Pregunta difícil, que por siglos nadie ha acertado a definir adecuadamente. Sin embargo, a las cosas hay que llamarlas por su propio nombre para así evitar que se les dé un uso distinto, que sólo hará caer en confusiones perjudiciales, y conductas que se justifican en las palabras "lo hice por amor".x Entonces, bien vale un este esfuerzo, que definirá al amor que une y hace fuerte a la pareja: el amor de los esposos. ¿En qué
consiste realmente amar?
El amor conyugal tiene un doble juego, dar y recibir, para así
mantenerse y crecer.
El amor visto así no radica en la posesión del otro sino en la
donación de uno mismo.
¿Cuál es la
finalidad del amor?
Hay quienes creen que la persona amada es el objeto del amor y toman a
esta persona como un fin, como si lo fuera todo y pretenden
"saciarse" con él o ella.
El pensar así es estar destinado al fracaso, porque el hombre y la
mujer no se llenan mutuamente, aunque en un principio así lo parezca.
El fin del amor es algo que trasciende y ese fin son los hijos. Paulo
VI anunció así una gran ley del amor. "Darse el uno al otro para
darse luego juntos".
Porque el amor no es la persona amada, sino una capacidad, una
facultad. Por lo tanto, la persona no debe negarse a la trascendencia,
porque la raíz del amor es la fecundidad.
Cuando por decisión propia la pareja decide no tener hijos está
entrando en un círculo limitado y egoísta, buscando sólo su propia
satisfacción, sin darse cuenta del daño que se causan.
¿Es el amor es
una fuerza ciega que arrastra?
Hay quienes creen que el amor es una fuerza ciega que arrastra, por
lo tanto justifica todo y no se puede hacer nada para evitarlo. A esto
se le llamaría amor-pasión, donde más que gozar el amor, se padece el
amor.
En el amor conyugal, lo físico ha de ser la expresión del amor de
dos personas (con toda la dignidad que en sí la persona tiene) y no de
dos cuerpos. Si no, esto correspondería a un simple instinto carnal,
que en otros términos sería animal.
Por otro lado, las relaciones sexuales precoces deforman el amor, se
cae en el gran peligro de creer que el atraerse mutuamente y que el
apasionamiento, son la muestra de la intensidad del amor.
La vida
matrimonial:
El amor debe llevar a una madurez que se logra por continuas
conquistas hechas a base de esfuerzos y renuncias a sí mismo. Sólo en
este plano se entiende el verdadero amor. El amor de los esposos: total,
fiel y exclusivo.
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