EVANGELIOS DE LA SAGRADA FAMILIA


Ciclo A:
Mt 2, 13-15.19-23

HOMILÍA

San Juan Crisóstomo, Homilía sobre el día de Navidad (PG 56, 392)

Junto al Niño Jesús están María y José

Entró Jesús en Egipto para poner fin al llanto de la antigua tristeza; suplantó las plagas por el gozo, y convirtió la noche y las tinieblas en luz de salvación.

Entonces fue contaminada el agua del río con la sangre de los tiernos niños. Por eso entró en Egipto el que había convertido el agua en sangre, comunicó a las aguas vivas el poder de aflorar la salvación y las purificó de su fango e impureza con la virtud del Espíritu. Los egipcios fueron afligidos y, enfurecidos, no reconocieron a Dios. Entró, pues, Jesús en Egipto y, colmando las almas religiosas del conocimiento de Dios, dio al río el poder de fecundar una mies de mártires más copiosa que la mies de grano.

¿Qué más diré o cómo seguir hablando? Veo a un artesano y un pesebre; veo a un Niño y los pañales de la cuna, veo el parto de la Virgen carente de lo más imprescindible, todo marcado por la más apremiante necesidad; todo bajo la más absoluta pobreza. ¿Has visto destellos de riqueza en la más extrema pobreza? ¿Cómo, siendo rico, se ha hecho pobre por nuestra causa? ¿Cómo es que no dispuso ni de lecho ni de mantas, sino que fue depositado en un desnudo pesebre? ¡Oh tesoro de riqueza, disimulado bajo la apariencia de pobreza! Yace en el pesebre, y hace temblar el orbe de la tierra; es envuelto en pañales, y rompe las cadenas del pecado; aún no sabe articular palabra, y adoctrina a los Magos induciéndolos a la conversión.

¿Qué más diré o cómo seguir hablando? Ved a un Niño envuelto en pañales y que yace en un pesebre: está con él María, que es Virgen y Madre; le acompañaba José, que es llamado padre.

José era sólo el esposo: fue el Espíritu quien la cubrió con su sombra. Por eso José estaba en un mar de dudas y no sabía cómo llamar al Niño. Esta es la razón por la que, trabajado por la duda, recibe, por medio del ángel, un oráculo del cielo: José, no tengas reparo en llevarte a tu mujer, pues la criatura que hay en ella viene del Espíritu Santo. En efecto, el Espíritu Santo cubrió a la Virgen con su sombra. Y ¿por qué nace de la Virgen y conserva intacta su virginidad? Pues porque en otro tiempo el diablo engañó a la virgen Eva; por lo cual a María, que dio a luz siendo virgen, fue Gabriel quien le comunicó la feliz noticia. Es verdad que la seducida Eva dio a luz una palabra que introdujo la muerte; pero no lo es menos que María, acogiendo la alegre noticia, engendró al Verbo en la carne, que nos ha merecido la vida eterna.

 

RESPONSORIO                    Mt 2, 13-15
 
R./ Levántate, toma contigo al niño y a su madre y huye a Egipto * y permanece allí hasta que te avise.
V./ Para que se cumpliese lo dicho por el Señor por medio del profeta: de Egipto llamé a mi Hijo.
R./ Y permanece allí hasta que te avise.
 


Ciclo B: Lc 2, 22-40

HOMILÍA

San Cirilo de Alejandría, Homilía 12 sobre diversas materias (PG 77, 1042.1047.1050)

Al asumir la condición de esclavo, Cristo, en cierto modo,
fue contado entre los siervos

Acabamos de ver al Emmanuel acostado en un pesebre como un niño recién nacido, envuelto en pañales según la humana costumbre, pero divinamente celebrado por el santo ejército de los ángeles. Estos serán los encargados de anunciar a los pastores su nacimiento. Pues Dios Padre otorgó a los celestes espíritus este altísimo privilegio: ser los primeros en predicar a Cristo. Acabamos de ver también hoy cómo Cristo se somete a las leyes mosaicas; más aún, hemos visto cómo Dios, el legislador, se sometía, como un hombre cualquiera, a sus propias leyes. Esta es la razón por la que el sapientísimo Pablo nos da esta lección: Cuando éramos menores estábamos esclavizados por lo elemental del mundo. Pero, cuando se cumplió el tiempo, envió Dios a su Hijo, nacido de mujer, nacido bajo la ley, para rescatar a los que estaban bajo la ley.

Así pues, Cristo rescató de la maldición de la ley a los que estaban bajo la ley, pero no a los que eran observantes de la ley. Y ¿cómo los rescató? Cumpliéndola. O dicho de otro modo, mostrándose morigerado y obediente en todo a Dios Padre, a fin de reparar los pecados de prevaricación cometidos en Adán. Pues está escrito que así como por la desobediencia de un solo hombre, todos fueron constituidos pecadores, así también por la obediencia de uno solo todos serán constituidos justos. Por tanto,sometió como nosotros la cerviz al yugo de la ley, y lo hizo por razones de justicia.

Convenía, en efecto, que él cumpliera toda la justicia. Pues al asumir realmente la condición de siervo, quedaba, por su humanidad, inscrito en el número de los súbditos: pagó, como uno de tantos, a los que cobraban el impuesto de las dos dracmas, aun cuando por su calidad de Hijo era naturalmente libre y exento del tributo.

Ahora bien, al verle observar la ley, cuidado no te escandalices ni lo catalogues entre los siervos, a él que es libre; esfuérzate más bien en penetrar la profundidad del plan divino. Al cumplirse, pues, los ocho días, en cuya fecha y por prescripción de la ley, era costumbre practicar la circuncisión de la carne, le impusieron un nombre, y precisamente el nombre de Jesús, que significa Salvación del pueblo.

