PENSAMIENTO Y ACCIÓN
 Joan Manuel Gutiérrez Delgado, abogado, profesor de filosofía y escritor 07/11/2002

 

El crecimiento continuo del movimiento New Age es una de entre tantas manifestaciones del retorno religioso en forma de neopaganismo y de gnosis. El New Age propone una forma nueva de religiosidad que, por algunas manifestaciones propias, que ya analizaremos, coincide con el sentimiento religioso contemporáneo.

Pero, ¿qué es exactamente el New Age? ¿Una nueva moda religiosa? ¿Una evasión del mundo real o la proyección de un mundo lleno de ilusión?, ¿Es aquello que algunos llaman el retorno al IV Reich? ¿O más bien es una nueva mentalidad religiosa que surge en el mundo científico, frío y sin sentido trascendental de Occidente?

En este escrito, quiero presentar las líneas filosoficoteológicas generales de lo que es en realidad el New Age y mediante qué signos o características se manifiesta al hombre de hoy.

Los creyentes católicos debemos conocer realmente estas nuevas sensibilidades religiosas que hablan de sincretismo, niegan la revelación cristiana y propugnan el culto del yo y de numerosas falsificaciones de la verdadera fe cristiana.

I. Definición y origen

A. ¿Qué es el New Age?

El New Age es un conjunto de prácticas aparentemente heteróclitas, pero unificadas por una visión de humanización total (holista): técnicas de ''ampliación de la conciencia'' y medicina del alma, astrología o channelling (comunicación con la entidad del mundo invisible), control del cuerpo por medio de artes marciales, y mediante el aislamiento sensorial o las terapias inocuas; control de la naturaleza con el arte foral, la ecología o el vegetarianismo. El New Age es un nuevo modo de ver la realidad de las cosas. Según lo definen los propios fundadores del New Age, este movimiento es ''un nuevo paradigma''.

Por otra parte, Donald Leonard afirma que es un ''lago esotérico y misterioso donde fluyen las corrientes de los años '60: Ecologistas, movimientos radicales, ambientalistas y pacifistas''. El movimiento de la Nueva Era busca la liberación de la naturaleza humana y cósmica de sus múltiples dolencias y sufrimientos, no a través de paradigmas políticos o ideológicos, si bien el New Age de hecho está unido al partido verde, sino por medio de la meditación y del conocimiento. Hace que la humanidad penetre en el nivel de conocimiento espiritual-planetario, para entrar en una ''nueva era'' caracterizada por la paz y la felicidad.

La conocida newager Marilyn Ferguson, afirma que el New Age es una ''red sin líderes, que trabaja para realizar cambios radicales en los Estados Unidos''. Pero, según Franc Rodé, se trata de un ''supermercado de religiones donde cada uno toma lo que le gusta y deja el resto''. Y según los sondeos sociológicos, se trata de una religiosidad destinada a convertirse en fenómeno de masas por su ambigüedad, su fuerza y su capacidad de servir al romanticismo y al sentimentalismo religioso de la sociedad actual.

B. Origen y sus inspiradores

A la pregunta de cómo nace el New Age, podemos responder que posee dos fuentes principales de nacimiento: la corriente del Acuario con Paul Le Cour y la Sociedad Teosófica con Alice Balley, que más adelante veremos.

M. F. Jacques define con el nombre de ''precursores de la era del Acuario'' las corrientes esoteroocultistas, nacidas en la segunda mitad del siglo XIX. Este pensamiento esotérico trata sobre la transformación de la civilización: Cada vez que el sol entra en un nuevo signo zodiacal, esto es, alrededor de cada 2.160 años. La última transformación acaecida fue la del cristianismo en la era de Piscis. Por esto, el próximo gran cambio que se acompañará al advenimiento de la era del Acuario corresponderá a una hecatombe, a la que seguirá la venida de un ''gran Rey'', el retorno del Cristo-Acuario, que marcará el inicio de una nueva edad de oro. La nueva religión, entonces, será un esoterismo cristiano y gnóstico, basado en el Evangelio de San Juan, el verdadero evangelio del Acuario.

