Valores humanos
y cristianos

2

 

 

 

EL TREN DE LARGO RECORRIDO....

El secreto para ser feliz, creo que es estar en armonía con uno mismo y sobre todo con su paz interior.

La paz interior, se consigue sintonizando con todo tu entorno y luego... actuando en consecuencia.

Nadie puede enseñarnos el camino hacia la felicidad porque la felicidad es una señora que todos llevamos dentro, solamente es necesario una mirada limpia y verlo todo a través de los ojos del corazón.

¿Cual es la distancia kilométrica más larga?, me preguntó mi hija.

Y me acordé de un libro que leí hace poco y me entusiasmó cuyo título era "De la cabeza al corazón" y dije mira pues esta es la distancia más larga y a la que parece que nunca se llega... pero que se puede llegar.

En la vida hay muchas, muchas situaciones que las resolvemos pensando con la cabeza... es mejor para todos.... (Nos decimos... y por lo general no es mejor para todos...) ...es lo más conveniente...., es en beneficio tuyo (que casi seguro que es mío...)

¿Pero que ocurre si lo resolvemos con el corazón?... pues que casi siempre es más incómodo, que incordia por lo general a "uno" más que a "otros"... que es lo más ingrato y poco agradecido pero que sin embargo al que lo realiza le reporta un gran bienestar y satisfacción (si es que es mínimamente sensible) porque actúa desde su corazón y en armonía con su paz interior.

Los sentimientos, las emociones, las vivencias juegan papeles muy importantes y nos juegan también, por qué no decirlo, malas pasadas.

Todos no tenemos el mismo grado de sensibilidad. Una misma situación puede provocar distintas reacciones y hacer que cambie la actitud de los que la perciben.

¿De qué depende? ¿Es algo innato?

Mejor que yo podrían explicarlo los especialistas que para eso están, yo sólo puedo hablar bajo mi experiencia y mis vivencias.

Muchos factores tengo en mi haber que han influido en mi actitud.

Mi grado de sensibilidad para actuar con el corazón, ¿por qué no?, se lo debo a personas que han influido en mi educación, en mi madurez y a los que desde estas líneas envío mi agradecimiento: familia, profesores, compañeros y amigos, amigos donde tengo uno de mis mayores pilares de sustento y que son mi verdadero tesoro (aparte de  mis hijas).

Todos estos han influido en mi grado de... humanidad, sensibilidad.

También han aportado su granito, libros que han pasado por mis manos, maravillosos muchos de ellos, piezas musicales que me han deleitado en muchas ocasiones y otras minucias insignificantes para muchos pero primordiales para mí.

Pero no, no es fácil actuar con el corazón, normalmente actuamos con la cabeza, es más fácil dar esta imagen en la sociedad en que nos movemos...

Lo ideal sería ser nosotros mismos sin máscaras, poder dar nuestra autenticidad pero esto.... no se lleva, no está de moda, es mejor... actuar.

Las máscaras nos permiten desvirtuar nuestra forma de ser, pero... ¿todas las máscaras son malas?

Unas veces nos hacen actuar fríamente, no dando la impresión de lo que somos y sentimos.

Pero otras veces nos hacen reflejar nuestro sentir verdadero, nuestra profundidad, el verdadero rostro que tenemos.

Por eso pienso que a veces en nuestro largo viaje, con destino al corazón que un día partimos... no lo tenemos todo perdido si usamos esa máscara para afianzarnos en nuestra espiritualidad y creencias y somos capaces de demostrar aquello que de veras sentimos y vivimos con el corazón

Máscaras en las cuales nos amparamos por el anonimato que nos ofrecen al escudarnos en su nocturnidad...

Y tú... ¿que máscara usas?

Te aconsejo cada vez que tengas que realizar un viaje... vete con tiempo de antelación, disfruta del paisaje y de la compañía, escucha tu voz interior y... actúa con el corazón.

¡Buen viaje!!


¡NAMASTE!