SIETE PROPOSICIONES SOBRE EL HOMBRE CABAL

La doctrina occidental de la vida resume y articula en siete proposiciones lo que el hombre "debe":

1. El hombre, en la medida en que realiza lo que se entiende por tal, es aquel que, escuchando la palabra de Dios, se abre a ella -en la fe- siempre que llega a percibirla.

2. El hombre sólo es cabal e íntegro cuando tiende -en la esperanza- a una plenitud que no le es posible alcanzar en la presente existencia corporal.

3. El hombre que aspira a la perfección es aquel que -en el amor (caridad)- participa del infinito poder asertivo del propio Creador y, con todas sus fuerzas vitales, da por buena la existencia de Dios, del mundo y de él mismo.

4. El hombre sólo puede ser cabal cuando su visión de la realidad no se deja enturbiar por el sí o el no de la voluntad y cuando, al contrario, su decidir y obrar dependen de lo real como aparece a sus ojos. El hombre es prudente por el hecho de estar resuelto a obrar la verdad.

5. El hombre bueno es ante todo justo, lo cual significa que se entiende a sí mismo como hombre entre otros hombres. Posee el arte de vivir con los demás haciendo que a cada uno se le atribuya lo que le corresponde.

6. El hombre prudente y justo sabe que, para realizar el bien en este mundo, es necesaria la puesta en juego de la persona y está dispuesto -gracias a la fortaleza- a soportar inconveniencias y penalidades por mor de la verdad y la justicia.

7. A la integridad del hombre pertenece la virtud de la templanza, que le protege contra la autodestrucción por el goce.

Josef Pieper ("Antología", Editorial Herder, Barcelona, 1984; pp. 20-21).