FIESTA DE NUESTRA SEÑORA DE LOURDES

11 de febrero de 2002

1. Año 1858. El racionalismo invade Francia y la persecución religiosa y el anticlericalismo luchan por corroer las conciencias. Pero Dios llega cuando llega su hora. Todo llega a su debido momento, cuando Dios lo dispone, porque para El, su tiempo no es nuestro tiempo. «En aquellos dias se puso María en camino, y con presteza fué a la montana, a una ciudad de Judá». «Porque ha mirado la humildad de su sierva, por eso todas las generaciones me llamarán bienaventurada» (Lc1, 19; 4, 48). En aquellos días se puso María en camino hacia la montaña, a una ciudad de Francia..., donde todas las generaciones la aclaman bienaventurada. En Lourdes, pequeña villa de Francia, hay una gruta: Masabielle. Un bosque. Un rio -el Gave-. Fuera de Lourdes nadie había oido hablar de esa villa. Hoy es conocida en todo el mundo, porque allí se apareció Maria, la Reina del cielo. Constantemente hay allí hay un bosque de miembros doloridos que imploran la curación. Allí se desarrolla una permanente imagen evangélica. Alli hay una ciudad en oración, en medio de una emoción indescriptible, un mar de antorchas de fe, y un rio, originado de un manantial de agua «viva» que sana. Las multitudes inmensas hablan una misma lengua: el avemaría. En las tres basílicas se ora, se llora, se canta, se comulga, se confiesa, se convierten las almas. Lourdes es un estupendo y continuado milagro de curaciones y de conversiones

2. María sonríe. El 11 de febrero de 1858, la Virgen aparece llena de vida y de gracia. Sonriente. Sonríe porque es feliz. Ha descansado en la posesión del Bien: de su Hijo Dios. Porque se compadece de Bernardeta, y en ella de todos sus hijos. Porque es portadora de un mensaje de misericordia y de paz. Viene de parte de Dios. - «Si venís de parte de Dios, quedaos» - le dijo Bernardeta.. La Señora contestó afirmativamente con una sonrisa. Era la 2ª aparición. Quiere comunicamos su mensaje de amor y de perdón.- Y la delicadeza de la Virgen se manifiesta en la pregunta: «¿Quieres hacer el favor de volver aquí durante quince días?» que le hace en la 3ª aparición.-«Dí a los sacerdotes que construyan una capilla en este lugar», manda en la 10ª aparición. Y en la 13ª aparición manifiesta su voluntad: -«Quiero que vengan en procesión a la gruta».

3. Bernardeta lloró porque vio a la Señora con rostro triste, y le dijo en la 6.ª aparición: «Ruega a Dios por los pecadores». En la 9ª aparición le dijo: «Ve a beber a la fuente y lávate» «Ve a comer de la hierba que encontrarás allá». Y le recomienda penitencia y que «Bese el suelo en penitencia por los pecadores» en la l0ª aparición. Sigue con la penitencia en la 11ª: aparición.Y Bernardeta caminaba de rodillas sobre el barro sin que se ensunciaran sus vestidos. 

4. Maria está triste porque hay muchos que no se aprovechan de la Sangre redentora de su Hijo Jesús. Porque su maternidad amorosa no es universalmente reconocida. Porque el mundo habla de violencia y de muerte y no quiere ver su blanca figura de Amor y de Misericordia.

5. Bernardeta le ha suplicado a Señora: «¿Queréis escribirme en este papel quién sois y qué deseáis?». La Señora responde: «Lo que tengo que decir no es necesario escribirlo». Y cuenta Bernardeta que la Señora «No me ha querido decir su nombre» 

6. Por fin llega la respuesta de María. Es el día 25 de marzo de 1858. La Señora llevaba veinte días sin comparecer a la. cita de la gruta. En la madrugada de este día... estaba allí -cuenta Bernardeta- apacible, sonriente, y mirando a la multitud como una madre cariñosa mira a sus hijos. Por vez primera, en aquella fría ma­drugada, la Virgen se había adelantado a la vidente. Otra vez la pregunta de Bernardeta: «Señora, ¿quiere hacer el favor de decirme quién es Vd.?». Esta vez, ha llegado la res­puesta: «Soy la Inmaculada Concepción». Era la 16ª aparición. 

7. Cuatro años antes, el Beato Pio IX, había definido el dogma de la Inmaculada Concepción: «Declaramos, proclamamos y definimos que la doc­trina que sostiene que la Beatísima Virgen María fué preservada inmune de toda mancha de culpa original en el primer instante de su concepción, ha sido revelada por Dios» (Bula Ineffabilis Deus).