También, Alice Bailey (1880-1949), discípula de la Sociedad Teosófica, esperaba la transición hacia una nueva era, donde se reconciliarían todas las religiones en la identidad de sus orígenes, basados en lo que ella denominaba la verdad eterna. Bailey desarrolló las ideas gnósticas de Helena Blavatsky (1831-1891), como la nueva encarnación del Cristo cósmico. ''La doctrina teosófica de la Sra. Blavatsky estriba en un esquema de tipo gnóstico-neoplatónico; unidad esencial de todo, ley cósmica (karma), manifestaciones del espíritu en la materia (avatara) y el regreso del hombre al espíritu''. Se creará una religión mundial donde Dios será similar al Brahman hindú, anunciado por todos los avatares, como Cristo, era tras era. El espíritu de la Nueva Era está en la ley de la reencarnación y continuará la revelación por el nuevo Salvador o avatar.

II. Características

La característica principal del New Age es su preferencia por la reflexión oriental de estilo panteísta, como camino para vivir una nueva religiosidad. Propugna un sistema religioso donde Dios se disuelve en lo Divino y viene a ser una ''energía cósmica''. Dios se identifica con lo último de la realidad de las cosas, especialmente con la psique humana. El movimiento de la Nueva Era busca lo trascendente, y no lo sensible, para liberarse en su totalidad de lo terreno, y se une a la conciencia cósmica o conciencia colectiva. Excluye la noción de creación y refuta toda visión dualista de la realidad.

También se trata de una visión ''científica'' de la realidad basándose en el holismo y en la evolución. El holismo de la física moderna, que identifica la materia con las ondas de la energía, hace del universo, según Fritjof Capra, un ''océano de energía'' donde todo nace, participa de la misma realidad y se halla en evolución constante.

Como técnicas, el New Age adopta la música, la danza, el arte en general, las artes marciales, el yoga, el budismo zen, el misticismo, la búsqueda de la sabiduría en las civilizaciones antiguas, la magia, la droga, el contracto con la naturaleza (la diosa Gaia) y otros métodos y técnicas. Utiliza la psicología de Jung (conciencia colectiva) y la psicología humanística de Maslow, que se basa en la experiencia de la unidad con el cosmos.

El New Age busca una transformación cultural de la sociedad, que incluye la sustitución de todas las religiones en nombre de una Nueva Era (tal y como es la traducción propia en lengua inglesa: new age). Este movimiento también niega las verdades más fundamentales de la fe cristiana, si bien tiene como texto básico de estudio la Biblia, especialmente el Evangelio según San Juan.

III. La fe del New Age

El New Age expresa una concepción innovativa del mundo (del cosmos, en su concepción más extensa) con los siguientes adjetivos:

En el movimiento de la Nueva Era, se transita de la fe sencilla a lo gnóstico o creencias ocultas, de la religión a la espiritualidad, de la oración-súplica a la oración-mantra, de la obediencia a la experiencia... La fe está fundamentada en una espiritualidad esotérico-mística, donde se busca la unidad con una visión totalizante de la realidad de las cosas. También, se promueven un complejo de técnicas para explorar las fuentes del Ser y del Uno donde se refuerza el narcisismo del ego.

En la fe del New Age hay un sentido de profundo vacío existencial y de un deseo divino no colmado, donde se buscan las razones para vivir. Lo espiritual se identifica con lo emocional, aparece el culto de uno mismo, y existe un misticismo pagano, en donde se adora una divinidad sin nombre.

