HISTORIA DE LA FILOSOFÍA

 

Nominalismo y crisis de la Escolástica 

1. Introducción 
2. Tesis fundamentales de Escoto 
3. Criticismo. Tesis principales de Ockham  
4. Relación entre fe y razón según Ockham  
5. El voluntarismo ockhamista  
6. Nominalismo y principio de individuación 
7. Críticas al excesivo racionalismo griego 
8. El nominalismo de Ockham 
9. Conocimiento intuitivo frente al abstractivo 
10. Naturaleza de los conceptos universales 
11. La «navaja» de Ockham 
12. El nominalismo y la ciencia

 

 NOMINALISMO Y CRISIS DE LA ESCOLÁSTICA

1. Introducción

• Llegamos ahora a un período crítico de la historia de la filosofía: el siglo XIV:

a. Los filósofos de este período -Escoto, Ockham- critican los fundamentos de toda la filosofía anterior.

b. Supone el desmoronamiento de las estructuras sociales, políticas y religiosas medievales -la colaboración entre poder político y autoridad religiosa se deteriora definitivamente y el imperio se divide en multitud de estados/principados que reclaman su soberanía; los obispos reunidos en concilio pretenden tener una autoridad mayor que la atribuida a la persona del papa...

c. Caen por tierra las grandes síntesis filosófico-cristianas de raíz griega y se desarrollan las ideas e interpretaciones que llevarán, en último término, a la modernidad.

• Las dos grandes figuras del XIV:

®  Duns Escoto: Escocés, 1266; franciscano; estudió en Cambridge, Oxford y París; murió a los 40 años (1308) y tuvo fama de ser extraordinariamente agudo, crítico y sutil (Doctor Subtilis)-.

®  Guillermo de Ockham: Nació a finales del XIII, franciscano. Estudió en Oxford y condenaron algunas de sus doctrinas; fue procesado por sus críticas radicales contra el papado y su defensa radical de la pobreza franciscana. El papa le excomulgó en 1328. Murió en 1349, no sabemos si reconciliado o no con la Iglesia.

 

2. Tesis fundamentales defendidas por Escoto

a. Empeño por crear un sistema filosófico sólido y coherente, explicativamente útil en todos los campos de la realidad. Como Santo Tomás, se inspiró en Aristóteles e intentó asimilar lo más aceptable de su pensamiento. Pero, por ser franciscano, tuvo mayor influencia de la tradición agustiniana -aceptada mayoritariamente por los franciscanos en el s. XIII- que Tomás.

b. Respecto al conocimiento de los objetos concretos del universo, aceptó de Arist. que conocemos la verdad y captamos las esencias universales de los seres naturales mediante la abstracción. El conocimiento consiste en un proceso de abstracción apd los estímulos sensibles -igual que Tomás-, pero el entendimiento sí puede conocer directamente las cosas particulares/individuales, mediante una intuición directa/inmediata que puede resultar algo confusa -contra Tomás-.

c. Libertad y voluntad prevalecen sobre el entendimiento. Inspirado en la corriente agustiniana, Escoto opina que la voluntad se caracteriza por ser libre para elegir, y esta libertad hace que sea superior y más perfecta que el entendimiento. Mientras el entendimiento no puede dejar de reconocer la validez de un teorema matemático, la voluntad puede ir muchas veces contra la razón y actuar libremente.

 

3. Criticismo y principales ideas filosóficas de Ockham

    Ockham inaugura un nuevo estilo de hacer filosofía: ya no pretende construir un sistema, como Escoto y los grandes filósofos anteriores. Emprende una crítica sistemática de todos los sistemas filosóficos anteriores: platonismo, aristotelismo, agustinismo, tomismo y escotismo. Esta actitud se conoce como criticismo.

Criticismo: Consiste en una actitud de crítica sistemática y razonada de las afirmaciones y doctrinas filosóficas anteriores, mostrando sus errores, confusiones y falta de coherencia lógica. Sus herramientas de trabajo son la razón, la lógica, el lenguaje y el análisis empírico o teórico. Reconoce, por tanto, la autonomía de la razón y de la filosofía frente a la fe, y no se siente atado a ningunos prejuicios doctrinales -filosóficos o religiosos- anteriores. Semejante actitud, característica del s. XIV, fue favorecida por las circunstancias sociopolíticas mencionadas en la introducción.

