidaridad y de apoyo. Quizás este rasgo lucano sea menos popular en nuestra cultura de hoy, mucho más blanda, en el que la debilidad es un rasgo humano muy positivo. Podríamos dar la lista de muchos casos en los que las emociones de Jesús han sido censuradas en el relato de Lucas

      

Lc 5,13 compasión eliminada (leproso) Mc 1,41
5,14 reprensión enérgica (leproso)           1,43
6,10 mirada de cólera y tristeza (mano seca) 3,5
9,11 compasión por la multitud en el desierto 6,34
18,16 ira (los niños) 10,14
18,17, 9,48 abrazo a los niños 10,16; 9,36
18,22 mirada de amor (los niños) 10,21
22,40 ansiedad y angustia (Getsemaní) 14,33-34
 23,46 grito en la cruz 15,34

 

4-5. Jesús atento

Jesús está siempre atento a los otros. Recibe a Judas con gentileza, cura la oreja del siervo, convierte a Pedro con su mirada exhorta a las mujeres que lloraban por él, ora por sus verdugos y abre las puertas del paraíso al buen ladrón. Jesús es el mártir que por su bondad y fortaleza llega a convertir y transformar a sus torturadores. 

4-6. Profeta

Jesús es presentado como el Profeta (4,24-27; 7,16; 9,8.19; 24,19), y en ocasiones aclamado como tal por el pueblo, como después de la resurrección del hijo de la viuda (7,16). Esto conlleva un preanuncio de su muerte, porque los profetas son perseguidos y asesinados (6,23; Hch 7,52). Un profeta no puede morir fuera de Jerusalén (Lc 13,33-34). En los ultrajes en casa del sacerdote, le tapan la cabeza a Jesús y le invitan a profetizar (23,64), confirmando así irónicamente la condición de Jesús de profeta rechazado.

En su discurso programático de Nazaret Jesús se remite a la misión universal de Elías y Eliseo (4,25-26; 1 R 17; 2 R 5), así como al hecho de que fueron rechazados en Israel. Su ascensión está modelada en la de Elías; el Espíritu que reciben los discípulos después de ver a Jesús subir al cielo es paralelo al “espíritu de Elías” que recibió Eliseo cuando consiguió verlo ascender (2 R 2,9), y son muchos los pasajes en el que la historia de Jesús y sus discípulos ha sido escrita en paralelo con la de los grandes profetas Elías y Eliseo (cf. ficha 1-3). Es curioso que Lucas ha omitido varios pasajes sinópticos que identificaban a Juan el Bautista con Elías (Mt 3,4; 11,12-14; 17,10-13; Mc 9,13). El motivo más obvio es que Lucas quiere reservar el título de nuevo Elías para Jesús. Quizás por eso, como apunta Dubois, Lucas ha omitido la burla al pie de la cruz, en que se presentaba a Jesús pidiendo la ayuda de Elías, como si fuera alguien distinto de sí mismo. En la tradición sinóptica Moisés y Elías estaban presentes en la transfiguración, pero sólo Lucas nos dice que hablaban con él sobre su éxodo (9,30), lo cual pone en paralelo el viaje de Jesús a Jerusalén, en el cual va a ser “ascendido” (9,51) con el viaje de Elías al Jordán para su ascensión (2 R 2,1-11). En 9,54, poco después, los discípulos piden que caiga fuego del cielo sobre las aldeas samaritanas, en clara referencia a Elías (1 R 18,37-38; 2 R 1,10-14; Si 48,1). Jesús se niega a hacer bajar este tipo de fuego, pero Inme­diatamente acepta que sí ha venido a traer un fuego a la tierra como Elías, pero de otro modo distinto, refiriéndose al fuego del Espíritu de Pentecostés (Lc 12,49). 

4-7. Siervo

Jesús Hijo de Dios y siervo. Se ha acusado a Lucas de tener una cristología demasiado baja. Los títulos cristológicos que más abundan en él, tal como profeta (14,24; 7,16.26.39; 9,8; 13,33; 24,19; Hch 3,22-23; 7,37), rey, Mesías, siervo, señor, hijo del hombre, salvador (Lc 2,11; Hch 5,31; Hch 13,23) no implican necesariamente la divinidad y no hay alusiones a una preexistencia. al estilo de la teología de Juan y de Pablo. Más bien en varias ocasiones Lucas afirma que la constitución de Jesús como Mesías, Salvador y Señor tiene lugar en el momento de su resurrección. “Dios ha constituido Señor y Cristo a este Jesús a quien vosotros habéis crucificado”. “El Dios de nuestros padres resucitó a Jesús, a quien vosotros matasteis, colgándolo de un madero. A éste lo ha exaltado Dios con su diestra como Jefe y Salvador” (Hch 5,30-31). Jesús es “un hombre acreditado por Dios, milagros prodigios y signos” (Hch 2,22). Dios ha glorificado a su siervo Jesús, a quien vosotros entregasteis (Hch 3,13); “ha suscitado Dios a su siervo y lo ha enviado” (Hch 3,26); “se confabularon en esa ciudad contra tu santo siervo, Jesús”. Son expresiones de la cristología más baja que se encuentra en todo el Testamento. 

4-8. Siervo de YHWH

La palabra siervo tiene inmediatas connotaciones al “siervo de YHWH” del profeta Isaías. (R.F. O’Toole, “How does Luke portray Jesus as servant of YHWH?”, Biblica 81 (2.000) 328-346; J.J. Kilgallen, “Your servant Jesus whom you anointed (Acts 4,27)”, RB 105 (1998) 185-201.

Algunos piensan que “siervo de YHWH” no pertenece a la cristología lucana. Las principales referencias lucanas son a Is 53,7-8 (LXX) en Hch 8,32-33, cuando se nos habla de lo que el eunuco leía en su carroza. “Oveja llevada al matadero, no abrió su boca... En su humillación fue privado de justicia... Su vida fue arrebatada de la tierra. En Lc 18,32-33b, tercera predicción, tenemos una referencia a Is 50,6. En el relato de la última cena hay una cita explícita de Is 53,12: “Fue contado entre los malvados”. Pai'" in Hch 3,13.26; 4,27.30) debe ser traducido como siervo, y no como hijo. Marshall ha subrayado la alusión a “colgar de un árbol” (Hch 5,30; 10,39; 13,29) como una referencia a Dt 21.22, con todo lo que implica de cargar con una maldición.

No se subraya el elemento expiatorio de la muerte del siervo, tal como muchos exegetas echan de menos. Pero se subraya el aspecto más importante de la cristología y soteriología lucanas: la inocencia de Jesús de la que hablaremos en la próxima nota. La muerte de Jesús fue injusta. Jesús fue privado de justicia, contado entre los malvados, siendo así que era inocente. Salieron a por él como a por un ladrón (Lc 22,52). Pero al recibir esta muerte inmerecida, la muerte propia de los pecadores, Jesús inocente puede convertirse en salvador de una nueva humanidad. Ver resúmenes de W. G. Kümmel, “Luc en accusation dans la théologie contemporaine” en F. Neyrinck ed., L’Évangile de Luc. The Gospel of Luke, Leuwen 1989, p.3-19, y de G.C. Bottini, Introduzione all’opera dei Luca, Jerusalem 1992, pp. 113-134, y el artículo de Carey en Internet. 

4-9. Acusaciones contra Jesús

En Lucas los cargos presentados contra Jesús son de naturaleza claramente política: pervertir a la gente, impedir los impuestos y decir que es rey (Lc 23,2). En Marcos no se explicita cuáles fueron las acusaciones presentadas por los sacerdotes a Pilato contra Jesús (Mc 15,3.4.). Quizás aquí nos encontramos con algo no meramente redaccional, sino con un recuerdo histórico. También en Juan las acusaciones ante Pilatos son de naturaleza puramente política. Lucas deja bien claro que estas acusaciones eran falsas. Jesús no habría prohibido los tributos (Lc 20,20-26), Pilato tres veces proclamará su inocencia y Herodes una vez (Lc 23,15). Esto mismo declararán el buen ladrón, la multitud penitente y el centurión al pie de la cruz. También esta inocencia de Jesús quedará subrayada en los discursos de Hechos de Pedro, Esteban y Pablo (3,13-15; 7,52; 13,27-29). Para lograr este efecto Lucas ha cambiado las palabras del centurión en Marcos: “Este hombre era Hijo de Dios” (Mc 15,39) por las palabras “este hombre era justo” ofreciendo así una protesta más de inocencia (23,47). Pero el significado de “justo” en Lucas es más intenso que el de inocente; “justo” significa fiel, obediente a la voluntad de Dios (Lc 1,6.17;2,25; 5,32; 14,14; 15,7; 18,9;20,20; 23,50; Hch 10,22; 24,15). La palabra “justo” en Hechos pasa a designar ya otro título cristológico más (Hch 3,14; 7,52; 22,14). Ananías le dice a Pablo que Dios le había destinado para conocer su voluntad, y ver al “Justo” (Hch 22,14). “Justo” equivale también a santo, “el santo de Dios” (Lc 4,34); “tu santo siervo Jesús”. Pedro recrimina al pueblo: “vosotros renegasteis del “Santo” y del Justo” (Hch 3,14). 

4-10. Expiación

Ya Cadbury y Dodd, pero sobre todo Conzelmann afirmaron que falta en Lucas una theologia crucis, un valor expiatorio a la muerte de Jesús por nuestros pecados en el sentido al que estamos acostumbrados en la teología de Pablo. En Lucas queda más evidente una theologia gloriae. es sobre todo mediante su resurrección como Jesús nos redime. Otros teólogos como Jeremías y Marshall han contestado esta visión reduccionistas, defendiendo que, aunque la soteriología de Lucas es distinta de la de Pablo, eso no quiere decir que carezca de una visión del valor salvífico de la muerte de Jesús, sólo que Lucas la considera sólo en la totalidad de su vida, muerte y glorificación. Las citas del canto de Isaías, dad la manera lucana de citar la Escritura, no se deben relacionar sólo con las palabras citadas expresamente, sino con el sentido global de todo el texto. Y no cabe duda de que el canto del Siervo da un valor expiatorio a la muerte del siervo. Sobre este tema cf. Zedda, S., Teologia della Salvezza nel Vangelo di Luca, Dehoniana, Bologna 1991; Zehnle, R., “The Salvific Character of Jesus’. Death in Lucan Soteriology”, TS 30 (1969).

4-11.  “Señor”

Es un título cristológico que Lucas atribuye a Jesús incluso durante su vida terrena, unas veces en labios del narrador (7,13.19; 10,1.39.41; 11,39; 12,42; 13,5; 19.8.31; 22,61 -2 veces-: 24,3) y otras en labios de los distintos personajes que se dirigen a él o hablan de él (1,43; 2,11; 5,8.12; 6,46; 7,6; 9,54.59.61; 10,1.40; 11,1; 12,41; 13,23.25; 17,5.37; 18,6.41; 22,33.38.49). Una vez en labios de Jesús mismo. Cuando envía a los apóstoles a buscar el borrico les dice que si alguien les pregunta algo deben contestar que el Señor lo necesita (19,34). Ver artículo “Señor en Lucas”

4-12. Nuevo Adán

La única mención explícita de Adán tiene lugar en la genealogía: “Hijo de Adán, hijo de Dios” (3,38), pero si prestamos atención podemos ver cómo Adán está omnipresente en toda la escena de las tentaciones lucanas. En Lucas bautismo (3,22), genealogía (3,23.38) y tentaciones (4,3.9) son tres episodios ligados por la triple referencia a Jesús como hijo de Dios.

Su genealogía se remonta hasta Adán y no simplemente a Abrahán como en Mateo. En Jesús termina una era y comienza otra nueva.  Tanto Adán como Jesús se nos presentan como hijos de Dios.  En el judaísmo tardío esto viene a significar justo y obediente (Filón, Jubileos, Sabiduría), idea tomada básicamente de Dt 14,1. Lucas vincula a Jesús con Adán, no en cuanto pecador, sino en cuanto justo y cabeza de la humanidad.  Las genealogías implican una personalidad colectiva en la que algo de los antecesores se reproduce en los descendiente.  Tanto Adán como Jesús viven sus vidas como “Hijos de Dios”.  Adán no pudo pasar a sus descendientes esta condición, pero Jesús restaura este título para la humanidad.  Hay a la vez una comparación y un contraste.  Ambos son cabeza de un período de historia.  Adán es la cabeza de la historia de pecado de la humanidad.  Jesús es la cabeza del tiempo de la salvación.

Como hemos dicho, en el trasfondo de Mateo estaba Jesús como nuevo Moisés, con abundantes referencias a la experiencia del desierto en el libro del Deuteronomio  El trasfondo de Lucas es el libro del Génesis y las tentaciones en el jardín. La tentación del fruto prohibido (Lc 4,2 = Gn 3,6), la del ser como dioses (Lc = Gn 3,5) y la de la inmortalidad.

Para Lucas el papel del ángel del jardín no es, como para Mateo, impedir la captura de Jesús (Mt 26,53), sino fortalecerle.  Dios no envía sus ángeles para librarnos del peligro, sino para darnos fuerza para ser fieles en medio de él. La figura del ángel encaja por otra parte en el contexto del jardín. Los ángeles expulsaron a Adán pecador del paraíso.  El segundo Adán en cambio tiene un ángel junto a él para protegerle. El ángel de Lucas viene a confirmar que verdaderamente Jesús es el hijo de Dios que permanece fiel a su Padre en Getsemaní. 

4-13. Alabanza de la multitud

Jesús es amado y alabado por la multitud: 4,22; 8,25; 9,43; 11,27; 13,17; 19,48. Su fama se extendía 4,37; 5,15; 7,17; Hch 2,41+, 6,7 (cf. TL p. 68-69). 

4-14. Jesús lleno del Espíritu Santo

La expresión “lleno del Espíritu Santo” es típica de Lucas. Aparte de un texto en que es aplicada a Jesús (Lc 4,1), se atribuye también a los diáconos (Hch 6,3-5), Esteban (7,55) y Bernabé (11,24). También en los relatos de la infancia es aplicada al Bautista (1,15), Isabel (1,41), y Simeón (2,25.27), los discípulos en Pentecostés (Hch 2,4; 4,31), Pedro (4,8), Pablo (9,17) plhvrh" (lleno 3), plhvqein (llenar: 7). Nunca aparece en los otros evangelios.

a) En textos lucanos: El Bautista será lleno del Espíritu Santo (1,15); el Espíritu Santo vendrá sobre María (1,35); Isabel fue llena del espíritu Santo (1,41); Zacarías fue lleno del Espíritu Santo (1,67); el Bautista crecía fuerte en el Espíritu (¿espíritu?) (1,80); el Espíritu Santo estaba en Simeón (2,25); Simeón recibió una revelación del Espíritu Santo (2,26); Simeón fue al templo guiado por el Espíritu (2,27); Jesús lleno del Espíritu Santo (4,1); regresó a Galilea en el poder del Espíritu (4,14); el Espíritu del Señor está sobre mí (4,18); la promesa del Padre (24,48 = Hch 1,4-5). exultó en el Espíritu Santo (10,21); el Padre dará el Espíritu Santo a los que le piden (11,13 symbol 185 \f "Symbol" \s 12 Mt);

b) en textos de triple tradición: os bautizará con el Espíritu Santo (3,16); Jesús guiado por el Espíritu al desierto (4,1); El Espíritu descendió sobre Jesús en el bautismo (3,22) blasfemia contra el Espíritu Santo(12,10) el Espíritu Santo os enseñará lo que tenéis que decir (12,12). 

4-15. Jesús y la Ley

Sólo Lucas nos dice que Jesús acostumbraba a ir los sábados a la sinagoga (4,16). En las dos ocasiones en que cura a leprosos, les manda presentarse a los sacerdotes, según las prescripciones de Lv 13-14; una vez Lucas sigue a Marcos (Lc 5,12-26), la otra vez, la del leproso samaritano, Lucas compone libremente (Lc 17,11-19). Lucas ha modificado el texto de la pregunta del escriba en Marcos: “¿Cuál es el primer mandamiento?” (Mc 12,28) por “¿Qué he de hacer para heredar la vida eterna?” (Lc 10,25). Jesús confirma la respuesta del escriba y le dice: “Haz esto y vivirás” (Lc 10,28), dejando abierto que la adhesión a la Ley puede ser causa de vida eterna, mientras que el texto de Marcos se centra más en distinguir los mandamientos principales de los secundarios. Al describir la transfiguración, sólo Lucas nos dice que Jesús, Moisés y Elías aparecieron en gloria (Lc 9,31), glorificando de ese modo a la Ley y a los profetas. Las mujeres que vieron el entierro de Jesús descansaron durante el sábado kata thn entolhn (Lc 23,56). En Hch 1,12 da por sentado que sus oyentes conocen cuál es la distancia que se puede recorrer en sábado.

Hay cuatro incidentes en que se le acusa de violar el sábado (6,1-5-6-11; 13,10-17; 14,1-6), los dos primeros tomados de Marcos, y los dos segundos en textos lucanos. Jesús no aprueba la violación del sábado, pero dice que en la conducta de sus discípulos no ha habido verdadera violación. Se arroga el derecho de definir lo que es el sábado, o rechaza la interpretación que enfrenta al sábado con las obras de misericordia, llegando a decir que el sábado es el día más adecuado para curar.

