La Vida Ética y el Desarrollo de la Persona según Romano Guardini [1]
Alfonso López Quintás*
La preocupación por las cuestiones éticas atraviesa toda la vida y la
obra de Guardini. Desde sus primeros escritos breves para la Asociación
juvenil Juventus (en Maguncia) y el Movimiento de juventud (en el
castillo de Rothenfels) hasta sus últimas lecciones universitarias en
Munich [2] , Guardini puso sus mejores dotes al servicio de la formación
ética de los jóvenes.
Ese empeño granó en obras tan luminosas y fecundas como las Cartas sobre
la formación de sí mismo (1925), Cartas del lago de Como (1927), El
bien, la conciencia y el recogimiento (1929), Voluntad y Verdad.
Ejercicios Espirituales (1933), Sobre el sentido de la melancolía
(1935), Las etapas de la vida (1953), La aceptación de sí mismo (1953),
El encuentro (1956), Virtudes. Meditaciones sobre formas de vida
cristiana (1963).
En la madurez de sus 65 años y desde la atalaya de la prestigiosa
universidad muniquesa, Guardini se propuso asumir cuanto había pensado y
publicado sobre los grandes temas de la Ética y ofrecerlo a los
estudiantes de modo sistemático. "Siempre me he sentido estrechamente
unido a mis oyentes universitarios. Pero en este curso sobre Ética lo he
experimentado con especial viveza pues para mí significa una especie de
síntesis de todo mi trabajo" [3] .
Sabemos que Guardini concebía sus obras de modo "concéntrico",
insistiendo sobre los mismos temas desde perspectivas distintas y
complementarias. La idea nuclear de esta Ética procede de los años de
Bonn (1920-1922), período de gestación de las conferencias sobre El
sentido de la Iglesia, y fue desarrollada a lo largo de la fecunda
estancia en Berlín (1923-1943). La exposición concreta y pormenorizada
fue realizada en clases universitarias dadas en Tubinga (1945-1948) y en
Munich (sobre todo, desde 1950 a 1962).
Por sus notas de Diario conocemos el empeño que puso Guardini en esta
investigación ética. Constantemente alude a las clases en que iba
exponiendo sus resultados: destaca la afluencia de un público numeroso y
atento, las dificultades que le planteaba la Segunda Parte de la obra
-consagrada al estudio del tema: "Ética y Revelación (el ethos
cristiano)"-, la ansiedad que le producía ver que pasaban los años y se
agravaban las enfermedades sin que el manuscrito estuviera terminado.
El 10 de Junio de 1953 escribe: "Las clases de ética siguen estando tan
frecuentadas como siempre. Estamos en la sexta, y siempre hay más de 650
oyentes, a juzgar por las sillas que hay y la gente que está de pie" [4]
El 11 de Octubre de 1953 hace esta confesión: "Para toda la Ética, que
ya va por el séptimo Semestre, no he abierto un solo libro. No podría
hacerlo. Me haría errar el camino y plantearme cuestiones distintas.
Ahora intento, como última parte del conjunto, diseñar la ética de la
existencia cristiana. La articulación se me aclara cada día más. (...)
La moralidad cristiana consiste en ser llamados por Dios y colaborar con
Su actividad" [5]
Siete días después anota lo siguiente: "Ayer terminé la configuración
-más bien un esbozo, pues son 30 páginas de taquigrafía- de la clase de
ética para el semestre de invierno. Si me alcanza el tiempo, trabajo
ahora de nuevo todo el conjunto y ordeno mejor los pormenores. Debo
procurar que resalte lo ´ético´, o mejor dicho: la tarea a realizar, las
exigencias. También me preocupa ver cómo se armoniza con lo anterior la
última parte acerca de la moralidad propiamente cristiana" [6] . "Si
sale bien esta última parte de mis lecciones de ética, tenemos un esbozo
de una auténtica moral cristiana, no deducida de conceptos o
mandamientos sino inspirada en el acontecimiento concreto de la
salvación" [7] .
El método
El estilo guardiniano de pensar y de expresarse es concreto, holista,
contrastado, fenomenológico y existencial.
1. Guardini se mueve en la línea de los autores del período de
entreguerras que se consagran al análisis de las realidades concretas,
por cuanto es en el plano de la vida concreta y no en el de los
conceptos abstractos donde se da la creatividad y la plenitud.