 • En esta época se va consolidando la filosofía como disciplina autónoma y se hace cada vez más crítica: revisa sus presupuestos y conclusiones, desconfía de todos los sistemas filosóficos anteriores y no duda en criticar las incoherencias de la fe. Muchos cristianos y miembros de la jerarquía vieron en esta concepción de la filosofía un serio peligro para la fe. Como reacción, se inclinaron por un misticismo religioso a menudo irracional directamente enfrentado al criticismo filosófico.

 

4. La relación entre fe y razón según Ockham

Todavía era una cuestión pendiente en el XIV. El averroísmo había sostenido que pueden ser contradictorias y Santo Tomás rechazó esa posibilidad, puesto que de hecho tienen contenidos comunes. La ventaja de este plateamiento: teología y filosofía pueden coordinarse, cabe un estudio racional y filosófico de lo religioso y es posible una antropología y una ética filosófica conformes a la fe y la moral cristianas.

a. Ockham elimina la zona de intersección entre fe y razón, y las considera fuentes de información distintas con contenidos también diferentes. Numerosas verdades de fe que Aquino consideraba racionalmente demostrables le parecen inconsistentes a Ockham, y las relega al ámbito «irracional» de los religioso.

b. Ockham niega que tanto los atributos -omnipotente, inmenso, justo, perfecto, causa incausada...- como la existencia misma de Dios puedan ser demostrados racionalmente: pertenecen al ámbito de la fe. Para ello estudia uno de los elementos fundamentales utilizados por Santo Tomás en las cinco vías: el recurso al principio de causalidad.

c. Que los fenómenos obedecen a causas es innegable: todo efecto tiene una causa. Pero esa afirmación no basta para determinar cuál es la causa en cada caso. Sólo la observación detenida y rigurosa nos permite descubrir la causa concreta de cada fenómeno [la leche se calienta, pero puede ser por calor de butano, resistencia eléctrica, radiación microondas, etc.].

d. Semejante interpretación de la causalidad hace imposible una demostración de la existencia de Dios. Podemos estar seguros de que existirá una causa primera del universo, pero ello no nos autoriza a concluir que se trate del Dios creador del que habla la fe cristiana (adelanta las teorías empiristas sobre la causalidad de Hume y Kant, en parte).

e. Ni siquiera la existencia del alma puede ser demostrada convincentemente por vía racional.

 

5. El voluntarismo ockhamista

St. Tomás sostenía que todos los mandamientos morales del cristianismo pueden ser derivados de la ley natural y comprensibles racionalmente. Para Ockham, ningún mandamiento es de ley natural. Si Dios hubiese querido, podría haber creado un mundo en el que odiarle no fuese pecado sino virtud.

Ockham pensaba que las leyes no derivan de la naturaleza ni son inmutables. Son convencionales, fruto de una decisión divina -no humana-. Dios pudo haber creado un mundo donde el robo y el adulterio estuviesen permitidos.

•. Ockham enfatiza, por encima de todo, la libertad y omnipotencia divinas: Intenta llevar hasta sus últimas consecuencias algunas de las más claras afirmaciones del cristianismo: «Creo en Dios todopoderoso». Lo interpreta entendiendo que la libertad no está sometida a regla, lógica ni necesidad alguna.

•. El voluntarismo teológico es la aplicación a Dios de la tesis que sostiene la primacía de la voluntad y la libertad sobre el entendimiento, y que considera la libertad el elemento fundamental de la naturaleza humana.

 

6. Nominalismo y principio de individuación

El principio de individuación, sobre el que tanto había reflexionado Santo Tomás y cuya solución fue responsabilizar a la materia de las diferencias particulares, fue rechazado por Ockham y considerado un falso problema. 