Parece que una parte de la comunidad lucana, compuesta de judíos, continúan guardando el sábado, mientras que los gentiles no lo guardan. La eucaristía común es el sábado por la noche. La ley es buena y no fue abolida por Jesús, pero éste, como señor del sábado, puede regular esta observancia (cf. P.F. Esler, Community and Gospel in Luke-Acts; the social and political motivations of Lucan theology, Oxford 1984, p. 110-130).

 

5) DISCÍPULOS

 5-1. Los discípulos en Lucas

Lucas no usa el término discípulos tanto como los otros sinópticos (Mt 71; Mc 43; Lc 37). Sin embargo el tema del discipulado está desarrollado con mucha mayor extensión y radicalidad. Claramente en Lucas el término “discípulo” no se reserva únicamente para los Doce, al revés de lo que sucede en Marcos. No en todas las ocasiones es posible determinar con precisión si en el evangelio de Lucas el término “discípulos” comprende sólo a los Doce o a todos los seguidores de Jesús, pero es claro que en el conjunto de Lucas se trata de un término genérico.

Sin embargo en Lucas el término de discípulos no se circunscribe a ninguno de los grupos con una autoridad o con una misión especial, sean los Doce, los Setenta, o los presbíteros(cf. ficha 13-9).

 Cuando Jesús elige a los Doce, Lucas observa que llamó a sus discípulos y eligió “de entre ellos” a Doce -prosefw,nhsen tou.j maqhta.j auvtou/( kai. evklexa,me­noj avpV auv­tw/n dw,deka- (Lc 6,13). También habla de “una gran multitud de discípulos” (Lc 6,17; 19,37). En una ocasión Jesús realiza una llamada general a todos los que quieran ser sus seguidores, diciendo: “Si alguno viene a mí y no ama menos a su padre o a su madre…, no puede ser mi discípulo; el que no toma su cruz y me sigue, no puede ser mi discípulo” (Lc 14,26). Y un poco más adelante, “cualquiera de vosotros que no renuncia a todo lo que tiene, no puede ser mi discípulo” (14,37).

En los Hechos de los apóstoles se usa el término discípulo para designar a cualquiera de los hermanos de la comunidad, como es el caso de Ananías de Damasco (Hch 9,10), Timoteo de Listra (Hch 16,1), Mnasón de Chipre (Hch 21,16), Tabita de Jaffa (Hch 9,36); el uso de la palabra en plural sirve para designar a todos los creyentes. Es más, en el libro de los Hechos nunca se usa el término discípulo para designar a los Doce. 

5-2. Los apóstoles en Lucas

En Marcos no existe la categoría de apóstol. La palabra sólo aparece una vez en 6,30, en el sentido literal de “enviados” al referirse a los Doce que regresan de su misión. La afirmación “y los llamó apóstoles” de 6,14 no tiene base textual, y es una contaminación de Lucas. Tampoco Juan conoce la categoría de “apóstol” referida a un grupo especial de personas. En Mateo aparece sólo una vez la palabra en 10,2 para designar a los comprendidos en la lista de los Doce, pero en un contexto misionero, con lo que la palabra se debe leer simplemente en su sentido literal, igual que en Mc 6,30.

Es solamente en Lucas donde existe una identificación entre los Doce y los apóstoles. Esta identificación está presente ya en el evangelio, donde Lucas afirma expresamente que Jesús designó a los Doce con el nombre de “apóstoles” (Lc 6,13). En otros lugares apóstoles es sinónimo de los Doce –u Once- (Lc 9,10; 17,5; 22,14; 24,10). También en los Hechos el término “apóstoles” se usa 28 veces para designar al grupo de dirigentes de la comunidad. (1,2; 2,37; 5,18.40; 9,27; 15,12). Matías fue agregado a los once apóstoles (Hch 1,26). A partir de 6,6 dicho grupo de los apóstoles se ve acompañado por los presbíteros (cf. ficha 13-9), y ya no queda claro siempre claro si se restringe a los Doce o no (8,1.14.18; 9,27; 11,1). En las referencias al concilio de Jerusalén (Hch 15,2.4.6.22.23; 16,4) quizás incluya en el grupo de los apóstoles a Santiago, el hermano del Señor, pero no queda claro si Santiago entra en el grupo de dirigentes como “apóstol” o como “presbítero”.

Sólo en una ocasión Lucas va a aplicar el término apóstol a alguien distinto de los Doce. Se trata de Hch 14,4.14 en el que Pablo y Bernabé son denominados apóstoles. Quizás usa este término no en sentido técnico, sino sólo en el sentido genérico de “enviados”, o quizás es una reliquia de la antigua acepción del término, tal como se usaba en la época del propio Pablo.

Por tanto vemos que Lucas no parece ser coherente en su uso del término apóstol. Probablemente es heredero de tres tradiciones diversas: una más moderna que identifica al apóstol como “miembro de los Doce”; otra que interpretaba el término apóstol como predicador itinerante, y una tercera que identificaba apóstol con “predicador que ha sido testigo cualificado de la resurrección de Jesús y ha sido llamado por él este ministerio”.

Lucas parece conocer todas ellas. Es el primer representante de la tendencia tardía a identificar el término apóstol con el de miembro de los Doce, aunque no creemos que fuera él su iniciador; esta identificación aparece también en Ap 21,14, por lo que pensamos que se fue estableciendo y afirmando progresivamente en la Iglesia. Sin embargo Lucas no parece ignorante de otras tradiciones más primitivas que utilizaban el término apóstol en un sentido más amplio. En Hechos 14,4.14 llama apóstoles a Pablo y a otros, dejándonos la huella de una costumbre en trance de desaparición, que todavía asoma en Lucas aunque de forma poco consistente. 

5-3. Los discípulos en la pasión

La actitud que se espera en el lector de la pasión es la de contemplación y discipulado. Lucas no es una narrador imparcial de la pasión. Su relato es el de un discípulo que vuelve a vivir la historia de su maestro.

Exhorta a sus lectores a seguir a Jesús en el camino de la cruz. En el relato hay una exhortación a comprometerse personalmente. Se nos invita a reconocernos en la debilidad de Pedro, a dejarnos mirar con ternura por Jesús, a llevar su cruz junto con Simón.

Lucas menciona repetidamente cómo los discípulos seguían a Jesús. Siguieron a Jesús al jardín (Lc 22,39); Pedro le seguía a distancia (22,54). Lucas cambia el aoristo de Marcos por un imperfecto, para denotar una actitud, más bien que una ocurrencia puntual. Al omitir la referencia al lugar adonde se dirigían, el verbo “seguir” está tomado en un sentido absoluto, y puede expresar una actitud global, generalizada. La expresión “a distancia” reaparece cuando Lucas menciona a un grupo de amigos (23,49).

Hay también una gran multitud en pos de Jesús sin ninguna indicación de hostilidad.  Las palabras de Jesús son una llamada al arrepentimiento. En seguimiento de Jesús vemos un grupo de tres partidos favorables: (Simón, las mujeres y la multitud), paralelo al grupo de tres partidos favorables después de la crucifixión (centurión, multitud, José). La mención de Simón pretende mover al lector a asociarse más a la pasión. No se dice que tuvieran que forzar a Simón a llevar la cruz (23,26; “cada día” 9,23; 14,27). Lucas explicita que Simón llevaba la cruz “detrás de Jesús”. 

5-4. Somnolencia

La somnolencia de los discípulos en el Tabor recuerda la de Getsemaní (9,32). 

5-5. Visión más positiva

Lucas trata de minimizar la culpa de los discípulos y nos ofrece una imagen de ellos mucho más benévola (cf. TL p. 32). En 9,28 omite la protesta de Pedro contra Jesús y la reprensión subsiguiente de Jesús que le llama a Pedro “Satanás”. Omite la petición de los hijos del Zebedeo (Mc 10,33-40). Camino del huerto no registra la predicción del abandono (Mc 14,27 ¹ Lc 22,30). La predicción tiene lugar en el discurso de despedida y en un tono más suave. Cuando los discípulos se duermen en el jardín, Lucas trata de excusarlos diciendo que se durmieron de tristeza (Lc 22,45). Lucas no dice explícitamente que los discípulos abandonaros a Jesús, sino que más bien afirma que al pie de la cruz se encontraban todos sus conocidos (Lc 23,49). Cuando menciona las negaciones de Pedro omite los juramentos (Lc 22,60 ¹ Mc 14,71) 

5-6. La familia de Jesús

No sólo de los discípulos ofrece Lucas una imagen más benévola, también de la familia de Jesús. Lucas ha omitido el texto en que la familia de Jesús quiere apoderarse de él pensando que está fuera de sí (Mc 3,21). En cuanto al momento en que sus familiares llegan a la casa, en la redacción de Marcos la familia parece alinearse con los escribas que han venido de Jerusalén y participan de una violenta discusión sobre Beelzebul En 3,35, hay una comparación claramente desfavorable entre la familia escatológica de los discípulos que hacen la voluntad de Dios, y la familia carnal que no la hace. Esta visita de la familia ha sido retrasada por Lucas a otro contexto menos hostil (Lc 8,19.21), después de la parábola del sembrador, en que se nos ha hablado del buen suelo que recoge la semilla de la palabra (Lc 8,15). Los familiares parecen quedar incluidos, y cumplen el requisito necesario para entrar en la familia escatológica. “Mi madre y mis hermanos son los que escuchan la palabra y la cumplen”. Comparando en detalle los textos de Marcos y Lucas, vemos cómo en Lucas no son los familiares los que envían a llamarle, sino la gente la que le informa de que sus familiares están ahí y no pueden entrar. De la respuesta de Jesús Lucas ha omitido la pregunta retórica de Marcos, que podría resultar más ofensiva y marcar más las distancias (“¿Quiénes son mi madre y mis hermanos?”: Mc 3,33). Cuando la visita de Jesús a su pueblo, Lucas ha editado la frase de Marcos de que un profeta es honrado pero no en su patria, entre sus familiares y en su casa (Mc 6,4). Mateo dejó sólo la patria y la casa, y excluyó a los familiares (Mt 13,57). Lucas va más allá y suprime la mención de la casa (Lc 4,24). 

5-7. Sentado a los pies

La actitud de sentarse a los pies de Jesús es para Lucas la característica del discípulo, como vemos en el caso del endemoniado de Gerasa (8,35), María de Betania (10,39) y Pablo a los pies de Gamaliel (Hch 22,3). 

5-8. Escucha de la palabra

El discípulo debe escuchar la palabra de Jesús, como hacía María de Betania (10,39). Esta palabra lovgo" aparece con mucha frecuencia en Lucas, para designar la palabra predicada por Jesús, sobre todo entre los capítulos 4 al 12. Aparece como objeto de los verbos escuchar y acoger (5,1.8; 8,13.15; 10,39; 11,28); escuchar y poner en práctica (6,47.49; 8,21); ser arrancada (8,12; ser juzgada (20,20); dar fruto (8,15). Tiene como sujeto a Dios (8,11); a Jesús (9,26.28.43; 21,33; 24,44); el Señor (10,39; 22,61) y al hombre (12,10; 16,2; 20,3; 24,17). Jesús es poderoso en obras y palabras (24,19). Los Hechos de los apóstoles se centran también en la palabra (10 veces), la palabra de Dios (10 veces) y la palabra del Señor (7 veces). Cf. I. M. Fornari-Carbonell, La Escucha del Huésped, p. 95. 

5-9. Pedro y Juan

En el evangelio de Lucas Pedro está íntimamente asociado a Juan. Ha conservado dos de las referencias de Marcos al status especial de los tres apóstoles (Pedro, Juan y Santiago) en la transfiguración (Lc 9,28) y en la entrada a la casa de Jairo (Mc 5,37); pero no ha querido subrayar excesivamente el status privilegiado de esta terna, y ha omitido la otra mención de Marcos en Getsemaní (14,33), y el pasaje de los hijos del Zebedeo pidiendo los primeros puestos (Mc 10,35). Lo que Lucas quiere subrayar es el status especial de la pareja Pedro-Juan. Así en el evangelio aparecen actuando ya juntos los dos cuando Jesús les envía a preparar la cena de Pascua (Lc 22,8). Pero es sobre todo en los Hechos donde van a actuar coordinadamente en la curación del tullido de la puerta hermosa (Hch 3,1.11), su presentación ante el sanedrín (4,13.19), el ministerio en Samaría (8,14). 

5-10. Paralelismo Jesús-discípulos

La vida de Jesús en Lucas se prolonga en la vida de sus discípulos, como podemos ver en la Tabla XVIII. Un ejemplo es el de los juicios de Jesús y de Pablo. Otro ejemplo es el de la experiencia del Espíritu en el bautismo que abre el ministerio de Jesús, y la experiencia de Pentecostés que da inicio al ministerio de la Iglesia. Otro ejemplo podemos ver en el paralelismo entre el discurso de despedida de Jesús antes de su muerte (Lc 22,14-38) y el de Pablo a los presbíteros de Éfeso en Hch 20, Lucas ha reunido una serie de materiales para crear un pequeño “sermón de la cena”, usando un género literario convencional, el del discurso de despedida, ya convencional en el AT y la literatura intertestamentaria, como el testamento de los 12 patriarcas, el de Jacob (Gn 47-50), Josué (Jos 23-24), Moisés (Dt 31-34), y Jubileos 21. El tema del paralelismo entre apóstoles y Jesús ha sido desarrollado en detalle por R. F. O’Toole, “Parallels between Jesus and his Disciples in Luke-Acts. A Further Study”, Biblische Zeitschrift 27 (1983) 195-212. 

5-11. Juicios de Jesús y Pablo

Como Jesús, Pablo fue juzgado cuatro veces:

Jesús Pablo
Ante el sanedrín (Lc 22,66-71)  Ante los judíos reunidos (Hch 21,27-22,29)
Ante el gobernador Pilato (Lc 23,1-5)  Ante el sanedrín (Hch 23,1-10)
Ante el rey Herodes -Antipas- (Lc 23,6-12) Ante el gobernador Félix (Hch 24,1-21)
Ante los judíos reunidos (Lc 23,13.25)   Ante el gobernador Festo y Herodes Agripa (Hch 25)

             

Pablo es contrastado con el egipcio que guió 4.000 asesinos en el Desierto. Jesús fue comparado a Barrabás. Los cargos presentados contra Pablo fueron los mismos que contra Jesús: pervertir la nación (Lc 23,2-Hch 21,18), y agitar al pueblo (Lc 23,5-Hch 24,5). Ambos dan testimonio durante su juicio. Ambos son repetidamente declarados inocentes por el gobernador y por el rey. Ambos juicios tienen lugar en la mañana, después del arresto el día anterior. Al final de ambos juicios la reacción de los judíos es decir “¡Fuera con él!” (Lc 23,18; Hch 21,36; 22,22). 

5-12. Ministerio

El sustantivo diakoniva no se usa en ningún otro evangelio más que en el de Lucas, por lo que parece ser una palabra propia de él (10,40). Esta única ocurrencia designa el servicio de la mesa y preparación de la comida en casa de Marta. También aparece en los Hechos de los Apóstoles 8 veces, designando el ministerio apostólico al que había pertenecido Judas (Hch 1,17.25), la asistencia de la caridad, o diakonía de las mesas (6,1; 11,29; 12,25), el ministerio de la palabra o diakoniva lovgou (6,4), el del testimonio del evangelio de la gracia (20,24; 21,19).

En cuanto al verbo diakonei'n, aparece también en los otros evangelios. En Lucas designa igualmente el servicio de preparación de la comida en el caso de Marta o la suegra de Pedro (10,40; 4,39), o el servicio que realizaban las mujeres atendiendo al Señor con sus bienes (8,3), o el servicio a la mesa (12,37; 17,8), el servicio de un modo general, tal como Jesús se presentó a los suyos como un servidor (22,26.27). En Hechos el verbo sólo aparece dos veces, una para indicar el servicio asistencial de las mesas (Hch 6,2) y otro para designar a dos de los asistentes de Pablo, Timoteo y Erasto (Hch 19,22).

En los textos de otros evangelios, aparte de los textos paralelos a Lucas (el servicio de la suegra de Pedro o el de Jesús que no vino a ser servido sino a servir, las mujeres que asistían a Jesús) .este verbo puede designar el servicio de los ángeles a Jesús después de su ayuno, o el de la asistencia al hambriento, encarcelado o peregrino,

El sustantivo diavkono" no aparece en toda la obra lucana. En los otros evangelios se usa sólo 5 veces. En Mt 22,13 para designar a los criados del rey, y en Mt 20,26/23,11 (y sus paralelos en Mc 10,43/9,35) para designar la actitud de servidor que debe adoptar el que sea el más grande, o el que quiera ser grande. 

5-13. Inocencia de Pablo

Se da también un claro intento de probar la inocencia de Pablo frente a cualquier acusación política contra él. Lucas quiere dejar bien sentado que ni Pablo, ni el cristianismo, suponían un peligro para el imperio romano. Su arresto y la brutal paliza que recibió en Filipos fueron injustos e ilegales (Hch 16,37); Galión reconoció que no existía una verdadera causa contra él (Hch 18,14); Lisias lo retuvo sólo pro deferencia con el Sanedrín (Hch 22,30; 23,10.30); Félix lo retuvo en prisión por ese mismo motivo, y además en la esperanza de obtener algún soborno. Festo lo declaró inocente (Hch 25,18). Agripa confirma su inocencia (Hch 26,32) [Maddox, Purpose, p. 94]. Cf. también la inocencia de Jesús en ficha 4-1

5-14. María perfecta discípula

Indudablemente Lucas es el autor del NT que más ha recogido y trabajado las tradiciones referentes a la madre de Jesús, presentándola como modelo perfecto del discípulo que sigue los pasos de Jesús y acoge la salvación ofrecida, dando un testimonio profético sobre ella.

