UNA ESPIRITUALIDAD PARA LA IGLESIA DE HOY

Los caminos de la espiritualidad del icono pasan hoy por dos expresiones renovadas de experiencia espiritual.

La primera es la oración con los iconos. No cabe duda que dentro de la pedagogía positiva de la oración que quiere entrar en contacto con Dios a través de las meditaciones, la meditación con los iconos favorece el silencio, la mirada recogida y contemplativa, la comunión con Cristo, la Virgen o los Santos; orienta hacia la contemplación visiva del misterio, no sólo presentado por la palabra o elaborado en la meditación personal, sino ya propuesto con la belleza y la precisión de la tradición eclesial. 

La segunda expresión renovada de espiritualidad es la búsqueda del rostro del hermano en el que se realiza el misterio de la imagen de Dios en el hombre y la realización de la perfecta imagen y semejanza de la santidad. Hoy la espiritualidad del icono trata de superar un cierto sentimiento estético y tiende a integrar en la veneración de las imágenes una fuerte llamada a la espiritualidad concreta, como santidad y compromiso.

Ante todo como santidad personal y comunitaria. La contemplación de los iconos de Cristo, de la Virgen y de los Santos, según la genuina doctrina del Concilio de Nicea II, tienen que suscitar el deseo de reproducir esa belleza ontológica de la santidad que es la tensión de la imagen a la perfecta semejanza.

quien contempla los iconos no puede menos que advertir, cada vez con más intensidad, la presencia de Cristo vivo en los rostros de los hermanos, iconos vivos de Cristo, con una exigencia de servicio y de caridad. Toda búsqueda de la belleza y todo encuentro con el misterio que no lleve a reinstaurar la belleza original de dios en el mundo es pura estética que no lleva el sello de la filocalía de Dios, como se manifiesta en el proyecto creador y recreador de la economía de la salvación.

Por eso el encuentro con la belleza sacramental de los iconos en la espiritualidad de hoy es una llamada a la instauración de una belleza total en la vida de los cristianos.