METAFÍSICA

 

LIBRO I

 

EL "ENTE" EN COMÚN

 

46.- En este libro primero, vamos a tratar de todo aquello que dice referencia al "ente", en cuanto que es "ente", y estableceremos la siguiente división: naturaleza y propiedades del "ente" (parte 1ª), y división suprema del "ente" (parte 2ª).

 

PARTE I

 

EL "ENTE" CONSIDERADO EN SÍ MISMO

 

47.- Nos vamos a preguntar, en esta primera parte, por el "ente" mismo, tratando de descubrir su naturaleza (c.1); su realidad (c.2); su ley suprema (c.3); sus propiedades (c.4), y aquellos elementos que se hallan en conexión con ellas (c.5).

 

CAPITULO  I

 

LA NOCIÓN DE "ENTE"

 

49.- Al disponernos a desarrollar la Metafísica, o ciencia del "ente", lo primero que hemos de procurar es conocer, al menos de un modo general, qué es el "ente", u objeto acerca del cual trata dicha ciencia.

 

Para cumplir este cometido, expondremos primero su "definición" (a.1); declararemos después sus "elementos quasi-constitutivos" (a.2); declararemos aún más el "ente" mediante su opuesto, que es la "nada" (a.3), y mediante aquello que tiene alguna relación con el "ente" ("ente de razón") (a.4).

 

Artículo I

Descripción de la noción de "Ente"

 

50.- Con la pregunta: "¿qué es el "ente"?, de algún modo se está reclamando la "definición" del ente. La definición puede ser "nominal" y "real", y a su vez, la "nominal" puede ser "etimológica" y "común". Vamos a tratar, pues, de estas tres con el fin de dar respuesta a la pre­gunta formulada al comienzo.

 

1.- Definición nominal etimológica del ente.

 

50.- Puesto que una definición nominal tiene que estar, toda, ella, orientada, en definitiva, al conocimiento de la cosa misma significada por el nombre, y la cosa, por su parte, existe en todas las lenguas expresada por alguna palabra, facilitamos a continuación una breve relación de los nombres que en otras lenguas equivalen al término de la lengua latina que nosotros estamos considerando. De este modo evitaremos que nuestra exposición dé la impresión de estar condicionada por una sola lengua, perdiendo así su carácter más universal. Así pues, encontra­mos en las distintas lenguas los nombres siguientes:

 

Latín:

ens 

esse

Griego:

to on

einai

Inglés:

being

to be

Alemán:

das Seiende

sein

Francés:

être

 

Italiano:

essere

 

Español:

ser

 

 

 

Como se ve, las tres últimas lenguas se sirven del mismo vocablo para expresar lo que las demás expresan con dos, convirtiendo senci­llamente el infinitivo en substantivo mediante el artículo determinado ("ser", "el ser"). Nosotros, en un tratado filosófico, en que es inevitable recurrir a tecnicismos, hemos escogido la palabra "ente", que deriva de la forma latina "ens", y con ello evitamos el inconveniente que nuestra propia lengua nos ofrece en este punto, y que, en caso de no haber - optado por esta solución, habría de ser fuente de confusiones y, cuando menos, de inexactitudes.

 

52.- Así pues, "ente", en sentido etimológico, equivale a: "lo que tiene ser"; "lo que es". Hemos de declarar, por tanto, estas dos co­sas: "ser" y "lo que tiene ser".

 

A). "Ser": todos lo entienden, por lo menos, en el sentido de "existir" ("existencia", "actualidad", "realidad"). Por lo menos: es decir, en esto todos están de acuerdo; las discrepancias posteriores surgen cuando se trata de ver cómo hay que concebir el "existir". Pero el detenernos ahora en tales explicaciones no es necesario ahora, en absoluto, para una definición nominal (común) del "ser".

 

B). "Lo que tiene ser". El sentido de la estructura gramatical de esta expresión podemos percibirlo sometiéndola a análisis, o mejor, sometiendo a análisis el vocablo "ente", del cual la expresión citada no es sino declaración.

 

El término "ente" deriva del participio presente del verbo latino "esse", que significa "ser". Se trata, por tanto, de un "concreto verbal". Por lo que tiene de "concreto", es un "sujeto" con una "forma", es decir, un "sujeto que tiene ser", "aquello que tiene ser"; por lo que tiene de "verbal", la "forma" que dicho "sujeto" tiene, ha de ser un "acto", que es precisamente el acto de "ser" o de "existir", y designa a la vez el tiempo en que dicho acto se ejerce, o se posee, y es en este caso el tiempo "presente".

 

De aquí que el participio "ente", como todo participio, tiene algo de la naturaleza del "nombre sustantivo" (en cuanto "sujeto"), y algo al mismo tiempo de la naturaleza del "verbo" (en cuanto "verbal", o en cuanto que la forma que el sujeto tiene, es un "acto", y es función del "verbo" el expresarlo).

 

Bien puede, pues, ocurrir que en el uso que del término se haga, prevalezca unas veces la naturaleza del "nombre substantivo", y otras la del "verbo"; lo que, en definitiva, dependerá del hecho de que el mismo participio se tome "en sentido adecuado (el sujeto con la forma), o "en sentido inadecuado" (sólo el sujeto), como se pone de manifiesto en las siguientes expresiones:

 

a) "Veo a Pedro que estudia" (lat. "studens", part.), es decir, que actualmente está estudiando = sujeto con la forma de estudiar.

 

"Estudiando (ahora) (lat. "studens"), se esfuerza por comprender la cosa". Aquí tenemos el participio tomado "en sentido formal" (es decir, "en sentido adecuado"), y en su forma latina "studens" diremos que está tomado "en sentido participial".

 

b) "El estudiante está jugando". Es decir, el estudiante ("studens"), aunque actualmente no estudia (pues está jugando), o sea, el sujeto, pero "no con la forma de estudiar ahora". A pesar de todo, se sigue llamando estudiante ("studens"), porque "guarda cierta relación con el estudio", teniendo, p. e., el oficio o el deber de estudiar.

 

De aquí extraemos la noción que es común a a) y b), es decir, "el que guardo relación con el estudio (ya sea porque "estudia actualmente", ya porque "tiene el oficio de estudiar". Tenemos así el participio tomado "en sentido material" (es decir, "en sentido inadecuado"), y en su forma latina, "studens" diremos que está tomado "en sentido nominal".

 

Otro tanto podríamos hacer con el participio del verbo "correr", que en español da las formas "el que corre" y "corredor", según que esté tomado;"formalmente" ("en sentido adecuado", "participial"), o sólo "materialmente" ("en sentido inadecuado", "nominal").