Ya al principio de su camino, la gracia salvadora de Dios y su gozo están (1,28). Una plenitud de gracia que la transforma completamente y le propone el desafío de aceptar ser la madre del Mesías, a pesar de su llamada virginal (Lc 1,30-35), que es expresión de su pobreza interior.  Para cumplir esta misión recibe el Espíritu Santo que hará posible una concepción virginal, porque nada es imposible para Dios.

María personifica a la Hija de Sión, los pobres y humildes que han puesto su esperanza en el Señor y esperan recibir de él la salvación. Acepta el plan de Dios con un “sí” humilde que sólo florece en el corazón de los pobres. (Lc 1,38). El Magnificat es la perfecta expresión de estos sentimientos: responde con gozo a la invitación a alegrarse. y da gracias por el don de su fecundidad virginal, considerando cómo en su abajamiento y humillación ha sido salvada por la mano de Dios. Se pone en camino como un profeta, llevando consigo la alegría de la salvación mesiánica, y pronta a compartir con su prima que está necesitada (Lc 1,39-45.56). Camina en la fe, confiando en el Dios fiel que cumple sus promesas (Lc 1,50-54) profundizando cada vez más en el don que ha recibido, para llegar a una plena comprensión de los sucesos de su vida oscura y dolorosa (Lc 2,19.50). Actúa de acuerdo con la voluntad de Dios y por ello Lucas la considera modelo del creyente (1,45) que escucha y pone en práctica la palabra de Dios (8,21; 11,28; cf. ficha 5-7). Avanza continuamente en su vida de oración (Lc 1,46-55; Hch 1,14), en la acción de gracias y en la perseverancia.

Finalmente, en cuanto discípula, recorre todo el camino hasta el final, asociándose a la muerte y a la resurrección (Lc 1,34-35). Porque Dios ha hecho en ella maravillas como “madre del Señor” (Lc 1,43) y todas las generaciones la llamarán bienaventurada (Lc 1,48).

  

6) ESCATOLOGÍA

 6-1. “Los días del Hijo del hombre”

Se trata de un discurso propio de Lucas, que hace una clara distinción entre Jesús profetizando la destrucción de Jerusalén (21,6-24) y su venida al final de los tiempos (17,22-37). Parece ser que este discurso pertenecía a la fuente Q. Lucas lo ha dejado en su lugar original en la secuencia de Q, mientras que Mateo ha trasladado algunos de los pasajes de este discurso al sermón escatológico: Mt 24. Allí Mateo ha juntado en sus dos fuentes, Marcos y Q, mientras que Lucas las ha dejado separadas, lo mismo que hizo en los dos discursos de la misión. 

6-2. Designio divino

Hay un plan de salvación en el designio divino: boulhv (7,30; Hch 2,23, 4,28; 13,36; 20,27). Todo estaba planeado por Dios de antemano (22,22; 10,42; 17,26,31). (cf. p. 7). De un modo general utiliza la palabra dei' : “era necesario”. Sólo una vez en Mc (8,31) y Mt (16,21) y 28 veces en Lc-Hch. 

6-3. Escatología e historia de salvación

Lucas ha reemplazado la escatología final de inminencia por la “historia de salvación” Así aplica a la vida ordinaria de los cristianos algunos logia que en los otros sinópticos tiene un alcance claramente escatológico (8,11-15; 9,23; 12,52). Lo que hay que ver más bien es una escatología en dos fases. La primera fase es ya presente. Jesús en su resurrección inaugura las bendiciones escatológicas. Dada nuestra identificación con él, también nosotros en cierto modo hemos resucitado. El cristiano está identificado con Cristo. (¿Por qué me persigues? Hch 9,4), y el enviado está identificado con el que lo envía. Jesús es ya el hijo de la resurrección (Lc 20,36).  Esta consumación ya ha empezado en la tierra con Jesús. Al invitarnos a identificarnos con él no se nos invita a salirnos de la historia sino a integrar la historia en una dimensión celeste, en una relación con aquél que está ya en el cielo hasta el día de la apokatástasis universal.

Hay una continuidad y una discontinuidad entre la era presente y la futura. Los milagros indican un cumplimiento, una restauración del paraíso que ya se empieza a hacer sentir ahora. Pero aún estamos en un tiempo de prueba. Pero supuesto que la realidad escatológica está ya presente, la duración del intervalo hasta que venga la consumación final no tiene una importancia crucial. El retraso de la parusía no es algo excesivamente grave, sino que incluso es una oportunidad para la misión.

¿Cómo está ya presente la edad futura? A través del Espíritu. Los poderes escatológicos del Espíritu están ya a la obra en los discípulos en una primera fase del cumplimiento escatológico (cf. R. Maddox, Purpose, p. 100-145)

 

7) ESPÍRITU SANTO

 7-1. El Espíritu en Lucas

Lucas puede considerarse el evangelista del Espíritu Santo: 1,15.35.41.67.80; 2,25.26.27; 3,16.22; 4,1.14.18; 10,21; 11,13; 12,10.12; Hch 1,8+. Mientras que Marcos sólo menciona el Espíritu 6 veces, y Mateo 12, Lucas menciona el Espíritu Santo 17 veces en el Evangelio y 57 en los Hechos. Lucas es también el que proporcionalmente se refiere al Espíritu con el nombre de “Espíritu Santo” (14 de las 17 veces en el evangelio, 46 de las 57 veces en los Hechos), mientras que Mateo sólo usa la expresión “Espíritu Santo” 4 de las 12 veces que se refiere a él, y Marcos 4 de sus 6 referencias cf. TL p.64-66). 

7-2. “Lleno del Espíritu Santo”

Esta expresión es típica de Lucas. Aparte de un texto en que es aplicada a Jesús (Lc 4,1), se atribuye también a los diáconos (Hch 6,3-5), Esteban (7,55) y Bernabé (11,24). También en los relatos de la infancia es aplicada al Bautista (1,15), Isabel (1,41), y Simeón (2,25.27), los discípulos en Pentecostés (Hch 2,4; 4,31), Pedro (4,8), Pablo (9,17) plhvrh" (lleno 3 veces), plhvqein (llenar: 7 veces). Nunca aparece en los otros evangelios.

¿Dónde encaja la Ascensión? Se puede entender en paralelo con el rapto de Elías al cielo, y el subsiguiente paso de su Espíritu a Eliseo. Tal como el ministerio terreno de Jesús se inauguró por el descenso visible del Espíritu sobre él en el Bautismo, el periodo de la Iglesia se abre por la efusión visible del Espíritu. 

7-3. Espíritu y oración

La llegada del Espíritu está siempre relacionada con la oración.  Lucas relaciona el descenso del Espíritu sobre Jesús con su oración (3,22). También el descenso del Espíritu Santo sobre los apóstoles en Pentecostés estuvo precedido por la plegaria insistente de los discípulos junto con María (Hch 1,14; 2,21). También en el pequeño Pentecostés (Hch 4,31), la venida del Espíritu tiene lugar cuando terminan la oración (Hch 4,31).  El Pentecostés de los gentiles ocurre como respuesta a la oración de Cornelio (Hch 10,4.31) y de Pedro (Hch 10,9.19). El mismo ligamen entre oración y Espíritu aparece en la conversión de Saulo (Hch 9,11.17).   

7-4. Protocatolicismo en Lucas-Hechos

El Espíritu es dado para la reconstitución de Israel, Sólo se concede cuando Israel. El Espíritu se da sólo cuando los 12 están presentes, o un miembro o delegado de los Doce. Cuando uno de los Doce evangeliza la Samaría y bautiza allí, Pedro y Juan tienen que ser para la efusión del Espíritu. Sólo cuando Pablo llega a Éfeso algunos discípulos que ya habían sido bautizados, reciben el Espíritu Santo (19,1-6). (La única excepción es Pablo mismo que recibió el espíritu de manos de Ananías que no era uno de los doce).

Encontramos en Lucas elementos de una temprana comunidad cristiana que se caracteriza por ser una institución con sacramentos, oficios jerárquicos, y una tradición que comprende un depósito de fe. 

7-5. Espíritu y poder

Lucas ha relacionado el Espíritu con el poder. Estos dos temas aparecen juntos 3 veces en el Evangelio (1,17.35; 4,14), y 3 veces en los Hechos (1,8; 6,8; 10,32).  Este poder unge a Jesús en su bautismo, como él mismo lo declara al comienzo de su ministerio en Nazaret.  Guía a Jesús al desierto (Lc 4,1) y a Galilea (4,14), penetrando su enseñanza y sus obras, “ungido con Espíritu y poder” (Hch 10,38). Su enseñanza se caracteriza por la autoridad -ejxousiva- y su poder -duvnami"-  Este poder de lo alto va a ungir también a los discípulos (Hch 10,38) para llevar a cabo una misión carismática.

 

8) GEOGRAFÍA E HISTORIA LUCANAS

 8-1. Sincronismo entre la historia profana y la sagrada

Lucas trata de relacionar el evento de Jesús con la historia profana universal, cf. Lc 1,5; 2,1-3, 3,1 Pablo dijo delante del rey Agripa: “Estas cosas no han sucedido en un rincón, y no pueden haber pasado inadvertidas para el rey” (Hch 26,26). En cambio, en lo que respecta a Juan o a Mateo, lo que ellos nos cuentan bien podría haber pasado en un rincón, dado el poco interés que muestran por la historia contemporánea. En Lucas toda la historia de Jesús sucedió a la vista de la historia universal. Recordemos la afirmación de uno de los discípulos de Emaús: “¿Eres tú el único extranjero que no se ha enterado de lo que ha pasado en Jerusalén? (Lc 24,18).

El evangelista presenta a Jesús como figura de la historia universal, sin que esto le prive de significación escatológica. Es consciente de que en Jesús ha alumbrado una era nueva y llama la atención sobre el cumplimiento de las promesas. En Jesús una nueva era milagrosa ha amanecido.

Lucas relaciona los eventos salvíficos con la historia de Roma. El nacimiento de Jesús relacionado con el decreto de Augusto; la palabra de Dios llega al Bautista en año 15 del emperador Tiberio (año 29), y esta fecha sirve para datar el inicio del ministerio de Jesús algún tiempo más tarde. En el libro de los Hechos hay otras fechas que pueden ayudar a sincronizar los acontecimientos con fechas de la historia universal, así como por ejemplo la hambruna de los tiempos de Claudio (años 41-44), la orden dada a los judíos de abandonar Roma (año 49), la referencia a Galio como prefecto de Acaya (año 52), los encuentros de Pablo con dos procuradores romanos sucesivos, Félix y Festo (año 60).

Lucas relaciona también a Jesús con la historia de Palestina. La visión de Zacarías tiene lugar en los días de Herodes, rey de Judea. (sin embargo aquí cabe dudar de cuál de los Herodes es el mencionado. Según la interpretación más común sería Herodes el Grande, 37-4 antes de Cristo; pero otros que quieren mantener el dato del censo de Quirinio, defienden que se trata de Herodes Arquelao (4 antes de Cristo a 5 de nuestra era). La llamada de Juan tuvo lugar mientras Pilato era gobernador de Judea (26-36). Pilatos envió a Jesús a Antipas que fue rey de Galilea desde el año 4 antes de Cristo hasta el 36 de nuestra era. La llamada de Juan tuvo lugar durante el sumo sacerdocio de Anás y Caifás. Sin embargo estos sincronismos tienen lugar sólo al comienzo de una nueva página histórica. Al final de los relatos se hacen más tenues las conexiones cronológicas, quizá porque el interés kerigmático ha tomado la primacía como centro del interés del autor. 

8-2. Vaguedad en localizaciones

Sin embargo, en otras ocasiones tiende a ser mucho más vago. A las cifras demasiado precisas les añade “como unos” tres meses (Lc 1,56); unos treinta años (3,23); unos cinco mil hombres (9,14); como una hora (22,59); hacia el mediodía (23,44). En otras ocasiones omite datos geográficos de Marcos como la mención de Cafarnaúm (5,17; 9,14); en 5,27; 6,17 y 9,43b no habla de Galilea; en 8,39 no habla de la Decápolis. En la confesión de Pedro no habla de Cesarea de Filipo. 

8-3. Conocimiento de la geografía

Conzelmann pretende que Lucas tiene un sentido muy confuso de la geografía (The Theology of Luke, New York 1981; cf. también S. Freyne, Galilee from Alexander the Great to Hadrian, Wilmington 1980, p. 364-367). Esta opinión ha sido refutada por otros como H. F. D. Sparks, en su recensión del libro de Conzelmann, JThS 14 (1963) 455-57.

Nosotros pensamos que Conzelmann exagera; sin embargo sí parece que no esté tan bien informado sobre geografía de Palestina como Marcos o Juan. En cambio a veces interpreta datos culturales y sociales como si se tratase de una cultura más helenística: el modo de construir las casas (al paralítico los descendieron por el tejado quitando tejas -5,19-; la construcción de casas sobre la roca -6,48-49-); costumbres como la del manto y la túnica (6,29), entierros (7,14), manera de sembrar (8,5-6), clima y signos de lluvia (12,54-55), la higuera y el verano (21,29). 

8-4. El país judío

Lucas nos dice que  la fama de Jesús se iba corriendo por el país judío.  (Lc 1,5; 4,44; 6,17; Lc 7,17; 23,5; Hch 2,9; 10,37). El tercer evangelista ha dado mucho relieve al hecho de que junto con los discípulos galileos, Jesús tenía también discípulos en el país de los judíos. En esto vemos una coincidencia con el planteamiento de Juan (Cf. Maddox, Purpose p. 168).

En Mateo predomina absolutamente el ministerio de Jesús en Galilea. Su viaje a Jerusalén empieza muy tarde y sólo dura de 20,17 a 21,11. En cambio en Lucas gran parte del material Q que Mateo situaba en Galilea aparece ahora situado en el viaje a Jerusalén, y por tanto fuera ya de Galilea. Aunque Lucas es muy impreciso en la localización geográfica del viaje, muestra un verdadero interés editorial en mostrar a Jesús por Judea y Samaría, aunque no tenía ninguna información sobre detalles de la misión en Judea. Maddox opina que la misión de los 70 está formulada en términos amplios, después de que Jesús ya ha pasado por Samaría, y puede bien abarcar una misión en Judea.

Inclusive cuando Jesús está en Galilea, un sumario nos dice que predicaba en las sinagogas de Judea (Lc 4,44)., y Lucas menciona Judea en primer lugar cuando edita un sumario de Marcos sobre la gente que acudía a oír a Jesús. Lucas ha eliminado también cualquier referencia a apariciones en Galilea, con lo cual todos los encuentros del Resucitado tienen lugar en Jerusalén y sus zonas aledañas. Es justo la impresión contraria que obtenemos en Marcos y Mateo, donde parece que no hubo encuentros en Jerusalén, sino sólo en Galilea.

En Hechos Galilea sólo se menciona refiriéndose a la vida de Jesús de manera retrospectiva (Hch 10,37; 13,31). Sólo una vez se nos habla de la iglesia de Galilea, junto con la de Samaría y Judea, pero Galilea está ausente del plan de misión de Hch 1,8. No hay ningún relato sobre la evangelización de Galilea, ni sobre el crecimiento de la Iglesia en esa región.

El libro de los Hechos supone que hubo una actividad de Jesús en Judea. En 2,41 nos habla de tres mil bautizados en Pentecostés y no es creíble pensar que esa gente oía hablar de Jesús por primera vez, o de que se trataba de peregrinos de Galilea. Zaqueo, Marta y María, los fariseos que invitan a Jesús a su casa (Lc 11,17; 14,1) podrían localizarse en Judea.

Lucas pudo haber tenido contacto personal con Felipe en Cesarea (Hch 21,8), y pudo haber sido ésta una de sus fuentes de información sobre todo lo referente a los discípulos helenistas en Judea.

8-5. Jerusalén

Jerusalén aparece en la obra de Lucas mucho más a menudo que en todo el resto del NT. Con la forma helenística de jIerosovluma 26 veces (4 en Lc y 22 en Hch), de un total de 63 menciones en el NT. En su forma semítica de jIerousalhvm aparece 64 veces (27 en Lc y 37 en Hch) de un total de 76 ocurrencias en el NT. En total de 139 referencias a Jerusalén en el NT, 90 se encuentran en la obra lucana (31 en Lc y 59 en Hch). Mateo usa el término semítico de “ciudad santa” (Mt 4,5; 27,53), pero Lucas no lo usa nunca. 

8-6. Templo

No se insistirá nunca bastante en la función que el Templo tiene en el evangelio de Lucas, que comienza con el culto de Zacarías (1,5-23), y termina con los discípulos participando del culto (24,50-53). Su usan tres palabras para referirse al templo: naov", oi[ko", iJerovn.

naov" aparece sólo cuatro veces, tres al hablar de Zacarías (1,9.21.22), y una al referirse al velo del templo (23,45). En Hechos esta palabra designa los templos paganos (17,24; 19,24).

 oi[ko" se usa sólo cuatro veces en Lucas y una en Hechos. Siempre en un contexto de conflicto o de censura (6,4; 11,51; 13,35; 19,45-46; Hch 7,47), como símbolo de una “casa” que va a quedar desierta.

iJerovn finalmente es la palabra normal que aparece 14 veces en Lucas y 24 en Hechos, 38 en total, o sea más que en todos los libros del NT juntos. La palabra encierra un básica ambigüedad. De una parte es el lugar de culto del Israel fiel, representado por los personajes del evangelio de la infancia, sacrificios, oración, alabanza, revelación, esperanza, observancia legal, enseñanza... Pero por otra parte es el centro del poder político corrupto, disparidad económica, explotación de los pobres, arrogancia de los escribas, complot contra Jesús.