"Atengámonos no a los conceptos generales sino a la realidad" [8] . Si
queremos comprender a fondo el alcance del ser humano, debemos verlo no
cuando se encuentra a solas sino cuando logra crear una relación
auténtica de encuentro [9] .
2. Al prestar atención a las realidades concretas, Guardini no pierde de
vista el conjunto en el que se hallan engarzadas. Más bien al contrario;
lo capta de modo vibrante, pues cada realidad se halla entretejida
vitalmente con el todo. "Si alguien dijera: quisiera adelantar en la
vida moral, ¿por dónde he de empezar?, podríamos contestarle: por donde
quieras. Puedes empezar por un defecto del que te has dado cuenta en tu
vida profesional. Puedes hacerlo en lo tocante a las exigencias de la
comunidad, de la familia, de la amistad, dondequiera que hayas notado un
fallo. O has percibido dónde te apremia una pasión y tratas de acabar
con ella. En el fondo, se trata sólo de que tengas intención honrada y
te pongas a ello decididamente por cualquier sitio: entonces lo uno
influirá en lo otro. Pues la vida humana es una totalidad: si el hombre
se aplica a un punto con decisión, esto despierta su conciencia y
acrecienta su fuerza moral también en otros, del mismo modo que un
defecto en un aspecto de la vida influye en toda ella" [10] .
3. Para hacer justicia a lo real concreto, inserto en totalidades llenas
de sentido, Guardini se esfuerza por captar los aspectos de lo real que
parecen oponerse pero, en realidad, se contrastan y complementan. Desde
muy joven se preocupó del tema de los contrastes porque la vida
espiritual está llena de tensiones internas, que vienen expresadas por
diferentes esquemas: libertad-norma, contenido-forma,
inmanencia-trascendencia, palabra-silencio, independencia-solidaridad...
[11] .
4. En la línea abierta por la Fenomenología de Edmund Husserl y sobre
todo por la de Max Scheler, Guardini parte de la contemplación directa
de las realidades, tal como se nos "aparecen" cuando accedemos a ellas
sin prejuicios. Por eso dice que parte del "fenómeno" [12] , de lo que
se nos muestra de modo inmediato. "...Vamos a partir del fenómeno mismo
tal como lo encontramos en nosotros y en nuestro alrededor, vamos a
partir de la experiencia ética. Por tanto, yo voy a procurar no decir
nada que cada uno no pueda comprobar directamente. Y si lo que yo diga
es acertado, tendremos que reconocernos a nosotros mismos en ello". Eso
que se nos aparece "no es pura apariencia, sino que es manifestación de
algo real. En el fenómeno se pone de manifiesto la esencia del ser en
cuestión, de forma que quien ve el fenómeno y lo entiende ve y entiende
la esencia del ser correspondiente". "Con el término fenómeno se quiere
decir también que lo que se nos ofrece tiene carácter de imagen (Bild).
Lo que a mí se me muestra no es un montón de detalles, sino un tejido en
el que cada elemento está condicionado por los demás; cada uno sustenta
al otro, cada individuo está dentro de un todo, y el todo, a su vez, se
manifiesta en cada individuo. Por eso el primer acto de la captación del
fenómeno, que sustenta todos los siguientes (el examen crítico, la
comparación, la penetración conceptual), es mirar y ver" [13] .
5. Guardini descubrió tempranamente que las realidades de gran calidad
-obras de arte y de literatura, el encuentro humano, los valores, la
vida espiritual...-, sólo pueden conocerse cuando se adopta ante ellas
una actitud de amor, de reconocimiento y compromiso personal.
"Pensamiento existencial quiere decir que el sujeto cognoscente adquiere
clara conciencia del sentido del objeto en la medida en que lo toma ´en
serio´. Y viceversa, la afirmación que hace le revela su sentido en la
medida en que la deja entrar en su vida y permite que determine su
mentalidad, su conducta, su acción" [14] .
Por eso Guardini adoptó decididamente una actitud "existencial" y se
adhirió a la corriente del "pensamiento existencial". M. Heidegger, K.
