Limosna

 

"Como no se disminuye el agua de un pozo por más que se extraiga, así se aumentan los fondos de aquel que hace limosna, puede compararse la limosna a la abundancia de la leche que dan los pechos de una madre amorosa, porque cuanto más la saca el niño necesitado, más acude. (S. Clemente, c. 7, lib. 3, sent. 8, Tric. T. 1, p. 125.)"

"Los que tienen un verdadero deseo de ejercitar la caridad, aunque no puedan cumplirlo, recibirán de Dios la misma recompensa que los que la ejercitan verdaderamente: la voluntad es igual en ambos, aunque sean desiguales las facultades. (S. Clemente, sent. 11, lib. 4, Tric. T. 1, p. 125.)"

"El bienaventurado Apóstol San Pablo llama sacrificios a las obras de caridad para con el prójimo; porque compadecerse de los pobres y hacerles bien, es dar a usuras al mismo Dios: repartir con los más pequeños, es dar al mismo Dios, y ofrecerle un sacrificio espiritual de buen olor que le agrada mucho. (S. Cipriano, lib. de la limosna, sent. 25, Trie. T. 1, p. 302.)"

"Los muchos hijos que tengo, me dirá alguno, me impiden para que yo haga grandes limosnas; mas esto es tan al contrario, que eso mismo os debe obligar a ser más limosneros: pues cuantos más hijos tenéis, más son las personas por quienes debéis rogar a Dios, y más almas habrá que purificar, y más por quienes trabajar para que el Señor les de la salud eterna. (S. Cipriano, lib. de la limosna, sent. 32, Tric. T. 1, p. 305.)"

"La limosna tiene un no se qué de divino y excelente; ella es el consuelo de los fieles, prenda de la seguridad de nuestra salvación, fundamento de nuestra esperanza, escudo de nuestra fe, y remedio de nuestras culpas. (S. Cipriano, ibid., sent. 33, Tric. ibid., ibid.)"

"En nuestros hermanos cautivos debemos contemplar a Cristo y redimir del peligro de la cautividad al que nos redimió del peligro de la muerte, para que Aquel que nos sacó de las fauces del demonio, ahora, El mismo que está y habita entre nosotros, salga de entre las manos de los bárbaros, y se redima con cierta cantidad de dinero, al que nos redimió en la cruz con el caudal de su sangre. (S. Cipriano, Ep. 60, ad Episc. Numid., sent. 6, adic., Tric. T. 1, p. 379 y 380.)"

"Dichoso es aquel que atiende con ojos atentos al pobre y al necesitado. Según uno de los sentidos de estas palabras, se puede decir que son una sentencia que exhorta a la ternura y compasión para con los pobres, porque conviene compadecerse de la miseria de los infelices, y darles el socorro que necesitan: considerando que Dios que los hizo pobres, los ha reducido a aquel estado para ejercitarlos a ellos a la pobreza, y obligar a los ricos a que den pruebas de sus buenas resoluciones, dando limosna a los necesitados. Porque el rico se prueba con el pobre, y se advierte si vive sin consideración, compasión y ternura, o si es humano e inclinado a obras de caridad. (Eusebio de Cesárea, sent. 3, Tric. T. 2, p. 83.)"

"Dice el Apóstol: Lo que tenéis demás, dése a los pobres para aliviarles en su necesidad. Esto es, que si ocultamos y reservamos alguna cosa de nuestros bienes después de haber tomado lo necesario para la vida y el vestido, hemos de dar cuenta el día del juicio, y recibir un castigo semejante al que merecen los homicidas; porque habiendo podido con ese dinero libertar de la muerte a muchos de nuestros hermanos, hemos despreciado esta obligación. (S. Atanasio. Quaest., 69, sent. 11, Tric. T. 2, p. 174.)"