Jesús en Lucas se relaciona siempre con el templo de un modo positivo. En el tercer evangelio han desaparecido los falsos testigos que decían que Jesús hablaba contra el Templo. Y es curioso que dichas acusaciones son formuladas contra Esteban (Hch 6,14). A pesar de que Lucas no pierde ocasión para subrayar los paralelismos entre la pasión de Jesús y la de Esteban, en este caso ha omitido la oportunidad de dar otro paralelismo más. Consecuentemente con esta omisión lucana de los testigos durante el juicio, hay la omisión de las burlas al pie de la cruz contra Jesús por haber dicho que iba a destruir el templo (cf. P.F. Esler, Community and Gospel, p. 131-163).

 

9) JERUSALÉN Y EL RELATO DEL VIAJE

 9-1. Centralidad de Jerusalén

Tanto el evangelio como los Hechos tienen su eje central en Jerusalén. Primero Jesús tiene que llegar a Jerusalén sin distracciones por el camino. Después desde Jerusalén la palabra se extenderá en círculos concéntricos, primero a los judíos de Jerusalén (los discípulos), luego a los judíos de la diáspora reunidos en Pentecostés (Hch 2,5,6; 6,8), luego a los samaritanos (8,4), y a un etíope prosélito (8,27), luego a los judíos de Lida, Sarón y Joppe (9,32-43), finalmente a los gentiles con la conversión de Cornelio, cf TL p 16-19. 

9-2. Galilea

El comienzo del ministerio galileo de Jesús es un tema común a todos los evangelios, pero Lucas es el que más énfasis ha puesto en la transición entre un ministerio en Galilea y un desenlace final en Jerusalén. Hay una continua referencia a Galilea como lugar de comienzo. “Jesús volvió a Galilea con la fuerza del Espíritu”, y su fama se extendió... y predicaba en la región” (Lc 4,14-15.31). Más tarde le acusarán: “Este subleva al pueblo enseñando por toda Judea, después de empezar en Galilea” (Lc 23,5). En el discurso de Pedro a Cornelio se dice “Conocéis lo que ha sucedido en Judea, comenzando de Galilea” (Hch 10,37). Se alude a las mujeres como “aquellas que le había acompañado desde Galilea (23,49.55; 24,6). En el discurso de Antioquía de Pisidia Pablo dice: “Se apareció durante muchos días a los que habían subido con él de Galilea a Jerusalén” (Hch 13,31). 

 9-3. Viaje

El evento salvífico de Jesús es concebido en Lucas como un “viaje” (La palabra lucana preferida es poreuvesqai, andar, viajar). Aparece 51 veces en el evangelio y 37 en los Hechos, en fuerte contraste con 1 sola vez en Marcos, 3 en el epílogo de Marcos y 15 veces en Mateo. No siempre tiene un sentido físico, sino que en ocasiones podemos percibir una actitud, como cuando en la sinagoga de Nazaret Jesús “anduvo” por medio de ellos (4,30), o cuando Jesús dice: “El Hijo del Hombre se va, conforme está establecido” (22,22). 

En realidad la idea de viajar se convierte en un poderoso referente de la existencia humana.  Ya el evangelio de la infancia se estructura en torno a los distintos viajes de María desde Nazaret.  Un primer viaje la lleva a la montaña de Judea a visitar a su parienta.  Un segundo viaje será la ocasión de que Jesús nazca en un contexto de itinerancia.  Todavía un tercer y cuarto viaje a Jerusalén contienen desarrollos importantes en el descubrimiento del significado salvífico de Jesús. Los viajes del evangelio de la infancia terminan con el retorno a Nazaret (1,56; 2,39.51). Sobre todo el tema del viaje cf. TL p. 16-20. 

9-4. Referencias al viaje

* Decididamente puso rumbo a Jerusalén: 9,51.

* La gente no le quería acoger porque se dirigía a Jerusalén: 9,53.

* Se fueron a otro pueblo: 9,56.

* Mientras viajaban: 9,57.

       * Les envió por delante a todos los lugares que pensaba visitar: 10,1.

* en el curso de su viaje llegó a un pueblo: 10,38.

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* Seguía enseñando camino de Jerusalén: 13,22.

* Debo continuar, porque no conviene que un profeta muera fuera de Jerusalén: 13,33.

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* Camino de Jerusalén viajaba a lo largo del confín de  Samaría y Galilea: 17,11.

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* Estamos subiendo a Jerusalén: 18,31.

* Al acercarse a Jericó: 18,35.

* Entró en Jericó y se paseaba por la ciudad: 19,1.

* Les contó esta parábola porque estaba cerca de Jerusalén: 19,11.

* Siguió adelante subiendo a Jerusalén: 19,28.

* Cuando llegó cerca de Betfagé y Betania: 19,29.

* Al acercarse y llegar a la vista de la ciudad: 19,41.

* Y entró en el templo: 19,45.

Podemos ver 17 informaciones acerca del viaje que son transmitidas en cuatro bloques de material separados: 9,51-10,42 (6)  /  13,22-35 (2)  /  17,11-19 (1)  /  18,31-19,46 (8).

Los textos intercalados son de naturaleza didáctica o parenética, revelando la verdadera naturaleza de este viaje en Lucas. Las “informaciones” son secundarias y sirven como introducción a los materiales que no tenían ningún marco en sus fuentes.  Sólo tres de las escenas estaban localizadas en las fuentes de Lucas: una en Samaría (9,52-56), y dos en Jericó (18,35-46; 19,1-10). Todas las otras no tenían ninguna referencia geográfica, y Lucas las inserta, como hemos dicho, a lo largo del viaje con una gran vaguedad, sin dar ninguna localización concreta. Durante el viaje a Jerusalén se difuminan aún más las referencias geográficas.  No importa tanto el por dónde, sino el hacia dónde. Encontramos varias agrupaciones con un trío de elementos.  Tres vocaciones en el camino (9,57-62); tres palabras sobre el privilegio de ser discípulo (10,18-24); tres enseñanzas sobre la oración (11,1-13); tres parábolas sobre la misericordia (15,1-32.  El marco general del viaje es una elaboración lucana sobre el marco literario que ya estaba presente en Marcos.

9-5. Muerte de Jesús en Jerusalén

Jerusalén es el lugar de la muerte de Jesús (18,31-33). Ningún profeta muere fuera de Jerusalén (13,33-34). Jerusalén es el centro predestinado para la salvación: 4,9; 9,31.51.53; 13,22. 23; 17,11; 18,31; 19,11; 24,47-49.52; Hch 1,8+. 

9-6. Ascensión

En realidad la “asunción” - anavlhmyi"- del 9,51 (cf. Hch 1,1.22), o el “éxodo” de la conversación en el monte Tabor  (9,41), no se completa hasta la ascensión de Jesús, en que se usa el mismo verbo ajnalhmvfqh.  Este sería el término del viaje. Los paralelos entre la transfiguración y la ascensión son muchos: el monte, la nube, los dos hombres, los vestidos blancos.  J.G. Davies (“The prefigurement of the Ascension in the Third Gospel”, JTS (1955) 229-233).  Pequeños toques redaccionales han podido aumentar el paralelismo.  Davies se fija en el verbo ajnhvbh de Lc, frente al ajnafevrei ajutouv" de Mc 9,2;  en las mismísimas palabras kai; ijdou; a[ndre" duvo, que se repiten en los dos pasajes; en la dovxa de Jesús de Lc 9,32, como la gloria que vio Esteban en Jesús a la derecha de Dios (Hch 7,55).  Conviene recordar también que Elías es el profeta arrebatado al cielo. El mismo verbo poreuesqai que es la expresión típica lucana para el viaje de Jesús, se usa también para describir su subida al cielo: “Estaban mirando al cielo mientras él “se iba”... volverá conforme le habéis visto “irse” (Hch 1,10-11).

 

10) JUICIO

 10-1. Juicio de Dios

Junto con la misericordia y la continua oferta de perdón y salvación, hay que considerar también el juicio de Dios que reivindica la causa del inocente Jesús, del leño verde injustamente condenado. Este juicio se expresa en el evangelio en distintos lugares, pero de una manera dramática en el oráculo de Jesús a las mujeres de Jerusalén .

Las palabras de Jesús a las mujeres de Jerusalén son las más duras de todo el evangelio.  Neyrey ha hecho ver que esas mujeres representan al Israel endurecido.  No deben lloran por Jesús, sino por sus hijos. Sus lágrimas son precursoras de las que tendrán que llorar un día.  La alocución de Jesús es un juicio sobre Jerusalén. Mientras que a las lágrimas en el evangelio se les promete una bienaventuranza (cf. ficha 3-3), las lágrimas de Jerusalén, en cambio, son el “llanto y el rechinar de dientes”, las lágrimas terminales del juicio divino por el que habrán de pasar los que ríen ahora, las lágrimas por sus hijos que irán a la muerte y al exilio, cuando Jerusalén sea cercada por los ejércitos (21,20), y pisoteada por los gentiles (21,24).

“Vendrán días” (23,29) es un término técnico del vocabulario profético, como resulta evidente por la cita del profeta Oseas: “Dirán a los montes: ‘¡Cubridnos!’, y a las colinas: ‘¡Sepul­tadnos!’” (Os 10,8; cf. Ap 6,26).  Nos ayuda a ver en todo este pasaje un oráculo y un juicio divino sobre Jerusalén. 

10-2. El sanedrín

Mientras que Lucas exonera al pueblo de toda responsabilidad colectiva, va a cargar las tintas sobre la estructura oficial de “Jerusalén” en los organismos que la representan. Por eso en el relato del juicio de Jesús ante el sumo sacerdote, la asamblea es más inclusiva, abarcando a todos los estamentos oficiales de las autoridades judías, “el consejo de ancianos del pueblo, sumos sacerdotes y escribas, le hicieron venir a su sanedrín” (22,66); se trata de una amplísima representación del Israel oficial. Aunque Lucas sabe que el juicio tuvo lugar en el palacio del sumo sacerdote (22,54), sin embargo no se nos da su nombre en ese momento, ni tiene ninguna relevancia durante el juicio. Al contrario que Marcos, donde la iniciativa es siempre del sumo sacerdote, en Lucas el diálogo con Jesús durante el juicio es llevado a cabo por todo el grupo corporativamente. 

10-3. La visita de Dios

La visita de Dios es un típico tema lucano. Los LXX usan el sustantivo visita, episkoph, 47 veces, normalmente con la idea de castigo, pero a veces también con el sentido de perdón. En el Documento de Damasco se relaciona la visita de Dios con el Mesías de Aarón y de Israel (CD 19,10-11).

En el evangelio el verbo episkeptomai se usa tres veces para indicar la visita salvadora de Dios (Lc 1,68.78; 7,16). También usa Lucas una vez el sustantivo episkoph, en el mismo sentido de salvación (Lc 19,44).

Hay una sola vez en el resto del NT donde se usa el verbo en el sentido lucano, y es Hb 2,6 “¿Qué es el hombre para que lo visites?”, pero se trata de una cita del salmo 8.

Como hemos dicho, en Lucas se trata siempre de una visita como oportunidad de salvación. El Señor ha visitado y redimido a su pueblo (Lc 1,68). “Nos visitará el sol que nace de lo alto” (Lc 1,78). “Un gran profeta ha surgido y Dios ha visitado a su pueblo” (Lc 7,16). “No has conocido el tiempo de tu visita (Lc 19,44). Podemos ver el contraste con el uso que hace el AT de esta palabra. Allí esta acción divina puede ser tanto la visita del Dios que bendice como a la visita del Dios que castiga (Ex 20,5; 34,7; Nm 14,18; Dt 5,9; Jb 35,15; Jr 11,22; 32,2; 29,32; 44,29; 50,18; Lm 4,22). En Lucas en cambio, la visita de Dios es siempre una visita salvadora. En el evangelio Dios es el único sujeto del verbo episkeptomai.

En los Hechos de los apóstoles el verbo aparece ya citado para designar el hecho de visitarse la gente unos a otros (Hch 7,26; 15,36; cf. también Mt 25,36.43; Sant 1,27), o en otros sentidos diversos (Hch 6,3; 15,14; cf 1,20). Sobre este tema ver R, Maddox, Purpose, p.46-51). 

10-4. Persecución

¿Estaba siendo perseguida la Iglesia lucana? Según G. Braumann y F. Schütz, estaba sometida a graves persecuciones (cf. Maddox, Purpose p. 80).

Sin embargo un análisis de los textos no da la impresión de que Lucas estuviese obsesionado con la persecución.

El sustantivo –diwgmo"- persecución no aparece en Lucas (Mc 2, Mt 1, Lc 0), que la ha omitido dos veces redaccionalmente en el paralelo de Mc 4,17 y 10,30. El verbo perseguirdiwkein- aparece sólo dos veces en Lucas, una en un texto de doble tradición con paralelo en Mateo (Lc 11,49 = Mt 23,34), y otra en un texto de triple tradición, en la que constituye un añadido redaccional lucano (Lc 21,12 = Mc 13,6). Frente a la única ocurrencia lucana de diwkein en textos Q tenemos que considerar que el verbo aparece 6 veces en los textos Q de Mateo (Mt 23,34, ya citado, y Mt 5,10.11.12.44; 10,23). Cf. hoja suelta sobre persecuciones.

 

11) MUJERES

 11-1. Abundancia de personajes femeninos

El tercer evangelio puede ser considerado como el evangelio de las mujeres. María, Isabel (1,39-45, 57-60), la profetisa Ana (2,36-38), Herodías (3,19 común a los sinópticos), la suegra de Simón (4,38-39 común a los sinópticos), la viuda de Naím (7,11-15), la pecadora en casa de Simón (7,36-50), las mujeres que servían a Jesús (8,2-3), la hija de Jairo y la hemorroísa (8,46-56  común a los sinópticos), María y Marta (10, 38-42 también en Juan), la mujer que llamó a María bienaventurada (11,27-28), la mujer encorvada (13,10-17), la referencia a la mujer de Lot (17,32), la viuda pobre (21,1-4 también en Marcos), la criada en el patio del sacerdote (22,56 común a los 4 evangelios.  dos veces en Mt y en Mc), las mujeres en el camino del calvario (23,27-31), las mujeres presentes en la crucifixión (23,49, común a los sinópticos), las mujeres en la tumba (común a Mc y Mt). 

Podemos añadir dos parábolas propias de Lucas en las que aparecen mujeres:  la moneda perdida (15,8-10), la viuda y el juez injusto (18,1-8), y la parábola de la mujer y la levadura (13,20-21 común con Mt), o la parábola de las mujeres moliendo(común con Mt).

Podemos notar estas mujeres ausentes en Lucas:  la mujer sirofenicia (Mt, Mc), la mención de Salomé, hija de Herodías (Mt, Mc), la madre de los hijos del Zebedeo (Mt), la mujer que ungió a Jesús en Betania (paralelo de la mujer pecadora en Lc), y la parábola de las diez vírgenes (Mt).

Hay 20 menciones de mujeres, de las cuales 9 son comunes con la tradición de Marcos. Esto nos deja 11 historias originales con personajes femeninos, y dos parábolas originales sobre mujeres, lo cual nos da un total de 13 menciones originales. A esto hay que añadir el tratamiento especial dado a María y el número de relatos originales sobre ella (Sobre todo el tema del mujer en Lucas ver la sección bibliográfica correspondiente en nuestra bibliografía de Lucas). 

11-2. Mujeres discípulas

Sólo Lucas reseña el hecho de que había un grupo de mujeres discípulas, asociadas a Jesús en su ministerio, incluso en un tiempo anterior a la época de Hechos en la que todos los seguidores de Jesús son llamados discípulos. Lucas subraya el hecho de que le siguieron desde Galilea, y hay que tener en cuenta que el verbo ajkolouqveuevin es el término técnico en Lucas para designar el discipulado. Lucas usa el término sunakolouqeuvein dos veces (23,49, 23,55). Estas mujeres le servían, era diáconas, es decir, ejercían un ministerio; diakonei'n: 8,1-3 .

Lucas no tiene problema en presentar a las mujeres ejerciendo un ministerio como profeta (las hijas de Felipe: Hch 21,9), o como maestra de un importante dirigente varón cristiano (caso de Priscila y Apolo: 18,26), o como anfitriona de una domus ecclesiae (María, la madre de Marcos: 12,12-17),  o como primera convertida de una nueva región (Lidia: 16,14). Las mujeres están siempre presentes en el crecimiento de la Iglesia en Jerusalén (1,14; 12,12-17), Joppe (9,36-42), Filipos (16,11-15), Tesalónica (17,4), Berea (17,12), Atenas (17,34),  Corinto (Priscila.- 18,1-3),  Éfeso (18,19-26). 