Jaspers y G. Marcel destacaron la importancia en la vida humana de una
serie de realidades que son superiores a los meros objetos y exigen para
ser conocidas que el hombre establezca con ellas una relación de
compromiso personal. Esta relación implica un modo de cercanía y otro de
distancia. Al estar cerca a cierta distancia se obtiene un modo de
presencia o encuentro [15] . "...Yo únicamente soy capaz de comprender
algo cuando, respecto al objeto en cuestión, logro establecer una
relación y un distanciamiento (...)" [16] . Al vincular la cercanía y la
distancia, se crea un campo de juego entre nosotros y la realidad que
queremos conocer. Ese campo de juego es un lugar de iluminación: en él
se alumbra el sentido de la realidad conocida. Ello no significa una
posición relativista o subjetivista; es una actitud relacional [17] .
"Si ´existencia´ significa algo, es ante todo unidad, el hecho de que
todo lo que un hombre es y puede y tiene implica una constante
interpretación mutua de uno mismo y del mundo en cada instante del
encuentro (...)" [18] .
Inspirado en este estilo relacional de pensar, Guardini afirma que la
experiencia ética de la que debemos partir para elaborar una Ética es
una experiencia real, y ésta "sólo nace de una verdadera vida ética".
"Tiene uno que habérsela tomado en serio. Haber vivido una cantidad
suficiente de esfuerzos, luchas, conflictos y superaciones para hablar
con cierta autoridad" [19] .
El sentido profundo de la Ética
Guardini sintió siempre una viva preocupación por el hombre y por la
crisis espiritual que está sufriendo. Su fina sensibilidad para
distinguir lo noble y lo plebeyo, lo magnánimo y lo ruin, lo justo y lo
injusto, lo que construye la persona-lidad humana y lo que la destruye
ponía su ánimo en disposición de valorar muy alto los rasgos positivos
que presenta la figura del hombre en cada momento y sentirse abatido al
advertir que, en ciertos casos, no se vive una auténtica "vida en el
espíritu".
En la Edad moderna se cultivó ardorosamente la vida "cultural", pero a
menudo ésta consistió en "soñar con el espíritu", no en vivir una vida
espiritual verdadera, como bien destacó un espíritu congenial: Ferdinand
Ebner [20] . Al hacer quiebra, en la Primera Guerra Mundial, el ideal
que había impulsado esa forma de vida, se atribuyó pricipitadamente al
espíritu la culpa de la hecatombe y se pensó que la superación de los
conflictos entre los hombres sólo podía provenir de una renuncia a la
vida espiritual y un descenso a niveles de realidad infrapersonales,
infracreadores, infrarresponsables. De ahí procede la tendencia a situar
la vida humana en niveles instintivos, infrarracionales. "El hombre
moderno quiere librarse de su persona, porque ésta lo carga de
responsabilidad (...). Quiere librarse de su alma porque le causa dolor;
por eso sacrifica su mundo privado y se entrega a la vida pública" [21]
Frente a esta nostalgia por el mundo infrahumano, Guardini subraya
incesantemente que el hombre sólo puede desarrollar su personalidad y
adquirir plenitud y felicidad por vía de elevación. De ahí que todo su
empeño haya radicado en enriquecer la vida humana por todos los medios y
otorgarle su sentido cabal. Para lograrlo, se preocupa menos de recordar
prohibiciones que de mostrar la fecundidad de lo valioso. En la
presentación de su libro sobre las virtudes escribe: "La doctrina moral
se ha vuelto excesivamente doctrina de lo prohibido; estas
consideraciones quieren hacer justicia a la soberanía viva, la grandeza
y belleza del bien. Con demasiada frecuencia se ve la norma ética como
algo que se impone desde fuera a un hombre rebelde; aquí el bien ha de
entenderse como aquello cuya realización es lo que de veras hace al
hombre ser hombre. El joven Glaucón, ante las palabras de su maestro, se
sintió poseido de un éxtasis de veneración: este libro lograría su
propósito si el lector percibiera que el conocimiento del bien es motivo
de alegría" [22] .
Guardini está convencido de que lo decisivo es que el hombre tenga una
idea cabal de su realidad personal, de lo que es, de dónde viene y a qué
está llamada. "En la Ética trato de interpretar la existencia humana a
la luz de la obligación moral que gravita sobre ella y de la dignidad
que esa obligación le otorga" [23] .
Analizada dicha obligación hasta el fondo, en sus últimas implicaciones,
se descubre que el hombre se realiza plenamente cuando asienta su vida
en valores incondicionados: la verdad y el bien. Todavía impresionado
por el caos que provocó, durante los terribles "doce años" de mandato
nacionalsocialista, la pretensión de dictar al hombre la conducta que ha
de seguir, Guardini escribe: "Hemos recibido una amarga lección sobre lo
que ocurre cuando la autoridad asume aquello que es cosa de la libertad.