"Si me preguntan como se podrán llamar a las limosnas que se dejan a los pobres en la muerte, respondo que se las podrá llamar sacrificios muertos. No obstante, si el que las hace ha sido misericordioso con los pobres durante su vida, las limosnas que hace cuando muere no dejan de ser recibidas de Dios con agrado. (S. Atanasio, in Matthaeum., Quaest. 90, c. 4, sent. 12, Tric. T. 2, p. 174.)"

"Si me preguntan si es permitido a los Príncipes y Jueces recibir presentes, y emplearlos en alivio de los pobres, respondo, que cuando se aceptan de los que hemos favorecido en algunas cosas de importancia, si ellos voluntariamente los ofrecen, no será malo recibirlos para distribuirlos a lo pobres, pero recibir presentes de los labradores y gentes trabajadoras que ganan el alimento con el sudor de su rostro, es granjearse los fuegos y tormentos del infierno: aunque se emplearan en toda especie de obras buenas, según aquellas palabras de la Santa Escritura. El fuego devorará las casas de los que reciben presentes. (S. Atanasio, Quaest. 116, sent. 14, Tric. T. 2, p. 174 y 175.)"

"Deseáis veros llenos de la gracia del Espíritu Santo, y no llenáis a los pobres del alimento que necesitan. Pedís las cosas grandes y no comunicáis las pequeñas. (S. Cirilo de Jerusalén, Cath. 3, sent. 2, Tric. T. 2, p. 336.)"

"No apartéis los ojos del que quiera que le deis prestado. Advertid que el mismo pobre que os pide limosna, la pide por medio de empréstito; porque mostrándose a Aquel rico que está en el ciclo, dice que os dará por su mano lo que hubiéreis adelantado; según aquellas palabras de la Escritura. El que da al pobre presta a Dios a intereses.

La seguridad, pues, que nos da Dios es el reino de los cielos, en esto se empeña. (S. Basilio, in Psaim. 14, sent. 4, Trie. T. 3, p. 191.)"

"Si cada uno guardra para sí lo que necesita para la propia necesidad, y lo demás lo distribuyese en los pobres, a la verdad que no habría ricos ni pobres. (S. Basilio, in ditescentes, sent. 14, Trie. T. 3, p. 193.)"

11 ¿Creéis que Dios es injusto por haber repartido con desigualdad en el inundo lo necesario para la vida, y por qué el uno es rico y el otro es pobre? Sabed que Dios lo arregló así para que el uno pudiese recibir la recompensa de su liberalidad y fiel administración, y el otro fuese coronado en premio de su paciencia. (S. Basilio, ibid., sent. 15, Tric. T. 3, p. 193.)"

"He visto a muchos que ayunaban, oraban y suspiraban por el arrepentimiento de sus pecados, y por último , que manifestaban todas las señales de la piedad cristiana, pero sin costarles cosa alguna, y sin dar un dinero a los pobres. ¿De qué les servía la práctica de otras virtudes? Pues es cierto, que sin la limosna todo lo demás no puede abrir la entrada al reino de los cielos. (S. Basilio, ibid., sent, 16, 1-ric. T. 3, p. 103.)"

"Aquel que tiene más bienes que los precisos para las necesidades de la vida, tiene obligación por precepto del Señor, que le dio todo lo que tiene, a emplearlos en el alivio ajeno. (S. Basilio, Reg. 48, e. 2, sent. 42, Trie. T. 3, p. 197.)"

"Para negar al pobre que pide, alegas mil ocasiones de gastos. Pero ¿,qué responderá al Juez, si vistiendo las paredes no vistes al pobre? (S. Basilio, sent. 6, adic., Trie. T. 3, p. 38 l.)"

"Si se debe dar la vida por los amigos, ¿qué diremos de los bienes que son de menor precio? (S. Basilio, Interrog. 162, resp., sent. 14, adic., Tric. T. 3, p. 383.)"

