Religiosos

"Estar siempre ocupados en alabar a Dios, e implorar su gracia con oraciones continuas, y en leer y trabajar, es vida de Angeles. Por estar los religiosos separados de toda sociedad de mujeres, se emplean en servirse y guardarse unos a otros. ¡Oh que excelente es aquella vida, en la cual hay pocos malos que temer y tanto bien que imitar! El trabajo del ayuno es allí recompensado con ventajas por la tranquilidad del alma, está facilitado con la costumbre, aliviado con el reposo o divertido con la ocupación: no siente las cargas de las solicitudes del siglo, los trabajos que otros padecen, ni la oportunidad de las gentes del mundo. (S. Ambrosio, Epist. 82, sent. 165, Tric. T. 4.p.348.F

 

"La soledad, dice S. Jerónimo, es la forma y la regla de la sabiduría. La soledad es por sí misma una predicación de la virtud: es disponer a ir al cielo el apartarse del mundo. (Ad Therasiam, Barbier, T.4,p.530.)"

 

"El que te habite, oh soledad, dice San Basilio, se eleva sobre sí mismo, porque teniendo el alma hambre de Dios. se pone sobre todo es sobre la tierra, esta suspendida en la fortaleza de la contemplación y separada del mundo, vuela hacia el cielo y esforzándose para ver lo que es superior a todo, desprecia todo lo demás. (Tract. de Laude vitae solitariae, Barbier, ibid., p. 531.)"

 

"La vida de los anacoretas y de los ermitaños ha sido una vida oculta en la soledad. El mismo Salmista 1o dice: He huido, me he alejado, he establecido mi morada en la soledad: Gran Rey. ¿por qué os dejáis? ¿por qué huís y buscáis la soledad? Porque he visto en el mundo la violencia y la discordia: la iniquidad mora en él: El crimen habita en él. y el fraude y la mentira no se apartan de sus plazas públicas. (Psalm. 54. 8-12, Barbier, T. 4. págs. 529 y 530.)"

 

"Mirad vuestra celda como un Paraíso, escribe San Jerónimo a Rústico: para mí la ciudad es una cárcel, y la soledad la mansión del Paraíso. (Barbier, ibid., p. 530.)"

 

"El que ama la soledad, dice San Nilo. discípulo de San Crisósto-mo, es invulnerable a los dardos de sus enemigos: pero el que se mezcla con la muchedumbre, recibirá frecuentes y crueles heridas. (In vit. Patr.. Barbier, ibid., ibid.)"

 

"Oh alma santa, exclama San Bernardo, estáte sola, consérvate para el Dios único que para si te ha elegido. La soledad, añade, es la muralla y el antemuro de las virtudes. Creed en mi experiencia, prosigue, aprenderéis más en las selvas que en los libros: los bosques y las peñas os instruirán, os enseñarán lo que no puede enseñaros vuestros maestros. (Serm. 40, in Cant., Barbier, ibid., p. 531.)"