Pero su filosofía (la de Platón) ha aclarado para siempre una idea; más
allá de la confusión mental que provoca la Sofística ha mostrado que hay
algo incondicionalmente válido, que puede ser conocido; y, por tanto,
existe la verdad; y todo eso válido se ensambla en la soberanía de lo
que llamamos ´el bien´, y este bien puede realizarse en la vida del
hombre, según las posibilidades de cada caso. Ha mostrado que el bien se
identifica con lo divino, pero su realización lleva al hombre al logro
de su propia condición humana, al hacer surgir la virtud, que significa
vida perfecta, libertad y belleza. Todo esto tiene validez para siempre,
incluso para el día de hoy" [24] .
Guardini mostró en todo momento suma preocupación por anclar el
pensamiento y la conducta en lo que es incondicionalmente "válido"
(gültig). Por eso, aun subrayando enérgicamente la importancia que tiene
el ejercicio de la libertad y la iniciativa humanas, destaca
incesantemente la necesidad en que se halla el hombre de atenerse a las
verdades "objetivas", entendiendo este término en sentido de "reales",
"independientes del arbitrio humano", "fecundas para la vida del
hombre". La gran tarea del filósofo auténtico es "mantener lo
incondicionado en medio de los condicionamientos de la vida, y conservar
lo eternamente válido en medio de lo que fluye y se transforma" [25] .
La seriedad del filósofo es "más necesaria que nunca" cuando el hombre
corre riesgo de adoptar el espíritu "positivista" y perder la pasión por
distinguir lo verdadero de lo falso, lo bueno de lo malo, lo justo de lo
injusto; y descuidar la verdad objetiva por creer que sólo es importante
el "ser auténticos subjetivamente". "El filósofo es responsable de que
se mantenga la recta ordenación del pensamiento y de la vida. Para ello
tiene que hacer distinciones, clarificar las ambigüedades, mantener la
oposición que se da entre las realidades que son inconciliables. Cuando
se halle en juego el núcleo de la existencia, ha de adquirir la firmeza
que es simultáneamente verdad, fidelidad y valentía. Tener carácter en
el filosofar: es ésta una de las cualidades más raras en el clima actual
de reblandecimiento de todo lo válido, en el que se forma un espacio
vacío propicio a toda forma de violencia" [26] .
Esta voluntad de fundamentar debidamente el pensamiento y la vida, lleva
a Guardini a afinar al máximo la sensibilidad para penetrar en el modo
de ser de ciertas realidades sutiles -la verdad, el derecho, la
belleza...- que "están ahí" como algo "poderoso y fuerte", pero de modo
distinto a las realidades tangibles del mundo sensorial. Para
caracterizar más de cerca estas realidades "inobjetivas", advierte que
no son "cosas (Sachen) reales, masa o fuerza, pero sí objetividades
(Gegenständlich-keiten) que están presentes al hombre y no pueden ser
desplazadas del ámbito de lo dado a éste. No se trata de cosas reales
(wirkliche Dinge), sino de ideas (tipos esenciales, normas, valores), no
accesibles a la mano (...), pero innegablemente presentes al juicio y a
la decisión de la voluntad. Es decir, la cosa es, la idea vale. La cosa,
la fuerza, tiene una realidad masiva; la idea tiene fuerza de validez
(Gültigkeit)" [27] .
Para Guardini, "lo válido" (das Gültige) no es algo meramente subjetivo,
sino que traduce la "necesariedad propia de la esencia metafísica". Lo
"valioso" (das Geltende) no es impuesto por el sujeto, sino descubierto.
Esta caracterización necesita ser mucho más precisada, pero fue
suficiente para Guardini en su día, porque destaca claramente la
necesidad que tiene el hombre de nutrir su vida con realidades de
condición y rango muy distintos [28] .