Tal fue, en efecto, el nombre que Dios Padre eligió para su Hijo, nacido de mujer según la carne. Pues fue ciertamente en ese momento cuando de manera muy especial se llevó a cabo la salvación del pueblo: y no de un solo pueblo, sino de muchos, mejor, de todas las naciones y de la universalidad de la tierra. A un mismo tiempo fue circuncidado y se le impuso el nombre, convirtiéndose efectivamente Cristo en luz que alumbra a las naciones y, a la vez, en gloria de Israel. Y si bien hubo en Israel algunos injustos, obstinados e insensatos, no obstante un resto fue salvado y glorificado por Cristo. Las primicias fueron los discípulos del Señor, cuya gloria resplandece en todo el mundo. Otra gloria de Israel es que Cristo, según la carne, procede de su raza, si bien, en cuanto Dios, está sobre todos y es bendito por los siglos. Amén.

Nos presta, pues un buen servicio el sapientísimo evangelista al relatarnos todo lo que por nosotros y para nosotros soportó el Hijo hecho carne, sin desdeñarse en asumir nuestra pobreza, a fin de que le glorifiquemos como Redentor, como Señor, como Salvador y como Dios, porque a él y, con él a Dios Padre, le es debida la gloria y el poder, juntamente con el Espíritu Santo por los siglos de los siglos. Amén.

 

RESPONSORIO                    Lc 2, 3b-33
 
R./ Tu salvación preparaste, oh Dios, ante todos los pueblos. * Luz para iluminar a los pueblos y gloria de tu pueblo Israel.
V./ El padre y la madre de Jesús se llenaron de estupor oyendo las cosas que se decían de él.
R./ Luz para iluminar a los pueblos y gloria de tu pueblo Israel.
 


Ciclo C: Lc 2, 41-52

HOMILÍA

Orígenes, Homilía 18 sobre el evangelio de san Lucas (2-5: Edit GCS 9, 112-113)

Angustiados buscamos a Jesús

Cuando Jesús cumplió doce años, se quedó en Jerusalén. Sus padres, que no lo sabían, lo buscan solícitamente y no lo encuentran. Lo buscan entre los parientes, lo buscan en la caravana, lo buscan entre los conocidos: y no lo encuentran entre ellos. Jesús es, pues, buscado por sus padres: por el padre que lo había alimentado y acompañado al bajar a Egipto. Y sin embargo no lo encuentran con la rapidez con que lo buscan. A Jesús no se le encuentra entre los parientes y consanguíneos; no se le encuentra entre los que corporalmente le están unidos. Mi Jesús no puede ser hallado en una nutrida caravana. Aprende dónde lo encuentran quienes lo buscaban, para que buscándolo también tú puedas encontrarlo como José y María. Al ir en su busca —dice— lo encontraron en el templo. En ningún otro lugar, sino en el templo; y no simplemente en el templo, sino en medio de los maestros, escuchándolos y haciéndoles preguntas. Busca, pues, tú también a Jesús en el templo, búscalo en la Iglesia, búscalo junto a los maestros que hay en el templo y no salen de él. Si de esta forma lo buscas, lo encontrarás.

Por otra parte, si alguien se tiene por maestro y no posee a Jesús, éste tan sólo de nombre es maestro y, en consecuencia, no podrá ser hallado Jesús en su compañía, Jesús es la Palabra y la Sabiduría de Dios. Le encuentran sentado en medio de los maestros, y no sólo sentado, sino haciéndoles preguntas y escuchándolos.

También en la actualidad está Jesús presente, nos interroga y nos escucha cuando hablamos. Todos —dice— quedaban asombrados. ¿De qué se asombraban? No de sus preguntas, con ser admirables, sino de sus respuestas. Formulaba preguntas a los maestros y, como a veces eran incapaces de responderle, él mismo daba la respuesta a las cuestiones planteadas. Y para que la respuesta no sea un simple expediente para llenar tu turno en la conversación, sino que esté imbuida de doctrina escriturística, déjate amaestrar por la ley divina. Moisés hablaba, y Dios le respondía con el trueno. Aquella respuesta versaba sobre los asuntos que Moisés ignoraba y acerca de los cuales el Señor le instruía. Unas veces es Jesús quien pregunta, otras, es el que responde. Y, como más arriba hemos dicho, si bien sus preguntas eran admirables, mucho más admirables sin embargo, eran sus respuestas.

Por tanto, para que también nosotros podamos escucharlo y pueda él plantearnos problemas, roguémosle y busquémosle en medio de fatigas y dolores, y entonces podremos encontrar al que buscamos. No en vano está escrito: Tu padre y yo te buscábamos angustiados. Conviene que quien busca a Jesús no lo busque negligente, disoluta o eventualmente, como hacen muchos que, por eso, no consiguen encontrarlo. Digamos, por el contrario: «¡Angustiados te buscamos!», y una vez dicho, él mismo responderá a nuestra alma que lo busca afanosamente y en medio de la angustia, diciendo: ¿No sabíais que yo debía estar en la casa de mi Padre?

 

RESPONSORIO                    Lc 2, 47; Is 45, 15
 
R./ Todos los que lo oían estaban llenos de estupor a causa de su inteligencia y de sus respuestas. * Al verlo, sus padres quedaron estupefactos.
V./ Es verdad, tú eres un Dios escondido, el Dios de Israel, el Salvador.
R./ Al verlo, sus padres quedaron estupefactos.