• Se trata de un pseudoproblema originado por una confusión: el problema surge por considerar que la misma esencia se halla multiplicada en cada individuo -Claudia Schiffer comparte la misma esencia que Alfonso Guerra-. Esto le parece a Ockham un error fundamental: la esencia de Schiffer es única, inconfundible e intransferible. Por tanto, no hay una esencia multiplicada en diversos individuos; hay tantas esencias como individuos. La esencia de cada individuo se identifica totalmente con él mismo y con nadie más. No hay, pues, principio de individuación: hay individuos, y eso es todo.

 

7. Críticas de Ockham al excesivo racionalismo griego

• Ockham defendió hasta el extremo la omnipotencia y libertad de Dios frente a nuestros estrechos encasillamientos racionales. Sus críticas a los sistemas filosóficos del XIII eran también un rechazo a las más importantes ideas griegas que el Cristianismo había asimilado: identidad y comunidad de esencia, unidad dentro de la pluralidad, lo permanente como sustrato de lo cambiante... y todo lo que garantizaba para los griegos la racionalidad, el orden y la permanencia del universo.

• Ockham pensaba que la concepción griega ponía en peligro la libertad y omnipotencia divinas. Rechazó que las ideas verdaderas de las que hablaban platónicos, neoplatónicos y agustinianos coincidiesen con los arquetipos o ejemplares divinos. Eliminadas las ideas ejemplares, cae la noción de «esencia» como algo consistente e inmutable. Con las demás esencias, se esfuma también la esencia humana y la posibilidad de fundamentar una ley moral natural.

• Ockham, a diferencia de los griegos, tiene la imagen de un universo donde sólo hay individuos, cuyo orden es gratuito y fruto de una voluntad divina caprichosa, que podía haber creado otro mundo con un orden totalmente distinto. Para Ockham, el orden del universo es puramente fáctico, contingente.

8. El nominalismo de Ockham

    Ockham aportó el concepto de «nominalismo», según el cual no existen conceptos universales, sino sólo nombres universales (no existe el concepto universal «hombre»; sólo la palabra que utilizamos para nombrar al conjunto de los hombres. Pero el interés fundamental de Ockham no está en negar que existan conceptos universales, sino en negar que éstos tengan realidad extramental. No existe una esencia universal compartida por todos los hombres; sólo existen semejanzas entre unos hombres y otros, y en tales semejanzas está el único fundamento real de los conceptos universales.

 

9. Conocimiento intuitivo frente a conocimiento abstractivo

    Ockham rechaza la teoría tomista del conocimiento, y afirma que el entendimiento tiene un conocimiento directo e intuitivo de las realidades individuales. Resultan así innecesarios todos los pasos del complejo proceso de conocimiento en Aristóteles y Santo Tomás:

[sensación ® imagen ® entendimiento agente universalizando ® entendimiento posible conociendo el universal ® entendimiento posible volviéndose a la imagen].

Según Ockham, el proceso es mucho más sencillo: en cuanto los sentidos perciben un objeto exterior, el entendimiento los conoce intuitivamente, sin más complicación.

• El conocimiento intuitivo es:

a. directo, inmediato: entre la captación de un objeto por los sentidos y su conocimiento por el entendimiento no existen mecanismos y operaciones intermedias;

b. siempre es un conocimiento de algo que está presente;

c. la validez de este conocimiento está garantizada por la cosa conocida, por ser el objeto exterior la causa de tal conocimiento;

d. permite al entendimiento afirmar la existencia de los objetos que conoce;

e. alcanza el conocimiento intuitivo a las relaciones que existen entre los objetos exteriores, no sólo a los objetos aislados: detectamos las cualidades -color, peso, masa, belleza- de los objetos al mismo tiempo que nos percatamos de su presencia.

POR LO TANTO, la intuición intelectual es el fundamento de nuestro conocimiento de las realidades individuales y de las relaciones existentes entre ellas.


10. Naturaleza de los conceptos universales

    Aparte del conocimiento intuitivo de los objetos individuales, el entendimiento posee un conocimiento abstractivo (el que interviene cuando hacemos enunciados generales sobre todos los individuos de una clase, especie o conjunto: todos los cuervos son negros), y eso explica que tengamos conceptos universales, surgidos espontáneamente en el proceso de conocimiento.

