JESÚS "EL MAESTRO"

Excursus histórico-carismático

Actas del Seminario internacional sobre
"Jesús, el Maestro"
(Ariccia, 14-24 de octubre de 1996)

por Eliseo Sgarbossa ssp

 

OBSERVACIONES CONCLUSIVAS

Al término de nuestro "excursus" podemos sintetizar algunos resultados de la exploración con las siguientes observaciones:

1. Resulta evidente en el camino alberoniano un proceso de crecimiento, tanto en el aspecto de la doctrina como en el de la vida:

2. Tal crecimiento se verificó paralelamente en dos campos, el magisterial y el joaneo, aunque con ritmos, tiempos y motivaciones diversas:

3. En los años de la juventud alberoniana y de la Familia paulina están presentes todas las semillas de la doctrina y de la espiritualidad que encontraremos plenamente desarrolladas en los años sucesivos, tanto en el plano de los principios como en el de las obras apostólicas. Se puede documentar un desarrollo lineal, no caótico ni inorgánico, de los temas principales cristológico-apostólicos vinculados a la figura de Jesús Maestro, así como a María, Reina de los Apóstoles y a san Pablo. Factores eficaces de desarrollo fueron:

Tales prácticas produjeron un crecimiento doctrinal, análogo al crecimiento de la teología patrística, determinada por la praxis de las homilías litúrgicas y de la catequesis: como la necesidad de predicar sobre los misterios del año litúrgico produjo las primeras síntesis de los Padres, lo mismo sucedió en la Familia Paulina con la "devoción" a Jesús, Maestro Divino.

4. La devoción a Jesús Maestro estuvo, a su vez, precedida cronológicamente por las devociones a san Pablo y a María Inmaculada-Reina de los Apóstoles. Aunque primaria en importancia, fue integrada y enriquecida por ellas en sus expresiones concretas y apostólicas.

Una interesante prueba en tal sentido es el desarrollo temático de las "oraciones" a Jesús Maestro, cronológicamente precedidas y preparadas por las oraciones a san Pablo y a María, Reina de los Apóstoles, como se puede documentar por las sucesivas ediciones del manual o "devocionario" paulino.

Tales oraciones, en su brevedad y densidad doctrinal, expresan los temas esenciales de la visión alberoniana del Maestro. Por eso hemos querido adjuntar al presente "excursus" una recopilación de las fórmulas más significativas y a menudo menos consideradas.

5. En todo el discurso sobre el Divino Maestro, llevado adelante por el P. Alberione a lo largo de su vida, se percibe una continuidad de inspiración, que responde perfectamente a la conciencia del Fundador mismo: "Dios [puso] su mano sobre mí desde 1900 a 1960" (UPS I, 374). Esta afirmación, extraída de Ezequiel (1,4), remite a la misma experiencia de Isaías: "El espíritu del Señor está sobre mí...", que se apropió el mismo Jesús en la sinagoga de Nazaret (cfr Is 61,1-2; Lc 4,16).

El P. Alberione se sintió dirigido por el Espíritu como Jesús y los Profetas durante toda su vida: esto resulta particularmente evidente en sus alusiones al patrimonio carismático recibido de Dios y transmitido a la Familia Paulina, sobre todo acerca de la devoción al Divino Maestro (cfr CISP 539).

6. Confrontando nuestra situación actual con la de los comienzos del siglo XX, constatamos que se repropone la exigencia cultural y apostólica de "oponer cátedra a cátedra": no en el sentido polémico y apologético de la contraposición frontal, sino en el de una clara propuesta evangélica.

7. Uno de los campos de enfrentamiento del actual debate ideológico es el de la escuela, con sus expresiones complementarias o alternativas: comunicación y espectáculo. La situación cultural y religiosa del pueblo, sobre todo de los jóvenes, pone en evidencia la importancia fundamental de la educación, tanto la institucional (estructuras escolares de todos los niveles y pertenencias) como la de masas (TV, manifestaciones artísticas y lúdicas, etc.).

A estas escuelas, a menudo contaminadas y desacralizadoras a causa de sus malos maestros, ¿qué corrección específica contraponer sino la de Cristo Maestro, Camino, Verdad y Vida, expresado en formas nuevas? Responder con remedios específicos a los males de la cultura actual, ofreciendo respuestas apropiadas a las preguntas que proceden de las masas, será el cometido cada vez más urgente de aquellos que están llamados a ser "maestros", representantes del Maestro por antonomasia.

A todos se impone la conclusión sacada por el P. Alberione, tras el análisis de sus propias experiencias: "La primera preocupación de la Familia Paulina será la santidad de la vida; la segunda, la santidad de la doctrina" (AD 90).

A todos nosotros nos puede servir de auspicio la confesión-testamento registrada en una libreta de apuntes personales de 1946: "Cada día me confirmo más en la devoción a Jesús Maestro, Camino, Verdad y Vida. ¡Que cuantos la practiquen [reciban] abundancia de gracias y consolaciones, facilidad para hacerse santos y eficacia en el apostolado!".(189) - (sumario)