4° Encuentro
ACEPTO A JESUCRISTO COMO MI SALVADOR


Objetivo: Que cada uno de los participantes tenga un encuentro con Jesucristo vivo que le lleve a aceptarlo como su Salvador


1. Saludo y enlace (10’)

El coordinador da la bienvenida a todos y los felicita por perseverar en su formación cristiana.

A continuación les recuerda el contenido de los tres encuentros anteriores y explica el objetivo de la presente sesión.

2. Aspectos de la vida urbana (10’)

Cuando necesitas algo, haces todo lo que está en tus posibilidades por conseguirlo; ya no se diga si lo que necesitas es algo muy importante.

El coordinador invita a que los participantes aporten ejemplos sacados de la vida persona, familiar y de la ciudad de México

3. La Palabra de Dios me ilumina (20’)

 

Jesús entró en Jericó y atravesaba la ciudad. Había en ella un hombre llamado Zaqueo, jefe de los que recaudaban impuestos para Roma, y rico; quería conocer a Jesús, pero como era bajo de estatura, no podía verlo a causa del gentío.

Corriendo se adelantó y se subió a un árbol para verlo, porque iba a pasar por allí. Cuando Jesús llegó a aquel lugar, levantó los ojos y le dijo:

“Zaqueo, baja enseguida, porque hoy tengo que hospedarme en tu casa”.

Él bajó a toda prisa y lo recibió muy contento. Al ver esto, todos murmuraban y decían:

“¡Se ha hospedado en casa de un pecador!”.

Pero Zaqueo se puso en pie ante el Señor y le dijo:

“Señor, la mitad de mis bienes se la doy a los pobres, y si engañé a alguno, le devolverá cuatro veces más”.

Jesús le dijo: “Hoy ha llegado la salvación a esta casa, pues también éste es hijo de Abrahán. Pues el Hijo del hombre ha venido a buscar y a salvar lo que estaba perdido
(Lucas 19, 1-10).

Reflexión: El encuentro de Jesús con Zaqueo es un ejemplo de conversión y adhesión a Jesús, con sus consecuencias. Describe una experiencia muchas veces repetida a lo largo de la historia: la de todos aquellos que cambiaron de vida después de haberse encontrado personalmente con Jesús, y experimentar que los conoce profundamente.

4. La Palabra de Dios en mi vida (10’)

El coordinador se dirige al grupo como si estuviera dirigiéndose a cada uno:

Si deseas hacer tuya la solución de Dios:

Acepta a Jesús, lo cual te implicará renunciar a todo lo que es contrario al amor de Dios, al respeto por la dignidad de los demás, a la mentira, a la falta de perdón...;

Síguelo con decisión: es decir, conócelo, trátalo más, hazlo tu salvador, búscalo para enfrentar con él los problemas que a diario tienes, comprométete en realizar lo que el hacía, acepta los motivos que lo movían siempre: por amor a su Padre, hacer siempre el bien a los hermanos. Decídete y repítele: “pase lo que pase, ya no me soltaré de tu mano”.

Recordemos cómo el Papa Juan Pablo II nos decía en su Cuarta Visita a México: A Cristo lo encontramos en su Palabra, en la Liturgia y en los hermanos, especialmente en los más pobres.

¿Cómo creen que se debe expresar en la ciudad la decisión de aceptar o seguir a Cristo?

Se dejan unos momentos de reflexión personal.

El coordinador hace la siguiente pregunta: ¿Hay alguno que quiera compartir la decisión que ha tomado?

Deja unos momentos para compartir.

5. Canto (5’)

Todos: En Jesús puse toda mi esperanza:
él se inclinó hacia mí
y escuchó mi clamor, y escuchó mi clamor.


Cantor: Me sacó de la fosa fatal,
del fango cenagoso;
asentó mis pies sobre la roca;
mis pasos consolidó.

Todos: En Jesús puse toda mi esperanza.


Cantor: Puso en mi boca un canto nuevo
una alabanza a nuestro Dios;
muchos verán y creerán
y en Jesús confiarán.

Todos: En Jesús puse toda mi esperanza.


Cantor: En ti se gozan y se alegran,
todos los que te buscan;
repitan sin cesar:
¡qué grande es nuestro Dios!

Todos: En Jesús puse toda mi esperanza.

6. Evaluación (5’)

¿Te sentiste movido a aceptar a Jesús como tu Salvador?; por qué sí; por qué no.

7. Oración final (5’)

Concédenos, Señor, que tu Hijo, que quiso hacerse semejante a nosotros nos vaya haciendo cada día más semejantes a él, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén

8. Despedida e invitación al siguiente encuentro (5’)

El Coordinador despide al grupo y los invita al siguiente encuentro para continuar su crecimiento cristiano.
Finalmente los exhorta a leer en casa la Lectura Complementaria


LECTURA COMPLEMENTARIA

Entonces, cuando me invoquen y supliquen, yo los atenderé; cuando me busquen, me hallarán. Si me buscan de todo corazón, me dejaré hallar por ustedes, oráculo del Señor, y cambiaré su suerte (Jeremías 29, 12)

Yo reprendo y castigo a los que amo. Anímate, pues, y cambia de conducta. Mira que estoy de pie, junto a la puerta, y llamo. Si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré en su casa y cenaré con él y él conmigo
(Apocalipsis 4, 19-20).

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