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BIBLIOTECA CATÓLICA DIGITAL

Prof. Dr. SANTIAGO GUIJARRO OPORTO

 

EL JESÚS HISTÓRICO                                                                                  Tema 10

La resurrección de Jesús

 

 

"Yo os transmití, en primer lugar, lo que a mi vez recibí: 

que Cristo murió por nuestros pecados 

según las Escrituras y que fue sepultado; 

que resucitó al tercer día según las Escrituras 

y que se apareció a Pedro y luego a los Doce"

 

(Primera Carta a los Corintios, cap. 15, vers. 3-5)

 

 

Presentación

 

El pasaje de la Primera Carta a los Corintios que encabeza este tema es, muy probablemente, el credo cristiano más antiguo. Pablo escribió esta carta a mediados de los años cincuenta, y en este pasaje es consciente es estar citando una tradición recibida antes. Es muy probable que recibiera esta tradición durante su estancia en la comunidad de Antioquía. Si los cálculos son acertados, esta confesión de fe en la resurrección pudo haber sido formulada en los diez años siguientes a la muerte de Jesús.

 

La estructura de la fórmula está muy pensada. Posee dos afirmaciones centrales (murió y resucitó), y cada una de ellas va seguida de una doble prueba: una confirmación teológica (según las Escrituras), y una confirmación de hecho (fue sepultado; se apareció). De forma esquemática:

 

AFIRMACIÓN CENTRAL CONFIRMACIÓN TEOLÓGICA CONFIRMACIÓN DE EXPERIENCIA
Murió Según las Escrituras Fue sepultado
Resucitó Según las Escrituras Se apareció

 

Las afirmaciones de los primeros cristianos sobre la resurrección de Jesús se encuentran en una serie de fórmulas de fe muy parecidas a ésta (volveremos sobre ellas en las páginas recomendadas de la guía para el estudio), y también en la tradición narrativa. Todos los evangelios terminan hablando de la resurrección, y para ello utilizan dos tipos de relatos: el de la tumba vacía y los de las apariciones de Jesús. Ninguno de los dos relatos narra el momento de la resurrección, sino sus efectos. En el relato de la tumba vacía el mensaje central es que Jesús no está ya en la sepultura en que lo pusieron; mientras que en los relatos de las apariciones lo que se afirma es que Jesús sigue vivo.

 

El estudio de este tema estará centrado en estas dos tradiciones. Pero antes de hacerlo, conviene que nos preguntemos acerca de la naturaleza histórica de la resurrección.

 

Hay que comenzar diciendo que la resurrección no es un acontecimiento histórico. Pero esta afirmación requiere ser precisada. No es un acontecimiento histórico, porque no es posible reconstruirlo a partir de las fuentes que tenemos. El historiador no puede llegar hasta el acontecimiento mismo de la resurrección, sino hasta sus efectos, y el más importante de todos, desde el punto de vista histórico, no son ni la tumba vacía, ni las apariciones, sino el cambio que se produjo en los discípulos de Jesús después de su muerte.

 

El punto de partida del historiador son dos acontecimientos, que pueden ser documentados a partir de un estudio crítico de las fuentes. El primero es que los discípulos de Jesús le abandonaron y huyeron después de que fuera arrestado. Y el segundo, que unos días, semanas o meses después, esos mismos discípulos predicaron abiertamente, y sin miedo a ser arrestados y castigados, que había resucitado. Su tarea consiste en dar cuenta de este cambio tan llamativo. 

 

La pregunta clave es ¿qué es lo que pasó después de la muerte de Jesús? A esta pregunta sólo se puede responder desde conjeturas, y no han sido pocos los que lo han hecho a lo largo de la historia. Algunos han sugerido que los discípulos experimentaron un proceso psicológico de duelo teñido e un sentimiento de culpa por haber negado, abandonado o perseguido a Jesús, y que esto explicaría su anuncio de la resurrección. Sin embargo, no eso lo que dicen de forma unánime y contundente los protagonistas de la historia. Lo que ellos dicen puede resumirse en dos frases que aparecen constantemente en los testimonios que han llegado hasta nosotros: "Jesús ha resucitado"; "Hemos visto al Señor".