 

Aplicando ya cuanto llevamos dicho al participio "ente" ("ens"), tendremos:

 

"Ente”: a ) "Lo que actualmente posee la forma o el acto de existir" = "Lo que, existe “en acto", es decir, el "ente", tomado "en sentido parti­cipial".

 

b) "Lo que guarda relación con el ser o existir", es decir, "lo que tiene 'potencia' de existir" "lo que 'puede' existir", exista o no actualmente. Aquí tenemos el "ente", "en sentido nominal".

 

2.- Definición nominal común del ente.

 

53.- Definición nominal común del ente, es decir que es lo que los hombres entienden, por lo general, con esta palabra: "ente".

 

Pues bien, por la palabra "ente", los hombres generalmente entienden:

 

1) en primer lugar: "lo que existe", "existente",

2) pero también: "lo que puede existir", exista actualmente o no, lo cual se evidencia por el hecho de que también llamamos "ente" a lo que ahora no existe "en acto", pero puede existir; es decir, al "puro posible".

 

Intentaremos explicar lo mismo de otra manera: Todo el mundo em­plea la palabra "real" como un sinónimo de "ente". Ahora bien, ¿qué se en tiende por "real"?:        

 

1) sin ninguna duda, "lo que existe";

2) pero también "aquello que, aunque no exista, sin embargo, puede existir, es decir, el "puro posible'', lo que se pone de manifiesto por el hecho de que el "puro posible" no es la "pura nada", o la "nada absoluta",) sino que es solamente la "nada deja existencia" Pedro, "puro posible", aunque no exista, no es la "nada absoluta", o lo que es lo mismo, no es "nada" de la misma manera que lo es algo "imposible", como, p. e., un círculo cuadrado. Todos percibimos con toda claridad la diferencia que existe entre estos dos objetos: aquello en Virtud de lo cual, Pedro, aún no existiendo, puede existir, y en cambio, un círculo cuadrado, no, es precisamente el "ente" (potencial), en el caso de Pedro, y la "nada", en el caso del círculo cuadrado.

 

Por consiguiente, si los hombres generalmente tienen como "real" (y en consecuencia, "ente"), tanto lo que existe como lo que, aunque no exista, "puede existir", se sigue que tienen como "real" (y por tanto, "ente") "lo que puede existir", exista o no actualmente. Esta es, pues, la noción común que puede abstraerse de dichos dos objetos: "lo que existe", y "lo que no existe, pero puede existir".

 

O también: Los hombres, por lo general, emplean, como sinónimos de "ente",  estas otras palabras: "cosa", "algo". Ahora bien, no sólo un objeto "existente" se considera "algo", sino también un objeto "no-existente" (p. e., un árbol "puramente posible"), pero que "puede existir", decimos de él que es "algo", "alguna cosa". Así pues, del mismo modo que antes, tenemos lo Siguiente: "una cosa", "algo" es "aquello que puede existir", exista o no actualmente.  

 

54.- Lo dicho se confirma por el modo de proceder de las ciencias, las cuales, sin duda alguna, pretenden tratar de "objetos" o "naturalezas" "reales", y sin embargo, no tratan precisamente de cosas "existentes” en acto", sino de cosas "en sí", tomadas "en sentido absoluto", existan o no 'en acto'.

 

 Así pues, por este otro camino; que consiste en considerar la utilización que los hombres hacen de la palabra "ente", o en analizar su "definición nominal común", vemos que se llega a conseguir los mismos resultados que obteníamos por el camino de la "definición etimológica"; es decir, que la palabra "ente" tiene dos sentidos:

 

1) "aquello que existe" ("ente en sentido participial");

2) "aquello que puede existir", exista o no "en acto" ("ente en sentido nominal").

 

3.- Definición real del ente.

 

55.- Definición real es la oración que explica la cosa mediante las propias notas, que la distinguen de cualquier otra cosa. Puede ser esencial y descriptiva.

 

La def. esencial explica la cosa mediante las notas que constituyen la esencia de la misma. Mas esta definición, ya sea física que enumera las partes realmente distintas de que consta la cosa, ya sea metafísica que enumera las partes distintas sólo con distinción de razón, y se lleva a cabo mediante el género próximo y la diferencia específica, siendo la más perfecta de todas las definiciones, es evidente que no pueden darse en el “ente", ya que no tiene partes verdaderas realmente distintas, ni tampoco tiene género ni diferencia específica alguna.

 

La def. descriptiva explica la cosa, bien por sus propiedades, bien por sus accidentes, bien por sus causas, o de cualquier otra forma semejante.

 

Tampoco esta definición puede tener lugar en el "ente" bajo ninguna de sus formas, pues no existe propiedad alguna del ente que no incluya el mismo ente (y por tanto, lo definido entraría en la definición); el ente, en cuanto tal, no posee ningún accidente ni ninguna causa verdadera mente tal.

 

56.- De todas formas, bueno es notar que ya en la misma definición nominal que hemos dado, se encuentra, de alguna manera, la definición real del ente.

 

Es cierto que no se trata de una definición propiamente dicha, mediante el género próximo y la diferencia específica, pero sí que la podemos considerar impropiamente dicha y analógica, en cuanto que, por dicha definición nominal -Ente = "aquello que puede existir"-, ya nos hallamos en presencia del mismo ente, de su misma esencia, que es aquella nota simplicísima: "lo que puede existir".

 

Y esta nota, por simple que sea, puede entenderse de manera más o menos clara; este es precisamente el cometido y el fin de la Metafísica: proporcionar un conocimiento perfecto de la misma. Pues, al menos tal como nosotros la aprehendemos, aparece como constando de lo que podríamos llamar un doble elemento: el "sujeto" ("lo que puede...") y la "forma" ("existir"); de donde:

 

a) Tenemos que ver la relación en que se hallan entre sí ambos elementos.

 

b) Hemos de considerar qué clase de realidad es el “existir”, o el "ser": si se trata de "mera actualidad", si se trata de un "acto", en sentido propio, etc.

 

c) Tenemos que ver también cómo es la "infinitud" con que se nos manifiesta el "ente" o el "ser"; si es "positiva", o "meramente pre­cisiva"...

 

d) En caso de ser "precisiva", tendremos, por último, que ver, cómo se comporta en relación con los inferiores: "en forma unívoca" o "analógica".

 

Tras esta serie de consideraciones, ya podremos decir que tenemos perfectamente conocida la esencia del ente, al menos en lo que es da do a nuestro entendimiento humano. Por eso, en algún sentido podría afirmarse que la definición real del ente no es posible obtenerla hasta haber terminado todo el tratado de la Metafísica; vendría a ser el fruto más preciado de todo el esfuerzo.