• Los conceptos universales son signos de carácter lingüístico. Hay tres clases de signos lingüísticos:

a. sig. ling. PROFERIDOS: palabras habladas;

b. sig. ling. ESCRITOS: palabras escritas;

c. sig. ling. PENSADOS MENTALMENTE: conceptos o palabras mentales.

El rasgo común a todos ellos es que pueden funcionar como cosas que significan. El término o concepto «hombre» funciona en la conversación como un signo lingüístico que representa o sustituye a los individuos que llamamos «hombres» -el signo supone/suplanta/ocupa el lugar de las cosas en el discurso-.

• Mientras las palabras escritas y habladas son signos convencionales, los conceptos son signos naturales: la palabra «hombre» puede ser tan buena para designar a los hombres como man, homme, uomo. Sin embargo, el concepto de hombre no ha sido arbitrariamente establecido y no puede ser sustituido por ningún otro para designar a los individuos humanos (los conceptos se parecen a otros signos naturales como el llanto o la risa, para expresar dolor o alegría).

•. La conclusión es que el entendimiento posee una estructura lingüística que funciona produciendo espontáneamente conceptos como signo de las cosas percibidas. Las claves, pues, de la filosofía ockhamista son:

1ª. Una teoría de la realidad -ontología- cuyo centro son las realidades individuales.

2ª. Una lógica del lenguaje, pues toda la interpretación del conocimiento se hace a partir de las estructuras lingüísticas.

3ª. Un fundamento teológico en la omnipotencia divina como principio supremo de su sistema filosófico.

 

11. La «navaja» de Ockham

• Otra de las grandes aportaciones de Ockham a la filosofía es su llamado principio de economía: no hay que multiplicar los entes sin necesidad, es decir: no ha de suponerse la existencia de más cosas que las estrictamente necesarias para explicar los hechos -criterio que a partir de entonces y hasta hoy harán suyo los mejores científicos-.

• Otros filósofos anteriores lo habían aplicado más o menos explícitamente, rechazando en sus explicaciones todos los elementos que puedieran resultar inútiles o superfluos. Pero es un principio requerido por la sensatez y la razón mismas. Obliga a estudiar qué elementos son estrictamente necesarios e imprescindibles en las explicaciones.

• Las cosas que parecieron estrictamente necesarias a Ockham fueron:

a. En la teología, sólo aquellas entidades exigidas por los artículos fundamentales de la fe.

b. En ciencia y filosofía, sólo las realidades de las que tenemos conocimiento intuitivo y las demás realidades cuya existencia puedan deducirse directamente a partir de las conocidas por intuición.

Esta «navaja» intelectual le sirvió para rechazar las múltiples distinciones y sutilezas hechas por Aquino y Escoto, por ejemplo el principio de individuación, que ni es exigido por la fe ni del cual tenemos conocimiento intuitivo. Del mismo modo pudo rechazar la distinción entre entendimiento agente y pasivo, entre esencia y existencia, entre sustancia y accidentes, etc.


12. El nominalismo y la ciencia

• Aunque personalmente no contribuyó al progreso de la ciencia, las ideas de Ockham fomentaron la investigación empírica. De hecho, los grandes científicos del XIV tuvieron alguna u otra vinculación con el movimiento nominalista.

Al concebir el universo como un orden meramente fáctico y contingente, que podría haber sido de cualquier otra manera y con leyes diferentes para regular fenómenos y procesos, fomentó la idea de que es inútil deducir las leyes naturales a partir de principios abstractos. Por consiguiente, sólo la observación nos permitirá conocer las leyes particulares que intervienen en cada fenómeno o proceso.

• La concepción ockhamista de la causalidad convenció a muchos investigadores de que las causas de los hechos sólo pueden ser identificadas mediante observación atenta.

• Concediendo tanta importancia a lo individual, el nominalismo favoreció la observación empírica de objetos, seres y fenómenos particulares.