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Valores
humanos y cristianos |
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EL
TREN DE LARGO RECORRIDO.... El
secreto para ser feliz, creo que es estar en armonía con uno mismo y
sobre todo con su paz interior. La
paz interior, se consigue sintonizando con todo tu entorno y luego...
actuando en consecuencia. Nadie
puede enseñarnos el camino hacia la felicidad porque la felicidad es una
señora que todos llevamos dentro, solamente es necesario una mirada
limpia y verlo todo a través de los ojos del corazón. ¿Cual
es la distancia kilométrica más larga?, me preguntó mi hija. Y
me acordé de un libro que leí hace poco y me entusiasmó cuyo título
era "De la cabeza al corazón" y dije mira pues esta es la
distancia más larga y a la que parece que nunca se llega... pero que se
puede llegar. En
la vida hay muchas, muchas situaciones que las resolvemos pensando con la
cabeza... es mejor para todos.... (Nos decimos... y por lo general no es
mejor para todos...) ...es lo más conveniente...., es en beneficio tuyo
(que casi seguro que es mío...) ¿Pero
que ocurre si lo resolvemos con el corazón?... pues que casi siempre es más
incómodo, que incordia por lo general a "uno" más que a
"otros"... que es lo más ingrato y poco agradecido pero que sin
embargo al que lo realiza le reporta un gran bienestar y satisfacción (si
es que es mínimamente sensible) porque actúa desde su corazón y en
armonía con su paz interior. Los
sentimientos, las emociones, las vivencias juegan papeles muy importantes
y nos juegan también, por qué no decirlo, malas pasadas. Todos
no tenemos el mismo grado de sensibilidad. Una misma situación puede
provocar distintas reacciones y hacer que cambie la actitud de los que la
perciben. ¿De
qué depende? ¿Es algo innato? Mejor
que yo podrían explicarlo los especialistas que para eso están, yo sólo
puedo hablar bajo mi experiencia y mis vivencias. Muchos
factores tengo en mi haber que han influido en mi actitud. Mi
grado de sensibilidad para actuar con el corazón, ¿por qué no?, se lo
debo a personas que han influido en mi educación, en mi madurez y a los
que desde estas líneas envío mi agradecimiento: familia, profesores,
compañeros y amigos, amigos donde tengo uno de mis mayores pilares de
sustento y que son mi verdadero tesoro (aparte de mis hijas). Todos
estos han influido en mi grado de... humanidad, sensibilidad. También
han aportado su granito, libros que han pasado por mis manos, maravillosos
muchos de ellos, piezas musicales que me han deleitado en muchas ocasiones
y otras minucias insignificantes para muchos pero primordiales para mí. Pero
no, no es fácil actuar con el corazón, normalmente actuamos con la
cabeza, es más fácil dar esta imagen en la sociedad en que nos
movemos... Lo
ideal sería ser nosotros mismos sin máscaras, poder dar nuestra
autenticidad pero esto.... no se lleva, no está de moda, es mejor...
actuar. Las
máscaras nos permiten desvirtuar nuestra forma de ser, pero... ¿todas
las máscaras son malas? Unas
veces nos hacen actuar fríamente, no dando la impresión de lo que somos
y sentimos. Pero
otras veces nos hacen reflejar nuestro sentir verdadero, nuestra
profundidad, el verdadero rostro que tenemos. Por
eso pienso que a veces en nuestro largo viaje, con destino al corazón que
un día partimos... no lo tenemos todo perdido si usamos esa máscara para
afianzarnos en nuestra espiritualidad y creencias y somos capaces de
demostrar aquello que de veras sentimos y vivimos con el corazón Máscaras
en las cuales nos amparamos por el anonimato que nos ofrecen al escudarnos
en su nocturnidad... Y
tú... ¿que máscara usas? Te
aconsejo cada vez que tengas que realizar un viaje... vete con tiempo de
antelación, disfruta del paisaje y de la compañía, escucha tu voz
interior y... actúa con el corazón. ¡Buen
viaje!!
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