 

En términos equivalentes se expresa Palmieri: "Queda, pues, la definición de la cosa "esencial impropia", por la que se declara lo que es el ente, una vez establecido el análisis del mismo, según las razones o los modos que se contienen en su propio concepto. Una declaración de esta índole no podrá hacerse más que a través de unos términos que digan referencia al mismo "ente"; de todas formas, tales términos pueden componerse de manera que se proporcione una noción más clara".

 

57.- Corolarios. Luego la noción de "ente":

 

a) Es simplicísima, de suerte que no puede resolverse en otras aún más simples; por tanto, no es definible según la definición "esencial propia": mediante el género y la diferencia (= tiene el mínimo posible de "comprehensión").

 

b) Universalísima: pues se halla necesariamente en cualquier otra (=tiene el máximo posible de "extensión"), en cuanto que todas las cosas son "ente" o verifican dicha noción; por eso, es también:

 

c) última: pues todo lo demás se resuelve en ella, mientras que ella misma no puede resolverse en ninguna otra ulterior.

 

d) Lo transciende todo, de forma que todas las cosas, y cuanto hay en ellas, no son otra cosa más que determinaciones del "ente", o "en te" de esta manera.

 

e) Es la semejanza mínima que existe entre todas las cosas: pues todas ellas, por muy diferentes que sean, al menos coinciden en que son“ente".

 

f) Lo primero (conocido) en el orden lógico: puesto que se incluye en cualquier otro objeto conocido.

 

g) El último término en el proceso psicológico de abstracción de las especies y de los géneros, en que se va prescindiendo gradualmente de las diferencias, reteniéndose las semejanzas.

 

"Lo primero que concibe el entendimiento, y por tanto, la noción más conocida, en la que vienen a resolverse todas las demás concepciones, es el "ente", como afirma Avicena en el comienzo de su Metafísica. Por ello, es necesario que todas las demás concepciones del entendimiento se reciban siempre como algo añadido al "ente". (Sto. Tomás, "De veritate").

 

h) La noción de "ente", tomado en sentido nominal, ha de predicarse esencialmente de todo; pues todas las cosas esencialmente pueden existir, luego, el "poder existir" entra en la comprehensión de todas las cosas (si bien, las criaturas, por participación de Dios).

 

En cambio, la noción de "ente", tomado en sentido participial, se predica esencialmente sólo de Dios, (pues Dios existe de manera esencial y necesaria), mientras que de las criaturas se predica únicamente de manera accidental (pues no existen necesariamente ni en virtud de su propia esencia, sino sólo de manera contingente; es decir, con dependencia del hecho de que Dios las ha creado libremente).

 

58.- Comparación entre el "ente", "en sentido participial" y "en sentido nominal". A partir de la noción misma de Ente, en sentido nominal: "aquello que puede existir" (exista o no "en acto"), es evidente que puede considerarse como una noción superior al ente actualmente existente (= ente, en sentido participial) y al ente que no existe, pero que puede existir (= "puro posible", ente "en potencia"), de suerte que estas dos nociones no son más que dos casos particulares de aquélla:

 

ENTE, EN SENTIDO NOMINAL

 

ente existente "en acto"

(ente, en sentido participial)

ente "puro posible"

(ente "en potencia", ente potencial).

 

 

Pero debe quedar bien claro que el objeto de la Metafísica es el ente, en sentido nominal

 

59.- Escolio 1.- Uso de las distintas definiciones de "ente". De las varias definiciones de "ente" que hemos enumerado (nominal etimológica, nominal común, real), alguna de ellas, por lo menos, es necesaria al comienzo de la Metafísica, con el fin de poder saber de qué objeto dicha ciencia va a tratar. Basta, pues, la definición nominal, ya que por ella se obtiene de modo suficiente la deseada determinación del objeto. En cambio, la definición real ni es necesaria, ni la mayoría de las veces resulta fácil obtenerla en un principio, siendo así que es más bien fruto de todo el tratado. Pero si se utiliza entonces hay que acometer la tarea de justificarla, pues por ella nos situamos delante de alguna esencia o estructura esencial, cuyo valor real debe probarse, para que nadie piense que se trata de una cosa más o menos ideada por la mente del que la expone.

 

60.- Escolio 2.- La noción de "ente", como noción última. Después de haber sido declarada la definición "nominal etimológica" de "ente'", podría repararse que la noción última no es el "ente", puesto que viene a encontrar su declaración en esta fórmula compuesta: "lo que 'tiene ser'"; por tanta, en la noción de "entis" aparece el "ser", y en él, en definitiva, se resuelve, mientras que el "ser" no puede reducirse ya a nada más.

 

La solución de esta cuestión es distinta, conforme a los diversos sistemas escolásticos, que proponen diversas concepciones del "ser"; pero de todo este asunto se tratará en la tesis acerca de la distinción entre la esencia y la existencia.

 

También a partir de la misma definición "etimológica" puede objetarse que dicha definición se funda, en último término, en una operación que pertenece más bien al orden de la definición "nominal común". Pues decimos que "ente", en sentido etimológico, es "lo que tiene 'ser' "; ahora bien, si preguntamos qué es este "ser", entonces o bien se deja sin declarar, como cosa que a todo el mundo es obvia por si misma, o se viene a declarar diciendo que "ser" significa "existir"; pero "significa", a su vez, da a entender lo siguiente: "todo el mundo comprende, mediante este nombre, la idea: "existe", o en otras palabras, este nombre ("ser") ha si do forjado para expresar este objeto o idea: "existir"; y esto no es otra cosa sino expresar la definición "nominal común" de algo.

 

61.- Escolio 3.- Análisis ulterior del participio. Al menos desde un punto de vista teorético, parece que pueden hacerse las siguientes distinciones en todo participio:

 

1.- Que posee el "acto"  ahora, actualmente: "corredor", por "el que está ahora corriendo".

 

2.- Que posee el "acto" alguna vez, ahora, antes o después: "corredor", en el sentido de "que está corriendo ahora" (presente); "que corría antes" (pretérito), o de "que ha de correr después" (futuro).

 

La diferencia entre estas tres formas no está más que en la relación a otro tiempo, ya sea de la persona que habla, ya sea de otra, pero en las tres formas se da la coincidencia de que, de hecho, alguna vez se tiene la carrera; es decir, Pedro corre (lo mismo da que sea ahora, que antes, que después).

 

3.- Que dice relación u ordenación a la carrera, p. e.: porque "alguna vez" tiene, de hecho, la carrera; o porque, aun cuando nunca la haya tenido o la haya de tener, sin embargo "puede" perfectamente "tener la" en cualquier momento.

 

4.- El sujeto mismo que tiene la carrera, o la relación mencionada a ella.