"Los que siendo nobles caen en la pobreza, son más infelices y más dignos de compasión que aquellos que se han acostumbrado en todo tiempo a la miseria; por lo cual debemos tenerles más compasión e inclinarnos más a su asistencia. (S. Greg. Nacian., Orat. 16, sent. 28, Tríe. T. 3, p. 356.)"

"Una de dos: o abandonar todos nuestros bienes por Jesucristo, para seguirle verdadera y sencillamente llevando su cruz, o repartir de nuestros bienes con El para que los que nos restan para nuestra decencia y necesidad, puedan quedar santificados con la porción que damos a los pobres. (S. Greg. Nacian., ibid., sent. 29, Tric. T. 3, p. 356.)"

"Dad a lo menos alguna cosa al pobre; porque eso poco será mucho para aquel a quien todo le falta; y el mismo Dios lo contará por mucho, si es lo proporcionado a vuestras fuerzas. (S. Greg. Nacian., ¡bid., sent. 30, Tric. T. 3, p. 356.)"

"¿Pensáis acaso que la liberalidad con los pobres es cosa libre, y no de obligación? ¿Que es puro consejo y no precepto? También yo lo desearía y lo creería como vosotros, si no me tuviera asustado aquella separación a la izquierda, que ha de hacer el Juez eterno de los cabritos que nombra en su Evangelio, y por las reconvenciones espantosas con que confundirá a los réprobos, no porque robaron los bienes ajenos, sino porque no emplearon bien los propios, socorriendo a Jesucristo en sus pobres. (S. Greg. Nacian., ¡bid., sent. 31, Tric. T. 3, p.356.)"

"La prontitud y alegría en dar limosna es cosa más excelente y perfecta que la limosna misma. (S. Gregorio Nacian., Orat., 19, sent. 34, Trie. T. 3, p. 357.)"

"En la dificultad de distinguir los verdaderos pobres, más vale dar a los que no lo son, que privar del alivio a los que lo necesitan, cuando no hay otro recelo, sino el de dar limosna a los que no la merecen. (S. Greg. Nacian., ¡bid., sent. 35, Tric. T. 3, p. 357.)"

Todo cuanto es superfluo y excede el uso de lo perteneciente a la vida como necesario, es materia de intemperancia. (S. Greg. Nacian., Orat. 38, sent. 44, Tric. T. 3, p. 359.)"

"Al que no fuere misericordioso le argüirá Dios: no has traído a este siglo eterno la humanidad, no tienes lo que no tuvistes, no hallas lo que no depositaste, no coges lo que no repartiste, no segarás lo que no sembraste. Sembraste aspereza, ahí tienes la cosecha; cultivaste el rigor con el pobre, toma lo que escogiste; no te has condolido de nadie, no será mirado con misericordia; esta huirá de ti. ¿Te daba fastidio el pobre? Ahora le causarás tu al que por ti se hizo pobre, Cuando esto te se diga, ¿en dónde estará el oro? ¿En dónde la resplandeciente vajilla? Y ¿de qué te servirá todo eso para remediar aquel llanto y aquel crujido de dientes? ¿Quién apagará aquella llama? ¿Quién te quitará aquel gusano que jamás ha de morir? (S. Greg. de Nisa, in Eccles. 11. 2, sent. 10, adic., Trie. T. 4, p. 359.)"

"Leemos en la Escritura: No digas al pobre que te pide limosna, mañana te daré. Si Dios no puede sufrir que digáis al pobre, mañana te daré, ¿cómo sufrirá que le digáis, no quiero darle? Propiamente hablando, no dais al necesitado lo que es vuestro, sino lo que es suyo.

Los bienes que estáis usurpando para vosotros solos, los ha dado Dios para el uso común de los hombres. A todos, y no solamente a los ricos pertenece la tierra, por más que sean más los que no gozan de estos bienes que se les habían dado, que los que los disfrutan... No dais, pues, a los pobres sino lo que en el orden de Dios es suyo: aun por esto dice la Escritura: Abrid vuestro corazón al pobre, y dadle lo que le debéis. (S. Ambrosio, de Nab., c. 12, sent. 34, Trie. T. 4, p. 320.)"