Según el New Age, el mundo va ''hacia una mayor unidad'' (en palabras de Teilhard de Chardin). La cosmogénesis, o la organización de la materia en aglomeraciones siempre diversificadas, con el paso del tiempo produce la biogénesis, o la vida en la tierra. La vida crea la biosfera, que se desarrolla en formas más complejas hasta llegar a la creación del cerebro. Aquí nos encontramos con la antropogénesis, la ascensión hacia el hombre. El hombre es el resultado final por encima de todos los seres del universo. Por ello, el hombre es persona en cuanto es conciencia pensante a sí misma. Después se origina un desarrollo de nivel cósmico: la conciencia no es solamente vida, sino reflexión. Entonces, la unidad logra el dominio absoluto sobre la propia evolución, y puede decidir sobre sí misma. Posteriormente, el hombre evoluciona hacia la noegénesis, o la génesis del espíritu, creando una nueva era de luz y de amor.

El objetivo planetario del New Age es la creación de un verdadero y propio sistema nervioso de la nueva humanidad: la comunidad científica mundial (educación mundial). Ésta es la transformación de la era del Acuario que nos llevará a la Omega, que es la realidad total y totalizante, el primer motor de la actividad humana que posee dimensiones universales. También es incorruptible, trascendente, unificadora, es el Amor divino.

Gnosis y razón se encuentran relacionadas entre sí, y esto se debe a una duda fundamental contemplando la capacidad de la razón y de la conciencia moderna de responder a los más profundos interrogantes del hombre. El objetivo de los neognósticos del New Age es reconducir el desgarrón que el saber puramente racionalista (positivismo y materialismo ateo) ha producido en un mundo todavía desilusionado y sin esperanza.

El semanario NEWSWEEK publicaba no hace mucho tiempo un análisis sobre las inclinaciones espirituales y religiosas en Estados Unidos, indicando que la ley de la oferta y de la demanda y los trucos comerciales se están aplicando ya a las diferentes comunidades religiosas cristianas.

De este modo la ley del mercado hace que la eficacia de un pastor protestante o de un sacerdote católico no se mida por su ejemplo fiel a las Sagradas Escrituras o a la predicación propia, sino a la cantidad de gente que acude a la iglesia y a la cantidad de dólares recaudados en las ceremonias religiosas. Así, para que la religión convenza deberá observar las ''prescripciones de calidad'' propias de un mercado competitivo, porque aparentemente esto es de lo que se trata, de ganar clientela. NEWSWEEK anota tres:

  1. Se presenta como un menú de restaurante. Las diversas confesiones e iglesias ofrecen doctrinas entre las que cada persona escoge, según sus gustos. No se trata de pertenecer a una fe determinada, sino de írsela haciendo a la medida, escogiendo un poco de esta religión y un poco de la otra.
  2. Religiosidad entendida como feeling, sentimiento. No existe ningún interés por la formación religiosa ni por la profundización en la fe o en los fundamentos propios de la religión. Las creencias que se admiten son epidérmicas y no exigen una adhesión comprometedora a ninguna religión en concreto.
  3. Religión fácil. Es una religiosidad basada en una intensa vida social, en vistas a satisfacer el sentimiento religioso propio de todos los hombres.

Por otra parte, el Credo del New Age es ambiguo y busca la satisfacción de todos los gustos y medias espirituales a elegir. Evidentemente, posee ''dogmas'' o directrices adoctrinales, aunque no se sostienen como tales, y son éstos los que fundamentan su Credo:

  1. Rechazo radical de la filosofía y la religión de la ''Old Age'', Era Antigua. Esto significa una oposición frontal frente a la civilización judeocristiana. Promueve las religiones paganas (ritos celtas, mitología germánica...).
  2. Se enfrenta al dualismo creado por Occidente denominado ''Dios y hombre'', considerando que la humanidad es una, la naturaleza y la humanidad son una sola realidad, el Universo y Dios son uno.
  3. Propone el libre examen de la percepción de la realidad, donde cada uno interpreta como quiere las religiones y la realidad existencial que las rodea, frente al dogmatismo religioso de las religiones tradicionales.
  4. Predica la Era del Acuario, que teóricamente nos traerá una era de armonía y paz cósmica a lo largo del Tercer Milenio. Nacerá así una nueva religión, bajo la llegada de un Cristo Aquarius liberador.