 

62.- Escolio 4.- Explicación ulterior de la noción de "ente", tomado "en sentido nominal". No todos los autores conciben esta noción, ni la explican de la misma manera:

 

a) Unos hay que llaman "ente, en sentido nominal" a la noción: "Aquello que puede existir" (en sentido puramente precisivo), la cual, en cuanto tal, se opone al "ente" existente (en acto)" y al "ente puro posible", y viene a ser como una especie de "género" respecto de las otras dos nociones, las cuales se convierten en casos particulares de aquélla; pero ha de ser tomada en su totalidad, como un "concreto", sin establecer en ella distinción alguna (ni real, ni de razón). Así es, por lo demás, como la hemos expuesto en la tesis.

 

b) Otros, en cambio, en la noción: "Aquello que puede existir", distinguen (con distinción real o con distinción de razón) dos elementos; "Aquello que" (puede existir), por un lado, y "existir" o "existencia”, por otro. Entonces, entienden por "ente", en "sentido nominal" solamente el primer elemento (lo que llaman "esencia"), y por tanto, consideran solamente una parte de todo el "concreto"; parte que es el "sujeto".

 

En el primer modo de considerar la cosa, la noción; "ente, en sentido nominal" se comporta como un "universal", cuyos inferiores son el "ente existente" (= ente, en sentido participial), y el "ente puro Posible". Se trata, pues, de una noción abstracta y general, obtenida por abstracción de dos casos o "especies" que se dan de "ente”: el "ente existente" y el "puro posible".

 

En el segundo modo, el "ente, en sentido nominal" se comportó como una "parte" o "elemento" del "ente", o incluso de "algún ente singular", pues tal distinción puede hacerse también en el "ente" singular (es más, en él mejor que en ningún otro). Por tanto, de por si, no es una noción "universal", sino algo "determinado" y "singular"; es decir, "este" elemento de ""este" ente, que puede existir o es sujeto de existencia, "esta" esencia que puede existir (si bien, al encontrarse en todos los entes singulares, puede universalizarse; y así es como se propone en Metafísica; es decir, "ente" en "sentido nominal", así, en general),

 

Articulo II

La esencia

 

63.- Una vez declarada la noción de "ente", hemos de proceder a considerar sus "constitutivos" o "quasi-constitutivos"; es decir, la "esencia" y la "existencia".

 

La noción de "ente", tanto/en sentido participial ("aquello que, existe", "existente"), como en sentido nominal ("aquello que puede existir", "apto para existir"), se manifiesta a nuestro entendimiento integrada en la siguiente estructura (real, o solamente de razón):

 

"Aquello que” - "existe" o "puede existir"

"Sujeto" que tiene - "existencia"

"Sujeto" que puede "existir",

 

ya sea estos dos elementos se distingan con distinción real, o que la distinción sea sólo de razón (pero de ello se tratará, con la debida amplitud, en la cuestión acerca de la distinción entre la esencia y la existencia).

 

Al primer miembro o elemento lo llamamos "esencia", al segundo, "existencia".

 

64.- De aquí, la primera noción o definición de "esencia": "aquello que existe"; "sujeto que tiene existencia" (distinta de la misma con distinción real, o con distinción sólo de razón).

 

65.- Considerada la etimología de la palabra "esencia", podemos proponer la siguiente definición (nominal - etimológica):

 

la "forma" (abstracta) del "ente"; aquello por lo que el "ente" es "ente";

 

aquello por lo que el "ente" se constituye "ente" (del mismo modo que la "sabiduría" es aquello por lo que uno se constituye "sabio", y la "humanidad" aquello por lo que se constituye "hombre":

 

a) ya sea en general: "aquello por lo que el "ente" (en general) se constituye "ente" (en general)"; es decir: la "aptitud para existir";

 

b) ya sea (por extensión) en particular: "aquello por lo que 'tal' ente se constituye 'tal' ente"; o: "aquello por lo que la cosa es lo que es".

 

66.- Ahora bien, tanto "cosa" como "lo que es" pueden tomarse de muchas maneras, o ser considerados en distinta "suposición". Así, podemos entender:

 

1) La cosa (p. e., Pedro), según que existe ahora, en alguna diferencia de tiempo con todas sus determinaciones; Pedro, que actualmente aparece sentado, riéndose, bien vestido, etc. Entonces, la esencia será "aquello por lo que Pedro es lo que es" (o "está", en este caso), es decir: sentado, riéndose, bien vestido, etc., y tendremos que decir que la "sesión" (abstracto, no acción concreta), la "risa", el "vestido", etc., porque, mediante tales "formas", Pedro "es lo que es", (o "está"); es decir, sentado, riéndose, bien vestido. Así tenemos la esencia "en sentido latisimo", o "tomada en sentido impropio"; más bien podemos llamarla "taleidad".

 

2) La cosa (Pedro) en su entidad propia e individual, en cuanto diferenciada de las determinaciones accidentales que le sobre vienen o se apartan de la misma, sin ser "ella misma", sino afectándola e imprimiéndole modificaciones: "aquella realidad por la que Pedro se constituye Pedro" (en si mismo), en cuanto diferenciada de su "sesión", de su "risa", de su "vestido", de su "pensamiento", etc.: "aquello por lo que Pedro es Pedro": "la esencia (= la esencia de Pedro, en cuanto Pedro).

 

3) Ahora bien, el entendimiento humano no capaz de conocer esta esencia individual en la verdadera intimidad de su "inseidad" ("en sí") (de aquí el adagio: "el individuo es inefable); por lo cual, no podemos tener de ella una definición. De aquí que, para el uso filosófico, prevaleció otra noción de esencia: "la esencia específica", cuyo origen y naturaleza son los siguientes:

 

Según se demuestra en la Crítica, al tratar de la cuestión de los Universales, percibimos que todas las cosas, por muy indivi­duales y singulares que sean, y por muy replegadas que se hallen dentro de su propia "inseidad", se hallan vinculadas unas con otras por múltiples lazos, más o menos estrictos, de semejanza, en virtud de los cuales logramos abstraer el elemento o nota común en que todas coinciden, y procedemos luego a su distribución por géneros y especies, conforme a la mayor o menor semejanza que entre sí poseen (a Pedro, a Pablo, a Andrés, en la especie humana; loe perros, los caballos..., en la especie de bestias; los hombres, de nuevo, y las bestias, en el género animal; los animales y las plantas en el género superior de vivientes, y así continuamos remontándonos). Pues bien, de entre estos conceptos gradualmente más universales, aquel que menor extensión posee, y cuyos "inferiores" inmediatos, o realizaciones, son ya "individuos semejantes" (Pedro, Pablo, Andrés), recibe el nombre de "esencia específica"

 