"Si es grande mal no dar limosna a los extraños, ¿cuánto mayor será sin comparación negarla a los padres? Me diréis que queréis mejor, darla a la iglesia, que a vuestros padres: guardaos mucho de decir esto, porque Dios no recibe dádivas que le vienen del hambre que padecen vuestros padres. (S. Ambrosio, lib. 8, e. 17, sent. 89, Tric. T. 4, p. 33 l.)"

4~ Es orden de Dios que alimentéis a vuestros padres con preferencia a todos los otros pobres, porque si según la ley divina, los ultrajes que se hacen a un padre son dignos de muerte, ¿cómo no merecerá mayor castigo el hambre que se les hace sufrir, lo cual es más cruel que la misma suerte? (S. Ambrosio, ibid., sent. 90, Tric. T. 4, p. 331.)"

"No se ha de examinar simplemente cuánto es lo que se da a los pobres, sino que bienes tiene el que da, y el espíritu con que los reparte. (S. Ambrosio, in Epist. 2, ad Corin., c. 29, sent. 99, Tric. T. 4, P.333.("

"La perfección de la limosna, es ocultarla con el velo del silencio, y socorrer con tanto secreto las necesidades de los pobres, que nadie pueda alabarnos. (S. Ambrosio, de doctrin. fidei, c. 30, sent. 127, Tric. T. 4, p, 339.)"

"Las mayores limosnas consisten en redimir los cautivos, principalmente los que están en poder de los bárbaros; los cuales, por no tener en el corazón sentimiento de humanidad que los inclinen a la misericordia, solamente por avaricia y por aprovecharse del rescate, reservan a estos infelices. Las limosnas principales después de estas, son pagar por los que no tienen medios, cuando los instan los acreedores, cuando la deuda es legítima y la miseria de los deudores se ve destituída de toda asistencia; alimentar los niños pobres; proteger los pupilos, y por último, casar las doncellas huérfanas para conservarlas en la. pureza; asistiéndolas no sólo con el cuidado, sino también con la hacienda, (S. Ambrosio, de doctrin. fidei, e. 15, sent. 132, Tric. T. 4, p.340.)"

"No sin causa aquel Dios que es bueno y justo os impuso la obligación de dar a los pobres, y quiso que los pobres tuviesen la necesidad de pedir. Reconoced que sois depositarios de los bienes del Señor para con otros siervos suyos; y no penséis que la tierra produce sus frutos sólo para satisfacer a nuestra gula y sensualidad. Reconoced que los bienes que poseéis se os han entregado, más para dispensarlos que para retenerlos. Vosotros hacéis vuestro gusto por poco tiempo, y abusáis de ellos cuando los hacéis servir a la sensualidad; pero en pasado este vicio con la vida, os llamará Dios a su presencia para que deis la más exacta cuenta de vuestra administración. (S. Ambrosio, Serm. 81, sent. 151, Tric. t. 4, p. 345.)"

"¡Qué vergüenza es para nosotros negar a nuestros hermanos el pan de la tierra, al mismo tiempo que recibimos en nuestras bocas el pan del cielo! (San Ambrosio, ibid., sent. 152, Tric. ibid., ibid.)"

"No es menor delito quitar los bienes al que los tiene, que negárselos a quien le faltan, cuando nosotros estamos abundantes y podemos dar. (S. Ambrosio, ibid., sent. 153, Tric. ibid., ibid.)"

"Te gustan los preciosos adornos, cuando otros no tiene pan. ¡Oh poderoso! ¿Qué terrible juicio te preparas? El pueblo padece hambre, y tú cierras tus graneros.. Infeliz es aquel que tiene poder para librar de la muerte tantas vidas y le falta la voluntad. El diamante de tu sortija puede conservar la vida de todo un pueblo. (S. Ambrosio, de Nabot., e. 13, sent. 23, adic., Trie. T. 4, p. 400.)"