11-3. Ascetismo sexual

Sólo Lucas menciona entre la lista de las personas a las que habría que renunciar por el evangelio a la “mujer” (18,19; 14,16). El haberse casado puede ser un impedimento para responder a la llamada al banquete (14,20). En el texto sobre la ley del levirato, uno podría leer en la formulación lucana que los hijos de la resurrección no se casan ni siquiera en esta vida (20,36 ≠ Mc 12,25). Marcos dice “Cuando resuciten los muertos, no se casan”; en cambio Lucas dice: “los hijos de este siglo se casan... pero los que sean dignos de poseer el siglo futuro, no se casan”. Se alaba la virginidad de María y la abstinencia de Ana la profetisa. Las hijas de Felipe que profetizaban eran vírgenes (Hch 21,9). 

11-4. Pudor

Lucas es muy recatado en su lenguaje acerca de la sexualidad. Donde Marcos decía “semilla de Abrahán”, Lucas dice “hijos de Abrahán” (Lc 20,29 ≠ Mc 12,20). No pronuncia el verbo adulterar -moica'sqai- (Mt 5,32; 19,9; Mc 10,1), sino un derivado de la misma raíz que es menos crudo -moiceuvein- (Lc 16,18; 18,20; Mt 5,27.28; 19,8; Mc 10,19).  Al hablar de la generación perversa y adúltera (Mt 12,39; 16,4; Mc 8,38) Lucas omite la palabra “adúltera” (Lc 11,29); no trae el texto donde MM hablaban de las fornicaciones y adulterios que salen del corazón del hombre (Mt 15,19); tampoco usa la palabra fornicación -porneiva- (Mt 5,22; 19,9; Mc 7,21); a la pecadora arrepentida no la llama prostituta -pornhv-, sino pecadora (aunque a propósito del hijo pródigo sí usa la palabra pornhv (15,30).  

11-5. Parejas de hombre y mujer

Aunque esta técnica no es original de Lucas, el evangelista la ha empleado repetidamente para insistir en el carácter inclusivo de la llamada de Jesús, emparejando hombres y mujeres en su respuesta al Evangelio. Flender (St. Luke Theologian of Redemptive History), nos explica el paralelismo complementario que hay en el emparejamiento de hombre y mujer en Lucas. “Gracias a este emparejamiento Lucas expresa que el hombre y la mujer están emparejados en la presencia de Dios. Son iguales en el honor y en la gracia, tienen los mismos dones y las mismas responsabilidades.

Veamos las parejas en Lucas, aunque él no haya sido el creador de este género. Hay dos tipos de parejas:.

1ª clase- Unidad de dos historias breves en las que se subraya el mismo punto o que tienen una función similar, una a propósito de un hombre, y otra a propósito de una figura femenina. Algunas de estas parejas vienen ya de Q, mientras que otras están tomadas de Marcos. Pero en muchos casos la historia acerca del hombre viene de las fuentes mientras que la historia de la mujer es original de Lucas. Por ejemplo el hombre que tenía 100 ovejas (Mateo) y la mujer con las diez monedas (original de Lucas). Algunas veces ambas historias son propias de Lucas (Zacarías e Isabel, Simeón y Ana, la viuda y el juez, Eneas y Tabita).

2ª clase- Parejas arquitectónicas. Relatos semejantes en contextos y partes diferentes del evangelio quedan vinculados mutuamente por la presencia en ellos de figuras masculinas y femeninas (por ejemplo, el sermón de la montaña viene precedido por una lista de diez discípulos, mientras que el sermón de las parábolas viene precedido por una lista de mujeres que servían a Jesús.

Veamos una lista en la que se incluyen parejas de ambos tipos, la primera lista es del evangelio y la segunda de los Hechos:

1.- 2  anunciaciones: María y Zacarías

2.- 2 canciones: María y Zacarías

3.- 2 profetas: Simeón y Ana

4.- 2 milagros con extranjeros en el AT, la viuda de Sarepta y Naamán

5.- 2 primeros milagros: el poseído de la sinagoga y la mujer de Pedro.

6.- 2 listas de discípulos: apóstoles  y mujeres servidoras

7.- 2 liberaciones de la muerte: el siervo del centurión y el hijo de una viuda

8.- 2 gentiles serán acusadores contra Israel: los Ninivitas y la reina del sur.

9.- 2 “liberaciones”: la mujer encorvada y el  hidrópico

10.- 2 hijos de Abrahán son salvados: Zaqueo y mujer encorvada

11.- 2 jóvenes resucitados: un joven y su madre, y una niña y su padre

10.- 2 parábolas de escondimiento:  hombre y mostaza, mujer y  levadura

11.- 2 parábolas de hallazgo: el hombre, las ovejas; la mujer, las monedas

12.- 2 personas son tomadas: hombre durmiendo, mujeres moliendo

13.- 2 ejemplos de oración: la viuda y el juez, el publicano en el templo

14.- 2 grupos de seguidores de Jesús en via crucis: Simón y las mujeres

15.- 2 grupos de observadores en la cruz: mujeres y conocidos masculinos

16.- 2 grupos de testigos de la resurrección: mujeres, discípulos de Emaús

 

Lo mismo ocurre en Hechos

 

1.- El Espíritu es derramado sobre mis siervos y mis siervas

2.- Ananías y Safira

3.- Eneas y Tabita

4.- El tullido de Listra y la sirvienta mántica de Filipos

5.- Dionisio y Damaris

6.- Priscila y Áquila

7.- Félix y Drusila

8.- Agripa y Berenice.

La importancia de esta técnica de emparejamiento se muestra sobre todo en lo que hemos llamado parejas arquitectónicas, como la de las mujeres ministras y los discípulos.

 

 12) ORACIÓN

 12.1. Alabanza

Lucas es el evangelista de la alabanza:. 1,46; 1,64; 2,13.20.28.38; 5,25-26; 7,16; 13,13; 17,15; 18,43; 19,37; 23,47; 24,53; Hch 2,47+; 4,21; 11,18; 21,20. Es típico de Lucas introducir un coro de la multitud que juntan sus voces para cantarle. Los pastores se regresaron alabando y dando gloria a Dios por todo lo que habían visto” (Lc 2,20). Tras la curación del paralítico, “quedaron todos asombrados y alababan a Dios llenos de pasmo diciendo: ‘Hemos visto hoy cosas extraordinarias’” (5,26). Después de la curación del ciego de Jericó: “Toda la gente que lo vio alababa a Dios por lo que había ocurrido” (18,43). Incluso en el momento de la muerte de Jesús el centurión al pie de la cruz alababa a Dios (23,47). 

12-2. Himnos

En el evangelio de la infancia aparecen los cuatro himnos: Benedictus, Magnificat, Gloria, Nunc dimittis. Una parte importante del evangelio de la infancia está en verso. Los cantos de Zacarías y de María, y el cántico de Simeón son salmos según el estilo del AT. Otros textos que podrían imprimirse como versos son las palabras de Gabriel a Zacarías y a María, el canto de los ángeles en Belén, la profecía de Simeón… No es difícil componer salmos a la manera del Antiguo Testamento. En Qumrán hay un manuscrito de salmos mostrando cómo eran piezas habituales de la literatura de aquella época.

Los cánticos de Lucas están todos ellos incrustados con referencias al Antiguo Testamento, hasta el punto de parecer un collage de versos de los LXX. Pero no se trata simplemente de un barniz bíblico, ni de un polvillo de expresiones bíblicas espolvoreado para dar una pátina de antigüedad

Sin embargo Lucas no se ha limitado a usar el método de cortar y pegar. Esos mismos salmos están llenos de referencias literarias a los grandes temas que estructuran su evangelio, la visita de Dios a su pueblo, la acción divina que subvierte el orden establecido, el cumplimiento de las antiguas promesas a Israel, la alegría de la salvación, las referencias a Abrahán. En el cántico de Simeón hay ya un prenuncio de la salvación a los gentiles, que será un tema tan importante de la doble obra lucana. 

12-3. Alegría

La alegría es la nota dominante en el evangelio de la infancia 1,28.46.58; 2,10. y en el resto del evangelio y los Hechos. 10,17.20; 13,17; 15,7,32; 19,6.37; 24,41. Hch 2,46+

El vocabulario utilizado en Lucas/Hechos para expresar la alegría es enormemente rico y lleno de matices.

Makavrio": 6 en textos de Lucas: 1,45; 11,27; 14,14.15. Hch 20,35; 26,2.

             (En textos comunes 6 veces).

Makarivzein (1,48).

caivrein (alegrarse), 13 veces en textos lucanos (8+5); 3 veces en textos comunes

carav (alegría): 8 veces en textos de Lucas (4+4); 3 en textos comunes.

ajgalliavsi" (exultación):3 sólo en Lucas (2+1);

ajgallia'n (exultar): 3 en textos de Lucas (2+1); una vez en Mateo 5:12.

eujfraivnein: 8 exclusivamente en Lucas (6+2).

skirta'n: 3 exclusivamente en Lucas.

El verbo eujfraivnein denota la alegría comunitaria de celebrar juntos, comer y beber, en un banquete. Se puede usar tanto en un sentido positivo como negativo. Refleja la alegría del Padre cuando el hijo pródigo vuelve a casa (Lc 15,23.24.29.32), pero también los placeres del rico banqueteador (16,19), o el rico que construyó grandes graneros y se decía: “¡Come, bebe y disfruta!” (12,19).

Por el contrario los verbos ajgallia'n y caivrein atienen más que ver con la dimensión de la alegría personal; ajgallia'n (verbo) y aJgalliavsi" (nombre) son términos específicamente lucanos, sobre todo en las narraciones de la infancia, como expresión de júbilo y acción de gracias. Describen la reacción de Zacarías al nacimiento del Bautista (1,14), la propia reacción de Juan en el vientre de su madre (1,44), el canto de María (1,47), y la exultación de Jesús en el Espíritu (10,21).

También caivrein (verbo) y carav (nombre) describen esta dimensión interior ocasionada por la experiencia de la salvación, aun en medio de las persecuciones (6,22). Tal es la alegría anunciada por los ángeles a los pastores (2,10); la alegría de los discípulos que retornan de su jira apostólica (10,20), la de Zaqueo al recibir a Jesús en su casa (19,6); la alegría de los discípulos a la vista del Señor resucitado (24,1) o al regresar a Jerusalén después de la ascensión (24,52). El evangelio de Lucas comienza con el sacrificio de alabanza de Zacarías en el templo (1,8-22) y termina con los discípulos en Jerusalén “con gran alegría” (carav megavlh) alabando a Dios en el templo diariamente.

Pero la alegría que llena el corazón del evangelio de Lucas es sólo el eco de la alegría de Dios por la conversión de los pecadores, expresada en las parábolas más hermosas del evangelio. El pastor que encontró su oveja perdida (15,5); la alegría en el cielo por un pecador que se convierte (15,10), la alegría del padre cuyo hijo vuelve a casa sano y salvo (15,32).

El verbo skirta'n describe los saltos de gozo que acompañan la experiencia de salvación. Es la reacción del niño en el seno de Isabel (1,41.44), y la de los discípulos al ser rechazados y perseguidos (6,23). Los tullidos curados en Hechos saltan también de alegría (a{llesqai), el curado por Pedro y Juan en la Puerta Hermosa (Hch 3,8), y el curado por Pablo en Listra (Hch 14,10).

Especialmente durante el relato del viaje, que contiene el material más típicamente lucano, encontramos 20 referencias a la alegría, y diez perícopas en las que este tema es básico. Los motivos para esta alegría son sorprendentes: ser pobre, llorar, tener hambre, ser perseguido (6,20-22), los signos ya presentes del Reino, el hecho de que los demonios sean expulsados (10,17), y el que el nombre de los discípulos esté escrito en el cielo (10,20), la revelación de la gracia a los pobres (10,21), la escucha y la guarda de la palabra de Dios (10,38-41), la sanación de los enfermos (13,36), y el ser servidos por el amo a quien uno ha sido fiel (12,37).

En el libro de los Hechos vemos cómo esta alegría sigue estando presente no menos que en el evangelio. La ciudad de Samaría se llenó de gozo al escuchar la noticia de la salvación (Hch 8,8). Es la misma alegría del eunuco etíope que regresó a casa después de haber sido bautizado (Hch 8,39), o del carcelero de Filipo invitando a Pablo y a Silas a hospedarse en su casa (Hch 16,34) o la de los gentiles de Antioquía de Pisidia (Hch 13,48.52), y la de todos al enterarse de la noticia de que los Gentiles habían comenzado a creer en Jesús (Hch 15,3). Es la alegría de los creyentes de Antioquía de Siria cuando se enteraron de que la disputa entre las iglesias había terminado (Hch 15,31). De un modo especial la alegría se expresa en la alabanza (Hch 5,41; 8,8.39; 11,23; 12,4; 13,48-52; 15,3. 23.31; 20,24).

 

12-4. La oración de Jesús

Lucas se refiere a la oración de Jesús 13 veces. Sus oraciones son siempre escuchadas. Siempre se dirige a Dios con la palabra Padre En el evangelio de Lucas hay 13 referencias a la oración de Jesús, tres de ellas tomadas de Marcos, 1 más tomada de Marcos pero reelaborada, 1 de Q y 2 de sus propias fuentes. Un total de 6 se pueden considerar como adiciones redaccionales de la pluma de Lucas mismo.

   

1.- oración en el Bautismo (3,21)

2.- después de la curación del leproso (5,16) 

3.- la noche antes de escoger a los doce (6,12)

4.- en la bendición de los panes (9,16) 

5.- antes de la confesión de Pedro (9,18)

6.- en la transfiguración (9,28-29) 

7.- exultación en el Espíritu Santo (10,20)

8.- antes de enseñar el Padre Muestro (11,1)

9.- bendición en la última cena (22,17.19) 

10.- oración en favor de Pedro (22,31-32) 

11.- oración en el monte de los Olivos (22,42)

12.- oración por sus verdugos (23,34)

13.- oración en el momento de morir (23,46) 

 

Redaccional

Redaccional

Redaccional

M/M

Redaccional 

Redaccional

Q

Redaccional

M/M

L? Redaccional?

M/M

L? Redaccional?

Reelaborada

En la mayor parte de estos casos no hay necesidad de postular nuevas fuentes; las adiciones de Lucas pueden ser simplemente redaccionales. Cuando Lucas insiste tanto en la oración de Jesús su intención es parenética. Jesús ora en los momentos clave de su vida y su misión, cuando el propósito del Padre está siendo revelado. Así la oración de Jesús puede ser fuente de inspiración para la plegaria de los discípulos.

 

12-5. Jesús ora a Dios como Padre

Todas las oraciones de Jesús en Lucas comienzan con la palabra “Padre”, aunque, como ya hemos dicho, Lucas nunca trae el original “Abba” dada su tendencia a evitar palabras arameas (cf. ficha 1-8). Esta palabra se repite cinco veces durante la plegaria de exultación. Después de haber llamado a Dios “Padre”, cuando luego se dirige a sus discípulos se refiere a él en tercera persona como “mi Padre”.

Esta oración no sólo revela la relación única que une a Jesús con Dios, sino también su capacidad para extenderla a sus discípulos. Las palabras y oraciones de Jesús en relación con el Padre son muy originales en el relato lucano. Padre es la primera palabra que Jesús pronuncia en el templo, a la edad de 12 años. Padre es la última palabra que pronuncia en la cruz antes de morir. Hay una vitalidad radiante en la vida de oración de Jesús que causó una profunda impresión en sus oyentes. Esta oración de “Abba” debe ser relacionada con Jesús mismo, según el famoso estudio de Jeremías. El vocativo muestra una facilidad de acceso y una intimidad que constituyen el perfecto equilibrio entre la inmanencia y la trascendencia.

En su oración Jesús mora en la intimidad del Padre y el Espíritu. En momentos deja a sus discípulos para quedarse a solas con Dios. En la escena de Getsemaní Jesús no toma consigo a los tres discípulos, no vuelve a ellos tres veces pidiendo solidaridad. En la escena de Getsemaní de Lucas Jesús ora solamente una vez. Sólo vuelve a los discípulos después de acabar su oración. Durante su oración Jesús está solo. Jesús en realidad no está solo cuando está en oración. Es en la oración cuando Jesús se encuentra verdaderamente acompañado, en la compañía de quien se encuentra en su mismo nivel. 

12-6. La oración de Jesús es siempre atendida

Las oraciones de Jesús siempre son atendidas. Cuando ora en el Jordán recibe el Espíritu Santo. Después de orar en el monte, escoge a sus doce apóstoles. Después de su oración nocturna Pedro recibe la revelación divina para confesarle como Mesías. Después de su oración los discípulos aprenden el Padre Nuestro. Pedro se convierte porque Jesús había orado por él.

 

12-7. Intercesión

Lucas insiste en el valor de la oración de petición y la intercesión. En el intervalo entre la primera y la segunda venida, la Iglesia tiene que orar para evitar la tentación (Lc 22,40, 46; Hch 2,42.46).  La misma oración del Padre Nuestro que reconoce la prioridad del Reino de Dios, nos lleva a considerar también las necesidades humanas (11,2-4).  La petición de Zacarías fue escuchada (1,13), como también las oraciones de Ana (2,37). 

Vemos a mucha gente dirigiéndose a Jesús con sus ruegos, la familia de Simón (4,38), el leproso (5,12), los siervos del centurión (7,4), Jairo, el padre del niño epiléptico (9,38), el mendigo ciego (18,37-42). Mediante pequeños toques redaccionales Lucas ha puesto de relieve el valor de la súplica. En el caso de la suegra de Pedro, Marcos dice que “le hablaron a Jesús sobre ella” (Mc 1,30). Lucas usa un verbo más fuerte: “intercedieron” -hjrwthsan- por ella (Lc 4,38). El leproso “cayendo sobre su rostro”, “le imploraba” -ejdhevqh- (5,12). El padre del niño epiléptico le rogó la curación -devomavi sou- (9,38).