El afán de otorgar a la ética una base inquebrantable es tan fuerte en
Guardini que no se aquieta hasta que logra orientar la vida a la luz de
la palabra revelada. La vida del hombre cobra todo su valor y su alcance
cuando se la ve como una realidad que procede del Creador y está llamada
a elevarse hacia Él. En el 75 "Día de los católicos alemanes", celebrado
en Berlín en 1952, Guardini pronunció una conferencia que condensa
-según propio testimonio- todo su pensamiento: Sólo quien conoce a Dios
conoce al hombre [29] . El hombre es un ser llamado por Dios a la
existencia, y su vida cobra sentido al responder adecuadamente a esa
llamada [30] .
De modo coherente con esta condición del hombre, Guardini añadió como
Epílogo a sus meditaciones sobre las virtudes un capítulo titulado "La
justicia ante Dios", que pone lo dicho en el libro a una nueva luz. Por
eso Guardini recomienda al lector que, una vez que termine de leer el
libro, vuelva a reflexionar sobre él desde la perspectiva abierta en el
Epílogo.
Este nexo entre ética natural y palabra revelada llevó a Guardini a
dividir su gran libro de Ética en dos Partes y consagrarlas a cada uno
de esos temas. Consta por su Diario que la Segunda Parte le costó gran
esfuerzo, y, de hecho, en alguna medida está a medio gestar. Pero no por
ello es menor su poder sugerente. El mismo se preguntó "qué dirán los
oyentes cuando intente deducir el deber del sentido genuino de la
Revelación" [31] . Pero no se arredra ante el riesgo de ser
malentendido, porque está persuadido de que en la Escritura se nos
revela el modo de elevar la vida humana a cotas de realización
insospechadas a la luz de la mera razón. "Querer sólamente lo que es
justo ´también lo hacen los paganos´(Mt. 5, 47). Esto es sólo ´ética´ .
Tú has sido llamado por el Dios vivo. A El no le basta la ética, porque
ésta no le da lo que le corresponde, y el hombre no llega por ella a ser
lo que debe ser. Dios es el Santo. ´El Bien´ es uno de los nombres de
Aquél cuya esencia es inefable. El no exige sólo obediencia respecto al
´Bien´, sino que te sientas vinculado a El, el Dios vivo; que te atrevas
a ello por amor y con el nuevo tipo de existencia que surge del amor. De
esto se trata en el Nuevo Testamento, y sólo cuando se lo consigue, se
hace posible la plenitud de lo ´ético´ " [32] . No se trata sólamente de
unos principios de una moral superior, reconocidos universalmente desde
los tiempos de Jesús. "En realidad, son una invitación a engendrar una
vida nueva". "En la medida en que el hombre realiza lo que supera toda
ética, surge también un nuevo ethos. En él queda cumplido y superado a
la vez el Antiguo Testamento" [33] .
En todas sus predicaciones y escritos, Guardini habló siempre del
hombre a la luz de cuanto la Revelación nos enseña sobre su ser más
profundo. Y, a juzgar por la reacción del público, pensó en su madurez
que "nuestro tiempo, a pesar de todo su escepticismo, anhela una
interpretación de la vida cotidiana a partir de lo eterno" [34] .
El sentido de algunos términos decisivos
1. La "Gestalt": la forma, la figura, la estructura, el conjunto
articulado de un ser que aúna en sí la unidad y la multiplicidad, la
distinción y la semejanza... El término alemán "Gestalt" se utiliza
profusamente en Psicología, Fenomenología y Filosofía en general. Es un
término técnico que presenta diversos sentidos. Ningún vocablo español,
italiano o francés tiene la amplitud suficiente para indicarlos todos.
Según el contexto, habrá que utilizar los términos forma, figura,
estructura, totalidad... De ordinario, suele traducirse "Gestalt" por
figura, pero este vocablo no expresa en ciertas frases el sentido que
presenta aquél. Es, por ello, muy importante que el lector se haga una
idea clara de lo que se intenta expresar con el término "Gestalt".
Decimos que estamos ante una "Gestalt" cuando se unen diversos elementos
y se obtiene una realidad que tiene una forma interior que le da
consistencia y presenta, por ello, una figura externa que permite
reconocerla frente a otras realidades.
Erro! Indicador no definido. Un músico lee una partitura para
captar una melodía. Esta consta de diversas notas; el músico las percibe
todas pero no una a una, aisladas, sino formando parte de un conjunto
dotado de sentido. Este conjunto es una "Gestalt".