Decimos "específica": porque el concepto en cuestión contiene la "especie" o el grado de "ente" a que pertenecen los citados individuos; pero es verdadera "esencia": puesto que tal nota común en que dichos inferiores coinciden (hombre), no es una pura nota "externa", o amasijo de notas en que coinciden "de hecho" tales individuos, sin que contenga absolutamente nada del ser intimo de ellos (al igual que dos paredes pueden coincidir en la blancura, o el mismo Pedro puede coincidir en estatura con Pablo, o en cualquier otra circunstancia), sino que es "algo intimo de la misma cosa", algo verdaderamente "constitutivo" del propio individuo, ya que no en forma adecuada (pues Pedro es no sólo "hombre", sino además "este hombre"), si al menos en forma "inadecuada", y en relación con nuestro entendimiento humano (que no es capaz de conocer la "esencia individual", o el "este" propio de "este hombre", en toda su intimidad), podemos afirmar también que se trata de un elemento principal, pues, gracias a dicha nota, llegamos a entender todo cuanto hay en Pedro (excepto su propia individuación ("petreidad")); en una palabra, todo lo que "es" Pedro. De esta suerte, al conocer que Pedro es "hombre'", conozco lo que es Pedro; es decir, "aquello por lo que Pedro es, o se constituye (en forma inadecuada) lo que es". Y así, la definición de "esencia específica" será:

 

67.- "Aquello por lo que el "ente" se constituye en su propia especie". Y esta es la noción de "esencia" que suele utilizarse en Filosofía, a menos que se advierta lo contrario, pues la "esencia individual" (aunque sea la principal desde el punto de vista ontológico, y haya de considerarse corno la esencia por antonomasia) apenas si reporta alguna utilidad al entendimiento humano.

 

68.- Las definiciones que se dan, corresponden a esta esencia (específica); por ello, suele declararse también de esta otra manera: "aquello que responde a la pregunta: ¿qué es la cosa?; de aquí el nombre de "quiddidad".

 

69.- Y dado que, como consecuencia del principio de contradicción y de la unidad del "ente", todo "ente", por el hecho de ser "tal" ente, "no es otro", o se distingue de cualquier "otro", la esencia también puede definirse como: "aquello por lo que un "ente" se distingue de cualquier otro"; fórmula que, a pesar de ser negativa, es de gran utilidad para nuestro entendimiento, el cual con no poca frecuencia descubre la esencia de una cosa, contraponiéndola a otras cosas que ya conoce.

 

70.- Por otra parte, el orden del conocimiento va siguiendo el orden de las cosas; por tanto, si algo es lo primero, o es constitutivo "en la cosa" (esencia), "en el orden del conocimiento" debe ser también lo primero que se piense, para que la cosa en cuestión pueda ser pensada; de otro modo, no se pensaría aquella cosa, sino otra diferente. De aquí, una definición más de esencia: "lo primero que debe concebirse en una cosa", o "aquello sin lo cual una cosa no puede ser ni tampoco concebirse".

 

71.- Otros nombre que recibe la "esencia". La esencia se llama también:

 

a) "quiddidad" por la razón que hemos mencionado hace poco;

 

b) "forma", porque propio de la "forma" es "especificar", y la esencia confiere al "ente" su propia especie;

 

c) "naturaleza", pues "naturaleza" -que viene de "nacer"-, significa (por el propio valor del nombre) "aquello que es inherente al propio "ente" con su mismo "nacimiento" u origen; ahora bien, no puede haber nada que sea más inherente, desde el propio nacimiento u origen, al "ente" que su constitutivo o esencia: por ello, solemos hablar indiferentemente de la "esencia" o de la "naturaleza" del hombre. Sin embargo, hablando con toda propiedad, suele establecerse alguna distinción de aspectos, de suerte que (por más que se trate de la misma cosa), hablamos más bien de "esencia" en el sentido de "constitutivo de la cosa", mientras que reservamos el nombre de "naturaleza" para referirnos al. "principio de operaciones" (puede verse la tesis sobre la "substancia").

 

72.- Divisiones de la esencia. La esencia puede ser: a) "actual" o "existente": que existe "en acto"; "puramente posible": que no existe "en acto", pero puede existir.

 

"posible, en sentido precisivo": que puede existir, exista o no "en acto" (corresponde, como se ve, al "ente, en sentido nominal").

 

73.- b) "Física" y "metafísica"; división que, a su vez, puede concebirse en un doble sentido:

 

α) "física": la esencia que existe "en acto";

 

"metafísica": la esencia "puramente posible" (sentido menos frecuente);

 

β) "física": la esencia, en cuanto que se comporta, o se puede comportar "a parte rei", con independencia de la consideración de la mente. Así, la esencia física del hombre es el cuerpo y el alma. A propósito de ella, solemos expresarnos así: Pedro tiene alma y cuerpo;

 

"metafísica": la esencia, "en cuanto sometida a la "precisión" de la mente, o en otras palabras, "en cuanto que es concebida por la mente mediante conceptos abstractos", de los cuales, uno es "común", por el que coincide con otras cosas y otro "diferencial", por el cual difiere de estas últimas.

 

Y puede ser:

 

"En sentido estricto": si tales conceptos se distinguen perfectamente entre sí. Así, la esencia expresada mediante el género y la diferencia específica. En este sentido, la "esencia metafísica" de hombre es "animal racional". A propósito de ella, nos expresamos así: "Pedro "es" animal racional".

 

"En sentido amplio": si dichos conceptos se distinguen entre si solo imperfectamente. Así, la esencia de "substancia", expresada mediante estos conceptos: "ente por sí".

 

74.- Propiedades de las esencias. Suelen enumerarse: la eternidad, la necesidad y la Inmutabilidad.

 

a) La "eternidad", que puede considerarse de: tres clases:

 

α) "positiva": consiste en que "algo existe desde toda la eternidad ("ab aeterno") y para siempre ("in aeternum")", es decir, no ha tenido principio ni tendrá fin. Esta clase de eternidad no la poseen las esencias de las cosas creadas, porque, de hecho, comienzan a existir (directamente, la "esencia singular o individual", y, mediante ella, la esencia "universal y absoluta");

 

β) "negativa": consiste en que "nunca repugne que algo exista, y siempre sea posible". Esta clase de eternidad la tienen todas las esencias, como bien se puede echar de ver;

 

γ) "ideal u objetiva": consistente en que "desde siempre sea verdad que algo sea lo que es". También esta clase la tiene cualquier esencia, en cuanto que desde toda la eternidad es conocida por el entendimiento divino, y para él es verdad que dicha esencia es lo que es.

