Santos

 

"Todas las veces que celebramos la memoria de los Mártires, debemos, sin dificultad, dejar nuestras ocupaciones y tareas para concurrir todos a la sagrada junta con el fin de dar la honra que debemos a aquellos Santos que procuraron nuestra salud con la efu sión de su sangre: porque cualquiera que honra a los Mártires, honra también a Jesucristo, y el que desprecia a los Santos, desprecia también al Señor. (S. Ambrosio. Serm. 6, sent. 146. Tric. T. 4, p. 344.)"

"A todos los Mártires debemos honrar con especial devoción, pero más singularmente a aquellos cuyas reliquias conservamos: porque nos asisten con sus oraciones cierto derecho de familiaridad, porque están con nosotros: han escogido nuestra tierra por ordinaria habitación: en esta vida nos protegen, y después reciben nuestras almas cuando éstas desamparan el cuerpo. (S. Ambrosio. Serm. 77. sent. 150, Tric. ibid., ibid.)"

"Honramos las reliquias de los Mártires con el fin de adorar a Aquel de quien recibieron la honra de ser Mártires: honramos a los siervos para que esta honra resulte en el Señor, que dijo de ellos: Cualquiera que a vosotros recibe, a mí me recibe. (S. Jerón.. Ep. 109. sent. 43. Tric. t. 5, p. 246.)"

"Los cuerpos de los Mártires son verdaderas víctimas y perfectos holocaustos, porque sacrificaron a Dios en cuerpo y el alma. Pero vosotros tenéis otro fuego, por medio del cual podéis presentar a Dios una víctima: el fuego, quiero decir, de la pobreza voluntaria y el de la aflicción. Poder vivir en la delicadeza, en el regalo y en el esplendor. y elegir en vez de esta vida acomodada y deliciosa, una laboriosa. austera y mortificada, ¿no es ofrecer a Dios un verdadero holocausto? Mortificad, pues, y crucificad vuestro cuerpo, y recibiréis la corona de esta especie de martirio: haga ahora el fervor y la buena disposición del espíritu aquel sacrificio que en otro tiempo hacía la espada de los tiranos. (S. Juan Crisóst.. Homil. 1 1. c. 6, ad Hebvr.. sent. 379. Tric. t. 6.p.382.)"

"Las intercesiones de los Santos son poderosísimas delante de Dios en favor de los demás. (S. Agustín, Psalm. 105, sent. 151, Tric. t. 7, p. 46^.)"

"Nunca decimos nosotros que los Santos Mártires son dioses, ni que se les debe dar culto divino, sino solamente culto de amor y de respeto: por esto no les rendimos los honores supremos: pero los veneramos porque combatieron generosamente por la verdad, y conservaron el depósito de la fe hasta llegar a despreciar por él su propia vida... En este culto no hay absurdo alguno, por el contrario, es de necesidad rendir continuos respetos a los que así se distinguieron. (S. Cirilo, Alejando Comment. in Isai., lib. 6, cont. Jul.. p. 203. sent. 7, Tric.t.S,p.98.)"

"Consiste la prudencia humana en ocultar con artificio los pensamientos y deseos del corazón: en disfrazar con disimuladas palabras los interiores sentimientos: en persuadir que lo falso es una verdad, y que lo verdadero es falsedad. Mas la prudencia de los Santos consiste en todo lo contrario: en no disimular ¡amas; en descubrir con sus palabras los sentimientos del corazón: en desear la verdad y huir de la mentira: en hacer bien gratuitamente: en querer más bien sufrir el mal que hacer daño a otro: en no vengarse de las injurias, y en mirar como verdadero bien los oprobios que les dicen, porque aman la verdad. (S. Greg. el Grande, lib. 9. c. 29. p. 360. sent. 52. Tric. T. 9. p. 250.)"