8. Desde entonces Bernardeta ya no era Bernardeta. Se contagia el nerviosismo, la impaciencia y la ansiedad y se difunde entre quienes viven con nosotros; pero también la paz, el equilibrio y la serenidad, se contagian e influyen. «Es prodigioso. Es sublime. Es divino». Exclamaba la muchedumbre ante los éxtasis de la niña. «Los ángeles del cielo deben ser así», dijo Luisa Baup, testigo ocular. Hasta la madre de Bernardeta llegó a desconocer el rostro transfigurado de su hija. Era el reflejo de la Presencia de María. «La Señora se apareció llena de vida, muy joven, son­riente». Era la Enseñanza de María. «La Señora le enseñó, «palabra por palabra», una ora­ción». Era la Promesa de Maria. «No te prometo hacerte feliz en este mundo, pero si en el otro». «Siento una fuerza irresistible que me lleva a la gruta». «Mis pies no caminan si no es hacia la gruta». Amor a los pecadores. Las siete primeras apariciones fueron una preparación de la vidente: ¡Penitencia, penitencia, penitencia! Y la niña «Con el rosario en la mano y fuera de los sentidos, de rodillas, sube y baja ocho o diez metros varias veces a comer hierba que encontrará allí». Que la Presencia de Maria pueble nuestra vida. Y que sigamos las exigencias de su amor. Cuando daba instrucciones al escultor Fabish que esculpía la imagen para la gruta, al reconocerla, dijo Bernardeta: Esta es muy bonita, pero "no es esa, no es esa…". En el cielo la veremos. Amén.

JESÚS MARTÍ BALLESTER
 


 

2. 11 de febrero de 2001 

1. Corría el año 1858. En Lourdes hay una gruta: Masabielle. Un bosque. Un rio -el Gave-. Fuera de Lourdes nadie había oido hablar de esa villa. Hoy es conocida en todo el mundo, porque allí se apareció Maria, la Reina del cielo. Constantemente hay allí hay un bosque de miembros doloridos que imploran la curación. Allí se desarrolla una permanente imagen evangélica. Una ciudad en oración. Una emoción indescriptible. Un mar de antorchas de fe. Un rio, un manantial de agua «viva» que sana. Multitudes inmensas que hablan una misma lengua: el avemaría. Tres basílicas donde se ora, se llora, se canta, se comulga, se confiesa, se convierten las almas. Lourdes es un estupendo y continuado milagro de curaciones y de conversiones. «En aquellos dias se puso María en camino, y con presteza fué a la montaña, a una ciudad de Judá». «Porque ha mirado la humildad de su sierva, por eso todas las generaciones me llamarán bienaventurada» (Lc1, 19; 4, 48). 

2. Cuentan que el emperador Tamberlán tenía tres tiendas de campaña de colores distintos. Cuando entraba en batalla, el día primero colocaba una tienda roja, era el signo de la guerra. El día segundo, cambiaba la roja por una tienda negra. Era la muerte. El tercero, plantaba una tienda blanca que significaba el perdón y la misericordia. 

3. María sonríe. El 11 de febrero de 1858, la Virgen aparece llena de vida y de gracia. Sonriente. Sonríe porque es feliz. Ha descansado en la posesión del Bien: de su Hijo Dios. Porque se compadece de Bernardeta, y en ella de todos sus hijos. Porque es portadora de un mensaje de misericordia y de paz. Viene de parte de Dios. - «Si venís de parte de Dios, quedaos» - le dijo Bernardeta.. La Señora contestó afirmativamente con una sonrisa. Era la 2ª aparición. Quiere comunicamos su mensaje de amor y de perdón.- Y la delicadeza de la Virgen se manifiesta en la pregunta: «¿Quieres hacer el favor de volver aquí durante quince días?» que le hace en la 3ª aparición.-«Dí a los sacerdotes que construyan una capilla en este lugar», manda en la 10ª aparición. Y en la 13ª aparición manifiesta su voluntad: -«Quiero que vengan en procesión a la gruta».

4. Bernardeta lloró porque vio a la Señora con rostro triste, y le dijo en la 6.ª aparición: «Ruega a Dios por los pecadores». En la 9ª aparición le dijo: «Ve a beber a la fuente y lávate» «Ve a comer de la hierba que encontrarás allá». Y le recomienda penitencia y que «Bese el suelo en penitencia por los pecadores» en la l0ª aparición. Sigue con la penitencia en la 11ª: aparición.Y Bernardeta caminaba de rodillas sobre el barro sin que se ensunciaran sus vestidos. 

