PREFACIO


A pesar de su posición central como una de las asignaturas teológicas principales (Art. 51 n. 16 de las Ordinationes de la Sapientia Christiana) el derecho canónico sigue siendo una disciplina de cuyos temas y problemas no se preocupan apenas los teólogos. Además de esto, existe desde el concilio Vaticano II una comprensión reduccionista, muy extendida entre creyentes e, incluso, entre los cultivadores de las ciencias teológicas y pastorales como si fuera una dimensión positivista y sociológica y meramente externa para la vida de la Iglesia. Detrás de esto se encuentra la no probada impresión de un hiato insalvable entre la experiencia del derecho por una parte y la experiencia de la fe en la Iglesia de hoy por otra. El concepto clave conciliar communio ecclesiarum implica por el contrario una realidad estructural y humana en la cual se encarna con su fuerza unificadora, una dimensión teológica, a saber, la gracia concedida a través de la palabra y el sacramento avalados por la sucesión apostólica, por lo cual el derecho canónico no sólo está fundado antropológica y sociológicamente sino también teológicamente.

El pensamiento básico que inspira el presente manual es justamente la convicción de que todo el derecho canónico, tanto como estructura interna de la comunidad eclesiástica como también en el sentido de una ciencia con su propia epistemología y metodología, se conforma y se aclara a partir de los elementos originales de la Iglesia tal y como los entiende el autor: palabra, sacramento, sucesión apostólica y carisma. Con esta concepción está también de acuerdo Von Balthasar según el cual el derecho canónico como communio tiene en la Iglesia la función de garantizarle que ella es y sigue siendo la comunidad en el amor: Comunidad de aquel amor cuyo origen es Jesucristo y que se les da a los hombres por el Espíritu Santo. Sobre esta base el autor logra ofrecernos una interpretación global y consecuentemente teológica del derecho canónico, realizando en esto una función que apenas ha sido cubierta por ningún otro de los manuales al uso. El punto de partida sistemático escogido para este libro, lo distingue ya netamente de los otros compendios y comentarios aparecidos en los últimos años, dando a entender en su misma estructura externa esta lectura teológica integral del derecho canónico como dimensión viva y actual de la realidad de la Iglesia.

En este trabajo, que quiere ser una ayuda para los estudiantes, se refleja también la creciente conexión del autor con el trabajo interdisciplinar en el marco de la manera de pensar de Amateca. El trato constante con peritos de otras disciplinas teológicas y de origen cultural muy diferente nos da a conocer que también el derecho canónico hay que enseñarlo de manera que «aparezca claramente la unidad de toda la lección teológica desde las raíces internas de cada tema, de manera que todas las materias estén orientadas hacia un conocimiento intensivo del conocimiento de Cristo» (Sapienta CHRISTIANA 67, 2). Detrás de todo esto no es dificil adivinar que está actuando la convicción de J. Ratzinger de que en el marco de la teología hace falta una ablatio constante, es decir, un prescindir de lo anticuado y sobrante para que la «nobiles forma», es decir, lo realmente esencial, aparezca. Sólo así se puede hacer de nuevo fructífero y mantener viva la relación entre experiencia de fe y experiencia del derecho eclesial. Para esto puede ser muy útil y provechoso este manual.

 

Antonio Ma Rouco Varela
Cardenal-Arzobispo de Madrid