"No darás a tu prójimo para que te vuelva más: esta sentencia de Dios excluye todo argumento.(S. Ambrosio, de Tob., c. 25, sent. 25, adic., Trie. T. 4, p. 401.)"

"No me tengáis por hombre que esté mal con vuestras utilidades. ¿Os parecerá que os quito el deudor que teníais en ese hombre? Pongo en su lugar a Jesucristo. Os señalo al que no es capaz de fraude: dad a Dios en las manos del pobre vuestros dineros e intereses. A éste le tenéis que encarcelar; pero a Dios siempre le tenéis seguro... su mismo Evangelio es la Escritura. (S. Ambrosio, ¡bid., c. 16, sent. 26, adic., Tric. T. 4, p. 401 .)"

"Bien se que algunos han dicho... qué es lo que pretendía el Obispo tratando de los usureros: ¡Cómo si hubiéramos introducido algún uso nuevo y no fuera muy antiguo el de prestar a intereses! Es verdad, no lo niego; pero es antiguo el pecado... desde que hubo Eva, hubo culpa. (S. Ambrosio, biid., c. 23, sent. 26, adic., Tric. T. 4, p. 401.)"

"Si tenéis alguna cosa más que lo necesario para la vida y el vestido, dadlo al pobre,conociendoos es esto mismo sus deudores. (S. Jeró..sent. 58., Tric. T. 5, p. 248.)"

"Pudiera alguno excusarse de hacer limosna, y decir: Mi pobreza me lo impide, yo no puedo ejecutar la hospitalidad. Pero nuestro Señor nos quieta este vano pretexto con el precepto tan fácil de observa¡-, como es dar con todo el corazón un vaso de agua fría; con toda expresión dice agua fría, y no agua caliente, para que ninguno pueda excusarse porque le falta la leña por su mucha pobreza. (S. Jetón., in c. 10, Matth. sent. 97, Tric. T. 5, p. 256.)"

"Cuando damos, no debemos considerar nuestra limosna como un bien que viene de nosotros, sino que nos vino puramente de la liberalidad de Dios. Tampoco debemos dar al pobre simplemente como a un pobre, sino como quien da a un hermano, considerando que si nosotros le damos de los bienes de la tierra, el nos procura los del cielo; porque el pobre nos da más que recibe. Nosotros solamente le damos el pan que se consume en un sólo día, y él nos dará por este pan un reino eterno. (S. Jetón., in Psalm. 133, seiit. 115. Tric. T. 5, p. 259.)"

"Cuando dais la limosna, tenéis más obligación de dar gracias a Jesucristo, que la que resulta en el pobre de agradeceros lo que recibe: pues es preciso confesar, que los pobres nos grangean grandes beneficios; porque la limosna extingue en nosotros los pecados que de otro modo no pudiéramos lavar, según aquellas palabras de la Escritura: Así como el agua apaga el fuego, así la limosna extingue los pecados. En este particular tiene la limosna el efecto del bautismo. (S. Jerónimo, in Psalm. 133, sent. 116, Tric. T. 5, p. 259.)"

"No miréis la limosna como pérdida, sino como ganancia; ni como dispendio, sino como comercio; porque recibís más de lo que habéis empleado. Solamente dais pan, y recibís la vida eterna; dais los vestidos que se gustan, y recibís la vestidura de la inmortalidad; dais una pieza de vuestra casa, y recibís el reino del cielo; dais las cosas perecederas, y recibís las permanentes y eternas. (S. Juan Crisóst., Homl. 8, sent. 27, Trie. T. 6, p. 305.)"