5. Maria está triste porque hay muchos que no se aprovechan de la Sangre redentora de su Hijo Jesús. Porque su maternidad amorosa no es universalmente reconocida. Porque el mundo habla de violencia y de muerte y no quiere ver su blanca figura de Amor y de Misericordia.

6. Bernardeta le ha suplicado a Señora: «¿Queréis escribirme en este papel quién sois y qué deseáis?». La Señora responde: «Lo que tengo que decir no es necesario escribirlo». Y cuenta Bernardeta que la Señora «No me ha querido decir su nombre» 

7. Por fin llega la respuesta de María. Es el día 25 de marzo de 1858. La Señora llevaba veinte días sin comparecer a la. cita de la gruta. En la madrugada de este día... estaba allí -cuenta Bernardeta- apacible, sonriente, y mirando a la multitud como una madre cariñosa mira a sus hijos. Por vez primera, en aquella fría ma­drugada, la Virgen se había adelantado a la vidente. Otra vez la pregunta de Bernardeta: «Señora, ¿quiere hacer el favor de decirme quién es Vd.?». Esta vez, ha llegado la respuesta: «Soy la Inmaculada Concepción». Era la 16ª aparición. 

8. Cuatro años antes, el Beato Pio IX, había definido el dogma de la Inmaculada Concepción: «Declaramos, proclamamos y definimos que la doctrina que sostiene que la Beatísima Virgen María fué preservada inmune de toda mancha de culpa original en el primer instante de su concepción, ha sido revelada por Dios» (Bula Ineffabilis Deus).

9. Desde entonces Bernardeta ya no era Bernardeta. Se contagia el nerviosismo, la impaciencia y la ansiedad y se difunde entre quienes viven con nosotros; pero también la paz, el equilibrio y la serenidad, se contgian e influyen. «Es prodigioso. Es sublime. Es divino». Exclamaba la muchedumbre ante los éxtasis de la niña. «Los ángeles del cielo deben ser así», dijo Luisa Baup, testigo ocular. Hasta la madre de Bernardeta llegó a desconocer el rostro transfigurado de su hija. Era el reflejo de la Presencia de María. «La Señora se apareció llena de vida, muy joven, sonriente». Era la Enseñanza de María. «La Señora le enseñó, «palabra por palabra», una oración». Era la Promesa de Maria. «No te prometo hacerte feliz en este mundo, pero si en el otro». «Siento una fuerza irresistible que me lleva a la gruta». «Mis pies no caminan si no es hacia la gruta». Amor a los pecadores. Las siete primeras apariciones fueron una preparación de la vidente: ¡Penitencia, penitencia, penitencia! Y la niña «Con el rosario en la mano y fuera de los sentidos, de rodillas, sube y baja ocho o diez metros varias veces a comer hierba que encontrará allí». Que la Presencia de Maria pueble nuestra vida. Y que sigamos las exigencias de su amor. Cuando daba instrucciones al escultor Fabish que esculpía la imagen para la gruta, al reconocerla, dijo Bernardeta: Esta es muy bonita, pero "no es esa, no es esa…". En el cielo la veremos. Amén.

JESÚS MARTÍ BALLESTER


3. DOMINICOS 2004

El día 8 de diciembre de 1854, Pío IX declaraba solemnemente el dog­ma de la Inmaculada Concepción de María.

Y el año 1858, cuatro años después de la proclamación solemne del dogma de la Inmaculada Concepción de María, en un pueblecito del sur de Francia, Lourdes, se aparecía la Virgen a una niña, Bernadette Soubirous.

Y un 25 de marzo, después de varias apariciones, junto al río Gave, en la gruta de Massabielle, Bernadette se atrevió a preguntar a la Virgen por su nombre. La Virgen le respondió: "Yo soy la Inmaculada Concepción". Y Bernardette saltó de júbilo, con los ojos encendidos de amor.

Este detalle, de profunda espiritualidad, es el que recordamos hoy a los pies de la Virgen, acompañando a miles de peregrinos.¡Cuántas penas ha quitado esa Virgen de Lourdes, cuántos odios, cuantos falsos compromisos!

Llénanos, Señora, de paz y de amor.

Para que nuestra unión con los fieles peregrinantes, sanos o enfermos, sea más intensa, nos serviremos de textos bíblicos adaptados a la fiesta popular mariana.