 

75.- b) La "necesidad" que puede ser doble:

 

α) "absoluta": consiste en que "algo, de modo absoluto y en cualquier hipótesis que se considere, no pueda no existir", debiendo, por tanto, existir siempre. Esta necesidad no la poseen las esencias de las cosas creadas, que son "contingentes", es decir, pueden no existir (es evidente que la esencia "singular" o "individual" no tiene esta necesidad; pero tampoco la tiene la "universal" o "absoluta", que no existe sino mediante la "singular");

 

β) "hipotética": consistente en que "algo no pueda no ser lo que es", o no pueda constar de otras notas o constitutivos; o bien, "en el supuesto de que exista, no pueda no existir". Esta necesidad es propia de cualquier esencia, porque toda esencia está sometida a la ley del "principio de contradicción", que es evidentemente el fundamento de esta necesidad hipotética que consideramos. De aquí que, si quitamos o añadimos alguna nota a la esencia de hombre, ya no tenemos una esencia humana, sino otra cosa.

 

76.- c) La "inmutabilidad" puede ser asimismo de dos clases:

 

α) "física": que consiste en que "algo no pueda fallar o dejar de existir". Tampoco esta propiedad la tienen las esencias de las cosas creadas, y ello es evidente (v. lo dicho acerca de la necesidad "absoluta"); o en que "algo no pueda sufrir mutación alguna, ni siquiera accidental". No la tiene la esencia "singular o individual" de la cosa creada, porque toda cosa creada, en cuanto "perfectible", puede sufrir mutaciones "accidentales" (v. la tesis de los "accidentes"). Pero, en cambio, la esencia "absoluta y universal" puede decirse que posee tal inmutabilidad física, en cuanto que, al estar liberada de todas las individuaciones en el estado de "abstracción" en que se encuentra, no está sujeta al menos, próximamente a mutaciones, ni a los cambios de tiempos, lugares, etc. Así, hemos de decir que la esencia humana, en cuanto tal, "el hombre, en general", no camina ni está sentado, no está alegre ni triste, no nace ni muere, etc.

 

β) "metafísica": consistente en que "algo no pueda mudarse '' en llegar a ser otra cosa, en otra cosa". Esta inmutabilidad sí que ha de tenerla cualquier esencia, ya que toda esencia está sometida a la ley del "principio de con­tradicción", que es el fundamento de semejante inmutabilidad metafísica.

 

Articulo III

La existencia

 

77.- “Existencia" es un termine abstracto derivado de "existere" (en latín: "existir"). Ambas son nociones primitivas, que no necesitan explicación. De la "existencia" tenemos intuición en nuestra experiencia interna, en la cual nos experimentamos como existentes, y experimentamos igualmente que en nosotros comienzan a existir, en un momento dado, multitud de actos de pensamiento, volición, sentimiento, etc, que anteriormente no existían.

 

Pero podemos declarar dicha noción, a) lógicamente, diciendo que es "aquello que responde a la pregunta: "¿existe la cosa?" (del mismo modo que podemos declarar lógicamente la "esencia" diciendo de ella que es lo que responde a la pregunta: "¿qué es la cosa?"); b) ontológicamente, mediante la negación de su opuesto, y así decimos que "existe" aquello que ya no es un "puro posible", o que ya "no existe sólo en sus causas" (es decir, virtualmente), sino que de ellas ha pasado a la realidad, o que ya "no es la nada", sino que ya es algo en el orden de la naturaleza.

 

78.- Así que, de modo descriptivo, podemos definir de este modo la "existencia": "aquello por lo que formalmente algo es o se constituye fuera de sus causas fuera de la "nada", fuera del estado de pura posibilidad, y ello de manera última y completa".

 

"Aquello por lo que formalmente": no en el orden de la causalidad eficiente, ya que la "causa eficiente" es aquello por lo que algo se constituye existente (es decir, por una acción); sino "al modo de la forma", casi por una información, del mismo modo que la humanidad es aquello por lo que formalmente el hombre se constituye hombre.

 

"De manera última y completa": en este sola) sentido: en cuanto que la existencia es aquello, puesto lo cual, "ya no se requiere nada más" para que algo esté de manera definitiva y completa, fuera de sus causas, fuera de la "nada", fuera del estado de posibilidad, ya sea que (con prioridad de naturaleza) se requiera algún otro elemento, ya sea que no se requiera nada más (pero esto es una cuestión discuti­da, de la que trataremos en la tesis sobre la distinción entre la esencia y la existencia).

 

79.- Hasta aquí, todos los "escolásticos" están concordes, a cualquier escuela que pertenezcan. Ahora bien, si planteamos la cuestión en el sentido de si la "existencia" es, además, "acto", en sentido verdadero y pleno; es decir, "una entidad real y física", que, al ser recibida en otra (la esencia = "potencia"), constituya a esta última existente, o lo que es equivalente, si dicha realidad o "actualidad" mediante la cual algo se sitúa fuera de sus causas y del estado, de pura posibilidad de manera completa, "se deriva de alguna entidad" (acto) que comunique a la cosa dicha actualidad completa, entonces hemos de decir que se trata de una cuestión discutida, de la cual será mejor que nos abstengamos por ahora, como quiera que, al comienzo de la Metafísica, lo que debemos procurar es proponer las nociones que son comunes y verdaderamente fundamentales,

 

80.- Por la misma razón, con todo cuidado hemos de procurar evitar aquellas definiciones de,"existencia" (y por tanto, de "ente"), que supongan una u otra interpretación sistemática (en consecuencia, disputada).

 

Así, la siguiente definición: "el acto por el que la esencia se constituye real" (paralelamente, "ente": "aquello cuyo acto es el 'ser'), si el "acto" se toma en sentido pleno y verdadero (como entidad real y física, principio de perfección, realmente recibida en otra, qué es la "esencia"), es discutible, puesto que también lo es el que la existencia sea un "verdadero acto".

 

Otro tanto hay que decir del término "ser", con que suele designarse la "existencia" (sobre todo, en la escuela "tomista"); si con el, término citado se trata de designar un "acto" en sentido verdadero, es cuestión discutible; si, en cambio, se utiliza como simple sinónimo de "existencia", sin prejuzgar para nada el problema ulterior de si también es "acto", entonces puede utilizarse por todos.

 

Lo mismo habría que decir, en sentido contrario, de la siguiente definición de "existencia": "la mera actualidad o realidad de la cosa"; porque, si se entiende de manera que se prejuzga, además, que "no sea acto" o que "no se derive de un acto realmente distinto", se está dando por supuesto un sistema (el que niega la distinción real entre la esencia y la existencia), y por la misma razón que antes, debemos prescindir, por el momento, de ella.

 

81.- Escolio.- La esencia y la existencia en el "Existencialismo". Las nociones de "esencia" y de "existencia", así como la relación existente entre ambas, han recibido un cambio tan profundo por la llamada "filosofía existencial", que no es posible hallar ni siquiera un sentido analógico en el que puedan coincidir con el sentido tradicional o escolástico de las mismas. Más bien hemos de decir que se trata de un verdadero sentido equívoco, ya que la semejanza o identidad es puramente verbal.

