JURISDICCIONES ORTODOXAS SIN COMUNION CON CONSTANTINOPLA

IGLESIA ORTODOXA RUSA EN EL EXILIO

                        Después de la Revolución Bolchevique de 1917, un millón de rusos tuvieron que marchar al exilio, disgregándose en varios países. Aún mas tuvieron que huir de Rusia después de la derrota del ejército Blanco (pro-zarista) en su intento por destruir al nuevo régimen, junto a ellos debieron abandonar el país numerosos clérigos.

                        En 1920, se encontraron en Constantinopla mas de 20 obispos ortodoxos rusos. Ellos decidieron crear, temporalmente, una Iglesia Autónoma para la emigración rusa, con la idea de restablecer, en un futuro, los lazos canónicos con el Patriarcado de Moscú cuando las condiciones políticas lo permitieran.

                        Un sínodo de obispos fue establecido bajo la presidencia de Anthony Khrapovitsky, el exiliado Metropolita de Kiev. A propósito de una invitación de la Iglesia Ortodoxa Serbia, ellos establecieron su Sede Central en Karlovci, Yugoslavia.

                        La política pro-monárquica de este grupo quedo evidenciada cuando en 1921 el Sínodo llamó formalmente a la restauración de la dinastía de los Romanov en Rusia. (el sínodo canonizaría en 1982 al Zar Nicolas II y a su familia) El Patriarca Tikhon, condenó a este sínodo por su apoyo a la monarquía en Mayo de 1922. Durante el transcurso de 1928, el Sínodo de Karlovci rechazó de plano el llamado del Metropolita Sergio (patriarca locum tenens), a refrendar la política de los soviéticos. En 1934, Sergio y el Sínodo Ortodoxo Ruso en Moscú, suspendieron formalmente a todos los obispos del sínodo de Karlovci, e hizo pender sobre ellos un juicio eclesiástico, que en efecto, nunca fue realizado.

                        La mayoría de los obispos del Sínodo en el Exilio, no sobrevivieron a la II Guerra Mundial, y algunos de ellos fueron reconciliándose individualmente con la Iglesia de Moscú.

                        Este grupo fue reavivado con nuevas fuerzas después de la Guerra, por obispos ortodoxos quienes ejercieron su ministerio en algunas regiones de la URSS durante la ocupación NAZI, y quienes con la retirada de las fuerzas germanas huyeron del país. La Sede Central del Sínodo en el Exilio, fue mudada de Karlovci a Munich durante la contienda bélica, y en 1950 fue trasladada a EEUU.

                        El patriarcado hizo numerosos llamados a este grupo para que vuelva a la comunión canónica con Moscú. En 1974, el Patriarca Pimen, envió un mensaje a obispos, clérigos y laicos, en el cuál los invita a reconocer únicamente la validez del Patriarcado de Moscú. Este Sínodo, sin embargo, continuó negando la naturaleza eclesial del patriarcado, así como también, otras Iglesias como la Iglesia Ortodoxa en América, los cuales están en Comunión Plena con ellos. En Junio de 1988, en ocasión de celebrarse el Milenio del Bautismo de Rusia, la Iglesia patriarcal publicó una petición por la Unidad Canónica de todos los ortodoxos rusos, expresando la esperanza de comenzar un diálogo en tal dirección.

                        Después de la caída del Régimen y la disolución de la URSS, la Iglesia Ortodoxa Rusa en el Exilio, comenzó a establecerse en su Tierra Natal, ellos ahora tienen cerca de 100 comunidades en Rusia y otras tantas en los países miembros de la “Comunidad de Estados Independientes”. Actualmente cuatro obispos supervisan aquellas parroquias, dos de ellos rompieron con el Metropolita Vitaly de Nueva York (Primado de esta Iglesia), en Abril de 1994, fundando su propia administración llamada “Iglesia Ortodoxa Rusa Libre”, ordenando tres nuevos obispos. Ellos luego se reconciliarían en Noviembre del mismo año, y las consagraciones de los tres obispos antes mencionados, fueron declaradas inválidas, pero las tensiones aún persisten.

                        A mediados de la década del 90, otra invitación a la reconciliación con Moscú provocó un acalorado debate. El Sínodo de la Iglesia Ortodoxa Rusa en el Exilio, continuó insistiendo en que no hay solución posible sin que antes el Patriarca de Moscú abjure a la “apostasía del Sergianismo” y también al ecumenismo, caracterizados como un “repudio a la pureza de la ortodoxia”.

                        En su conjunto, la Iglesia en el Exilio, tiene mas de 400 parroquias, monasterios y conventos en 40 países alrededor del Mundo. Ellos tienen 133 comunidades en EEUU, y 22 en Canadá; el mas importante de todos ellos es el Monasterio de la Santísima Trinidad en Jordanville, New York, en el cual habitan 38 monjes. En el Reino Unido hay 5 comunidades bajo la guía espiritual del obispo Mark, quién reside en Munich (Alemania). El Arz. Hilarión (Kapral) preside mas de 21 parroquias en la Diócesis de Australia, incluyendo 3 en Nueva Zelanda; también hay 2 monasterios bajo su jurisdicción, uno masculino y otro femenino.

Vista del Templo de la Iglesia Ortodoxa Rusa en el Exilio de Buenos Aires

         En Sud América también hay algunas comunidades, como la de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, la cual se ve revitalizada tanto por las nuevas corrientes migratorias provenientes de la ex URSS, como por la obra de su Obispo, Alejandro Mileant, a quién se le debe agradecer por ser uno de los pocos obispos ortodoxos interesados en traducir textos litúrgicos y de formación teológica y espiritual al español. Vaya hacia él mi mas sincera admiración y agradecimiento.


METROPOLITA VITALY DE NEW YORK

PRIMADO DE LA IGLESIA ORTODOXA RUSA EN EL EXILIO


San JOHN MAXIMOVICH

(+ 2 de Julio de1966)

            Considerado por muchos como el último gran Santo Ruso del siglo XX, fue obispo de Shangai, de París y de San Francisco. También se lo considera el Padre de la ortodoxia occidental, puesto que durante su vida apoyó la idea de enraizar la ortodoxia en Occidente, incluso otorgando sucesión apostólica al Padre Kovalevsky, quién tomaría el nombre de Juan de Saint Denis, convirtiéndose en el primer obispo ortodoxo de rito occidental el día 11 de Noviembre de 1964, su co-consagrante sería el obispo rumano de París, Teófilo Ionesku, cuyo nombre también figura dentro del linaje apostólico del Sínodo de Milán.