11-11     San Martín de Tours

1. DOMINICOS 2003

 

El santo de la capa

Si no fuera santo, y habláramos de películas, Martín sería un soldado alegre, generoso, justiciero, que se ganaba los corazones. Pero para nosotros es más que eso, es un amigo verdadero de Dios y nuestro.

Había nacido en Panonia, por el año 316, de padres paganos, y se dedicó al servicio militar. Un día, pasando a caballo por Amiens, Francia, un mendigo le pidió limosna, y él, que en aquel momento no debía tener otra cosa a mano para cubrir el frió su suplicante hermano, le dio la mitad de su capa. Su corazón compasivo y noble quedó tan contento de su acción que en la noche creyó ver a Jesús vestido con su capa, y creyó oir una voz que le invitaba a ser su discípulo.

Renunció a la milicia, pidió el bautismo, se formó bien en la doctrina cristiana, hizo vida en retiro y fundó en Ligugé, Francia, un monasterio, donde practicó la vida monástica bajo la dirección de san Hilario. Allí estaba cuando fue ordenado sacerdote, y cuando lo eligieron obispo de Tours.

Como obispo, trabajó intensamente por la formación del clero, implantación de la vida consagrada y evangelización de los pobres.

Murió el año 397.

ORACIÓN:

Señor, tu hijo Martín, soldado, monje, sacerdote, obispo, amigo de los pobres, entregó lo mejor de sí mismo en servicio de amor, luz, caridad, paz. Danos hoy a nosotros su espíritu, para que no descansemos sino en la búsqueda, fomento y acciones de amor, justicia y paz. Amén.


2. DOMINICOS 2004

San Martín de Tours

Muchos cristianos y artistas tenemos en la retina, desde nuestra infancia, la figura ecuestre de un soldado romano que, a la vista de un pobre que le pidió limosna, cortó en dos trozos su capa y le dio uno para defenderse del frío. Ese pobre al que atendió era, según la lectura mística, Jesús. Tal cosa sucedió, según la tradición, cuando Martín era todavía pagano, o a lo más catecúmeno.

Así de grande era el corazón de un joven soldado que, nacido en Panonia, en el hogar de un oficial romano (año 317), se vio forzado a seguir la carrera militar durante 25 años, hasta el 356.

En esa fecha, siendo ya cristiano, se licenció del ejército, y, un tanto desengañado de lo que experimentó en sus correrías de soldado por Italia, Francia, etc, pensó en iniciar una vida de retiro, de mayor dedicación a Dios, y se puso en contacto con san Hilario de Poitiers, acompañándole incluso en su destierro por los Balcanes.

De regreso en Poitiers, inició vida monástica en Ligugé, primero en forma de eremita, luego como monje y predicador, como diácono y sacerdote. Así andaba, luchando contra los equivocados herejes arrianos, cuando, por el año 371, le eligieron obispo de Poitiers y hubo de hacerse cargo de la pastoral de todo un pueblo. Fue infatigable en el servicio, asiduo a la oración, pobre como un verdadero consagrado, cercano a su pueblo como un amigo, y su custodio frente a la herejía como un pastor.

Al pueblo le cayó tan bien este personaje, que recorría hasta las aldeas llevándoles el mensaje de Cristo, que ya en vida le consideraban santo. Murió el 8 de noviembre del 393 en Candes, cerca de Tours, cuando predicaba una misión. En Francia, Italia, España, Inglaterra, su culto es muy popular. Su vida prodigiosa la escribió con amor y fantasía Sulpicio Severo (360-420). Le estamos agradecidos.