Como hemos visto, no se trata sólo de orar por uno mismo, sino que también se puede interceder por otros. Cuando Jesús oraba antes de la confesión de Pedro, sus discípulos estaban con él (9,18). La revelación que  Pedro recibe es fruto de la oración de Jesús también oró por Pedro (22,31). Y nos anima a orar para que el Señor envíe trabajadores a su mies (10,2).

Si Lucas se interesa tanto por los momentos de oración de Jesús durante su existencia terrestre, no es principalmente para proponérnoslos como modelo de oración, sino para que nos ayuden a comprender cómo es la intercesión que sigue realizando ahora en el cielo, como continuación de aquella oración que realizó en la tierra. Jesús ha intercedido por sus discípulos y por Pedro especialmente y la oración de intercesión de Jesús es siempre escuchada.

  

13) PERSONAS

 13-1. Valor de los nombres

En Lucas las personas se dirigen unas a otras por sus nombres: Simón, el fariseo (7,43), Marta (10,40), Zaqueo (19,5), Simón Pedro (22,31), el ladrón a Jesús (23,42). Ver también los Hechos de los Apóstoles: 5,3; 9, 4.10.17.34.40; 10, 3.13.31; 11,7; 22,7.13; 26,14.24. 

13-2. Abrahán

Lucas se refiere a Abrahán más que ningún otro evangelio (Lucas 16 veces vs. Mateo 6; Mc 1; Jn 11). En el evangelio de la infancia, los distintos personajes recuerdan las promesas hechas a Abrahán. Así María en su cántico (1,55) o Zacarías en el suyo (1,73). En típica teología paulina, no es la descendencia genética la que cuenta, porque Dios puede transformar “‘abanim” en “banim”, las piedras en hijos (3,8). Aunque la genealogía de Lucas no arranca de Abrahán, sino de Adán, sin embargo el patriarca es uno de los eslabones principales (3,34). Ser “hijo de Abrahán” es uno de los títulos para conseguir una curación de parte de Jesús como en el caso de la mujer encorvada (13,36) o de Zaqueo (18,9). Pero es sobre todo en la parábola de Lázaro donde Abrahán alcanza un mayor protagonismo (16,22.23.24.25.29.30). En el libro de los Hechos también son abundantes las referencias a Abrahán, a la hora de referirse a Dios como Dios de Abrahán (Hch 3,13.25; 7,32), y a Israel como hijos de Abrahán (Hch 13,26). Pero lo que más interesa a Lucas es reforzar la idea de que Dios fue fiel a Abrahán, porque en su hijo Jesús se cumplieron las promesas hechas a él y a su linaje (Hch 7,17). 

13-3. Juan Bautista

Lucas es el evangelio sinóptico más interesado en Juan Bautista. Aunque Juan no es un predicador del Reino. Pertenece al tiempo de Israel. Sólo introduce al verdadero predicador del reino. En cambio en la tradición prelucana el Bautista es predicador del reino (Mt 3,2). Separa nítidamente la misión del Bautista de la de Jesús mediante un recurso cronológico (cf. ficha 1-17). Hay una neta división entre el tiempo del Bautista y el tiempo de Jesús. En 16,16 Lucas dice que la ley y los profetas se extienden hasta Juan, y a partir de entonces viene la alegre noticia del Reino. Parece incluir claramente a Juan en el Antiguo Testamento, al contrario del verso paralelo de Mateo: “Desde los días del Bautista hasta hoy el Reino sufre violencia...” (Mt 11,12a). Lucas reserva para Jesús el mensaje de la predicación del Reino (cf. Lc 4,43), mientras que para Mateo ya anunciaba el Reino (Mt 3,2). Insiste también Lucas en que el Bautismo de Juan no comunicaba el Espíritu Santo. Los discípulos del Bautista que Pablo encuentra en Éfeso, ni siquiera habían oído hablar de que existía el Espíritu Santo (Hch 18,25; 19,2-3). También hay una neta separación topográfica. El ministerio de Juan se sitúa “en la región del Jordán (3,3; 4,1) en donde nunca sitúa ninguna actividad de Jesús. Ver en cambio Mt 4,15.25; 19,1 y Mc 10,1. 

13-4. Herodes Antipas

Lucas parece especialmente interesado en las relaciones entre Antipas y Jesús: 15 veces (13+2) vs. 4 Mt, 7 Mc. Acertadamente le llama “tetrarca”, que era su título oficial, y en esto se muestra más técnico que Marcos que se refiere a Antipas como a un rey.  

13-5. Judas

El gran misterio es cómo pudo Satanás entrar en Judas y no en los otros discípulos. ¿Por qué Jesús no oró por Judas como por Pedro y los demás apóstoles? Lucas no se propone de modo temático el gran problema de la predestinación ni de la gracia. Ciertamente podemos decir que no hay una predestinación para la condenación. Inclusive Lucas ha mutilado el texto de Q: “Al que me confesare , yo le confesaré; “al que me niegue, yo le negaré” (Mt 10,32-33), para conservar sólo la primera parte. Lucas no exime a Judas de culpa, ni hace de él un juguete inerte en manos de Satanás. De hecho Lucas no dice nada sobre el arrepentimiento de Judas (¹  Mt 27,1-5). No es que Judas fuera un pelele en manos de Satanás y fuera obligado a hacer algo de lo que después se arrepintiese cuando volvió a ser él mismo.

Pero lo que sí se trasluce, como señala D. Crump, calvinista, en su estudio sobre Judas, es que la función de Abogado de Jesús es selectiva y se limita a interceder por aquellos por quienes es voluntad de su Padre que interceda. 

13-6. Satanás

La hora y el poder de las tinieblas (22,53). Lucas se interesa mucho por el papel de Satanás (22,31). Es la fuerza que actúa en todo el plan de matar a Jesús. Ya en el principio aparece atacándolo en el desierto (4,1-13), y se retira hasta otro momento más propicio (4,13). Vuelve al final y consigue entrar en Judas (22,3), e intenta entrar en Pedro. Mientras que en Marcos y Mateo puede parecer que Satanás por boca de Pedro, quiere evitar la muerte de Jesús, en cambio en Lucas es evidente que Satanás está a la obra para eliminar a Jesús. 

13-7. Parejas bipolares

En algunas ocasiones este emparejamiento en la polaridad hombre mujer, cuanto en la polaridad bien y mal. Uno de los miembros de la bina representa la actitud correcta, y el otro la incorrecta.

 Así por ejemplo:

La fe y aceptación de María y la duda y resistencia de Zacarías.

El rechazo de Jesús en Nazaret y su aceptación en Cafarnaúm.

Las cuatro bienaventuranzas y los cuatro ayes.

Simón el fariseo y la pecadora.

El rico Epulón y el pobre Lázaro.

El buen ladrón y el mal ladrón. 

13-8. Los fariseos

Pudiera parece a primera vista que Lucas tiene una visión más positiva de los fariseos que el resto de los evangelios. Efectivamente cuando Jesús desautoriza a los saduceos acerca del matrimonio y la resurrección, Lucas concluye que los escribas fariseos le congratulan a Jesús por su respuesta (Lc 20,39). En Lucas hay mucha más interacción de Jesús con fariseos individuales que le invitan a comer a sus casas (Lc 7,36; 11,37; 14,1). En una ocasión los fariseos le avisan a Jesús de que Herodes lo quiere matar y le ruegan que se marche (13,31). En el concilio de Jerusalén Lucas nos habla de unos fariseos que habían creído y pedían que se circuncidase a los paganos (Hch 15,5), En Hch 23,1-9, Pablo se alinea con los fariseos en su defensa de la resurrección, y esto le salva de ser linchado por los saduceos (Hch 23,1-9). En otra ocasión cuando los saduceos han tomado presos a los apóstoles es un fariseo llamado Gamaliel el que opina que deben dejarles ir libres (Hch 5,34-39). De algún modo vemos cómo tres veces nos dice Lucas que los fariseos intentaron salvar primero a Jesús, luego a los apóstoles, y finalmente a Pablo. Flavio Josefo por su parte nos cuenta que los fariseos intentaron salvar a Santiago, el hermano del Señor, y cuando no lo consiguieron denunciaron por ello al sumo sacerdote ante el gobernador romano.

De aquí ha sacado Jervell (Luke and the People of God. A New Look at Luke-Acts, Minneapolis 1972) la idea de que Lucas tiene una actitud positiva con relación a los fariseos, y ha intentado presentar a un Pablo más profariseo y observante de la Ley, para contentar así a un fuerte elemento judeocristiano que existiría en su Iglesia. Sin embargo no es verdad que Lucas mire con simpatía el judeocristianismo. Si ha dado ciertas pinceladas positivas sobre los fariseos no es en defensa de su legalismo, sino en su defensa de la resurrección de los muertos. En cuanto al legalismo fariseo Lucas se muestra tan radicalmente contrario como los otros textos del NT. En cuanto los fariseos se muestran campeones de la Ley son repudiados por Lucas (Hch 15,5.19s.). 

13-9. Los presbíteros

Tanto en Lucas como en Hechos, junto al grupo de los Doce, aparece otro grupo más amplio de discípulos, pero de contornos definidos. En el evangelio tenemos el grupo de los Setenta, que fueron enviados en misión por Jesús (Lc 10,1.17). En los Hechos, junto con los doce apóstoles tenemos el grupo de los “presbíteros” de la Iglesia de Jerusalén y a los presbíteros de otras iglesias locales.

Lucas ha venido usando este término para designar a los presbíteros o ancianos judíos. Se trata de los miembros laicos del sanedrín, contradistintos a los sacerdotes por una parte y a los escribas o teólogos por otra. Eran miembros de la aristocracia jerosomilitana.

A partir de 11,30 empieza a hablar del colegio de presbíteros cristiano, con motivo de la colecta enviada desde Antioquía a Jerusalén. Primeramente se nos habla de los presbíteros de la Iglesia madre de Jerusalén. Según Lucas, estuvieron unidos a los apóstoles en todas las deliberaciones del concilio de Jerusalén (Hch 15,2.4. 6.23; 16,4); parece que su cabeza es Santiago el hermano del Señor. Es en su casa donde se reunieron los presbíteros cuando Pablo lo visita en su último viaje a Jerusalén (21,18). También nos hablan los Hechos del establecimiento de presbíteros en otras comunidades locales en Pisidia (Hch 14,23) y en Éfeso (Hch 20,17).

Parece ser que con la retirada de Pedro, la desaparición del grupo de los Doce y la creciente judaización de la iglesia madre de Jerusalén este grupo fue teniendo mayor y mayor peso en el conjunto de la Iglesia. 

13-10. Los temerosos de Dios

Josefo emplea la expresión sebomenoi ton Qeon para designar a los judíos que simpatizaban con el Judaísmo (AJ 14,110; cf. R. Marcus, “The sebomenoi in Josephus”, Jewish Social Studies, 14(1952) 247-250.La palabra sebomenoi aparece una vez en los LXX para designar a Job, el pagano (Jb 1,9), y cinco para designar la piedad de los judíos. La expresión qeosebh" aparece cuatro veces en los LXX, tres de ellas para hablar del pagano Job (Jb 1,1.8; 2,3).

Nos consta que junto a las sinagogas había un número de gentiles, devotos del judaísmo, pero que no querían dar el paso de circuncidarse. Se les conoce como “temerosos de Dios”. En el caso del centurión de Cafarnaúm, Lucas habla de él en términos que ayudarían a identificarle como temeroso de Dios. Un embajada de notables judíos intercedió por él ante Jesús diciendo que “Ama a nuestro pueblo y nos ha construido una sinagoga” (Lc 7,5).Del centurión junto a la cruz, sólo Lucas dice que “glorificaba a Dios”, implicando una relación de culto al verdadero Dios (Lc 23,47). Cornelio puede ser muy bien otro temeroso de Dios, eusebh" kai foboume­no" ton qeon (Hch 10,2.22), con una cierta semejanza con la descripción de Job en los LXX (Jb 1,1).

Hay unos veinte relatos de conversiones en Hechos después del bautismo de Cornelio Casi todos ellos son judíos, o temerosos de Dios. Apenas nos consta de un solo idólatra que se hiciese cristiano directamente, salvo el caso quizás del carcelero de Filipos (Hch 16,31-34). La mayoría son gentiles que se encuentran en contextos próximos al judaísmo. Pablo se dirige a su auditorio en Pisidia como “Israelitas y los que teméis a Dios” (Hch 13,16.26). Lidia en Filipos también era temerosa de Dios (Hch 16,11-15). Al ser expulsado de la sinagoga en Corinto, Pablo fue a vivir a la casa de Ticio Justo, otro temeroso de Dios (Hch 18,7).

En Tesalónica también se menciona a los temerosos de Dios (Hch 17,4). En cambio Pablo en carta a los tesalonicenses da la impresión de que la mayoría de ellos habían sido idólatras. Quizás Lucas narra la historia de las conversiones adaptándose a la realidad sociológica de su comunidad en la que había muchos cristianos que habían sido antes temerosos de Dios. Probablemente había también un cierto número de judíos, aunque no fuesen la mayoría.  

13-11. Los funcionarios romanos

Por una parte Lucas trata de dejar bien claro que los funcionarios romanos no encontraron culpable a Jesús ni a Pablo (cf. ficha 5-13), pero esto no significa que Lucas tenga una visión positiva de dichos funcionarios. De todos ellos el que mejor sale parado es Lisias el tribuno (Hch 21-23). También Sergio Paulo de Chipre queda muy bien e incluso abraza la fe Hch 13,7.12). Pero en otras muchas ocasiones dichos magistrados son presentados a una luz muy desfavorable. Los funcionarios de Filipos actúan con crueldad e hipocresía (Hch 16, 22-23.35-39). Galión tolera que golpeen a Sóstenes en su presencia (Hch 18,12-17). Félix espera un soborno (Hch 24,26). Festo está dispuesto a condenar a Pablo sólo por ganarse el favor de los judíos (Hch 25,9-11). Pilato se muestra débil ante las presiones aun siendo consciente de la inocencia de Jesús y en Hechos se nos dice que fue uno de los culpables de la muerte de Jesús (Hch 4,27).

Lucas no tiene una visión romántica del imperio romano. En la segunda tentación del diablo, éste presume de que los poderes políticos están en sus manos y es él quien los da a quien quiere (Lc 4,6). Lucas ha editado el texto de Marcos en el que se critica a los gobernantes de las naciones, para reflejar un deje un tanto sarcástico diciendo que encima que tiranizan a la gente, se hacen llamar “bienhechores” (Lc 22,25). Lucas es el único que nos informa de los comentarios poco respetuosos de Jesús en respuesta a las amenazas de Antipas, cuando llega a llamarle “zorra” (Lc 13,32).

Lucas deja claro que los cristianos no son subversivos, sino que respetan el Estado, pero en ningún caso son lacayos dóciles o acríticos. El principio de que hay que obedecer a Dios antes que a los hombres se aplica directamente a las autoridades judías, pero está claro que es un principio válido también para las autoridades romanas. 

13-12. Las turbas

El tema de las turbas atacando a los apóstoles y a Jesús recurre varias veces en Lucas. La primera ocurrencia tiene lugar en Nazaret, al principio del ministerio de Jesús (4,28-29); encontramos un paralelo en la turba que quiere linchar a Esteban (Hch 7,57-58), a Pablo en Corinto (Hch 18,12), o a Gayo y Aristarco en Éfeso (Hch 19,29), o a Pablo en el templo de Jerusalén (Hch 21,20).

 

14) POBRES Y LIMOSNA

 14-1. ¿Quiénes son los pobres?

El uso de los términos “rico” y “pobre” en Lucas va más allá de la designación de circunstancias económicas y expresa sobre todo circunstancias de poder o falta de poder, de marginación o de situación social prioritaria . Aunque en el texto citado de Isaías 61 traduce el término hebreo‘anawim, que tiene un sentido más marcado de pobreza espiritual, en el mundo helenístico su sentido más obvio es el de “mendigo”; en griego para otro tipo de pobreza menos extrema que la mendicidad se usaría el término penh" o endeh". Sobre todo este tema de pobreza y riqueza en Lucas cf. RyT p. 55-65.

Por tanto el concepto de ptwcov" describe ante todo a los que no tienen los medios de este mundo (Dt 15,4.11). De allí pasa a significar los oprimidos y marginales (Amos 2,6; 8,4). En tercer lugar designa a la gente que no tiene influencia ni prestigio y que sólo pueden poner su confianza en Dios (Amos 5,12; Sal 10,2).

El pobre (ptwcov") en Lucas no debe entenderse sólo como la persona necesitada económica o sociológicamente, sino que se extiende a colectivos tales como los presos (aijcmavlwto"), los ciegos (tuflov"), oprimidos (teqrausmevno") (4,18), los pobres y los hambrientos (peinw'nte"), los que lloran (klaivwn), los que son odiados, perseguidos y rechazados (6,20-22), pobres, ciegos y cojos (cwlov" 14,13), leprosos (leprov"), sordos (kwfov": 7,22), pobres y tullidos (ajnavpero"), pobres. tullidos, ciegos y cojos (14,21), la masa marginada de la sociedad.

Es importante ver cómo las categorías en los últimos casos mencionados corresponden a los tipos de taras mencionadas en Lv 21,18, que prohíben participar en el culto de Israel. También por Qumrán sabemos que había allí determinados tipos de taras que volvían a la gente indigna, y los excluía de la guerra escatológica y del banquete mesiánico (1QSa 2,5-6; 1QM 7,4-5).  