Frente a este Credo, nos encontramos con otra realidad, y es el hecho palpable de la expansión vertiginosa del New Age por todo el globo terrestre: múltiples seminarios, un sin fin de cursos, revistas y librerías. Concretamente se han creado unos 50.000 centros y librerías New Age que, con imágenes y rótulos diversos, se reproducen por doquier, comercializando todo tipo de objetos, plantas, curiosidades diversas. Existen actualmente más de 100.000 libros publicados sobre cualquier tema que desarrolle el pensamiento newager, como si se tratara de un apostolado escrito. Además de poseer numerosos supermercados y farmacias especializados en alimentos newagers (alimentos ecológicos, vegetarianos, de relajación...) y medicina alternativa.

Conclusión

He realizado una explicación breve de la Era de Acuario, del New Age. Debido al factor tiempo no ha sido una explicación completa ni exhaustiva. Esto podría hacerse en un Seminario sobre esta temática. Sí que hay abundante bibliografía. Precisamente en una colección que dirige Mons. González se publicará un trabajo mío sobre el New Age y su relación actual con el cristianismo.

A lo largo de esta conferencia hemos caminado por el sendero de la Nueva Era. Conocemos las ideas básicas de la espiritualidad del New Age, cuáles son sus características fundamentales y cómo se manifiesta al hombre y mujer del siglo XXI. Pero me surge una pregunta que me inquieta: ¿cómo podemos vivir nuestra religión católica ante el influjo irremediable de este nuevo movimiento sincrético, esotérico y ocultista?

Por una parte, conviene reconocer que la Era del Acuario nos propone una visión ambigua del mundo en lo espiritual y en lo religioso. Intrínsecamente, es una respuesta a las preguntas y a la sed de trascendencia del hombre actual. Pero el agua que presenta el New Age es un agua no potable, contaminada de lo pagano, lo gnóstico y lo sincrético.

Por otra parte, Juan Pablo II insiste en una nueva evangelización que supere al New Age, y también a todos los nuevos movimientos religiosos denominados ''sectas''.

Urge defender la fe frente a estas nuevas concepciones descristianizadoras. Considero que tal defensa consiste en efectuar un refuerzo de la identidad cristiana, ligar de nuevo la relación auténtica entre fe y obras (praxis), fe y vida cristiana, y una conciencia vital de aquello a lo que oramos y en lo que cristianamente creemos. Potenciar nuestras creencias cristianas básicamente desde la reflexión del Credo de nuestra fe católica, completada a través de una catequesis profunda y desde la vivencia de la fe personal, que logre adentrar a todo creyente en la auténtica senda del itinerarium Dei. La catequesis está destinada a llevar a cabo esta función evangelizadora, frente al mundo actual, necesitado de dar respuesta a cuestiones inquietantes de la existencia humana.

En este sentido, Francesc Torralba afirma: ''Hay un redescubrimiento de la dimensión invisible del ser humano, de la interioritas agustiniana. (...) Después del eclipse de Dios que ha caracterizado el siglo XX, el hombre contemporáneo parece abrirse, desde múltiples perspectivas, al Reino del Espíritu, a la esfera de lo sagrado, pero le faltan pedagogos, maestros espirituales''.

Y podemos añadir: Tales pedagogos o maestros espirituales los encontramos en Edith Stein, John Henry Newman, Teresa de Lisieux, von Balthasar, Henry de Lubac, Teresa de Calcuta... y tantos otros. Estos pensadores y testimonios cristianos del siglo XX nos ofrecen su peculiar espiritualidad, madurada tras la experiencia personal con el Dios-Amor, y tras los duros golpes de la vida. Nos presentan una catequesis desde la vivencia coherente de la fe, llevada incluso hasta el extremo de dar la vida heroicamente, como Edith Stein al morir en la cámara de gas de Auschwitz en 1942. Urge una nueva proclamación entusiasta y con convicción clara del Evangelio, sin miedos, escuchando constantemente en nuestro interior el mensaje esperanzador del Papa Wojtyla: ''Abrir las puertas de vuestros corazones a Cristo''.