Te digo una broma y te ries. La sonrisa está constituida por
diversos elementos de tu cara que se configuran de tal modo que expresan
el agrado que te produjo mi ocurrencia. La sonrisa no es una cualidad
propia de cada una de esos elementos; es la expresión propia del
conjunto que forman, de la figura que componen. Por eso dice Saint
Exupéry que "los intelectuales desmontan la cara y pierden de vista la
sonrisa"; es decir: si queremos descomponer la sonrisa en partes, la
diluimos. La sonrisa constituye un conjunto lleno de sentido: una
"Gestalt".
Leamos, a esta luz, el siguiente texto de Guardini, escrito para
explicar lo que entiende por "fenómeno", es decir, lo que se nos
presenta en la vida como algo real y dotado de sentido: "Tengo ante mí
un árbol, con su figura ("Gestalt") tal como se estructura ("aufbaut")
en el espacio: raíces, tronco, ramas, hojas, flores, frutos. El conjunto
de todo ello ("Das Ganze") está configurado de tal modo que puedo captar
en él un sentido global ("Sinnzusammenhang") perfectamente comprensible:
ese tipo peculiar de vida que se llama ´planta´, a diferencia del
animal; ´árbol´, a diferencia de la hierba; ´haya´ a diferencia del
abeto, etc. La figura del árbol ("Baumgestalt") tiene además una forma
("Form") temporal: puedo conocer el árbol como simiente, como retoño,
como árbol joven, como plenamente desarrollado, como decrépito o como
muerto. Puedo verlo en invierno, sin hojas, como fosilizado; luego en
primavera, en estado de florecimiento; en la plena foliación del verano;
en otoño, cuando las bellotas están maduras. Estas fases forman
("bilden") una figura temporal ("Zeitgestalt") del árbol y me ponen ante
los ojos su desarrollo". "Con el concepto de fenómeno se indica además
que lo que se nos manifiesta tiene carácter de imagen ("Bild") [35] .
De modo semejante y en un nivel de vida superior, cada una de las etapas
de la vida -niñez, adolescencia, juventud, madurez, vejez- constituye
para Guardini una forma de vida ("Lebensgestalt") peculiar, con
características y posibilidades propias [36] .
La expresión "Sinngestalt" es traducida literalmente en la Ética por
"figura de significado". Quizá estaría más claro para el lector si se
dijera "conjunto de sentido", o sencillamente "sentido". En vez de
decir: "Capto la evidencia intrínseca de la figura de significado
presente en lo existente", podría escribirse: "Capto la evidencia
intrínseca del sentido de cada realidad" [37] .
El concepto de "Gestalt" juega un papel destacado en el pensamiento de
Guardini. Indica una realidad concreta, con todo lo que abarca: sus
contrastes y sus tensiones, su fecundidad y sus riesgos, su estructura y
su flexibilidad interior. Cada "Gestalt" forma un conjunto de sentido,
que debe ser distinguido de los otros, pero no escindido, sino más bien
ensamblado con ellos, para formar nuevas "Gestalten" o realidades
complejas dotadas de un sentido peculiar. Un tema musical es una
"Gestalt", tiene una forma propia, pero está llamado a vincularse
activamente con otros para dar lugar a formas ("Gestalten") nuevas y, en
definitiva, a la forma total que constituye la obra entera. Una familia
es una "Gestalt", tiene su vida propia, pero esta vida pide de por sí
conectarse activamente con otras "Gestalten" -entidades dotadas de
sentido propio-, para formar el conjunto de "Gestalten" o estructuras
vitales que llamamos "sociedad". Tener finura de espíritu para captar el
sentido propio de las "Gestalten", de las formas que surgen por el
ensamblamiento de diversas realidades de menor en-vergadura, constituye
la quintaesencia de lo que Pascal entendió por "esprit de finesse".
2. Las "figuras de valor" (Wertfiguren). Para indicar, por ejemplo, que
cada etapa de la vida humana presenta una trama de valores propios,
Guardini indica que ostenta una "figura axiológica" específica, una
"figura de valor" peculiar. En las "figuras de valor" aparecen
determinados valores en los que predominan ciertas cualidades y forman,
por tanto, grupos característicos. Esos valores determinan las
posibilidades morales y las tareas de cada fase de la vida [38] .
"Figura de valor" indica una trama de valores mutuamente relacionados.
Esta expresión es, pues, afín a la de Gestalt. Guardini mismo afirma que
"las formas de vida ("Lebensgestalten") constituyen también figuras de
valor ("Wertfiguren") en el sentido en el que utilizaremos esta
expresión en esta clase" [39] .