"La limosna es una cosa admirable; gustemos, pues, de practicarla, porque no tiene igual. Tiene la limosna poder para borrar los pecados, y oponerse a nuestra condenación. Aun cuando estáis callando, ella levanta su voz y habla por vosotros; de este modo no necesitáis hablar, porque las bocas de los pobres gritan en alta voz por vosotros. No obstante ser la limosna tan excelente, somos cobardes y negligentes en practicarla. Dad a los pobres pan, según vuestro poder, y si no le tenéis, dad un dinero; si aun esto no tenéis, dad por lo menos un vaso de agua fría; aun cuando esto no podáis, compadeceos de la miseria de los pobres y afligidos, que no os faltará el premio. (S. Juan Crisóst., Homl. 57, de penit. 3, serit. 33, Tric. T. 6, p. 306.)"

"No consiste la virtud de la limosna en dar, sino en repartir del modo y con el fin que Dios nos manda. (S. Juan Crisóst., Homi. 19, e. 6, sent. 46, Tric. T. 6, p. 308.)"

"Los pobres, me decís, están inventando todos los días mil falsedades. Eso mismo los hace más dignos de compasión; porque la necesidad a que se ven reducidos, los pone en el extremo de tener que mentir para vivir. Les decís muchas veces en su cara: ¿no te he dado ya muchas veces? ¿Pues qué, hermanos, ese pobre no ha de vivir hoy porque ha vivido ayer? (S. Juan Crisóst., Homl. 36, sent. 58, Tric. T. 6, p. 310.)"

"Cuando vemos un pobre, traigamos a la memoria que dijo Jesucristo: Que a El mismo se le da limosna. Aunque no es realmente Jesucristo el que se nos pone delante, Jesucristo es el que pide y recibe nuestras limosnas bajo la figura de aquel pobre. (S. Juan Crisóstonio, Homl. 89, sent. 76, Trie. T. 6, p. 313.)"

"Contentémonos con el alimento y el vestido, como nos enseña el Apóstol: porque es preciso dar a los pobres lo que exceda a las necesidades de esta vida. (S. Juan Crisóst., Serm. 18, sent. 208, Trie. T. 6, p. 341-.)"

"Si tenéis con qué hacer limosna, dadla a los pobres, si no tenéis medíos, no os obliga Dios a que la deis; si no teneis pan, vestidos o dinero, que repartir con los necesitados, postraos delante de Dios, herid vuestro pecho, derramad lágrimas, gemid, llorad, levantad las manos al cielo y a los ojos a Dios, ayunad y velad. Todo hombre, por pobre que sea, puede hacer esto, y no tiene pretexto para excusarse. Procurad, pues, ofrecer estas cosas al Señor y en todo tiempo. (S. Juan Crisóst., Serm. de Pseudoproph., sent. 249, Tric. T. 6, p. 35 l.)"

"Jamás os dejen las limosnas y la fe. No dice el Apóstol, haced limosna una vez, diez o cien veces, sino siempre: y no dice, no dejéis las limosnas, sino no os dejen; para que entendamos que nosotros necesitamos de las limosnas, y no ellas de nosotros, y para enseñamos que no debemos omitir diligencia alguna para retenerlas con nosotros: por lo cual nos dice la Escritura: Ponedlas alrededor de nuestro cuello. (S. Juan Crisóst., in Ep. ad Philip. Praef., sent. 348, Tric. T. 6, página 376.)"

"No os preguntará Dios algún día, si habéis dado mucho, sino que examinará si habéis dado a proporción de vuestros bienes; y si halla todo lo contrario, todo lo que habéis dado, será en presencia de Dios un juguete y una burla. (S. Juan Crisóst., Homl. 8, Ep. ad Colon., c. 3, sent. 356, Tric. T. 6, p. 377.)"

"Todo lo hace puro la limosna; esta excede al ayuno, y al dormir en tierra. Aunque estas penitencias sean más molestas y laboriosas, la limosna es de más lucro; ilumina al alma, la nutre y la hermosea. (S. Juan Crisóst., Homl. 80, sent. 7, adic., Tric. T. 6, p. 453.)"