 

a) En estos filósofos prevalece el lenguaje y la consideración de la "existencia"; en cuanto a la "esencia", o prescinden de ella por las buenas, o la hacen "dependiente de la existencia", del modo que intentaremos explicar.

 

b) La "existencia" no la conciben como mera "actualidad" o "realidad" de una cosa, ni como "acto por el que cualquier cosa es real" (sentido utilizado en la filosofía escolástica, conforme a las diversas escuelas), sino como un "acto completamente especial": "aquel por el cual el hombre único ser entre los demás seres del mundo se determina así mismo (se autodetermina)". Entonces, "existir" significa "la subjetividad propia de la condición humana". Todas las demás cosas, en lugar de decir que "existen", más bien hay que afirmar de ellas que "son": las cosas "son", el hombre "existe" (Sartre).

 

En otras palabras, el hombre no es como las demás cosas, que reciben su propio "ser" ("esencia") desde el comienzo de sí mismas, y lo reciben formado y determinado de antemano desde fuera; sino que "se hace" a sí mismo con su libertad y con su opción personal, eligiendo entre las innumerables posibilidades que tiene delante de sí. Más aún, de esta forma, no sólo se determina a sí mismo, sino que imprime su propia determinación al mundo que le rodea, estructurando personalmente toda la jerarquía de valores.

 

c) Consecuencia de todo ello es que eliminan por completo la "esencia", o la consideran absorbida en la "existencia".

 

α) En primer lugar, movidos por un sentimiento de rechazo explicable como reacción contra el "idealismo" (en lo cual Kierkegaard había ido por delante), que viene a concebir las "esencias" co­mo abstractas, con evidente desprecio y detrimento de los "individuos".

 

β) Porque, para ellos, el concepto de "esencia" está viciado de antropomorfismo; pues es propio del hombre, en la ejecución de todas sus construcciones, prefijarse un tipo o modelo, al que debe después acomodarse (Heidegger).

 

γ) Por último, y sobre todo, porque el hecho de tener una "esencia" predeterminada, a la cual el "ente" debe acomodarse en su modo de ser y de obrar, lesiona la libertad y la dignidad del hombre (Sartre).

 

De aquí el lema que suele utilizarse como expresión de la doctrina existencial: "la existencia precede a la esencia", cuyo sentido, sin embargo, no es el mismo entre los diversos filósofos de esta tendencia.

 

Articulo IV

La nada

 

82.- Una vez que hemos expuesto la noción de "entes", tenemos que tratar de su opuesto, la "nada", que es la negación del "ente", y también hemos de tratar del "ente de razón", que no es "ente", pero se concibe a manera de "ente", y por ello, viene a ocupar un lugar intermedio entre el "ente" y la "nada".

 

83.- La "nada" o "no-ente" es sencillamente la negación del "ente"; en consecuencia, tantas serán las clases de la "nada" cuantas son las del "ente". Así tenemos:

 

1.- La "nada" que se opone al "ente", en sentido participial: la "negación de la existencia". Algunos le dan el nombre de "nada, en sentido positivo".

 

2.- La "nada" que se opone al "ente", en sentido nominal: la "negación de la posibilidad o de la esencia". Algunos le dan el nombre de "nada, en sentido negativo".

 

Tanto la "nada de existencia" como la de "esencia", puede ser total negación del "ente" o solamente "parcial". Es "total", si se niega, la "existencia" o la "posibilidad" de todos los entes; algunos le dan el nombre de "nada, en sentido absoluto"; es "parcial", si se niega la "existencia" o la "posibilidad" de "algún" ente, o de "algún orden de entes". Algunos la denominan "nada, en sentido relativo".

 

84.- La "nada, en sentido relativo" puede ser: a) o la negación, sin más, de algún ente: la negación de Pedro como existente; b) o la negación de algún ente (o perfección) en algún sujeto.

 

Esta segunda, a su vez, puede ser: a') o la negación de una perfección "no debida" al sujeto: "mera carencia"; p. e., la negación de la vista en una piedra; b') o la negación de una perfección "debida" al sujeto: "privación", propiamente dicha; p. e., la negación de la vista en Pedro.

 

85.- No pocos filósofos modernos niegan que se pueda concebir la "nada", pues según ellos sería algo contradictorio. En efecto siguen razonando, siendo el "ente" el objeto del entendimiento, no podrá pensar aquello que no es "ente", o, si llega a pensarlo, pensará como "ente" lo que no es "ente". Además, el pensamiento mientras intenta apartar o negar el "ente", no puede negarse a sí mismo, ni tampoco puede negar la realidad del sujeto pensante, ni las nociones concretas de espacio y tiempo en que dicho pensamiento se desarrolla.

 

De aquí que el concepto de "creación", en cuanto producción "a partir de la nada", ha de ser rechazado. Así, Cousin, Spencer, Bergson.

 

86.- Pero: a) Del hecho de que el objeto del entendimiento es el "ente", no se sigue que no pueda concebirse lo que no es "ente", sino únicamente que no puede concebirse "sin ninguna relación al 'ente", y que debe, por tanto, "imaginarse como 'ente'". Y esto es lo que ocurre con el pensamiento de la "nada".

 

Pues hemos de pensarlo por referencia al "ente", toda vez que, una vez concebido el "ente", lo negamos mediante un nuevo acto, y además tal negación frecuentemente la imaginamos a modo de "ente" (formando, a su propósito, un "ente de razón"), en lo cual, no se da ninguna falsedad, pues de ninguna manera afirmamos que sea "ente" lo que no lo es:

 

b) El hecho de que el pensamiento no pueda auto-negarse, nada viene a demostrar en contra de la idea de la "nada, en sentido absoluto", y ni siquiera en contra de la idea de la "nada, en sentido relativo", como no sea la nada del pensamiento mismo. Además, ningún absurdo hay en la hipótesis que podría idear el que pensase de sí mismo como no existente; es decir, si Dios no le hubiese dado la existencia.

 

c) Ciertamente, es imposible la idea de la "nada, en sentido absoluto"; es decir, la "nada" de la existencia y de la posibilidad, referente a todo "ente", incluso Dios, pues al menos Dios, en cuanto "ente necesario", debe existir.

 

d) Igualmente absurda es la idea de una "nada" "a partir de la cual" Dios ha podido crear el mundo (Bergson), sino que una "nada" semejante, unida a tal idea de la creación, no es posible hallarla en ningún rincón de la Filosofía Escolástica.