14-2. Desposesión

Lucas ha hecho cambios redaccionales pequeños que contribuyen a crear una impresión de mayor radicalidad en la desposesión que es necesaria para recibir el reino. Lucas ha editado otros textos de Marcos en este mismo sentido. Así, por ejemplo, ha traspuesto la visita de Jesús a Nazaret para crear allí un discurso fundacional en que se subraya su misión de evangelizar a los pobres. En el texto de la vocación de los discípulos, donde Marcos decía que dejaron las redes, Lucas insiste en que dejaron todo (Lc 5,11 ¹ Mc 1,18.20).

En el texto de la llamada de Leví, Lucas ha hecho una adición significativa añadiendo al relato de Marcos el dato de que Leví lo dejó todo (Lc 5,28 ¹ Mc 2,14).

En el texto sobre el rico, Lucas tiene algunos cambios redaccionales finos que muestran también la radicalización del tema. Lucas ha añadido el dato de que el rico era un “dirigente”, y ha encarecido su gran riqueza. El hombre rico rechazó la invitación de Jesús porque era muy rico: plou­sio" sfodra (Lc 18,23) ¹ ecwn kthmata polla (Mc 10,22; Mt 19,22).

Jesús le invita a dejar “todo cuanto tiene”–panta osa ecei"- (Lc18,22), mientras que Marcos decía sólo “cuanto tienes” -osa ecei"-(Mc 10,21). El verbo usado por Lucas es “repartir” -diado"- los bienes, frente al “dar” -do"- de Marcos. El verbo repartir es el usado para significar el reparto de bienes en la comunidad (Hch 4,35). 

14-3. Limosna

El peligro de las riquezas y la obligación de dar limosna: 3,11; 5,11.28; 6,39; 7,5; 11,41; 12,33-34; 14,13.33; 16,9; 18,22; 19,8; Hch 9,36; 10,2.4.31. Las referencias a convertidos no judíos contienen una reflexión genuina sobre el hecho de que estos convertidos eran ricos, como es el caso de Simón Mago, el eunuco etíope, Cornelio, Sergio Paulo, Lidia, y Teófilo, un hombre noble, que parecía ser una persona de buena posición social. La palabra “limosna” (ejleh­mosuvnh) aparece sólo dos veces en Lucas (11,41; 12,33), pero 10 veces en Hechos. Aunque la palabra no se menciona muchas veces, la realidad está presente continuamente. Lc 6,38: “Dad y se os dará en la misma medida (falta en M/M). Se alaba al centurión que había construido una sinagoga (7,4 symbol 185 \f "Symbol" \s 12 Mt). Se alaba a las mujeres que servían a Jesús con sus bienes (8,3). La invitación a dar limosna de lo de dentro para que todo sea puro (11,41) falta en M/M. No es la pureza externa lo que uno tiene que observar. El alimento será puro sólo si se comparte con los pobres. Mateo prometía un tesoro en el cielo a los que renunciaban a las riquezas por un espíritu de desprendimiento (Mt 6,19). En el mismo texto Lucas va más allá exhortando a la limosna. Lo que constituye un tesoro en el cielo no es el desprendimiento, sino la limosna (Lc 12,33). 

14-4. Koinonía

El ideal expuesto en Lucas es que la Iglesia sea una comunidad en la que “ya no haya pobres” (Hch 4,34). El evangelio ha venido a poner fin a la pobreza. En la comunidad cristiana prima el esfuerzo por compartir los bienes. Por fin ha llegado a realizarse el ideal fraternal de la alianza expresado en el Deuteronomio: “No habrá pobres entre vosotros” (Dt 15,4). El Targum palestinense añadía: “Si sois fieles a los preceptos de la ley, no habrá pobres entre vosotros, porque Dios os bendecirá”.

La llegada del reino se hace visible en una comunidad estructurada de acuerdo con el Evangelio, en un esfuerzo común por compartir los bienes. Lo que se ensalza no es tanto una actitud de despren­dimiento cuanto de amor fraterno. La expresión ejpi; to; ajutov (1,15; 2,1) implica la unidad de corazón entre los creyentes. La segunda frase “ei[con a}pavnta koinav” (tenían todo en común) es un eco del topos helenístico sobre la amistad. Los hermanos lo tienen todo en común. “Creyentes” ocupa el lugar de “amigos”.

No sólo en estos sumarios de vida comunitaria, sino también en las partes narrativas, se nos cuenta la generosidad de la comunidad en tiempos de hambre, cuando las comunidades más ricas compartían sus bienes con las más pobres (Hch 11,28-30; 24.17). Éste es el modo como Lucas invita a su comunidad a volver a esta actitud primera que corre el peligro de perderse.

Por eso el envío de su Hijo manifiesta el amor preferencial de Dios por los pobres y lleva consigo la invitación a crear una comunidad donde no haya pobres. Una comunidad así refleja el Reino de los cielos, en la medida en que los pobres han dejado de serlo gracias a la comunión de bienes efectiva en el seno de la comunidad.  

14-5. Cambio de suerte

El cambio radical de fortuna queda más evidente en la versión de Lucas sobre las Bienaventuranzas y los ayes (6,20-26), donde se ve cómo las condiciones materiales de vida serán totalmente cambiadas en la vida futura. En el cántico de María los poderosos son derribados y los humildes ensalzados, los hambrientos colmados, y los ricos despedidos vacíos (1,52-53). En Lucas este tema cobra una especial importancia, aunque ya estaba presente en Marcos. “Los últimos serán los primeros y los primeros los últimos” (Mc 10,31, Mt 19,30; 20,16; Lc 13,30). 

14-6. Patronos y clientes

Lucas se hace eco del modelo socio-cultural de la relación entre patronos y clientes, semejante a la que se da en América Latina entre padrinos y ahijados, o entre compadres. En el relato del siervo del centurión encontramos dos embajadas. La primera es la de los clientes, que consideran al centurión su bienhechor (7,4b-5). La segunda embajada es la de los amigos, que van a actuar como mediadores entre el centurión que en este caso se ha convertido cliente de su bienhechor Jesús.

La misma estructura social reaparece en la parábola del administrador deshonesto, mediador entre el patrono y sus clientes deudores, o la parábola del administrador prudente, que es también un mediador entre el patrono y los clientes. El nombre para este mediador es fivlo", amigo. De las 29 ocurrencias de la palabra “amigo” en el NT, 18 tienen lugar en Lucas (15 + 3). en los evangelios aparece sólo una vez en Mateo y 3 en Juan.

Sobre el tema de patronos y clientes cf. H. Moxnes, “Patron-Client Relations and the New Community in Luke Acts”, en J. Neyrey (ed.), The Social World of Luke-Acts, p. 241-270). 

14-7. Peligros del dinero

La obra lucana pone de relieve toda la fuerza que el dinero tiene para corromper a muchos de los personajes que aparecen en ella. Lucas recrimina a los dueños que explotaban a la esclava de Filipos y se revolvieron contra Pablo porque les arruinó el negocio (Hch 16,19). También en el tumulto de Éfeso, nos hace ver que el motivo de la revuelta es la pérdida económica de los plateros (Hch 19,23-41). Ananías y Safira pretende a la vez guardar el dinero y hacerse pasar por solidarios (Hch 5,4). Félix, el prefecto, esperaba recibir dinero de Pablo y por eso le retuvo en la cárcel (Hch 24,24-47). Judas se compró un campo y se ahorcó (Hch 1,18). Lucas explicita que Judas aceptó la traición por dinero (Lc 22,6). Simón el mago quería comprar con dinero los bienes espirituales y “su dinero fue para su perdición” (Hch 8,18.20).

14-8. Los ricos en la comunidad

En la comunidad lucana había personas pudientes, y el evangelista se dirige a ellos en el evangelio urgiéndoles a la conversión, haciéndoles ver el peligro extremo de la riquezas. María la madre de Juan Marcos es probablemente una viuda rica, que posee en Jerusalén una casa suficientemente espaciosa como para que pueda reunirse en ella la comunidad entera (Hch 12,12), Menahen, el hermano de leche de Antipas (Hch 13,1), Sergio Paulo (Hch 13,12), Lidia (Hch 16,14), Cornelio (Hch 10,1-2), el eunuco (Hch 8,27), el ilustre Teófilo (Lc 1,1; Hch 1,1), las mujeres de buena posición de Berea (Hch 17,12). Si Lucas ha removido todas las piedras en busca de nuevo material sobre la riqueza y la pobreza, es sin duda para poder así ser más punzante en su alegato ante el ilustre Teófilo.

 

15) SALVACIÓN

 15-1. Salvación e historia

La salvación es el fin de la historia, la restauración de la integridad, el establecimiento de una relación sana con Dios. El vocabulario de la salvación en la obra lucana se repite con mayor frecuencia que en los sinópticos, y términos para designar la salvación son únicos en Lucas. El verbo swzein aparece 15 veces respectivamente en Marcos y Mateo, y 30 veces en la doble obra lucana (17 en el evangelio y 13 en Hechos). El verbo diaswzein no aparece nunca en Marcos, 1 vez en Mateo, y 6 veces en la obra lucana.. La palabra salvador, swthr, que aparece 2 veces Lucas y 2 en Hechos, no aparece nunca en los otros evangelios. La palabra swthria y swthrion aparecen en total 13 veces en la obra lucana y nunca en los otros evangelios, salvo en Jn 4,42.

El autor de la salvación puede ser Dios o un intermediario suyo. El destinatario de la salvación puede ser un individuo, o una colectividad; el tiempo de la salvación puede ser histórico o escatológico; el contenido de la salvación puede ser la salud, la vida, la libertad, la liberación política, pero sobre todo la salvación escatológica del individuo, el “salvar la vida” (Lc 9,24b; 18,26; 13,23).

Lucas ha enfatizado el tema de la salvación que era meramente mencionado por Marcos (15,31). La salvación es el tema de la triple burla en la cruz. “Ha salvado a otros y a sí mismo no se ha podido salvar” (dirigentes); “sálvate a ti mismo” (soldados); “sálvate a ti mismo y a nosotros” (ladrón).

Jesús había sido anunciado como salvador en su nacimiento (2,11). Se convierte en el Salvador salvado, que aportará salvación al ladrón y a la multitud arrepentida. 

15-2. Fe y salvación

Como en la más pura teología paulina es la fe la que salva. Lucas repite frecuentemente el dicho de Jesús; “Tu fe te ha salvado”; la pecadora (7,50), y la hemorroísa (8,48 = MM); a Jairo le dice Jesús: “no temas , sólo ten fe y se salvará (8,50 ¹  Mc 5,36); el leproso samaritano (17,19), el ciego de Jericó (18,42 = Mc 10,52). La semilla caída junto al camino representa a aquellos “a quienes el diablo les quita la palabra” (MML) “para que no crean y se salven” (Lc 8,12). Del paralítico de la puerta hermosa dice Pedro: “Por la fe en su nombre...; es la fe dada por su medio la que le ha restablecido totalmente ante todos vosotros” (Hch 3,16), y del paralítico de Listra, dice Lucas que san Pablo “vio que tenía fe para ser curado” (Hch 14,9). Pablo anima al carcelero de Filipo con las palabras: “Cree y te salvarás” (Hch 16,31). “La total justificación que no pudisteis obtener por la ley de Moisés, la obtiene por él todo el que cree” (Hch 13,38b-39). 

15-3. Salvación en el nombre de Jesús

La “fe que salva” es la aceptación de Jesús como fuente de vida. La salvación se nos da en el nombre de Jesús. “Los que invoquen el nombre del Señor se salvarán” (Hch 2,21); “No hay otro nombre en el cual seamos salvos” (Hch 4,12). Pedro dice al paralítico de la Puerta Hermosa: “en el nombre de Jesucristo, anda” (Hch 3,,6). “Todo el que cree en él recibe en su nombre el perdón de los pecados” (Hch 10,43). La fe que salva incluye la aceptación de que las promesas de Dios han sido cumplidas en Cristo Jesús (Hch 13,22-23). 

15-4. Jesús salvado de la muerte

También Jesús creyó y se abandonó en Dios su Padre. La fe de Jesús tenía como objeto que Dios podía resucitarle de la muerte. Hay varios lugares en el evangelio en el que Jesús declara la fe en su futura resurrección. Entre las tres predicciones de la pasión hay dos que están acompañadas por una predicción de la resurrección (9,22; 18,33). Además tenemos una solemne afirmación de Jesús ante el Sanedrín (22,69). El ángel invita a las mujeres a recordar cómo Jesús ya les había predicho en Galilea que el Hijo del hombre tenía que ser entregado y resucitar (24,7), y Jesús mismo se refiere a estas predicciones que hizo “cuando todavía estaba con ellos” (24,46) Sus palabras al ladrón suponen que Jesús era consciente de su entrada en el paraíso, y sus últimas palabras de abandono en las manos del Padre implícitamente suponen que Dios le va a dar vida, que Dios no va a permitir que su santo vea la corrupción (Hch 2,27). Jesús fue el primero en creer en esta promesa divina de salvación, y así se hizo capaz de salvar también otros, llevándoles a la fe en su nombre. 

15-5. Hoy

La salvación tiene lugar “hoy”; es inmediata. En el evangelio de Lucas la palabra “hoy” es usada continuamente. El “hoy” (23,43) en el paraíso debe compararse con la salvación inmediata ofrecida en 2,11. Hoy os ha nacido un salvador. Hoy ha llegado la salvación (19,9). “Hoy” se ha cumplido entre vosotros esta profecía (4,21). Hoy hemos visto cosas maravillosas (5,26). Hoy los demonios son expulsados (13,32). Lázaro el mendigo fue llevado inmediatamente al seno de Abrahán (16,22-23), y el rico fue inmediatamente después de su muerte al lugar de los tormentos. No se habla de un estado intermedio. 

15-6. Salvación presente ya durante la pasión

La salvación de Jesús comienza a actuar ya durante su pasión, como un poder sanador. En Marcos la salvación parece venir sólo después de la muerte de Jesús, mientras que en Lucas está ya presente durante su pasión mediante el perdón y la sanación. Jesús cura la oreja del siervo (22,51), perdona a Pedro (22,61), reconcilia a Herodes con Pilato (23,12), abre el paraíso al buen ladrón (23,43), consigue el arrepentimiento de la multitud (23,48). 

16) SENSIBILIDAD

 16-1. Omisión de escenas de violencia o crueldad

La delicada sensibilidad de Lucas el empuja a eliminar todo lo que suene a violencia o apasionamiento. Ha eliminado la escena de Marcos en la que los parientes querían atarlo porque estaba loco (Mc 3,21-22). Al describir la expulsión de los mercaderes elimina algunos detalles violentos, expulsión de los que compraban, vuelco de las mesas…  (Lc 19,45 ¹ Mc 11,15). Omite el detalle de que el sumo sacerdote se rasgó las vestiduras (Mc 14,63). En las dos escenas de los ultrajes se ha minimizado lo referente a la violencia física. En la primera escena no se mencionan  las bofetadas o los esputos (Lc 22,63-65 ¹ Mc 14,65). En la escena del palacio de Pilato hay sólo una alusión velada a los azotes, pero no se describe ni la flagelación ni la coronación de espinas (Lc 23,16.22 ¹ 15,16-18). 

16-2. Visión más benévola de la multitud

Aminora la culpa de la multitud en la crucifixión de Jesús mostrando que muchos le eran favorables, y que al final la muchedumbre se retiró arrepentida. Lucas disminuye la culpa de los judíos en cuanto pueblo. Jesús ora por ellos disculpándolos (Lc 23,34). Excusa la ignorancia de sus verdugos (Hch 3,17; 13,27) e intercede por ellos (Hch 7,60). 

Los judíos que se burlan de Jesús en Marcos (viandantes, autoridades y ladrones) han disminuido considerablemente. Los viandantes han sido eliminados, con lo cual el único grupo judío que se burla de Jesús es el de los dirigentes. Sólo uno de los ladrones se va a burlar de Jesús.  La multitud adopta una actitud cada vez más positiva: siguen (23,27), observan (23,35), se dan golpes de pecho (23,48).

Hay una gran muchedumbre siguiendo a Jesús sin ninguna indicación de hostilidad. Las palabras de Jesús son una llamada al arrepentimiento, y la multitud finalmente se retira dándose golpes de pecho (23,48). En los otros sinópticos, a excepción de los seguidores de Jesús, todos los otros judíos son hostiles, sea las autoridades o la muchedumbre. Pero en Lucas hay una serie de figuras judías en actitud positiva hacia Jesús en paralelo con las figuras positivas del evangelio de la infancia.  

16-3. Idealismo

Lucas tiende a presentarnos una visión ideal de la marcha de la comunidad, sobre todo en los resúmenes de los Hechos de los apóstoles.