"Confiáis a la tierra vuestra hacienda, y esta os vuelve más: ¿receláis, acaso, que la perderéis si la dais a Jesucristo? (S. August., Psaim. 32, sent. 38, Trie. T. 7, p. 457.)"

"Si tenéis muchos hijos a quienes asistir, cuenta uno más, dando también alguna cosa a Jesucristo. (S. August., Psalm. 38, sent. 47, Tric. T. 7, p. 458.)"

"En el destino de vuestros bienes, ¿qué es lo que guardáis para Jesucristo, y qué es lo que guardáis para vuestros hijos? Entre los que tenéis sobre la tierra contad con ellos un hermano que tienen en el cielo, y ya que debieran, cederle toda la herencia, a lo menos repartan con El. (S. Agust., Psalm. 48, sent. 64, Tric. T. 7, p. 460.)"

"No despreciéis a pobre alguno que os pida limosna, dadle lo que podáis, y sin nada podéis, a lo menos manifestadle la compasión y la benignidad. (San Agust., Psalm. 103, sent. 147, Tric. T. 7, p. 468.)"

"Jesucristo os está secretamente pidiendo en sus pobres, aun cuando nada os piden, y su voz, aun cuando en ellos esté muda, es muy fuerte, porque en cuanto a este punto no es muda en el Evangelio. (San Agust., Psalm. 146, sent. 169, Tric. T. 7, p. 469.)"

"¿Queréis presentar a Jesucristo un ayuno puro y un celo verdadero? Mirad con ojos favorables a los que luchan contra la pobreza, cuanto un monstruo tan lleno de rabia y de furor. (S. Cirilo Alejand., Homl. 5, in Pascha, sent. 19, Tric. T. 8, p. 103.)"

"Cada vez que la caridad nos inclina a aliviar las ajenas miserias, procuramos a nuestras almas grandes adelantamientos. Si estamos persuadidos a que todo cuanto damos a los pobres se convierte en nuestra utilidad, no debemos sentir repugnancia en repartir con ellos nuestros bienes; es preciso aliviarlos con alegría y prontitud. Alimentar a Jesucristo en el pobre, es atesorar en el cielo. Al ver la desigualdad con que están repartidos los bienes, reconoced las ordenas de la bondad y providencia de Dios. Quiso que tuviéreis con abundancia, para que pudiéseis asistir y socorrer en sus necesidades a los otros: con vuestra caridad impedís el que ellos padezcan las incomodidades de la miseria, y vosotros os libráis de la multitud de los pecados. ¡Oh, qué admirables son la bondad y providencia de nuestro Criador! Una acción sola remedia las necesidades de dos personas. (S. León Papa, Serm. 5, sent. 3, Tric. T. 8, p. 382 y 383.)"

"Es preciso, hermanos, valerse de una ingeniosa necesidad para descubrir al que se oculta con el velo de la modestia, y al que la vergüenza detiene. Hay muchos que no se atreven a pedir en público lo que necesitan: más quieren padecer las incomodidades de una miseria secreta y oculta, que la confusión que sentirían pidiendo a cara descubierta la limosna. Es necesario, pues, usar de destreza para descubrirlos y consolarlos en la necesidad que de vergüenza no manifiestan: y así será doble el consuelo, viéndose socorridos con la atención, debido a su pudor. (S. León, Papa, Serm. 8, sent. 4, Tric. T. 8, p. 383.)"

"Hay algunos que cumplirán con exactitud los demás preceptos de¡ Señor, pero no hacen limosnas. Estos creen que el mérito de su fe y de otras buenas obras que practican, suple por las virtudes que les faltan y que serán tratados favorablemente. Mas nos está mandada la caridad con los pobres de tal suerte, que sin ella de nada servirán las demás virtudes. Por más que seas fiel, casto y sobrio, y aunque añadáis a esto el adorno de otras virtudes, si no tenéis celo por los pobres, no lograréis la misericordia; porque dice el Señor: Bienaventurados los misericordiosos; porque ellos alcanzarán misericordia. (S. León Papa, Serm. 9, sent. 5, Tric. T. 8, p. 383.)"