3. Guardini alude en algunas ocasiones a "los doce años". Se refiere al
período de mandato nacionalsocialista (1933-1945) que tanta devastación
produjo en todo el mundo, sobre todo en Europa.
_______________
*El Dr. López Quintás es catedrático de filosofía en la Univ. Complutense
de Madrid y por encargo del Ministerio de la Educación dirige un curso
de Ética en el site: http://cerezo.pntic.mec.es/~alopez84/
[1] Este artículo es parte del libro La verdadera imagen de Romano
Guardini, a ser publicado por Eunsa (Pamplona).
[2] Estas lecciones fueron editadas, póstumamente, en 1993, por Hans
Mercker, con la colaboración de Martin Marschall, bajo el título Ethik.
Vorlesungen an der Universität München (1950-1962), dos vols.,
editoriales Grünewald y Schöningh , Maguncia-Paderborn 1993, 21994.
Versión española: Ética lecciones en la universidad de Munich, BAC,
Madrid 1999.
[3] Cf. Las etapas de la vida, Ediciones Palabra, Madrid 1997, p. 127;
Die Lebensalter. Ihre ethische und pädagogische Bedeutung, M. Grünewald,
Maguncia 71996, p. 79..
[4] Wahrheit des Denkens und Wahrheit des Tuns, Schöningh, Paderborn
1985, p. 36.
[5] O. cit., p. 62.
[6] O. cit., págs. 64-65.
[7] O. cit., p. 81.
[8] Sorge um den Menschen, Werkbund, Würzburg, 1962, p. 126. Versión
española: Preocupación por el hombre, Cristiandad, Madrid 1965.
[9] Cf. Jean Wahl: Vers le concret, Vrin, París, 1932.
[10] Una ética para nuestro tiempo, Cristiandad, Madrid 1974, p. 33;
Tugenden. Meditationen über Gestalten sittlichen Lebens, Grünewald,
Maguncia 41987, p. 30.
[11] La teoría del "contraste" da "el ritmo y la medida" a toda la obra
de Guardini, como él mismo indica en el trabajo que dedicó a esta
decisiva cuestión: Der Gegensatz. Versuche einer Philosophie des
Lebendig-Konkreten, Grünewald, Maguncia 1925, 31985, págs. 103-120; El
contraste. Ensayo de una filosofía de lo viviente-concreto, BAC, Madrid
1996, págs. 137-150.
[12] Recuérdese que este término procede del griego phainesthai
(aparecer).
[13] Cf. Ethik, págs. 289-290; Ética, págs. 218-219. Véase, asimismo:
Religion und Offenbarung, Werkbund, Würzburg, 1958, págs. 19 ss;
Religión y Revelación, Cristiandad, Madrid 1960, págs. 27 ss.
Es útil confrontar esta teoría de la contemplación de las esencias en
los "fenómenos" con la que late en este bello párrafo del joven Xavier
Zubiri: "El ejemplo es el instrumento esencial de la educación
intelectual (...). El verdadero educador de la inteligencia es el que
enseña a sus discípulos a ver el ´sentido´ de los hechos, la ´esencia´
de los acontecimientos. La intuición se tiene o no se tiene, no cabe
refutarla ni reforzarla. En estas condiciones, la misión del maestro es
colocar al discípulo en ´el punto de vista´ adecuado para que ´vea´ el
objeto. La función discursiva será siempre secundaria lo mismo en
pedagogía que en lógica. Los objetos del mundo real se ´perciben´ pero
no se demuestran" (Cf. "Filosofía del ejemplo", en Revista de Pedagogía,
Madrid 5 (1926) 289, 293.
[14] Cf. La existencia del cristiano, BAC, Madrid 1997, p. 9; Die
Existenz des Christen, Schöningh, Paderborn 1977, págs. 8-9.
[15] Sobre la fecundidad del pensamiento "existencial" -indebidamente
confundido a veces con el Existencialismo, denominación aplicable
sólamente al pensamiento de J.P. Sartre- pueden verse mis obras
Metodología de lo Suprasensible, Editora Nacional, Madrid 1963; El
triángulo hermenéutico, Madrid 1975; Cinco grandes tareas de la
filosofía actual, Madrid 1977. El "triángulo hermenéutico" está
constituido por una forma de inmediatez que se contrasta con una forma
de distancia para dar lugar a una forma de presencia.