 

Ambas frases contienen afirmaciones de fe, no evidencias históricas. Es la respuesta que los creyentes dan al enigma histórico que plantea el hecho de que los seguidores de un mesías fracasado y cruelmente asesinado, hayan creado un movimiento religioso que reivindica su memoria. Es una respuesta atendible, que invita a la reflexión.

 

Un curso sobre "El Jesús de la historia" tiene que terminar necesariamente aquí. Quienes tienen fe y poseen la convicción de que aquel Jesús que pasó haciendo el bien por los caminos de Galilea es el Hijo de Dios, pueden volver al comienzo de esta historia para ver qué es lo que hay detrás de todos aquellos acontecimientos y enseñanzas. Para ellos Jesús no es sólo un hombre, sino la manifestación definitiva de Dios, y por tanto el único camino seguro para conocer cómo es Dios. Es lo que dice San Juan al comienzo de su evangelio: "A Dios nadie lo ha visto jamás; el Hijo único, que es Dios y que está en el seno del Padre, es quien nos lo ha dado a conocer" (Jn 1,18).

 

 

Guía para el estudio

 

Como ya hemos dicho en la presentación, el estudio de este tema va a estar centrado en los testimonios sobre la resurrección. Vamos a tomar como guía el capítulo quince del manual de Theissen-Merz, principalmente el apartado 2 "Las fuentes dela fe pascual y su utilización" (pp. 532-552).

1  Al leer los apartados a), b), c) y d) no es necesario que te quedes con todos los detalles, porque es una exposición un poco técnica. Ve tomando nota de lo que entiendas y te parezca importante.

 

2  Mucho más interesante te resultará el apartado e), en el que se discute la historicidad de los diversos acontecimientos narrados. Haz un resumen de las principales conclusiones.

 

Otros recursos

 

Bibliografía

 

Una presentación menos técnica y en algunos aspectos muy sugerente de los testimonios sobre la resurrección puedes verla en:

Crossan, J. D., Jesús: biografía revolucionaria  (Barcelona: Mondadori 1996)  pp. 177-208.

Algo antiguos, pero clásicos para el estudio de los relatos de la resurrección son:

Leon-Dufour, X., Resurreccion de Jesús y mensaje pascual (Salamanca: Ed. Sígueme 1973)

 

Wilckens, U., La resurrección de Jesús. Estudio histórico-crítico del testimonio bíblico (Salamanca: Ed. Sígueme1981)

Conviene conocer también un libro que levantó bastante polémica, y que ha sido traducido al castellano en una versión reducida (Ed. Trotta):

Lüdemann, G., Die Auferstehung Jesu. Historie, Erfahrung, Theologie  (Göttingen: Vandenhoeck und Ruprecht 1994)

Documentos

 

San Pablo es el único cristiano del siglo primero que nos cuenta su experiencia de la resurrección en primera persona. No se trata de un relato sistemático, sino de alusiones esporádicas en sus cartas, al hilo de los problemas que aborda. Por eso mismo tienen un valor mayor. Son referencias de pasada a una experiencia que tiene que describir recurriendo a los patrones culturales de su tiempo (visiones, revelaciones, etc). En todo caso es claro que esa experiencia fue determinante en su vida, y es la clave para entender su actividad como predicador del evangelio y la teología de sus cartas. Si te interesa conocerla, puedes leer el siguiente documento:

La experiencia pascual como clave de la vida y de la teología de Pablo

Enlaces

 

Aunque se trata de un artículo que ya tiene unos años, el tema de la historicidad de la tumba vacía está bien planteado en:

William Lane Craig, "The Historicity of the Empty Tomb of Jesus", New Testament Studies 31 (1985), pp. 39-67.

 

Tareas

 

1  La tarea de este tema va a consistir en hacer una valoración de las diversas tradiciones contenidas en los últimos capítulos de los evangelios (Mc 16,1-8 Mt 28 Lc 24; y Jn 20). Léelos atentamente y haz una lista de los episodios que cuenta cada evangelista. Compara las listas y redúcelas a una con todos los episodios, poniendo entre paréntesis qué evangelista narra cada uno de ellos.

 

2  Repasa las notas que tomaste en la lectura sugerida en la "Guía para el Estudio" y a partir de ellas haz una valoración de cada uno de estos episodios desde el punto de vista histórico.

 

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