"Nos dice Jesucristo: Bienaventurados los misericordiosos; porque el Señor los tratará con misericordia: para darnos a entender, que aquel riguroso examen que se ha de hacer delante del trono de nuestro terrible Juez, se arreglará por el modo con que hayamos procedido con los pobres; los despiadados serán condenados al fuego con los demonios, y los que hayan sido caritativos, reinarán con Jesucristo.

¡Qué de acciones olvidadas se verán entonces! ¡Qué de pecados ocultos se manifestarán! ¡Qué de retirados escondrijos de la conciencia se registrarán! ¿Quién podrá lisonjearse de tener el corazón puro, y hallarse sin pecado? La caridad que se haya ejercitado con los pobres, será la que venza el rigor del juicio. Las obras de clemencia., mitigarán la severidad de la justicia. (S. León Papa, Ser¡-n. 10, sent. 6, Tric. T. 8, p. 383 y 384.)"

"Constancia, ¡oh limosnero cristiano! Da para recibir, síembra para segar, derrama para coger. No temas perder lo que das, no suspires por la ganancia como si fuera dudosa. Se aumentan tus bienes cuando se reparten bien; y apetecer el justo lucro de la misericordia, es seguir el comercio de unas eternas ganancias. Quiere el que te ha de recompensar que seas liberal; y el mismo que te da lo que tienes, te manda que des, cuando dice: Dad, y se os dará. (S. León Papa,, Serm. 18, e. 2, sent. 11, Tríe. T. 8, p. 384 y 385.)"

"Supuesto que se fatigan inútilmente los que nada omiten de la humillación del ayuno si no lo santifican con la limosna según sus posibles, es preciso que den con más abundancia el alimento a los pobres los que tienen menos fuerzas para observar la abstinencia, recopensando con las liberalidades la dispensa de no ayunar, para que de este modo repartan, por decirlo así, sus enfermedades con los pobres. Un hombre flaco o enfermo que se exceptúa del ayuno, no merece reprensión si procura subvenir al hambre del pobre.Este no peca tomando el alimento, porque la limosna purifica del todo su intención, según aquellas palabras del Señor: Dad limosna y todas las cosas os serán puras. (S. León Papa, Serm. 85, sent. 66, Tric. T. 8, p. 399.)"

"Ahorremos de nuestro ordinario alimento alguna cosa que pueda servir para socorrer a los pobres. El amor del prójimo es el amor de aquel Dios que puso el complemento de la Ley y los Profetas en la unión de una y otra caridad; y para que ninguno dude que ofrece a Dios lo que reparte con el hombre, dijo el Salvador, hablando de sustentar y socorrer a los pobres: Lo que hicísteis por uno de estos, por mí lo hicísteis. (S. León Papa, Serm. 94, c. 4, sent. 77, Trie, T. 8, p. 402 y 403.)"

"Una enhorabuena de los bienes que el Señor te concede, mas para emplearlos en buenas obras y en cumplimiento de los preceptos, y según la doctrina del Señor. Experimenten los pobres que eres rico: beneficie tu abundancia al necesitado: y para conseguir los premios del Señor, pides por la boca de todos los que dirigen por tu alma sus oraciones. Acopia en el cielo tesoros y posesiones, cuyos frutos durarán siempre, libres de las injusticias de los hombres, y de las injurias del tiempo: no los abrasará el sol ni los pudrirá la lluvia. Pecas contra tu Dios si crees que puedes hacer otro Dios si crees que puedes hacer otro uso de las riquezas que el de emplearlas en salvarte; pues de otro modo, el grande patrimonio sólo será una poderosa tentación: si no se hace buen uso de él, ya las riquezas en vez de rescatamos de las culpas, sólo sirven para aumentarlas. (S. Cipriano, ibid., sent. 10, Tric. T. 1, p. 297.)"