    

17) UNIVERSALISMO

17-1. Judíos y gentiles

El evangelio tiene que ser anunciado a los judíos antes de volverse a los gentiles: Hch 13,46; Rm 1,16; 2,10; 3,1-2; 9,3-4. Maddox, (The Purpose of Luke-Acts, Edinburgh 1982, p. 44) ha estudiado a esta luz las tres veces en que Pablo repite que ante el rechazo de los judíos se vuelve a los gentiles ( Hch 13,46 en Antioquía de Pisidia, Hch 18,6 en Corinto, Hch 28,28 en Roma) y descubre un esquema repetitivo con un clarísimo clímax en la mención última en Roma, que se ve subrayada por la larga cita de Isaías, y es el contrapunto o inclusión con el discurso de Jesús en Nazaret, al principio del evangelio, en el cual hay también otra larga cita de Isaías, y se habla del rechazo de su pueblo y de la actitud acogedora de los gentiles en el pasado (la viuda de Sarepta y Naamán el sirio). En las dos primeras menciones de la vuelta de Pablo hacia los gentiles todavía estaba abierta la puerta para una posible aceptación. En el discurso de Roma, esta puerta se ha cerrado y la oportunidad ofrecida se ha perdido definitivamente. Mientras que en Antioquía Pablo decía: “A nosotros, los judíos, esta salvación nos ha sido enviada” (Hch 13,26), en roma dice exactamente lo contrario: “A los Gentiles esta salvación ha sido enviada” (28,28). Sobre el tema del universalismo cf. TL, tema II 4. 

17-2. Preanuncios de la futura misión

Lucas sólo puede adelantar la futura misión a los gentiles de un modo simbólico, dando pistas que apuntan hacia el futuro misterio aún por desvelar. En 10,1-24 la misión de los 70 (72) prefigura la futura misión de Jesús a los gentiles (según la tradición bíblica 70 era el número de las naciones del mundo), en contraposición con la misión de los doce que simboliza la misión a Israel. El preanuncio de la extensión de la salvación a los no judíos se ve también de otros modos. Simeón alaba a Dios por la luz que ha venido a iluminar a los gentiles (2,30-32). Cuando, siguiendo a Marcos, Lucas cita a Isaías 40,3, prolonga su cita hasta llegar al frase: “toda la humanidad verá la salvación del Señor” (Lc 3,6). El centurión al pie de la cruz es la primicia de los gentiles que han de creer en Jesús (Lc 23,47). Cf. TL p. 13-15.

Su genealogía alcanza hasta Adán y Dios (3,23-38). Su mensaje programático en Nazaret habla ya de sí mismo en relación con Elías y Eliseo, que fueron enviados a extranjeros fuera de los confines de Israel (4,25-27).

La figura de la viuda podría anticipar la comunión de mesa entre judíos y gentiles, aunque el texto de los LXX no dice expresamente que comieran juntos. La figura de Naamán el sirio en las aguas del Jordán podría ser un anticipo de los gentiles siendo purificados en las aguas del bautismo. Además de Naamán se nos dice que en adelante no tuvo otros dioses que el Dios de Israel, pero no se dice que se hiciese judío. Quizás Naamán puede ser el tipo de los Cornelios, que creerán en el Dios de Israel sin hacerse judíos.

Al rechazo de los judíos por Jesús en la sinagoga de Nazaret corresponde el rechazo de Pablo por los judíos en Antioquía de Pisidia (Hch 13,45-50). “Le expulsaron”. Donde Mateo dice que vendrán de oriente y occidente, Lucas añade “y del norte y del sur” para sentarse a la mesa con Abrahán (13,29 ¹ Mt 8,12). 

17-3. Ministerio únicamente a los judíos

En virtud de este enfoque Lucas ha suprimido muchos de los contactos de Jesús con los gentiles en el evangelio de Marcos, para centrar su ministerio en el pueblo judío, “para preparar a Dios un pueblo bien dispuesto” (1,17). En el pasaje lucano del centurión éste no llega a encontrarse con Jesús, sino sólo le envía una embajada. Quizás éste sea el motivo por el que ha suprimido la sección de los panes de Marcos, que representa a Jesús viajando por territorio pagano, fuera de la Galilea. De este modo en el evangelio Lucas presenta esta misión a los gentiles de un modo simbólico, como un preanuncio, una intuición que sólo más tarde llegará a realizarse, pero que de alguna manera ya está germinalmente en el mensaje de Jesús. 

17-4. Periodificación de la historia

Uno de los rasgos lucanos que ya conocemos es el de periodificar la historia, distinguiendo netamente etapas diversas y no permitiendo que haya ningún solapamiento entre ellas. El tiempo de Jesús es el tiempo del ministerio a Israel, y el tiempo de la Iglesia es el tiempo del ministerio a los gentiles. En su edición de las fuentes ha sido muy cuidadoso de eliminar todo ministerio directo de Jesús a los gentiles, y toda salida de Jesús a territorio gentil. 

17-5. Carácter inclusivo

Lucas se complace en presentar una doble reacción ante el mensaje de Jesús, una favorable y otra desfavorable; Jesús era un signo de contradicción, puesto para que muchos “cayeran y se levantaran (2,34). Pero Lucas se niega a identificar la reacción favorable o desfavorable con un único tipo de personas, sino que mantiene un criterio inclusivo. No hay grupos buenos o grupos malos. En cada grupo social hay algunos miembros que reaccionan favorablemente y otros que lo hacen desfavorablemente. No todos los soldados tuvieron una actitud negativa en contra de Jesús, unos se burlaron de él y otros, como el centurión, le confesaron. Igualmente ocurre con los dos ladrones, uno se burla de él y otro le confiesa. Ni siquiera en lo que respecta a los dirigentes quiere Lucas generalizar haciéndoles colectivamente responsables. Si es verdad que los “dirigentes” (23,35) se burlaron de Jesús, hubo también un dirigente, que se pronunció a favor, José de Arimatea, un dirigente “bueno y justo” que esperaba el reino de Dios (23,51).

17-6. Samaritanos

Lucas asocia los samaritanos a los judíos y se interesa por ellos más que ningún otro evangelista, incluido san Juan; recordemos la parábola del buen samaritano (10,29-37), la curación del samaritano leproso (17,11-19). Lucas omite el mandato de “no entrar en las aldeas samaritanas” (Mt 10,5). Jesús cruza la Samaría y es rechazado por los samaritanos (Lc 9,52) tal como había sido rechazado en Galilea y lo será después en Jerusalén. Posteriormente habrá también un importante ministerio de la Iglesia hacia los samaritanos. Hechos nos narra el éxito de una de estas misiones de los apóstoles (8,25; 8,1,5,9,14; 9,31; 15,3).

El modo como Lucas trata a los samaritanos le es muy peculiar (9,51-56; 10,30-37; 17,11.19).  Por una parte asocia a judíos y samaritanos de un modo como ningún otro evangelista lo hace, indirectamente en la parábola del buen samaritano, directamente en la curación del samaritano leproso.  Lucas les utiliza como contraste con los judíos,  pero los samaritanos para Lucas no son gentiles, sino que son parte del pueblo de Israel; por ello quedan incluidos ya en la etapa del ministerio de Jesús.  

17-7. Colectivos marginales

El universalismo de Lucas va más allá de la inclusión de judíos y gentiles, y se muestra en una actitud general de acogida de todos los colectivos marginales, publicanos (Leví Zaqueo,  grupos de publicanos (5,29; 7,29,34; 15,1) pecadores (pecadora, hijo pródigo), mujeres (viuda de Naím, seguidoras galileas, Marta y María, la mujer que perdió la moneda, la viuda del óbolo, las hijas de Jerusalén), y los pobres (Lázaro, primera bienaventuranza, predicación del Bautista). Aunque, como hemos visto, los samaritanos son parte de Israel y están incluidos en el ministerio de Jesús, se les presta una especial atención en cuanto que son un pueblo marginado en el cual se puede muestra el amor preferencial de Dios hacia los excluidos. Todas esta personas eran grupos despreciados en la estima de la sociedad respetable de su tiempo. Lucas muestra un interés y ternura especial por cuantos eran menospreciados a los ojos del mundo. 

17-8. Anuncio

Anunciar  es una palabra favorita de Lucas: 10+15 veces.
 

 

ÍNDICE REDACCIONAL

 

1) ESTUDIO LITERARIO

1-1. Estado del texto

1-2. Fuentes de Lucas y la H2F

1-3. Fuentes exclusivas de Lucas

1-4. Uso de las fuentes

1-5. El griego de Lucas

      1-6. Las omisiones de Lucas

1-7. Omisiones en función del plan global

1-8. Omisión de palabras arameas

1-9. Omisión de alusiones a costumbres judías

1-10. Omisión de alusiones a un ministerio de Jesús entre gentiles

1-11 Omisión de cosas chocantes

1-12. Omisión de duplicados

1-13. Otras omisiones

1-14. Trasposiciones

1-15. Crescendo

1-16. Imágenes

1-17. Técnica de finalización

1-18. Técnica de estribillos

1-19. Técnica de introducciones

1-20. Mejor concatenación

1-21. Técnica de ligado

1-22. Técnica de paralelismos

1-23. Citas bíblicas

1-24. Largas citas de la Escritura

1-25. Preocupación apologética.

 

2) COMIDAS

2-1. Importancia del banquete

2-2. Beber

2-3. Etiqueta

2-4. Bendiciones escatológicas

2-5. Sermón de la cena.

 

3) COMPASIÓN Y MISERICORDIA

3-1. Los pecadores

3-2. Llamada a la conversión

3-3. Lágrimas

3-4. Misericordia

3-5. Sanación

3-6. Manifestaciones de temor religioso awe

 

4) CRISTOLOGÍA

4-1. Hijo de Dios

4-2.  Mártir

4-3. Varón

4-4. Emociones de Jesús

4-5.  Jesús atento

4-6. Profeta

4-7. Siervo

4-8.. Siervo de YHWH

4-9. Acusaciones contra Jesús

4-10. Expiación

4-11.  “Señor”

4-12. Nuevo Adán

4-13. Alabanza de la multitud

4-14. Jesús lleno del Espíritu Santo.

      4-15. Jesús y la Ley

 

5) DISCÍPULOS

      5-1. Los discípulos en Lucas

      5-2. Los apóstoles en Lucas

5-3. Los discípulos en la pasión

5-4. Somnolencia

5-5. Visión más positiva

5-6. La familia de Jesús

5-7. Sentado a los pies

5-8. Escucha de la palabra

5-9. Pedro y Juan

5-10. Paralelismo Jesús-discípulos

5-11. Juicios de Jesús y Pablo

5-12. Ministerio

5-13. Inocencia de Pablo

5-14. María perfecta discípula

 

6) ESCATOLOGÍA

6-1. “Los días del Hijo del hombre”

6-2. Designio divino

6-3. Escatología e historia de salvación

 

7) ESPÍRITU SANTO

7-1. El Espíritu en Lucas

7-2. “Lleno del Espíritu Santo”

7-3. Espíritu y oración

7-4. Protocatolicismo en Lucas-Hechos

7-5. Espíritu y poder

 

8) GEOGRAFÍA E HISTORIA LUCANAS

8-1. Sincronismo entre la historia profana y la sagrada

8-2. Vaguedad en localizaciones

8-3. Conocimiento de la geografía

8-4. El país judío

8-5. Jerusalén

8-6. Templo

 

9) JERUSALÉN Y EL RELATO DEL VIAJE

9-1. Centralidad de Jerusalén

9-2. Galilea

9-3. Viaje

9-4. Referencias al viaje

9-5. Muerte de Jesús en Jerusalén

9-6. Ascensión

 

10) JUICIO

10-1. Juicio de Dios

10-2. El sanedrín

10-3. La visita de Dios

      10-4. Persecución

 

11) MUJERES

11-1. Abundancia de personajes femeninos.

11-2. Mujeres discípulas

11-3. Ascetismo sexual

11-4. Pudor

11-5. Parejas de hombre y muje

 

12) ORACIÓN

12.1. Alabanza

12-2. Himnos

12-3. Alegría

12-4. La oración de Jesús

12-5. Jesús ora a Dios como Padre

12-6. La oración de Jesús es siempre atendida

12-7. Intercesión

 

13) PERSONAS

13-1. Valor de los nombres

13-2. Abrahán

13-3. Juan Bautista

13-4. Herodes Antipas

13-5. Judas

13-6. Satanás

13-7. Parejas bipolares

13-8. Los fariseos

13-9. Los presbíteros

      13-10. Los temerosos de Dios

13-11. Los funcionarios romanos

13-12. Las turbas

 

14) POBRES Y LIMOSNA

14-1. ¿Quiénes son los pobres?

14-2. Desposesión

14-3. Limosna

14-4. Koinonía

14-5. Cambio de suerte

14-6. Patronos y clientes

14-7. Peligros del dinero

14-8. Los ricos en la comunidad

 

15) SALVACIÓN

15-1. Salvación e historia

15-2. Fe y salvación.

15-3. Salvación en el nombre de Jesús

15-4. Jesús salvado de la muerte

15-5. Hoy

15-6. Salvación presente ya durante la pasión

 

16) SENSIBILIDAD

16-1. Omisión de escenas de violencia o crueldad

16-2. Visión más benévola de la multitud

16-3. Idealismo          

 

17) UNIVERSALISMO           

17-1. Judíos y gentiles

17-2. Preanuncios de la futura misión

17-3. Ministerio únicamente a los judíos

17-4. Periodificación de la historia

17-5. Carácter inclusivo

17-6. Samaritanos

17-7. Colectivos marginales

17-8. Anuncio

 


 

 

ÍNDICE ALFABETICO DE FICHAS

 

13-2     Abrahán

4-9       Acusaciones contra Jesús

12-1     Alabanza

12-3     Alegría

17-8     Anuncio

1-25     Apologética

5-2       Apóstoles en Lucas

9-6       Ascensión

11-3     Ascetismo sexual

2-1       Banquete

2-2       Beber

2-4       Bendiciones escatológicas

14-5     Cambio de suerte

17-5     Carácter inclusivo

1-23     Citas bíblicas

1-24     Citas largas de la Escritura

17-7     Colectivos marginales

3-2       Conversión

1-15     Crescendo

6-2       Designio divino

14-2     Desposesión

6-1       Días del Hijo del hombre

5-3       Discípulos en la pasión

5-1       Discípulos en Lucas

4-4       Emociones de Jesús

6-3       Escatología e historia de salvación

5-8       Escucha de la palabra

7-1       Espíritu en Lucas

7-3       Espíritu y oración

7-5       Espíritu y poder

2-3       Etiqueta

4-10     Expiación

5-6       Familia de Jesús

13-8     Fariseos

15-2     Fe y salvación

1-2       Fuentes de Lucas y la H2F

1-3       Fuentes exclusivas de Lucas

1-4       Fuentes y modo de usarlas

13-11   Funcionarios romanos

9-2       Galilea

8-3       Geografía lucana

1-5       Griego de Lucas

13-4     Herodes Antipas  

4-1       Hijo de Dios

12-2     Himnos

15-5     Hoy

16-3     Idealismo

1-16     Imágenes

5-13     Inocencia de Pablo

12-7     Intercesión

8-5       Jerusalén

9-1       Jerusalén centro del relato

4-13     Jesús alabado

4-5       Jesús atento

4-14     Jesús lleno del Espíritu Santo            

12-5     Jesús ora a Dios como Padre

15-4     Jesús salvado de la muerte

4-15     Jesús y la Ley

13-3     Juan Bautista

13-5     Judas

17-1     Judíos y gentiles

10-1     Juicio de Dios

5-11     Juicios de Jesús y Pablo

14-4     Koinonía

3-3       Lágrimas

14-3     Limosna

7-2       Lleno del Espíritu Santo

5-14     María perfecta discípula

4-2       Mártir

5-12     Ministerio

17-3     Ministerio únicamente a los judíos

3-4       Misericordia

9-5       Muerte de Jesús en Jerusalén

11-2     Mujeres discípulas

11-1     Mujeres en gran número

13-1     Nombres

4-12     Nuevo Adán

1-11     Omisión de cosas chocantes

1-9       Omisión de costumbres judías

1-12     Omisión de duplicados

1-10     Omisión de ministerio entre gentiles

1-8       Omisión de palabras arameas

16-1     Omisión de violencia o crueldad

1-6       Omisiones de Lucas

1-13     Omisiones diversas

1-7       Omisiones en función del plan global

12-4     Oración de Jesús

12-6     Oración de Jesús es siempre atendida

8-4       País judío

5-10     Paralelismo Jesús-discípulos

13-7     Parejas bipolares

11-5     Parejas de hombre y mujer

14-6     Patronos y clientes

3-1       Pecadores

5-9       Pedro y Juan

14-7     Peligros del dinero

17-4     Periodificación de la historia

10-4     Persecución

14-1     Pobres

17-2     Preanuncios de la futura misión

13-9     Presbíteros

4-6       Profeta

7-4       Protocatolicismo en Lucas-Hechos

11-4     Pudor

9-4       Referencias al viaje

14-8     Ricos en la comunidad

15-1     Salvación e historia

15-3     Salvación en el nombre de Jesús

15-6     Salvación presente ya durante la pasión

17-6     Samaritanos

3-5       Sanación

10-2     Sanedrín

13-6     Satanás

5-7       Sentado a los pies

4-11     Señor

2-5       Sermón de la cena

4-7       Siervo

4-8       Siervo de YHWH

8-1       Sincronismo de historia profana sagrada

5-4       Somnolencia

1-20     Técnica de concatenación

1-18     Técnica de estribillos

1-17     Técnica de finalización

1-19     Técnica de introducciones

1-21     Técnica de ligado

1-22     Técnica de paralelismos

13-10   Temerosos de Dios

3-6       Temor religioso awe

8-6       Templo

1-1       Texto

1-14     Trasposiciones

13-12   Turbas

8-2       Vaguedad en localizaciones

4-3       Varón

9-3       Viaje

16-2     Visión más benévola de la multitud

5-5       Visión más positiva de discípulos

10-3     Visita de Dios