La luz de la Palabra de Dios
Del profeta Isaías 66, 10‑14.
“Alegraos con Jerusalén y regocijaos con ella todos los que la amáis. Llenaos con ella de alegría... He aquí que voy a derramar sobre ella la paz como un río y la gloria de las nacio­nes como un torrente desbordado...

Y vosotros lo veréis y vuestro corazón latirá de gozo; y vuestros huesos reverdecerán como la hierba. La mano de Yavé se dará a conocer a sus siervos.”

Evangelio según san Juan 2, 1‑11.
"Hubo una boda en Caná de Gali­lea; y estaba allí la madre de Jesús.

Fue invitado también Jesús con sus discípulos a la boda.

Al final de la fiesta, no tenían vino, porque el vino de la boda se había acabado. Movida de piedad, la madre de Jesús dijo a éste: mira, no tienen vino... Y después dijo a los servidores: "haced lo que Jesús os diga". Jesús, tras escuchar a su madre, les dijo: "llenad las tinajas de agua". Las llenaron hasta el borde; y él les agregó: "sacad ahora ese nuevo vino y llevadlo al maestresala”. Se lo llevaron; y cuando el maestresala hubo probado el agua convertida en vino... preguntó a los novios: ¿por qué habéis guardado este vino hasta el final?...

Este fue el primer milagro que hizo Jesús en Galilea, y en él mani­festó su gloria y creyeron en El sus discípulos".


Reflexión para este día
María, Mediadora de Gracia
En esta fiesta de la Santísima Virgen se expresa, como en otras muchas, la fe del pueblo de Dios que siempre vio en María a la Mujer privilegiada, a la llena de gracia, sin macha ni arruga, a la Madre de Dios encarnado, a la Doncella que nunca fue esclava del pecado.

La declaración dogmática de que María es limpia de pecado desde su Concepción forma parte de las declaraciones solemnes del Magisterio por las que se eleva a categoría de gran verdad algo que la comunidad cristiana ya vivía con especial gozo: el amor electivo de Dios que tomaba a María como mediación para encarnarse y hacerla madre suya.

Y su presencia espiritual en Lourdes es una delicadeza más para convocarnos al encuentro frecuente con ella, desde el gozo o el dolor, desde el éxito o el fracaso...

Honremos, pues, en este día a Dios Padre, Hijo y Espíritu, nuestra fuente de vida y de esperanza, cantemos a Maria, la elegida, porque sobre ella se derramó el Amor, y elevemos una antorcha de fe junto a las antorchas de los peregrinos en su Rosario.
 


4. SERVICIO BÍBLICO LATINOAMERICANO

Is 66,10-14: “Alégrate Jerusalén”
Interleccional: Jdt 13, 18-20.23.24
Lc 1,41-55: El Magníficat

Lucas coloca, al comienzo del Evangelio, dos himnos de mujeres proféticas y orantes que abren el camino del Reino de Dios. Ellas protagonizan la historia de la salvación. Isabel, la de Judá, convoca al pueblo alrededor de la gran misericordia que el Señor le había hecho (Lc 1,57). María, la de Nazaret, asume con asombro y riesgo el proyecto de vida anunciado por el ángel Gabriel (Lc 1,26-38). Teología poética, profética, popular irrumpiendo entre mujeres marginadas en las fronteras judías. Teología de esperanza, de vida, de “embarazos” asombrosos, de liberación.

La bendición de Dios, igualitaria, justa e incluyente, se ha posado sobre una mujer. Favorece en primer lugar a los oprimidos, a los pobres, a los discriminados y marginados. La bendición de Dios se ha posado sobre el vientre de una mujer, enalteciendo su cuerpo, su sexo, su fruto, su maternidad. ¡Bendita mujer! ¡Bendito vientre! ¡Bendito reino de Dios!. Feliz. Porque cree, porque espera, porque ama, porque lucha, porque sueña. Feliz, porque creyendo así nos enseña cómo creer, en quién creer, en qué creer, para qué creer. Feliz mujer porque creyó en las promesas de Dios y así sostuvo la esperanza. Su esperanza y la esperanza de su pueblo. Porque fe sin esperanza no tiene sentido. Porque esta fe y esta esperanza son vida, son justicia, son paz, son alegría y coraje de los pequeños. Feliz porque guardaste en la memoria y en el corazón las cosas que le fueron dichas por parte de Dios. Tales cosas te hicieron aún más feliz. ¡Bienaventurada, tu, mujer!