 

Artículo V

El ente de razón

 

87.- Podemos definir el "ente de razón" de la siguiente manera: "aquello que sólo en la mente puede existir de modo objetivo".

 

"De modo objetivo": es decir, a modo de objeto conocido. Así, la especie "hombre", el género "animal"; las tinieblas, concebidas como entidad de alguna clase.

 

Decimos: "de modo objetivo", porque hay otros modos, además, de existir en la mente, que no constituyen "el ente de razón" propiamente dicho; a saber:

 

"De modo efectivo": lo que "es producido" por la mente: así, cualquier acto de pensamiento (simple aprehensión, juicio, raciocinio, una obra de arte realizada por la mente.

 

"De modo subjetivo, o inhesivo": lo que existe en la mente, con la "inherencia" propia del accidente al sujeto correspondiente. Así, otra vez, los mismos actos de pensamiento, pero considerados ahora en cuanto inherentes, a la mente como accidentes que son (pues son vitales), y cualquier ciencia (pues es un "hábito").

 

Salta a la vista que estas dos cosas -lo que está en la mente "de modo efectivo" o "de modo subjetivo"- son verdaderos "entes" reales (es decir, son "actos psicológicos"), y por tanto, no se oponen, en modo alguno, a la noción de "ente"; mientras que; por el con­trario, la noción de "ente de razón", según se utiliza en Filosofía, se muestra verdaderamente opuesta al "ente real".

 

De nuevo, el existir algo en la mente "de modo objetivo" puede ser de dos maneras:

 

a) de forma que exista, o pueda existir también fuera de la mente. Y así, Pedro, conocido por la mente como existente, existe, desde luego, de modo objetivo en la mente (pues por ella es conocido) pero al mismo tiempo existe "fuera de la mente". Y también Pedro, conocido por la mente como "puro posible", existe de modo objetivo en la mente (por la misma razón que antes), pero a la vez "puede existir fuera de la mente";

 

b) de forma que no pueda existir fuera de la mente: como la especie "hombre", un género, las tinieblas, etc. Y esto es lo que constituye el "ente de razón" en sentido estricto. De aquí, su definición "aquello que sólo en la mente puede existir, de modo objetivo".

 

 Por tanto, hay que procurar mantener todas las palabras de que consta la definición,

 

α) pues, si omitimos la expresión "de modo objetivo", tenemos una definición que se puede extender a "entes reales", como son los "actos" y "hábitos" de la mente;

 

β) si omitimos/la palabra "sólo", la definición se extiende a todos los ""entes reales";

 

γ) si, en lugar de decir "puede existir", decimos "existe", entonces la definición contiene los "posibles reales que no tienen existencia actual en sí mismos" ("meros posibles").

 

88.- División del "ente de razón". Se divide en:

 

1.- "Ente de razón fundado", o "con fundamento en la realidad"

 

2.-  "Ente de razón no fundado", o "sin fundamento en la realidad", p. e., una quimera, un círculo cuadrado… Lo cual ni siquiera "de modo objetivo" puede existir, como tal, en la mente, sino sólo en razón de los términos componentes.

 

89.- El "ente de razón con fundamento en la realidad" se divide en:

 

a) negativo: una negación o carencia, concebida a manera de ente: la "nada", el vacío, las tinieblas;

 

b) privativo: una privación o carencia, concebida a manera de ente: la ceguera, en el caso de Pedro.

 

c) relativo: aquello que es concebido por la mente a modo de relación, no siendo realmente tal relación. Así, las relaciones entre el "ente existente" y el "posible":

 

α) relaciones fundadas en la primera operación de la mente: la relación de "especie", "género", etc.

 

β) relaciones fundadas en la segunda operación de la mente: la relación de "sujeto", "predicado";

 

γ) relaciones fundadas en la tercera operación de la mente: la relación de "antecedente", "consecuente", "medio".

 

90.- Ha de advertirse que la "negación" no por eso simplemente es "ente de razón", sino que lo es "si se concibe a modo de ente", lo que no deja de ocurrir con gran frecuencia, debido a la inclinación de nuestro entendimiento a concebir a modo de "ente" aquello que no lo es. Así, el solo hecho de "que Pedro no tenga vista, o carezca de ella", no es ningún "ente de razón", sino la "mera ausencia de un ente" (la vista, en este caso concreto); por tanto, si digo: "Pedro no tiene vista, o carece de ella", no estoy forjando ningún "ente de razón". Ello ocurriría si el hecho de que Pedro no tiene vista, yo lo pensara imaginando que en los ojos de Pedro está presente una cualidad, que es la ceguera, y entonces afirmara: "La ceguera está en los ojos de Pedro", "Pedro tiene ceguera", etc.

 

91.- El uso que el entendimiento humano hace del "ente de razón", es muy frecuente; gracias a él, es capaz de concebir la semejanza de las cosas, y las esencias, tanto específicas como genéricas (forjando así los "universales", que no son sino "entes de razón con fundamento en la realidad); las negaciones también las concibe, así como se da a sí mismo un buen número de explicaciones, recurriendo a este artificio. De aquí la importancia que tiene distinguir bien, en semejante modo de concebir, qué es lo que se debe a la mente y qué es lo que corresponde a la cosa en sí, ya que los errores sobrevienen cuando se toma por "ente real" lo que no es más que un "ente de razón".

 

92.- Escolio. Sentido del término "es". Con el término "ente" tiene una gran afinidad el término "es"' Dicho término es, por sí mismo, una forma verbal, y por tanto, siempre se utiliza formando parte de un "juicio". Los diversos sentidos o significados que puede tomar, se recogen a continuación:

 

A) En los juicios en que no existe predicado (Dios "es", Pedro "es"):

 

Afirma la existencia del sujeto, ya sea real (Dios "es" = Dios existe), ya sea forjada por la mente (la ceguera está en Pedro = se concibe como existente).

 

(N. B.- Hay que notar qué en español, para esta clase de juicios, sólo se utiliza el término "es" en un lenguaje técnico-filosófico; fuera de este caso, se utiliza siempre el término "existe": "Dios existe", en lugar de "Dios es'.

 

B) En los juicios en que existe predicado:

 

 

 

 

Significa la identidad del sujeto y del predicado en la proposición.

 

 

 

 

 

 

 

1.- como “no afirmaba (meramente representada): el número de las estrellas es par.

 

2.- como “afirmaba” (y por tanto expresa, a la vez, en “asentimiento” o la “adhesión” del ánimo a algo ya pensado.

a) ya sea como “forjada por la mente”: “la ceguera es mala”

 

b) ya sea como “real” (y por tanto, connota en su significado, de algún modo, la existencia”

 

 

 

 

α) o “posible”: “Pedro, considerado como posible es racional.”

 

β) o “actual”: “Pedro, considerado como existente es racional”.