[16] La existencia del cristiano, p. 7; Die existenz des Christen, p. 7.
[17] La existencia del cristiano, p. 9; Die Existenz des Christen, p.
8.
[18] Cf. Guardini: Stationen und Rückblicke, Werkbund, Würzburg 1965, p.
21.
[19] Cf. Ethik, p. 290; Ética, p. 218.
[20] Véase su obra básica: La palabra y las realidades espirituales,
Caparrós, Madrid 1993, págs, 31, 64; Das Wort und die geistigen
Realitäten (1921), Kösel, Munich 1963, págs. 31, 74. Una amplia
exposición del pensamiento dialógico de Ebner se halla en mi obra El
poder del diálogo y del encuentro, BAC, Madrid 1997.
[21] Wahrheit des Denkens…, p. 128.
[22] Cf. Una ética para nuestro tiempo, p. 12; Tugenden. Meditationen
über Gestalten sittlichen Lebens, p. 10. Se refiere Guardini al diálogo
sostenido por Glaucón y su maestro Sócrates en la República (509 b). Al
manifestar Sócrates que, en el bien, la verdad suprema se identifica con
lo divino, Glaucón exclamó entusiasmado: "¡Estás hablando de algo
insuperablemente bello!".
[23] Cf. Las etapas..., págs. 127-128; Die Lebensalter..., p. 79. En
esta misma línea, Xavier Zubiri escribe: "En el fondo de toda moral lo
importante no es el sistema de deberes que la sociedad determina; lo que
importa es la idea que se tenga del hombre" (Cf. Sobre el hombre,
Alianza Editorial, Madrid 1986, p. 425). Sobre el pensamiento ético de
Zubiri, puede verse mi estudio "Fundamentación zubiriana de la ética",
en La cultura y el sentido de la vida, PPC, Madrid 1993, págs.129-154.
[24] Cf. Una ética para nuestro tiempo, p. 11; Tugenden, p. 9.
[25] Las etapas..., p. 131; Die Lebensalter..., p. 83.
[26] Las etapas..., p. 132; Die Lebensalter..., p. 84.
[27] Auf dem Wege. Versuche, M. Grünewald, Maguncia 1923, p. 69.
[28] El análisis de estos tipos de realidad es el tema de mis obras más
amplias: Metodología de lo Suprasensible, Editora Nacional, Madrid 1963;
El triángulo hermenéutico. Introducción a una teoría de los ámbitos,
Madrid 1971; Cinco grandes tareas de la filosofía actual, Madrid 1977;
Estética de la creatividad, Rialp, Madrid 31998; Inteligencia creativa,
BAC, Madrid 1999.
[29] Cf. Nur wer Gott kennt kennt den Menschen, Werkbund, Würzburg 1952.
Reedición en 1965, con el título Den Menschen erkennt nur wer von Gott
weiss, Grünewald-Schöningh, Maguncia-Paderborn. Edición española: Quien
sabe de Dios conoce al hombre, PPC, Madrid 1995, publicada conjuntamente
con El fin de la modernidad.
[30] Cf. Mundo y persona, Encuentro, Madrid 2000, págs. 123-124; (Welt
und Person, Werkbund, Würzburg 1954, págs. 110-113). La existencia del
cristiano, p. 179; (Die Existenz des Christen, p. 180).
[31] Cf. Wahrheit des Denkens..., p. 69.
[32] Cf. Der Herr. Betrachtungen über die Person und das Leben Jesu,
Werkbund, Würzburg 1951, p. 92; El Señor, Rialp, Madrid 1963, p.148.
[33] Cf. Der Herr, págs. 92-93; El Señor, p. 149.
[34] Cf. Una ética para nuestro tiempo, p. 11; Tugenden, p. 9.
[35] Cf. Ethik, págs. 290-291; Ética, p. 225. Las cursivas y los
paréntesis son míos.
[36] Cf. Las etapas..., págs. 30-31; Die Lebensalter..., págs. 11-12.
[37] Cf. Ethik, p. 136; Ética, p. 114.
[38] Cf. Las etapas..., p. 31; Die Lebensalter..., p. 12.
[39] Se refiere a una clase de los cursos de Ética que están recogidos
en el libro titulado Ética.
Remitido por Paloma Gil Borrell